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Expansión territorial de la guerrilla en Colombia: geografía, economía y


violencia

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Camilo Echandía Castilla


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CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE DESARROLLO ECONOMICO
FACULTAD DE ECONOMIA
APARTADO AEREO 4976 BOGOTÁ - COLOMBIA
TELEFONOS: 3324495 FAX: 3324492

PAZ PUBLICA
Programa de Estudios sobre Seguridad, Justicia y Violencia
Universidad de los Andes

Documento de Trabajo Nº 1

Expansión territorial de la guerrilla colombiana:


geografía, economía y violencia

Por: Camilo Echandia Castilla *

MAYO DE 1997

* Economista. Profesor titular de la Universidad Externado de Colombia. Asesor de la Consejeria Presidencial


para la Paz.
INTRODUCCION

La evolución de la presencia geográfica de la guerrilla colombiana muestra como la


aparición reciente de nuevos frentes guerrilleros se produce primordialmente en regiones
con actividades económicas dinámicas o próximas a lo s centros administrativos y políticos
más importantes del país. Este proceso se ha realizado sin que las organizaciones alzadas
en armas hayan cedido terreno en las zonas rurales y marginales donde se implantaron
inicialmente hacia mediados de la década del sesenta y en los años setenta. En la actualidad
la lógica que parece imponerse en la conquista de nuevos territorios por parte de estas
organizaciones se encuentra en relación con el potencial estratégico que representan. Las
tendencias identificadas en la expansión reciente de la guerrilla colombiana muestran que
sus propósitos no se pueden contrastar con los de simples bandoleros, como comúnmente
se hace, asociándose más bien con los de una fuerza armada que apunta a la realización de
acciones sostenidas en zonas que resulten más ventajosas para el logro de sus objetivos.

Por otra parte, la vertiginosa ampliación de la geografía de la guerrilla registrada en los


últimos años, plantea diferencias sustanciales con las explicaciones que tradicionalmente se
han dado sobre la naturaleza de la presencia de la insurgencia, particularmente con las que
enfatizan en las condiciones objetivas: ausencia del Estado, pobreza de la población,
necesidades básicas insatisfechas o inequitativa distribución del ingreso. En estos enfoques,
la guerrilla está esencialmente determinada por la existencia de conflictos propios de las
zonas rurales y apartadas cuando los grupos alzados en armas asumen la causa del
campesinado víctima de la violencia terrateniente o estatal. De esta interpretación se colige
que la violencia derivada del conflicto armado, "violencia del monte", debe ser irrelevante
frente a la "violencia de la calle" determinada por el surgimiento de una variada gama de
nuevos actores que se desempeñan a nivel urbano . Así mismo, los efectos económicos del
accionar de la insurgencia deben ser marginales y difícilmente podrían llegar a perturbar el
desempeño del sistema económico. 1

Los planteamientos y la evidencia que se presentan en este ensayo permitirán señalar,


apenas de manera introductoria, las limitaciones que hoy tienen las interpretaciones que
hacen énfasis, por una parte en el carácter esencialmente bandoleril de la guerrilla
colombiana y por otra en las "condiciones objetivas" como explicación de su presencia, que
como se mostrará, es cada vez menos marginal, más intensa en áreas vitales para el
desempeño global de la economía y cuyo alcance comienza a ser impredecible.

1 Ver una reseña de los trabajos que se inscriben en los enfoques tradicionales en: Rodrigo Losada (1989)
Un balance sobre los nuevos enfoques que parten de una visión diferente sobre la violencia y los efectos del
conflicto armado se presenta en el estudio de la Universidad Externado de Colombia -FONADE (1997).

2
1. GEOGRAFIA DE LA EXPANSION GUERRILLERA2
Evolución de la localización de los frentes de las FARC
Los orígenes de las FARC se remontan al periodo 1948-1966 en que se produce la
"resistencia armada comunista", la localización de los grupos de campesinos desplazados
de las zonas afectadas por la violencia partidista se da en principio en el sur del Tolima,
sur-occidente de Cundinamarca y posteriormente en la zona del Ariari-Meta. Las FARC
solo se estructuraron como guerrilla comunista en 1966, articulada con un proyecto político
orientado a la conquista del poder (Pizarro1991).

En 1964 se celebró en Marquetalia la primera conferencia y se creó el bloque armado del


sur integrado por los "destacamentos de Marquetalia, Riochiquito, Pato, Guayabero y
sureste del Tolima". En 1966 tuvo lugar la segunda conferencia y fue cuando las
denominadas "autodefensas comunistas" se transformaron en las llamadas fuerzas armadas
revolucionarias de Colombia, FARC. En Marzo de 1969 se realiza la tercera conferencia en
la región del Guayabero y se determina la creación de un nuevo frente en el área general
del Magda lena Medio en límites entre Boyacá y Santander. En abril de 1971 se celebra la
cuarta conferencia en el Pato y se ordena abrir un nuevo frente en el área general del Urabá.
En Septiembre de 1974 se realiza en el Pato la quinta conferencia y se determina
reorganizar el Estado Mayor, se crea el secretariado como organismo permanente y se
dictan normas sobre aspectos financieros. La sexta conferencia se realizada en enero de
1978 en la región del Duda. La localización de los frentes poco había variado hacia 1980
(ver mapa 13 ).

Entre 1981 y 1982 cuando se llevó a cabo la séptima conferencia, los factores de orden
militar juegan un papel muy importante; la organización pasa a llamarse FARC-EP,
significando que contaba con características asociadas a un ejército del pueblo. La
estructura de la organización sufre modificaciones importantes; se consolidan los
denominados frentes, así como el Estado Mayor y el secretariado, que ya se habían
insinuado en el periodo anterior. Los factores de orden político y financiero se van
combinando con los militares y la organización pasa de contar con unos diez frentes hacia
finales de los setenta, a tener mas de veinte en los tres primeros años de los ochenta.

La fuerte expansión es resultado de la adopción de una estrategia de crecimiento basada en


el desdoblamiento de los frentes existentes; se determinó entonces que cada frente sería
ampliado a dos hasta conseguir la creación de un frente por departamento. Aparecen tres
frentes nuevos en la zona del Caquetá y el Meta y otros dos en el Magdalena Medio. Entre
1982 y 1983, otros diez frentes se añaden a los quince que existían anteriormente. Se
localizan en Vichada, norte de Huila y occidente del Meta, Córdoba, en la Sierra Nevada
de Santa Marta, Magdalena Medio Santandereano, Noroccidente de Cundinamarca, sur de
Bolívar y centro del Tolima.

2 Las principales fuentes consultadas para reconstruir la geografía de la expansión de la guerrilla fueron los
documentos de la Consejería Presidencial para la Paz, elaborados con base en el monitoreo estadístico que se
realiza desde 1987: Escobedo y Echandía (1990); Escobedo (1992); Echandía (1992) y (1996 b)
3 Mapas al final del documento

3
En cuanto a los aspectos militares la importancia que va adquiriendo el Estado Mayor
explica el surgimiento de buena parte de los frentes en el departamento del Meta entre 1983
y 1988. En cuanto a los determinantes financieros, la coca en la década de los ochenta
juega un papel decisivo, que explica el numero creciente de frentes que se consolidan en
Meta, Guaviare y Caquetá. Así mismo, las FARC se vinculan a esta actividad en los
departame ntos de Putumayo, Cauca, Santander y en la Sierra Nevada de Santa Marta.

A la estrategia de desdoblamiento de los frentes junto con la disponibilidad de recursos


provenientes de la coca para financiarla, se sumó como circunstancia favorable la firma de
la tregua en la administración Betancur en el mes de marzo de 1984 y que formalmente se
extendería hasta el mes de junio de 1987, cuando la administración Barco la declaró rota a
raíz de que las FARC tendieron una emboscada a un patrulla militar en Puerto Rico-
Caquetá con saldo de dos oficiales y veinticuatro soldados muertos. En la década del
ochenta, la acción de la fuerza pública en la lucha contra la guerrilla también disminuyó en
razón a que el narcotráfico se convirtió en el reto principal para la seguridad interna del
país, desplazando a la guerrilla a un segundo lugar.

Las FARC, cuyos núcleos iniciales de expansión nacieron en zonas de colonización sufren
modificaciones importantes en la década del ochenta. En efecto, quedan inscritas también
en zonas que experimentaron transformaciones a la ganadería (Meta, Caquetá, Magdalena
Medio, Córdoba), o a la agricultura comercial (zona bananera de Urabá, zona productora de
palma africana en Santander y sur del Cesar), e incluso en zonas de explotación petrolera
(Magdalena Medio, Sarare y Putumayo) y de oro (Bajo Cauca Antioqueño y sur de
Bolívar). Así mismo, se fueron situando en áreas fronterizas (Sarare, Norte de Santander,
Putumayo, Urabá) y en zonas costeras (Sierra Nevada, Urabá, occidente del Valle),
explicable esto por su vinculación con actividades de contrabando.

La localización de las FARC en la década del ochenta que se presenta en el mapa 2, insinúa
en lineas generales una herradura que parte del golfo de Urabá, pasa por el sur de Córdoba,
Bajo Cauca Antioqueño y sur de Bolívar para bajar por el Magdalena Medio Santandereano
y salir al Piedemonte Llanero de donde se dirige por el sur hacia la Costa Pacífica donde
concluye la trayectoria luego de pasar por Huila y Valle.

En la primera mitad de la década del noventa, la mayor concentración de frentes nuevos se


registrará en el centro de la herradura donde se ubican los centros de poder mas importantes
del país, los nervios de la agricultura moderna y en general los sectores más dinámicos de
la economía. En efecto, entre 1990 y 1995, como se puede observar en el mapa 3, en
Cundinamarca aparecen cinco frentes; en la región de Urabá dos nuevos frentes llenan el
espacio ocupado en el pasado por el EPL; en el eje cafetero la creación de un frente parece
responder a la misma lógica de ocupación de territorios con presencia del EPL. También, se
crean frentes en la península de la Guajira, en Caquetá, en Casanare, en Huila y Tolima.
Paralelamente con el incremento de los frentes rurales, las FARC fortalecen sus milicias
urbanas en Bogotá, Cali, Medellín, Pereira, Barranquilla, Bucaramanga y Barrancabermeja.

