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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN


PROYECTO CURRICULAR LIC. EN BIOLOGÍA
CURRICULO Y EVALUACIÓN
EVALUACIÓN FINAL

MARÍA PAULA GONZÁLEZ


JHONATAN OSORIO

1. SINTETIZAR LAS IDEAS IMPORTANTES RESALTANDO FRASES


LITERALES DEL TEXTO

 Más que nada, algunos profesores me reprochaban esta alegría. Suponía añadir la
insolencia a la nulidad. La mínima cortesía exigible a un zoquete es ser discreto: lo
ideal sería haber nacido muerto. Solo que mi vitalidad me era vital, si se me permite
decirlo. El juego me salvaba de los pesares que me invadían en cuanto volvía a caer
en mi vergüenza solitaria.

 La escuela la hacen, en primer lugar, los profesores.

 ¡Ah!, fundirme en una pandilla donde la escolaridad no hubiera contado para nada,
¡qué sueño! ¿A qué se debe el atractivo de la pandilla? A poder disolverse en ella
con la sensación de afirmarse. ¡La hermosa ilusión de la identidad! Todo para
olvidar esa sensación de ser absolutamente ajeno al universo escolar, y huir de
aquellas miradas de adulto desdén.

 Pero os llevaríais una falsa idea del alumno que yo era si os atuvierais solo a esas
represalias clandestinas. (Además, lo de las tres sotanas no fue cosa mía.) El alegre
zoquete que de noche urdía jugarretas vengativas, el invisible Zorro de los castigos
infantiles; me gustaría poder limitarme a ese cromo, solo que yo era también —y,
sobre todo— un chiquillo dispuesto a todos los compromisos a cambio de una
benevolente mirada de adulto.

 A todos los que hoy imputan la constitución de bandas solo al fenómeno de las
banlieues, de los suburbios, les digo: tenéis razón, sí, el paro, sí, la concentración de
los excluidos, sí, las agrupaciones étnicas, sí, la tiranía de las marcas, la familia
monoparental, sí, el desarrollo de una economía paralela y los chanchullos de todo
tipo, sí, sí, sí... Pero guardémonos mucho de subestimar lo único sobre lo que
podemos actuar personalmente y que además data de la noche de los tiempos
pedagógicos: la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en
un mundo donde todos los demás comprenden. Solo nosotros podemos sacarlo de
aquella cárcel, estemos o no formados para ello.

 Los profesores que me salvaron —y que hicieron de mí un profesor— no estaban


formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad
escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco sermoneándome.
Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro. Se dijeron que era urgente. Se
zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron de nuevo, día tras día, más y
más... Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos otros conmigo. Literalmente, nos
repescaron. Les debemos la vida.

 La madre. Está sola en casa, la cena terminada, los platos por lavar, las notas del
muchacho delante de sus narices, el muchacho encerrado con doble vuelta de llave
en su habitación ante un videojuego, o ya fuera, de farra con su pandilla a pesar de
una tímida prohibición... Sola, con la mano en el teléfono, vacila. Explicar por
enésima vez el caso del hijo, recorrer una vez más el historial de fracasos, qué
fatiga, Dios mío... Y la perspectiva del futuro agotamiento: tener que buscar
también ese año alguna escuela que le acepte... pedir un día de permiso en la oficina
o en la tienda... visitas a los directores del centro... la barrera de la secretaría...
papeles que re llenar... esperar la respuesta... entrevistas... con el hijo, sin el hijo...
tests... esperar los resultados... documentación... incertidumbres... ¿será esta escuela
mejor que la otra? (Porque en materia de escuelas la cuestión de la excelencia se
plantea tanto en lo más alto de la escala como en el fondo del abismo, la mejor
escuela para los mejores alumnos y la mejor para los náufragos, con eso está dicho
todo...) Llama por fin.

