Está en la página 1de 4

COLEGIO SAN JOSÉ DE GUANANTÁ

AREA: LENGUA CASTELLANA


BIMESTRAL PRIMER PERIODO- AÑO 2020.

Juan Stheban Santana Gamez


NOMBRE: ________________________________________________________________SÉPTIMO 4
______

LA VACA “SARDA”

Después de la guerra “de los tres años”, mi padre quedó casi en la ruina. Lo arruinaron las guerrillas del
gobierno, que alzaron con todos los animales de la hacienda. Con todos y hasta con el trapiche, porque
desbarataron el horno y se llevaron las pailas y los cilindros. Lo último que hicieron fue prenderle fuego a los
cañizales. Desaparecieron hasta las gallinas; todo, menos la vaca “Sarda”. Y no se robaron la vaca, porque la
negra Martina la escondió en el monte, mientras se verificaba el saqueo.
A través de la bruma de cuarenta años, veo toda aquella desolación de un lunes por la mañana.
Mi padre, ausente; la casa repleta de soldadotes de erizadas figuras; la caña ardiendo con estrépito y humo y
llama que daban pena; el ganado que salía del corral, arreado por los gendarmes... Veo a mi madre, afligida,
mirando aquel estrago y rodeada de nosotros siete.
Porque entonces sus hijos no éramos sino siete... Y en fin: veo nuestra casita de campo con su arrayán
decorativo, y veo el potrero que se quedó solitario bajo la graciosa mañana. Pero de todo aquel cuadro, la
figura de la vaca “Sarda” es el relieve que más nítidamente se dibuja en mi recuerdo. ¡Cómo era la vaca
“Sarda”! Veo que uno de nosotros abre la puerta del corral para que entre la vaca.
Entra despacio, casi impedida por la inmensa ubre rosada. Anda patiabierta y barrigona, inmensa y
abrumadora como una montaña de bondad y dulzura. Se detiene en medio del patio, y mira confiadamente
con sus ojazos espirituales; y mientras Martina la ordeña, rumia pacientemente, llena de complacencia
familiar. Y son litros y almudes de líquido alabastro, lo que destilan aquellas ubres sagradas, mientras la vaca
se va adormeciendo soñadora, bajo el deleite del ordeño.
Como a una nodriza exuberante, la rodeamos nosotros siete; y como es tan mansa, nos le pasamos por
debajo, le tiramos la cola y le tocamos la cara y las orejas. Y ella apenas parpadea, y sigue inmóvil, rumiando
siempre su pasto y su recuerdo.
Porque no tiene hijo. Tenía un hermoso becerro, cervino y requemado, muerto hacía poco en un accidente
lamentable. Que ninguno de los hijos de la vaca “Sarda” murió de enfermedad, ni menos de flaqueza.
Fue que aquel ternero era vibrante y arisco, y una tarde daba cabriolas en el corral, enervado de juventud,
cuando de pronto se tropezó en las manos y se fue de hocico contra un muro.
Dio un gran salto mortal y cayó desnucado para siempre jamás.
La vaca no lo vio muerto, porque le ahorramos ese dolor que la hubiera matado. Llenos de pesar le sacamos
la piel al desdichado, y la pusimos a secarse en unas tablas. Y enterramos el cadáver desnudo, bajo unas matas
del jardín.
—Este era el octavo. ¿No es así, María? —preguntaba mi padre.
—Sí —respondiole mi madre. Y el único que se le ha muerto.
Después agregó en un apacible recuerdo:
—Cuando nos casamos, la vaca era todavía una ternera. ¿Te acuerdas?
Con la muerte del hijo; la vaca se entregó completamente a una vida de dolor vagabundo.
Toda la noche se la pasaba rondando la casa y en un continuo bramido, de la más honda desolación.
En el silencio nocturno, antes de dormirme, yo oía a intervalos ese bramido lastimero que me oprimía el
corazón; yo escuchaba sin tregua esa pena andariega que se quejaba en el potrero, con ecos interminables,
que iban a morir a la boca del monte. A veces parecía que la vaca dejaba su lamento, pero sólo se interrumpía
para cobrar mayores fuerzas. Estaba ronca de bramar.
Yo vivía pensando que, si no dormiría, como yo, y que ni siquiera una hora se olvidaría del hijo, porque
siempre se lamentaba en un balido desconsolado.
Al fin me rendía el sueño y me dormía. Y hasta en sueños seguía oyéndola y sintiendo su pena, como si mi
alma de niño tuviera ocultas afinidades con el alma acongojada del querido animal.
Pero, como siempre, todas las mañanas la vaca venía al corral, y esperaba al pie de la gran puerta. Y daba
pena profunda verla entrar al patio, en donde tantas veces se alegraban sus ojos con la juguetona silueta del
becerro.
Daba pena mirar cómo había enflaquecido en pocos días, y verla ahora inquieta, mirando a lado y lado, como
si esperase que de algún rincón milagroso hubiera de surgir de repente el fino perfil del hijo muerto.
Al ordeñarla estaba nerviosa y asustadiza, y escondía la leche, tal vez pensando en guardarle su ración al
pequeño.
Un día tuve yo una idea de lo más peregrina. Sentí un ímpetu compasivo; salí corriendo, desprendí el cuero,
que ya estaba seco, y se lo mostré a la vaca, para que le sirviera de consuelo.
Pareció espantarse, porque lo miró con recelosa incertidumbre; pero luego se acercó lentamente, se puso a
olfatearlo, baló blandamente, y terminó por lamerlo maternal y dulcísima. Lo lamía y balaba lamiéndolo; y
todos la mirábamos con atención.
De pronto todos gritamos:
COLEGIO SAN JOSÉ DE GUANANTÁ
AREA: LENGUA CASTELLANA
BIMESTRAL PRIMER PERIODO- AÑO 2020.

