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LUGAR, ESPACIALIDAD Y TEXTURA EN LA OBRA ARQUITECTONICA DE

ROGELIO SALMONA.

Alberto Saldarriaga Roa

“Diferenciándose de cualquier otra forma de elaboración cultural, toda arquitectura está


necesariamente ubicada en un lugar geográfico preciso, en contacto con realidades particulares. Y no
se pueden comprobar sus cualidades sino viviendo su espacio. Es que la arquitectura es el único arte
capaz de producir espacios que extrañen, evoquen, que sorprendan y encanten.” 1

Rogelio Salmona es la figura más sobresaliente en el panorama arquitectónico


colombiano contemporáneo y una de las figuras más destacadas y valoradas en América
Latina. Su interés por la ciudad, su activismo en la defensa del espacio público y de los
valores culturales y ambientales del entorno, la riqueza de la arquitectura y su actitud
polémica lo sitúan como protagonista en los encuentros y debates sobre arquitectura y
urbanismo que se llevan a cabo en América y Europa.

Salmona inició estudios de arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia en


Bogotá y los interrumpió en 1948 para viajar a París, dónde trabajó en el estudio de Le
Corbusier por casi diez años. A su regreso a Colombia formó parte de un grupo de
distinguidos arquitectos bogotanos interesados en superar las limitaciones del funcionalismo
y de explorar alternativas diferentes para la arquitectura colombiana. La primera de sus
obras que revolucionó el medio profesional fué el conjunto de apartamentos "El Polo",
proyectado conjuntamente con el arquitecto Guillermo Bermúdez Umaña en 1959, por
encargo del Banco Central Hipotecario. El singular tratamiento urbanístico del conjunto, la
fuerte volumetría de los edificios, el uso del ladrillo y el interés en el tratamiento del
espacio interior de las viviendas fueron insólitos en su momento y abrieron campo para
nuevas exploraciones arquitectónicas.

En la década del 60 Salmona desarrolló en Bogotá una serie de proyectos de carácter


exploratorio, entre los que se destacan el Colegio de Bachillerato de la Universidad Libre
(1962), el conjunto de viviendas "Fundación Cristiana" (1963) y la sede para la Sociedad
Colombiana de Arquitectos (1961-1970). Entre 1964 y 1970 proyectó la que sería su
primera obra de repercusión internacional, el conjunto de apartamentos "El Parque". Este
conjunto de tres edificios localizado en el centro de la ciudad, en un terreno contiguo al
Parque de la Independencia y a la Plaza de Toros de Santamaría, fué polémico por su audaz
planteamiento formal, basado en una geometría radial con diferentes centros, por el
escalonamiento volumétrico y por el enriquecimiento mediante balcones de la textura visual
de los edificios. La implantación urbana con su gran generosidad en los espacios públicos es
hoy reconocida como uno de los principales aportes del conjunto a la ciudad. El conjunto
fué distinguido con el Premio Nacional de Arquitectura en 1976 y fue posteriormente
1Salmona, Rogelio. “Consideraciones sobre la arquitectura latinoamericana.” Revista PROA N. 318. Bogot‡,
mayo de 1983

1
declarado Monumento Nacional de la República de Colombia.

El edificio sede del Automóvil Club de Colombia (1971-72) y el Museo de Arte


Moderno de Bogotá fueron dos proyectos trabajados al comienzo de los años 70. Cada uno
de ellos presenta un planteamiento espacial diferente. El primero desarrolla el principio de la
“plaza-patio” propuesto en El Parque. El segundo es un edificio compacto en cuyo espacio
interior, trabajado integramente en concreto texturado, el arquitecto desarrolla un juego
espacial en diferentes niveles iluminados mediante una gran claraboya dispuesta en la
cubierta. En la casa "Alba" (Bogotá, 1969), Salmona dió una nueva orientación al estudio
de las posibilidades organizativas, espaciales y estéticas del patio, que habrían de influír
decisivamente en la obra posterior a "El Parque". La casa "Franco" en Tabio (1977) fué
organizada en un esquema alrededor de dos patios interiores. La espacialidad de los patios
encadenados por diagonales se expresó con toda su fuerza en el proyecto para el Centro
Jorge Eliécer Gaitán (1983). En el Centro Gaitán (hoy Colparticipar), se aprecia además el
manejo singular de las relaciones entre volumen y espacio exterior, mediante el uso de
rampas y terrazas que unifican el edificio con su entorno. Una variación particular de ese
esquema se elaboró en el Museo Quimbaya en Armenia (1984), obra distinguida con el
Premio Nacional de Arquitectura en 1988.

