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6. ZQué hacer con los relatos, 1a mafiana, historia? Respuestas a los post-modernos. La Filosofia Latinoamericana La Filosofia Latinoamericana se ocupa de los modos de objetivacién de Lun sujeto, através de os cuales se autorreconoce y se autoatirma como tal sos modos de objetivacion son, por clerto,historcos yno siempre selogra, a través de ellos una afirmacién de sujetividad pena, ‘Sobre esa problemética la Filosofia Latinoamericana organiza sus formas narrativas, las que se expresan de modo rico y complejo através de diversas construcciones te6ricas, dentro de las cuales prestaremos ater ci6n a su historlografia (desarrollada preterentemente como Historia de las ideas), la que no es ajena a la Filosofia de la historia con la cual aparece ‘implicada en muchos casos. ‘Aquelia afimacién do sujetividad es condicionante, pero también & Inevitablemente, condicionada. Hacemos nuestras circunstancias, mas, también ellas nos hacen. Debido a esto la historia de aquel acto de afirmiacién nos muestra un elevado grado de contingencia y el desarrollo del proceso de autorreconocimiento y de autoposicion, muestra comienzos y recomienzos. Mas, elvalorar un momento como comienzo y el proponer un recomienzo implica una prospectividad, una posicién proyectiva desde a cual no slo se ‘mira con una actitud constructiva hacia adelante, sino que se mira ha atrs con igual signo. Se trata de una objetividad que no renuncia al punto de partida inevitablemente subjetivo. Aqul “subjetividad y sujetividad” se identifican. Ponemes en juego un derecho respecto de nuestro pasado, el cde medio desde un proyecto de futuro vivido desde este presente, De ahi la selectividad inevitable en la determinacion acerca de qué sea “hecho histérico"o no para ese sujeto y también lanecesidaddettijarelcriterio desde ‘et cual se pone en ejercicio. De este modo surge un tipo de narratividad que es proyectivo, es deci, ‘no s@ queda en lo constatativo y que, todavia mas, reviste pretensién de Performatividad. Vale decir, que su enunciado describe una determinada 105 accién del locutor y su enunciacién tiene pretensién de ser equivalente al ‘cumplimiento de la misma. ‘Sinos remitimos a la polémica que entablaron los antiguos acerca de si ‘su mundo era por naturaleza (Kata physei) 0 si lo era por efecto de un ‘ordenamiento humano (Kata némo), siseregia Unicamente por las leyes dol ser 0 si también y muy especificamente suponia un deber ser, hemos de 2.t-moderna, para lo que se ha entendido indispensable ‘ocuparse de otras formas del saber, acusadas de haber impedido la constitucién de aquel “estatuto’. Paracomenzar veamos qué son os"‘elatos" Hay "grandes" ‘pequefios relatos". Estos times conforman el "saber consueludinario" que “constitu: ye la cultura de un pueblo". Los mitos estudiados por Lévi-Strauss y los, ‘cuentos fantasticos que rabajaba Vladimir Propp, son ejemplos deese nivel {el saber narraivo. Frente a ellos se encuentran los "grandes relalos” qUe * on precisamente los que habrian entrado en crisis y con ellos la modern ‘ad de fa cual «~n expresion, Dentro de estos podemos distingur-siempre segin Lyot:- principalmente dos variantes olineas de desarrollo, una de ellas se construye sobre la categoria de "héroe de la. ibertad” y genera el “telato de la emancipacién’ a ora, a part de la categoria de “héroe del conacimiento” da lugar al “relsto especulativo". Y por encima de ambos surgen los “metarrelatos", en los que encontramos reunidos lo“especulat vo" ¢-"lo"emancipatoro®.Elempio de esto ihtimolo tenemos enel sistema de Hegel y podriamos agregar que Marx estar colocado en esta misma posicién. Ejemplos de relato emancipatori, en el que prima el enunciado 107 prescriptvo y en el que el héroe es el pueblo, ofa nacién, ola humanidad, £8 61 que se ircia con lalustracion, iene su momento en Kanty, pasando indudablemente por Marx, concluye en la Escuela de Frankfurt. En este “juego de lenguaje” la pertinencia no esté dada por las categorlas de *verdaderofalso", sino porlas de“justoinjustoy en éllacrtca es coesencial aljuego mismo, Y ala ver y, justamente en relacién con lacrtica, seapoya fen una comprensién especifica de la conflctvidad social segdn la cual ia Sociedad no forma un todo integrado, sino que se muestra como un sistema de oposiciones (proletaiado/burguesla; mujr/varén; nifo/adulto, et.) el {ue no carresponde a los "mados mas vivos del pensar postmoderno”. Ya