 Ignoran que están dirigiéndose al más joven reventador de cajas de caudales de su


generación y que si su representación del porvenir tuviera fundamento no estaría yo
al teléfono escuchándolas sino en la cárcel, contándome los piojos, de acuerdo con
la película que debió de proyectar mi pobre madre en la pantalla del futuro cuando
supo que su hijo de once años arramblaba con los ahorros familiares.
 Naturalmente el beneficio será provisional, la cebolla se recompondrá a la salida y
sin duda mañana habrá que empezar de nuevo. Pero enseñar es eso: volver a
empezar hasta nuestra necesaria desaparición como profesor

 Si fracasamos en instalar a nuestros alumnos en el presente de indicativo de nuestra


clase, si nuestro saber y el gusto de llevarlo a la práctica no arraigan en esos chicos
y chicas, en el sentido botánico del término, su existencia se tambaleará sobre los
cimientos de una carencia indefinida. Está claro que no habremos sido los únicos en
excavar aquellas galerías o en no haber sabido colmarlas, pero esas mujeres y esos
hombres habrán pasado uno o más años de su juventud aquí sentados ante nosotros.
Y todo un año de escolaridad fastidiado no es cualquier cosa: es la eternidad en un
jarro de cristal

 Para que el conocimiento tenga alguna posibilidad de encarnarse en el presente de


un curso, es necesario dejar de blandir el pasado como una vergüenza y el porvenir
como un castigo.

 Estos dramáticos finales de carrera evocan una angustia bastante comparable, a mi


entender, al tormento del adolescente que, convencido de no tener porvenir alguno,
vive el paso del tiempo con tanto dolor. Reducidos a nosotros mismos, nos
reducirnos a nada. Hasta el punto de que a veces nos matamos. Esto indica, como
mínimo, un fallo en nuestra educación.

 Ahora bien, en la sociedad donde vivimos, un adolescente instalado en la convicción de su


nulidad —y he aquí, al menos, algo que la experiencia vivida nos habrá enseñado— es una
presa. Y sin embargo salió adelante como maestro. Los profesores que le salvaron
no estaban formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de su
incapacidad escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco
sermoneándole. Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro. Se dijeron que
era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparle. Se zambulleron de nuevo, día
tras día, más y más... Y acabaron sacándole de allí. Y a muchos otros con él.
Literalmente, les repescaron. Les deben la vida.

 Por eso es crucial entender que la presencia de los alumnos depende estrechamente
de la del profesor: su presencia en la clase entera y en cada individuo en particular.
La presencia del profesor que habita plenamente su clase es perceptible de
inmediato. Los alumnos la sienten desde el primer minuto del año.

 ¿Y por qué no aprender de memoria textos maravillosos? No se puede explicar el


desprecio que se siente hoy por cualquier recurso a la memoria. "Aprendiendo de
memoria, no suplo nada, añado algo al todo". Al hacer aprender tantos textos a los
alumnos, de todas las edades (uno por semana laboral y cada uno de ellos recitado
todos los días del año), los zambullía vivitos y coleando en la gran oleada de la
lengua.

 Hoy en día existen en nuestro planeta cinco clases de niños: el niño cliente entre
nosotros, el niño productor bajo otros cielos, así como el niño soldado, el niño
prostituido y, en los paneles curvos del metro, el niño moribundo cuya imagen,
periódicamente, proyecta sobre nuestro cansancio la mirada del hambre y del
abandono. Son niños, los cinco. Instrumentalizados, los cinco.

 Los males de gramática se curan con la gramática, las faltas de ortografía con la
práctica de la ortografía, el miedo a leer con la lectura, el de no comprender con la
inmersión en el texto.

 En clase, el zoquete se pasa el día mintiendo, justificando sus faltas. Esta actividad
mental moviliza una energía que no puede compararse con el esfuerzo que necesita
el buen alumno para hacer bien los deberes. En un internado el zoquete ya no tiene
que justificarse. Supone, pues, un incalculable ahorro de energía vital.

