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Resumen
Este artículo, de carácter introductorio para el estudiante de administración, pasa re-
vista a la evolución del saber administrativo, empleando conceptos de filosofía e histo-
ria de las ciencias. Diferencia la práctica del saber administrativo y explica cómo el
segundo se ha ido construyendo y delimitando desde el advenimiento de la sociedad
moderna y el capitalismo. Luego trata acerca de los fundamentos conceptuales, com-
plejos y variados, que ayudan a construir tal saber. Los autores proponen los siguien-
tes: económicos, religioso-culturales y socio-psicológicos, poniendo énfasis en la for-
ma como éstos contribuyen a estructurar, histórica y conceptualmente el saber adminis-
trativo.
sertarse en las relaciones de producción y tiende como «ciencia, o sea como cono-
de trabajo y transformarlas activamente cimiento de algún modo garantizado en
fue durante siglos una práctica económi- su verdad». (Abbagnano 2001: 1027). Acá
ca y cultural de la cual se derivó poste- se adopta el concepto tradicional de la
riormente un saber administrativo. ciencia, es decir, aquel que incluye una
garantía absoluta de validez y es, por lo
Pero existen también actividades más tanto, como conocimiento, el grado máxi-
complejas, que trascienden una relación mo de la certeza. En el sentido más posi-
más directa con la naturaleza, y cuyo ma- tivista de la palabra1, la ciencia se entien-
nejo también hace parte de los propósitos de como un sistema de principios, leyes y
de bienestar que el ser humano debe lo- reglas válidas que superan el conocimien-
grar: actividades en el orden de lo social, to empírico y se abstraen de las condicio-
lo económico y lo político, por ejemplo. nes particulares de la realidad, proponién-
En resumen, la práctica administrativa dose como universales, es decir, como
como tal deviene del hacer directamente, objetivas 2.
teniendo en cuenta la experiencia que se
adquiere a partir de la realización misma El hecho de que el conocimiento de la
de actividades tendentes a obtener un fin administración haya sido durante tanto
determinado –el bienestar general–, a ha- tiempo de orden práctico, no lo desmere-
cer un uso óptimo de los medios con los ce, no supone que ocupe un lugar de me-
que se cuenta para cumplir tal fin, y al lo- nor valor frente al saber administrativo,
gro de la supervivencia individual y la de que en ciertos momentos de su historia
la comunidad. ha sido denominado como una «ciencia».
Durante miles de años la humanidad cons-
El saber, por su parte, se puede enten- truyó conocimiento confiable a partir del
der de dos formas: una, «como conoci- saber práctico, pero es en nuestra época
miento en general y, en este caso, designa cuando las valoraciones excesivas sobre
toda técnica que se considere adecuada el conocimiento científico han desvalo-
para dar información en torno a un obje- rizado otras formas del conocimiento,
to, un conjunto de tales técnicas o, tam- como el conocimiento común, popular y
bién, el conjunto más o menos organiza- práctico.
do de sus resultados»; y otra, que lo en-
pios básicos de un saber que cada vez se de gran importancia la cooperación entre
configuraba como un campo teórico rela- el capital y el trabajo, dado el permanente
tivamente autónomo respecto de la inge- conflicto y enfrentamiento que el desarro-
niería y la economía. Para Aktouf, por llo del capitalismo fue desatando entre
ejemplo: ellos y que se evidenciaba en el trabajo
en las fábricas. Se trataba de rescatar los
Taylor no inventó nada que fuese to- intereses comunes entre directivos y tra-
talmente nuevo, pero efectuó la sínte- bajadores para garantizar la aplicación de
sis de las ideas que germinarían y se- los principios de la ciencia creada para el
rían reforzadas en Gran Bretaña y los trabajo.
