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Sector madera-muebles tiene un gran

potencial como industria


Christian Marenco

A pesar que en Nicaragua las complejas gestiones burocráticas y los altos costos de
transacción para obtener los permisos de explotación de madera, han provocado el
desarrollo de un amplio mercado negro que dificulta la oferta de productos certificados
con un mayor valor en los comercios selectivos, el sector maderero se vislumbra con un
gran potencial.

A esa conclusión llegaron investigadores del Instituto de Investigación y Desarrollo de


la Universidad Centroamericana, Nitlapan, realizado en pequeñas y medianas empresas
que trabajan la madera y los muebles y el cual arrojó como resultados de que este sector
presenta bajos niveles de organización que obstaculizan la comercialización de sus
productos a nivel internacional.

De igual forma refleja que al utilizar como mayor herramienta de producción, la fuerza
de trabajo humana, y ante la falta de capital para invertir en nuevas tecnologías, se
dificulta la posibilidad de incrementar las exportaciones por no tener la capacidad de
responder a la demanda del mercado.

En Nicaragua, según datos proporcionados por el estudio realizado por Nitlapan, las
Mypimes dirigidas a la fabricación y exportación de madera convertida en muebles,
generan 5,999 empleos en negocios con un promedio de cuatro empleados por
microempresa.

Entre los principales retos que ayudarían al despegue significativo del sector, se
encuentran la promoción de políticas públicas de apoyo a las Mypime, la asociatividad
para la formación de cooperativas y la accesibilidad a los servicios de créditos ofrecidos
por las microfinancieras.

También en el estudio se hacen propuestas para que el Estado otorgue el


acompañamiento a programas de desarrollo en este campo, tales como una reforma a la
ley forestal que enfatice en el uso racional de los recursos madereros, de manera que sea
posible la explotación controlada para evitar la compra a proveedores ilegales, así como
las importaciones de la materia prima a países vecinos que desvían las ganancias de los
productores nacionales.

Buscan facilitar transacciones comerciales

A la vez que proponen estimular las concesiones de permisos para la obtención de


madera, y señalan la importancia de invertir en la reforestación de los bosques y educar
a las comunidades cercanas a las zonas para disminuir el despale indiscriminado.

Otro punto primordial es que el Estado promueva el establecimiento de bancos de


insumos que faciliten la compra de madera para que las pequeñas empresas dirigidas a
la elaboración de muebles tengan un lugar que ofrezca calidad y variedad del producto.
De esta forma se facilitarían las transacciones comerciales entre madereros y muebleros,
ya que ambos contarían con un establecimiento accesible donde almacenar, vender y
comprar la materia prima, lo que vendría a abaratar los costos de producción y a
incrementar los índices de ganancias.

Pese a que aún existen factores que retrasan las oportunidades de progreso del sector
maderero de primera y segunda transformación, los estudios demuestran que éste
representa una industria con altas probabilidades de crecimiento para las pequeñas
economías que buscan la forma de pasar de las producciones de subsistencia a competir
en un exigente mercado globalizado.

Estrategia de Marketing para la


Industria de la Madera y el Mueble

Por Ing. Alberto Pelagallo


postmaster@asora.wamani.apc.com

Con una serie de recomendaciones orientadas fuertemente a intensificar la


promoción de Argentina como país proveedor de productos madereros de
calidad en segmentos determinados y a alentar la conformación de
asociaciones de complementación comercial con firmas del exterior
-especialmente europeas- se presentó el "Plan de Marketing para las
industrias de la primera transformación y el mueble" elaborado en el
marco del Programa de Cooperación Comisión de la Unión Europea-
Argentina "Desarrollo productivo de la madera"

   Posadas y Buenos Aires fueron los sitios elegidos para dar a conocer el 10 y 12 de diciembre,
respectivamente, las conclusiones de las acciones del Proyecto "Plan de Marketing y
Formación Comercial" desarrolladas en el marco de la mencionada cooperación, y que
incluyeron una serie de visitas a ferias y centros tecnológicos de Europa, ensayos industriales
con maderas argentinas en Italia y encuentros con empresarios italianos y españoles.

