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Algunos Otros Yoes

EL YO DEL
DERROTISMO

SABIDURÍA
SABIDURÍA GNÓSTICA
GNÓSTICA
EL “YO” DERROTISTA
“ Muchas veces he dicho, y hoy lo vuelvo a repetir, que todas aquellas ma r avillas que figu r an en el libro
Las Mil y Una Noches, todos esos prodigiosos fenómenos mágicos de la antigua Arcadía, todos esos
milagros de la Tier r a primiginenia, de aquellos tiempos en que los ríos de agua pu r a manaban leche y
miel, no han concluído, siguen sucediéndose de instante en instante, de momento en momento.
Podría objetá rseme que si eso es así, por qué no los vemos, por qué no presenciamos lo insólito, por qué
no se nos da la oportunidad de experimenta r esas ma r avillas. La respuesta es la siguiente: nadie nos
ha prohibido la capacidad de experimentación, nadie nos impide ver lo que acaece a nuestro alrededor.
Si tales fenómenos no son perceptibles en este momento pa r a nuestros sentidos exteriores, se debe a un
solo motivo, y por cierto muy gr ave: estamos en estado de hipnosis, dor midos, y el sujeto en tr ance
hipnótico se hace incapaz pa r a la percepción de tales fenómenos”.

Samael Aun Weor, conferencia titulada “Como aprender a vivir”.

1- INTRODUCCIÓN

Los chinos, con su milenaria sabiduría, proverbialmente nos dicen que “sin emprender la
ma rcha no se llega a ninguna pa rte”.
Desde el punto de vista de la Psicología Profunda, sentirse derrotado antes de emprender
la marcha por el camino que conduce hacia la Liberación Final, revela escepticismo y total
ausencia de experiencia interior.
El “yo no puedo”, o aquello de que “ la Gnosis es muy difícil para mi”, etc., obvia-
mente no conduce a ninguna parte, excepto a la involución y la degeneración.
En su Mensaje titulado “La Plenitud del Ser”, el Maestro Samael Aun Weor refiere sobre el
punto lo siguiente: “En estos tiempos modernos los aspirantes son tibios, no trabajan sobre sí mis-
mos en forma contínua, ardientemente. Esto se debe, precisamente, al hecho concreto de que nunca
han experimentado realmente eso que está más allá del cuerpo, los afectos y la mente, eso que es la
Verdad”.
Y luego añade: “No es posible tener incentivos pa r a el tr abajo contínuo sobre sí
mismos cuando no se ha exper imentado previamente lo Real”.
Y en otra conferencia magistral (“El SAB OR-TRABAJO Y EL SAB OR-VIDA”), el Avatara o
Mensajero de Acuario llega hasta la raíz misma de este problema que ahora estamos estudiando,
expresándose del siguiente modo: “Lo fundamental, mis queridos hermanos, es mor i r en sí
mismos definitivamente para poder abrir la Mente Interior y gozar de la Razón Objetiva, que es
cognición verdadera de lo Real, experiencia íntima del Ser, Visión Búdica trascendental, divinal, más
allá del cuerpo, de los afectos y de la mente subjetiva”.
“A medida que ustedes vayan digiriendo todo esto, irán comprendiendo también la necesidad de
vivir alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, trabajando siempre en forma constante;
porque así como están, así como se encuentran en estos precisos momentos, ustedes no sirven para
nada: tienen una creación equivocada manifestándose a través de una Falsa Personalidad, espi r i-
tualmente están muertos, no tienen realidad alguna.
Así como están todos ustedes deben dejar de existir, porque si continúan existiendo así como
están, tendrán que ingresar en la Involución Sumergida de las entrañas de la Tierra; así como están,
están muertos espiritualmente, no poseen la Razón Objetiva del Ser, no han conseguido la Ilumina-
ción, yacen como sombras entre las profundas tinieblas”.
“¿Cuál es la realidad de ustedes? ¡Sombr as y nada más que eso: sombras! Necesitan
abr i r la Mente Inter ior, pero pa r a ello tienen que deja r de existi r como míser as
sombr as, tienen que volverse despi adados consigo mismos porque ustedes, hoy
por hoy, se quieren mucho a sí mismos, se auto-consider an demasiado. ¿Pero qué
es lo que ustedes quieren, su quer ido Ego, su miser ia inter ior, las tinieblas en que
se hallan? ¿Eso es lo que ustedes quieren tanto?
¡No, hermanos, reflexionen profundamente, reflexionen!: deben dedicarse a trabajar inten-
samente sobre sí mismos, deben com prender el p roceso la luju ria que es el peor
enemigo de la disolución del Ego. ¿Q uién no la tiene, quién no la ha tenido? Sin embargo
hay que reducirla a cenizas”…
2- QUÉ ES EL DERROTISMO