4
La localización actual de las FARC, que se presenta en el mapa 4, da cuenta de la
existencia de sesenta y cinco frentes distribuidos en siete bloques: Oriental (17), Sur (11),
Occidental (5), Nor-occidental (6), Central (11), Magdalena Medio (9), y Norte (6). 4

El bloque oriental, que reúne el mayor numero de frentes, abarca parte de los
departamentos del Meta, Guaviare, Casanare, Arauca, Boyacá, Cundinamarca, Guainía,
Vaupés y Vichada. En el Meta se ubican al menos nueve frentes (7,17,26,27,31,40,42,43 y
44). En el Guaviare se encuentra el frente (1) y recibe desplazamientos del frente (7) desde
el Meta. En los límites entre Boyacá y Casanare operan los frentes (28, 38, 39 y 56). En
Arauca se asientan los frentes (10 y 45), este último de desplaza también hacia Boyacá y
Norte de Santander, abarcando la denominada zona del Sarare. El frente (16) opera
principalmente en Vichada. Hay que considerar adicionalmente que el oriente de
Cundinamarca recibe el desplazamiento de los frentes (27) desde el Meta y (38) desde
Casanare y Boyacá. Con la localización que hoy tiene sobre la Cordillera Oriental, la
organización logró lo que desde comienzos de la década del ochenta identificó como eje de
su despliegue para aislar el país andino y costero del amazónico y llanero (Rangel 1996 b).
Esta zona es igualmente estratégica por cuanto se constituye en corredor de acceso al centro
del país, permitiendo de la misma manera el repliegue de los grupos armados hacia el
interior del país en momentos de ofensivas militares. Así ocurrió al comienzo de la presente
década cuando el Ejército llegó hasta los campamentos del Estado Mayor en Uribe-Meta,
mientras varios de los frentes lograron desplazarse rápidamente hacia Cundinamarca y
Huila, con lo cual la organización evitó el enfrentamiento con la fuerza pública y
simultáneamente comenzó a tender el cerco sobre el centro del país.

El bloque sur, reúne once frentes y tiene influencia sobre parte de los departamentos de
Caquetá, Huila, Putumayo y la Bota Caucana. En el oriente del Huila se encuentra el frente
(2); en el sur-occidente del Huila el (3); hacia el sur del departamento actúa el frente (13)
apoyado con la creación reciente del (61). Estos tres frentes también tiene influencia sobre
Caquetá. El frente (17) actúa en el norte del Huila. En el Caquetá se encuentran fuera de los
ya mencionados, los frentes (14,15,49 y 60). En Putumayo operan los frentes (32 y 48) que
se también desp laza hacia Caquetá.

El bloque occidental, reúne cinco frentes que operan en parte de los departamentos de
Nariño, Cauca y Valle. En el departamento del Cauca operan los frentes (6,8 y 29), que
registran desplazamientos hacia los departamentos vecinos, y recibe la influencia del frente
(30) desde el Valle y (60) desde Caquetá. En el departamento de Nariño actúa el frente (29)
y desplazándose desde el Cauca, actúa también el (8). En el Valle actúa el frente (30), ya
mencionado y recibe la influencia del (21) desde Tolima.

El bloque nor-occidental, está integrado por seis frentes que operan en los departamentos
de Antioquia, Chocó y Córdoba. En el Urabá antioqueño y chocoano tienen presencia los
frentes (5, 34, y 57); en la parte norte del Urabá Antioqueño actúa el frente (58). El frente
(35) tradicionalmente con presencia en el Bajo Cauca Antioqueño, registra recientemente

4 La actividad armada de los (65) frentes no es igual. Durante la primera mitad de la presente década, (9)
frentes registraron altos niveles de actividad armada, (16) se colocaron en un nivel medio alto, (13)
registraron una actividad media baja, y (27) registraron actividad muy baja o nula.

5
desplazamientos hacia Córdoba y Sucre. Así mismo el frente (18) con presencia histórica
en Córdoba, se ha desplazado hacia Antioquia.

El bloque central, está integrado por once frentes, que operan en los departamentos de
Tolima, Quindío, Risaralda, Caldas, Antioquia y Cundinamarca. En el Departamento del
Tolima se encuentran los frentes (21, 25 y 66). En el eje cafetero recientemente han
incursionado los frente (9, 47 y 50) buscando aumentar su presencia en esta zona
estratégica por cuanto de manera obligada pasan por aquí los intercambios comerciales
entre Medellín, Cali y Bogotá. En Cundinamarca, en los últimos cinco años la vieja
presencia de los frentes (22 y 25), se ha reforzado en el sur -occidente con los frentes (52 y
55),por el sur- oriente con el frente (53), en cercanía a Bogotá por la zona del Guavio,
Guasca y La Calera con el frente (54) y hacia Fómeque, Chipaque y Cáqueza con el frente
(51).

El bloque del Magdalena Medio, reúne nueve frentes en los departamentos de Antioquia,
Bolívar, Cesar, Santander y Boyacá. Los frentes (12, 20, 23, 24 y 46) tienen presencia en el
departamento de Santander. El frente (20), se desplaza desde Santander hacia el sur de
Cesar. En Boyacá operan los frentes (11 y 23) este último tienen presencia también en
Santander. El frente (24) se asienta en el sur de Bolívar y extendiendo su influencia hasta
Santander. En Antioquia actúan los frentes (4 y 36).

Finalmente, el bloque norte, cuenta con seis frentes que tienen presencia principalmente en
los departamentos de La Guajira, Magdalena, Bolívar, Sucre, Cesar y Norte de Santander.
El frente (33) se asienta en la región del Catatumbo-Norte de Santander, el frente (41) en el
norte de Cesar, el (19) en la Sierra Nevada de Santa Marta, el (59) en la Guajira, el (37) en
Bolívar y el (35) en Sucre.

Evolución de la localización de los frentes del ELN


Los orígenes del ELN se remontan hacia mediados de los años sesenta, cuando surge como
un grupo de tipo militar, inscrito en una perspectiva foquista. En el plano militar se trató de
pasar de los grupos de pequeñas guerrillas que operaban en las zonas de frontera agrícola,
lejos de los polos de desarrollo y de los centros del poder, a columnas guerrilleras en zonas
de mayor población y actividad económica. Esta etapa concluye en 1973 con la derrota de
Anorí, que prácticamente dejó desintegrada la organización. El área de operaciones en la
primera etapa, alcanzó a comprender parte de los departamentos de Santander, Antioquia y
sur de Bolívar. Después su expansión fue muy lenta. 5

Es solo hasta 1983 que se comienza a registrar un crecimiento significativo, debido al


fortalecimiento económico derivado de la extorsión a las compañías extranjeras encargadas
de la construcción del Oleoducto Caño Limón- Coveñas, práctica que se constituye en su
principal fuente de financiamiento. En 1983 tuvo lugar la denominada reunión nacional de

5 Su planteamiento buscaba romper con el esquema alrededor del partido, típico de las FARC, y formando
una nueva estructura que permitiera generar a partir del núcleo guerrillero una organización político militar,
dentro de una perspectiva de liberación nacional. Ver la evolución histórica del ELN en: Alejo Vargas (1989)
y Marta Harnecker (1988) y Carlos Medina Gallego (1996).

6
héroes y mártires de Anorí en la que se decidió desdoblar los frentes existentes 6. En ese
entonces como se observa en el mapa 5, existían los hoy denominados frentes de guerra
nor-oriental y nor-occidental. El primero contaba con los "frentes"7 Domingo Laín en la
región del Sarare y Camilo Torres en la parte del Magdalena Medio de los departamentos
de Santander y Cesar. El segundo contaba con el "frente" José Antonio Galán en Antioquia.

A partir de 1984, nace el denominado frente de guerra norte y con el "frente" José Solano
Sepúlveda en el área del Magdalena Medio que corresponde al sur de Bolívar (Serranía de
San Lucas). Nace de otra parte, el frente sur-occidental, con la creación del "frente" Manuel
Vásquez Castaño en la Bota Caucana y sur del Huila.

En 1985 el frente de guerra nor-oriental se expande con los "frentes" Efraín Pabón Pabón
en la parte sur de Norte de Santander y en el norte de Boyacá, y con el Armando Cacua
Guerrero en la región del Catatumbo en Norte de Santander. De otra parte, el frente sur-
occidental se ve reforzado con el "frente" Luis Carlos Cárdenas Arbelaez que comienza a
operar en el norte del Valle.

En 1986 el crecimiento continúa. En el frente nor-oriental se crea el "frente" Capitán


Parmenio, con presencia en el área comprendida entre Barrancabermeja y Bucaramanga en
el departamento de Santander. El frente sur-occidental se ve reforzado con la creación del
"frente" Carlos Alirio Buitrago en la zona del sur-occidente antioqueño. A partir de este
año, el ELN lanzó la Campaña "Despierta Colombia..... nos están robando el Petróleo"
cuyo propósito se orientó a promover la realización de un debate nacional sobre el manejo
de la política petrolera en el país y dar a conocer sus propuestas en esta materia. Lo que en
un principio se presentó como una lucha a favor de la soberanía Nacional, se ha convertido
en su principal arma, como lo expresa uno de los comandantes de la organización :

"De ahí que nuestros sabotajes estén afectando el eje de la economía y por tanto el
eje de la recuperación económica. Estamos golpeando donde más duele. El
movimiento revolucionario, por su parte, ha comenzado a entender lo que esto
significa para el proceso" (Harnecker 1988).

En 1987 crecen los frentes de guerra norte y nor-occidental. El primero por medio de la
creación del "frente" Seis de diciembre en la parte norte de Cesar. El segundo a través de
los "frentes" Ernesto Che Guevara en el área del sur-oriente de Antioquia y Hernán
Jaramillo en el sur-occidente del Chocó.

6 En este escrito se asumen las definiciones consignadas por dirigentes del ELN en la entrevista de Marta
Harnecker, (1988). Un "frente" guerrillero es "(...) una instancia político-militar y de masas". Varios "frentes"
guerrilleros y regionales (estructuras urbanas) "conforman un frente de guerra, cuyas características están
dadas por la actividad socioeconómica de la región. (...) Un frente de guerra es el conjunto de estructuras
urbanas y rurales que desarrollan la política de la organización en una gran región del país y que por sus
características exige un diseño estratégico específico."
7 La expresión "frente" no se debe confundir con el frente (sin comillas) que hace referencia a un conjunto de
"frentes" que operan en una región determinada.

