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PAZ PUBLICA
Programa de Estudios sobre Seguridad, Justicia y Violencia
Universidad de los Andes
Documento de Trabajo Nº 1
MAYO DE 1997
1 Ver una reseña de los trabajos que se inscriben en los enfoques tradicionales en: Rodrigo Losada (1989)
Un balance sobre los nuevos enfoques que parten de una visión diferente sobre la violencia y los efectos del
conflicto armado se presenta en el estudio de la Universidad Externado de Colombia -FONADE (1997).
2
1. GEOGRAFIA DE LA EXPANSION GUERRILLERA2
Evolución de la localización de los frentes de las FARC
Los orígenes de las FARC se remontan al periodo 1948-1966 en que se produce la
"resistencia armada comunista", la localización de los grupos de campesinos desplazados
de las zonas afectadas por la violencia partidista se da en principio en el sur del Tolima,
sur-occidente de Cundinamarca y posteriormente en la zona del Ariari-Meta. Las FARC
solo se estructuraron como guerrilla comunista en 1966, articulada con un proyecto político
orientado a la conquista del poder (Pizarro1991).
Entre 1981 y 1982 cuando se llevó a cabo la séptima conferencia, los factores de orden
militar juegan un papel muy importante; la organización pasa a llamarse FARC-EP,
significando que contaba con características asociadas a un ejército del pueblo. La
estructura de la organización sufre modificaciones importantes; se consolidan los
denominados frentes, así como el Estado Mayor y el secretariado, que ya se habían
insinuado en el periodo anterior. Los factores de orden político y financiero se van
combinando con los militares y la organización pasa de contar con unos diez frentes hacia
finales de los setenta, a tener mas de veinte en los tres primeros años de los ochenta.
2 Las principales fuentes consultadas para reconstruir la geografía de la expansión de la guerrilla fueron los
documentos de la Consejería Presidencial para la Paz, elaborados con base en el monitoreo estadístico que se
realiza desde 1987: Escobedo y Echandía (1990); Escobedo (1992); Echandía (1992) y (1996 b)
3 Mapas al final del documento
3
En cuanto a los aspectos militares la importancia que va adquiriendo el Estado Mayor
explica el surgimiento de buena parte de los frentes en el departamento del Meta entre 1983
y 1988. En cuanto a los determinantes financieros, la coca en la década de los ochenta
juega un papel decisivo, que explica el numero creciente de frentes que se consolidan en
Meta, Guaviare y Caquetá. Así mismo, las FARC se vinculan a esta actividad en los
departame ntos de Putumayo, Cauca, Santander y en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Las FARC, cuyos núcleos iniciales de expansión nacieron en zonas de colonización sufren
modificaciones importantes en la década del ochenta. En efecto, quedan inscritas también
en zonas que experimentaron transformaciones a la ganadería (Meta, Caquetá, Magdalena
Medio, Córdoba), o a la agricultura comercial (zona bananera de Urabá, zona productora de
palma africana en Santander y sur del Cesar), e incluso en zonas de explotación petrolera
(Magdalena Medio, Sarare y Putumayo) y de oro (Bajo Cauca Antioqueño y sur de
Bolívar). Así mismo, se fueron situando en áreas fronterizas (Sarare, Norte de Santander,
Putumayo, Urabá) y en zonas costeras (Sierra Nevada, Urabá, occidente del Valle),
explicable esto por su vinculación con actividades de contrabando.
La localización de las FARC en la década del ochenta que se presenta en el mapa 2, insinúa
en lineas generales una herradura que parte del golfo de Urabá, pasa por el sur de Córdoba,
Bajo Cauca Antioqueño y sur de Bolívar para bajar por el Magdalena Medio Santandereano
y salir al Piedemonte Llanero de donde se dirige por el sur hacia la Costa Pacífica donde
concluye la trayectoria luego de pasar por Huila y Valle.
4
La localización actual de las FARC, que se presenta en el mapa 4, da cuenta de la
existencia de sesenta y cinco frentes distribuidos en siete bloques: Oriental (17), Sur (11),
Occidental (5), Nor-occidental (6), Central (11), Magdalena Medio (9), y Norte (6). 4
El bloque oriental, que reúne el mayor numero de frentes, abarca parte de los
departamentos del Meta, Guaviare, Casanare, Arauca, Boyacá, Cundinamarca, Guainía,
Vaupés y Vichada. En el Meta se ubican al menos nueve frentes (7,17,26,27,31,40,42,43 y
44). En el Guaviare se encuentra el frente (1) y recibe desplazamientos del frente (7) desde
el Meta. En los límites entre Boyacá y Casanare operan los frentes (28, 38, 39 y 56). En
Arauca se asientan los frentes (10 y 45), este último de desplaza también hacia Boyacá y
Norte de Santander, abarcando la denominada zona del Sarare. El frente (16) opera
principalmente en Vichada. Hay que considerar adicionalmente que el oriente de
Cundinamarca recibe el desplazamiento de los frentes (27) desde el Meta y (38) desde
Casanare y Boyacá. Con la localización que hoy tiene sobre la Cordillera Oriental, la
organización logró lo que desde comienzos de la década del ochenta identificó como eje de
su despliegue para aislar el país andino y costero del amazónico y llanero (Rangel 1996 b).
Esta zona es igualmente estratégica por cuanto se constituye en corredor de acceso al centro
del país, permitiendo de la misma manera el repliegue de los grupos armados hacia el
interior del país en momentos de ofensivas militares. Así ocurrió al comienzo de la presente
década cuando el Ejército llegó hasta los campamentos del Estado Mayor en Uribe-Meta,
mientras varios de los frentes lograron desplazarse rápidamente hacia Cundinamarca y
Huila, con lo cual la organización evitó el enfrentamiento con la fuerza pública y
simultáneamente comenzó a tender el cerco sobre el centro del país.
El bloque sur, reúne once frentes y tiene influencia sobre parte de los departamentos de
Caquetá, Huila, Putumayo y la Bota Caucana. En el oriente del Huila se encuentra el frente
(2); en el sur-occidente del Huila el (3); hacia el sur del departamento actúa el frente (13)
apoyado con la creación reciente del (61). Estos tres frentes también tiene influencia sobre
Caquetá. El frente (17) actúa en el norte del Huila. En el Caquetá se encuentran fuera de los
ya mencionados, los frentes (14,15,49 y 60). En Putumayo operan los frentes (32 y 48) que
se también desp laza hacia Caquetá.