La Casa del Fuerte del Manzanillo conocida anteriormente como Casa de Huéspedes
Ilustres en Cartagena, proyectada entre 1978 y 1982 es una de las obras que ha atraído
mayor atención y aprecio en los círculos profesionales nacionales e internacionales. La Casa
se localiza en una pequeña península sobre la Bahía de Cartagena en cuya punta se encuentra
la edificación colonial del Fuerte del Manzanillo, restaurada como parte del proyecto total
(Germán Téllez C.,1976-82). La arquitectura de la Casa es concebida como un tejido de
espacios libres y cubiertos cuyos ejes visuales y de recorrido conducen a los patios y
jardines cerccanos y encuadran las vistas lejanas de la bahía de Cartagena. En ese tejido
participan los patios sombreados por árboles, los muros en mampostería de piedra coralina,
las cubiertas abovedadas y los pisos en ladrillo que otorgan un carácter de especial
austeridad a los recintos interiores. La Casa fué distinguida en 1986 con el Premio Nacional
de Arquitectura y en 1990 con el premio del Taller América como la obra latinoamericana
más significativa de la década del 80. También hace parte de los Monumentos Nacionales de
Colombia.

Entre las obras más destacadas de Rogelio Salmona en las dos últimas décadas se
cuentan el proyecto para el conjunto urbano “Nueva Santafé de Bogotá” (con Jaime Camacho,
Julián Guerrero, Pedro Alberto Mejía y Arturo Robledo, 1983-1990); la sede para la
Fundación para la Educación Superior "F.E.S." en Cali ( con Raúl H. Ortiz, Pedro A. Mejía y
Jaime Vélez, 1986-90), la sede para el Archivo Nacional en Bogotá (1988-94), el Centro
Comunal del conjunto Nueva Santafé de Bogotá (1993-1997) y la sede de los programas de
posgrado de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia en
Bogotá (1995-1998). La obra reciente incluye además un buen número de casas individuales y
edificios de apartamentos en diversos sitios del país.

El edificio del Archivo General de la Nación es un edificio excepcional tanto por su

2
implantación urbana como por su arquitectura. Su concepción es perfectamente clara y
austera: dos volúmenes separados, de planta cuadrada, se enlazan por un puente. El primero
de ellos, destinado a las actividades públicas del Archivo, se desarrolla en torno a una plaza-
patio circular que sirve para el ingreso de las personas. El segundo alberga las áreas de
depósito propiamente dichas. El elaborado trabajo en ladrillo incluye el uso de piezas
fabricadas especialmente que proveen texturas novedosas sin alterar el espíritu general de
serenidad y sencillez. Este edificio ha sido distinguido en dos Bienales Colombianas de
Arquitectura con premios a la excelencia en el diseño arquitectónico.

La obra reciente del arquitecto Rogelio Salmona puede verse al mismo tiempo como
innovadora y como líder de una corriente: la arquitectura bogotana del ladrillo. Cada proyecto
resume exploraciones pasadas y propone nuevos enfoques espaciales, constructivos, de
relación con el contexto urbano o con el paisaje, al tiempo que refina una poética particular.
En sus proyectos se concretan aportes y se proponen alternativas que tienen eco
inmediatamente en otras instancias de la práctica profesional colombiana.

La espacialidad.
Es difícil caracterizar en palabras las cualidades del espacio en la obra arquitectónica
de Rogelio Salmona. La secuencia de espacios se inicia en algún punto del “lugar” señalado
por el arquitecto como significativo: las montañas, los árboles, una vista cercana o lejana, la
torre de una iglesia. El manejo sutil de los “umbrales”, espacios de transición", formula
mediaciones entre el exterior y el interior, entre lo público y lo privado y entre los espacios
interiores. Las secuencias espaciales y visuales, las transparencias, las variaciones en alturas y
niveles, las perspectivas insólitas, todo ello se integra en una espacialidad original que al
mismo recobra los valores intemporales de la espacialidad de arquitecturas diversas vivídas y
sentidas por el arquitecto: la islámica, la medieval, la prehispánica y la colonial
iberoamericana. Su interés deriva no sólo de la interpretación dada por el arquitecto a esas
fuentes culturales sino también de la oposición categórica que propone esta arquitectura frente
a las ideas funcionalistas de espacios isotrópicos, neutros, sin acentos particulares, revestidos
apenas por una piel de vidrio, de concreto, o de cualquier otro material, trabajada apenas
como cerramiento. De esta oposición surgen las pautas de otra arquitectura que propone una
seducción espacial, que insinúa y sugiere, que rechaza lo evidente y meramente utilitario.
Salmona se refiere a este problema en los siguientes términos: 2