7
En 1989 ya se encuentran definidos cinco frentes de guerra con sus respectivos "frentes"
como se observa en el mapa 6. El central toma forma con la creación del "frente" los
libertadores que comienza a operar en el sur occidente de Casanare y oriente de Boyacá. En
el frente norte se crean los "frentes" José Manuel Martínez Quiroz, en la serranía del Perijá,
Jaime Bateman Cayón en límites del norte de Bolívar y el Cesar, y Astolfo González en el
departamento de Córdoba. En este momento los cinco frentes de guerra ya cuentan con las
denominadas regionales, que operan en los principales centros urbanos. En el nororiente
con la denominada regional Diego Cristóbal Uribe, en el norte con la regional Miguel
Enríquez, en el noroccidente con la regional Fernando Giraldo Builes, en el suroccidente
con la regional Omaira Montoya Henao y en el centro con la Oscar Fernando Serrano
Rueda. En el frente sur -occidental nace adicionalmente el núcleo urbano Marta Elena
Barón que opera en Pereira, Armenia y Manizales.

En los dos primeros años de la década del noventa, varios de los frentes de guer ra
crecieron. El frente nor-oriental se amplia en el área de Barrancabermeja y sur de Cesar con
el "frente" Manuel Gustavo Chacón; en Norte de Santander en la parte que limita con Cesar
y Santander con la creación del "frente" Claudia Isabel Escobar Jerez. En el frente nor-
occidental nacen los "frentes" María Cano y Bernardo López Arroyave, en el Magdalena
Medio Antioqueño. En el frente norte va tomando forma el "frente" Mártires de Urabá. En
el frente sur-occidental se crea el comando urbano La Gaitana en la capital del Huila.

Entre 1992 y 1995 se registra un fuerte incremento de los "frentes" -como se observa en el
mapa 7- y también del número de hombres en armas. En este periodo surgieron once
nuevos "frentes" y el promedio de hombres en armas por "frente" aumento de 75 a 85.
Todos los frentes de guerra ampliaron su presencia a través de nuevos "frentes". En efecto,
el frente norte crea tres nuevos "frentes", el Francisco Javier Castaño que actúa en
Magdalena, el Héroes y Mártires de Santa Rosa con presencia en el sur de Bolívar y el
Manuel Fernández que actúa en Córdoba. Así mismo, el frente nor-oriental cuenta con tres
nuevos "frentes": Juan Fernando Porras, Resistencia Yariguies y Guillermo Vásquez. El
primero tiene su área de operaciones en la parte sur de Norte de Santander, el segundo en la
zona urbana de Barrancabermeja y el tercero sobre la cordillera sur santandereana. Por su
parte el frente sur-occidental registra una fuerte expansión a través de la creación de tres
nuevos "frentes": Bolcheviques del Líbano, como su nombre lo indica actúa en el norte del
Tolima; Benkos Bioho en el departamento del Chocó; y Comuneros del sur en Nariño. El
frente central, tiene un nuevo "frente": el José David Suárez que opera en los limites de los
departamentos de Boyacá y Casanare. Finalmente surge en el frente de guerra nor-
occidental, el "frente" Capitán Mauricio con presencia en el nor-oriente antioqueño.

El ELN cuenta en la actualidad con cinco frentes de guerra: nor-oriental, norte, nor-
occidental, sur-occidental y central. Como se observa en el mapa 8 , los cinco frentes de
guerra reúnen treinta y cinco "frentes". 8 La ubicación del ELN está determinada por

8 Como en el caso de las FARC, los niveles de actividad armada de los frentes difiere. En efecto, entre 1990 y
1995, (8) "frentes" registraron altos niveles de actividad armada, (11) registraron actividad media alta, (8)
actividad media baja, y los (8) restantes se mantuvieron prácticamente inactivos. También es de anotar que
los nombres que reciben los "frentes" están asociados con la historia y los nombres de los comandantes y
fundadores de la organización, sin que tengan mayor significado para el común de los colombianos.

8
factores de orden económico, militar y político. Prefieren las zonas donde se explotan
recursos naturales para la exportación y en esa medida se adaptan a las circunstancias
políticas existentes. Intentan al mismo tiempo dispersar su fuerza militar, cubrir zonas
rurales y urbanas, evitando de esta manera ser golpeados por el Ejército.

En cuanto a los factore s financieros se puede afirmar que la expansión del ELN es
especialmente significativa entre 1984 y 1986, coincidiendo con el hallazgo del pozo de
petróleo de Caño Limón, la construcción del oleoducto hasta Coveñas y el inicio del
bombeo de crudo. La aplic ación de la extorsión a las compañías extranjeras encargadas de
la construcción del oleoducto le permitió a la organización formar una base financiera que
explica su rápido crecimiento.

La ubicación de los "frentes" del frente de guerra nor-oriental responde al propósito


estratégico de afectar zonas de exploración, extracción y transporte de petróleo, en la
medida en que por allí pasan las principales arterias de conducción del crudo que confluyen
en el centro petrolero de Barrancabermeja. Es el caso de los "frentes" Domingo Laín en
Arauca; Efraín Pabón en Boyacá y sur de norte de Santander; Juan Fernando Porras en el
sur de Norte de Santander; Capitán Parmenio, Manuel Gustavo Chacón, Resistencia
Yariguies y Camilo Torres en Santander y Cesar (estos tres últimos rodeando el centro
petrolero de Barrancabermeja); Carlos Armando Cacua Guerrero en la zona del Catatumbo
en Norte de Santander; y Claudia Isabel Escobar Jerez en la parte sur de Norte de
Santander. Adicionalmente, el frente de guerra nor-oriental tiene presencia sobre un
corredor estratégico por donde se comunica el centro con el norte del país, por carretera y
por tren; tiene influencia también sobre una amplia zona fronteriza.

En el frente norte, "frentes" como el Alfredo Gómez o el Jaime Bateman pueden afectar el
recorrido del oleoducto. En el frente sur-occidental, los "frentes" Manuel Vásquez y
Comuneros del Sur pueden incidir también en la explotación y transporte de petróleo,
afectando el oleoducto Transandino en Nariño. Mas recientemente los "frentes"
Libertadores, José David Suárez y Domingo Laín con presencia en Casanare, se benefician
de las labores de exploración y explotación de los pozos petroleros.

El frente nor-occidental se ve beneficiado por la explotación de oro en el nor-oriente


Antioqueño, donde se ubican los "frentes" José Antonio Galán y Compañero Tomas. En el
frente de guerra norte hay que mencionar las explotaciones de carbón en el Cesar, donde se
ubican los "frentes" José Manuel Martínez Quiroz y Seis de Diciembre y la producción de
banano en el Magdalena donde se implantó en "frente" Francisco Javier Castaño. En el
frente de guerra sur-occidental se puede establecer una relación entre los frentes Manuel
Vásquez Castaño, en la Bota caucana y Huila, Luis Carlos Cárdenas en el norte del Valle, y
Comuneros del Sur en Nariño y el desarrollo de los cultivos de amapola y coca.

Las zonas de explotación de recursos naturales (petróleo, carbón, oro) tienen condiciones
muy particulares que facilitan al ELN encontrar apoyo en determinados sectores sociales.
Generalmente lo que ha ocurrido es que en un periodo muy corto se presenta la afluencia de
muchos pobladores que tienen la expectativa de vincularse a la economía naciente. No
todos son vinculados a las explotaciones, pero se quedan en la zona. Adicionalmente, estos
lugares no cuentan con la infraestructura necesaria para albergar a todos los que llegan. De

9
tal suerte, el ELN cuenta con un mínimo apoyo que le permite llevar a cabo los objetivos
que se ha propuesto. Influencian a sectores que tienen una percepción negativa de las
compañías que operan en la zona y que viven en malas condiciones. Otros sectores sociales
que no le dan su apoyo son sometidos por medio de la fuerza.

Se tiene entonces que los frentes de guerra mas desarrollados son el nor-oriental y el nor-
occidental que derivan importantes recursos de la explotación del petróleo y del oro
respectivamente. Los otros frentes de guerra tienen una base económica menos estable.
Además de las razones financieras hay que tener en cuenta otras de orden militar. Desde
1984 se observa una clara intención por parte del ELN de diversificar sus zonas de
operaciones y no concentrarse en una sola región. El éxito de la operación Anorí
emprendida por el Ejército a principios de los años setenta, fue en buena medida el
resultado de la excesiva concentración de su fuerza en una sola región. 9 Se explica
entonces la necesidad de crear nuevos frentes que cubren buena parte de la geografía
nacional en la actualidad.

La dispersión que hoy registran los "frentes" intenta aprovechar zonas geográficas que le
permiten evadir fácilmente la acción de las autoridades e impedir que sus acciones afecten
al conjunto de la organización. Han diversificado su presencia que ya no es exclusiva de
zonas montañosas y/o de colonización ( Sarare, Catatumbo, Magdalena Medio, Bajo
Cauca, Serranías de San Lucas y del Perijá y Piedemonte Casanareño). En efecto, hoy se
confunden en barrios populares de las ciudades importantes (Bucaramanga, Medellín,
Bogotá, Cali, Barranquilla, Cúcuta, Valledupar, Santa Marta, Cartagena, Pereira,
Manizales, Armenia, Ibagué para no citar sino algunas) y su presencia como en el caso de
la FARC se hace cada vez mas fuerte en el centro del país. 10

Evolución de la localización de los frentes del EPL


Entre 1967 y 1970 el EPL logró consolidarse como un grupo guerrillero con influencia en
la región del Alto Sinú y San Jorge, que poco a poco se extiende hacia las regiones del Bajo
Cauca y Urabá en el departamento de Antioquia (Villaraga y Plaza 1994).

La acción de Fuerza Pública incidió permanentemente en el desarrollo del EPL. En 1975


fue muerto Pedro León Arboleda y un numero importante de líderes fueron detenidos. Sólo
hacia 1978 se verá una reactivación de esta guerrilla en el noroeste (Antioquia y Córdoba).
Desde entonces se gesta una ruptura con las tesis maoístas que se consolida en abril de
1980 en el XI Congreso del PCML. Dice una de las conclusiones:

“Los conceptos maoístas sobre guerra popular prolongada, tomando como centro de
gravedad del trabajo las zonas marginadas para cercar desde el campo las ciudades,
implicaba tomar en la práctica, al campo, como el escenario de trabajo y no

9 En la entrevista de Marta Harnecker (1988), un dirigente guerrillero afirma: "(...) Anorí fue una enseñanza
de la vulnerabilidad de una fuerza concentrada en determinadas condiciones. Eran unos 115 hombres por lo
menos. Se convirtieron en un blanco fácil para el enemigo (...) Lo que se discutía, en el fondo, era el arte de la
concentración y la dispersión de la fuerza en cuanto a una salida estratégica".
10 Hacia mediados de 1996 las FF.MM. dieron a conocer a través de la prensa el propósito del ELN de crear
un frente de guerra en Cundinamarca.

