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1.

Identificar la problemática Nacional a través de la composición de las cuentas


nacionales para el periodo 2000 -2017
El cambio de base al año 2000 simplifico este procedimiento, pues los intereses se
incorporaron al consumo intermedio de las actividades económicas. Esto permite calcular el
valor agregado de toda la economía directamente como la suma de los valores agregados
sectoriales, sin que sea necesario hacer una corrección por los intereses pagados.
Siguiendo recomendaciones internacionales de actualizar la base de las cuentas nacionales
cada cinco años y aprovechando nuevas fuentes de información como el Censo de 2005 y la
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos 2006-2007, el DANE actualizó la base del sistema
al año 2005. Las primeras cuentas con la nueva base fueron publicadas en 2010,
incorporando además algunas de las recomendaciones metodológicas de la revisión 2008
del manual del Sistema de Cuentas Nacionales de Naciones Unidas. Los aspectos
conceptuales y la estructura de las cuentas no se modificaron. Los principales cambios
afectaron el método de cálculo de las cuentas a precios constantes, el tratamiento de los
servicios de intermediación financiera medidos indirectamente (SIFMI), el tratamiento del
gravamen a los movimientos -financieros (GMF), la metodología utilizada para calcular la
variación de existencias, el consumo nacional de los hogares, la matriz de empleo, la
producción de alquileres de vivienda, y el consumo de capital del gobierno.
Cuadro 1
El Cuadro 1, que presenta el producto interno bruto de los años 2012 a 2014 a precios constantes para las 33 unidades territoriales, es una
muestra de la información disponible en el sistema de cuentas nacionales departamentales. Con la información del sistema de cuentas
regionales puede desagregarse por departamento el PIB nacional y su tasa de crecimiento. Es de destacar que en 2014 una cuarta parte del
PIB del país se registra en Bogotá. También es posible calcular la participación de cada una de las 41 ramas de actividad en el PIB
departamental, así como la distribución geográfica del valor agregado de una rama de actividad entre las unidades territoriales del
sistema.[CITATION Pra16 \p "29 -30" \l 3082 ]

Colombia ha vivido dos períodos de crecimiento excepcional en lo corrido del siglo,


separados por el inicio de la Gran Recesión en los Estados Unidos: el primero, entre 2003 y
2007, en el que alcanzó una tasa de crecimiento media del 5.5 %, como resultado de las
políticas del gobierno Uribe, durante el cual el país pasó de ser considerado un Estado
fallido a ser una de las economías emergentes de desempeño destacado; el segundo, en el
período 2010-2014, en el que disfrutó de condición es excepcionales que le permitieron
alcanzar una tasa media de crecimiento del 4.8 %;reducir la incidencia de la pobreza
monetaria del 41.6 % (en junio de 2009) al 28.2 %(en junio de 2015); alcanzar un
coeficiente de inversión (FBKF/PIB) del 0.291; y elevar sus reservas internacionales de un
nivel de 25.355.7 millones de dólares en diciembre de 2009 (10.8 % del PIB) a 47.323.1 en
diciembre de 2014 (12.5 % del PIB).
Los precios de commodities en general, y del precio del petróleo en particular, se han
desplomado
desde mediados del 2014, afectando severamente las exportaciones petroleras y las
rentas asociadas a ellas. Los flujos de capital hacia países emergentes han empezado
a reducirse y parece inminente el inicio de la normalización de la política monetaria
en los Estados Unidos, cuando el Banco de la Reserva Federal empiece a elevar
su tasa de intervención, con efectos seguramente negativos sobre los costos del
endeudamiento de los países emergentes. Los dilemas esenciales de las autoridades
económicas tienen que ver con la necesidad
de ajustar las variables bajo su control (déficit público e inflación) mediante
acciones efectivas que, sin embargo, no afecten negativamente las fuentes de crecimiento
que deben impulsar la economía en la actual la coyuntura mundial adversa.
Y ello, en un entorno internacional en el que el ajuste fiscal, el control del endeudamiento
y la inflación controlada son imperativos categóricos para la sostenibilidad
futura.

