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Poca preocupación por producción, 1, se junta con poca preocupación por gente, 1,
en la parte inferior izquierda del Grid Gerencial. Igual a 9,1, en 1,9 se supone que
hay incompatibilidad entre los requisitos de producción y las necesidades de la
gente. Sin embargo, puesto que la preocupación por ambas es baja, el gerente con
orientación 1,1 tiene poco o ningún dilema entre producción y gente. Pero la persona
que opera con el estilo 1,1 ha aprendido a estar separada, a pesar de lo cual
permanece dentro de la organización. Poco se espera de él y poco da él en cambio.
1,1 no es frecuente como estilo en una organización donde cada situación representa
un conjunto diferente de problemas a resolver. Es mucho más común en operaciones
de rutina y en varias funciones asesoras.
La frase “dirección 1,1 de gente” es una anomalía. Una persona que ha adoptado una
orientación 1,1 se puede describir mejor como “perdida entre la gente” en vez de
administrador de gente.
El estilo 1,1 no es natural, es asumido por quienes han aceptado la derrota, es un
estilo que se caracteriza por un escaso interés por gente y por el esfuerzo mínimo
contribuido hacia el objetivo organizativo.
Errores y violaciones
El estilo 1,1 para con los errores de los subordinados, es ignorarlos a menos que la
magnitud del error fuese tal que el supervisor mismo pueda quedar comprometido.
Los errores de rutina se esperan y se ignoran. Cuando los subordinados cometen
errores, el supervisor los culpa y se libra de la responsabilidad. Siempre logra
desviar la responsabilidad hacia el sistema, la organización o la suerte.
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Relaciones Jefe- Subordinado bajo 1,1
El objetivo del gerente 1,1 es aislarse, tanto de sus jefes como de sus subordinados.
Cuanto menos contacto con ambos, mejor. Entonces hay menos probabilidad de
verse envuelto en problemas que requieran decisión u otra acción administrativa.
En el estilo 1,1, se ve al subordinado como un mal necesario contra el que hay que
defenderse o si no tolerarlo.
El 1.1 invertido
Cuando surgen situaciones que impiden la eficiencia (el gobierno) el estilo
administrativo 9,1 toma a veces una forma diabólica. Una forma es el estilo 1,1
invertido. Por ejemplo, si se tiene exceso de personal, se mandan a escritorios
aislados, se elimina todo trabajo, de tal manera que nadie tenga nada que hacer.
Una estricta disciplina asegura que no hay conversación. El resultado es que la gente
no puede evitar una situación 1,1. El único escape es aceptar la posición, una
solución a la que todos llegan, excepto los más fuertes. Así el estilo invertido 1,1
tiene como meta destruir la moral hasta que la gente se vea forzada a renunciar a la
organización.
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Es probable que el gerente subordinado 1,1 evite el conflicto con su jefe e iguales no
manifestando su desacuerdo. Al menos parece complaciente con el jefe y poco pide
de sus iguales. Es probable que conteste a cualquier orden con “si usted lo dice.”