Estados Unidos durante el siglo XIX
y las presentó en un todo coherente y Así, a partir de Taylor y los teóricos
razonado. A una serie de iniciativas y que lo precedieron, o que fueron sus con-
experimentos disparatados les dio una temporáneos, la administración dejó de
filosofía y un título (Aktouf 1998: 47). estar exclusivamente circunscrita a un
conjunto de prácticas culturales y econó-
Con Taylor fue más claro que la ge- micas orientadas al manejo, control, ges-
rencia científica consistía en un intento de tión y organización de recursos, y entró
aplicar a la organización de las fábricas al campo de lo que podría denominarse
una sistemática y precisa observación, un en general como las ciencias, a partir de
espíritu de investigación objetivo y el es- la racionalización del trabajo que preten-
tablecimiento de principios derivados de dieron estos autores. El nuevo escenario
la experimentación, resultado de los avan- de la administración se situó entonces en
ces en la mecanización y en la masifica- la industria moderna, dejando de estar cir-
ción del trabajo: cunscrito a las prácticas del manejo y ges-
tión de los recursos de las sociedades agra-
Su objetivo era el de garantizar que rias y campesinas precapitalistas.
cada trabajador, cada herramienta y
cada máquina de una empresa se utili- Hacia las décadas de 1930 y 1940, los
zaran con su máxima eficiencia. Se tra- avances en psicología, sociología y antro-
taba de conseguir esto, dando a cada pología permitieron a la administración
trabajador un incentivo para que tra- pensar nuevas problemáticas organizacio-
bajase lo mejor posible en lugar de nales relacionadas no sólo con la produc-
prolongar su tarea, descubriendo el tividad del trabajo en sí, sino también con
mejor modo en que podía realizarse las relaciones humanas y el mundo labo-
cada operación e insistiendo luego en ral como fenómeno social y humano. En
la aplicación uniforme de ese método, este sentido, la administración no es un
y planificando previamente la jornada campo de saber puro, sino que es una
de trabajo que había de hacer cada uno, construcción interdisciplinaria en la que
de modo que no hubiese interrupción se retoman las conquistas de diversas cien-
en el ritmo de trabajo de una fase a cias para posibilitar una comprensión más
otra (Asworth 1978: 102). amplia de su objeto de estudio: las orga-
nizaciones (López 1999b), y también para
Para Taylor, dentro de esta organiza- implementar acciones gerenciales con el
ción metódica y científica del trabajo, era fin de intervenirlas.
sistematizado y ordenado, fruto de las pre- segundo grupo de sociedades –los gran-
ocupaciones alrededor de esas nuevas so- des imperios antiguos de Egipto y Roma,
ciedades. por ejemplo– ha organizado sus recursos
basado en el mando de una autoridad cen-
En este sentido interesa delimitar el tral «que cuida que sean realizadas las ta-
concepto de división del trabajo, enten- reas necesarias» (Heilbroner 1985: 27)
dido en su dimensión social, como aque- adjudicando por autoridad a cada grupo
llas actividades que los diferentes inte- aquellas actividades que le son encomen-
grantes de la sociedad realizan como re- dadas: construcción, agricultura, alfarería,
sultado de una división de funciones, para comercio, defensa del territorio, culto re-
el logro de los objetivos que la benefician. ligioso y gobierno.
Para Carlos Marx esta división tiene sus
inicios en la separación entre el campo y Estas dos primeras formas de gestio-
la ciudad y las distintas actividades eco- nar los recursos para resolver la supervi-
nómicas y materiales que ello supone, y vencia (la tradición y la autoridad central)
particularmente en la diferenciación de los corresponden a sociedades cuyos sistemas
grandes géneros del trabajo: comercio, de producción son anteriores al capitalis-
agricultura, ganadería, minería, industria, mo, es decir, sus sistemas de producción
etc. Es así como en una sociedad unos fa- son esencialmente manufactureros y sus
brican bienes materiales, otros siembran integrantes están organizados de acuerdo
la tierra, otros imparten conocimientos, con su condición étnica, su procedencia
otros curan las enfermedades y otros crean de castas, linajes o su posición política7.
obras artísticas; todos se benefician mu- Después de un milenario proceso históri-
tuamente del trabajo de los demás. En tan- co bastante complejo, y que no interesa
to es una forma de organizarse para apro- detallar acá, la sociedad de mercado rom-
vechar al máximo los talentos y habilida- pe con las maneras tradicionales de divi-
des de los diferentes grupos sociales en la dir el trabajo e instaura lo que la sociolo-
búsqueda de un beneficio común, la divi- gía ha llamado las clases sociales, de
sión del trabajo es una práctica adminis- acuerdo con la relación que establecen las
trativa asumida históricamente por las personas con los factores de la produc-
sociedades, noción que se ajusta a la que ción8. Estas clases sociales son denomi-
se ha propuesto anteriormente.
