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Entendemos por herida a cualquier lesión que causa daño al cuerpo (tejidos conjuntivos, tejidos
grasos, tejido muscular, nervios, tendones, piel, hueso, órganos, etc.), es decir, que las heridas son
las roturas de los tejidos del organismo, tanto tejidos externos como internos del cuerpo, y que son
causadas por un agente traumático (golpes, rasguños, cortes, y demás), provocando la pérdida de
continuidad de la integridad en dichos tejidos afectados, provocando las más de las veces la
sensación de dolor.
Las heridas son lesiones que si bien el propio organismo puede reparar hasta cierto punto
(dependiendo de la gravedad de las mismas), se requieren cuidados especiales, en particular en lo
tocante a los daños causados en los tejidos, desangrado (en caso de haberlo), y de posibles
infecciones, por lo que nunca se deben de subestimar los cuidados y tratamientos para este tipo de
lesiones.
Las heridas pueden clasificarse según factores como el tipo de origen o agente lesionante (heridas
punzantes, cortantes, contusas, lacerantes, abrasiones, quemaduras, etc.), por el grado o nivel de
daño causado en los tejidos afectados (heridas simples o complicadas), por estar o no expuestas al
medio ambiente o por ser internas, entre otras formas de clasificación.
Heridas Simples
Suelen afectar únicamente la piel sin causar daño a los órganos y a otros tejidos. El dolor suele ser
local y dependiendo de la exposición a medios infecciosos no suelen ser peligrosas, es el caso de
algunos cortes, arañazos y rasgaduras principalmente superficiales.
Heridas Complicadas
Estas suelen ser extensas y/o profundas, por lo que por lo general suelen afectar a otros tejidos
como los músculos, arterias, venas, vasos sanguíneos, nervios, órganos, demás tejidos
subcutáneos, llegando en ocasiones a los huesos. Son altamente dolorosas por la destrucción de
tejidos y nervios afectados, así como presentan una gran probabilidad de infección.
Heridas Abiertas
Estas son aquellas que producen una separación de la piel creando daños a cierta profundidad y
cuentan con separación de tejidos blandos, en ellas se presenta un mayor riesgo de infección ya que
quedan expuestas al medio ambiente y a los patógenos. Para su curación se suele tener que suturar
la herida mediante algunos puntos dependiendo del tamaño de la misma y de la gravedad de las
lesiones de los tejidos.
Heridas Cerradas
En estas heridas no se observan separaciones en la piel pero los tejidos dañados que se hallan
internamente perjudicados, pueden hacerse visibles parcialmente a través de los hematomas que
estas heridas suelen causar. Son comunes en golpes y lesiones causadas por impactos en donde la
piel queda íntegra o parcialmente dañada, pero el daño principal se presenta en los tejidos
subcutáneos. Dependiendo de la gravedad de la herida, estas pueden ser tratadas de varias formas,
usando ungüentos cutáneos y otros medios en casos de heridas leves, e incluso abriendo la herida y
expulsando tejidos dañados necrosados, sanguaza y pus, para evitar infecciones en heridas de este
tipo pero que son de consideración.
Heridas Internas
Estas son aquellas que se presentan dentro del cuerpo sin que por ello sean visibles por la piel, es el
caso de contusiones y golpes que producen por ejemplo derrames internos (cerebrales, torácicos), o
que lesionan órganos, arterias, nervios y sistemas internos. Estas no siempre se suelen apreciar a
simple vista, por lo que en casos de accidentados (por ejemplo automovilísticos o por alguna caída),
estos pacientes deben de ser revisados a fondo por un médico calificado.
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Tipos de heridas según su causa
Punzantes
Son aquellas que son provocadas por un objeto puntiagudo, como agujas, clavos, picahielos,
desarmadores, alambres de púas, astillas, espinas, anzuelos, y perforaciones por navajas y otros
objetos punzantes o punzocortantes. En ellas dependiendo del lugar y alcance de la perforación
puede haber profusión variable de hemorragias, destrucción de tejidos internos (por ejemplo órganos
internos), y tanto dependiendo de la zona afectada, así como de la profundidad de la herida y
comprometimiento de órganos, pueden ser de alta peligrosidad pudiendo producir incluso la muerte.
