Acompañamientos.

El acompañamiento es la parte más armónica de la composición, aunque yo me

saltare esta parte del tema por haber abundante información disponible.
El EJEMPLO 1 es la introducción de Hey you de Pink Floyd, en el cual
notamos como se repiten los patrones rítmicos y armónicos de la canción una y otra vez,
dotando al oído de una seguridad tal de lo que escucha que este tiene espacio para
reparar mas atentamente en la riqueza armónica de los acordes.
En la canción de la que saque este ejemplo el arreglo que ofrezco abre el tema
prácticamente solo, con lo cual tiene toda la atención del oyente puesta en el, aunque
luego se repite tanto que el oído busca nuevos elementos para analizar, con lo cual es
relegado a segundo plano y sirve ahora de acompañamiento a la melodía de la voz, la
que acapara el centro de atención. Siguiendo este mismo método, en el caso de que la
melodía de la voz no fuera muy complicada se podrían continuar agregando elementos
que engordaran la pieza.
Los NEXOS son los adornos que tienen los acompañamientos como apoyo, o
respuesta a los motivos melódicos, siempre contraponiendo sus acentos con los de la
melodía. En un caso claro, en los espacios en que la melodía no esta activa.
Los nexos son buenas herramientas para el compositor, y pueden ser utilizadas
tanto para nutrir o embellecer una frase como para referencia de contrapuntos
mas elaborados.
En el audio del EJEMPLO 2 observamos como en Soul sacriface de Carlitos
Santana la guitarra y el teclado son respondidos primero por los nexos que se ejecuta en
las percusiones, para luego ser la guitarra a su vez es respondida por el teclado, creando
una dinámica tan activa que es difícil no ponerse a bailar. También podemos ocupar los
nexos para insinuar futuros motivos principales (o no), de manera que ese coro que no
acababa de cuajar bien en el tema ahora ya tiene una base en la que cimentarse. O
también para ir agregando motivos a lo largo de la obra de manera que un bis no sea
idéntico al anterior.
Deberemos estar pendientes de que mientras más complicado sea cualquier
aspecto de nuestra obra, más sencillas deberán ser las otras partes que lo
complementan, esto la mayoría de las veces, o en un caso contrario haber desarrollado
y confirmado exhaustivamente cada uno de aquellos con anterioridad, para que así el
oído los reconozca aun todos juntos. Si el bajo es muy complejo, por ejemplo, la
armonía deberá ser simple, aunque también podemos hacer un riff con la guitarra u otro
instrumento para abrir una canción que tenga un montón de notas por compás, pero que
lo mantendremos e insistiremos tanto en el mismo que se volverá sencillo (mas bien el
oyente se lo aprendera), gracias a lo cual podemos llegar incluso a meter un solo con
diez mil notas por segundo encima y no sonara excesivo, siempre y cuando hayamos
expuesto nuestro motivo base lo suficiente.