“La vida es aquello que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”

John Lennon
Buena tarde a todos los presentes en el aula. Hoy, además de ser un motivo de fiesta por
presenciar las vísperas de nuestra graduación, es también un motivo de reflexión, acto
inminente, sobre la vida y el valor que le damos, tanto actualmente como a futuro. Si bien
es cierto que para muchos de nosotros este camino no ha sido fácil, también es cierto que, a
la hora de la verdad, estas dificultades se presentan por la poca importancia que le damos a
la vida, por entenderse solo como una fluvial de malos trazos y no como una oportunidad
diaria para enmendar los enredos y salir adelante.
La vida, para muchos, se ha convertido en un bucle sin sentido: Despertar, saludar,
relacionarse, cumplir con las responsabilidades, despedirse, dormir, y así sucesivamente. El
prestigio que debe de darse a la vida se ha visto perturbado por la debilidad de muchos y la
frialdad de otros pocos. El infringirse daño a propósito, el buscar formas de desaparecer de
aquel presente omnipresente, el cuestionar nuestra presencia a lo largo de nuestros pasos,
solo hacen que el valor de la vida entre en decadencia, no solo por tornarse ridícula para la
mayoría de jóvenes, sino que no da destellos de continuidad, no dilata un objetivo por el
cual continuar o por el cual brindarle el valor que amerita,