anlicpamos que on Hegel sedariaunintento é~ ~nulaque ast las cos lineas de desarrollo del relato", enla forma de un ‘metarrelato" que incluye todos los relatos posibles y en relacién con un metasujeto que, a su vez, expresa a todos > sujetos posibles. £1 caso més audaz de esta “metanarracinracional” estala dado por la Enciclopedia de "ss ciencias filoséficas. En cuanto al sistema de Marx, segin se desprer ria de los textos de Lyotard, las dos formas de narratvidad parecerian mantenerse, mas, sin aicanzar la sintesis que muestren en Hegel. La presencia y ef indlscutble peso que tiene et saber criico en particular dento de ta formulacién emancipatoria, hacen que este aspecto del pensamiento marxiano se muestre con un cierto peso propio. Elo se relacionaria con la fuerza quo muestra la comprensin de la cont'~tvidad social en cuanto sistema de oposiciones, laque enlalinea de ur...arxismo critco posee una dindmica que se pierde en las expresiones dogmaticas. Pues bien, el gran error de 1a modernidad consiste en la <“ganizacién dada a la totaidad de los “juegos de lenguaje”, dentro de Ics cuales se ha lentendido que ciertos “relatos” cumplian 2un la misién dela fundamentacién del saber en general, incluido, por cierto, el discurso cientitico. Esto ‘espondia a la vigencia de un “estatuto del saber" que es justamente el que hhabria entrado en crisis. Y el nuevo estatuto que ha surgido debido a ia “erosién” que han padecido todas las formas narrativas, en particular aquelias que pretendian ejercer una funcién de justiicacién del saber en ‘general, ha puesto en evidencia un tendmeno al que Lyotard denomina de [a “inconmensurabilidad de los juegos de Jeng raje En efecto, el saber de ciencia es para Lyotard totalmente ajeno a toda, prescriptividad y su forma enunciativa es “denotativa” o “descriptva’; los, vvalores con los que trabaja son los de “verdadifalsedad” y nunca los “justofinjusto” y es frecuente que lo que para los “relatos” sea negati desde un punto de vista moral, parala ciencia sea, simplemente, verdadero; ‘tampocola ciencia, siempre segin nuestro autor, par:e dela-prior (plantea- do por un “improbable sujeto critica” -el que podria ser el "Tercer mundo", 108 © las “jwventudes protestataias" o los “movimientos feministas”) de la estructura dualista de la realidad, en particular la social, ni coloca el problema de la confctvidad en un espacio que seria el propio del esprit narrative" generador de “relatos". Si hay confictvidad ella se da, para Lyotard, entre los “juegos de lenguaje" y como el mundo forma “un todo tegrado", las contradiciones que muestra son tan slo distunciones que siempre son pasibles de ser refuncionalizadas. Y todavia mas, el cientiico 10 tiene competencia como relerente, incluso cuando se trata de las, Ciencias humanas, por lo quo si realmente expresa el actual estatuto del sabor de ciencia, resulta ser exterior al conocimiento. Pues bien zen qué consiste ese “estatuto"? Para responder a esta progunta Lyotard echa mano de una cldsica distincién establecida en El Cepital, entre ‘valor de uso" y “valor de cambio’, pero para hacer paradojalmente de esos conceptos un “uso” radicalmente opuesto al que puede verse en Marx. Todo el “saber narrativo", en bloque, se encuentra estatuido sobre el ‘valor de uso" lo cual supone, por lomenos, una voluntad acer compatibles os valores de verdad y de usticia; "saber de ciencia’ por el contrario, ¢s sin mas para este posimoderno, un “valor de cambio" fo es “producto” sino quo es “mercancia". Su vaio no fe viene de sti ‘contenido intrinseco en relacién con un sujeto, como puede ser el pueblo, el proletariado 0 la humanidad, sino ta relacién oferta/demanda en un ‘mercado en donde a verdad del enunciado queda sometida alas categorias de utiidadfinutiided. ¥ asl, pues, mientras se afirmalainconmensurabilidad del “enunciado narrativo", especto del “enunciado denotativo’, es decir, ta ciencia, se declara la mensurabilidad de este timo con otto tipo de tenunciado “en dondeloque se ventilanoesia verdad sinolapertormatividad” Es decir, que el “enunciado cientifico” 0 “enunciado denotativo" es visto ‘como una especie de “acto de habla” en funcién de su valor potencial de ‘generar un aumento eficaz de la relacién “cienciajtecnologia”. En ese momento se daria la relacién extrinseca con el poder politico, sin que esto ‘afecte, al parecer, la autonomia y la especiicidad de esos “juegos de enguaje" que constituyen a la ciencia Pues