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Qué son las Funciones del lenguaje:

La función principal del lenguaje humano es comunicar. La comunicación


humana, sin embargo, opera de maneras distintas según el tipo de mensaje
que queramos trasmitir o el tipo de comunicación que busquemos sostener con
uno o varios interlocutores.
En este sentido, dentro del campo de la Lingüística, Roman Jakobson ha
distinguido seis usos en el lenguaje, a los que clasifica según la función que
cumplen en el acto comunicativo:
1. Función apelativa o conativa
La función apelativa o conativa sucede cuando el emisor emite un mensaje del
cual espera una respuesta, acción o reacción de parte de su receptor. Puede
tratarse de una pregunta o una orden. Podemos reconocerla en nuestra vida
cotidiana, así como en la publicidad o la propaganda política: “Vota verde”,
“¿Hiciste la comida?”, “Dime”.
Qué es Función apelativa:
La función apelativa o conativa es un tipo de función del lenguaje empleada
con el propósito de llamar la atención de un receptor para obtener de su parte
una respuesta o inducir una reacción.

Forma parte de una de las seis funciones del lenguaje identificadas por el
lingüista Roman Jackobson, junto a la función referencial, función fática,
función emotiva o expresiva, función poética y función metalingüística.

Recibe el calificativo de “apelativa” en tanto que el emisor apela a un receptor,


es decir, recurre a una persona esperando de ella capacidad de reacción o de
respuesta frente a una determinada situación o cuestión.

Por ejemplo, cuando una persona dirige a otra una pregunta por la que espera
una respuesta, se habla de función apelativa.

La función apelativa o conativa suele utilizar los siguientes elementos: el


vocativo, el modo imperativo y el modo interrogativo. Las formas gramaticales
de las interrogaciones, las exhortaciones, las órdenes, las instrucciones; las
amenazas, las peticiones, etc., son apelativas.

Algunos ejemplos podrían ser: “José, ¿puedes ayudarme a cargar esta


maleta?”; “¡Deténgase o disparo!”; “Lea todo el examen antes de responder”;
“Te ruego que lo pienses mejor”, “¿Cuándo llegaste?”, etc.

Ya que su propósito es provocar una respuesta o reacción, la función apelativa


es usada exhaustivamente por los medios masivos de comunicación,
especialmente en la publicidad y la propaganda. Por ejemplo, las consignas
“Compra paracetamol” o “Vota por el partido Nuevo Mundo” son frases con
función apelativa, que se ciñen a la forma imperativa.
Qué es Función referencial:
La función referencial es un tipo de función del lenguaje empleado para
mencionar los factores externos del propio acto comunicativo y del emisor,
lo que permite exponer la realidad de manera concreta y objetiva.
La función referencial del lenguaje también se conoce como función denotativa,
función informativa o como función simbólica, según Karl Bühler.

Asimismo, forma parte de otras funciones del lenguaje definidas por el lingüista
Roman Jakobson, quien distinguió las diferentes formas en que los seres
humanos nos comunicamos y transmitimos diversos mensajes según su
propósito, bien sean deseos, órdenes, sentimientos, opiniones, entre otros.

Las otras funciones del lenguaje son: función poética, función apelativa o
conativa, función fática, función emotiva y función metalingüística.

Por su parte, la función referencial permite verificar la veracidad del mensaje, y


su relación con el referente y el contexto.

En este sentido, es de las más importantes y empleadas en el acto


comunicativo, ya que nos permite transmitir información y características de
todo aquello que nos rodea, es decir, objetos, animales, personas, acciones,
acontecimientos, entre otros.
De allí que sea ampliamente utilizado en los textos científicos, periodísticos o
en todos aquellos discursos destinados a transmitir algún tipo de conocimiento
e información que haga referencia a nuestra realidad.

Por ejemplo, cuando se le dice la hora a un transeúnte, cuando se describe la


postura de un amigo con respecto a una situación o cuando se expone el
resultado de una investigación, entre otros.