El bloque occidental, reúne cinco frentes que operan en parte de los departamentos de
Nariño, Cauca y Valle. En el departamento del Cauca operan los frentes (6,8 y 29), que
registran desplazamientos hacia los departamentos vecinos, y recibe la influencia del frente
(30) desde el Valle y (60) desde Caquetá. En el departamento de Nariño actúa el frente (29)
y desplazándose desde el Cauca, actúa también el (8). En el Valle actúa el frente (30), ya
mencionado y recibe la influencia del (21) desde Tolima.
El bloque nor-occidental, está integrado por seis frentes que operan en los departamentos
de Antioquia, Chocó y Córdoba. En el Urabá antioqueño y chocoano tienen presencia los
frentes (5, 34, y 57); en la parte norte del Urabá Antioqueño actúa el frente (58). El frente
(35) tradicionalmente con presencia en el Bajo Cauca Antioqueño, registra recientemente
4 La actividad armada de los (65) frentes no es igual. Durante la primera mitad de la presente década, (9)
frentes registraron altos niveles de actividad armada, (16) se colocaron en un nivel medio alto, (13)
registraron una actividad media baja, y (27) registraron actividad muy baja o nula.
5
desplazamientos hacia Córdoba y Sucre. Así mismo el frente (18) con presencia histórica
en Córdoba, se ha desplazado hacia Antioquia.
El bloque central, está integrado por once frentes, que operan en los departamentos de
Tolima, Quindío, Risaralda, Caldas, Antioquia y Cundinamarca. En el Departamento del
Tolima se encuentran los frentes (21, 25 y 66). En el eje cafetero recientemente han
incursionado los frente (9, 47 y 50) buscando aumentar su presencia en esta zona
estratégica por cuanto de manera obligada pasan por aquí los intercambios comerciales
entre Medellín, Cali y Bogotá. En Cundinamarca, en los últimos cinco años la vieja
presencia de los frentes (22 y 25), se ha reforzado en el sur -occidente con los frentes (52 y
55),por el sur- oriente con el frente (53), en cercanía a Bogotá por la zona del Guavio,
Guasca y La Calera con el frente (54) y hacia Fómeque, Chipaque y Cáqueza con el frente
(51).
El bloque del Magdalena Medio, reúne nueve frentes en los departamentos de Antioquia,
Bolívar, Cesar, Santander y Boyacá. Los frentes (12, 20, 23, 24 y 46) tienen presencia en el
departamento de Santander. El frente (20), se desplaza desde Santander hacia el sur de
Cesar. En Boyacá operan los frentes (11 y 23) este último tienen presencia también en
Santander. El frente (24) se asienta en el sur de Bolívar y extendiendo su influencia hasta
Santander. En Antioquia actúan los frentes (4 y 36).
Finalmente, el bloque norte, cuenta con seis frentes que tienen presencia principalmente en
los departamentos de La Guajira, Magdalena, Bolívar, Sucre, Cesar y Norte de Santander.
El frente (33) se asienta en la región del Catatumbo-Norte de Santander, el frente (41) en el
norte de Cesar, el (19) en la Sierra Nevada de Santa Marta, el (59) en la Guajira, el (37) en
Bolívar y el (35) en Sucre.
5 Su planteamiento buscaba romper con el esquema alrededor del partido, típico de las FARC, y formando
una nueva estructura que permitiera generar a partir del núcleo guerrillero una organización político militar,
dentro de una perspectiva de liberación nacional. Ver la evolución histórica del ELN en: Alejo Vargas (1989)
y Marta Harnecker (1988) y Carlos Medina Gallego (1996).
6
héroes y mártires de Anorí en la que se decidió desdoblar los frentes existentes 6. En ese
entonces como se observa en el mapa 5, existían los hoy denominados frentes de guerra
nor-oriental y nor-occidental. El primero contaba con los "frentes"7 Domingo Laín en la
región del Sarare y Camilo Torres en la parte del Magdalena Medio de los departamentos
de Santander y Cesar. El segundo contaba con el "frente" José Antonio Galán en Antioquia.
A partir de 1984, nace el denominado frente de guerra norte y con el "frente" José Solano
Sepúlveda en el área del Magdalena Medio que corresponde al sur de Bolívar (Serranía de
San Lucas). Nace de otra parte, el frente sur-occidental, con la creación del "frente" Manuel
Vásquez Castaño en la Bota Caucana y sur del Huila.
En 1985 el frente de guerra nor-oriental se expande con los "frentes" Efraín Pabón Pabón
en la parte sur de Norte de Santander y en el norte de Boyacá, y con el Armando Cacua
Guerrero en la región del Catatumbo en Norte de Santander. De otra parte, el frente sur-
occidental se ve reforzado con el "frente" Luis Carlos Cárdenas Arbelaez que comienza a
operar en el norte del Valle.
"De ahí que nuestros sabotajes estén afectando el eje de la economía y por tanto el
eje de la recuperación económica. Estamos golpeando donde más duele. El
movimiento revolucionario, por su parte, ha comenzado a entender lo que esto
significa para el proceso" (Harnecker 1988).
En 1987 crecen los frentes de guerra norte y nor-occidental. El primero por medio de la
creación del "frente" Seis de diciembre en la parte norte de Cesar. El segundo a través de
los "frentes" Ernesto Che Guevara en el área del sur-oriente de Antioquia y Hernán
Jaramillo en el sur-occidente del Chocó.
6 En este escrito se asumen las definiciones consignadas por dirigentes del ELN en la entrevista de Marta
Harnecker, (1988). Un "frente" guerrillero es "(...) una instancia político-militar y de masas". Varios "frentes"
guerrilleros y regionales (estructuras urbanas) "conforman un frente de guerra, cuyas características están
dadas por la actividad socioeconómica de la región. (...) Un frente de guerra es el conjunto de estructuras
urbanas y rurales que desarrollan la política de la organización en una gran región del país y que por sus
características exige un diseño estratégico específico."
7 La expresión "frente" no se debe confundir con el frente (sin comillas) que hace referencia a un conjunto de
"frentes" que operan en una región determinada.
7
En 1989 ya se encuentran definidos cinco frentes de guerra con sus respectivos "frentes"
como se observa en el mapa 6. El central toma forma con la creación del "frente" los
libertadores que comienza a operar en el sur occidente de Casanare y oriente de Boyacá. En
el frente norte se crean los "frentes" José Manuel Martínez Quiroz, en la serranía del Perijá,
Jaime Bateman Cayón en límites del norte de Bolívar y el Cesar, y Astolfo González en el
departamento de Córdoba. En este momento los cinco frentes de guerra ya cuentan con las
denominadas regionales, que operan en los principales centros urbanos. En el nororiente
con la denominada regional Diego Cristóbal Uribe, en el norte con la regional Miguel
Enríquez, en el noroccidente con la regional Fernando Giraldo Builes, en el suroccidente
con la regional Omaira Montoya Henao y en el centro con la Oscar Fernando Serrano
Rueda. En el frente sur -occidental nace adicionalmente el núcleo urbano Marta Elena
Barón que opera en Pereira, Armenia y Manizales.
