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En la tercera acepción del diccionario online de la R. A. E. La entonación es: (3). f.

Movimiento melódico con el que se pronuncian los enunciados, el cual implica variaciones
en el tono, la duración y la intensidad del sonido, refleja un significado determinado, una
intención o una emoción.

La práctica de la entonación requiere de:

-Previo entrenamiento vocal con el soporte de un acompañamiento instrumental (escala,


arpegio). -El desarrollo del sentido del oído. -Imitación del sonido (repetición precisa del
sonido). –E involucra las cualidades del sonido entre otras cosas más como por ejemplo: la
concentración y el uso de la razón en el iniciado en la música.

Edgar Willems resume la actividad de entonar de la siguiente forma; mantener una


posición natural del cuerpo erguida, cantar con el timbre más agradable posible y con la
más perfecta afinación, pensar no solamente en la belleza del canto en general sino
también en la relación sonoras (intervalos). El objetivo de la buena entonación exige estar
animado de una vida musical en la que el sentido rítmico, la sensibilidad auditiva y la
inteligencia se unan en una síntesis viviente y no implicar al hecho de ser músico
solamente a la capacidad de ejecutar trozos musicales y menos aun al virtuosismo. Para
Edgar Willems; “la repetición de los sonidos (...) consiste en prestar atención a la
naturaleza del sonido, con el fin de poder adquirir conciencia de ello; después ser capaz de
reproducir fácilmente los diversos sonidos de la escala y poco a poco, diversas sucesiones
de sonidos.” Willems afirma debemos distinguir de acuerdo con las necesidades de la
enseñanza, diversas especies de canciones; las canciones populares, las canciones más
sencillas para principiantes; (canciones con un fin más didáctico, llamadas; canciones de
intervalos). Para este autor “los cantos constituyen una actividad sintética; engloban la
sensibilidad y el ritmo. Además sugieren el acorde y hacen presentir las funciones
tonales.” Y nos advierte que la voz en los más pequeños le daremos poca importancia y
más bien lo que se busca es atraer su atención sobre el hecho de escuchar y de sentir la
entonación justa. Para los jóvenes más grandes desde que la sensibilidad afectiva entra en
juego, la escala nace según las normas musicales y de lo que se trata, es de exigir incluso
que practiquen con los nombres de las notas. Que tomen conciencia del ordenamiento de
los nombres y que lo dominen.

Problema para la entonación:

Según Edgar Willems es común creer que hay que aprender a cantar afinado escuchando
el piano y esto es un error psicológico, La clave de la afinación está en la naturaleza del ser
humano; hay que buscarla en uno mismo, en la sensibilidad afectiva. Debe venir de dentro
y no de afuera. Sin embargo sería erróneo pensar que todo puede venir del interior. De lo
que se trata, es descubrir las aptitudes, de respetarlas y de completarlas. Así mismo,
sugiere que algunos instrumentos facilitan más que otros, la imitación del sonido por la
voz, al armonio o la flauta más que el piano, xilófono ó campanilla. (Etc.…)

Otra cosa importante de mencionar según Willems es distinguir los puntos innatos, los
que son inherentes a su naturaleza del ser humano y que hay que darle libertad a estos
instintos para que se desarrollen. Por ejemplo: posee instinto rítmico. Respira, camina,
corre, salta, etc. Como así mismo posee sentido innato de la escala mayor y al acorde.
Estos puntos no son necesarios enseñarlos -salvo en casos excepcionales- por el contrario
hay que inculcarles el conocimiento de los compases, los nombres de las notas, como así
mismo la escritura de las figuras musicales.