CUADRO 2 Fuente: DANE


Cuadro 2 1. Suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado; Distribución de agua; evacuación y tratamiento de
aguas residuales, gestión de desechos y actividades de saneamiento ambiental 2. Comercio al por mayor y al por menor;
reparación de vehículos automotores y motocicletas; Transporte y almacenamiento; Alojamiento y servicios de comida 3.
Administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria; Educación; Actividades de atención de
la salud humana y de servicios sociales 4. Actividades artísticas, de entretenimiento y recreación y otras actividades de
servicios; Actividades de los hogares individuales en calidad de empleadores; actividades no diferenciadas de los hogares
individuales como productores de bienes y servicios para uso propio.[ CITATION Dan15 \l 3082 ]

Cuadro 3[CITATION Bot15 \l 9226 ]

De mantenerse las tendencias fundamentales en el consumo, el gasto público y la inversión,


el crecimiento del año cerrará en 2.9 %, con un repunte en el tercer trimestre al 3.3 %, pero
un crecimiento débil en 2014-IV del 2.7 %. En 2016, si se frena la caída de las
exportaciones y se mantiene la tendencia de las demás variables, el crecimiento sería del
orden del 3.1 %, jalonado primordialmente por la construcción de vivienda y edificaciones
y por las obras civiles.
En un entorno mundial de bajos precios de commodities, debilitamiento (o incluso
reversión) de los flujos de capitales, y encarecimiento del costo de la deuda, el bajo margen
de maniobra de las finanzas públicas (por el efecto conjunto de la reducción de las rentas
petroleras y la ineficiente estructura tributaria del país) y la necesidad de políticas
monetarias contractivas para el control de la inflación, representan un enorme riesgo para el
crecimiento futuro. Las prioridades, sin embargo, son claras:
Mantener un manejo ordenado de las finanzas públicas, que preserva la calificación
favorable que tiene el país en los mercados internacionales. En este sentido, la regla fiscal
opera como una garantía de seriedad de la política económica, y debe continuar rigiendo el
manejo de las finanzas públicas del gobierno central. La inversión en infraestructura y la
construcción de vivienda deben ser los dinamizadores esenciales de la actividad económica,
así que deben concentrarse los esfuerzos en la financiación de la tercera ola del programa
de inversión en infraestructura 4G, y en los estímulos a la construcción de vivienda, por su
impacto positivo no sólo en el crecimiento, sino también en el empleo.
Debe primar la cautela en la determinación del incremento del salario mínimo. La
sensibilidad del empleo al salario real ha quedado puesta de presente en la evolución
reciente de la economía en el tercer trimestre de 2015.
El país debe revisar cuidadosamente la dinámica de sus exportaciones. A los problemas
cambiarios (generados por la prolongada revaluación) se unieron en los últimos años,
problemas complejos de falta de competitividad, de excesos en tramitología, y de
inadecuado aprovechamiento de los accesos a mercados obtenidos en los Tratados de Libre
Comercio suscritos por el país con diversos socios comerciales. En este sentido, debe
rediseñarse la diseñarse la agenda de competitividad, incluyendo, por lo menos, actividades
de “descubrimiento” de mercados; acciones de fortalecimiento de la productividad,
incluyendo aquellas que operan como externalidades para los actores privados, pero
también las que fortalecen la capacidad de innovación de las empresas; mejoras en la
dotación de factores productivos y eliminación de cuellos de botella generados por
mercados incompletos o por mal funcionamiento de mercados existentes; y un rediseño
profundo de la institucionalidad del país en todo lo que compete a su sector productivo.
La reforma tributaria estructural, de la que se ha venido hablando, debe ser una prioridad
absoluta del gobierno central. En un entorno internacional complejo como el actual, es
necesario garantizar un funcionamiento adecuado de las finanzas públicas, que preserve la
calificación de grado de inversión de la economía colombiana.