Cortantes
Estas son producidas por objetos afilados como láminas, cuchillos, navajas, vidrios, e incluso por las
hojas de papel entre otros objetos cortantes. Pueden ser leves como las producidas al cortar comida
con un cuchillo o al pasar las hojas de un libro nuevo, o profundas como las que son producidas con
navajas u otros objetos. Dependiendo de la profundidad y la zona afectada de la herida se pueden
ver comprometidos tejidos importantes como arterias, músculos, nervios, huesos, variando la
peligrosidad de estas heridas tanto por la zona y tejidos dañados, por las hemorragias causadas, así
como por la extensión que estas tengan.
Punzo cortantes
Estas son causadas por objetos punzocortantes tales como cuchillos, navajas, tijeras y diversos
objetos. Las heridas son una combinación de daños de las heridas punzantes y cortantes, mismas
que dependiendo de la gravedad que posean (profundidad de la herida, parte del cuerpo afectada,
tejidos u órganos dañados, pueden ser poco peligrosas o muy peligrosas.
Abrasiones
Entendemos por heridas por abrasiones a aquellas producidas por la fricción de una parte del cuerpo
con algún objeto o superficie. Estas pueden ser leves, como por ejemplo las producidas por el rose
con la misma ropa en donde solo se afecta la capa superficial de la piel, o más profundas, como las
producidas por raspones (que comprometen diversas capas de la piel), e incluso aquellas que llegan
a afectar órganos y tejidos importantes, pudiendo incluso afectar tejidos duros como los huesos
(como por ejemplo al ser arrastrados por un caballo o por un vehículo automotor y raspar el cuerpo
con el suelo), destruyendo tejidos cutáneos, adiposos, musculares e incluso el hueso.
Heridas lacerantes
Estas son producidas por golpes muy fuertes, aplastamientos, y objetos de bordes dentados, en
donde se general hay desgarros de los tejidos (piel, carne, nervios, arterias), e incluso pudiendo
agravarse con fracturas múltiples. En ellas los bordes de las heridas se presentan de forma irregular
quedando en muchos casos los tejidos destruidos.
Heridas quirúrgicas.- Estas son las heridas que quedan tras una operación, se entiende que
son las producidas por cortes e incisiones quirúrgicas, cuyo tamaño y profundidad dependen
directamente de la operación realizada. Estas son cerradas tras terminar la operación y se
realizan cuidados especiales para su curación.
Heridas Auto infringidas.- Estas son aquellas que la persona se realiza a sí misma, esto suele
suceder por problemas mentales como depresión, esquizofrenia, sentimientos de culpa
reprimida, y otros trastornos mentales, así como por ideologías religiosas, ligadas al
sufrimiento y castigo relacionado con la idea del pecado y la culpa.
Heridas Mortales.- Se habla de heridas mortales cuando estas son graves por lesionar
órganos vitales o por el desangrado que producen, es el caso de heridas masivas en el
cuerpo, lesiones craneales, torácicas que comprometan órganos y sistemas como el
circulatorio, el pulmonar o el cerebro entre otras.
HERIDAS INCISAS: Son producidas por instrumentos de hoja afilada y cortante, en general la
longitud del corte en la superficie supera a la profundidad de su penetración; los bordes son limpios
sin contornos tortuosos, con mínima desvitalización de los tejidos y bien irrigados. Normalmente
permiten una sutura directa. Su gravedad va a depender de la extensión y de las estructuras
subyacentes que afecten.
HERIDAS PUNZANTES: Producidas por agentes traumáticos puntiagudos, crean una solución de
continuidad externa mínima, puntiforme a veces, siendo mayor la profundidad anatómica que
alcanzan.
HERIDAS POR ARRANCAMIENTO O AVULSIÓN: El agente traumático actúa arrancando los tejidos
de forma parcial o completa. Puede existir pérdida de sustancia que nos impide el cierre directo a no
ser que la pérdida sea muy pequeña. Uno de los ejemplos más frecuente en los Servicios de
Urgencias sería el scalp (arrancamiento del cuero cabelludo).
ABRASIONES: Son heridas producidas por mecanismo de fricción. Muy frecuentes en los accidentes
de tráfico. Se comportan como quemaduras y como tales hay que tratarlas. No van a requerir sutura ,
pero sí curas para dirigir la cicatrización. Muchas de ellas contienen materiales que pueden dejar una
pigmentación residual (ejemplo: tatuaje en piel por asfalto).
