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Siguiendo con el análisis, vemos que en el caso de la viga que estamos analizando, los
valores "ΔV" disminuyen desde el borde hacia el centro donde se hacen nulo, lo cual nos
lleva a concluir que en este caso el esfuerzo de corte es máximo en los apoyos y nulo en el
centro de la viga, coincidente con el valor máximo de momento flector.
Observando los cubos esquematizados en los cortes vemos que se deforman tomando
forma de paralelogramo, para lo cual una diagonal del cubo se acorta y otra se alarga.
Ahora, si analizamos la misma viga, paro en lugar de cortarla en rebanadas verticales, la
cortamos en forma horizontal, asimilamos cada sector a vigas superpuestas que al
deformarse, se deslizan entre sí.
En éste caso vemos también que las deformaciones de los cubos analizados se deforman
más en los extremos cerca de los apoyos y menos hacia el centro donde se hacen nulos,
manteniendo el cubo su forma original.
Extraemos los cubos para analizar estrictamente el fenómeno: las tensiones de corte
verticales, que actúan en las caras opuestas de cada cubo, generan un par de fuerzas
formando una cupla que trata de hacer girar el cubo, para impedirlo y mantener el equilibrio,
se origina otra cupla reactiva formada por un par de tensiones horizontales "ζH", que son las
tensiones horizontales rasantes o de resbalamiento, siendo "ζH" igual "ζv" en magnitud.
Además, en cada cara los "ζH" y "ζv" tiene igual magnitud, por estar las caras muy
próximas
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Hallando las resultantes de las tensiones ζH y ζv que concurren a cada uno de los vértices
del cubo tendremos las diagonales del cubo: una traccionada y la otra comprimida, tal como
lo vimos en la viga rebanada vertical y horizontalmente, éstas resultantes son las tensiones
principales de tracción y compresión.
Podemos ver el fenómeno en forma análoga (analizando internamente en la viga de
hormigón armado las trayectorias de las isostáticas de tensiones de compresión y tracción
cuando el hormigón no está fisurado (según figura 4).
Vemos que las isostáticas de tracción se cortan a 90º con las isostáticas de compresión, y
que en ambos casos al llegar a la zona del eje neutro, lo cortan a 45º, conformando así las
direcciones de máxima solicitación de las tensiones principales de tracción y compresión.
Además vemos que a medida que se alejan del eje neutro, la inclinación de las isostáticas
o direcciones principales van variando hasta hacerse horizontales en la parte central, o sea
normales a la sección, concentrándose en la parte superior las de compresión y en la inferior
las de tracción, recordando que allí el momento flector es máximo y el corte nulo.
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Dijimos que las tensiones principales (en la dirección de las diagonales) son resultantes de
las tensiones tangenciales ζH y ζv.
La fuerza de tracción varía de "T" a "T + dT" entre la sección "a" y "b", y la resultante de
compresión del valor "C" en la sección "a" se incrementa a "C + dC" en la sección "b".
Si cortáramos la viga por el eje neutro y tomamos la porción de viga entre "a" y "b" por
debajo y analizamos sólo la parte traccionada, para que permanezca en equilibrio, en el plano
del eje neutro aparecerá una fuerza que represente a la sección comprimida eliminada, que
será igual a la tensión unitaria de corte "τ" por el valor de la sección donde está aplicada (b x
dx).