10
precisamente las zonas de mayor desarrollo industrial”. Mas adelante enfatiza en la idea
de “formar un ejército de combatientes profesionales proyectados a convivir y combatir
en los grandes centros agroindustriales e incluso en los grandes centros industriales
urbanos” (Calvo 1985).

El EPL en la década del ochenta se concentró principalmente en zonas de desarrollo


agroindustrial con énfasis en Urabá; en zonas con capas de campesinos y colonos y de
expansión de nuevos grupos de terratenientes (Urabá y Córdoba); y en la región del Viejo
Caldas. Amplió también su influencia en Antioquia, Putumayo y Norte de Santa nder donde
coexisten explotaciones petroleras y zonas de colonización. En los centros urbanos, tuvo
alguna tradición desde la década del setenta en las ciudades (especialmente en Medellín).

El EPL firmó con el Gobierno de Belisario Betancur un documento de paz el 23 de Agosto


de 1984, que como en el caso de las FARC, fue hábilmente aprovechado para expandirse
hacia nuevas regiones y aumentar el numero de combatientes y de frentes. El accionar
militar del EPL se reanudó a partir de la segunda mitad de 1985 y después de la toma del
Palacio de Justicia por parte del M-19 y del asesinato de Oscar William Calvo.

A partir del segundo semestre de 1990, el EPL comienza a dar los primeros pasos en el
camino que llevaría a su desmovilización y posterior incorporació n a la vida civil. El EPL
fue duramente golpeado por las FF.AA. y los grupos paramilitares; los primeros afectan su
estructura militar y los otros sus bases políticas y sociales. En efecto, a partir de 1988 en
Córdoba y Urabá se intensificaron los combates contra los frentes más poderosos y se
registraron masacres donde cayeron campesinos, simpatizantes e incluso algunos de sus
comandantes.

El proceso de paz adelantado con el EPL rápidamente se reflejó en la reducción de la


violencia en algunas de las zonas bajo su influencia (alto Sinú y San Jorge en Córdoba y el
Eje Cafetero). La reducción total de la violencia generada por esta guerrilla no fue posible
debido a que el sector liderado por Francisco Caraballo, rompe con el resto de la
organización y se retira del proceso de paz. A partir de este momento se conforma la
disidencia del EPL liderada por Francisco Caraballo. 11 .El sector disidente del EPL cuenta
en 1995 con trece frentes que reúnen alrededor de 400 hombres.(ver mapa 9)

En el departamento de Antioquia, la presencia mas fuerte de la disidencia del EPL se


registra en Urabá (incluyendo la parte nor-occidental de Córdoba) a través del frente
Bernardo Franco, junto con un pequeño reducto denominado Jesús María Alzate; hacia el
sur oriente de Antioquia opera el frente Elkin González Vásquez; en el Valle de Aburra
tiene presencia el frente Pedro Hernando Vásquez Rendón; y en los límites con el
departamento de Chocó, se localiza el frente Pedro León Arboleda, que con 240 hombres se
constituye en el que dispone de mayor numero de combatientes.

11 Francisco Caraballo fue capturado por las autoridades hacia finales de la administración Gaviria.

11
En los límites entre la zona cafetera y el sur de Antioquia opera el frente Oscar William
Calvo. En los límites entre Magdalena y Bolívar, se localiza el frente Ernesto Rojas, que
reúne 80 combatientes constituyéndose en el tercer frente de acuerdo con el numero de
hombres en armas. En Norte de Santander tiene presencia el frente Libardo Mora Toro.
Entre los departamentos de Santander y Cesar, en la zona del Magdalena Medio opera con
40 hombres el frente Ramón Gilberto Barbosa. Con un numero inferior a 30 hombres
operan: el frente Aldemar Londoño entre los departamentos de Cauca y Nariño; Virgilio
Enrique Rodríguez en la Guajira; y el comando urbano Luis Fernando Lalinde en Bogotá.

A partir de la captura de Francisco Caraballo y de 14 de sus líderes el grupo disidente ha


venido decayendo. La persecución del ejército y la deserción de muchos de sus miembros
han afectado seriamente la estructura armada. De los 13 frentes mencionados anteriormente
solo cuatro registraron alguna actividad en 1995: Bernardo Franco y Pedro León Arboleda
en Urabá, Virgilio Enrique Rodríguez en la Guajira y Libardo Mora Toro en Norte de
Santander. El desmoronamiento del grupo de Francisco Caraballo se hace evidente en 1996
con la deserción masiva de los integrantes de los frentes. El 17 de junio, los miembros del
frente Pedro León Arboleda se entregaron a la organización comandada por Carlos Castaño
en Urabá. Así mismo, entre los meses de septiembre y octubre los miembros del frente

12
Bernardo Franco decidieron entregarse a las autoridades, con lo cual desaparece el EPL del
departamento de Antioquia.

GRAFICO 1
EVOLUCION DEL NUMERO DE FRENTES DE LAS GUERRILLAS

70

60

50

40

30

20

10
0
78 79
80 81
82 83
84 85
86 87
88 89
90
91 92
93
94
95

EPL ELN FARC

FUENTE: CONSEJERIA PARA LA PAZ

Lo dicho hasta aquí permite concluir que la evolució n de la localización de los frentes de
las organizaciones guerrilleras sobre el territorio nacional, evidencia la existencia de
propósitos estratégicos en el avance de la insurgencia, que a su vez dejan con poco piso las
explicaciones fundamentadas en las "condiciones objetivas" que de acuerdo con esta visión,
propiciaron su origen y posterior desarrollo en las zonas rurales donde el Estado no está
presente. Si se considera la evolución de la insurgencia desde sus orígenes, tiende cada vez
más a existir mayor claridad en cuanto a que las guerrillas de los años sesenta en Colombia
y América Latina surgieron, ante todo, como resultado de una decisión subjetiva en un
contexto histórico y cultural apropiado. Como afirma el sociólogo Eduardo Pizarro al
realizar un análisis convincente sobre esta materia: "las interpretaciones esquemáticas que
hacen énfasis en la pobreza generalizada, el cerramiento del sistema político o la ausencia
del Estado, como causas de la emergencia de polos guerrilleros, simplemente no tienen
ninguna pertinencia explicativa" (Pizarro 1996).

13
Como se ha visto en esta primera parte, no hay un patrón único que explique la ubicación
de las guerrillas, éstas han variado su condición de guerrillas rurales con influencia
exclusiva en zonas periféricas, convirtiéndose en organizaciones que pretenden consolidar
su influencia en amplias zonas del territorio nacional incluso urbanas, y para ello han
aplicado una estrategia que articula circunstancias económicas, políticas y militares. La
guerrilla de hoy ha cambiado su manera de buscar el poder, sus formas de accionar
militarmente, de movilizar sectores sociales y de conseguir las finanzas para subsistir como
organizaciones armadas. La estrategia que ha puesto en práctica, que consiste en haber
transfo rmando buena parte del territorio nacional en teatro de la confrontación armada, le
permite dispersar y disminuir la contundencia en la acción contra- insurgente de las FF.AA.
La nueva geografía del conflicto armado, refleja con claridad como la guerrilla se extiende
de manera cada vez más evidente hacia las zonas que le representan ventajas estratégicas en
la confrontación.

Evolución de la presencia municipal de la guerrilla


Con el propósito de identificar las principales tendencia en el proceso de crecimiento de la
insurgencia sobre el territorio nacional, la información disponible sobre presencia de la
guerrilla se contrastará con la tipología municipal del DANE según estructuras y tipos de
desarrollo. La clasificación distingue entre los municipios perte necientes a las estructuras
urbana y rural. En segundo lugar profundiza en la caracterización urbano y rural a través de
diferentes tipos municipales. Esto significa que dentro de cada uno de los tipos definidos,
existe una cierta homogeneidad entre los municipios en los aspectos relevantes del
desarrollo municipal, mientras se considera que existen diferencias significativas entre
municipios de distinto tipo.

Al comparar la presencia de las organizaciones armadas en 1985 (Sarmiento 1991) con la


presencia mas reciente, se descubre que (173) municipios registraban algún tipo de
actividad en el pasado, mientras que en 1995 ésta se manifiesta en (622). 12

12 La presencia de la guerrilla ha sido determinada a través del monitoreo que a nivel municipal realiza la
Consejería Presidencial para la Paz. Esta presencia no revela control territorial, da cuenta más bien de los
municipios donde la guerrilla se manifiesta a través de algún tipo de actividad armada, que sólo en una tercera
parte (200 municipios) ha sido sostenida. De otra parte, ésta información tiende a coincidir con los resultados
del Censo Nacional de Personerías realizado por la Procuraduría General de la Nación en el último semestre
de 1993, donde la mitad de los municipios colombianos registran presencia guerrillera.

14
EVOLUCION DE LA PRESENCIA MUNICIPAL DE LA GUERRILLA EN LA ULTIMA DECADA, SEGUN
ESTRUCTURAS Y TIPOS DE DESARROLLO

ESTRUCTURA URBANA
Capitale de departamento
Ciudades Secundarias
ESTRUCTURA AGRICULTURA COMERCIAL
Con Predominio de Población Urbana
Con Predominio de Población Rural
ESTRUCTURA DE CAMPESINADO ACOMODADO
Campesinado Cafetero
Campesinado no Cafetero
ESTRUCTURA DE COLONIZACION
Colonización Interna
Colonización de Frontera
ESTRUCTURA RURAL ATRASADA
Periferia Rural Marginal
Latifundio Ganadero y Agrícola Litoral Caribe
Minifundio Litoral Caribe
Minifundio Andino
0.00 10.00 20.00 30.00 40.00 50.00 60.00 70.00 80.00 90.00 100.00
1985 1995
(PORCENTAJE DE MUNICIPIOS CON PRESENCIA GUERRILLERA DENTRO DE CADA TIPO DE DESARROLLO )

GRAFICO 2

FUENTE: CONSEJERIA PARA LA PAZ

Los tipos municipales donde las organizaciones guerrilleras han incursionado con gran
fuerza en los últimos diez años son seis: 1) Los municipios de campesinado medio cafetero
donde la presencia de éstas organizaciones en 1985 se registraba en 2% de los municipios,
mientras que en 1995 llega al 53%. Estos municipios que se habían caracterizado por el
predominio de un campesinado medio estable y acomodado dedicado a las actividades de
producción de café, con la crisis albergan un sector endeudado y desesperado. La presencia
de inversiones del Fondo Nacional del Café ha generado una alta cobertura de servicios
básicos. La cosecha cafetera en estas zonas produce una alta inmigración de trabajadores de
regiones más pobres ocasionando alta densidad poblacional que no encuentra pleno
empleo. En promedio, 16% de la población se encuentra en la miseria. Corresponde a la
zona occidental de las cordilleras y valles interandinos.