"El movimiento moderno modificó el espacio, no lo transformó. Su idea fué la de arrasar con
lo existente e imponer un nuevo modelo. Su espacialidad es residual, es el resultado de la colocación
(composición) del edificio. En la ciudad histórica, por el contrario, el edificio se ciñe a la morfología
del espacio. La riqueza de la espacialidad, históricamente analizada, no aparece en los textos del
Movimiento Moderno. Brasilia es el ejemplo extremo de esa "otra" espacialidad. El edificio se
"higieniza", se rodea de aire y de sol. Lo comunal sustituye a lo público. El buscar hoy en día una
espacialidad particular implica, de un modo u otro, una crítica a la espacialidad dominante o anterior.
Esa búsqueda no se orienta a encontar nuevamente "otra" espacialidad, a la manera del Movimiento
Moderno, sino a continuar la historia y transformar lo existente."

"La espacialidad a nivel urbano y la espacialidad del edificio son dos instancias en las cuales
2 Conversaciones con Rogelio Salmona. InŽditas

3
se puede trabajar una propuesta coherente. La tradición urbana genera de por sí el conocimiento de una
espacialidad. La espacialidad de la ciudad y de la arquitectura prehispánica tiene razones precisas que
hoy en día desconocemos. Eso no es obstáculo para apropiarnos de ella y para enriquecer el trabajo en
la propuesta contemporánea. La ciudad hispánica posee una espacialidad desarrollada en forma de un
orden urbano-arquitectónico en el que el edificio se emparenta con la ciudad en un mismo orden
espacial. La ciudad republicana no rompe esa línea, la sostiene. La ruptura se presenta cuando se
rompe con la modernidad esa espacialidad integrada. Se cambia la escala de la ciudad. En la
supermanzana, por ejemplo, se guarda una geometría pero se pierde la escala, o sea, la espacialidad."

"El proyecto de la Nueva Santafé de Bogotá es la reconstrucción del espacio urbano en el


corazón de la ciudad. La reelaboración de la manzana mediante el manejo de una nueva espacialidad
permite construír una idea urbana. Se toman elementos de la espacialidad prehispánica y se integran en
la continuidad histórica urbana. Es la recreación de los elementos espaciales del tejido urbano. En la
Casa de Huéspedes de Cartagena lo más valioso es el respeto por la continuidad histórica en el
espacio. La construcción en piedra, los vanos en los patios son elementos de segunda importancia en
la concepción de la casa."

Otros términos para referirse a la arquitectura de Rogelio Salmona son los de lugar y
textura. El primero de ellos refleja la intención de arraigar la arquitectura en el sitio donde
se erige, mediante el aprovechamiento de la topografía, de los hechos circundantes, de las
visuales cercanas y lejanas y el establecimiento de diálogos espaciales en el interior y entre
el volumen y sus alrededores en el exterior. Con ello se intenta hacer de la edificación y su
entorno una fuente de sensaciones en las que intervienen, como elementos importantes, el
manejo de los patios como articuladores espaciales, el manejo de los muros como
moduladores de las relaciones entre interior y exterior y como superficies estéticamente
significativas en las que se otorga especial importancia a la textura de los materiales. Ese
manejo supone un conocimiento reflexivo del pasado prehispanico y colonial
latinoamericano y una actitud de reinterpretación de valores profundos de esas arquitecturas
en formas definitivamente contemporáneas.

Los valores táctiles

“Quiero que la arquitectura s eperciba con todos los sentidos y no únicamente


con el visual. Me interesa componer, (como la música, la arquitectura se compone) con elementos
diversos: losmateriales, el agua, la luminosidad, la penumbra. Me interesa la sombra tanto como la
claridad. Compongo con sesgos, diagonales, con reflejos y transparenciaa, con lo húmedo y lo seco,
con recorridos.”3

Bernard Berenson, historiador y crítico de arte, acuño hace varias décadas la expresión
"valores táctiles" para destacar ciertas cualidades especiales de la obra pictórica. Esa misma
4

expresión puede aplicarse, con más acierto, en la apreciación de la obra arquitectónica, cuya
materialidad es objeto de atención por parte de los arquitectos y de disfrute por parte de los
usuarios. Esa materialidad deriva, como es apenas lógico, de la conjunción de distintos
materiales que desempeñan papeles diversos en la construcción de la obra: soporte,
3Entrevista con Ricardo Castro. InŽdita.
4Berenson, Bernard, EstŽtica e historia en las artes visuales. Fondo de Cultura Econ—mica, MŽxico D.F.
1965

4
cerramiento, detalle, ornamento.