“El que no piensa en triunfa r, está vencido”.


Simón Bolíva r.

“El único luga r en que puedo ser der rotado es en mi Alma, solamente las pasiones pueden der rota r me.
Las quejas son el lenguaje de la der rota ”.
Gr a ne.

La Maestra Helena Petronila Blavastky dijo cierta vez que “ la mente es el destr uctor de
lo Real”, y sentenciosamente expresó: “¡Destr uya el discípulo al destr uctor!”
“La intelección, por muy brillante que parezca, no puede conducirnos jamás a la experiencia de lo
Real”. Téngase en cuenta que el escepticismo, la duda, la ausencia de elasticidad o
ductibilidad, la incapacidad para abrirse a lo nuevo, etc., son enfermedades men-
tales que imposibilitan la experimentación de las grandes realidades de la Vida Univer-
sal, y que por añadidura impiden conseguir el tesoro de la Fe, de la Fe Consciente.
El Venerable Maestro Samael Aun Weor afirma solemnemente que “la Auto-Gnosis tiene por
basamento la Fe Real e inquebr antable”, y “es obvio que esta Fe hay que fabr ica rla
mediante el estudio analítico de fondo y la exper iencia mística di recta ”. Así pues,
las enfermedades de la Mente Sensorial o Sensual y la ausencia de Fe Conscien-
te, inevitablemente conducen hacia el derrotismo.
Estamos hablando, en esta guía de estudio, sobre el derrotismo desde el punto de vista del
Trabajo Esotérico y Gnóstico sobre sí mismos.
Dentro de este orden de ideas, el Mensajero de Acuario nos dice (en “La Revolución de la
Dialéctica”, segmento titulado “El Derrotismo”) que “el animal intelectual falsamente llamado «Hom-
bre» tiene la idea fija de que la aniquilación total del y Ego, el dominio absoluto del sexo y en general
la Auto-Realización Intima del Ser, es algo fantástico e imposible; más no se da cuenta que ese
modo de pensa r tan subjetivo es el fr uto de elementos psicológicos der rotistas que
manipulan la mente y el cor azón de aquellos que no han despertado Conciencia ”.
En efecto, “la gente caduca y degenerada (subraya el Maestro) carga en su interior un elemento
psíquico que es un gr an estorbo en el camino de la disolución del Ego”, y ese “gran
estorbo es precisamente el der rotismo”.
“Los pensamientos derrotistas i ncapacita n a las person as pa r a ca mbi a r su vida
mecan icista y eleva rse a Esta dos Super iores de Conciencia . La mayor í a de las
personas se consider an venci das, aún antes de inicia r la lucha con el Tr abajo
Esotér ico y Gnóstico”.
¿Cuál es entonces el procedimiento a seguir? “ Hay que auto-observa rse y auto-anali-
za rse pa r a descubr i r, dentro de sí mismos, esas facetas que constituyen esto que lla-
mamos der rotismo”.
Ahora bien, sintetizando diremos que existen 3 comunes actitudes derrotistas, a saber:
1ª) Sentirse incapacitado o incapacitada por falta de de instrucción intelectual.
2ª) Sentirse débil, sin fuerza interior, y por lo tanto incapaz de iniciar el Psico-Transformis-
mo radical.
3ª) Andar cantando la “Canción Psicológica”: “nunca tengo oportunidades (o no me las dan)
para cambiar y triunfar”.
Analizaremos a continuación las sobredichas actitudes psicológicas derrotistas, juiciosamente
y por separado.
3- PRIMERA ACTITUD PSICOLÓGICA
DERROTISTA