bien, ya anticipamos que la Filosofia Latinoamericana es un filosofar que no se ocupa del ser, sino del modo de ser de un hombre determinado, en relacién con sus modos de objetivacién y atirmacién istricos. Y por cierto que sus enunciados son tanto descriptivos, como Prescriptives y como dijimos, lo descriptivo se encuentra determinado con mas o menos fuerza por la prescriptvidad. De acuerdocon esto sucede que la Filosofia Latinoamericanaresultaser tuna tipica “narracién” que os a la vez “relato especulativo" y “relato ‘emancipatorio", en particular en cuanto se nos presenta como saber 109 hist6rico © como un filosotar sobre nuestra historia. El estatuto que se encuentra en vigencia en esas formas narrativas responde, ademés, al ‘Valor de uso" y no al ‘valor de cambio", en pocas palabras, el saber que generan la Fiosotia Latinoameticana y su Historia de las ideas, no reciben. Su validacién de una oferta en un mercado. Dela misma manera debemos. subrayar el diverso sentido que ofrece la pretensién de performatividad, ya Que la misma es sentida en relacién con la consecucién de los valores de Verdad y de justicia, Se trata, ademas, de formas de saber no ‘despersonalizado en las que quienes las practican, el fdsofo y el historia- dor, ejercen una funcién testimonial en relacién con su insercién en su tendencia tipica de nuestra historiografia Maridtegui y a tantos otros. Por otraparta, elreferente que hace de medida para el sistema axiolégico sobre el cual se trabaja es, en primer lugar, social y en segundo lugar, parte fundamentalmente de la relacién “opresorjoprimido", es decir, ‘se enilende la conflctvidad en su verdadero lugar, aun cuando s¢ reconoz: ‘ca su proyeccién en el universo discursivo (en él mundo de lo que este postmoderno denomina de los “juegos de lenguaje" y la considera sobre el, ‘esquema dual que rechazan precisamente los filésofos que pregonan el fin de la modernidad. La afirmacién de un Lyotard segn la cual “tas necesida- des de los mas destavorecidos no deben servi de principio regulador del lema’, porque “es contrarlo a la fuerza regularse de acuerdo con la las cortientes del pensamiento contempora- ‘neo: el lamado “fin de la. etatisica’, problematica que tiene sus inicios en @l pensamiento de Heidegger, quien habria pasado por dos etapas, una primera, ladel Ser y el tiempo, en la que habria unaintencién de reformular laccuestion del serfrente ala gran tradicién clésica que comienzacon Platén Yuna segunda, que tendria su expresién en a obra ldentidad y diferencia, en la que se renunciarla a una reformulacién de tipo constructivo y todo quedaria en c! nivel de una sospecisa - como lo ha sefialado Apel -respecto del saber metafisico, levada a fondo, pero sin acompatiarla de una critica que abra la posibilidad de una nueva reformulacién. A esta altura no podemos dejar de preguntarnos qué pasa con la metafisica y por qué se ha an wciado su fin, Digamos en primer lugar que 115 la metafisica, desde Aristoteles en adelante, es un saber del fundamento. Pero sucede que si bien desde sus comienzos pregunta por el ser, el tundamento, respondia sefialando un ente. Este hecho es el quehadado pie ala acusacin de que se habria caldoen.un olvido del ser’. De todos modos, elasuntonoconcluye ahi, la metafisica es, ademas, untipo de pensar propio de una daterminada cultura, la llamada Occidental, la que ha conciuido, ‘como se sabe, en un sistema en el que el manejo del ente la tecnologia. ha legado hast exremos inmapinables. V esa rlacén con la cosas y ol sspecto de los hombres, salista: no aslo ve he ohidaga cl hha generado una relacién de violencia, Todo esto se conecta, evidentemente, con aquella razén que contenia en su seno lo iracional, ‘como algo agazapado e inesperado, tema’ -a ena que concluy6 dentro de otra linea de desarrollo la Escuela de Frankfurt. Si utilizamos categorias puestas en vigencia por los mismos postmodernistas bien podrlamos preguntarnos qué se nos quiere decir con este “metarrelato” que ha venido a ocupar en nuestra cultura un lugar ‘equivalente al que ocupé el de Hegel en su época. Si nos atenemos alas cconnotaciones del término con el que ha sido expresada la categoria en Ccuestion, tentados estamos de ver todo ese mundo “narrativo" como una {granmetaforacon la que se manifiasta, de maneracciertamente patetica, una sociedad, la capitalista, en la que el valor de uso de los entes ha quedado

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