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Es importante no mezclar productos de limpieza con la creencia que se pueden

potenciar sus efectos desinfectantes. Las personas suelen mezclar el hipoclorito


de sodio con múltiples productos, las mezclas más comunes son: hipoclorito de
sodio con amoniaco, lo que produce la formación de cloraminas, las cuales
pueden irritar los pulmones causando tos o falta de aire, además que se ha
demostrado son carcinógenas, específicamente en el hígado.

Cuando se mezcla hipoclorito de sodio con alcohol se genera cloroformo, el cual


puede producir un paro respiratorio, debido a que afecta el diafragma. Cuando se
combinan cloro con productos que contenga ácidos se puede generar cloro
gaseoso el cual es tóxico y generar irritación en la piel, ojos, nariz y membranas
mucosas.

Si se mezcla peróxido de hidrógeno con hipoclorito de sodio se genera una


reacción exotérmica (generadora de calor) y explosiva además de la formación de
percloratos, los cuales en exposiciones prolongadas pueden desarrollar
hipotiroidismo.

Otra mezcla peligrosa es el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) con vinagre


(ácido acético), aquí se forma ácido peracético, la cual es una sustancia corrosiva
para los ojos, la piel y el tracto respiratorio.

Los principales desinfectantes-sanitizantes son; el alcohol etílico e isopropílico,


cloro e hipoclorito, compuestos cuaternarios de amonio, aldehídos
(glutaraldehído). La diferencia entre sanitizar y desinfectar es el tiempo de
exposición. Para la sanitización el tiempo de contacto es entre 1 y 2 minutos,
mientras que para la desinfección el tiempo de contacto varía de 5 a 15 minutos,
dependiendo de los compuestos y concentraciones.

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