2. ANALISIS DE LA COMPOSICION DEMOGRAFICA EN COLOMBIA


DURANTE EL SIGLO XXI

Censos colombianos durante los SIGLOS XX y XXI:

 En 1905 el censo contó 4 533 777 habitantes.


 En 1912 el censo contó 5 472 604 habitantes.
 En 1918 el censo contó 5 855 077 habitantes.
 En 1928 el censo contó 7 851 110 habitantes.
 En 1938 el censo contó 8 697 041 habitantes.
 En 1951 el censo contó 11 548 172 habitantes.
 En 1964 el censo contó 17 484 510 habitantes.
 En 1973 el censo contó 20 666 920 habitantes.
 En 1985 el censo contó 27 853 432 habitantes.
 En 1993 el censo contó 33 109 839 habitantes.
 En 2005 el censo contó 41 468 384 habitantes.
En mayo de 2011 Colombia cumplió con los 46.000.000 de habitantes.4 [ CITATION
Wik20 \l 9226 ].

Durante el siglo XXI la población colombiana paso de tener 4 millones de habitantes en


1900 a más de 42 millones en el año 2000, esto debido a la transición demográfica en los
países en vía de desarrollo entre 1950 y 1990, con tasas de natalidad muy elevadas y poco
control demográfico. Bogotá es la ciudad más poblada con 9 millones de habitantes, su
Área metropolitana aglomera cerca de 12 millones de personas ubicándola entre las 30
aglomeraciones urbanas más pobladas del mundo. ¨Se espera que para el 2050 la población
de Colombia supere los 65 millones de habitantes y Bogotá los 15 millones¨5, aunque para
2100 se reducirá a menos de 57 millones debido al envejecimiento de la población.
[ CITATION Wik20 \l 9226 ]