La ecuación de equilibrio será:
𝑻 + 𝒅𝑻 − 𝑻 = 𝑯 (𝒆𝒄𝒖𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝒆𝒒𝒖𝒊𝒍𝒊𝒃𝒓𝒊𝒐)
𝑻 + 𝝉 ∗ 𝒅𝒙 ∗ 𝒃 = 𝑻 + 𝒅𝑻
𝒍𝒍𝒂𝒎𝒐 𝑯 = 𝝉 ∗ 𝒅𝒙 ∗ 𝒃 = 𝒅𝑻 (𝟏)
𝒅𝑴 = 𝑴𝟐 − 𝑴𝟏
𝑴𝟐 = (𝑻 + 𝒅𝑻) ∗ 𝖟
𝑴𝟏 = 𝑻 ∗ 𝖟
𝒓𝒆𝒆𝒎𝒑𝒍𝒂𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒅𝑴: 𝒅𝑻 = 𝒅𝑴/𝖟 (𝟐)
𝒓𝒆𝒆𝒎𝒑𝒍𝒂𝒛𝒂𝒏𝒅𝒐 (𝟐)𝒆𝒏 (𝟏) → 𝝉 ∗ 𝒅𝒙 ∗ 𝒃 = 𝒅𝑴/𝖟
𝒅𝑴
𝝉= (𝟑)
𝖟∗𝒅𝒙∗𝒃
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Si analizamos una viga con una carga concentrada aplicada en su tramo y dibujamos el
diagrama de esfuerzo de corte “V”, se tiene
𝑽𝑨 = 𝑷⁄𝟐 = 𝑽 (𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆)
𝑽𝑨 = 𝑽𝑩
𝑀𝑎 = 𝑉𝐴 ∗ 𝑥 𝑀𝑏 = 𝑉𝐴 ∗ 𝑥 + 𝑉𝐴 ∗ 𝑑𝑥
𝑑𝑀 = 𝑀𝑏 − 𝑀𝑎 ; 𝑑𝑀 = 𝑉𝐴 (𝑥 + 𝑑𝑥) − 𝑉𝐴 ∗ 𝑥 = 𝑉𝐴 ∗ 𝑑𝑥 → 𝑉 = 𝑑𝑀⁄𝑑𝑥 (4)
Esta expresión nos da el valor de la tensión tangencial a la altura del eje neutro donde es
máximo.
Si analizamos la viga veremos que la sección es constante, lo que implica que "z x b" no
varía, por lo que se determina que "V" y "τ" son directamente proporcionales o tendrán la
misma variación por lo cual ambos diagramas son semejantes, con la diferencia que tienen
distintas escalas puesto que "V" representa esfuerzos, pudiéndose conocer su valor en cada
punto de la viga y "τ" representa tensiones.
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La resultante de las tensiones tangenciales “τ” es el esfuerzo de corte “V”.
𝑉 = 𝒯∗ 𝔷∗𝑏
1) Rotura por flexión pura: en vigas armadas normalmente, la rotura se inicia al alcanzarse
el límite de elasticidad del acero, hay grandes deformaciones del acero, la fisura vertical crece, se
reduce la zona comprimida que da lugar a la rotura por compresión del hormigón (estallido del
hormigón). Cuando la armadura es muy grande, esto se produce antes de llegar al límite de
elasticidad del acero.
2) Rotura por tracción por esfuerzo de corte: la tensión principal σI inicia una fisura oblicua.
Si la armadura transversal es escasa o nula, la pequeña zona comprimida superior no es capaz de
resistir por sí misma, la fisura la atraviesa y las dos partes se separan. Para evitar este tipo de rotura
es necesario “coser” la fisura probable con adecuada armadura transversal.
3) Rotura por compresión por esfuerzo de corte: si la rotura tipo (2) no puede producirse
porque se ha colocado la armadura de costura necesaria, pero si esta armadura se ha deformado
considerablemente, incluso por encima de su límite de fluencia, la fisura oblicua penetra
profundamente en la sección reduciendo la zona comprimida superior.
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Donde coexisten elevados valores de V y M, la rotura puede producirse por compresión del
hormigón (estallido del hormigón) en forma prematura con respecto a la zona de momento máximo.
Para evitar este tipo de rotura es necesario impedir la excesiva abertura de la fisura oblicua, por lo
cual la armadura transversal se debe dimensionar adecuadamente.
4) Rotura por compresión en el alma: con almas muy delgadas en vigas Y, I, las tensiones
principales de compresión σII, en las bielas que quedan formadas entre fisuras, pueden provocar el
estallido del alma por compresión. Para evitar este tipo de rotura frágil es necesario dimensionar
adecuadamente el ancho del alma para reducir la tensión σII.