Según Heilbroner, las sociedades se 7. Cabe anotar que aunque Heilbroner hace la di-
ferenciación entre sociedades organizadas por
han organizado de tres maneras para re- tradición y organizadas por autoridad central,
solver el problema de la supervivencia. las prácticas administrativas de ambas no son
Para este autor algunas sociedades –agra- necesariamente excluyentes. En ellas la divi-
rias, campesinas, antiguas, medievales, sión social del trabajo, y otras prácticas admi-
nistrativas, pueden darse de manera combina-
entre otras– se han organizado a partir da por tradición y por autoridad central.
de la tradición, «transmitiéndose de ge- 8. Para la sociología clásica funcionalista, las cla-
neración en generación, de acuerdo con ses sociales son los grandes agrupamientos de
la costumbre y el uso, los distintos oficios la sociedad dentro de los cuales existen subgru-
pos que contribuyen a su funcionamiento ge-
y actividades necesarias» que la división neral. Las relaciones que se establecen entre las
social del trabajo estructura para su super- agrupaciones dan posibilidades de generar una
vivencia (Heilbroner 1985: 26 y 27). Un conciencia de su lugar en la sociedad, «concien-
nadas por los clásicos estudios sobre el desde siempre, no se les había explotado
capitalismo como burguesía y proletaria- como recurso productivo y no existían
do9 (Mijailov 1997: 13). Para Heilbroner, como entidades abstractas, como «‘agen-
el sistema de mercado propio del mundo tes’ de producción», como entes econó-
capitalista moderno es la tercera forma de micos impersonales (Heilbroner 1985:
organización de los recursos y en ella se 36). Estos factores existían materialmen-
propone que: te, pero no eran concebidos como «mer-
cancías» movilizadas para generar rique-
... cada cual actuara de acuerdo con lo za. En el sistema de mercado estos facto-
que fuera para él más ventajoso mo- res de producción son dinamizados por el
netariamente. En este sistema es el proceso de oferta y demanda regido por
móvil de la ganancia, no el impulso de la lógica de la ganancia, ideal que fue aje-
la tradición o el látigo de la autoridad, no a la Edad Media, y particularmente a
lo que encamina a cada cual hacia su la doctrina católica que condenaba la acu-
actividad. Pero, aunque cada cual goza mulación, la usura y toda ganancia que
de libertad para encaminarse hacia superara el «precio justo» de un bien,
donde le lleva su olfato de lucro, la como se verá más adelante, y que fue un
acción recíproca de unos hombres so- elemento fundamental para la instauración
bre otros, trae como consecuencia que del capitalismo moderno.
se realicen las tareas necesarias para
la sociedad (Heilbroner 1985: 28). A partir de lo expuesto hasta ahora, es
pertinente delimitar la noción de división
Para este autor, el sistema de mercado del trabajo, en su acepción técnica, pues
logró instaurarse tras un complejo y con- este concepto constituye un antecedente
flictivo proceso histórico que él denomi- que será asumido por las teorías clásicas
na «revolución económica» y que se de- del saber administrativo como uno de sus
sarrolló entre los siglos XII y XIX. Como fundamentos. Para Marx, la división téc-
parte del desarrollo de este nuevo siste- nica del trabajo se funda en las manufac-
ma, la tierra, el capital y el trabajo fueron turas, que se desarrollaron en la Europa
comprendidos como factores generadores de los siglos XVI al XVIII, pero se acen-
de riqueza que, si bien habían existido tuó en la Revolución Industrial con la
maquinización de los procesos industria-
cia de clase», y esto es particularmente visible les y la mayor complejidad de la organi-
en las sociedades modernas industriales a par- zación social. Más específicamente, se tra-
tir de la Revolución Industrial, donde las fun-
ta de aquellas actividades que se realizan
ciones técnicas y económicas juegan un mayor
papel en la organización de la sociedad en su desglosadamente en los talleres y que ha-
conjunto (Gurvitch 1963: 193). cen alusión a las sucesivas fases de la pro-
9. El mundo capitalista moderno se instaura con ducción y de la especialización de los
la Revolución Industrial, entendida según Mi-
obreros. Esta problemática, entonces, no
jailov como «… el proceso del paso del trabajo
manual, en el oficio y la manufactura, a la pro- ha sido ajena al pensamiento económico
ducción maquinizada (fabril). La principal con- occidental; por el contrario, es un tema
secuencia social de este proceso fue la forma- esencial de su tradición.