 No son métodos lo que faltan, sólo se habla de métodos. En el fondo, sabemos que
falta algo: el amor. No se trata de ese amor. Una golondrina aturdida es una
golondrina que hay que reanimar; y punto final

2. EMITIR DIEZ CONCLUSIONES QUE NO ESTÁN EXPRESADAS


LITERALMENTE EN EL CONTENIDO DEL TEXTO
 Este libro no es sobre la escuela y sus problemas, es sobre el zoquete, el mal
estudiante. Es un libro sobre el dolor de no comprender. De esto no se habla, y es
precisamente lo que no cambia: el dolor compartido del zoquete, sus padres y sus
profesores, la interacción de esos pesares de escuela.

 No sirve decir que los jóvenes están mal preparados o que el nivel es muy bajo, hay
que saber utilizar la metodología adecuada a cada alumno e intentar sacar adelante
hasta al más zoquete de la clase, enseñándoles a creer en sí mismos y a desarrollar
sus capacidades que, indudablemente, todos las tienen, porque tan malo es el
alumno zoquete como el profesor que no es capaz de manejar esa situación

 No todo está en manos del profesor, también los padres juegan un papel primordial
en la educación de sus hijos. Los padres del mal alumno raras veces saben afrontar
el problema; la falta de tiempo o la desilusión les llevan a mirar para otro lado,
fingiendo que todo está bien, ya que como hemos dicho anteriormente, estamos en
una sociedad cambiante.

 Hoy día, parece que los padres sólo conceden importancia al desarrollo intelectual
de sus hijos, preocupándose exclusivamente por las notas conseguidas, y creo que
esto es un error, ya que la formación de los hijos, debe incluir todas las
dimensiones. A los hijos se les debe ayudar en la formación de unos hábitos sólidos
y bien arraigados, que les ayuden a ser personas de criterio, que toman sus propias
decisiones, evitando que otros las tomen por ellos.

 Me resulta bastante cómico este libro no sé si porque me identifico con él o solo


porque a veces el autor parece que recurriera a la auto burla o solo porque tiene la
intención de ser gracioso.

 Es muy interesante que siendo un mal estudiante haya podido sobrevivir al espacio
escolar, ser profesor y luego escritor, quizá este libro tenga un valor agregado ya
que viene de la experiencia de alguien que tuvo los problemas que trata de resolver
la pedagogía y que el supero.
 Con este libro a modo de conclusión se nos plantea la pregunta si ¿lo importante es
que los profesores saquen a los mejores estudiantes adelante o si por el contrario lo
importante es enfocarse en los peores estudiantes?

 Ser un mal estudiante es estar en el vacío, en la soledad que produce el fracaso.

 La clave para ser un buen profesor es el amor.

 Hay que educar a los estudiantes para que no caigan en las 5 clases de niños
actuales ya que ellos están instrumentalizados:
o Niño cliente
o Niño producto de “otros cielos”
o Niño soldado
o Niño prostituido
o Niño moribundo

3. PRESENTA DIEZ PALABRAS CON SUS RESPECTIVOS SIGNIFICADOS

 Urdía: Preparar una cosa en secreto


 Banlieues: Se utiliza para referirse a los barrios marginales del extrarradio de las
grandes ciudades de Francia, con gran concentración de inmigrantes extraeuropeos.
 Arramblabar: Tomar y llevarse de un lugar todo lo que hay de forma codiciosa o
indebida.
 Blandir: Mover un arma en actitud amenazadora agitándola en el aire.
 Sátrapa: Persona que abusa de su autoridad o poder para conseguir lo que desea.
 Vivaquear: Acampar de noche al aire libre.
 Estupor: Asombro o sorpresa exagerada que impide a una persona hablar o
reaccionar.
 Vercors: Cordillera de piedra caliza en Francia
 Prurito: Deseo constante, y a veces excesivo, de hacer una cosa de la forma más
completa o perfecta posible.
 Insondable: Que no puede ser conocido o comprendido por ser misterioso, difícil o
impenetrable.
4. RECONOCER LOS PERSONAJES PRINCIPLES, LOS ESCENARIOS Y LOS
HECHOS DE CADA CAPITULO