   El documento presentado es la resultante de dos años de diagnóstico e intercambio entre


consultores europeos -responsables del mismo- y pequeños y medianos empresarios de
nuestro país. Esta es la primera vez que en Argentina se da a conocer una estrategia de
mercado sectorial para las industrias de productos forestoindustriales (primera transformación)
y muebles (segunda transformación).

   Para el coordinador del Programa, Dr. Marcelo Evangelista, "las actividades desarrolladas
permitieron verificar las amplias posibilidades de cooperación que existen entre las industrias
europea y argentina y que constituyen una estrategia ganadora para empresas de pequeña y
mediana dimensión que quieren enfrentar un mercado globalizado y altamente competitivo".
   El diagnóstico realizado indica que en los últimos años ha habido un importante proceso de
inversión en maquinaria y tecnología tanto en las empresas de la primera transformación como
en la industria del mueble y otras manufacturas, pero también alerta que la integración de
innovaciones tecnológicas con el fin de aumentar la productividad es insuficiente por sí sola
para alcanzar buenos niveles de competitividad. "Los mayores avances competitivos -comentó
Evangelista- se lograron dedicando esfuerzo a la optimización, racionalización e integración de
operaciones como la preparación de las máquinas, la carga y descarga de piezas en
elaboración, el transporte y almacenamiento, esto es, en la organización de la producción y la
gestión de procesos".

Primera Transformación: Segmentar el Mercado


   Centrado en las potencialidades y defectos de la madera de pino, eucalipto y álamo, el "Plan
de Marketing para el sector de productos forestoindustriales" elaborado por el consultor italiano
Dr. Mario Boroni Grazioli (director del Centro de Investigación y Servicios para la Madera y el
Alamo - CRSLP), propone una estrategia de segmentación de los mercados potenciales
considerando los siete subsectores básicos de la industria de la madera: pasta y pulpa,
aserrados, tableros, carpintería, construcción, embalajes y muebles.

   Para Boroni, la industria argentina de la primera transformación de la madera, enfrenta una


serie de problemas de no poca envergadura: ingresar a mercados que ya tienen armado su
aprovisionamiento, instalar una imagen de país forestal que nunca poseyó y revertir la ausencia
de una cultura de marketing que ayude a penetrar en mercados competitivos.

   En este sentido, algunas pruebas industriales realizadas en Italia con madera de eucalipto
para elaborar sillas y puertas para muebles de cocina arrojaron resultados muy interesantes
para los productores argentinos, especialmente para tomar conciencia que aunque se posea
una madera valiosa es preciso un enfoque específico dirigido a las aplicaciones más
ventajosas.

   "La madera necesita un marketing sofisticado, y la mayoría de los productores forestales y


madereros argentinos no tienen esta cultura de marketing", sentenció Boroni, para quien este
es un punto crítico, porque las empresas argentinas no tienen experiencia de venta en los
redituables mercados centrales donde deben enfrentar la competencia de Estados Unidos,
Brasil o aún los países africanos, que venden especies leñosas de calidad.

   En cuanto a la imagen de país proveedor de madera y semielaborados, el consultor italiano


recomendó tener en cuenta las modificaciones operadas en el sector. "En los últimos cinco
años se produjo un cambio profundo en el sistema mundial de productos forestales que puede
colocar a la Argentina como potencial país forestal", señaló Boroni. Esas transformaciones
pueden reseñarse, de acuerdo a su criterio, en cinco áreas:

1. Silvicultura, donde se observa una gran intensificación de cultivo y desarrollo de las


especies tradicionales y otras novedosas, apreciándose un avance de América Latina,
Sudáfrica y Australia/Nueva Zelanda como países madereros importantes gracias a la
rapidez de cultivo de sus bosques.
2. Capacidad para producir madera, gracias a las técnicas para mejorar el cultivo que
aumentan la productividad. Se trata de un cambio global, porque todos los países que
tienen posibilidad de cultivo se han perfeccionado.
3. Elaboración de la madera, por el desarrollo y la incorporación de nuevas tecnologías,
particularmente las de automatización, que elevan considerablemente la productividad.
4. Marketing del producto, haciendo que la madera sea cada vez más una especialidad y
menos una comoditie, con los beneficios consiguientes dentro de un mercado mundial
que marginó a las materias primas en detrimento de una mayor demanda de productos
especiales.
5. Capacitación, porque se hizo necesario aumentar el conocimiento sobre la madera y
los mercados, con la lógica aparición de centros tecnológicos de investigación en todos
los países interesados en la madera.