Principales recursos lingüísticos


A continuación se presentan los principales recursos lingüísticos empleados en
la función referencial del lenguaje:

 Deícticos: son palabras y expresiones que sirven para señalar aquellas


personas, espacios o situaciones a los que se hace referencia quien lo expone.
Por ejemplo, nosotros, este, aquel, allá, hoy, ayer, entre otros.
 Denotativo: se refiere al significado principal de las palabras.
 Sustantivos y verbos: son de las palabras más utilizadas en esta
función del lenguaje porque permiten dar a conocer la información de manera
más objetiva.
 Entonación: se emplea la entonación enunciativa.
 Modo verbal indicativo: que hace referencia a la acción real y objetiva.
Ejemplos de la función referencial
A continuación se presenta diferentes ejemplos del uso de la función referencial
del lenguaje.

 La cena está lista y servida.


 Ellos son mis padres.
 En verano conocí la ciudad de París.
 El teléfono móvil de mi hermana se averió.
 Ayer hubo temperaturas elevadas.
 El autobús salió media hora después.
 Mi hermano tiene una hija.
 Mi tía está embarazada.
 Mañana es viernes.

¿Qué es la Función expresiva o emotiva?


La función expresiva, llamada también función emotiva o sintomática, es un
tipo de función del lenguaje que se emplea con el propósito de comunicar a un
receptor los estados de ánimo (sentimientos, emociones) del emisor.
El emisor, en este caso, ejerce un papel preponderante en el ejercicio de la
comunicación, toda vez que se vuelve referencia del enunciado.

Fue el lingüista Roman Jackobson quien acuñó esta expresión, que forma
parte, además, de las seis funciones principales del lenguaje, entre las que se
cuentan también la función apelativa, la función referencial, la función fática, la
función poética y la función metalingüística.

La función expresiva o función emotiva suele manifestarse o verbalizarse


mediante el uso de la primera persona del singular, aunque no
exclusivamente. Como ejemplo de esta excepción veamos la frase: “¡Qué
hermoso es el cielo!”.
Asimismo, acude con frecuencia al uso de verbos en modo subjuntivo, a las
interjecciones y a las oraciones exclamativas.
Así, por medio de la función expresiva, el sujeto expresa sus emociones y su
mundo interior, lo que incluye sentimientos, deseos, prejuicios, sensaciones
y preferencias.
La función expresiva contiene elementos representativos o referenciales dentro
de ella; sin embargo, priva sobre ellos la expresión de la emotividad.

40 ejemplos de función emotiva


Entre algunos ejemplos de la función expresiva, emotiva o sintomática
podemos citar las siguientes frases:

1. Hubiera querido que nuestra relación funcionara.


2. No me siento cómodo con esta situación.
3. ¡Al fin! Ya era hora de que llegaras.
4. ¡Me duele el estómago!
5. ¡Hoy me siento contenta!
6. Te extraño.
7. ¡Qué pena que el equipo haya perdido! Espero que tengamos otra
oportunidad.
8. ¡Ay! Me mordí la lengua.
9. ¡Felicidades por tu nuevo ascenso!
10. Me gusta caminar por la playa.
11. Miguel de Cervantes es mi escritor preferido.
12. Ya quisiera yo ganar un millón de dólares.
13. Desde que lo conocí me siento feliz.
14. ¡Qué hermoso atardecer!
15. Estas flores son preciosas.
16. Tú siempre me haces reír.
17. ¡Bravo!
18. Me siento muy agradecida con mi familia.
19. ¡Gracias a Dios!
20. Si pudiera empezar de nuevo, lo haría de otra manera.
21. Me dan miedo las alturas.
22. ¡Qué excitante es escalar las montañas!
23. Tengo antojo de comer chocolate.
24. Se me hace agua la boca.
25. Me siento ofendido por tu conducta.
26. Siempre había querido conocer París.
27. Este lugar es de ensueño.
28. La historia de amor de José y María es la más hermosa que he
escuchado.
29. ¡Déjame en paz!
30. ¿Hasta cuándo vas a molestarme con tus preguntas impertinentes?
31. Me da igual.
32. Me indigna el abuso de poder.
33. ¡Es un placer conocerte!
34. ¡Magnífica actuación!
35. ¡Caramba!
36. Me cansé de tus mentiras.
37. Ya no aguanto más esta situación.
38. Quisiera tomar unas vacaciones.
39. Te amo.
40. ¡Ah! Ahora entiendo.
2. Qué es Función apelativa:
La función apelativa o conativa es un tipo de función del lenguaje empleada
con el propósito de llamar la atención de un receptor para obtener de su parte
una respuesta o inducir una reacción.