En los dos primeros años de la década del noventa, varios de los frentes de guer ra
crecieron. El frente nor-oriental se amplia en el área de Barrancabermeja y sur de Cesar con
el "frente" Manuel Gustavo Chacón; en Norte de Santander en la parte que limita con Cesar
y Santander con la creación del "frente" Claudia Isabel Escobar Jerez. En el frente nor-
occidental nacen los "frentes" María Cano y Bernardo López Arroyave, en el Magdalena
Medio Antioqueño. En el frente norte va tomando forma el "frente" Mártires de Urabá. En
el frente sur-occidental se crea el comando urbano La Gaitana en la capital del Huila.
Entre 1992 y 1995 se registra un fuerte incremento de los "frentes" -como se observa en el
mapa 7- y también del número de hombres en armas. En este periodo surgieron once
nuevos "frentes" y el promedio de hombres en armas por "frente" aumento de 75 a 85.
Todos los frentes de guerra ampliaron su presencia a través de nuevos "frentes". En efecto,
el frente norte crea tres nuevos "frentes", el Francisco Javier Castaño que actúa en
Magdalena, el Héroes y Mártires de Santa Rosa con presencia en el sur de Bolívar y el
Manuel Fernández que actúa en Córdoba. Así mismo, el frente nor-oriental cuenta con tres
nuevos "frentes": Juan Fernando Porras, Resistencia Yariguies y Guillermo Vásquez. El
primero tiene su área de operaciones en la parte sur de Norte de Santander, el segundo en la
zona urbana de Barrancabermeja y el tercero sobre la cordillera sur santandereana. Por su
parte el frente sur-occidental registra una fuerte expansión a través de la creación de tres
nuevos "frentes": Bolcheviques del Líbano, como su nombre lo indica actúa en el norte del
Tolima; Benkos Bioho en el departamento del Chocó; y Comuneros del sur en Nariño. El
frente central, tiene un nuevo "frente": el José David Suárez que opera en los limites de los
departamentos de Boyacá y Casanare. Finalmente surge en el frente de guerra nor-
occidental, el "frente" Capitán Mauricio con presencia en el nor-oriente antioqueño.
El ELN cuenta en la actualidad con cinco frentes de guerra: nor-oriental, norte, nor-
occidental, sur-occidental y central. Como se observa en el mapa 8 , los cinco frentes de
guerra reúnen treinta y cinco "frentes". 8 La ubicación del ELN está determinada por
8 Como en el caso de las FARC, los niveles de actividad armada de los frentes difiere. En efecto, entre 1990 y
1995, (8) "frentes" registraron altos niveles de actividad armada, (11) registraron actividad media alta, (8)
actividad media baja, y los (8) restantes se mantuvieron prácticamente inactivos. También es de anotar que
los nombres que reciben los "frentes" están asociados con la historia y los nombres de los comandantes y
fundadores de la organización, sin que tengan mayor significado para el común de los colombianos.
8
factores de orden económico, militar y político. Prefieren las zonas donde se explotan
recursos naturales para la exportación y en esa medida se adaptan a las circunstancias
políticas existentes. Intentan al mismo tiempo dispersar su fuerza militar, cubrir zonas
rurales y urbanas, evitando de esta manera ser golpeados por el Ejército.
En cuanto a los factore s financieros se puede afirmar que la expansión del ELN es
especialmente significativa entre 1984 y 1986, coincidiendo con el hallazgo del pozo de
petróleo de Caño Limón, la construcción del oleoducto hasta Coveñas y el inicio del
bombeo de crudo. La aplic ación de la extorsión a las compañías extranjeras encargadas de
la construcción del oleoducto le permitió a la organización formar una base financiera que
explica su rápido crecimiento.
En el frente norte, "frentes" como el Alfredo Gómez o el Jaime Bateman pueden afectar el
recorrido del oleoducto. En el frente sur-occidental, los "frentes" Manuel Vásquez y
Comuneros del Sur pueden incidir también en la explotación y transporte de petróleo,
afectando el oleoducto Transandino en Nariño. Mas recientemente los "frentes"
Libertadores, José David Suárez y Domingo Laín con presencia en Casanare, se benefician
de las labores de exploración y explotación de los pozos petroleros.
Las zonas de explotación de recursos naturales (petróleo, carbón, oro) tienen condiciones
muy particulares que facilitan al ELN encontrar apoyo en determinados sectores sociales.
Generalmente lo que ha ocurrido es que en un periodo muy corto se presenta la afluencia de
muchos pobladores que tienen la expectativa de vincularse a la economía naciente. No
todos son vinculados a las explotaciones, pero se quedan en la zona. Adicionalmente, estos
lugares no cuentan con la infraestructura necesaria para albergar a todos los que llegan. De
9
tal suerte, el ELN cuenta con un mínimo apoyo que le permite llevar a cabo los objetivos
que se ha propuesto. Influencian a sectores que tienen una percepción negativa de las
compañías que operan en la zona y que viven en malas condiciones. Otros sectores sociales
que no le dan su apoyo son sometidos por medio de la fuerza.
Se tiene entonces que los frentes de guerra mas desarrollados son el nor-oriental y el nor-
occidental que derivan importantes recursos de la explotación del petróleo y del oro
respectivamente. Los otros frentes de guerra tienen una base económica menos estable.
Además de las razones financieras hay que tener en cuenta otras de orden militar. Desde
1984 se observa una clara intención por parte del ELN de diversificar sus zonas de
operaciones y no concentrarse en una sola región. El éxito de la operación Anorí
emprendida por el Ejército a principios de los años setenta, fue en buena medida el
resultado de la excesiva concentración de su fuerza en una sola región. 9 Se explica
entonces la necesidad de crear nuevos frentes que cubren buena parte de la geografía
nacional en la actualidad.