— ¡Mamá! ¡La vaca está llorando! Todos la vimos, y por eso lo escribo. Todos nosotros vimos que cuando
la vaca lamía aquella piel, iba vertiendo gruesas lágrimas de sus ojazos espirituales.
—Cuando una vaca llora... —murmuraba mi madre—. ¡Si hasta las vacas lloran!
Y aunque estábamos tan pequeños, todos comprendimos que hay algo muy grande y muy profundo en el
amor de una madre; algo tan inmenso que hace llorar hasta las vacas.
Desde entonces pareció consolarse. Todas las mañanas iba a lamer el querido despojo; y ya no bramaba ni
estaba inquieta, ni escondía la leche cuando Martina la ordeñaba. Y yo dormía tranquilo, sin que me partiera
el alma ese balido errante que se atristaba profundamente en la noche, y que repercutía interminable en las
oquedades de las quebradas.
Y desde entonces, cuando por la mañana la vaca entraba al corral, patiabierta, barrigona y bondadosa, todos
gritábamos alborozados:
—Traigan el cuero, que ya vino la vaca... Eduardo Arias Suárez
1. En la expresión mientras se verificaba el saqueo, se entiende que
a. los habitantes de la casa comprobaban qué cosas se les habían llevado los soldados.
b. los soldados corroboraban que no se les hubiera quedado nada.
c. se efectuaba o realizaba el saqueo de las pertenencias de la familia.
d. los empleados de la hacienda la acompañan en el dolor

2. Todas las mañanas iba a lamer el querido 3. La expresión esa pena andariega, se
despojo. La palabra subrayada en contexto refiere a
significa.
a. recordar a. los bramidos lastimeros.
b. lamentar b. el alma en pena del ternero.
c. reiterar c. la familia triste por la pérdida.
d. persistir d. la vaca acongojada por el dolor.

4. A través de la expresión Cuando nos casamos, 5. En qué momento de la vida del


la vaca era toda una ternera. ¿Te acuerdas?, la narrador ocurren los hechos
intención de la madre es relacionados con la muerte del hijo de
la vaca “Sarda”.
a. cuestionar al padre sobre el pasado. a. en su niñez.
b. recordar la juventud perdida. b. cuando era un adolescente.
c. recordar la juventud de la vaca. c. cuando era un adulto de cuarenta años.
d. recordar la muerte del ternero d. cuando era aún joven
6. Con el enunciado —Cuando una vaca llora... —murmuraba mi madre—. ¡Sí hasta las vacas
lloran!, la madre quiere expresar que.
a. las vacas, aunque sean animales, tienen sentimientos.
b. cuando una madre pierde a su hijo el dolor es indescriptible.
c. presentía que se avecinaban tiempos difíciles.
d. es común que las vacas lloren cuando están tristes.

