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Palabras de una víctima

Tenía once años cuando primero sucedió. Mi mamá había salido fuera, más los otros niños
estaban arriba. Fue en la nochecita. Mi papá había salido más temprano y regresó muy
tomado. Yo ya estaba acostada. En otros tiempos solo me había como tocado o frotado. Me
tocaría cuando estaba en mis piyamas, cosas así. No me gustaba. Me avergonzaba. La
primera vez, entró y me empezaba a tocar debajo de mis piyamas. Estaba media dormida y
no sabía lo que me estaba pasando. Estaba borracho, y cuando está borracho, me da
miedo. Antes que podría pensar, él estaba encima de mí. Yo le seguía diciendo NO, pero
me dijo que me golpearía si no lo hacía. Le dijo que no quería hacerlo, pero me dijo que
Sí, y que me iba a gustar, y que me estaba demostrando como hacerlo. Pero no me gustaba.
Me dolió. Él fue sucio. No me recuerdo mucho de lo que sucedió realmente. No quiero.

Me ordenó no decir nada a mi mamá. Pero entonces, me lo volvió a hacerlo, una y otra y
otra vez. Yo no sabía qué hacer. El entró tal vez una o dos veces cada semana. A veces
entraría justo después de estar con mi mamá. Yo podía escucharlos, y luego entraría
conmigo y me obligaría hacerlo. No sé por qué lo deje suceder tanto tiempo. Me sentí
avergonzada. Me daba tanto miedo, y me temía que alguien se enterara. Me sentí muy
retraída y deprimida. Seguía bien en la escuela, pero no pude tener amigos. Me sentí
preocupada todo el tiempo.

Al final de dos años ya no aguantaba y le dije a mi mamá. Mi dijo que le dijera si volviera
a suceder. Le dije que había sucedido muchas veces a través de mucho tiempo y se enojó
conmigo. Ella y mi papá me llamaron una “Puta”. Me daba la impresión que a mi mamá
no le importaba. Finalmente, tuve que hacer algo, y le dije a la consejera social de la
escuela. Ella me llevó a la policía. Allí había un hombre… me dijeron que iba hablar con
una mujer, pero ella no estaba, y tuve que decir todo esto a un hombre. Me daba mucho
miedo.

Después tuve que ir a un médico. Me puso encima de una mesa y utilizó esa cosa fría. Fue
terrible… peor que las cosas que hacía mi padre. Yo no sabía nada del sexo. Mi mamá
nunca me dijo, y nunca tuve un novio o algo así. Todavía me pregunto. Me preocupaba
quedar embarazada: yo sabía suficiente para saber que era posible. Aún no sé porque no
me quedé embarazada. El médico dijo que no me pasaría.

Ahora yo vivo en otro hogar. Sentí alivio al dejar los dos, mi papá y mi mamá. Pero lo
peor de todo es que después que dije lo que me pasaba, parecía que todo era mi culpa. A
veces, pienso que así fue. ¿Por qué no lo paraba? Antes recibía cosas extras de mi papá,
por ser tan buena con él, pero no valía la pena.

Nunca quise verlo otra vez. Mi mamá no quiere dejar mi papá. No creo que esté feliz con
él. La única razón que quisiera regresar a mi casa es para ayudarle a mi mamá. Pero no se
siquiera que me quiera. A ella parecía que no le importaba lo que me sucedía. Ella me
culpó por todo lo que sucedió. Creo que ella también necesita consejo. Me gusta donde
estoy ahora. Son buena gente. Mi papá nunca me dejaba salir. Solo podía ir a la escuela,
la casa y el trabajo. Ahora puedo salir con otras niñas de la escuela; salimos a patinar y
cosas, y me divierto. Pero aún reacciono cuando me toca un hombre. Los odio. Son sucios
y solo piensan en tener sexo. Nunca me casaré. Voy a adoptar a niños porque me gustan
los niños.

Eso es pensamiento que me molesta mucho. Extraño mucho a mis hermanitos y mis
hermanitas, y sé que ellos me extrañan también. Me preocupo por ellos, que yo no estoy
para cuidarlos. Cuando toma mi papá, los trata muy mal. Les pega con su cinto. Quiero
que mi papá reciba alguna clase de tratamiento. No quiero que vaya a la cárcel. Solo no
podía yo aguantarlo más. Además me preocupo por mis hermanitas. Creo que él va a
intentar algo con ellos también.

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