La dispersión que hoy registran los "frentes" intenta aprovechar zonas geográficas que le
permiten evadir fácilmente la acción de las autoridades e impedir que sus acciones afecten
al conjunto de la organización. Han diversificado su presencia que ya no es exclusiva de
zonas montañosas y/o de colonización ( Sarare, Catatumbo, Magdalena Medio, Bajo
Cauca, Serranías de San Lucas y del Perijá y Piedemonte Casanareño). En efecto, hoy se
confunden en barrios populares de las ciudades importantes (Bucaramanga, Medellín,
Bogotá, Cali, Barranquilla, Cúcuta, Valledupar, Santa Marta, Cartagena, Pereira,
Manizales, Armenia, Ibagué para no citar sino algunas) y su presencia como en el caso de
la FARC se hace cada vez mas fuerte en el centro del país. 10
“Los conceptos maoístas sobre guerra popular prolongada, tomando como centro de
gravedad del trabajo las zonas marginadas para cercar desde el campo las ciudades,
implicaba tomar en la práctica, al campo, como el escenario de trabajo y no
9 En la entrevista de Marta Harnecker (1988), un dirigente guerrillero afirma: "(...) Anorí fue una enseñanza
de la vulnerabilidad de una fuerza concentrada en determinadas condiciones. Eran unos 115 hombres por lo
menos. Se convirtieron en un blanco fácil para el enemigo (...) Lo que se discutía, en el fondo, era el arte de la
concentración y la dispersión de la fuerza en cuanto a una salida estratégica".
10 Hacia mediados de 1996 las FF.MM. dieron a conocer a través de la prensa el propósito del ELN de crear
un frente de guerra en Cundinamarca.
10
precisamente las zonas de mayor desarrollo industrial”. Mas adelante enfatiza en la idea
de “formar un ejército de combatientes profesionales proyectados a convivir y combatir
en los grandes centros agroindustriales e incluso en los grandes centros industriales
urbanos” (Calvo 1985).
A partir del segundo semestre de 1990, el EPL comienza a dar los primeros pasos en el
camino que llevaría a su desmovilización y posterior incorporació n a la vida civil. El EPL
fue duramente golpeado por las FF.AA. y los grupos paramilitares; los primeros afectan su
estructura militar y los otros sus bases políticas y sociales. En efecto, a partir de 1988 en
Córdoba y Urabá se intensificaron los combates contra los frentes más poderosos y se
registraron masacres donde cayeron campesinos, simpatizantes e incluso algunos de sus
comandantes.
11 Francisco Caraballo fue capturado por las autoridades hacia finales de la administración Gaviria.
11
En los límites entre la zona cafetera y el sur de Antioquia opera el frente Oscar William
Calvo. En los límites entre Magdalena y Bolívar, se localiza el frente Ernesto Rojas, que
reúne 80 combatientes constituyéndose en el tercer frente de acuerdo con el numero de
hombres en armas. En Norte de Santander tiene presencia el frente Libardo Mora Toro.
Entre los departamentos de Santander y Cesar, en la zona del Magdalena Medio opera con
40 hombres el frente Ramón Gilberto Barbosa. Con un numero inferior a 30 hombres
operan: el frente Aldemar Londoño entre los departamentos de Cauca y Nariño; Virgilio
Enrique Rodríguez en la Guajira; y el comando urbano Luis Fernando Lalinde en Bogotá.
12
Bernardo Franco decidieron entregarse a las autoridades, con lo cual desaparece el EPL del
departamento de Antioquia.
GRAFICO 1
EVOLUCION DEL NUMERO DE FRENTES DE LAS GUERRILLAS
70
60
50
40
30
20
10
0
78 79
80 81
82 83
84 85
86 87
88 89
90
91 92
93
94
95
Lo dicho hasta aquí permite concluir que la evolució n de la localización de los frentes de
las organizaciones guerrilleras sobre el territorio nacional, evidencia la existencia de
propósitos estratégicos en el avance de la insurgencia, que a su vez dejan con poco piso las
explicaciones fundamentadas en las "condiciones objetivas" que de acuerdo con esta visión,
propiciaron su origen y posterior desarrollo en las zonas rurales donde el Estado no está
presente. Si se considera la evolución de la insurgencia desde sus orígenes, tiende cada vez
más a existir mayor claridad en cuanto a que las guerrillas de los años sesenta en Colombia
y América Latina surgieron, ante todo, como resultado de una decisión subjetiva en un
contexto histórico y cultural apropiado. Como afirma el sociólogo Eduardo Pizarro al
realizar un análisis convincente sobre esta materia: "las interpretaciones esquemáticas que
hacen énfasis en la pobreza generalizada, el cerramiento del sistema político o la ausencia
del Estado, como causas de la emergencia de polos guerrilleros, simplemente no tienen
ninguna pertinencia explicativa" (Pizarro 1996).
13
Como se ha visto en esta primera parte, no hay un patrón único que explique la ubicación
de las guerrillas, éstas han variado su condición de guerrillas rurales con influencia
exclusiva en zonas periféricas, convirtiéndose en organizaciones que pretenden consolidar
su influencia en amplias zonas del territorio nacional incluso urbanas, y para ello han
aplicado una estrategia que articula circunstancias económicas, políticas y militares. La
guerrilla de hoy ha cambiado su manera de buscar el poder, sus formas de accionar
militarmente, de movilizar sectores sociales y de conseguir las finanzas para subsistir como
organizaciones armadas. La estrategia que ha puesto en práctica, que consiste en haber
transfo rmando buena parte del territorio nacional en teatro de la confrontación armada, le
permite dispersar y disminuir la contundencia en la acción contra- insurgente de las FF.AA.
La nueva geografía del conflicto armado, refleja con claridad como la guerrilla se extiende
de manera cada vez más evidente hacia las zonas que le representan ventajas estratégicas en
la confrontación.
12 La presencia de la guerrilla ha sido determinada a través del monitoreo que a nivel municipal realiza la
Consejería Presidencial para la Paz. Esta presencia no revela control territorial, da cuenta más bien de los
municipios donde la guerrilla se manifiesta a través de algún tipo de actividad armada, que sólo en una tercera
parte (200 municipios) ha sido sostenida. De otra parte, ésta información tiende a coincidir con los resultados
del Censo Nacional de Personerías realizado por la Procuraduría General de la Nación en el último semestre
de 1993, donde la mitad de los municipios colombianos registran presencia guerrillera.