7. En el cuento, el autor trata de


a. mostrar el dolor que siente una madre al perder a su hijo.
a. mostrar las injusticias del gobierno con el campesino.
b. contar la historia de la vaca “sarda” y de su hijo muerto.
c. dar testimonio del afecto que una familia tiene por sus animales

LOS EXTRATERRESTRES
En algún lugar de la tierra se encuentra instalado un ultraseco campo de concentración de seres
extraterrestres.
Son unos cientos, apiñados en una barrraca trapezoidal, superficie tan cercana y distante de las ciudades, que
escapar de allí se les presenta como un deseo altamente improbable de llevar a cabo.
Todos parecen haber provenido del mismo planeta, a juzgar por su aspecto físico similar.
No son demasiado diferentes de los humanos. Es decir, salvo las cabezas calvas, la estatura promedio que
supera en mucho la de los hombres y la piel violácea, no se advierten otros rasgos que los conviertan en seres
ostensiblemente raros para las miradas de los oficiales terrestres, que los custodian como si fueran fieras que
amenazan la paz del universo.
Sin embargo, las leves diferencias de sus cuerpos respecto a los de los habitantes de la tierra y su lenguaje
aun intraducible para nosotros, han bastado para que ese ejército que los mantiene prisioneros los haya
COLEGIO SAN JOSÉ DE GUANANTÁ
AREA: LENGUA CASTELLANA
BIMESTRAL PRIMER PERIODO- AÑO 2020.

categorizado como enemigos a los que es preciso analizar y exterminar. Porque antes de pulverizarlos, claro,
los extraterrestres son metidos a cruentas experimentaciones de las que tratan en vano de librarse, en tanto
resbalan - una y otra vez- hacia el interior de gigantescas probetas de laboratorio. (…)
Una vez extraídas las muestras necesarias para examinar las sustancias que los contienen, los “distintos” son
reducidos a cenizas.
No debería extrañarnos ¿acaso a las tantas comunidades que pueblan nuestro planeta no se envuelven - cada
dos por tres - en vaporosas guerras y se destruyen entre sí, considerándose enemigas? ¿Acaso lo están
haciendo en este mismo momento?
Mientras nos formulamos estas preguntas, uno de los extraterrestres ha logrado eludir la soldadesca vigilancia
y - como por milagro - emerge de un tubo, se arrastra por el suelo entre el aparataje del laboratorio y consigue
salir de la barraca.
Poco después - y casi sin fuerzas - transpone uno de los muros del campo y salta hacia la libertad. ¿Hacia la
libertad? ¿Dónde queda para él? (…)

Oye las sirenas de alarma que se pusieron automáticamente en función apenas cayó sobre los pastos que
rodean el tenebroso lugar de confinamiento y oye gritos de oficiales y ruidos de vehículos que -sin dudas-
han partido como de cacería. El, oriundo de una estrella cercana a la tierra y desde donde partió en una de
las 30 naves espaciales bajo su comando. Respondía- tal como sus compañeros astronautas- a las órdenes
que les habían sido impartidas para cumplir una riesgosa operación exploratoria que permitiera vislumbrar
un futuro de comunicación y con fraternidad interestelar. (…)
El extraterrestre cree ver que una sonrisa baila en el rostro de su perseguidor, en el instante previo al gatilleo
de su revólver. El arma expulsa una especie de rayo.
Su luminosidad fosforescente le perfora el pecho.
El oficial utiliza un artefacto especial para trazarle un cuadrado en medio del tórax y – enseguida- lo presiona
para extraerle esa parte del pecho que podría ser su corazón.
Orgulloso, lo toma entre sus manos y lo eleva, lo oprime, lo aprieta, lo exprime, hasta que un borbotón de
un jugo que imaginamos que es su sangre salpica la pantalla y dibuja en ella las palabras:”the game is over”.
Luces intermitentes –entonces- sonidos de triunfo y la cifra sobreimpresa que indica un alto puntaje para
quien se divirtió unos minutos con ese juego electrónico, con ese video game que acaba de premiar la
violencia ,el racismo y el crimen a cambio de una ficha.
A cambio de una ficha como la del muchachito que ha ganado en la bulliciosa sala de “flippers” vuelve a
colocar en la ranura del difundido “family game”. En la pantalla aparece el dibujo animado del campo de
concentración de seres extraterrestres.
Son unos cientos que… Como hipnotizado por los colores, la melodía bélica y la aventura que lo desafía a
la aniquilación del enemigo o a ser raptado de un ovni de este - en caso de perder el juego- , el chico va a
reiterar la experiencia de entrenarse, durante algunos minutos, como el más feroz guerrero de nuestra galaxia.

Elsa Bornemann, Socorro Diez (libro Pesadillesco), Bogotá, Editorial Norma, 1996.

8. La lectura produce cuatro grandes estados de ánimo, en qué estados puede darse
a. rechazo de la conducta de los terrícolas- solidaridad asesinada-.
b. solidaridad por el extraterrestre que logró escapar y que fue asesinado
c. rechazo de la conducta de los terrícolas alivio al saber que se trata de un juego.
d. inquietud por las consecuencias negativas de los juegos de video en los niños.