2) Latifundio ganadero y agrícola del Litoral Caribe, donde la presencia guerrillera en 1985
se encontraba en 8% de los municipios y en 1995 alcanza 59%. Los municipios de este tipo
se caracterizan en su mayoría por ser ganaderos y en algunos sectores (valles del Cesar) se
practica la agricultura comercial intensiva; el promedio de habitantes por municipio es de
21.000, 43% vive en la cabecera; el índice de necesidades básicas insatisfechas es de los
más altos del país (79%); el 57% de las personas se encuentra en condiciones de miseria.

3) Agricultura comercial de tipo empresarial y alta población rural, donde la presencia


guerrillera se registraba diez años atrás en 13% de los municipios, en 1995 se extiende al
71%. Las características más importantes de estos municipios se encuentran en el
predominio de cultivos comerciales, en explotaciones agrícolas de tamaño grande; alta
proporción de trabajadores asalariados; alta proporción de población rural y presencia de
unidades de producción campesina; buena infraestructura vial y de servicios; municipios
integrados a los principales centros económicos del país; 19% de las personas se

15
encuentran en la miseria. La región geográfica corresponde a los Altiplanos y Valles
interandinos, zonas de los Llanos Orientales y de la Región Caribe.

4) Los municipios andinos de minifundio deprimido y estable, han experimentado un


ostensible incremento de la presencia de las organizaciones guerrilleras que en 1985
llegaba al 13% en ambos casos, mientras que en 1995 se registra en el 56% y el 53% en
cada uno de los tipos de municipios. Las características generales del minifundio deprimido
son: los predios menores de 5 Has. representan la mitad del total de predios; la mayoría de
las explotaciones agrícolas se encuentran en tierras de ladera, baja productividad y
especialmente para autoconsumo; cuatro de cada cinco personas viven en zonas rurales;
tres cuartas partes de la población se encuentran en la pobreza y la mitad presenta
condiciones de miseria y tendencia hacia la descomposición. Por otra parte, las
características generales del minifundio estable son: alta presencia de campesinado pobre,
pero que logra reproducir las condiciones básicas de subsistencia; el 64% de la población es
pobre; el 37% de los propietarios tienen predios menores a 5 Has. y el 36% de los predios
son superiores a las 50 Has; existe una alta presión sobre la tierra; el 20% de la población
ocupada es asalariada; los salarios agropecuarios son de los más bajos a nivel nacional.

5) En la estructura rural de campesinado medio no cafetero, la presencia guerrillera


afectaba en 1985 el 15% de los municipios, mientras que en 1995 llega al 58%. El
predominio del campesinado estable y acomodado es una de las características más
importantes. Las explotaciones agrícolas son de tamaño medio, son zonas de producción
campesina media para el mercado. Cuentan con infraestructura vial con acceso a los centros
de mercado; el 46.1% de las personas tienen necesidades básicas insatisfechas y una cuarta
parte de la población se enfrenta a condiciones de miseria. Las regiones geográficas
corresponden a las Cordilleras Andinas y los Valles Interandinos.

6) En los municipios que pertenecen a la estructura urbana, también se ha incremento la


presencia de organizaciones guerrilleras. La estructura urbana está conformada por una
parte, por ciudades que cumplen la función de ser centros de unidades espaciales
socioeconómicas menores y municipios pertenecientes a las áreas metropolitanas de los
grandes centros regionales. También incluye los municipios que cumplen la función de ser
centros administrativos, económicos y financieros con un radio de acción sub-regional y los
centros donde se concentra la actividad industrial y financiera, a la vez que imprimen
funcionalidad, cohesión y dependencia a amplias zonas geopolíticas. La fuerte incursión
guerrillera sobre los centro urbanos que se traduce en actividad armada en aumento, estaría
evidenciando -como hemos insistido- la puesta en marcha de planes estratégicos en la
expansión territorial de las organizaciones alzadas en armas. De hecho, no se compara el
efecto de la actividad guerrillera en los centros urbanos, con la situación de los municipios
rurales con deficiente presencia institucional donde la población se encuentra bajo presión
de las organizaciones armadas en forma permanente. Sin embargo, la creciente presencia de
la insurgencia en los centros urbanos, busca imprimirle al conflicto armado una dimensión
diferente haciendo que la tradicional subestimación de muchos sectores frente a su alcance
y efectos, cambie y se comience a ver no como un problema exclusivo de zonas rurales y
apartadas, sino más bien como una verdadera amenaza para la seguridad ciudadana y la
estabilidad económica y política de la nación.

16
La presencia de la guerrilla se ha incrementado en proporción menor que en los seis casos
mencionados anteriormente en tres tipos municipales: 1) En el minifundio de la Costa
Atlántica con 6.5% de los municipios afectados en 1985, pasó en 1995 a 26%. Estos
municipios son habitados por campesinos y pescadores que viven agrupados junto a ríos y
ciénagas. Se presentan frecuentes conflictos por la tierra, la población presenta los mayores
índices de pobreza y miseria, junto a una alta densidad poblacional.

2) En la periferia rural marginal, con 15% de los municipios con presencia guerrillera en
1985, en 1995 ésta se extendió. Estos municipios presentan escasas posibilidades de
desarrollar actividades agropecuarias. Las principales fuentes de ingreso son los bosques y
la pesca. En algunos se desarrollan actividades de ganadería extensiva y minería; así mismo
en algunos de estos municipios se encuentran comunidades indígenas. El promedio de
habitantes por municipio es cercano a 7.000; en su mayoría la población es rural (75%). Así
mismo, estos municipios presentan bajas tasas de crecimiento demográfico y la densidad es
de las más bajas de país; el 85% de la población es pobre y 41% viven en condiciones de
miseria; el 60% de los predios es superior a las 20 Has y presenta el menor porcentaje de
trabajadores asalariados. La región geográfica corresponde al litoral pacífico; la Amazonía;
subregiones de la Orinoquía; zonas del Guaviare, Vaupés, Casanare, Meta y Cauca.

3) En el conjunto de agricultura comercial de tipo empresarial con una alta población


urbana, mientras que en 1985, 25% de los municipios tenían presencia de grupos
guerrilleros, una década más tarde dicha presencia llega al 56%. Estos municipios
concentran el sector moderno de propietarios de tierra y capital, que cuentan con las
tecnologías y los recursos públicos para el desarrollo de las empresas agrícolas que
controlan. La población se encuentra principalmente en núcleos urbanos, prima el trabajo
asalariado y se estima en 18% la población que vive en la miseria. Las regiones
corresponden a los Altiplanos y Valles interandinos.

Finalmente, se registra expansión de la guerrilla proporcionalmente menor que en todos los


casos mencionados anteriormente en dos tipos municipales: 1) En las zonas de
colonización la guerrilla ejerce gran influencia y es así como la presencia guerrillera que en
1985 se registraba en 62% de los municipios de colonización interna, en 1995 se extiende
al 93%. En estas poblaciones se registran procesos cerrados de colonización debido a la
configuración de islas de tierras baldías. Estas zonas presentan algún grado de desarrollo de
la infraestructura vial que da acceso a los mercados, lo cual ha estimulado rápidos procesos
de concentración de la tierra. Tres de cada cuatro personas viven en zonas rurales. La mitad
de los predios son inferiores a las 20 Has; 29% de la superficie se concentra en predios
superiores a las 500 Has. Tres de cada cuatro personas son pobres y más de la mitad viven
en la miseria. Las regiones geográficas corresponden al Magdalena Medio, valles de los
Ríos Sinú y San Jorge, Bolsas de frontera interior en los departamentos de Antioquia,
Boyacá, Cundinamarca, Santander, Tolima y Cauca.

2) En las zonas de colonización de frontera, 44% de los municipios registraban presencia


guerrillera en 1985, mientras que en 1995 ésta se amplia al 81%. En los municipios de este
tipo se registran procesos activos de colonización, desarrollados por movimientos
migratorios generados por la violencia y la descomposición campesina en la región andina.
La carencia de infraestructura vial y de servicios, la poca disponibilidad de suelos para la

17
actividad agrícola, la baja productividad, la nula integración a los mercados nacionales o
regionales, unida a la precaria presencia del Estado, dificultan la vinculación del colono a la
tierra, conformándose así una economía parcelaria itinerante, que a la vez que ensancha la
frontera agrícola favorece el establecimiento del latifundio ganadero. Estos municipios
registran altos índices de inmigración, los predios mayores a las 20 Has. representan entre
65% y 89% de la superficie. El promedio de personas por municipio es menor de 10.000,
menos de la tercera parte de éstas en la cabecera. Tres cuartas partes de la población se
encuentran en la pobreza y 40% está en condiciones de miseria. Las regiones corresponden
al piedemonte Llanero y zonas de Caquetá, Guaviare, Putumayo, Meta y Casanare.

En general se puede afirmar, que los municipios en cuyo territorio la guerrilla se implantó
inicialmente vienen siendo “áreas de refugio”, los municipios en donde adquirió una
presencia significativa antes de 1985, aproximadamente, se han convertido en “áreas para
la captación de recursos” -aprovisionamiento logístico-; y los municipios donde busca
expandirse y consolidar su influencia se convierten en “áreas preferentes para la
confrontación armada”(Escobar 1995).

La constatación de que la guerrilla ha incrementado su presencia en un alto ritmo en


municipios con mayor grado de desarrollo y el énfasis puesto en los municipios con
predominio de agricultura comercial, estaría indicando todo un propósito estratégico. En
efecto, la geografía de la presencia guerrillera, así como los cambios estratégicos que
conlleva, implican que los efectos económicos no se localizan solamente en la periferia del
sistema económico sino que las actividades insurgentes están tocando ya los nervios
centrales de las actividades agropecuaria s en las áreas más modernas y dinámicas.