Por último presenta las asociaciones con respecto a la práctica musical y por ende
involucran a la entonación; “la música es un arte muy complejo y la práctica musical exige
la contribución de un número importante de facultades humanas. Se infiere de ello que,
en la mayor parte de los casos el juego de las asociaciones (reflejos directos y
condicionados) adquiere gran importancia y plantea arduos problemas al pedagogo.” Por
ello éste autor se detiene en el peligro eventual de ciertos procedimientos educativos: por
ejemplo: no crear confusión con los nombres de las notas y las funciones tonales; las
notas do, re, mi, es distinto de; c, d, e, ó tónica, supertónica, mediante, ó sistemas cifrado
do; 1, re; 2, mi, 3… No crear asociaciones de sonido-colores porque sobre saturan el
cerebro y provocan confusión. No utilizar la escala (dibujada o hecha de madera) si implica
inexactitudes psicológicas basada en noción equivoca de que la gama se compone de
tonos y semitonos. Mi, fa-si, do, es distinto de do, re-fa, sol, la. “La fononimia debe
rechazarse por ejemplo, cuando asocia la altura de los sonidos con lugares determinados
del cuerpo humano; es conveniente si se mantiene en terreno de la relatividad:
movimiento ascendente o descendente de la mano. Algunos pedagogos preconizan el
empleo de signos especiales con los dedos de la mano para designar las notas (puño= do,
índice levantado=sí etc. Este procedimiento, útil en las escuelas primarias o para los
cantos corales de niños en los pueblos, debe descartase para los futuros músicos
profesionales. Crea asociaciones obstaculizantes, en las que la concretización adquiere un
valor abusivo.” No hacer la educación rítmica exclusivamente vocal sería un peligro, no
olvidar que el ritmo es categoría de movimiento también. Y por último, no abusar del uso
de palabras claves asociadas al ritmo porque crean confusión.

La idea de Edgar Willems es liberar lo natural, desarrollando la espontaneidad a fin de que


el iniciado en la música pueda crecer según las leyes de su propia naturaleza.
Bibliografía:

Willems E. La preparación musical de los pequeños. Editorial Universitaria de Buenos


Aires. Argentina. 1962.

La entonación desde experiencia personal.

Para comenzar vocalizo con la ayuda del piano, la escala y el arpegio, con la unión de una
consonante y vocal por ejemplo: “mu” con la boca cerrada luego de hacer esto un par de
veces, paso a entonar la escala con los nombres de las notas. Siempre pensando que la
emisión de la voz debe ser la más clara y agradable posible sin forzar nada. Es posible
encontrar algún problema particular en el grupo, por ejemplo: una persona no entona
bien el do (quedando por debajo de la nota o por encima). Lo primero que hago es que
otra persona cante la nota y pido a la persona involucrada en el problema que repita la
nota. Esto puede ayudar a resolver el problema tímbrico. Si no es capaz de hacerlo, puede
que sean otros problemas asociados a lo vocal ó lo auditivo, probablemente, etc.

Las mujeres, niños y jóvenes por lo general tienen una tesitura vocal similar, lo cual crea
una ventaja frente al hombre. Algunos pequeños problemas es ver a personas que se
niegan a cantar con su voz natural, cantando más grave incluidas las mujeres. En las clases
de los más chicos canto en falsete y explico el por qué de ello.

Por último menciono un caso particular:

En la institución la formación de los primeros años (preparatorio, 1a y 1b) es lograr


redescubrir la sonoridad mayor (en do mayor). Al superar estos años es de suponer que
los jóvenes ya tienen la sensación de la sonoridad mayor. No obstante, el problema
observado es que al avanzar a los siguientes cursos y asignarles nuevos ejemplos pero con
armaduras de clave distintas de do mayor (una, dos o tres alteraciones) lo común es ver
que reprimen lo aprendido en los años anteriores por tener algo nuevo frente a ellos
dejando de lado lo natural esa sensación de la sonoridad mayor y su atención ahora está
en la colocación de las notas alteradas, sin saber que ellos mismos crean confusión en la
fluidez de lo que ya de hecho deben saber como suena. Creo que se debe vocalizar
primero la escala de la tonalidad de la lección y el arpegio con la unión de una consonante
y vocal con la boca cerrada, luego si, repetir cantando la escala y el arpegio con los
nombres de las notas y pasar a entonar la lección. Si ésta no tiene más que las
alteraciones de la armadura de clave no debe presentar mayor problema entonarla.
Finalmente creo que se deben observar estos asuntos y por otra parte, saber que el
programa de esos cursos sugiere entre otras cosas el asunto menor y sus distintas
sonoridades lo cual demandará suma atención del joven y del docente.

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