   En este contexto, para Mario Boroni la potencialidad de Argentina está básicamente "en la
extensión del cultivo de sus bosques naturales y artificiales y en una industria de primera
transformación que tiene en Misiones un sistema productivo suficientemente competitivo y en
otras zonas una gran potencialidad para conseguir resultados positivos en la transformación del
eucalipto". Agregó que "el país tiene una real capacidad como potencial proveedor de madera
para mercados grandes como la Unión Europea o Estados Unidos. Este es un punto realmente
importante -destacó- porque en el mundo no existen muchos más países que tengan esta
capacidad".

   El plan de marketing ideado por Boroni propone a los industriales de la primera
transformación una estrategia de inserción en los mercados centrales basada en tres puntos:

   1- Acelerar el proceso de aprovechamiento de experiencias de intercambio con empresas


europeas para valorizar la utilización de la madera, en particular del eucalipto. La ruta más
rápida para esto es el desarrollo de joint-ventures entre empresas que tengan interés en utilizar
esta madera para productos semiterminados, lo que significaría pasar de aserrados que valen
US$ 250 a semielaborados que pueden ser vendidos a US$ 400 o 500. Para esto se deben
desarrollar relaciones comerciales específicas. Boroni resaltó especialmente que Argentina no
puede tener un rol de proveedor de productos terminados, porque para ello se precisa contar
con un mercado final, que en este caso está a 10.000 km.

   La propuesta del consultor señala que el producto terminado también requiere del concepto
"just in time", obligando al fabricante a tener un tipo de producto a la medida del cliente en el
momento en que este lo demande, situación de difícil resolución a costos razonables a
semejante distancia del mercado final.

   2- Considerar que el sector del embalaje de madera está en evolución en todo el mundo,
fundamentalmente porque el aumento del comercio internacional pide siempre más seguridad
en el transporte. Esto implica un rol de mayor importancia para el embalaje de madera (pallets,
cajones, cajas industriales, etc). Los productores deben tener en cuenta que las normativas son
numerosas, se actualizan constantemente y resultan condicionantes, y que actualmente es
necesario proyectar el embalaje teniendo en cuenta las dimensiones, el peso o la humedad de
la mercancía. Argentina tiene un comercio importante de productos alimenticios, y este es un
dato a tener en cuenta, como también que hay una gran competencia con los cajones de
plástico. Pese a todo, el sector del embalaje es el primer utilizador de madera aserrada (50% a
nivel mundial). Las recomendaciones en este punto mencionan como necesario para dominar
el sector contar con un centro de investigación especializado.

   3- Realizar el marketing de la madera de acuerdo al mercado final, recordando que la manera
más común para ingresar a un mercado es con la fórmula "un cliente detrás de otro". Por eso
es muy importante individualizar un cliente, hacer una prueba, preparar la documentación,
hacer la promoción, organizar encuentros empresarios, publicar artículos. Esto significa estar
en el mercado final. La propuesta incluye la evaluación de un organismo que dinamice esta
actividad de promoción y penetración y que sostenga las iniciativas de los productores para
conquistar un mercado.

Muebles: Tableros y Tercerización


   Las recomendaciones de los consultores europeos para la industria del mueble no ponen
inicialmente el énfasis en el mercado externo, sino que recomiendan concentrar inicialmente los
esfuerzos en el mejoramiento de la competitividad de base a partir de una reorganización del
trabajo entre empresas teniendo en cuenta tres factores:

   - Difusión del proceso de estandarización de ciclos de elaboración, productos finales,


componentes, modalidad de ejecución de las operaciones productivas, etc.

   - Especialización de las funciones gerenciales y de las fases productivas al interior de cada
empresa.

   - Integración horizontal de la industria en lugar de unidades productivas con ciclos de


producción verticales.

   El "Plan de marketing para la industria del mueble" indica que atendiendo en primer lugar
estas necesidades detectadas, el sector podrá comenzar a revertir la escasa incidencia que
tienen actualmente sus exportaciones en la economía nacional y en la rentabilidad de las
empresas (1% de la producción).