Por otra parte, el crecimiento de la guerrilla en el nivel urbano a un ritmo mucho mayor de
lo que crece a nivel global, como se ha visto, estaría evidenciando la existencia de un plan
de crecimiento y de consolida ción de la influencia política. Dicho plan sobreviene cuando
se han consolidado suficientes “zonas de contención” como para hacer imperativa la
construcción y consolidación de “zonas de expansión”. Este análisis se basa en el desarrollo
de la guerrilla salvadoreña donde ese cambio coincidió con la especialización del aparato
clandestino y a que las actividades económicas predadoras e intermitentes que
caracterizaron a la guerrilla de la primera etapa dan lugar a una actividad económica
continuada: la extors ión, el secuestro y el cobro de un “impuesto revolucionario”. 13

La identificación de los tipos municipales donde la guerrilla ha variado su presencia a un


ritmo mayor en los últimos diez años, permite confirmar una vez más que los altos niveles
de pobreza no generan en forma automática la presencia de la insurgencia como tantas
veces se ha argumentado en los enfoques que ponen el énfasis de la explicación en las
condiciones objetivas. La presencia guerrillera, está más asociada con factores económicos,
políticos y militares, que sin duda, coincide también con profundos desequilibrios sociales
propios de regiones con economías dinámicas que atraen migrantes y donde la distribución
del ingreso es inequitativa. En estas regiones no se ha podido establecer firmemente una

13 El tipo de racionalidad económica, las formas de financiación características de las diferentes


organizaciones guerrilleras según su estrategia y grado de organización son analizadas por R.T. NAYLOR
(1993).

18
base jurídica e institucional que establezca con claridad las reglas del juego, que terminan
siendo impuestas por las organizaciones armadas al margen de la ley.

El crecimiento sostenido y acelerado de la guerrilla en los últimos diez años, de acuerdo


con un acertado análisis, (Rangel 1996 c) ha tenido como elementos propulsores esenciales
unas definiciones estratégicas en lo militar, en lo político y en lo económico, cuya
implementación y articulación ha orientado sus líneas de expansión y sin duda, ha
contribuido fundamentalmente a lograr los impresionantes avances de la última década. Es
así como en lo militar, la definición de áreas de despliegue estratégico y el desarrollo de
campañas con objetivos específicos; en lo económico, la estructuración de planes de
finanzas, de metas por frentes y, sobre todo, la explotación de las actividades económicas y
las áreas de mayor potencial por medio de una gran creatividad y flexibilidad para sustraer
parte del excedente económico; y finalmente, en lo político, la apelación metódica y
sistemática al recurso del terror combinada con un cabal aprovechamiento de las
inequidades sociales, de los desequilibrios regionales, del desempleo juvenil rural y de la
precariedad del Estado, sobre todo en su potencial coercitivo y de justicia, para ganar
apoyos forzados y voluntarios.”

2. FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LA EXPANSION GUERRILLERA


Como se observó al comienzo, la aparición reciente de nuevos frentes guerrilleros se
produce primordialmente en las regiones donde se genera buena parte de la riqueza
nacional, donde las condiciones climáticas les permiten promover y beneficiarse de los
cultivos ilícitos y donde su presencia les concede claras ventajas en la confrontación
armada. Por lo tanto, la lógica que prima en la conquista de nuevos territorios no
necesariamente está en relación directa con la situación social de sus pobladores, sino más
bien con el potencial estratégico que ofrecen. 14

Si se analizan regionalmente las tendencias de expansión descritas anterio rmente, que dan
cuenta de la presencia geográfica de la guerrilla sobre el territorio nacional, se descubre una
significativa correspondencia entre dicha presencia y las zonas de alto potencial
económico. La presencia guerrillera tiende a coincidir también con las zonas donde los
mecanismos de justicia se encuentran totalmente rezagados por la naturaleza de los
procesos de poblamiento que se han dado de manera no planeada evidenciando enormes
desequilibrios en el desarrollo regional del país. Estas zonas presentan características
adicionales a su alto potencial económico que arraigan la presencia guerrillera y explican la
intensidad de la violencia: 1) Atraen numerosos migrantes y la distribución de ingresos es
muy desigual; 2) La brutalidad de las bonanzas locales conduce a inversiones anárquicas;

14 En muchos casos existe coincidencia entre las ventajas económicas y estratégicas derivadas de la
localización de la guerrilla en una determinada zona. En las áreas mineras, por ejemplo, la guerrilla obtiene
importantes recursos para el financiamiento de sus operaciones, pero adicionalmente con las frecuentes
acciones de sabotaje contra la infraestructura obliga a alrededor del 30% de la fuerza disponible para la lucha
contra -insurgente a concentrarse de manera exc lusiva en la tarea de brindar protección al sector minero,
disminuyendo de manera considerable la iniciativa y capacidad de respuesta frente a otros movimientos de la
guerrilla.

19
3) Como las zonas donde tuvieron origen las guerrillas, estas se escapan a las instituciones
estatales y tienen infraestructura insuficiente (Pécaut 1997).

Como se observa en la serie de mapas 10, 11, 12 y 13, la presencia guerrillera coincide con
la explotación del carbón en el departamento de Cesar, la ganadería en los departamentos
de Córdoba, Cesar Magdalena, Bolívar y Sucre, y la agricultura comercial en los
departamentos de Magdalena y Cesar. Hacia la región nor-oriental, en los departamentos de
Santander, Arauca, y Casanare, la guerrilla se encuentra en las zonas de explotación
petrolera donde aplica la "vacuna" a las compañías contratistas y desvía las regalías a su
favor. En la región nor-occidental la gue rrilla se sitúa en la rica zona aurífera del Bajo
Cauca Antioqueño y sur del departamento de Bolívar donde ha fijado el pago de un
impuesto a los productores de oro y administra sus propias minas; en esta región
adicionalmente supervisa a las compañías de transporte fluvial. Hacia la región de Urabá su
presencia coincide con el rico enclave bananero. En el sur del país la presencia guerrillera
es alta coincidiendo con el desarrollo de cultivos ilícitos, en los departamentos de Nariño,
Putumayo, Huila, Cauca y Tolima, Caquetá y Guaviare.

La guerrilla en estas regiones, a través del cobro de dinero a los productores y traficantes de
coca, marihuana y amapola, la extorsión y el secuestro a las compañías mineras y
petroleras, a los ganaderos y agricultores entre otros y el desvío de los dineros de las
regalías, transfiere importantes recursos económicos que en la primera mitad de la presente
década representan en promedio por año cerca de un punto del PIB de la nación, como lo
indica el cuadro que se presenta a continuación.

CUADRO 1
FUENTES DE FINANCIAMIENTO promedio anual %
DE LA GUERRILLA 1991-1995*
CULTIVOS ILICITOS (producción, 187,868,000,000 41.97%
seguridad y gramaje)
SECUESTRO 97,891,600,000 21.87%
EXTORSION SECTOR MINERO (petróleo, 74,537,381,008 16.65%
oro y carbón)
EXTORSION GANADEROS Y 39,607,528,096 8.85%
AGRICULTORES
EXTORSION CONTRATISTAS, 28,361,720,640 6.34%
TRANSPORTE Y COMERCIO
DESVIO DE DINEROS OFICIALES Y 19,321,079,584 4.32%
REGALIAS
TOTAL 447,587,309,328 100.00%
Fuente: Consejería Presidencial para la Defensa y Seguridad Nacional, Departamento
Nacional de Planeación y cálculos
del autor.
*La información se presenta en pesos de 1995.

20
Ha sido justamente en la obtención de recursos económicos donde las prácticas de la
guerrilla y de la delincuencia común se han confundido. Es así como el robo de ganado,
que fuera combatido por la guerrilla en las zonas bajo su influencia, ha aparecido
recientemente como una de sus practicas más recurrentes para forzar el pago de las
extorsione s por parte de los finqueros. Es sabido también como por ejemplo las bandas de
delincuentes comunes se encargan de secuestrar a las personas en las ciudades a cambio de
un porcentaje del rescate, mientras la guerrilla se encarga del cautiverio en zonas rurales y
de negociar el rescate. En algunos casos, las organizaciones guerrilleras han logrado acceso
a los recursos públicos de las administraciones locales y departamentales, en ocasiones
mediante acuerdos con funcionarios corruptos. Por otra parte, parale lamente con el auge en
la exploración de campos petroleros y mineros, la guerrilla ha identificado como objetivo
de sus extorsiones a las compañías subcontratistas de este sector de la economía. 15

Si bien las estimaciones económicas sobre las fuentes de financiamiento que se presentan
en el cuadro 1, constituyen sin lugar a duda un costo directo para la economía nacional, los
costos económicos indirectos del conflicto armado pueden ser mucho más elevados. En
efecto, el impacto de la inseguridad y de la violencia en el sector agropecuario, que ha sido
tradicionalmente el mas afectado por la guerrilla, son sobretodo indirectos y afectan
negativamente la administración, la gestión, la inversión y el precio de la tierra en sub -
sectores como la ganadería y la agricultura comercial. El impacto sobre el conjunto del
sector se estima para 1995 en 32.69 del PIB agropecuario. 16

El fortalecimiento económico derivado del auge de los cultivos ilícitos y el surgimiento


permanente de nuevas zonas de economía de enclave, jue gan un papel decisivo en la
multiplicación de los frentes guerrilleros. Como se ha visto, el reciente boom en la
producción de amapola ha sido uno de los factores determinantes de la expansión de las
FARC hacia los municipios de minifundio deprimido y estable de la región andina y hacia
los municipios donde predomina el campesinado medio cafetero y no cafetero. Así mismo,
la expansión del ELN hacia municipios del tipo colonización de frontera, corresponde con
el auge reciente de la actividad petrolera en el departamento de Casanare. En estas zonas,
como se anotó anteriormente, se presentan características adicionales a la obtención de
importantes recursos económicos que explican la presencia guerrillera y el surgimiento de
apoyos sociales a la "causa insurgente".

Es claro cómo, contando con importantes recursos económicos a partir de los inicios de la
década del ochenta, las FARC y el ELN entraron en un proceso de reorganización basado
en el desdoblamiento de sus frentes que tuvo como objetivo primordial amp liar su área de
influencia hacia zonas con mayor potencial económico, que las tradicionales regiones de

15 Presidencia de la República, "Seguridad para la gente", Segunda fase de la Estrategia Nacional contra la
Violencia. (1993)
16 El estudio de la Universidad Externado de Colombia-FONADE (1997), llama la atención sobre cómo si
bien desde el punto de vista económico las manifestaciones de la violencia guerrillera recaen
fundamentalmente en el sector agropecuario, en el conjunto de la sociedad colombiana y pese a que es fácil
inferir que los efectos económicos son considerables y tienden a producirse en otros sectores, el hecho es que
tales efectos no parecieran existir como problema ni entre los violentólogos, ni entre los investigadores
económicos.