5) Rotura en el apoyo: la fuerza de tracción en la armadura longitudinal es máxima en la
parte central y mínima en los apoyos. La disminución gradual de esta fuerza se produce por
transferencia de esfuerzos al hormigón a través de las tensiones de adherencia. Éstas tensiones de
adherencia no pueden desarrollarse adecuadamente debido a la fisuración, las barras llegan al
apoyo con una fuerza muyo mayor que la prevista en el diseño del anclaje extremo, pudiéndose
producir la rotura en esta zona. Se disloca el bloque de apoyo desvinculándose la armadura
traccionada de la última biela comprimida. Este tipo de rotura se soluciona con una adecuada
armadura transversal que mejore las condiciones de adherencia y un cuidadoso detalle de la
armadura en el apoyo.
Para vigas continuar, en las zonas de apoyo coexisten grandes momentos con grandes
esfuerzos de corte por lo que pueden producirse los casos de rotura (2), (3) y (4). Sobre el apoyo
propiamente dicho se comprueba que el esfuerzo de corte no influye notablemente y la rotura a
esperar es del tipo (1).
La situación es diferente cuando ambos esfuerzos M y V son importantes. Las fisuras por
flexión se presentan primero y se mantienen controladas por la armadura longitudinal. Cuando
la tensión principal de tracción diagonal en la parte superior de una fisura por flexión supera
la resistencia a tracción, la fisura se inclina y se propaga hacia arriba, produciéndose la rotura.
Debido a que el área no fisurada ya está reducida por la fisura de flexión, la tensión
𝑉𝑐𝑟
promedio, calculada con toda el área b*d (𝜏𝑣 = 𝑉⁄𝑏 ∗ 𝑑) será mayor que 𝜏𝑐𝑟 = cuando
𝑏∗𝑑
se produce la fisuración y falla por tracción diagonal. Como esa área reducida depende de la
longitud no predecible de la fisura por flexión, no hay un método analítico preciso para
determinar el valor de rotura y entonces se recurre a ensayos experimentales que dan como
resultado conservador:
𝑉𝑐𝑟
𝜏𝑐𝑟 = = 0,16 √𝑓𝑐´ (𝑏)
𝑏∗𝑑
La comparación con el valor hallado anteriormente indica que grandes momentos flectores
pueden reducir la fuerza de corte necesaria para la formación de fisuras diagonales, hasta
casi la mitad del valor que si el momento fuera nulo.
Resulta así evidente que el corte necesario para el desarrollo de fisuras diagonales
depende de la relación entre M y V, o más precisamente entre 𝜎 𝑦 𝜏 en la parte superior de
la fisura por flexión.
Se puede expresar:
𝑘1 ∗𝑉
𝜏=
𝑏∗𝑑
Donde: k1 depende de la profundidad de la fisuración a flexión y
σ = k2 * M / (b*d)2 depende también de la fisuración por flexión.
Luego la relación:
𝜏 𝑘1 𝑉 ∗ 𝑑
= ∗
𝜎 𝑘1 𝑀
afectará la carga necesaria para que la fisura por flexión se convierta en fisura por corte y
flexión que conduzca a la falla.
Las ecuaciones (a) y (b) corresponden a dos casos extremos: (a) V ≠ 0, M = 0; (b) V y M
grandes. Para cubrir las situaciones intermedias, y nuevamente de la evaluación experimental,
se llega a la siguiente expresión conservadora:
𝑉𝑐𝑟 𝑉∗𝑑
𝜏𝑐𝑟 = = 0,16 √𝑓𝑐´ + 17,2 ∗ 𝜌𝑤 ∗ ≤ 0,30√𝑓𝑐´
𝑏∗𝑑 𝑀
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Las fallas observadas corresponden al tipo (2) en vigas esbeltas, relación de luz – altura
mayor o igual a 8. Como no hay armadura, la falla se produce sin preaviso. Entonces es buena
práctica proveer una armadura mínima de corte aunque el cálculo demuestre que no es
necesario. Sólo en los casos en que el esfuerzo de corte es muy pequeño en comparación
con 𝜏𝑐𝑟 , como en algunas losas y zapatas, se permite suprimir el esfuerzo de corte.
Las vigas de mayor altura relativa, la falla tiende al tipo (3) donde, luego de la fisuración
inclinada, la viga admite una carga algo mayor hasta que falla la zona comprimida superior.