   Para el consultor español Rafael Mariner Monlleó (asesor del Instituto Tecnológico del
Mueble y Afines - AIDIMA), la industria argentina del mueble tiene la particularidad de que "sus
debilidades son su mejor fortaleza", destacando especialmente que:

   - Argentina ha tenido durante muchos años un mercado que no necesitaba importar, salvo
productos muy selectos para gente de un poder adquisitivo muy alto. Eso ha creado un
acostumbramiento en los industriales a no pensar en la exportación, que hoy redunda en la
inexistencia de una estructura exportadora, pero que permitió mantener una interesante base
productiva.

   - No existe una cadena definida de distribución de muebles, hecho que se transforma en una
gran defensa, porque cualquier empresario del exterior que quiera incursionar en el mercado
argentino se encuentra con una atomización de compradores que no le permite saber
fácilmente como tiene que hacer para vender.

   - El sector está -"aunque no se lo crean los propios industriales", bromeó Mariner- en el inicio
de una recuperación a partir del Mercosur y no a pesar del mismo, porque la integración
regional obliga a prestarle mucha atención a los mecanismos de competitividad, ya sea como
fabricantes o como importadores.

   - Debe crearse el hábito que la empresa fabricante de muebles debe producir y la empresa
comercializadora debe vender, y las dos deben ganar. Hoy existen firmas que no pierden
dinero porque en sus tiendas mezclan los dos beneficios, con lo cual realmente sólo tienen uno,
porque o no gana la tienda o no gana la fábrica. El desdoblamiento de funciones aliviaría
estructuras sobredimensionadas y permitiría ganar en eficiencia por especialización.

   - La industria está poco tecnificada, lo que le permite aprender de la experiencia europea de
los 70: no llenarse de tecnología para grandes producciones, sino incorporar el "saber hacer"
de lo que quiere en este y en cada momento el mercado, que por muchos años más será la
diferenciación de productos. Para ello la subcontratación vía joint-ventures con empresas de los
mercados finales se presenta como una buena opción.

   El consultor español destacó también la necesidad de avanzar como política sectorial hacia la
integración en el aprovechamiento de la madera con la mayor rentabilidad posible. "Hoy en
Europa o Estados Unidos fabricar aglomerado crudo no es negocio, hay que empezar a
aplicarle chapas laqueadas, melaminas, papeles, ya existen en el mercado kits de piezas para
la caja estructural de una cocina, en suma, el fabricante le está dando más valor agregado a su
cadena de fabricación, implicando que la segunda transformación y la forestoindustria
empiecen a unirse, lo que conlleva al aprovechamiento integral del bosque, desarrollar planes
de reforestación y realizar un manejo sostenible del recurso, pero siempre en zonas que sean
industrialmente rentables", expuso Mariner.
   Una de las recomendaciones centrales del plan de marketing para el sector marca como una
estrategia imposible de obviar, precisamente la generación de entornos rentables de
aprovisionamiento, en donde materias muy básicas como el flete no conviertan en inviable a
una empresa.

   "Nuestro mensaje -especificó Mariner- es la creación de zonas forestales que después


tengan un aprovechamiento integrado de la madera, haciendo que en una misma zona existan
un aserradero, una fábrica de chapa, otra de tableros, una de aglomerado rechapado, otra que
impregnará papel y lo rechapará, etc. Y esto contiene un mensaje muy importante: países del
tamaño de Argentina desarrollan el sector del mueble por el camino de la industrialización de la
madera (tableros contrachapados, alistonados, aglomerados revestidos de distintas formas),
antes que por la mecanización de madera sólida.

   El gran desarrollo en Estados Unidos y Europa del sector de muebles ha caminado de la
mano del desarrollo de la tecnología del aglomerado y, más recientemente, del alistonado",
concluyó el especialista español.

   Las recomendaciones del "Plan de marketing para la industria del mueble" indican que el
desarrollo del sector deberá apoyarse en los siguientes pilares:

   - La institucionalidad de la tecnología dentro del país, tarea propia de un centro tecnológico
especializado.

   - No hablar más de planes genéricos de marketing, sino de formación específica dentro del
sector de la madera y el mueble, empezando a pensar en lo que tiene que hacer una fábrica
pequeña o mediana que produce exclusivamente componentes o muebles.

