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Aprender a Mirar la Salud

Ser Salubrista, un Compromiso con la Humanidad

“Mi sueño, desde la humildad de mi patria morena, es ver un país sin miseria, sin
niños en la calle; una patria sin opulencia, pero digna y feliz; una patria amiga,
repartida entre todos y todas”.

Rafael Correa*

Para reconocer al hombre y su entorno es trascendental examinar su historia,


desde la época primitiva, más adelante esclavista y posteriormente feudal, el ser
humano ha desenvuelto todos sus movimientos de acuerdo a sus necesidades, se
ha enfrentado a grandes luchas, guerras y enfermedades, luego llega la etapa de
transición del feudalismo al capitalismo, donde el individuo rompe sus relaciones
naturales con la comunidad y su familia y aparece aún más marcada la lucha de
clases y de poder, esto no quiere decir que en épocas anteriores no venían siendo
manifiestas las desigualdades y la diferencia de clases, pero es en este nuevo
modo de producción en el que se ve el individualismo en su máxima expresión.

Como lo describiría Fernando González, nos encontramos en el “siglo del hombre


que hace fortuna”: “Todo es para nosotros un medio para conseguir dinero; se
persigue la ciencia para ello; se desea la moralidad, la honorabilidad social,
porque producen dinero”.

Quienes viven en la pobreza en el mundo son quienes sufren con mayor fuerza las
inequidades económicas, en salud y de oportunidades, el desgaste ambiental, los
desastres naturales, las malas condiciones de trabajo, los bajos ingresos e
infinidad de problemas que enfrentan y que deben ser intervenidos para propender
el desarrollo humano del presente y del futuro.
El interés por la población y sus problemas sociales, lleva al salubrista a estudiar e
investigar para aportar al mejoramiento del bienestar y calidad de vida de las
personas. La complejidad del ser humano obliga a que su atención sea
contemplada en todos los aspectos, físicos, espirituales y sociales. En tanto más
pobre es una nación, pueblo o región, desmedidamente crecen los problemas y
desigualdades sociales, la religión, la política, la cultura y las mismas tradiciones
son eje de evocación al aumento de la carencia y es esta la preocupación que
debe ocupar al salubrista de hoy: la pobreza y la desigualdad social “epidemia de
nuestro tiempo” (Aprender a mirar la salud).

En Latinoamérica, donde se vive la desigualdad como respuesta según Luis


Bonilla en el artículo “Los asentamientos de la desigualdad en América Latina” a
las políticas neoliberales implementadas que apostaban por el crecimiento
económico a partir de la apertura de los mercados en base a una lógica
privatizadora de prestación de servicios públicos,; todo esto progresivo a partir del
Informe sobre el Desarrollo Mundial de 1993 realizado por el Banco Mundial donde
no se promovió la inversión social, como instrumento de mejora de la vida de las
personas, inversión en educación, salud y mayores ingresos para las personas,
para así generar una mayor calidad en salud en las personas, sino unos reajustes
en los gastos en salud que finalmente no tendrían el impacto esperado, ya que la
información y las políticas diseñadas estaban siendo subjetivas y como resultado
se tienen los sistemas de salud e ineficientes intervenciones estatales actuales.

América latina rica en recursos naturales, cualidad que la ha condenado, llevando


a sus habitantes a la miseria extrema, la explotación de sus recursos, la
enajenación de sus derechos y la esclavitud, ha estado sometida y saqueada
durante toda su historia, ayer por parte de los Europeos hace más de 500 años y
hoy reducidos por el imperio Norteamericano. Las realidades del pasado siguen
siendo las mismas en el presente, la inequidad en oportunidades económicas, de
salud y sociales, en un lugar que podría repartir todos sus recursos de forma
igualitaria y socialmente justa para el desarrollo del bienestar y salud de todos sus
habitantes. El Nobel de Economía de 1998, Amartya Sen, apunta a que “es
particularmente grave como injusticia que algunos sufran la falta de oportunidades
de alcanzar una buena salud dada la insuficiencia de los acuerdos sociales” (Sen,
2004).

En el artículo El desafío de la equidad en salud del profesor Iván Arroyave se


afirma que la inequidad en salud “afecta fundamentalmente el compromiso con la
libertad, la justicia social y los derechos humanos y cuando la inequidad emerge la
gestión del gobierno ha fallado en sus fundamentos”.

Después de referirse al anterior concepto de inequidad es oportuno mencionar el


caso colombiano un país donde la violencia, la injusticia social, la pobreza, la
desigualdad, el hambre, la miseria y la muerte son hechos cotidianos, la
intervención del estado es mínima y es difícil después de las mal elaboradas
políticas aplicadas en el pasado y en el presente corregirlas de forma inmediata,
es cuestión de tiempo y de rediseñar políticas donde se priorice la generación de
condiciones económicas donde prevalezca la comodidad individual sino el
bienestar común, que la educación, salud, seguridad social, agua potable,
atención médica y sanitaria sean ofrecidos sin importar ingresos, clase social, raza
o religión. La sociedad se encuentra engañada, el capitalismo con su consumismo,
publicidad, globalización, mercantilización de la vida y sus valores no permite que
muchas soluciones sean posibles: “Hoy el capitalismo imperialista utiliza todas las
armas de la falacia a fin de impedir su colapso y facilitar la neutralización de los
movimientos de liberación nacional en el Tercer Mundo”. (Penetración cultural
imperialista en América Latina).