14
EVOLUCION DE LA PRESENCIA MUNICIPAL DE LA GUERRILLA EN LA ULTIMA DECADA, SEGUN
ESTRUCTURAS Y TIPOS DE DESARROLLO
ESTRUCTURA URBANA
Capitale de departamento
Ciudades Secundarias
ESTRUCTURA AGRICULTURA COMERCIAL
Con Predominio de Población Urbana
Con Predominio de Población Rural
ESTRUCTURA DE CAMPESINADO ACOMODADO
Campesinado Cafetero
Campesinado no Cafetero
ESTRUCTURA DE COLONIZACION
Colonización Interna
Colonización de Frontera
ESTRUCTURA RURAL ATRASADA
Periferia Rural Marginal
Latifundio Ganadero y Agrícola Litoral Caribe
Minifundio Litoral Caribe
Minifundio Andino
0.00 10.00 20.00 30.00 40.00 50.00 60.00 70.00 80.00 90.00 100.00
1985 1995
(PORCENTAJE DE MUNICIPIOS CON PRESENCIA GUERRILLERA DENTRO DE CADA TIPO DE DESARROLLO )
GRAFICO 2
Los tipos municipales donde las organizaciones guerrilleras han incursionado con gran
fuerza en los últimos diez años son seis: 1) Los municipios de campesinado medio cafetero
donde la presencia de éstas organizaciones en 1985 se registraba en 2% de los municipios,
mientras que en 1995 llega al 53%. Estos municipios que se habían caracterizado por el
predominio de un campesinado medio estable y acomodado dedicado a las actividades de
producción de café, con la crisis albergan un sector endeudado y desesperado. La presencia
de inversiones del Fondo Nacional del Café ha generado una alta cobertura de servicios
básicos. La cosecha cafetera en estas zonas produce una alta inmigración de trabajadores de
regiones más pobres ocasionando alta densidad poblacional que no encuentra pleno
empleo. En promedio, 16% de la población se encuentra en la miseria. Corresponde a la
zona occidental de las cordilleras y valles interandinos.
2) Latifundio ganadero y agrícola del Litoral Caribe, donde la presencia guerrillera en 1985
se encontraba en 8% de los municipios y en 1995 alcanza 59%. Los municipios de este tipo
se caracterizan en su mayoría por ser ganaderos y en algunos sectores (valles del Cesar) se
practica la agricultura comercial intensiva; el promedio de habitantes por municipio es de
21.000, 43% vive en la cabecera; el índice de necesidades básicas insatisfechas es de los
más altos del país (79%); el 57% de las personas se encuentra en condiciones de miseria.
15
encuentran en la miseria. La región geográfica corresponde a los Altiplanos y Valles
interandinos, zonas de los Llanos Orientales y de la Región Caribe.
16
La presencia de la guerrilla se ha incrementado en proporción menor que en los seis casos
mencionados anteriormente en tres tipos municipales: 1) En el minifundio de la Costa
Atlántica con 6.5% de los municipios afectados en 1985, pasó en 1995 a 26%. Estos
municipios son habitados por campesinos y pescadores que viven agrupados junto a ríos y
ciénagas. Se presentan frecuentes conflictos por la tierra, la población presenta los mayores
índices de pobreza y miseria, junto a una alta densidad poblacional.
2) En la periferia rural marginal, con 15% de los municipios con presencia guerrillera en
1985, en 1995 ésta se extendió. Estos municipios presentan escasas posibilidades de
desarrollar actividades agropecuarias. Las principales fuentes de ingreso son los bosques y
la pesca. En algunos se desarrollan actividades de ganadería extensiva y minería; así mismo
en algunos de estos municipios se encuentran comunidades indígenas. El promedio de
habitantes por municipio es cercano a 7.000; en su mayoría la población es rural (75%). Así
mismo, estos municipios presentan bajas tasas de crecimiento demográfico y la densidad es
de las más bajas de país; el 85% de la población es pobre y 41% viven en condiciones de
miseria; el 60% de los predios es superior a las 20 Has y presenta el menor porcentaje de
trabajadores asalariados. La región geográfica corresponde al litoral pacífico; la Amazonía;
subregiones de la Orinoquía; zonas del Guaviare, Vaupés, Casanare, Meta y Cauca.
17
actividad agrícola, la baja productividad, la nula integración a los mercados nacionales o
regionales, unida a la precaria presencia del Estado, dificultan la vinculación del colono a la
tierra, conformándose así una economía parcelaria itinerante, que a la vez que ensancha la
frontera agrícola favorece el establecimiento del latifundio ganadero. Estos municipios
registran altos índices de inmigración, los predios mayores a las 20 Has. representan entre
65% y 89% de la superficie. El promedio de personas por municipio es menor de 10.000,
menos de la tercera parte de éstas en la cabecera. Tres cuartas partes de la población se
encuentran en la pobreza y 40% está en condiciones de miseria. Las regiones corresponden
al piedemonte Llanero y zonas de Caquetá, Guaviare, Putumayo, Meta y Casanare.
En general se puede afirmar, que los municipios en cuyo territorio la guerrilla se implantó
inicialmente vienen siendo “áreas de refugio”, los municipios en donde adquirió una
presencia significativa antes de 1985, aproximadamente, se han convertido en “áreas para
la captación de recursos” -aprovisionamiento logístico-; y los municipios donde busca
expandirse y consolidar su influencia se convierten en “áreas preferentes para la
confrontación armada”(Escobar 1995).
Por otra parte, el crecimiento de la guerrilla en el nivel urbano a un ritmo mucho mayor de
lo que crece a nivel global, como se ha visto, estaría evidenciando la existencia de un plan
de crecimiento y de consolida ción de la influencia política. Dicho plan sobreviene cuando
se han consolidado suficientes “zonas de contención” como para hacer imperativa la
construcción y consolidación de “zonas de expansión”. Este análisis se basa en el desarrollo
de la guerrilla salvadoreña donde ese cambio coincidió con la especialización del aparato
clandestino y a que las actividades económicas predadoras e intermitentes que
caracterizaron a la guerrilla de la primera etapa dan lugar a una actividad económica
continuada: la extors ión, el secuestro y el cobro de un “impuesto revolucionario”. 13
18
base jurídica e institucional que establezca con claridad las reglas del juego, que terminan
siendo impuestas por las organizaciones armadas al margen de la ley.
Si se analizan regionalmente las tendencias de expansión descritas anterio rmente, que dan
cuenta de la presencia geográfica de la guerrilla sobre el territorio nacional, se descubre una
significativa correspondencia entre dicha presencia y las zonas de alto potencial
económico. La presencia guerrillera tiende a coincidir también con las zonas donde los
mecanismos de justicia se encuentran totalmente rezagados por la naturaleza de los
procesos de poblamiento que se han dado de manera no planeada evidenciando enormes
desequilibrios en el desarrollo regional del país. Estas zonas presentan características
adicionales a su alto potencial económico que arraigan la presencia guerrillera y explican la
intensidad de la violencia: 1) Atraen numerosos migrantes y la distribución de ingresos es
muy desigual; 2) La brutalidad de las bonanzas locales conduce a inversiones anárquicas;
14 En muchos casos existe coincidencia entre las ventajas económicas y estratégicas derivadas de la
localización de la guerrilla en una determinada zona. En las áreas mineras, por ejemplo, la guerrilla obtiene
importantes recursos para el financiamiento de sus operaciones, pero adicionalmente con las frecuentes
acciones de sabotaje contra la infraestructura obliga a alrededor del 30% de la fuerza disponible para la lucha
contra -insurgente a concentrarse de manera exc lusiva en la tarea de brindar protección al sector minero,
disminuyendo de manera considerable la iniciativa y capacidad de respuesta frente a otros movimientos de la
guerrilla.