En la conferencia titulada “El Despertar de la Conciencia”, podemos leer lo que seguidamen-


te transcribimos:
“Hay quienes con la cabeza rellena de letras creen haber descubierto el Camino Secreto, aunque
anden bien dormidos. Parece increíble, pero hay Maestros de la Gr an Logia Blanca, verdade-
ros Gnósticos en el sentido trascendental de la palabra, auto-realizados absolutamente (en lenguaje
alquimista diríamos: sujetos que tienen ya en su poder la Gema Preciosa), y sin embargo no saben
leer ni escribir, son absolutamente analfabetas pero eso sí, auto-realizados y perfec-
tos.
En cambio vemos en el camino de la vida, dentro de las diversas escuelas, organizaciones, gru-
pos, órdenes, etc., a sujetos con la cabeza rellena de teor ías, a individuos con r ica
er udición pero con la Conciencia completamente dor mida, a ignorantes ilustrados que
no solamente no saben sino lo que es peor: ni siquiera saben que no saben.
Estos se pierden, cumplidas sus 108 existencias, e ingresan a la Involución Sumergida de los
Mundos Infiernos. Pero ellos creen que van muy bien (eso sí) y cuando se les interroga demuestran
una erudición sorprendente y mentes chispeantes, con conceptos brillantes, con proverbios lumino-
sos, contundentes y definitivos, ¿pero de qué sirve todo eso?”
Expresado lo anterior, el Maestro acota: “Nosotros necesitamos primero que todo despertar,
para saber cómo nos vamos a orientar”. Y luego pregunta: “¿De qué servi r ía tener la cabeza
rellena de letr as si continuamos con la Conciencia dor mida? Más valdr ía ser anal-
fabetas, pero despiertos”…
De modo que las pocas letras o la ausencia de una ed ucación fo rm al en las
escuelas de primaria, secundaria y universidad no constituyen un obstáculo en la vía del
desarrollo interior, como equivocadamente suponen aquellos que se sienten derrotados por
esa carencia.
El despertar de la Conciencia no es un asunto de la personalidad externa sino
del Ser, es una cuestión trascendental y trascendente que sólo concierne al Dios Íntimo.
Escrito está que “la Personalidad se desarrolla y desenvuelve en la Línea Horizontal de la vida,
élla nace y muere dentro de su tiempo lineal, es perecedera, no existe ningún mañana para la Persona-
lidad del muerto porque no es el Ser.
Los Niveles del Ser, el Ser mismo, nada tienen que ver con la Línea Horizontal; el Ser se encuentra
dentro de nosotros mismos, aquí y ahora, en la Vertical, por lo que resulta manifiestamente
absu rdo busca r a nuestro propio Ser fuer a de sí mismos” (véase el “Tratado de Psico-
logía Revolucionaria”, Capítulo N º 2).
Siendo así, como en efecto lo es, no está de más sentar como corolario lo siguiente: “títulos,
grados, ascensos, cambio de posición social, cambio de residencia, etcétera en el Mundo Físico, en
modo alguno originarían exaltaciones auténticas, revaluaciones del Ser o paso a un escalón superior
en los Niveles del Ser”.
En este sentido el Maestro Samael nos recuerda que “todos los gr andes Sabios como
Hermes Trismegisto, Jesús El Cristo, Paracelso, Platón, Sócrates, Homero, el Buda, etc., nunca fue-
ron a la Universidad”.
Se refiere el Maestro a la Universidad tal como la conocemos hoy, porque los grandes Sabios
del Gnosticismo Universal sí asistieron y asisten a la Universidad de los Mundos Internos,
a las “Aula-Lucis” de los M undos Su periores donde se estu dia, a los p ies del
Gurú, la Sabiduría del Ser.
Obviamente el “Yo” derrotista nada sabe de estas cosas; el “Yo”, dado que es sub-consciente,
inconsciente e infra-consciente, ignora que todos tenemos un Maestro Interno, un Ser Real y
su derivado, la Divina Madre, que sí pueden ilustrarnos, que bien pueden sacarnos del
analfabetismo espiritual o ignorancia de lo que verdaderamente somos.
Así pues, quienes manifiestan “ no senti rse capacitados intelectua lmente para
comprender los postulados del Gnosticismo Universal” , alejándose de nuestros estudios por
tal motivo, en realidad son víctimas de los “Yoes” del orgullo, de la vanidad, del
amo r prop io y otros del mismo tenor que asociados al de la envidia no soportan
verse disminuídos ante otros estudiantes que sí son letrados.
Ignoran, esos tales, que los elementos y sub-elementos psicológicos del derrotismo les colo-
can en esa posición de supuesta “minusvalía”, ignoran que están siendo víctimas de un auto-
engaño.
Desde luego puede darse el caso de personas que sienten derrotadas porque les desagra-
da el estudio y no gustan de las profundas reflexiones, poseyendo obviamente escasa
erudición. Es decir, por simple pereza dicen que “esto no es para ellos”, que “estos estudios
son para gente preparada”.
En todo caso, siempre el “Yo” del miedo se oculta detrás de esta y de cualquier
otra actitud derrotista.
4- SEGUNDA ACTITUD PSICOLÓGICA
DERROTISTA.