21
colonización. Como se ilustró en el gráfico 1, los frentes de las FARC, que en 1982 eran
15, en 1995 son 65. Por su parte el ELN que en 1982 contaba con 3 frentes, registra desde
1986 un ininterrumpido crecimiento que en 1995 se expresa en 35 frentes.

La obtención de recursos económicos, que ha hecho posible la expansión guerrillera hacia


nuevos territorios, afecta la imagen de las organizaciones alzadas en armas que en amplios
sectores de la población se reconocen más por sus prácticas bandoleriles que por sus
objetivos políticos. Esta particularidad en la estrategia aplicada para financiar la expansión
de la insurgencia colombiana, dificulta el establecimiento de una clara analogía con los
factores de localización que primaron, por ejemplo, en la guerrilla salvadoreña. En el
FMLN, los motivos económicos estuvieron siempre subordinados a los políticos y
militares. Las decisiones en cuanto a los territorio s a los cuales se expandió no estuvieron
determinadas por la clase de recursos que se esperaba obtener de ellos. Por el contrario, los
aspectos logísticos y la actividad económica desarrollada -que evitó exacerbar a la
población o incurrir en actividades que le restaran legitimidad- dependieron del grado de
control militar y político sobre el territorio (Naylor 1993).

3. LA VIOLENCIA EN LA EXPANSION TERRITORIAL DE LA GUERRILLA


Existe en el país una correspondencia muy significativa entre los altos niveles de violencia
y la presencia de organizaciones armadas ilegales. Si se analizan los (342) municipios que
entre 1993 y 1995 registraron las mayores tasas de asesinato y/o de secuestro y/o elevada
intensidad del conflicto armado (ver mapa 14), se descubre que en (284), es decir en 83%
de estos municipios, se encuentra presente la guerrilla.

Es importante precisar que en (99) de los municipios críticos con presencia guerrillera, la
violencia se manifiesta de manera exclusiva en la elevada intensidad del conflicto armado,
mientras que (93) además de encontrarse afectados por la intensa actividad guerrillera
también presentan elevado índice de secuestros y/o asesinatos. En los restantes (92) con
presencia guerrillera, se registran altas tasas de secuestro y /o asesinato sin que las acciones
propias del conflicto armado sean significativas. Sin presencia guerrillera, (58) municipios
se vieron afectados por los elevados indicadores de secuestro y/o asesinato entre 1993 y
1995.

22
MAPA 14
COLOMBIA: MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE VIOLENCIA
(1993-1995)

De acuerdo con la información disponible,17 las organizaciones paramilitares, de justicia


privada y al servicio del narcotráfico, se encuentran presentes en (152) de los (342)
municipios que entre 1993 y 1995 registraron altos índices de violencia. La relación mas
fuerte se establece con los municipios afectados por la elevada intensidad del conflicto
armado guerrillero, de los cuales (112) es decir 58% registran presencia paramilitar. En
segundo lugar (77) de los municipios con elevadas tasas de secuestro, que representan el

17 Presidencia de la República, Estadísticas Generales sobre Violencia en Colombia (1988-1996); Censo


Nacional de Personerías, realizado por la Procuraduría General de la Nación (1993); Observatorio del
Narcotráfico del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional
(1994); y Alejandro Reyes, "Identificación de municipios para reforma agraria en zonas de violencia"(1992) y
"La compra de tierras por narcotraficantes" (1995).

23
50% ,cuentan con la presencia de estos actores de violencia. Los municipios críticos por
tener elevado índice de asesinatos y presencia de organizaciones armadas no guerrilleras
son (54) que representan el 40% de los afectados.

De aquí se podría inferir que dada la elevada correspondencia entre municipios con altos
índices de violencia y presencia de actores armados ilegales, su sola presencia parece ser
suficiente para desencadenar y exacerbar procesos violentos. En efecto, como afirma
Daniel Pécaut , la violencia es en este momento una situación generalizada, en la cual los
fenómenos interactúan y se relacionan. En este sentido la violencia puesta en práctica por
los protagonistas organizados constituye el marco en el que se desarrolla la violencia
desorganizada. No se puede ignorar, de otro lado, que la violencia desorganizada
contribuye a ampliar el campo de la violencia organizada. La una y la otra se refuerzan
mutuamente (Pécaut 1997).

A continuación se intentará mostrar, la existencia en el país de una relación muy estrecha


entre la expansión de los grupos insurgentes hacia nuevas regiones y el incremento de la
violencia, que deja con poco piso las consideraciones corrientes acerca de la irrelevancia de
la violencia asociada a la guerrilla. En esta línea de análisis ya se comienzan a producir los
primeros estudios; uno de los más recientes logró determinar que en el ámbito rural la
guerrilla es el principal agente de violencia con el 34.5%; le siguen la delincuencia común
con el 32.6%, los paramilitares con el 13.7%, y el narcotráfico con el 11.6% (Escobar
1997).

La información estadística que se presenta en el gráfico 3, permite apreciar cambios muy


significativos en el accionar de la insurgencia a partir de los primeros años de la presente
década, que ponen al descubierto la enorme capacidad ofensiva con que cuenta en el
presente. Las acciones propias de la confrontación como los contactos armados, los
hostigamientos y el número de bajas en ambos bandos, así como los sabotajes a la
infraestruc tura económica aumentan ostensiblemente su participación en el conjunto de
acciones armadas, mientras que las acciones típicas de financiamiento (asaltos a
poblaciones, a entidades y a vehículos de transporte) disminuyen la suya. Estos cambios
expresan la mayor capacidad militar con que cuentan hoy los grupos guerrilleros que los
convierte en verdaderas máquinas de guerra, que han logrado diversificar las prácticas de
financiamiento que como ya se vio, hoy dependen en alto grado del secuestro, de la
extorsión y de las actividades relacionadas con la producción de drogas. 18

GRAFICO 3

18 Este reto en acenso, hace que el Estado dirija recursos económicos y humanos cada vez mayores hacia la
lucha contra la guerrilla, descuidando aspectos importantes de la seguridad que explicarían en buena parte las
grandes deficiencias en el control del crimen común.

24
GRAFICO COMPARATIVO DE LA INTENSIDAD DE LAS ACCIONES MAS RECURRENTES EN EL
CONFLICTO ARMADO. (1985-1990 Y 1991-1996)

ASALTOS A POBLACIONES
ASALTOS A ENTIDADES
ATAQUES A INSTALACIONES
PIRATERIA TERRESTRE
EMBOSCADAS
HOSTIGAMIENTOS
ACTOS DE SABOTAJE
CONTACTOS FF.AA. GUERRILLA
GUERRILLEROS MUERTOS
MIEMBROS FF.AA. MUERTOS
ASESINATOS DE CIVILES
SECUESTROS DE CIVILES
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500 5000

1985-1990 1991-1995

FUENTE: CONSEJERIA PARA LA PAZ

Como se aprecia en los mapas 15, 16 y 17, en todos los departamentos, excepto en Caldas,
Caquetá, Meta, Huila y Córdoba, la población rural expuesta al accionar armado de la
guerrilla y al efecto de intimidación que éste produce, aumentó entre 1987 y 1995. Los
casos mas graves, donde la población rural bajo presión de la guerrilla en 1995 excede el
50% son: Arauca, Caquetá, Casanare, Cesar, Guaviare, Norte de Santander, Putumayo y
Santander. 19

Por otra parte, la relación entre la presencia de la guerrilla y los elevados índices de
secuestro es muy estrecha como se puede inferir de la comparación de los mapas 16 y 17
con el mapa 19 20. En efecto, en departamentos como Arauca, Caquetá, Casanare, Cesar y
Norte de Santander donde la población rural bajo presión de la guerrilla en 1995 supera el
50%, las tasas de secuestro por cada cien mil habitantes se encuentran por encima de la tasa
promedio naciona l y en algunos casos corresponden a las mas elevadas a nivel nacional.

19 El porcentaje de población bajo presión de la guerrilla a nivel departamental se calculó tomando el número
de habitantes de las áreas rurales , que resultan mas afectados por la presencia armada de la guerrilla, en los
municipios con mayor actividad de la insurgencia, sobre el total de la población rural del departamento. Las
estimaciones a nivel nacional indican que el 32% de la población rural y el 8.5% de la del país se encuentra
bajo presión de la guerrilla. Presidencia de la República, Estadísticas Generales sobre Violencia en Colombia
(1987-1996)
20 La serie de mapas que se presenta a continuación fueron construidos con base en las cifras de criminalidad
reportadas por la Policía Nacional en el Anuario Estadístico de 1995.

25
Por otra parte, en los departamentos donde la insurgencia ha incrementado de manera
ostensible su presencia entre 1987 y 1995, los índices de secuestro también han aumentado.
Es así como, la tasa de secuestro ha sufrido incrementos considerables a partir de 1987 y se
colocan en 1995 por encima del promedio nacional, en Guajira, Cesar, Magdalena, Norte
de Santander, Nariño, Cauca, Tolima, Huila, Casanare y Antioquia. En todos estos casos, el
incremento del secuestro se produce de manera paralela con el avance de la guerrilla,
aportando una prueba más de como la incursión de la insurgencia en nuevos territorios va
acompañada del deterioro de la seguridad.

En los últimos tres años, como se puede observar en el cuadro 2, la guerrilla incrementó los
secuestros. Las principales víctimas son ganaderos y agricultores seguidos por los
comerciantes. La guerrilla recurre al secuestro en procura del fortalecimiento de sus
finanzas. En efecto, los ingresos de las guerrilla por concepto de secuestro en 1995
representan alrededor del 35%, constituyendo en la segunda fuente de recursos después del
narcotráfico que representa el 54% en caso de las FARC y de la extorsión al sector minero
con una participación del 53% en las finanzas del ELN. El secuestro, fuera de constituir
una de las principales fuentes de financiamiento a la que acude la guerrilla, también se
utiliza para atemorizar y de esta forma abrir paso al cobro regular de la extorsión a
ganaderos, agricultores, comerciantes, empresarios y contratistas en las regiones donde
incursiona por vez primera.