19
3) Como las zonas donde tuvieron origen las guerrillas, estas se escapan a las instituciones
estatales y tienen infraestructura insuficiente (Pécaut 1997).
Como se observa en la serie de mapas 10, 11, 12 y 13, la presencia guerrillera coincide con
la explotación del carbón en el departamento de Cesar, la ganadería en los departamentos
de Córdoba, Cesar Magdalena, Bolívar y Sucre, y la agricultura comercial en los
departamentos de Magdalena y Cesar. Hacia la región nor-oriental, en los departamentos de
Santander, Arauca, y Casanare, la guerrilla se encuentra en las zonas de explotación
petrolera donde aplica la "vacuna" a las compañías contratistas y desvía las regalías a su
favor. En la región nor-occidental la gue rrilla se sitúa en la rica zona aurífera del Bajo
Cauca Antioqueño y sur del departamento de Bolívar donde ha fijado el pago de un
impuesto a los productores de oro y administra sus propias minas; en esta región
adicionalmente supervisa a las compañías de transporte fluvial. Hacia la región de Urabá su
presencia coincide con el rico enclave bananero. En el sur del país la presencia guerrillera
es alta coincidiendo con el desarrollo de cultivos ilícitos, en los departamentos de Nariño,
Putumayo, Huila, Cauca y Tolima, Caquetá y Guaviare.
La guerrilla en estas regiones, a través del cobro de dinero a los productores y traficantes de
coca, marihuana y amapola, la extorsión y el secuestro a las compañías mineras y
petroleras, a los ganaderos y agricultores entre otros y el desvío de los dineros de las
regalías, transfiere importantes recursos económicos que en la primera mitad de la presente
década representan en promedio por año cerca de un punto del PIB de la nación, como lo
indica el cuadro que se presenta a continuación.
CUADRO 1
FUENTES DE FINANCIAMIENTO promedio anual %
DE LA GUERRILLA 1991-1995*
CULTIVOS ILICITOS (producción, 187,868,000,000 41.97%
seguridad y gramaje)
SECUESTRO 97,891,600,000 21.87%
EXTORSION SECTOR MINERO (petróleo, 74,537,381,008 16.65%
oro y carbón)
EXTORSION GANADEROS Y 39,607,528,096 8.85%
AGRICULTORES
EXTORSION CONTRATISTAS, 28,361,720,640 6.34%
TRANSPORTE Y COMERCIO
DESVIO DE DINEROS OFICIALES Y 19,321,079,584 4.32%
REGALIAS
TOTAL 447,587,309,328 100.00%
Fuente: Consejería Presidencial para la Defensa y Seguridad Nacional, Departamento
Nacional de Planeación y cálculos
del autor.
*La información se presenta en pesos de 1995.
20
Ha sido justamente en la obtención de recursos económicos donde las prácticas de la
guerrilla y de la delincuencia común se han confundido. Es así como el robo de ganado,
que fuera combatido por la guerrilla en las zonas bajo su influencia, ha aparecido
recientemente como una de sus practicas más recurrentes para forzar el pago de las
extorsione s por parte de los finqueros. Es sabido también como por ejemplo las bandas de
delincuentes comunes se encargan de secuestrar a las personas en las ciudades a cambio de
un porcentaje del rescate, mientras la guerrilla se encarga del cautiverio en zonas rurales y
de negociar el rescate. En algunos casos, las organizaciones guerrilleras han logrado acceso
a los recursos públicos de las administraciones locales y departamentales, en ocasiones
mediante acuerdos con funcionarios corruptos. Por otra parte, parale lamente con el auge en
la exploración de campos petroleros y mineros, la guerrilla ha identificado como objetivo
de sus extorsiones a las compañías subcontratistas de este sector de la economía. 15
Si bien las estimaciones económicas sobre las fuentes de financiamiento que se presentan
en el cuadro 1, constituyen sin lugar a duda un costo directo para la economía nacional, los
costos económicos indirectos del conflicto armado pueden ser mucho más elevados. En
efecto, el impacto de la inseguridad y de la violencia en el sector agropecuario, que ha sido
tradicionalmente el mas afectado por la guerrilla, son sobretodo indirectos y afectan
negativamente la administración, la gestión, la inversión y el precio de la tierra en sub -
sectores como la ganadería y la agricultura comercial. El impacto sobre el conjunto del
sector se estima para 1995 en 32.69 del PIB agropecuario. 16
Es claro cómo, contando con importantes recursos económicos a partir de los inicios de la
década del ochenta, las FARC y el ELN entraron en un proceso de reorganización basado
en el desdoblamiento de sus frentes que tuvo como objetivo primordial amp liar su área de
influencia hacia zonas con mayor potencial económico, que las tradicionales regiones de
15 Presidencia de la República, "Seguridad para la gente", Segunda fase de la Estrategia Nacional contra la
Violencia. (1993)
16 El estudio de la Universidad Externado de Colombia-FONADE (1997), llama la atención sobre cómo si
bien desde el punto de vista económico las manifestaciones de la violencia guerrillera recaen
fundamentalmente en el sector agropecuario, en el conjunto de la sociedad colombiana y pese a que es fácil
inferir que los efectos económicos son considerables y tienden a producirse en otros sectores, el hecho es que
tales efectos no parecieran existir como problema ni entre los violentólogos, ni entre los investigadores
económicos.
21
colonización. Como se ilustró en el gráfico 1, los frentes de las FARC, que en 1982 eran
15, en 1995 son 65. Por su parte el ELN que en 1982 contaba con 3 frentes, registra desde
1986 un ininterrumpido crecimiento que en 1995 se expresa en 35 frentes.
Es importante precisar que en (99) de los municipios críticos con presencia guerrillera, la
violencia se manifiesta de manera exclusiva en la elevada intensidad del conflicto armado,
mientras que (93) además de encontrarse afectados por la intensa actividad guerrillera
también presentan elevado índice de secuestros y/o asesinatos. En los restantes (92) con
presencia guerrillera, se registran altas tasas de secuestro y /o asesinato sin que las acciones
propias del conflicto armado sean significativas. Sin presencia guerrillera, (58) municipios
se vieron afectados por los elevados indicadores de secuestro y/o asesinato entre 1993 y
1995.