ción de las dos clases fundamentales de la so-
ciedad burguesa –la burguesía industrial y el
proletariado fabril– y el surgimiento de la lu- En este sentido, para Omar Aktouf:
cha entre ellas» (Mijailov 1997: 13).
1985: 354). Así pues, esta moral católica al que daba lugar el desarrollo del capita-
no daba lugar a la ganancia ni a la usura, lismo y de la burguesía, por las notables
pues se las condenaba como prácticas que ganancias que producía y la acumulación
permitían la acumulación de riqueza y, por de capital que de allí se derivaba. Mien-
medio de ésta, el apego del hombre al tras que el comercio en pequeña escala o
mundo terrenal. artesanal era visto como un comercio
«honrado» que supuestamente no perju-
Dado que la Iglesia Católica promo- dicaba a otros y que no era injusto a la luz
vía la valoración de lo sobrenatural y la de la moral católica. En este sentido, el
idea de que el mundo terreno era algo efí- lucro sólo era aceptable dentro de los már-
mero y no definitivo, toda valoración ex- genes de supervivencia que permitía el
cesiva de lo material, en este caso el afán trabajo mismo. Por ello, se sospechaba del
de lucro de los nuevos empresarios bur- comerciante que buscaba la ganancia (lu-
gueses, era combatido por los teólogos y crum) por su acumulación excesiva de
sacerdotes como actividades pecaminosas fortuna. Dentro de la visión de la Iglesia,
y reprobables. Éste fue un largo y com- sólo era lícito el comercio para el propio
plejo debate entre dos visiones contradic- sustento (sustentatio) y el que se invertía
torias del mundo: el burgués y el de la en obras de caridad, mientras que la acu-
Iglesia entre los siglos XII y XVIII, y que mulación a gran escala de mercancías y
se inscribe en el contexto de la Revolu- artículos de primera necesidad con pro-
ción Económica expuesto por Heilbroner. pósito especulativo se consideraba como
La postura católica que condenaba la ge- avaricia. Sólo el comercio en pequeña es-
neración de ganancia y por ende el espíri- cala transado con el justo precio (iustum
tu capitalista, puede ejemplificarse con lo pretium) de los artículos se consideraba
dicho por un representante de la teología lícito, mientras que el comercio practica-
católica en 1783: do «racionalmente» –el que buscaba la
ganancia– era calificado de pecado (Von
Dios, que en la Sagrada Escritura está Martin 1976: 121 y 122).
ordenándonos constantemente despre-
ciar la riqueza, Dios, que nos pone ante El debate teológico sobre la ganancia
los ojos con terribles imágenes de sus se desarrolló de manera más clara a partir
fatales consecuencias, Dios, que dice del siglo XII en la Europa Occidental,
que la codicia, que constituye el moti- cuando aparecieron los burgos o ciudades
vo principal de todas las grandes em- donde el comercio dinamizaba la econo-
presas mercantiles, es la fuente de todo mía agraria estática y cerrada de la Edad
mal, Dios no creó al hombre para amon- Media. Los burgos dieron lugar a un nue-
tonar dinero y poner en circulación este vo actor social, la burguesía, cuyo prota-
dinero para gloria del comercio y del gonismo económico fue más claro a par-
Estado; creó a los individuos lo mismo tir del Renacimiento (siglos XV y XVI) y
que a los estados para su propia gloria fue socavando el poder de los discursos
(Groethuysen 1985: 369 y 370). teológicos tradicionales que combatían la
nueva ética del capitalismo.