“Abr i rse a lo nuevo es la difícil facilidad de que hablan los clásicos. Desgraciadamente
la gente quiere descubrir o ver en todo fenómeno natural sus propios prejuicios, preconceptos, opinio-
nes y teorías, nadie sabe ser receptivo, ver lo nuevo con mente limpia y espontánea” (véase “La Gran
Rebelión”, Capítulo N º 6).
Tomando como base este aspecto doctrinario, podemos afirmar que la segunda actitud
psicológica derrotista es una forma de auto-engaño creada por cierto tipo de
“Yoes-pensadores” que en un momento dado utilizan abusivamente nuestro Centro Intelec-
tual.
“Cada vez que sentimos una súbita pérdida de fuerza, cuando el aspi r ante se
desilusiona de la Gnosis y del Tr abajo Esotér ico, cuando pierde el entusiasmo y
abandona lo mejor, es obvio que ha sido engañado por algún Yo negativo” (del
derrotismo, en el presente caso).
Todas las impresiones que llegan a la mente son atrapadas por esos Agregados
Psíquicos pesimistas (derrotistas, digamos) que son óbice u obstáculo para que la Con-
ciencia Superlativa del Ser pueda capturar o aprehender la realidad de la vida libre en su movi-
miento.
Por experiencia propia y directa, el aspirante Gnóstico debe comprender que la Mente Sen-
sual, programada por la falsa educación imperante en el planeta Tierra (muy alejada por cierto
de los Valores Cósmicos del Ser), está incapacitada para “abrirse a lo nuevo” o ser
receptiva a los siempre novedosos y revolucionarios postulados del Gnosticismo Universal.
Esa incapacidad desalienta a los estudiantes que entonces se rinden, aban-
donando la lucha contra el “Yo mismo”.
Sorprende ver cómo para los asuntos de estudios, de trabajo, de familia, etc., la
Mente Sensorial no pone objeciones, pero en tratándose de lo más grandioso que
pueda conseguir el ser humano, que es la salvación de su Alma, las diversas formas mentales
o “Yoes” sí consideran que “eso de cristalizar Alma es muy difícil, algo que todavía
uno no está en capacidad de lograr ”.
Los hechos demuestran que todos aquellos que intentan adaptar la Divina Gnosis a las infor-
maciones que la Falsa Personalidad ha establecido en los 3 Cerebros de la máquina orgánica,
terminan embargados por la más terrible confusión, surgiendo dentro de ellos la duda y un
sentimiento de imposibilidad que incluso los lleva al aborrecimiento de cualquier
práctica esotérica y gnóstica.
Secuencialmente, para eliminar el “Yo” derrotista es un requisito insoslayable obser-
var las expresiones mentales, emocionales y motoras de esos Agregados Psíqui-
cos costumbristas que se aferran al pasado, a las tradiciones familiares, a los