22
MAPA 14
COLOMBIA: MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE VIOLENCIA
(1993-1995)
23
50% ,cuentan con la presencia de estos actores de violencia. Los municipios críticos por
tener elevado índice de asesinatos y presencia de organizaciones armadas no guerrilleras
son (54) que representan el 40% de los afectados.
De aquí se podría inferir que dada la elevada correspondencia entre municipios con altos
índices de violencia y presencia de actores armados ilegales, su sola presencia parece ser
suficiente para desencadenar y exacerbar procesos violentos. En efecto, como afirma
Daniel Pécaut , la violencia es en este momento una situación generalizada, en la cual los
fenómenos interactúan y se relacionan. En este sentido la violencia puesta en práctica por
los protagonistas organizados constituye el marco en el que se desarrolla la violencia
desorganizada. No se puede ignorar, de otro lado, que la violencia desorganizada
contribuye a ampliar el campo de la violencia organizada. La una y la otra se refuerzan
mutuamente (Pécaut 1997).
GRAFICO 3
18 Este reto en acenso, hace que el Estado dirija recursos económicos y humanos cada vez mayores hacia la
lucha contra la guerrilla, descuidando aspectos importantes de la seguridad que explicarían en buena parte las
grandes deficiencias en el control del crimen común.
24
GRAFICO COMPARATIVO DE LA INTENSIDAD DE LAS ACCIONES MAS RECURRENTES EN EL
CONFLICTO ARMADO. (1985-1990 Y 1991-1996)
ASALTOS A POBLACIONES
ASALTOS A ENTIDADES
ATAQUES A INSTALACIONES
PIRATERIA TERRESTRE
EMBOSCADAS
HOSTIGAMIENTOS
ACTOS DE SABOTAJE
CONTACTOS FF.AA. GUERRILLA
GUERRILLEROS MUERTOS
MIEMBROS FF.AA. MUERTOS
ASESINATOS DE CIVILES
SECUESTROS DE CIVILES
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000
1985-1990 1991-1995
Como se aprecia en los mapas 15, 16 y 17, en todos los departamentos, excepto en Caldas,
Caquetá, Meta, Huila y Córdoba, la población rural expuesta al accionar armado de la
guerrilla y al efecto de intimidación que éste produce, aumentó entre 1987 y 1995. Los
casos mas graves, donde la población rural bajo presión de la guerrilla en 1995 excede el
50% son: Arauca, Caquetá, Casanare, Cesar, Guaviare, Norte de Santander, Putumayo y
Santander. 19
Por otra parte, la relación entre la presencia de la guerrilla y los elevados índices de
secuestro es muy estrecha como se puede inferir de la comparación de los mapas 16 y 17
con el mapa 19 20. En efecto, en departamentos como Arauca, Caquetá, Casanare, Cesar y
Norte de Santander donde la población rural bajo presión de la guerrilla en 1995 supera el
50%, las tasas de secuestro por cada cien mil habitantes se encuentran por encima de la tasa
promedio naciona l y en algunos casos corresponden a las mas elevadas a nivel nacional.
19 El porcentaje de población bajo presión de la guerrilla a nivel departamental se calculó tomando el número
de habitantes de las áreas rurales , que resultan mas afectados por la presencia armada de la guerrilla, en los
municipios con mayor actividad de la insurgencia, sobre el total de la población rural del departamento. Las
estimaciones a nivel nacional indican que el 32% de la población rural y el 8.5% de la del país se encuentra
bajo presión de la guerrilla. Presidencia de la República, Estadísticas Generales sobre Violencia en Colombia
(1987-1996)
20 La serie de mapas que se presenta a continuación fueron construidos con base en las cifras de criminalidad
reportadas por la Policía Nacional en el Anuario Estadístico de 1995.
25
Por otra parte, en los departamentos donde la insurgencia ha incrementado de manera
ostensible su presencia entre 1987 y 1995, los índices de secuestro también han aumentado.
Es así como, la tasa de secuestro ha sufrido incrementos considerables a partir de 1987 y se
colocan en 1995 por encima del promedio nacional, en Guajira, Cesar, Magdalena, Norte
de Santander, Nariño, Cauca, Tolima, Huila, Casanare y Antioquia. En todos estos casos, el
incremento del secuestro se produce de manera paralela con el avance de la guerrilla,
aportando una prueba más de como la incursión de la insurgencia en nuevos territorios va
acompañada del deterioro de la seguridad.
En los últimos tres años, como se puede observar en el cuadro 2, la guerrilla incrementó los
secuestros. Las principales víctimas son ganaderos y agricultores seguidos por los
comerciantes. La guerrilla recurre al secuestro en procura del fortalecimiento de sus
finanzas. En efecto, los ingresos de las guerrilla por concepto de secuestro en 1995
representan alrededor del 35%, constituyendo en la segunda fuente de recursos después del
narcotráfico que representa el 54% en caso de las FARC y de la extorsión al sector minero
con una participación del 53% en las finanzas del ELN. El secuestro, fuera de constituir
una de las principales fuentes de financiamiento a la que acude la guerrilla, también se
utiliza para atemorizar y de esta forma abrir paso al cobro regular de la extorsión a
ganaderos, agricultores, comerciantes, empresarios y contratistas en las regiones donde
incursiona por vez primera.
El mapa 20 muestra desde otra perspectiva, cómo en los departamentos donde la población
bajo presión de la guerrilla ha aumentado en una alta proporción, los índices de delitos
contra el patrimonio en zonas rurales en general también se incrementan. En los casos de
Atlántico, Guainía, Guajira, Bolívar, Norte de Santander, Amazonas y Vichada no solo se
aprecia el incremento de la tasa de delitos contra el patrimonio en el área rural, sino que
ésta en el último año supera la tasa promedio nacional. La fuerte relación entre la incursión
reciente de la guerrilla y el aumento de delitos como el robo y el atraco en sus diferentes
modalidades, estaría evidenc iando cómo efectivamente las prácticas asociadas a la
presencia guerrillera constituyen el marco en el que se desarrolla la delincuencia común
que terminan reforzándose mutuamente. En este sentido, se tiene conocimiento, de como
por ejemplo, algunas personas deciden unirse a las organizaciones insurgentes como una
forma de tener acceso a sus prácticas delictivas, y también de como conviven en zonas bajo
su influencia con bandas de delincuentes que actúan utilizando procedimientos típicos de la
guerrilla a sabiendas de la intimidación que éstas desencadenan. Como ya se vio, la
guerrilla por su parte, encomienda a la delincuencia común la realización de acciones que
puedan contribuir a deteriorar su imagen.