Forma parte de una de las seis funciones del lenguaje identificadas por el
lingüista Roman Jackobson, junto a la función referencial, función fática,
función emotiva o expresiva, función poética y función metalingüística.

Recibe el calificativo de “apelativa” en tanto que el emisor apela a un receptor,


es decir, recurre a una persona esperando de ella capacidad de reacción o de
respuesta frente a una determinada situación o cuestión.

Por ejemplo, cuando una persona dirige a otra una pregunta por la que espera
una respuesta, se habla de función apelativa.

La función apelativa o conativa suele utilizar los siguientes elementos: el


vocativo, el modo imperativo y el modo interrogativo. Las formas gramaticales
de las interrogaciones, las exhortaciones, las órdenes, las instrucciones; las
amenazas, las peticiones, etc., son apelativas.

Algunos ejemplos podrían ser: “José, ¿puedes ayudarme a cargar esta


maleta?”; “¡Deténgase o disparo!”; “Lea todo el examen antes de responder”;
“Te ruego que lo pienses mejor”, “¿Cuándo llegaste?”, etc.

Ya que su propósito es provocar una respuesta o reacción, la función apelativa


es usada exhaustivamente por los medios masivos de comunicación,
especialmente en la publicidad y la propaganda. Por ejemplo, las consignas
“Compra paracetamol” o “Vota por el partido Nuevo Mundo” son frases con
función apelativa, que se ciñen a la forma imperativa.
Qué es Función poética:
La función poética del lenguaje, conocida también como función estética,
ocurre cuando el discurso tiene un propósito estético, de modo que las formas
de enunciación adquieren un alto grado de importancia. Es una de las
funciones del lenguaje identificadas por Roman Jackobson.

Esto significa que el centro de la función poética está en la forma del mensaje
que, más que privar sobre el contenido, le imprime mayor significación y
contundencia.

Son propias de la función poética las diversas formas de la literatura: la novela,


el cuento, la poesía, las fábulas, entre muchas otras. Sin embargo, la función
poética no es solo reconocible en la literatura escrita o consagrada al nivel
académico.
Las formas populares del discurso, enmarcadas dentro de determinadas
tradiciones estéticas y culturales, también expresan una función poética.
Podemos citar el caso de los refranes populares, las leyendas populares,
los trabalenguas, las adivinanzas y juegos de palabras.
De esto se desprende que dentro de la función poética, lo estético incluye
también elementos lúdicos que promueven el goce del lenguaje.
En el lenguaje con función poética se presta la mayor atención a las formas
discursivas, y se aplican con especial énfasis y cuidado diferentes figuras
retóricas o literarias. Entre algunas de ellas podemos mencionar:
 la metáfora,
 el símil,
 la hipérbole,
 la metonimia,
 el hipérbaton,
 la elipsis,
 la descripción y
 la ironía, entre otras.
Ejemplos de función poética
Como ejemplo de la función poética en la literatura podemos mencionar el
siguiente fragmento de un poema de Pablo Neruda, incluido en su libro 20
poemas de amor y una canción desesperada (poema XV:

En cuanto a las formas populares del discurso, podemos mencionar los


siguientes ejemplos:

 “Oro parece / plata no es / el que no sepa / un tonto es” (adivinanza


popular);
 "¡Compadre, cómpreme coco! / ¡Compadre, coco no compro! / Porque el
que poco coco come / poco coco compra" (trabalenguas);
 “Una golondrina no hace verano” (refrán popular).
 “Obras son amores, que no buenas razones” (refrán popular).
El lenguaje de los animales
El lenguaje de los animales
Los seres humanos utilizamos palabras, sonidos, gestos y movimientos para
comunicarnos. Así mismo, cada especie animal tiene su propio ‘lenguaje’ compuesto de
voces, gestos, sonidos, movimientos y olores. Algunas especies emplean colores
especiales para comunicarse, como lo hacen los calamares. El lenguaje sirve para
conseguir o pedir alimento, llamar a las crías, reconocerse, cortejar a una pareja, dar aviso
de alarma o defender un territorio.

Los sonidos
Las señales sonoras se transmiten fácilmente a través de una vegetación densa, de la
niebla, de la oscuridad e incluso del agua.

Cada especie de ave tiene un canto diferente, y la variedad y complejidad de sus cantos
demuestra que tienen el sentido del oído muy desarrollado. Aves nocturnas, como las
lechuzas y el currucutú, tienen un oído tan afinado que pueden detectar el mínimo
movimiento que hace un ratón en la oscuridad y cazarlo fácilmente.

Los insectos frotan una parte del cuerpo con otra, por lo general alas y patas, y producen
vibraciones y sonidos con diferentes ritmos e intensidades que les permiten emitir variados
mensajes. Más de 10.000 especies de insectos utilizan el ‘canto’ o las vibraciones para
llamar y atraer sexualmente a su pareja. Un grillo macho, por ejemplo, frota sus patas
delanteras y produce un chirrido con el propósito de atraer a la hembra o expulsar a un
rival. Las lechuzas pueden girar su cabeza casi 180 grados cuando están atentas a algún
sonido.

Los monos y los humanos, ambos primates, utilizan para comunicarse una muy variada
combinación de gestos, expresiones y señales sonoras.

Las ballenas jorobadas y los delfines se comunican por medio de ‘cantos’ que pueden
escucharse a muchos kilómetros de distancia. Sólo los machos de las ballenas cantan,
cada canción puede durar 30 minutos, y repetirla muchas veces. Los científicos han
descubierto que las ballenas recuerdan una misma canción año tras año, cambiándola y
agregándole nuevas partes.

Los murciélagos se orientan en la oscuridad por medio de ultrasonidos que emiten y


chocan contra las paredes, los seres y los objetos de la cueva o el sitio en donde vuelan;
los ultrasonidos rebotan y se devuelven como un eco que les permite elaborar en su mente
un ‘mapa’ o ‘imagen’ del lugar, para evitar chocar contra los obstáculos y localizar y
capturar a sus presas.

Los adultos y las crías de ciertas especies tienen un lenguaje elaborado a base de
sonidos, que les permite reconocerse mutuamente en medio de una multitud, dar aviso de
peligro, solicitar alimento. Algunos hablan con su madre antes de nacer: los pollitos hacen
ruidos estando en el cascarón y la gallina les contesta; las crías de cocodrilo producen
sonidos cuando están listas para nacer, para que su madre desentierre los huevos y ellas
puedan salir.

Algunas especies tienen voces que pueden ser reconocidas por otras especies: cuando los
micos y algunas aves en la selva notan la presencia de algún depredador dan la voz de
alarma, y esta señal de peligro es reconocida por otros animales que huyen con ellos.

Las señales visuales


Los perros y los lobos hacen gestos que tienen un significado claro: erguir las orejas para
que apunten hacia adelante y levantar la cola significa liderazgo. Las orejas agachadas y
la cola metida entre la patas traduce sumisión. Tirarse al suelo durante una pelea y dejar el
cuello expuesto al rival expresa derrota.

La vistosa coloración del plumaje de las aves indica que ellas tienen una gran capacidad
para distinguir los colores. Machos de muchas especies de aves exhiben vistosos
plumajes y entonan cantos melodiosos, para atraer y cortejar a la pareja. Los pavos reales
machos, por ejemplo, danzan cerca de la hembra y la atraen desplegando su cola en
forma de abanico, para mostrar mejor sus plumas azules y verdes, que tienen un ojo
dibujado en las puntas. Muchos peces se tornan de colores brillantes durante la época de
apareamiento, para llamar la atención de las hembras.