nacionalismos, a los sufrimientos, a los ideales, a las creencias etc., y que de hecho
nos incapacitan para amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nuestra propia
Alm a.
Ha dicho el Maestro: “En el Tr abajo Esotér ico relacionado con la eliminación de los elemen-
tos indeseables que cargamos en nuestro interior, su rge a veces el fastidio, el cansancio y el
abu r r imiento” , por lo que “ incuestionablemente necesita mos volver siempre al
punto de pa rtida or iginal y revalor iza r los fundamentos del Tr abajo Psicológico,
si es que de verdad anhelamos un cambio r adical”.
De modo que, “ ama r el Tr abajo Esotér ico es indispensable cuando de verdad se quiere
una transformación interior completa”. Porque, “en tanto no amemos el Trabajo Psicológico condu-
cente al cambio, la revaluación de principios resulta algo más que imposible. Ser ía absu rdo su-
poner que pudiésemos interesa r nos por el tr abajo si en realidad no hemos llegado
a ama rlo; esto significa el amor es inaplazable cuando en una y otr a vez tr atamos
de revalor iza r los fundamentos del Tr abajo Psicológico” (véase “La Gran Rebelión”,
Capítulo N º 7).
El amor al Trabajo es el resultado del amor al Ser, al Dios Íntimo; el amor hacia lo
Divinal nos permite valorar las E nseñanzas Gnóstico-Cristianas que debidamente practicadas
han de llevarnos al triunfo sobre las propias debilidades.
Desde luego, el desarrollo de la capacidad de amar sólo es factible cuando le
damos oportunidades de acción a la Esencia o Conciencia libre de “Yoes”, es decir, cuando tra-
bajamos sobre sí mismos.
La pereza y el miedo son los oscuros basamentos sobre los cuales descansa
el “Yo” derrotista.
La pereza es un elemento de inercia, un Agregado Psíquico muy pesado que impide que la
Conciencia libre entre en actividad.
La pereza o negligencia hacia lo espiritual, hacia la búsqueda del Ser, nos sumerge entre
la abulia, la apatía, la indiferencia, convirtiéndonos en personas cobardes, en
sujetos que le temen a las investigaciones prácticas de los Misterios de la Vida y de la Muerte.
En conclusión: el miedo y la pereza asociados con el amor propio, a lo cual se
añade el apego, sujeción o identificación con el mundo de los 5 sentidos, con lo
meramente sensorial, y de manera global la falsa creencia o ado ración a la cultu ra
materialista de esta época decadente, se conjugan para impedir que adquiramos los
conocimientos que se necesitan para emanciparnos de la vida mecánica y salir
de una vez por todas de la tendencia derrotista.
5- TERCERA ACTITUD PSICOLÓGICA
DERROTISTA