HERIDAS POR APLASTAMIENTO: Casi siempre se correlaciona con lesiones internas importantes.
En los miembros se debe descartar un síndrome compartimental.
RETIRO DE SUTURA
Cuando la herida ha cicatrizado se debe retirar la sutura. El tiempo de permanencia en boca de la
sutura depende de la cicatrización y de la naturaleza de la misma.
Las suturas deben ser retiradas antes que le epitelio haya migrado a las partes más profundas de la
dermis.
Técnica:
Limpiar el área con un antiséptico.
Se toma un extremo de la sutura con pinzas adson sin garra y se corta lo más cerca posible de
donde la sutura,penetra la piel.
Se hala suavemente el hilo de sutura con las pinzas hacia el lado opuesto del nudo. Para evitar
riesgo de infección, la sutura debe retirarse sin pasar ninguna porción que haya estado fuera de la
piel o de la mucosa, a través de ella.
Heridas Especiales
Una herida especial es aquella que por su situación en el cuerpo humano pone en peligro la vida del
lesionado, por eso es necesario saber actuar inmediatamente en estos casos.
Heridas en tórax:
cuando atiendes una herida especial en el tórax debes seguir los siguientes pasos:Imagen3
Heridas en abdomen:
Quemaduras
Las quemaduras se clasifican como de primero, segundo y tercer grado, dependiendo de qué tan
profundo y con qué severidad penetran la superficie de la piel.
Quemaduras de cuarto grado. Las quemaduras de cuarto grado también dañan los huesos,
músculos y tendones subyacentes. No hay sensación en el área, ya que las terminales
nerviosas han sido destruidas.
La escala de Glasgow fue desarrollada por el Dr. Graham Teasdale y el Dr. Bryan J. Jennett en
1974 para proporcionar un método simple y fiable de registro y monitorización del nivel de conciencia
en pacientes con una lesión cerebral aguda. Poco después de la descripción de la escala, a cada
nivel de respuesta se le asignó un valor numérico, que podría ser comunicado de manera individual
(O1, V2, M4, por ejemplo). Pronto se sugirió la posibilidad de sumarlos para obtener una única
medida global (Glasgow Coma Score). Esta práctica puede resultar atractiva, pero lo cierto es que
proporciona menos información que la descripción completa de las tres respuestas y, en caso de
aumento o disminución del Score, no es posible identificar en qué parámetro de los evaluados la
respuesta del paciente ha mejorado o empeorado. Según sus autores, los tres componentes deben
ser monitorizados, registrados y comunicados por separado.
El uso de la escala fue promovido en 1980, cuando se recomienda para todo tipo de persona
lesionada en la primera edición del ATLS (Advanced Trauma Life Support) y de nuevo en 1988,
cuando la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía (WFNS) lo utilizó en su escala de de
clasificación de los pacientes con una hemorragia subaracnoidea. La escala progresivamente ha
ocupado un papel central en las guías clínicas y se ha convertido en un componente integral de los
sistemas de puntuación para las víctimas de trauma o enfermedad grave.
La escala de Glasgow se divide en tres grupos puntuables de manera independiente que evalúan la
apertura de ojos sobre 4 puntos, la respuesta verbal sobre 5 y la motora sobre 6, siendo la
puntuación máxima y normal 15 puntos y la mínima 3. Se considera traumatismo craneoencefálico
leve al que presenta un Glasgow de 15 a 13 puntos, moderado de 12 a 9 y grave menor o igual a 8.
La escala no puede aplicarse directamente a los niños de todas las edades porque, por ejemplo, la
mejor respuesta verbal “Orientado” y la mejor respuesta del criterio motor “obedece órdenes” no
pueden valorarse en los niños menores de 5 años. Por ello se han propuesto escalas modificadas
para pediatría.
Se han evaluado cada uno de los componentes por separado, encontrando que la respuesta motora
es la que guarda mayor coherencia con el Glasgow, tanto en coma traumático como no traumático.
La evidencia sugiere que dicho componente aislado podría ser útil para triar y predecir pronóstico en
pacientes traumatizados, sobre todo aquellos en los que la recogida completa de datos es difícil.
A pesar de estas limitaciones, diversos estudios coinciden en afirmar que la escala de coma de
Glasgow es un buen predictor de mortalidad intrahospitalaria y un instrumento útil para el triaje previo
a la hospitalización.