En cuanto a su demografía, Colombia se caracteriza por ser el tercer país más poblado en
Latinoamérica y el vigesimoséptimo mas poblado del mundo. Ha experimentado un rápido
crecimiento poblacional como muchos países de la región, con un leve descenso en las
últimas décadas. Se estima que más de 7 millones de colombianos viven fuera del país por
diversas causas.
Para finales del siglo XX y comienzos del XXI, el proceso de migración resulto en un
acelerado proceso de urbanización tanto en las principales ciudades del país como en las
ciudades colindantes a estas. Este escenario se produjo principalmente por la búsqueda de
los habitantes de mejorar sus condiciones de vida, lo cual implicaba, principalmente, tener
un mejor empleo y una mejor educación. Como efecto, durante los últimos 25 años Bogotá
pasó de contar con 4.947.890 habitantes a 7.878.783, Medellín pasó de 1.688.394 a
2.464.322 habitantes, y, Cali de 1.669.322 a 2.369.821 habitantes. Si se toma el lapso de
1995 al 2015 las principales ciudades presentan una tasa de crecimiento demográfico de
32,3%.
Así como en Colombia existen municipios que han crecido aceleradamente, también hay
otros que han decrecido drásticamente. Como ya se ha hecho referencia a los municipios
que han crecido durante los últimos 30 años, nos centraremos en aquellos que han tenido
una disminución de población entre 1985 y 2015.
Colombia se caracteriza por ser una sociedad mayoritariamente urbana. Las ciudades se
presentan como las grandes victoriosas del siglo XXI, debido a que tienen la capacidad de
albergar multitudes de personas que obtienen mejores condiciones de vida y oportunidades
en cuanto a educación, salud y empleo, comparado con las que tienen las personas que se
asientan en las áreas rurales del país. Con respecto al fenómeno urbano en Colombia se
puede concluir los siguientes aspectos.
Primero, a través de la historia colombiana, los centros urbanos principales han venido
cambiando pues se ha presentado la decadencia de antiguas ciudades y el surgimiento de
otras. Los factores que explican la caída o éxito de las ciudades se vinculan con dos
aspectos básicos: el dinamismo económico y las instituciones. En otras palabras el
crecimiento urbano encuentra una estrecha relación con las dinámicas económicas, sociales,
culturales, académicas y políticas que se desarrollan en la ciudad. Así como con la
capacidad que tiene el Estado a nivel local para brindar los servicios públicos domiciliarios,
una infraestructura adecuada, sistemas de transporte y de comunicaciones eficientes,
condiciones básicas de seguridad y justicia, seguridad social y cobertura y calidad en la
educación.
Segundo, la migración de las personas hacia las ciudades en Colombia en los últimos años
es un reflejo de los beneficios que éstas brindan. Sin embargo, el hecho de que cientos de
personas acudan a las ciudades implica importantes retos para el Estado que se enmarcan en
la capacidad de resolver las demandas de los ciudadanos, fomentar el dinamismo
económico urbano, facilitar la transmisión del conocimiento, dotar a la ciudad de servicios
públicos domiciliarios así como una infraestructura de transporte adecuada que logre
conectar la ciudad que les permita a los ciudadanos acceder los puestos de trabajo y a los
bienes de consumo. Esto se complejiza si se tiene en cuenta los nuevos fenómenos de
dispersión urbana que han logrado desbordar las ciudades más allá de sus límites
municipales y vincularse con las poblaciones de otros municipios vecinos, conformando
aglomeraciones urbanas, que en algunos casos traspasan incluso departamentos. La
coordinación intermunicipal en aspectos vitales para el funcionamiento de las ciudades en
una Colombia marcada por una fuerte autonomía municipal es uno de los principales retos
de gobierno urbano.
Tercero, y como se pudo observar en cada uno de los periodos intercensales escogidos
(1985-1993, 1993-2005 y 2005-2015) los municipios con mayores decrecimientos
poblacionales se modifican. De esto se comprobó que sus dinámicas responden a hechos de
orden orgánico, socio-cultural y a causa de la emigración hacia centros urbanos grandes, en
tanto los beneficios que traen consigo son elevados. Dentro de dichas explicaciones se
concibieron los factores de las dinámicas de decrecimiento poblacional, es decir, el
aumento de la mortalidad, el descenso de la fecundidad, y, la emigración de los habitantes.
El cambio de las primacías urbanas en el país nos remite a varios interrogantes referentes a
la gestión del Estado en aspectos como el mejoramiento de la infraestructura nacional que
permita conectar con éxito las ciudades en crecimiento que se ubican alejados de los
grandes centros urbanos, y el fortalecimiento de las instituciones políticas para el control
efectivo de las ciudades que están aumentando su población, fundamentalmente, para evitar
que el proceso de urbanización se convierta en un obstáculo, y que por el contrario, sea un
factor potencializador de desarrollo para el país.
10. ANALISIS DE LA INVERSION EXTRANJERA DURANTE EL SIGLO XXI
el principio de la tributación con representación no está nada claro en las instituciones
parlamentarias que exhibe el país a la fecha y no es parte de su tradiciónlegal,5 lo que
permite la evasión masiva de impuestos o, por el contrario, impuestos a veces
confiscatorios. Es corriente incluso lo contrario: la representación comprada directamente a
los políticos por individuos que no pagan impuestos, ya sea narcotraficantes o
contrabandistas, lo que les permite defender sus actividades y continuar con su evasión
tributaria. No hay prisión por la evasión de impuestos aunque sí la hay para los que
recauden impuestos y se los queden. Y no hay castigo porque es una conducta
históricamente propiciada por las capas propietarias de tierras y otro sin intereses muy
importantes. Hoy en día estaría limitada a algunas regiones con presencia guerrillera y
utilizando las tierras confiscadas a los narcotraficantes. Hoy tenemos el campo vaciado
sobre las ciudades y no hay ninguna base histórica de igualdad de oportunidades. La
realidad ha sido un estado históricamente débil, pobremente financiado y apoyado en las
redes de clientes de los políticos profesionales a quienes los poderes dominantes delegan el
oficio de la política. Eso les otorga el derecho a usufructuar personalmente de los recursos
públicos, tal como lo hicieron antes los que consideraron al Estado como su patrimonio
particular. Las instituciones de vigilancia se tornan en peajes para los que roban y para los
que no lo hacen pero requieren de su visto bueno. El sistema político clientelista es anti-
meritocrático y anti-competitivo. Predomina el conflicto para capturar rentas y está ausente
la cooperación para lograr que el gasto público sea un elemento de desarrollo económico y
de equidad social. Gana el ventajismo, el que no respeta las reglas ni la ley y el que recurre
a la movilización vociferante. Impera la mediocridad en el sistema educativo. Domina el
parroquianismo.