La auto-consideración y la auto-compasión son los ingredientes fundamentales de esta ter-


cera actitud derrotista.
Las personas que en la vida han sufrido mucho, que han padecido enfermedades o
que tienen algún impedimento físico, quienes desde muy niños han soportado maltratos y por
tanto se acostumbraron a pensar que “nadie los quiere”; los que han fracasado y están llenos de
frustraciones, los que han sido víctimas de alguna traición, de algún fraude, de alguna infideli-
dad, etc., por regla general y por simple desconocimiento de las Leyes de Causa y
Efecto, del Retorno y de la Recurrencia, no sólo culpan a los demás de lo que les acontece
sino que también han fab ricado y fortalecido cierto tipo de “Yoes” resentidos y
perversos que viven lamentando lo perdido, que lloran porque “ la vida les ha negado lo
que nunca fueron capaces de logr a r” , porque “tienen muy mala suerte”, porque “ nadie
los comprende” , y así hasta la saciedad.
Ese tipo de personas suele ser muy susceptible, pues poseen “Yoes” melind rosos y
llorones (y además orgullosos) que no soportan las manifestaciones desagradables de los
semejantes, que se preocupan en exceso por lo que los demás puedan pensar de éllas mismas, que
están rellenas de prejuicios y en consecuencia presuponen que “ la humanidad es muy per-
versa ” y que “ nunca les conceden oportunidades pa r a estudia r, cambia r de status
social y tr iunfa r en la vida ”.
Son, pues, varones y damas que cargan en la Psiquis “Yoes” francamente derrotistas, forma-
dos y fortalecidos por la constante identificación consigo mismos.
Con relación al Trabajo Esotérico, tales “elementos in hum anos” constituyen un
serio impedimento para el logro de Estados Conscientivos Supranormales, o lo
que es igual: para acceder a los Niveles Superiores del Ser.
El “Yo” derrotista de tipo emocional forma una barrera fantasiosa entre la
Esencia y el Ser, estructura una muralla de pensamientos tristes que provocan depresiones,
angustias, impaciencias, rabias, odios, celos y recelos, desconfianzas, envidias, sospechas, etc., y
aunque esa clase de persona psico-física ingrese a los Estudios Gnósticos, por debajo de su capa-
cidad intelectual esos “elementos indeseables” continuarán vibrando y haciéndole creer que “la
eliminación del Ego no es posible”, que “la transmutación sexual es una quimera anticientífica”
y que “no vale la pena trabajar por una humanidad ingrata”.
Los aspirantes al Auto-Conocimiento que sí piensan en triunfar venciéndose a sí mis-
mos, deben comprender (mediante la Auto-Observación de su particular psicología) que los
“Yoes” del amor propio trabajan de acuerdo con la mecánica pendular, esto es:
según las variadas circunstancias se auto-valoran, se auto-estiman o auto-consi-
deran, o bien se subestiman, se auto-compadecen, se apiadan mucho de sí mis-
m os.
En ambos casos uno se siente derrotado, pues queda absolutamente incapacitado para expe-
rimentar la Verdad, la Realidad, ya que ese tipo de “Yoes” adormecen en forma alarmante la
Conciencia y nos hacen perder muchísima energía.
Digamos, finalmente, que toda la didáctica que necesitamos implementar o llevar a los he-
chos para eliminar el derrotismo, la encontramos fundamentalmente en 4 libros del V.M. Samael
Aun Weor. Ellos son: el “Tratado de Psicología Revolucionaria”, “La Gran Rebelión” , “El Misterio
del Áureo Florecer” Y «La Revolución de la Dialéctica”.
6- CONCLUSIONES

“Cua lquier intento de liber ación por gr andioso que este sea, si no tiene en cuenta la necesida d de
disolver el Ego, está condenado al fr acaso”.
Samael Aun Weor, “Tr atado de Psicología Revoluciona ria ”, Cap. Nº 32.