   - Salir a ganar mercados, para lo que resulta indispensable crear una asociación o una
sección dentro de algún organismo importante del sector privado que centre su trabajo en la
exportación de la madera y el mueble.

   Pero a su vez, Mariner recalcó que la base que sustenta el desarrollo del sector del mueble
en Argentina y en cualquier parte del mundo, es un desarrollo forestoindustrial que pueda
entregar productos básicos competitivos. "Hoy es imprescindible en cualquier tipo de madera o
derivado que se quiera vender a nivel internacional una calidad tan alta como homogénea. Esto
automáticamente permite entrar al segmento de los muebles de cocina, de hogar, la
decoración, la construcción", afirmó.

   Otro de los punto a tener en cuenta por parte de la industria del mueble es lo que sucedió en
Europa en los últimos 25 años: a comienzos de los 70 las fábricas se llenaron de líneas de
fabricación de alta producción, pero antes de los 80 ya se había instalado la idea de la
diferenciación.

   "Argentina puede saltear la etapa amarga de equivocarse en la elección adecuada para


reconvertirse de la producción en escala a la diferenciación de producto", indicó el consultor
español, quien recordó que muchas empresas incorporaron la tecnología del control numérico
con máquinas que les permitieron flexibilizar su producción, pero que pueden ser absorbidas
sólo por pequeñas empresas altamente especializadas. "Allí nace la subcontratación, que es
nuestra propuesta para esas áreas industriales de aprovechamiento integral de la madera que
deben crearse", dijo Mariner. Para añadir que "nuestro sector no se desarrollará a un nivel
competitivo si paralelamente no nace la subcontratación".

   El informe de los consultores europeos para el mueble hizo referencia, también, a las
potencialidades del sector: materia prima que trabajada en forma adecuada puede alcanzar
precios competitivos, participación en un mercado emergente junto con Brasil, una economía
local con posibilidades de avanzar mucho más en planes de construcción de viviendas y que
automáticamente harán resurgir al sector, posibilidades concretas para alcanzar acuerdos de
cooperación empresarial en España e Italia mediante joint-ventures patrocinados por
programas como ECIP, ALINVEST, Partenariat UE-Mercosur, etc.

   En este sentido, el informe de los consultores europeos recordó que las empresas más
estables suelen sustentarse en un mix de mercados, donde sus ingresos provienen un 75% de
las ventas internas y un máximo de 20/30% de las exportaciones.
 ¿QUÉ PUEDE EL SECTOR MADERAS ESPERAR DEL TLC?

Después de 22 meses de negociaciones y 14 rondas de discusión, Colombia y Estados Unidos


pactaron en Washington el Tratado de Libre Comercio o TLC, el cual hace parte de la política de
integración comercial de Colombia con el mundo, que busca promover el desarrollo
económico, empresarial e industrial del país.

Teniendo en cuenta que Estados Unidos no sólo es el principal destino de las exportaciones
colombianas, sino también el mercado más grande y una de las economías más fuertes del
mundo; el TLC es considerado por el actual Gobierno, como una oportunidad histórica y
determinante para nuestra economía. De hecho, Colombia al consolidar un estado de
preferencia comercial con Estados Unidos, se sitúa en un contexto que le permite no sólo
competir con Chile, México y Centroamérica, que ya han firmado este acuerdo; sino con otros
mercados como el chino, taiwanes e indio que aunque tienen altos niveles de productividad y
bajos precios al consumidor, son una amenaza directa para la oferta nacional, aunque no
cuentan con un TLC.
Por esta razón, las medidas acordadas en este acuerdo se enfocaron precisamente a eliminar
cualquier tipo de restricción arancelaria, aduanera, técnica, sanitaria o fitosanitaria; que
entorpezca el libre mercado entre Colombia y Estados Unidos; asegurando así los mismos
beneficios para ambos países.