El mapa 20 muestra desde otra perspectiva, cómo en los departamentos donde la población
bajo presión de la guerrilla ha aumentado en una alta proporción, los índices de delitos
contra el patrimonio en zonas rurales en general también se incrementan. En los casos de
Atlántico, Guainía, Guajira, Bolívar, Norte de Santander, Amazonas y Vichada no solo se
aprecia el incremento de la tasa de delitos contra el patrimonio en el área rural, sino que
ésta en el último año supera la tasa promedio nacional. La fuerte relación entre la incursión
reciente de la guerrilla y el aumento de delitos como el robo y el atraco en sus diferentes
modalidades, estaría evidenc iando cómo efectivamente las prácticas asociadas a la
presencia guerrillera constituyen el marco en el que se desarrolla la delincuencia común
que terminan reforzándose mutuamente. En este sentido, se tiene conocimiento, de como
por ejemplo, algunas personas deciden unirse a las organizaciones insurgentes como una
forma de tener acceso a sus prácticas delictivas, y también de como conviven en zonas bajo
su influencia con bandas de delincuentes que actúan utilizando procedimientos típicos de la
guerrilla a sabiendas de la intimidación que éstas desencadenan. Como ya se vio, la
guerrilla por su parte, encomienda a la delincuencia común la realización de acciones que
puedan contribuir a deteriorar su imagen.

Toda esta evidencia sugiere que la guerrilla colomb iana en pleno proceso de expansión, no
garantiza el "orden", al contrario de lo que plantean los enfoques tradicionales al describir
el rol jugado por los grupos alzados en armas en las zonas de vieja influencia. De acuerdo
con estos enfoques, el vacío que deja el Estado en la represión del delito y en la mediación
de los conflictos, es llenado por la guerrilla que actúa como juez, conciliador y policía,
haciendo que la población reclame su presencia.

El avance de la guerrilla y el incremento inherente de las manifestaciones de violencia, se


tornan aún más graves con la proliferación de grupos armados ilegales de variada

26
naturaleza y origen que actuando para neutralizar la acción de los primeros, contribuyen de
manera significativa a intensificar la violenc ia. El mapa 18, muestra como las muertes
violentas atribuidas a paramilitares, organizaciones de justicia privada y la guerrilla
registran los índices mas elevados en Casanare, Cesar, Antioquia, Guajira y Norte de
Santander; en todos estos departamentos la guerrilla ha incursionado con fuerza. En
Caquetá, Meta, Arauca y Santander, donde la presencia guerrillera tradicionalmente ha sido
elevada, las tasas de asesinato superan el promedio nacional. La importancia estratégica
que zonas como el Urabá, el Magdalena Medio o el Piedemonte Casanareño representan
para los diferentes actores armados en competencia, ha hecho que en el afán por consolidar
su dominio territorial, la población civil haya sido convertida en objetivo militar, dando una
clara muestra del niv el de degradación que alcanza el conflicto interno en la actualidad.

El mapa 21, que representa los índices de delitos contra la vida y la integridad personal en
zonas rurales, muestra como en general éste es elevado en aquellos departamentos donde la
presencia guerrillera es alta, donde ha aumentado la población rural bajo presión y
adicionalmente se reconoce la presencia paramilitar. Es así como la expansión territorial de
la guerrilla y el surgimiento de organizaciones paramilitares coinciden con altos índices de
violencia en los departamentos de Cesar, Guajira, Magdalena, Casanare, Tolima y Sucre.
En Quindio, Risaralda, Caldas y Valle la violencia parece tener, más que con la guerrilla,
una estrecha conexión con las actividades de narcotráfico que desde aquí coordina el
acopio y la exportación de cocaína y heroína producida en el sur del país. En Risaralda y
Quindio adicionalmente se ha instituido la acción de los de grupos de justicia privada, ante
un fenómeno creciente de delincuencia que desborda la capacidad de las autoridades para
controlarlo.

Por otra parte, resulta bastante alta la convergencia entre las áreas de influencia histórica de
la guerrilla y las poblaciones que en el presente manifiestan simpatía por los grupos alzados
en armas. De esta forma se estaría evidenciando que la fuerte expansión territorial de la
guerrilla, registrada en los últimos años, no guarda relación con su potencial político ni
electoral, que incluso ha decaído de manera ostensible en la zonas tradicionalmente bajo su
influencia. La expansión territorial de la guerrilla no se traduce en un mayor poder de
convocatoria, sino mas bien en el incremento de su capacidad de intimidación para así
aumentar su influencia a nivel local.

A través la de intimidación la guerrilla elige alcaldes y concejales, determina a quienes


deben favorecer los nombramientos, los contratos, las inversiones físicas, los programas
sociales, etc. La presión de la guerrilla se manifiesta en asesinatos, secuestros y amenazas
que recaen en dirigentes políticos, candidatos, alcaldes, concejales y funcionarios. Los
municipios donde la guerrilla busca ampliar su poder a través de la intimidación,
pertenecen a las zonas donde la incursión guerrillera se ha producido en forma
relativamente reciente (de 1985 en adelante), y en su mayoría coinciden con los patrones de
expansión ya identificados.

Se vislumbra en este sentido la "salvadorización" del conflicto colombiano, respecto de la


conversión creciente de los alcaldes en objetivos militares, en la perspectiva de consolidar

27
poder en las zonas estratégicas, procedimiento este que empezó en El Salvador a mediados
de los ochenta y que escaló y degrado de manera terrible el conflicto.21

El número de municipios intimidados por la guerrilla, los grupos paramilitares y el


narcotráfico, pasa de doscientos. La aterradora estadística se desprende de los reportes de
asesinato, secuestro y amenazas puestas en conocimiento de las autoridades y las denuncias
diarias que recibe la Federación Colombiana de Municipios.22 El mayor número de
localidades afectadas se encuentra en las zonas que han registrado en los últimos diez años
una fuerte expansión de la guerrilla así como el surgimiento de los grupos que se le oponen.
A nivel local estas organizaciones actúan como redes de poder, que manejan instrumentos
de fuerza y son capaces de imponer su control sobre la población a través de la
intimidación reemplazando los lazos de solidaridad colectiva por la desconfianza mutua
que se manifiesta en la ley del silencio y en la incomunicación a partir de lo cual es
imposible construir comunidad y propiciar el desarrollo (Pécaut 1997). 23

Las zonas geográficas donde la guerrilla a través de la intimidación busca el poder son las
de interés estratégico, cercanas a las capitales, neurálgicas para las comunicaciones y los
intercambios comerciales entre regiones, donde se localizan las actividades petroleras,
mineras y agropecuarias. Así mismo, las presiones se manifiestan en departamentos del sur-
occidente del país, como en el caso de Nariño do nde la guerrilla ha registrado una fuerte
incursión, atraída por el auge de los cultivos ilícitos y su ubicación estratégica para el
tráfico de armas, municiones y explosivos.

CONCLUSIONES
A la luz de todo lo dicho, se podría concluir que la dimensión y el alcance que hoy tiene la
geografía de la presencia guerrillera no se puede explicar solo por la existencia de
condiciones objetivas que se presentan en las zonas rurales y marginales. No son las
condiciones objetivas las que determinan necesariamente la presencia de la guerrilla sobre
el territorio, sino más bien las decisiones conscientes que ha tomado con el propósito de
continuar avanzando. Como se ha visto, la presencia de los alzados en armas, está asociada
en el presente con factores económicos, políticos y militares, que sin duda coinciden
también con profundos desequilibrios sociales propios de regiones con economías
dinámicas que atraen migrantes y donde la distribución del ingreso es inequitativa.

En cuanto a la violencia, es importante poner de presente que la contribución de la guerrilla


puede ser mayor a la que revelan las cifras disponibles. Así lo sugiere la estrecha relación

21 Jesús A. Bejarano (1996 b), presenta una dimensión mas precisa de esta posibilidad estableciendo un
contraste con El Salvador. Allí la confrontación armada trastornó de manera directa todas las actividades sin
excepción y los efectos sobre el crecimiento para el conjunto de la economía y no solamente para los sectores
rurales, fueron severos.
22 Un informe publicado por la revista Semana No. 785 de mayo de 1997, afirma que 141 localidades son
consideradas por los organismos de seguridad del Estado como puntos críticos para el desarrollo de los
comicios electorales de octubre de 1997 por las continuas amenazas de los grupos guerrilleros y paramilitares
contra los candidatos a las alcaldías y concejos.
23 El estudio de Andrés Peñate (1991), muestra cierta continuidad entre las tradicionales formas de dominio
partidista, que comportaba una buena dosis de violencia, y las actuales formas de dominio establecidas por las
guerrillas, caracterizadas por el uso abierto y sin reserva del terror para imponer su control.

28
existente entre la expansión de la insurgencia hacia nuevos territorios y el deterioro general
de la seguridad en estas zonas. Adicionalmente, la guerrilla y las organizaciones armadas
que se le oponen han identificado con claridad el uso recurrente de la violencia como el
medio más exitoso para incrementar su poder en el ámbito rural. De tal suerte, en muchos
casos las zonas rurales resultan proporcionalmente más afectadas por el accionar de
organizaciones armadas de variada naturaleza y origen que manejan instrumentos de fuerza
e imponen su control sobre la población a través de la violencia. En este sentido, el desafío
de la inseguridad no es necesariamente mayor en los centros urbanos, como se afirma en las
hipótesis corrientes, así como también es importante insistir en que la posibilidad de que la
violencia guerrillera afecte la seguridad ciudadana no es remota como lo demuestran las
tendencias observadas.

En la actualidad la guerrilla se encuentra empeñada en rodear los centros político-


administrativos mas importantes del país y demostrar acción sostenida en zonas petroleras,
mineras, agropecuarias, fronterizas y ne urálgicas para las comunicaciones. Este
comportamiento lejos de corresponder a la lógica de bandoleros o de narcotraficantes,
aproxima a la guerrilla colombiana a una fuerza armada que a través del desarrollo de sus
planes estratégicos construye condiciones ventajosas para el momento de negociar su
acceso al poder, que constituye en últimas su objetivo central.

En esta perspectiva, es urgente que el Estado adopte una estrategia de seguridad congruente
con la dimensión actual y el alcance hacia el futuro de la amenaza guerrillera. Así mismo,
se requiere que la sociedad colombiana -incluyendo a los sectores urbanos que por no haber
sido aún afectados permanecen indiferentes- asuma de una vez por todas una actitud firme
que impida el escalamiento del conflicto y contribuya a abrirle camino a la solución
negociada basada en una agenda sustentada en los acuerdos que deben darse para que sea
realmente viable.

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