Capítulo 1: El basurero de Djibuti

Este capítulo empieza mostrando a la madre del autor, la cual está viendo una película en la
que se desarrolla la vida y obra de su hijo que aunque hubiese sido un mal estudiante en su
infancia, consiguió a lo largo de su vida profesional convertirse en un gran profesor.
El autor reconoce en repetidas veces que fue un pésimo estudiante, incluso reconocía que
era inferior a los comportamientos cognitivos de su perro. Tuvo problemas al aprender el
abecedario, consiguió ser bachiller muy tarde y a duras penas obtuvo su titulo en la carrera
de filosofía y letras.
Admite que tuvo una infancia feliz pero que su mayor temor era la escuela. Le
consideraban un “zoquete” y recalca que su familia tuvo que llevar con esa carga, la de
tener un hijo y hermano “zoquete”.
Decide escribir el libro “Mal de la escuela” en el que reconoce que tiene un auto-concepto y
el de la escuela muy negativos.

Uno de sus hermanos piensa que el origen de esa “zoqueteria” se debe a que de pequeño,
cayó en el basurero de Dijibuti y allí contrajo una enfermedad que después tuvo que ser
tratada con penicilina.

En un momento consiguió abrir la caja fuerte de su madre y por esta razón sintieron que no
podían mas con el y lo enviaron a un internado, desde los doce a los dieciséis años. Esta
experiencia le hizo reflexionar acerca de los marginados sociales, dice que sus movimientos
reivindicativos los respeta y apoya pero considera que esta mejor fuera de ellos y le da las
gracias a los profesores que confiaron en él y “lo sacaron del pozo” en el que se encontraba.

Capítulo 2: Devenir

El autor describe algunos casos de sus alumnos en la década de los años 70 donde observa
que la sensación de fracaso de algunos de ellos es un fiel reflejo de la proyección del
fracaso que manifiesta en sus padres ante la vida o profesión.

Una de sus alumnas, Natalie, presenta un fuerte sentimiento de culpa y autorreproches


procedentes de su padre por encontrarse en desempleo a sus 35 años de edad. Esa sensación
de fracaso lo proyecta en el resto de la familia, de tal manera que Natalie, proyecta fracaso
total al considerar que a sus 12 años no ha conseguido nada en la vida al igual que su padre
a los 35 años.
En la década de los años noventa, siguió observando la auto culpabilidad en sus alumnos
por el constante machaqueo de los padres al comparar las bondades y maldades entre
hermanos.

Después de 20 años el profesor se cuestiona y se pregunta cómo debe ser la vida de su


alumna Natalie ya con 32 años, posiblemente con una hija de 12 años, cuando el desempleo
en el momento actual es problema de todas las profesiones y culturas.

Al comparar la enseñanza que recibió de “Externo” y de “ interno”, se cuestiona


nuevamente sí fue feliz al estar interno, y manifiesta que la condición de interno le fue
infinitamente más soportable que la de externo.

Las razones por las que los profesores y los padres le dicen mentiras a sus alumnos o
hijos, lo hacen en base principalmente en los siguientes aspectos:

 No pierden el tiempo en discutir cosas numerosas o tediosas.


 Proyectan las propias vivencias del profesorado o de sus padres y sus propias
frustraciones.
 La mentira es compartida hay cierto interés en los padres y en los profesores de
proteger al niño o a su propia creencia de fracaso como educador tanto del maestro
como del padre, es una mentira compartir.

 A la familia la soporta de viernes a domingo ya que no se meten con él ni con sus


tareas o labores escolares como alumno.

