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Daniela
Y
Nuestros Padrinos
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María Perla Torres Llamas
Carlo Ezequiel López Vázquez
Padrinos de Anillos
Carmen Gutiérrez
José Carlos Lomelí
Padrinos de Arras
Erika Nayeli Pérez Palomino
Oscar Fernando Mendo Ramos
Padrinos de Ramo
Melissa Evelyn Avalos Torres
Gabriel Eleazar Suarez Lara
Padrino de Biblia y Rosario
Francisco Pineda Camarillo
Madrina de Cojines
Ana Karen Cortes García
Madrina de Álbum
Lizbeth Abigail Baltazar Padilla
Invitaciones cortesía de
Melina Gallegos
Madrina de Copas
Rocío Morales Vázquez
Madrinita de Flores
Karla Gabriela López Torres
Madrinita de Arroz
Zoe Corona Chavez
Padrinos de Cristo
Janet Llamas Cuevas
Antonio García
Padrinitos de Ofrendas
Carlo Andrés López Torres
Marcos Alcalá Torres
Tequila cortesía de
Familia Sánchez Topete
Primera Lectura.
Hombre y Mujer los creo.
Del libro del Génesis
1. 26 – 28. 31.
Dijo Dios “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, que domine a los peces del mar, a las
aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen
a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial.
Del Salmo 127
“Dichoso el que pone su confianza en el Señor”.
Segunda Lectura.
Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
De la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios.
5, 2. 25 – 37
Hermanos: vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros.
Maridos, amen a sus Esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para sacrificarla,
purificándola con el agua y la palabra, pues Él quería presentársela a si mismo toda resplandeciente,
sin mancha ni arruga ni cosa semejante, si no santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa se
ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor,
como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola
carne. Este es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Palabra de Dios.
R. Aleluya, Aleluya.
R. Aleluya.
Evangelio.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
Del Santo Evangelio según San Mateo
19, 3 – 6.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerle una trampa, le preguntaron: “¿Es
licito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?”
Jesús en respuesta les dijo: “¿no habéis leído que aquel que al principio crio al linaje humano, crio un
solo hombre y una sola mujer? Y que se dijo: <<Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre
y ha de unirse con su mujer, y serán dos en una sola carne>>. Así que ya no son dos, sino una sola
carne. Lo que Dios pues ha unido no lo separe el hombre.
Palabra de Dios.
Credo.
Creo en un solo Dios Que por nosotros los hombres
Padre todo poderoso Y por nuestra salvación bajo del cielo
Creador del cielo y de la tierra Y por obra del Espíritu Santo
De todo lo visible e invisible. Se encarnó de María la Virgen
Y se hizo hombre.
Creo en un solo Señor Jesucristo
Hijo único de Dios, nacido del Padre Y por nuestra causa fue crucificado
Antes de todos los siglos. En tiempos de Poncio Pilato
Padeció y fue sepultado
Dios de Dios, luz de luz, Y resucitó al tercer día según las escrituras
Dios verdadero de Dios verdadero Y subió al cielo.
Engendrado no creado
De la misma naturaleza del Padre Y está sentado a la derecha del padre
Por quien todo fue hecho. Y de nuevo vendrá con gloria
Para juzgar a vivos y muertos
Y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor Espero en la Resurrección
Y dador de vida, que procede De los muertos, y en la vida
Del padre y del hijo, que con De un mundo futuro.
El padre y el hijo reciben una misma
Adoración y gloria y habló por los Amen.
Profetas.
Padre Nuestro.
Padre Nuestro que estas en el Cielo, Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino y hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal.
Amen.
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros a todas partes y solos
nunca nos dejes, ya que nos proteges tanto como verdadera madre, haz que nos bendiga el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo. Amen.
Oración por la conformidad al haber sido despreciado por otros.
Me han tratado con desprecio, Señor, y pido Valor para que me aproveche de lo que me ha pasado.
Enséñame que las gracias grandes no se consiguen sin la humildad. Si las vamos a conseguir, es
preciso que seamos humillados. No se las dan a orgullosos. Habiendo recibido esta humillación de
ahora, pido que la pueda apreciar y mirarla como una señal segura de que tú me vas a dar una gracia
muy especial. Amen.
¡Gracias por
acompañarnos!