𝑉𝑒𝑥𝑡 = 𝑅1 − 𝑃1
de donde el corte que resiste el hormigón comprimido no fisurado es:
La acción de pasador Vd, está resistida por la delgada capa inferior de recubrimiento de la
armadura longitudinal, produciéndose tensiones de tracción transversal que fisuran el
hormigón a lo largo de la armadura. Esto reduce la fuerza Vd y permite que la grieta diagonal
se ensanche, reduciendo a su vez Vi.
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La otra condición de equilibrio se plantea tomando momentos respecto al punto a:
𝑀𝑒𝑥𝑡 ,𝑎 = 𝑅1 ∗ 𝑥𝑎 − 𝑃1 ∗ (𝑥𝑎 − 𝑥1 )
} → 𝑀𝑖𝑛𝑡 ,𝑎 = 𝑀𝑒𝑥𝑡 ,𝑎
𝑀𝑖𝑛𝑡 ,𝑎 = 𝑇𝑏 ∗ 𝑧 + 𝑉𝑑 ∗ 𝑝 − 𝑉𝑖 ∗ 𝑚)
𝑀𝑒𝑥𝑡 ,𝑎 − 𝑉𝑑 ∗ 𝑝 + 𝑉𝑖 ∗ 𝑚
𝑇𝑏 =
𝑧
Se observa que el esfuerzo de tracción en la armadura en la sección b depende ahora del
momento flector actuante en la sección a, hecho debido a la formación de la fisura diagonal.
Si en forma aproximada se desprecia la resistencia Vd y Vi, y teniendo en cuenta que Mext,b
< Mext,a y que la armadura a flexión fue dimensionada para que Mext,b , resulta que la armadura
está solicitada a una fuerza de tracción mayor que la prevista. Ésta situación es considerada
por el reglamento en la longitud de anclaje de la armadura a flexión.
Los estribos pueden ser abiertos o cerrados, de diámetro pequeños: 6, 8 o 10 mm, con
separaciones que pueden ser uniforme en toda la viga, o variable por tramos, más cercanos
donde el esfuerzo de corte es mayor. Se colocan envolviendo las barras longitudinales de
tracción. En caso de vigas anchas se utilizan estribos dobles (4 ramas).
Debido a su longitud relativamente corta debe cuidarse el anclaje en la zona de compresión
de la viga. Para ello se usan ganchos o escuadras con formas y dimensiones adecuadas.
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Otro elemento que favorece el anclaje, y sirve además como soporte durante la
construcción, son las “perchas”, que son barras longitudinales de pequeño diámetro.
En general los estribos se colocan a 90º con respecto al eje de la viga, y excepcionalmente
con otra inclinación 60º < α < 90º.
Las barras dobladas, usualmente a 45º, provienen de la armadura a flexión que ya no es
necesaria en la parte inferior de la viga, colaboran al corte, y luego forman parte de la
armadura superior por ejemplo sobre un apoyo de viga continua. Economizan armadura
aunque tienen un mayor costo de mano de obra.
Finalmente se pueden combinar ambos casos aprovechando las ventajas de cada uno de
ellos.
𝑉𝑛 = 𝑉𝑐 + 𝑉𝑠
Esquema de reticulado
Con estribos Con barras dobladas
En la práctica los estribos están más cerca unos de otros, pudiéndose representar por la
yuxtaposición de reticulados simples, dando origen a un modelo de reticulado múltiple. En
forma similar se superponen los reticulados con estribos y con barras dobladas.
Originalmente, en la analogía propuesta por Mörsch, las bielas comprimidas de hormigón
tenían un ángulo θ = 45º. Ensayos posteriores indicaron que este ángulo puede acomodarse
en 30º < θ < 60º, de acuerdo a cómo es dimensionada la armadura, y de forma tal que se
cumplan las ecuaciones de equilibrio.
Las inclinaciones de la armadura transversal es 30º < α < 90º, para barras dobladas 45º <
α < 90º para estribos.
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Para ángulos σ y θ cualquiera, con las limitaciones mencionadas, se pueden deducir, a
partir de ecuaciones de equilibrio, las fórmulas de dimensionamiento de la armadura
transversal.