Es de aclarar que la condena de la Igle-
sia Católica sobre el comercio se dirigió La aparición de la burguesía está liga-
básicamente al comercio en gran escala, da a la secularización que sufrió la socie-
dad europea, donde la economía moneta- tras el luteranismo en sus comienzos hon-
ria ganaba un creciente terreno como for- ró el trabajo, apreciando el oficio en sí y
ma de organización económica. En este su valor de utilidad a la comunidad –mas
mundo de mayores intercambios comer- no de utilidad en el sentido monetario–
ciales la actitud del nuevo empresario, in- que redundaría en un hombre más rico, el
telectual, individualista y más racional que calvinismo propendió a un reconocimien-
supersticioso, estaba acorde con unas nue- to del interés en términos monetarios,
vas actitudes de racionalidad y de expli- como resarcimiento por el tiempo en el
cación del mundo natural, a partir de las cual un hombre dejaba de percibir bene-
ciencias del cálculo y las matemáticas, y ficios por un dinero que había prestado a
donde los valores eran intercambiables, otro; es decir, la acumulación individual
impersonales, abstractos, mercantilizados. pasó a ser lo deseado y lo socialmente
Este nuevo empresario burgués fundó una aceptado. Países como Alemania o Sue-
serie de valores éticos, cuya aparición his- cia siguieron la línea luterana, pero Sui-
tórica fue más clara hacia el siglo XVIII za, Inglaterra y los Estados Unidos tienen
con el mundo de la Ilustración: la inicia- una marcada influencia calvinista.
tiva individual, el sentido de ganancia, la
valoración del trabajo como motor del En este sentido, la administración
progreso social y como elemento de dig- moderna hereda unas complejas tradicio-
nificación moral del hombre, la valoración nes éticas y religiosas que fueron soporte
de la propiedad privada, la disciplina la- para el capitalismo, donde se inscribe el
boral, el ahorro, la austeridad en el gasto, moderno escenario de acción del hombre
la valoración de la ciencia en oposición a de negocios.
la fe, y la creencia de que el hombre era
dueño y señor de su destino, lo cual lo li- 2.3. Fundamentos socio-psicológicos
beraba de aceptar un orden social que la
Iglesia proclamaba como inmutable e in- Dentro de lo que se entiende como «uni-
cuestionable. Todos estos valores hacían versalidad de la administración», se ha-
parte de una nueva racionalidad que se bla de los aportes que los desarrollos de
expresó en el homo economicus y que fue diversas ciencias y disciplinas han hecho
reforzada por la ética protestante. al campo del saber administrativo; es el
caso de las ciencias sociales, y particular-
El protestantismo, que surgió de una mente aquellas que durante el siglo XIX
división del cristianismo, ofreció una ma- arrojaron nuevos conocimientos sobre el
nera de aproximarse al trabajo del hom- hombre y el trabajo, en parte motivadas
bre como camino del bien y de la salva- por los nacientes interrogantes y proble-
ción. «Max Weber señala que la ética re- mas sociales que suscitaban la moderni-
ligiosa del movimiento protestante crea un zación y la revolución industrial.
clima económico y ético que fue altamente
favorable para el desarrollo del capitalis- Como ya se planteó anteriormente,
mo y la industrialización en Inglaterra, desde la sociología fue claro que el nue-
Escocia, Holanda y, más tarde, en Nueva vo escenario económico capitalista esta-
Inglaterra» (Hernández y Rodríguez 1994: ba conformado por dos actores sociales
44). El protestantismo se dividió posterior- que antes no existían, denominados cla-
mente en luteranismo y calvinismo. Mien- ses sociales: burguesía y proletariado. Las
Referencias bibliográficas
PAPA LEÓN XIII. Encíclica Rerum Novarum. VON MARTIN, A. 1976. Sociología del Re-
www.vatican.va/holy_father/leo_xiii/en- nacimiento. México: Fondo de Cultura
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