Toda esta evidencia sugiere que la guerrilla colomb iana en pleno proceso de expansión, no
garantiza el "orden", al contrario de lo que plantean los enfoques tradicionales al describir
el rol jugado por los grupos alzados en armas en las zonas de vieja influencia. De acuerdo
con estos enfoques, el vacío que deja el Estado en la represión del delito y en la mediación
de los conflictos, es llenado por la guerrilla que actúa como juez, conciliador y policía,
haciendo que la población reclame su presencia.
26
naturaleza y origen que actuando para neutralizar la acción de los primeros, contribuyen de
manera significativa a intensificar la violenc ia. El mapa 18, muestra como las muertes
violentas atribuidas a paramilitares, organizaciones de justicia privada y la guerrilla
registran los índices mas elevados en Casanare, Cesar, Antioquia, Guajira y Norte de
Santander; en todos estos departamentos la guerrilla ha incursionado con fuerza. En
Caquetá, Meta, Arauca y Santander, donde la presencia guerrillera tradicionalmente ha sido
elevada, las tasas de asesinato superan el promedio nacional. La importancia estratégica
que zonas como el Urabá, el Magdalena Medio o el Piedemonte Casanareño representan
para los diferentes actores armados en competencia, ha hecho que en el afán por consolidar
su dominio territorial, la población civil haya sido convertida en objetivo militar, dando una
clara muestra del niv el de degradación que alcanza el conflicto interno en la actualidad.
El mapa 21, que representa los índices de delitos contra la vida y la integridad personal en
zonas rurales, muestra como en general éste es elevado en aquellos departamentos donde la
presencia guerrillera es alta, donde ha aumentado la población rural bajo presión y
adicionalmente se reconoce la presencia paramilitar. Es así como la expansión territorial de
la guerrilla y el surgimiento de organizaciones paramilitares coinciden con altos índices de
violencia en los departamentos de Cesar, Guajira, Magdalena, Casanare, Tolima y Sucre.
En Quindio, Risaralda, Caldas y Valle la violencia parece tener, más que con la guerrilla,
una estrecha conexión con las actividades de narcotráfico que desde aquí coordina el
acopio y la exportación de cocaína y heroína producida en el sur del país. En Risaralda y
Quindio adicionalmente se ha instituido la acción de los de grupos de justicia privada, ante
un fenómeno creciente de delincuencia que desborda la capacidad de las autoridades para
controlarlo.
Por otra parte, resulta bastante alta la convergencia entre las áreas de influencia histórica de
la guerrilla y las poblaciones que en el presente manifiestan simpatía por los grupos alzados
en armas. De esta forma se estaría evidenciando que la fuerte expansión territorial de la
guerrilla, registrada en los últimos años, no guarda relación con su potencial político ni
electoral, que incluso ha decaído de manera ostensible en la zonas tradicionalmente bajo su
influencia. La expansión territorial de la guerrilla no se traduce en un mayor poder de
convocatoria, sino mas bien en el incremento de su capacidad de intimidación para así
aumentar su influencia a nivel local.
27
poder en las zonas estratégicas, procedimiento este que empezó en El Salvador a mediados
de los ochenta y que escaló y degrado de manera terrible el conflicto.21
Las zonas geográficas donde la guerrilla a través de la intimidación busca el poder son las
de interés estratégico, cercanas a las capitales, neurálgicas para las comunicaciones y los
intercambios comerciales entre regiones, donde se localizan las actividades petroleras,
mineras y agropecuarias. Así mismo, las presiones se manifiestan en departamentos del sur-
occidente del país, como en el caso de Nariño do nde la guerrilla ha registrado una fuerte
incursión, atraída por el auge de los cultivos ilícitos y su ubicación estratégica para el
tráfico de armas, municiones y explosivos.
CONCLUSIONES
A la luz de todo lo dicho, se podría concluir que la dimensión y el alcance que hoy tiene la
geografía de la presencia guerrillera no se puede explicar solo por la existencia de
condiciones objetivas que se presentan en las zonas rurales y marginales. No son las
condiciones objetivas las que determinan necesariamente la presencia de la guerrilla sobre
el territorio, sino más bien las decisiones conscientes que ha tomado con el propósito de
continuar avanzando. Como se ha visto, la presencia de los alzados en armas, está asociada
en el presente con factores económicos, políticos y militares, que sin duda coinciden
también con profundos desequilibrios sociales propios de regiones con economías
dinámicas que atraen migrantes y donde la distribución del ingreso es inequitativa.
21 Jesús A. Bejarano (1996 b), presenta una dimensión mas precisa de esta posibilidad estableciendo un
contraste con El Salvador. Allí la confrontación armada trastornó de manera directa todas las actividades sin
excepción y los efectos sobre el crecimiento para el conjunto de la economía y no solamente para los sectores
rurales, fueron severos.
22 Un informe publicado por la revista Semana No. 785 de mayo de 1997, afirma que 141 localidades son
consideradas por los organismos de seguridad del Estado como puntos críticos para el desarrollo de los
comicios electorales de octubre de 1997 por las continuas amenazas de los grupos guerrilleros y paramilitares
contra los candidatos a las alcaldías y concejos.
23 El estudio de Andrés Peñate (1991), muestra cierta continuidad entre las tradicionales formas de dominio
partidista, que comportaba una buena dosis de violencia, y las actuales formas de dominio establecidas por las
guerrillas, caracterizadas por el uso abierto y sin reserva del terror para imponer su control.
28
existente entre la expansión de la insurgencia hacia nuevos territorios y el deterioro general
de la seguridad en estas zonas. Adicionalmente, la guerrilla y las organizaciones armadas
que se le oponen han identificado con claridad el uso recurrente de la violencia como el
medio más exitoso para incrementar su poder en el ámbito rural. De tal suerte, en muchos
casos las zonas rurales resultan proporcionalmente más afectadas por el accionar de
organizaciones armadas de variada naturaleza y origen que manejan instrumentos de fuerza
e imponen su control sobre la población a través de la violencia. En este sentido, el desafío
de la inseguridad no es necesariamente mayor en los centros urbanos, como se afirma en las
hipótesis corrientes, así como también es importante insistir en que la posibilidad de que la
violencia guerrillera afecte la seguridad ciudadana no es remota como lo demuestran las
tendencias observadas.
En esta perspectiva, es urgente que el Estado adopte una estrategia de seguridad congruente
con la dimensión actual y el alcance hacia el futuro de la amenaza guerrillera. Así mismo,
se requiere que la sociedad colombiana -incluyendo a los sectores urbanos que por no haber
sido aún afectados permanecen indiferentes- asuma de una vez por todas una actitud firme
que impida el escalamiento del conflicto y contribuya a abrirle camino a la solución
negociada basada en una agenda sustentada en los acuerdos que deben darse para que sea
realmente viable.
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Mapas
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