Analizando:
𝑆
𝑎=
𝑠𝑒𝑛 𝜃 (𝑐𝑜𝑡𝑔 𝜃 + 𝑐𝑜𝑡𝑔 𝛼)
𝑖 𝑝 𝑠𝑒𝑛𝜃 𝑝
𝑛= = (𝑐𝑜𝑡𝑔 𝜃 + 𝑐𝑜𝑡𝑔 𝛼) = (1 − 𝑡𝑔 𝜃 ∗ 𝑐𝑜𝑡𝑔 𝛼)
𝑎 𝑠 𝑐𝑜𝑠𝜃 𝑠
Siendo la fuerza en cada barra de armadura transversal Av fv, la componente total vertical
de las fuerzas en todas las barras que atraviesan la fisura resulta:
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𝑝
𝑉𝑠 = 𝑛 ∗ 𝐴𝑣 ∗ 𝑓𝑣 ∗ 𝑠𝑒𝑛 𝛼 = 𝐴𝑣 ∗ 𝑓𝑣 ∗ (𝑠𝑒𝑛 𝛼 + 𝑡𝑔 𝜃 ∗ 𝑐𝑜𝑠 𝛼)
𝑠
𝑑 (𝑠𝑒𝑛 𝛼 + 𝑡𝑔 𝜃 ∗ 𝑐𝑜𝑠 𝛼)
𝑉𝑠 = 𝐴𝑣 ∗ 𝑓𝑣 ∗ ∗
𝑠 𝑡𝑔 𝜃
Hay que tener en cuenta que esta expresión es válida sólo si la armadura transversal se
encuentra espaciada de forma tal que cualquier fisura diagonal posible se encuentre
atravesada al menos por un estribo o barra doblada. Se imponen límites superiores a la
separación s.
En la ecuación anterior, si la inclinación de las bielas comprimidas θ → 0, tg θ → 0, la
contribución de la armadura para resistir el corte Vs → ∞, por lo que la adopción de un modelo
de reticulado con diagonales comprimidas muy aplanadas conduce a un ahorro de armadura
de corte.
Sin embargo hay que considerar la tensión de compresión en las bielas. Por equilibrio de
nudo del reticulado se obtiene:
𝑉𝑠
𝐷=
𝑠𝑒𝑛 𝜃
que actúa sobre la sección: b * sd, resulta:
𝐷 𝑉𝑠
𝑓𝐷 = =
𝑏 ∗ 𝑠𝑑 𝑠𝑒𝑛 𝜃 ∗ 𝑏 ∗ 𝑑 ∗ (𝑐𝑜𝑡𝑔 𝛼 + 𝑐𝑜𝑡𝑔 𝜃)
𝜏𝑠
=
𝑠𝑒𝑛2 𝜃 ∗ (𝑐𝑜𝑡𝑔 𝛼 + 𝑐𝑜𝑡𝑔 𝜃)
𝐴𝑠 ∗ 𝑓𝑣 ∗ (𝑠𝑒𝑛 𝛼 + 𝑐𝑜𝑠 𝛼) ∗ 𝑑
𝑉𝑠 =
𝑠
2 ∗ 𝜏𝑠
𝑓𝐷 =
1 + 𝑐𝑜𝑡𝑔 𝛼
Cuando la armadura transversal está formada por estribos normales, α = 90º se obtiene:
𝐴𝑠 ∗ 𝑓𝑣 ∗ 𝑑
𝑉𝑠 =
𝑠
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𝑓𝐷 = 2 ∗ 𝜏𝑠
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BIBLIOGRAFÍA:
CIRSOC 201-2005.
Hormigón Armado – Oscar Möller.
Hormigón Estructural – Ing. Osler.
Apuntes Ing. J. Bogado – UNR (Universidad Nacional de Rosario).
Razón y ser de los tipos Estrcuturales – Eduardo Torroja – Editorial C.S.I.C. – 10º Edición.
Estructuras para arquitectos – M. Salvadori y R. Heller – Editorial C.P67 – 3º Edición.
Diseño Estructural en Arquitectura – M. Salvadori y R. Heller.
Hormigón Armado para Arquitectos – Facultad de Arquitectura y Planeamiento de Rosario – J. R.
Salvay.
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