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Salmo 25 (24)

Oración por todas clases de necesidades

Presidente: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Todos: Amén
Oración
Oh Dios sumamente benigno, líbranos de todas nuestras angustias, pues suspiramos por ti;
te rogamos que olvides los delitos de nuestra juventud y de nuestra ignorancia, y, si hemos
pecado por negligencia, perdónanos por tu clemencia. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén

SALMO
A ti, Señor, levanto mi alma; para los que guardan su alianza y sus
Dios mío, en ti confío mandatos.
no quede yo defraudado, Por el honor de tu nombre, Señor,
que no triunfen de mí mis enemigos, perdona mis culpas, que son muchas.
pues los que esperan en ti no quedan
defraudados, ¿Hay alguien que tema al Señor
mientras que el fracaso malogra a los traidores. El le enseñará el camino escogido:
su alma vivirá feliz,
Señor, enséñame tus caminos, su descendencia poseerá la tierra.
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad; El Señor se confía con sus fieles,
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y les da a conocer su alianza.
y todo el día te estoy esperando. Tengo los ojos puestos en el Señor,
porque él saca mis pies de la red.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas; Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí,
no te acuerdes de los pecados que estoy solo y afligido.
ni de las maldades de mi juventud; Ensancha mi corazón oprimido
acuérdate de mí con misericordia, y sácame de mis tribulaciones.
por tu bondad, Señor.
Mira mis trabajos y mis penas
El Señor es bueno y es recto, y perdona todos mis pecados;
y enseña el camino a los pecadores; mira cuántos son mis enemigos,
hace caminar a los humildes con rectitud, que me detestan con odio cruel.
enseña su camino a los humildes.
Guarda mi vida y líbrame,
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti. Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus peligros.
Reflexión
Nosotros no sabemos orar como conviene, pero el Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu
y con palabras inenarrables nos va conduciendo a la intimidad de Dios (Rm 8,26).

Si se dijo del salmo anterior que era una pieza sólida, poéticamente hablando, este salmo es
todo lo contrario. El artificio alfabético (cada estrofa es una pequeña frase iniciada por una
de las letras del alfabeto desde la Alef hasta la Tav, puestas en su orden) impide que el salmo
tenga unidad y se constituya más en un mosaico de oraciones diversas encabezadas por una
letra del alfabeto. Pretendería ser un salmo pedagógico, pero tampoco lo es. Podríamos
pensar más bien en un salmo hecho por uno que quiere recopilar oraciones breves para toda
ocasión, cada una de las cuales tiene como recurso de memoria el hecho de comenzar por
una letra del alfabeto. Lo podríamos tomar como un pequeño manual de oraciones para
cualquier ocasión. Si embargo para el experto que quiere analizar más profundamente no
pasa de ser un salmo falto de personalidad en el que predomina la súplica.
Podríamos sin embargo ver en este salmo el inicio del camino de oración de alguien que no
tiene más recursos, pero su corazón se detiene en el Señor que entiende el balbuceo de las
palabras pobres del torpe que se atreve humildemente a musitar su plegaria (Rm 1, 14-17).
No hay duda querido oyente de que en precariedad semejante nos encontramos muchos
cristianos que no sabemos orar y solo podemos balbucear frases incoherentes y palabras sin
sentido. ¿Escuchará Dios una plegaria así, o será mejor recurrir a los que anudan unas con
otras frases y palabras hermosas para orar en nombre nuestro? Así como Dios nos dejó en
los salmos e himnos inspirados un amplio repertorio para que la salmodia (palabras
inspiradas por el mismo Dios) nos sirva de oración, así en el Nuevo Testamento, el Maestro
de la Oración nos dejo en las palabras del Padre Nuestro aquella oración, que sale de los
labios de Jesús y de nuestros indignos labios y llega hasta el punto de enternecer el corazón
paternal de Dios que nos declara sus hijos y escucha nuestras súplicas en cada una de las
diversas situaciones de esas piezas de oración que a lo largo de la Biblia vamos encontrando.
Quien bien empieza, bien acaba. El salmo nos anima a empezar, aunque sea con torpeza de
palabras pero sin que falten la fe y la confianza en Aquel que se derrite ante nuestras pobres
palabras y termina escuchándonos con la ternura de un padre, de la misma forma que
prefirió la oración simple del publicano a aquella pretenciosa y altisonante del fariseo.

Terminado la reflexión, el que dirige invita a decir en voz alta las intenciones o peticiones por la que se
realizará el Santo Rosario. (Una de ellas el fin del Coronavirus y por los médicos y personal de Salud)

Se inicia el Santo Rosario como de Costumbre repartiendo entre varios miembros de la familia cada uno de
los misterios que corresponden a cada día. (Lunes y Sábado: Misterios Gozosos, Martes y Viernes: Misterios
Dolorosos, Jueves: Misterios Luminosos, Miércoles y Domingo: Misterios Gloriosos.) Al finalizar se hace
la siguiente Oración:
Oración del Papa Francisco a la Virgen María
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como un signo de salvación y esperanza.
A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos, que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de
Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación del pueblo colombiano, sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que lo concederás para que, como en Caná de Galilea, vuelvan la alegría
y la fiesta después de esta prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la
voluntad del Padre y hacer lo que Jesús nos dirá, Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí
mismo se cargó de nuestros dolores para guiarnos a través de la cruz, a la alegría de la
resurrección. Amén. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies
nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y
bendita. Amén

Juntos dicen: El Señor nos bendiga, nos libre de todo mal y nos lleve a la Vida Eterna. Amén.

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