Los valores táctiles en la arquitectura se relacionan directamente con la "textura" del


espacio construído. Una edificación es una composición táctil en la que se manejan
superficies y volúmenes, llenos y vacíos. Distintos materiales participan en su configuración,
más no siempre se enuncian tal y como son. La identidad y carácter de una edificación tiene
mucho que ver con el enunciado de su materialidad y con la afirmación o negación de los
materiales que contiene. Cada material tiene un comportamiento físico-mecánico y una
presencia particulares. Saber trabajar ese comportamiento y esa presencia hace parte esencial
del "arte de proyectar y construír edificios". 5

Presentado de manera elemental, la textura en el espacio arquitectónico tiene que ver


con el manejo deliberado de las cualidades táctiles de los materiales de construcción. En
forma análoga a la textura en la composición músical, el arquitecto trabaja con materiales que
combina de tal manera que destaca y refina sus afinidades y sus contrastes. Cada época del
pasado, cada "estilo" historicista, cada arquitecto, proponen y logran texturas especiales que
los identifican. La asociación entre el metal, el vidrio y el mármol en la obra arquitectónica de
Ludwig Mies van der Rohe, favorece las superficies pulidas y tersas. La arquitectura de Frank
Lloyd Wright, por el contrario, se regocija en las texturas rugosas y bruscas del concreto
ciclópeo, la piedra, la madera y el ladrillo. Estos son, puestas esquemáticamente, dos actitudes
extremas en el manejo de los materiales y en la búsqueda de texturas arquitectónicas
diferentes.

Desde un comienzo, la obra de Salmona ha investigado las posibilidades constructivas


y estéticas de los materiales. La indagación no se reduce simplemente el uso frecuente de unos
determinados materiales. Se orienta de manera directa a la exploración de las posibilidades
constructivas y estéticas que ellos ofrecen. De esta forma se establecen correlaciones
profundas entre las intenciones espaciales, el trabajo con las texturas de los materiales
empleados y el manejo de la luz.

La austeridad estética caracteriza la obra arquitectónica de Salmona. Su repertorio de


materiales es la mismo tiempo limitado y extenso. El ladrillo, el concreto, la madera, el
vidrio, el agua, son materiales preferidos y son una constante en su arquitectura. La presencia
del ladrillo en muros, pisos y cubiertas es prominente. El concreto, además de ser el material
estructural, es trabajado a la vista, con diversas texturas, como material complementario del
ladrillo y se ofrece como elemento de constraste cromático y táctil. La madera empleada en
forma discreta alterna con el ladrillo y el concreto en la composición general del espacio
arquitectónico. El vidrio, además de cumplir su papel utilitario de transparencia e iluminación
natural de los espacios, provee entradas especiales de luz que forman por sí mismas una
arquitectura dentro de la arquitectura.Y el agua recorre los espacios como un material cuyo
movimiento y sonido se incorporan como parte esencial de la arquitectura.

La escogencia de materiales hecha por Salmona muestra una inclinación especial hacia
aquello que es "natural", es decir, hacia materiales que son esenciales en sí mismos. Sus
5 Definici—n de arquitectura que se encuentra en el Diccionario de la Lengua Espa–ola

5
indagaciones e innovaciones han conducido a la fabricación de ladrillos y concretos de
tonalidad especial, armónicamente combinados para producir cromatismos y texturas
singulares. Ejemplo de estas exploraciones son sus obras más recientes y en espacial el
edificio de posgrados de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de
Colombia en Bogotá.

La obra arquitectónica como un universo


Espacialidad y textura son apenas dos de las muchas dimensiones que presenta al
observador atento y sensible la obra arquitectónica de Rogelio Salmona. Para los fines de esta
pequeña nota introductoria al estudio de su obra, son particularmente importantes por ser al
mismo tiempo las más evidentes y las más difíciles de captar. Una obra tan rica y compleja
amerita mucho más que estas palabras para ser entendida y, sobre todo, disfrutada en su
plenitud.

Nada mejor para concluír esta nota que citar las siguientes palabras de Salmona: 6

“La relación entre espacios cubiertos y espacios abiertos es la espina dorsal, por así decirlo, de
la composición. Me conduce a desplazamientos de muros, a la creación de transparencias, a
transiciones entre interior y exterior, a perturas inesperadas para captar algún luugar descubierto,
fuertemente iluminado por el sol o momentáneamente iluminado en su paso a la penumbra.”

“Lo que me importa en la arquitectura es el acontecimiento, el descubrimiento insopechado de


espacios por cambios de luminosidad, de color, por la introducción del paisaje al interior, el
descubrimiento y recorrido de lugares en las distintas horas del día.”

Bogotá D.C. Julio de 1998

6 Entrevista con Ricardo Castro. InŽdita.

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