El término “derrotismo” implica desaliento, decepción, cansancio interior, hastío, desilusión,


aburrimiento, falta de entusiasmo o de emoción hacia el Trabajo.
Lo más grave de esta enfermedad psicológica es que se contagia, que puede
contaminar a otros.
Son muchos los aspirantes que sintiéndose derrotados, culpan a otros de su propio
fracaso; culpan a los misioneros y a los directivos nacionales e internacionales de sus auto-
decepciones y provocan cismas o divisiones entre los grupos gnósticos.
Ya está dicho: el derrotismo (en todas sus modalidades) es un estado equivocado de la Con-
ciencia Egoica. En sí mismo, es pensamiento y sentimiento de imposibilidad, de auto-considerar-
se incapacitado para enfrentar las rigurosas ordalías de la Iniciación.
Pero básicamente, las actitudes derrotistas tienen su causa-raíz en el desamor, es
decir, en la falta de amor hacia la Espiritualidad Trascendente.
Todo esto, asociado con los Agregados Psíquicos del miedo y de la pereza, conduce hacia
la más absoluta apatía (y hasta el odio u aversión) por los asuntos de la Esencia o
Conciencia, quedando uno atrapado entre las tonterías y necedades de la Falsa Personalidad.
En suma, el derrotismo está constituído por cierto grupo de “Yoes” que ven
amenazada su mismísima existencia por la Gnosis y el Trabajo que ella plantea, y
que al verse de tal modo asediados elaboran sofismas o falsos argumentos para justificar sus
deseos de continuar, de perpetuarse en el tiempo.
Quienes son víctimas del derrotismo no han entendido ni mucho menos com-
prendido la Doctrina de los Muchos Yoes.
Este tipo de “elementos inhumanos” que ahora estamos analizando, en modo alguno consti-
tuyen la totalidad de cada uno de nosotros, son solamente partes del “querido Ego”.
Sin embargo, cuando ellos asumen el control de la máquina orgánica nos fasci-
nan, nos hipnotizan y nos hacen creer que en sí mismos y por sí mismos esta-
mos pensando, sintiendo y actuando; el estado de identificación no nos permite com-
prender que tales “agregados” utilizan abusivamente el Cerebro Intelectual, el Centro Emocional
y el Cilindro Motor-Instintivo-Sexual, obligándonos a abandonar los Estudios Gnósticos.
Muy especialmente los “Yoes-pensadores” (escépticos y materialistas) son los que
con más frecuencia provocan eso que llamamos “ derrotismo”.
Al respecto, en su “Tratado de Psicología Revolucionaria” el V.M. Samael Aun Weor señala:
“Jamás debemos olvidar que todo Yo-pensador se auto-engaña y engaña, y que en conclusión miente”.
Más adelante el Avatara o Mensajero de Acuario explica el modus-operandi de esos “Yoes”
que nos llevan al fracaso, a la derrota, diciéndonos que “el Yo negativo (o Yo-pensador )
apela a nuestr as exper iencias personales, a nuestros recuerdos, a nuestros mejo-
res anhelos, a nuestr a sincer idad, y mediante una r igu rosa selección de todo esto
presenta algo en una falsa luz, en algo que fascina, y viene el fr acaso”. Cuando uno
se fascina es porque incuestio-nablemente se ha olvidado de sí mismo, se ha olvidado
de Dios, de su Ser Íntimo.
La fascinación es un proceso ensoñativo, un proceso de alucinación egoica, pero el derrota-
do presupone que su derrotismo nada tiene que ver con él mismo, que su actitud equivocada
frente a la Gnosis y frente al trabajo ha surgido “por culpa de los demás”, porque “las organiza-
ciones gnósticas no funcionan como él piensa que deben marchar”, y cosas así por estilo.
Esta absurda e inconsistente justificación del “Yo mismo”, es pues esa “falsa
luz ” de la que habla el Maestro.
Al igual que toda falsificación, los seudo-argumentos del “Yo” derrotista van en dirección
contraria a la realidad, son absolutamente mentirosos, porque lo que en verdad sucede es