Reflexiona sobre la cuestión de haber llegado a ser alguien en la vida y que tardó 10 años
en convertirse en un profesor responsable. Esa maduración personal llega de manera
distinta a cada persona, ya que cada uno tiene su propio ritmo de madurez e incluso algunos
no les llega nunca. Los salvadores del profesor en cuestión para llegar a iniciar su madurez
responsable fueron los siguientes

 un profesor de francés
 un profesor de matemáticas
 una profesora de historia
 un profesor de filosofía

La lectura también lo salvó, pero lo hacía de forma clandestina porque en los internados de
esa época estaba prohibido leer. También lo salvo el amor ya que repitiendo el último curso
de bachillerato se enamoró, posteriormente obtuvo una licenciatura y un doctorado en
letras.

Capítulo 3: LO, o el presente de encarnación.


El profesor, tomándose como ejemplo a si mismo e intentando proyectar su propia
experiencia negativa en sus estudios de infancia y juventud, se sirve de un montón de
estrategias para poder sacar a los alumnos fracasados de su pensamiento negativo ante todo
lo escolar. Para ello recurre a un sinfín de estrategias cotidianas y a través de una palabra o
pronombre aparentemente absurdos para sus alumnos inicia una reflexión que va acercando
a los alumnos poco a poco el gusto por la lengua y la asignatura.

El pronombre neutro “lo” así como otros, los utiliza frecuentemente dentro de una
metodología de acercamiento a la literatura, con esto los atrae y los acerca al gusto por la
enseñanza de la gramática ya que plantea que “las malas praxis” se curan con la inmersión
en la gramática e intenta animar a sus malos alumnos a que no descansen y entren en
materia.

En esta labor de búsqueda de estrategias para salvar a sus malos alumnos, recurre a las
enseñanzas y ejemplos que le dan algunas de sus compañeras, entre ellos al de una
profesora de música qué le manifiesta que cada alumno es diferente. Otra de las estrategias
que encuentra como forma de acercamiento a sus alumnos es la de pasar lista, encuentra a
esto como un momento de acercamiento a sus alumnos.

Ingenia unos dictados creativos, en los que cada uno de sus alumnos dicta al resto de sus
compañeros sus experiencias personales de lo que les ocurrió el día anterior o el fin de
semana, a través de estos dictados comprobaba que cada uno de sus alumnos iban
progresando a excepción de algunos de ellos que descubrió que padecían de sordera, esto se
lo comunicaba a sus familiares y sugería una revisión exhaustiva del oído.

Para salvar a alumnos que se iba encontrando en diversos centros escolares por los que iba
dando clase, descubrió que era necesario enseñarles de nuevo e iniciar un proceso de
“desprender para volver a aprender”.

Capítulo 4: Lo has hecho adrede.

Una de las acusaciones más frecuentes qué hacen las familias y los profesores a los malos
alumnos es “lo has hecho adrede”, el alumno lo niega o lo reconoce y de esta manera se
inicia un círculo vicioso y permanente.

Para cortar este círculo vicioso, el autor utiliza la propia palabra adrede y partiendo de qué
es un adverbio comienza a reflexionar sobre el concepto y lo que significa. Con la
participación de los propios alumnos introduce y desarrolla una parte de la gramática, para
ello comienza comparando a Picasso con un “zoquete” manifestando qué tanto el uno como
el otro hacían las cosas adrede.

Capítulo 5: Maximilien o el culpable ideal.

De una experiencia personal en la que el profesor se encontró con Maximilien, el cual le


pido ayuda de malos modos, el profesor le manifestó que no le ayudaría porque no le había
hablado con respeto y que le ayudaría cuando lo hiciera, posteriormente el profesor
reflexiona sobre esa experiencia. luego sobre el costo y el valor real de los objetos, hace
alusión de que en la actualidad los jóvenes, en esta sociedad de consumo, se guían por el
nombre de las marcas más que por el nombre propio de los objetos adquiridos

Hace una defensa a los alumnos maltratadores de celadores o de profesores, en el momento


actual, justificando o queriendo demostrar que la violencia no es sólo de estos tiempos, sino
que viene dándose de generación en generación.