Para fortalecer la competitividad del país para atraer IED, el gobierno ha trabajado en el
mejoramiento de la figura de las zonas francas, a través de las denominadas zonas francas
especiales, y estableció desde 2005 la herramienta de los contratos de estabilidad jurídica.
[CITATION 20005 \l 3082 ] Sin embargo, sobre esta última herramienta a juicio de algunos
analistas hay dificultades de carácter práctico y limitaciones de la figura jurídica que le
restan efectividad.[ CITATION Fed07 \l 3082 ] plantea como dificultades la falta de claridad en
los criterios para la aprobación de las solicitudes para suscribir dichos contratos y la
complejidad en la identificación de las normas que se consideran determinantes para la
inversión, las cuales son el objeto del contrato. Esto se ha traducido en un número
importante de solicitudes y la aprobación de sólo cuatro contratos para mediados de 2007.
En este contexto, existe consenso entre analistas y representantes del gobierno sobre la
necesidad de realizar ajustes al régimen vigente de inversión extranjera en aspectos
específicos que mejorarían las condiciones que Colombia ofrece a los inversionistas. Se
pueden citar como ejemplos la simplificación del registro de inversión para los casos en que
no es automático así como del régimen de sanciones en materia cambiaria. Finalmente,
como parte del objetivo de mejorar aspectos competitivos del país en la atracción de capital
foráneo, en la reforma tributaria de 2006 se eliminó el impuesto de remesas. Este impuesto
se causaba por la transferencia al exterior de rentas y ganancias ocasionales percibidas en
Colombia por empresas con inversión extranjera, así como por las utilidades obtenidas por
las sucursales extranjeras. Si las utilidades se reinvertían en el país, el pago del impuesto se
difería mientras la reinversión se mantuviera.

Se prevé que las presiones de la deuda externa en el corto plazo sean limitadas,
considerando que los recursos para el paquete de estímulos provendrán de los fondos de
ahorro existentes. Las expectativas también apuntan a que el gobierno continúe cumpliendo
con la regla fiscal, la cual permite una mayor flexibilidad dado el precio del petróleo y la
desaceleración del ciclo económico.

Un fuerte repunte en el crecimiento se prevé para 2021-2022, siempre que la pandemia sea
de corta duración. Se espera que el entorno de bajas tasas de interés, facilitadas por el
Banco Central, impulsen el crecimiento del consumo privado. Esto, una vez que se hayan
aliviado las medidas de contención doméstica y se facilite un repunte gradual de la
inversión, a medida que los proyectos de infraestructura importantes como las carreteras 4G
y los proyectos del metro de Bogotá se reanuden por completo.

Se espera que la inflación permanezca dentro del rango objetivo del Banco Central, debido
a que la debilidad de la demanda atenuará las presiones del efecto traspaso (pass-through)
del tipo de cambio. Sin embargo, se espera que los bajos precios del petróleo y las
reducciones en la demanda global causen un deterioro en el déficit de cuenta corriente hasta
5.3% del PIB en 2020, antes de recuperarse a 4.7% en 2021-2022.

Colombia continúa manteniendo un sólido marco macroeconómico. Los componentes


principales de este marco incluyen la adopción de un régimen de metas de inflación, un tipo
de cambio flexible, una Regla Fiscal (2011) para el gobierno central y un marco fiscal de
mediano plazo. El sólido marco macroeconómico también ha permitido fortalecer la
resiliencia frente a las conmociones externas, facilitando el ajuste económico interno y
externo ante a los posibles choques.

En el futuro, las perspectivas dependen de la duración y la gravedad de la crisis y la


capacidad del país para recuperarse rápidamente

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