En el reino animal las señales y los gestos son innumerables. Los osos y los felinos como
el jaguar, el puma, los tigrillos y el gato de monte delimitan su territorio con el olor de la
orina y de los excrementos y con las marcas que hacen con las garras en la tierra y en los
troncos caídos. Los osos hormigueros se sientan sobre sus patas traseras y lanzan
manotazos al agresor. Los hipopótamos y elefantes marinos abren sus enormes bocas,
para asustar a otros machos y alejarlos de su territorio.

El olfato
El olfato sirve para reconocer a las crías, buscar alimento, encontrar pareja y percibir el
peligro.

Cada animal posee glándulas odoríferas, que producen señales químicas olorosas con


un gran poder de comunicación. Estas glándulas se encuentran en distintos lugares del
cuerpo, según la especie: en los flancos, en la espalda, en la cabeza, debajo de la cola o
las patas, entre los cuernos, debajo de los ojos, etc.

Estas señales químicas, llamadas feromonas, son tan poderosas que liberadas en el aire
o en el agua, a través de la orina, del sudor o de otras secreciones corporales, pueden
influir en el comportamiento de otro animal, ya sea para atraerlo o espantarlo.

Los perros, que tienen un olfato altamente desarrollado, orinan con frecuencia en los
troncos de los árboles y en las piedras, para marcar el territorio e indicarles a otros perros
que ese lugar ya tiene dueño. Un perro sabe por el olfato qué personas y animales
pasaron por allí y puede seguir sus rastros. Un perro macho puede detectar, a varios
kilómetros de distancia, el olor de una hembra en calor, salir en busca de ella y
encontrarla.

Los gatos, los zorros, los perros de monte, los tigrillos, los pumas, las nutrias, los
osos andinos u osos de anteojos, los puercos de monte (tatabras y saínos) y los
mapaches, también tienen el sentido del olfato muy desarrollado y marcan su territorio por
medio de sustancias olorosas, orines y excrementos.

Los osos hormigueros tienen una visión limitada, pero poseen un excelente sentido del
olfato que les sirve para orientarse, localizar el alimento, detectar depredadores y
encontrar una pareja. Lo mismo sucede con los armadillos, que ven muy poco pero gozan
de un olfato muy desarrollado que les sirve para encontrar hormigas, termitas y larvas de
insectos.

El tacto
Hay animales sociales, como los monos o micos y algunas especies de insectos, para los
que el tacto y el contacto corporal son especialmente importantes. Muchas especies de
monos suelen abrazarse, tocarse, empujarse, morderse, besarse y acicalarse para
limpiarse unos a otros. Esto ayuda a fortalecer los lazos afectivos y a establecer rangos
sociales en la manada.

En los elefantes la trompa juega un papel muy importante, las crías se demoran mucho
tiempo para aprender a manejarla y durante las caminatas, emplean la trompa para
pegarse de la cola de su madre como si fueran ‘cogidas’ de la mano. En una manada de
elefantes, los vínculos afectivos son muy fuertes, además de emplear su larga trompa para
arrancar el pasto y llevárselo a su boca, recoger agua, bañarse y darse baños de polvo
para controlar los parásitos, la emplean para saludarse y acariciarse.

Cuando el macho de una serpiente encuentra a una hembra receptiva, la corteja pasando
por encima de ella varias veces para frotar sus pieles, y luego alinea su cola con la de ella
para que se pueda producir el apareamiento.

Los miembros de una colonia de hormigas se lamen y se rozan a cada momento; estas
actividades refuerzan los vínculos sociales entre los miembros del hormiguero.

Los escorpiones y alacranes tienen en sus patas pelos sensitivos que detectan vibraciones
y los ayudan a encontrar a sus presas.

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