Llega a la conclusión de que es evidente la diferencia existente entre los nacidos y criados
en buenas familias, que los nacidos y criados en barrios marginales o suburbios, estos
últimos tienen más posibilidades de ser como Maximilien.

Capítulo 6: Lo que quiere decir amar

El autor insiste que los profesores tienen que asumir una y otra vez que el papel del colegio,
es y debe ser, un lugar compensador para complementar las posibles deficiencias que traen
sus alumnos en su entorno social y familiar.

Propone que salvar alumnos de la escuela que rozaban la delincuencia o ya estaban


iniciados en ella supone dar amor y concluyen los siguientes aspectos:

 Hace un homenaje a los buenos maestros.


 Reconoce que ha llegado una nueva generación de la formación de enseñantes que
se centrará cada vez más en el dominio de la comunicación con los alumnos.
 Recuerda con añoranza a profesores y a sus compañeros de la etapa escolar en la
que era considerado como un “zoquete” y la salida de “ese pozo” se consigue
gracias a la instrucción gratuita y obligatoria para todos.
 Hay que educar para que los niños no se clasifiquen en ninguna de las categorías
actuales ya que todos ellos están instrumentalizados.

5. CONSTRUYA UN CASO SOBRE UNA EXPERIENCIA DE SU EDUCCION


PRIMARIA O SECUNDARIA

En grado séptimo, estudiaba en un colegio público en el barrio Suba Rincón. En mi


salón tenía un compañerito de nombre Miguel.
Miguel era un chico disperso y casi no entendía las cosas explicadas en clase por lo que
me pedía ayuda a mí para entender sobre todo los procedimientos de matemáticas ya
que usualmente los profesores le humillaban por preguntar algo que no entendía y que
para el resto era “obvio” por eso le daba pena preguntar. Yo en medio de todo me di
cuenta que él era un chico bastante inteligente pues cuando yo le explicaba y le ayudaba
con cosas más el detalle, el entendía sin necesidad de repetirle las cosas, todo esto sin
contar que era bastante bueno dibujando pero ninguno de los profesores le reconocía
esa habilidad. Pasado el tiempo y al ver que no le iba bien en las materias y/o
evaluaciones, Miguel fue perdiendo todo el interés en estudiar y por esto (creo yo) se
sumergió en mundos indebidos como el de las drogas, yo ya no veía a Miguel en clases
pues no entraba, le veía en el descanso en los pasillos perdido en ese mundo. Yo le
comente eso a una profesora a la que le tenia mucha confianza y consideraba que podría
hacer algo por mi compañero, ella poco a poco se fue acercando a él y llevo el caso a
las directivas del colegio, por lo cual tuvieron que hacer un proceso con él, psicología,
orientación, etc..
Fue poco a poco como vi los cambios en el, entraba a clases, presentaba talleres y
tareas, y atendía a la clase. Me sorprendí aun mas cuando el era tan pero tan dedicado
que obtenía mejores resultados que yo en sus exámenes, como consecuencia de esto,
empezó a ocupar los mejores lugares en el curso. Toda mi secundaria fui compañera y
amiga de Miguel, se me lleno el alma de felicidad al conocer su puntaje en las pruebas
ICFES, fue el quinto mejor puntaje en toda la localidad de Suba. Pero fui aun mas feliz
cuando con una sonrisa enorme en su rostro me contó que había entrado a la
Universidad Nacional de Colombia.

Mi reflexión personal es que sin sus ganas de salir adelante y sin los profesores que le
colaboraron estando mas que pendientes de su proceso en el colegio durante la mayoría
de años que estuvo ahí, Miguel se hubiese quedado en el mundo de las drogas. Para mi
es muy importante que las dos partes (maestro y alumno) den lo mejor de si mismos en
un proceso tan importante como lo es la educación para que en conjunto, se pueda
construir una mejor sociedad.

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