9. La afirmación más importante acerca del tema es que


a. los extraterrestres vienen a la tierra en misión de contacto
b. las diferencias entre los seres humanos y los extraterrestres no deberían convertirlos en enemigos.
c. los juegos de video premian la violencia, el racismo y el crimen.
d. los juegos de video, generalmente violentos y racistas, tratan de entrenar a los niños para la guerra

Podemos decir que el texto “los extraterrestres” es circular porque


a. los extraterrestres se desplazan en vehículos redondos
b. al final parece que vuelve a empezar otra vez
c. el jugador repite la experiencia de entrenarse como el más feroz de la galaxia
d. tanto la tierra como el astro de donde provienen los extraterrestres son redondos
COLEGIO SAN JOSÉ DE GUANANTÁ
AREA: LENGUA CASTELLANA
BIMESTRAL PRIMER PERIODO- AÑO 2020.

10. El texto “los extraterrestres”, realmente trata de


a. un videojuego
b. siderales
c. la guerra de terrícolas contra extraterrestres
d. la monotonía de los videojuegos
11. La intención de la autora del texto es
a. defender a los extraterrestres, al presentarlos como buscadores de la comunicación con los terrícolas.
b. mostrar la crueldad de los seres humanos por ser diferentes a ellos
c. hacerle ver a los niños que los juegos de video los inducen al racismo y la violencia
d. hacerles ver a los niños que todos los juegos de video tienen la misma programación, formada por el
racismo y la violencia lo que los hace monótonos

LA CARTA DEL DUENDE

Se sabe que a los duendes no les gustan los cristianos y, mucho menos, las iglesias. Cuando los hombres
erigieron una en Kund, las campanas que tañían empezaron a molestar a una de esas criaturas que vivía por
ahí, por lo que no tuvo otro remedio que mudarse a Funen, donde se instaló.
Pasó el tiempo y cierta vez se encontró con un hombre de Kund a quien conocía. Después de saludarlo y
preguntarle por cada uno de los vecinos, se despidió, pero inmediatamente volvió sobre sus pasos,
tomándose la cabeza, como si se hubiera olvidado de algo.
- Disculpa la molestia –dijo el duende-, pero acabo de recordar que tengo aquí en el bolsillo una carta para
un amigo. No te doy su dirección y te pido que no la abras. Te la pongo en el bolsillo para que la arrojes por
arriba de la pared del camposanto de la iglesia de Kund, que allí mi amigo la espera.
- No hay problema –dijo el hombre-. Cuando vuelva a Kund la arrojaré por arriba de la pared del camposanto.
Después, se despidieron.
Sin embargo, ya en Kund, el hombre se olvidó del encargo, y el tiempo pasó.
El hombre cierto día, en la pradera de Tü, contempló con calma los paisajes, se acordó súbitamente de la
carta y, aunque también recordó la recomendación del duende de que no la abriera, la sacó del bolsillo y la
miró. En el sobre, en efecto, no había dirección.
El hombre la sacudió un poco y de uno de los bordes cayeron unas gotas de agua. La sorpresa se volvió
curiosidad y la curiosidad pudo más que la prudencia. Entonces, abrió el sobre del que empezó a manar un
poderoso torrente. Aterrorizado, el hombre soltó la carta y empezó a correr para salvarse. Tuvo suerte de
escapar, porque en pocos minutos la pradera se inundó hasta convertirse en un lago.
Por fortuna, el hombre olvido cumplir su promesa. Vengativo, el duende había encerrado las aguas en el
sobre y si su perverso designio se hubiese cumplido, la iglesia de Kund y quizás todo el pueblo estaría anegado
como la pradera de Tús, que hoy es un lago.

13. De la expresión “Contempló con calma los 14. En la oración “cuando los hombres
paisajes… “, se deduce que el personaje erigieron una en Kund…”, la palabra
subrayada equivale a
a. miró a través de la ventana a. eligieron
b. observó unos cuadros que decoraban el lugar b. visitaron
c. examinó las tarjetas postales c. admiraron
d. se maravilló con el lugar d. construyeron
15. El acontecimiento central es cuando 16. El personaje principal de este cuento es

a. el duende se traslada a otro lugar a. imaginario


b. el duende se encuentra con un antiguo vecino b. fantástico
c. el duende entrega una carta c. mitológico
d. se inunda la pradera d. real
17. La curiosidad del hombre tuvo como 18. La expresión “volvió sobre sus pasos”
consecuencia quiere decir
a. el anegamiento de la ciudad a. se arrepintió
b. la destrucción de la iglesia b. retrocedió
c. la formación de un lago c. se encaminó
d. satisfacer la curiosidad d. se marchó

También podría gustarte