que el derrotado gusta de la fornicación, del adulterio, de las borracheras, del dinero, de la
buena posición social, de los honores y vanidades del mundo, de todo lo que, en fin, satisfa-
ga al “ mí mismo”, al “sí mismo”.
Sabido es que el Ego lucha por la evolución y progreso de su propia desventura, nadidad y
miseria interior, que se quiere demasiado a sí mismo y que por eso se aferra con ansias infinitas a
sus formas mecánicas de pensar y de sentir.
En tales condiciones anormales la persona psico-física (o sea, uno mismo) siente miedo
extrem o o pavor al oír hablar de “Aniquilación Bud ista ”, y también experimenta
desagrado u odio hacia los postulados alquimistas que explican todo lo relativo a la
Transmutación del Mercurio de los Sabios.
Precisamente por ser amigo de la facilidad, de lo cómodo y agradable, el “Yo” derrotista
aborrece aquello de los “trabajos conscientes y padecim ientos intencionales”
que tan necesarios son para poder auto-observar, comprender y eliminar lo que es necesario
erradicar de nuestra Psiquis.
No obstante, aún a sabiendas de que el Ego es la causa de la infelicidad y de la
ausencia de libertad interior, algunos aspirantes que se siente derrotados bus-
can otros caminos (léase escuelas seudo-esotéricas, “sant-erías”, logias masónicas, etc.) don-
de ilusoriamente esperan conseguir la tan anhelada Paz del corazón tranquilo y la legítima felici-
dad del Alma.
Para poder eliminar los “Yoes” de la derrota “ resulta u rgente, inaplazable e
impostergable observa r la cha rla inter ior y el luga r preciso de donde proviene”,
porque “la charla interior equivocada es la causa-causorum de muchos estados psíquicos inarmónicos
y desagradables” que se manifiestan externamente en forma quejumbrosa, co mo “Canción
Psicológica”, digamos (véase el “Tratado de Psicología Revolucionaria”, Capítulo N º 24).
Parafraseando al V.M. Samael podríamos aseverar que con un estudiante controlado
por el “Yo” derrotista prácticamente no se puede hablar, porque cualquier con-
versación referida al tema del Gnosticismo Universal seguramente la remitirá a
su “ librito de cuentas” y a sus tan cacareados sufrimientos por sentir (verbigracia)
que “ha sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos”, o bien que “ha sido humilla-
do por no tener títulos académicos o universitarios”, o ya porque “fue preferido, marginado por
personas que valen menos que él”, o porque “en los Grupos Gnósticos nadie lo escucha, no toman en
cuenta sus opiniones”, y así sucesivamente.
“En estas circunstancias, queriéndose tanto a sí mismo, auto-considerándose de ese modo, es
claro que los Yoes (derrotistas, en este caso) en vez de extinguirse se fortificarán entonces espantosa-
mente”.
Lo importante, en definitiva, es comprenderse uno mismo, volvernos comprensivos, y
esto exige vigilancia extrema, riguro-sísima Auto-Observación de nuestra particular
psicología, a fin de auto-detectar o auto-descubrir ese tipo de “Yoes” que en la presente guía de
estudio hemos venido reseñando.
Téngase en cuenta que la fascinación y el sueño de la Conciencia tienen su
origen en los estados de identificación, lo que de hecho alimenta y robustece el
pensamiento y el sentimiento derrotista, impidiendo (desde luego) que surja den-
tro de nosotros la llamarada del Ser.
Concluímos: olvidarse de uno mismo es olvidarse de Dios y de sus benditos mandamientos u
ordenanzas, es olvidar que lo único importante en la vida es saber quiénes somos, de dónde
venimos, hacia dónde vamos y por qué y para qué vivimos.
Este olvido de lo esencial, este olvidar que “ de nada si rve gana r todas las r iquezas
del mundo si finalmente perdemos el Alma ”, es obvio que sólo puede conducirnos hacia
la infelicidad, la desgracia, la derrota…

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