En la sociedad actual es difícil abrir los ojos y mirar la realidad pero no es


imposible, desde el ámbito de la salud todos los documentos apuntan a las
mismas situaciones, la desigualdad existente, la mercantilización de la salud, la
prevención y atención primaria en salud para reducir el riesgo de enfermedad,
pero es el sistema actual y la indiferencia de las personas las que no permiten
reevaluar y replantear las acciones ahora implantadas. Cuando las personas se
den por entendidas que el dinero y el poder no son más importantes que la vida y
la salud de los demás, en ese momento se podrá hablar de equidad social y de
igualdad de derechos.

Es un deber entonces desde la salud publica defender y fortalecer los argumentos


a favor de la equidad social, es consecuente empezar a responsabilizarse de las
decisiones sociales, económicas, políticas y ambientales correspondientes.
Desde la investigación y la demostración, la epidemiologia social es una
herramienta de gran utilidad para favorecer el cambio, aportar al debate y a la
acción.
El objetivo finalmente de este ensayo es dejar claro el papel del salubrista dentro
de la sociedad, su compromiso con ella y sus múltiples formas de intervención
desde su profesión, participación y sensibilización, porque es la forma de mirar los
problemas los que lo llevan a la acción, la creación y propuesta de nuevas
políticas y lineamientos para la salud, el salubrista desde su quehacer diario podrá
aportar al cambio y dará merito a su profesión que es buscar el beneficio común y
no solo el propio.

Recomendaciones:

Las recomendaciones en este ensayo serán solo dos:

1. Actuar, apersonarse de las soluciones y aportar desde la especialidad y


profesión de cada persona.

2. Es importante no pasar por alto tener como base para estudiar al hombre
desde la epidemiología lo indicado por el padre de la medicina Hipócrates:

Quien quiera estudiar la medicina adecuadamente, debe proceder de la


siguiente manera: en primer lugar, considerar las estaciones del año y sus
efectos. Luego, los vientos. El frio y el calor, en sus características que son
comunes a todos los países y en las que son propias de cada localidad.
Deberíamos también considerar las cualidades de las aguas, porque así
como ellas difieren unas de otras en sabor y peso, también difieren en sus
cualidades. De la misma manera, cuando uno llega a una ciudad que
desconoce debería considerar su situación, cómo está dispuesta con
relación a los vientos y a la salida del sol, porque su influencia no es la
misma si dispuesta hacia el norte o hacia el sur, o hacia el sitio donde
despunta el amanecer o hacia el ocaso. Uno debería considerar con
atención las aguas que usan sus habitantes, si son blancas o pantanosas, o
duras y provenientes de sitios rocosos y entonces salobres y no aptas para
cocinar; Y también el terreno, si es desértico y deficiente en agua; y si yace
en una depresión, en un lugar encerrado, o en un lugar elevado y frio.
Además, debería considerar el modo de vida de sus habitantes y cuáles son
sus afanes, si son dados a comer y a beber en exceso y a la indolencia, o
al ejercicio y al trabajo y a la moderación en la comida y la bebida.
Bibliografía

 Benach J, Muntaner C. Aprender a mirar la salud. Venezuela: Instituto de


Altos Estudios en Salud Publica; 2005.

 Londoño J, Metodologia de la investigacion epidemiologica. Colombia:


Manual Moderno; 2010.

 Hipócrates. Citado por: Londoño J, Metodologia de la investigacion


epidemiologica. Colombia: Manual Moderno; 2010.

 Gonzalez F. Viaje a pie. Colombia. Otraparte. 2002.

 Acosta L, Erhart V, Vega P. Penetracion cultural imperialista en America


Latina. Cuba: Los Comuneros. 2009.

 Guzmán SS, Herrera AM, Rojas I, Salgado LJ. Agente de cambio:


Generador de inclusión para las personas en condición de discapacidad.
Rev CES Salud Pública 2011; 2(1): 1-2

 Sen A. Citado por: Arroyave I. el desafío de la equidad en salud. Colombia:


Rev. CES. 2011.

 Bonilla L. Los asentamientos de la desigualdad en America Latina. El pais.


(internet). 2014; (consultado 2016 Feb. 15). Disponible en:
http://blogs.elpais.com/3500-millones/2014/10/asentamientos-de-la-
desigualdad-en-america-latina.html.

 Banco Mundial. Informe sobre el Desarrollo Mundial. Invertir en salud. 1993


(consultado 2016 Feb. 15). Disponible en:
http://documentos.bancomundial.org/curated/es/1993/07/12711504/world-
development-report-1993-investing-health-informe-sobre-el-desarrollo-
mundial-1993-investir-en-salud

 *Comunicación personal de Rafael Correa, Presidente de Ecuador.


Ecuador. 2012

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