Por su parte,  la industria  maderera y del mueble nacional es considerada hoy en día como un
sector con altas posibilidades para competir y consolidarse como uno de los grandes
proveedores del mercado estadounidense y uno de los más beneficiados con la aplicación del
TLC. Este sector principalmente conformado en su mayoría por micro, pequeñas y medianas
empresas (PYMES), éste acuerdo comercial le permitiría al sector, acceder a soluciones que
podrían resolver ciertas limitaciones a las que actualmente se enfrenta: el alto costo de
maquinaria de alta tecnología, la deficiencia de los mecanismos de apoyo gubernamentales, la
dificultad para acceder a líneas de crédito especializadas o de financiación, la ausencia de
canales de distribución para sus bienes o servicios y hasta la poca o nula preparación para
identificar las oportunidades de exportación; son algunas de ellas. En ese sentido, el TLC se
constituye como una serie de herramientas que facilitarán el desarrollo tanto de las PYMES,
como de la gran industria perteneciente al sector.

El esquema de desgravación arancelaria negociado en el TLC busca maximizar las


oportunidades competitivas del mercado interno. Por eso, el 100 por ciento de las partidas
ofertadas por Colombia, podrán ser exportadas al mercado estadounidense, una vez entre en
vigencia el tratado y con arancel cero.
Por otra parte, 125 partidas relativas al sector madera y muebles que conforman la oferta de
Estados Unidos a Colombia, quedaron establecidas en tres canastas de desgravación.

• En la canasta A se ubican 47 partidas que entrarán al país, una vez entre en vigencia el
Tratado, con arancel cero. Éstas partidas, entre las que se encuentran materias primas e
insumos son consideradas como productos esenciales para la industria sectorial; pero no
representan una amenaza para el mercado interno: madera en bruto, hojas para chapado, leña
y pasta de madera; son algunas de ellas.

• La canasta B cobija 43 partidas cuya desgravación se iniciará hasta dentro de cinco años y se
hará de forma gradual. En esta canasta están bienes como flejes, tableros y madera
contrachapada; que a pesar de ser considerados como necesarios para la producción nacional,
representan un riesgo para el mercado interno.

• En la canasta C se encuentran 35 partidas que en 10 años iniciarán su desgravación y que


constituyen aquel grupo de productos elaborados, comercializados y con un mercado
consolidado en el país y que por lo mismo representarían una amenaza: muebles para oficina,
dormitorio y cocina, artículos decorativos y otras manufacturas de madera; hacen parte de
ellos.

El sector transformador de la madera nacional posee ciertas ventajas, frente al mismo sector de
Estados Unidos, que pueden ser aprovechadas para lograr buenos resultados en el marco del  
TLC.
En efecto, una de las mayores dificultades que enfrenta el mercado estadounidense es el alto
costo de mano de obra, que incide sobre los costos de fabricación de muebles, artículos
decorativos y manufacturas en general; encareciendo así los precios para el consumidor final.
Para contrarrestar este hecho, el sector maderero de Estados Unidos se ha visto obligado a
buscar mano de obra extranjera para equilibrar los costos de producción, así como para
proveer su mercado interno con productos importados, convirtiéndose en un comprador nato
de productos madereros terminados.

Así, Colombia por su bajo costo de mano de obra,  podría ser uno de los destinos al que Estados
Unidos recurriría para buscar el servicio, hecho que a su vez favorecería la inversión de capital
en la industria maderera local; pues empresas dedicadas a la fabricación de muebles y otros
artículos, sentarían sus plantas de producción en el país, lo que sería positivo para que también
se considerarán mejores condiciones salariales para los trabajadores colombianos.

Otra de las ventajas del sector, son precisamente sus productos ya que gracias al nivel de
diseño y calidad que han alcanzado principalmente las artesanías, artículos decorativos y
muebles, se constituyen como uno de los bienes más atractivos para los consumidores
estadounidenses. Especialmente los muebles nacionales, reconocidos por la belleza de sus
maderas tropicales y finos acabados, se consideran como fuertes competidores frente al
mobiliario español o italiano, altamente valorados por su diseño de alta gama, permitiéndoles
conquistar el mercado de muebles para el hogar, oficina, cocina.
A su vez, Colombia al poseer uno de los suelos más fértiles para la producción de maderas
tropicales, que resultan exóticas para los compradores de productos madereros europeos y
norteamericanos, podría hacer parte de los países que como Bolivia, lideran las importaciones
en este rubro a Estados Unidos.

Cabe destacar que dentro de los subsectores interesantes, se encuentra la industria dedicada a
la manufactura de estructuras para la construcción como puertas, pisos, molduras, marcos y
ventanas en madera maciza; que al elaborar productos con los más altos estándares de calidad
y de conservación del medio ambiente internacional; ha logrado consolidarse entre los
consumidores estadounidenses.

Así, la industria transformadora de la madera nacional cuenta con un alto potencial


identificado, sin olvidar que gracias a su esfuerzo, innovación, mejoramiento productivo,
administrativo y empresarial; éste es hoy en día un sector maduro que se proyecta a conquistar
el mercado internacional.

 
 

Se
desperdicia
la madera

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Sábado, 14 de enero de 2006
El sector de maderas y sus productos es un huérfano con mucho potencial. Este
mercado es el tercero en el mundo, después de petróleo y gas, siendo Estados
Unidos el principal consumidor con el 30% del total de importaciones en maderas y
el 36% de muebles. Aunque en Colombia el potencial maderero es enorme -por las
condiciones naturales que permiten obtener rendimientos económicos en la mitad
del tiempo normal- el sector es apenas incipiente.

Una de las principales barreras es que las exportaciones requieren de grandes


volúmenes de productos estándar, que cumplan con unos mínimos de calidad
exigidos. De acuerdo con el Informe de la Cadena Maderera del Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo de un total de 114 millones de hectáreas que tiene el país tan sólo el 15% se destina a bosques
naturales y plantados, lo demás se utiliza en actividades pecuarias.

El sector está prácticamente en manos de micro, pequeñas y medianas empresas que adolecen de falta
de actualización tecnológica, desconocimiento del mercado, acceso a una financiación adecuada, personal
poco calificado y el poco impulso por parte del Estado para convertirla en una actividad económica
sostenible.

El sector de maderas contempla actividades como la plantación de bosques, la transformación y aserrío de


maderas y la industria de muebles. El aserrío es la principal práctica y se encuentra prácticamente en
manos de pymes que afrontan dificultades por la escasez y el alto costo de las materias primas,
dificultades de renovación tecnológica y ausencia de crédito.

Esto se refleja también en la caída del consumo, que entre 1993 y el año 2002 se redujo 3,8%, al pasar de
723.970 metros cúbicos a 528.800 metros cúbicos en el período. Los resultados también se relacionan de
manera directa con la recesión en industrias como la construcción, aunque según las estadísticas el mayor
consumo de productos de madera se registra en los estratos medios y medio-bajos porque en los altos ha
sido desplazado por el icopor y las materias plásticas, utilizándose en ese segmento tan solo en acabados
de cocina, closets y pisos.

En donde dominan las microempresas es en la producción de muebles de madera. El informe señala que
el sector está conformado en más del 90% por talleres de menos de 5 empleados, con prácticas semi
industriales y artesanales. A 2002 sólo había 7 grandes empresas con entre 350 y 500 empleados. Bogotá
es el principal centro de producción de maderas, seguido por Medellín, Cali, Popayán, Pasto y la Costa
Atlántica.

No obstante las dificultades, es evidente que el sector ofrece grandes oportunidades en el mercado
externo. Además, se cuenta con el Certificado de Incentivo Forestal que cubra una proporción de la
inversión y el establecimiento de las plantaciones, que se enfrenta a las demoras de las Corporaciones
Regionales para su aprobación y entrega.

Del mismo modo existen líneas de crédito para esta actividad, aunque el gran problema es que los
intermediarios financieros se niegan a desembolsar los recursos por el riesgo asociado a negocios de
largo plazo en su rendimiento, como el forestal.

En los últimos años la balanza comercial de maderas ha comenzado a ser positiva. En el 2003 las
exportaciones alcanzaron los 75,1 millones de dólares, mientras las importaciones llegaron a los 36,3
millones de dólares.

El sector en cifras

- Estados Unidos con el 45% y Venezuela con el 23% fueron los principales mercados de los productos de
madera colombianos.

- Muebles de madera es el principal producto de exportación, seguido por tableros de partículas de madera
y piezas de carpintería para construcciones.

- Ecuador, ,Estados Unidos y Chile, son en su orden los países que más venden productos de madera a
nuestro país

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