Está en la página 1de 5

GLORSARIO INTRODUCTORIO FORMACIÓN AADA

Iglesia: La palabra “Iglesia” aparece en los textos del Antiguo Testamento hebreo, en la
abrumadora mayoría de veces con sentido religioso (pueblo elegido en la presencia de
Dios, sobre todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde Israel recibió la Ley y
fue constituido por Dios como su pueblo santo), significando la asamblea de los hijos de
Israel con el término “Qahal” y es traducida en la biblia griega de los 70 (la Septuaginta)
como “Ekklesia”, en contraposición del término se similar significado “‘êdah” que se
tradujo como “synagoge”. En el Nuevo Testamento los autores sagrados utilizaron la
palabra “Ekklesia” o Iglesia con sentido religioso para denominar a esta comunidad y
sociedad fundada por Jesucristo, distinguiéndola de la “sinagoga” o congregación de los
judíos. Iglesia, “convocatoria”, es el nombre que dan Cristo y los Apóstoles a la comunidad
que hereda estas promesas y características, perfeccionadas y llevadas a su plenitud por
Cristo, que es el Legislador Supremo, el que hace de nosotros su Pueblo, Dios con
nosotros, que convoca y llama y reúne a todos los pueblos.
Vida consagrada: Es una forma de vida en la Iglesia caracterizada por la profesión de los
consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.
Vicario: sencillamente, en términos jurídicos, un representante de otro en honor y
jurisdicción que ejerce aquel poder ajeno con autoridad.
Carismas: Son la consecuencia de que seamos miembros del Cuerpo místico de Cristo,
cada uno con su función.
Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que
tienen directa o indirectamente una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la
edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.
Apostolado: Se llama "apostolado" a "toda la actividad del Cuerpo Místico" que tiende a
"propagar el Reino de Cristo por toda la tierra" (AA 2).
Teología: Es la ciencia de lo Sagrado, no tanto porque siga los principios del método
científico, sino porque es una profunda reflexión sobre los conocimientos que tenemos
sobre Dios, a partir de la revelación.
Catequesis: Es el conjunto de los esfuerzos realizados en la Iglesia para hacer discípulos,
para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios a fin de que, creyendo ésto,
tengan la vida en su nombre, y para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el
Cuerpo de Cristo (cf. Juan Pablo II, Catechesi tradendae [CT] 1).
Catecúmeno: Aquellos que están en proceso de catequización para recibir el Bautismo.
Apologética: La rama de la teología que se encarga de la explicación y la defensa de la fe.
Escatología: La rama de la teología que trata sobre las doctrinas de las cosas finales (ta
eschata).
Pneumatología: Es la rama de la doctrina que reflexiona acerca de la doctrina del Espíritu
Santo.
Formación: Todo lo anterior y lo posterior y mucho más. Básicamente, cualquier
conocimiento o bien que me fortalezca y me edifique en cualquier sentido es formación.
Profesión de fe: Profesar no es recitar, sino asentir con la voluntad las verdades de fe
reveladas y que nos han sido transmitidas por la Iglesia. La fe es la respuesta del hombre a
Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al
hombre que busca el sentido último de su vida.
Confesión de fe: Es lo que hacemos delante de los demás, no es solo recitar sino declarar
con fe estas verdades y si es necesario, utilizar palabras. Se hace explícitamente.
Símbolo de la fe: Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó y transmitió su propia fe
en fórmulas breves y normativas para todos (cf. Rm 10,9; 1 Co 15,3-5; etc.). Pero muy
pronto, la Iglesia quiso también recoger lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y
articulados destinados sobre todo a los candidatos al bautismo. Se llama a estas síntesis
de la fe "profesiones de fe" porque resumen la fe que profesan los cristianos. Se les llama
"Credo" por razón de que en ellas la primera palabra es normalmente : "Creo". Se les
denomina igualmente "símbolos de la fe".
Concilio: es un término general que designa las reuniones eclesiásticas bajo la autoridad
jerárquica, para la discusión y decisión de asuntos relacionados a la fe, la moral y la
disciplina. Corresponde a la palabra en griego synodus. La palabra synodus aparece
probablemente por primera vez en los llamados “Cánones Apostólicos”, mientras que la
palabra concilium fue empleada con el mismo significado por Tertuliano más de un siglo
antes. Por lo tanto, los términos sínodo y concilio son sinónimos. Cuando los obispos del
mundo entero se congregan bajo la presidencia del Papa, el sínodo se denomina
ecuménico o general.
Misterio: son las verdades reveladas que sobrepasan los poderes de la razón natural. no
es sinónimo de lo incomprensible, puesto que todo lo que sabemos es incomprensible, es
decir, no es adecuadamente comprensible en cuanto a su ser interior; ni con lo
incognoscible, puesto que muchas cosas meramente naturales son accidentalmente
incognoscibles, debido a su inaccesibilidad, por ejemplo, cosas futuras, remotas o
escondidas. En su sentido estricto un misterio es una verdad sobrenatural, una que por su
misma naturaleza está por encima de la inteligencia finita.
Epifanía: es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del
mundo. Tiene connotación cristocéntrica.
Teofanía: no son manifestaciones de Jesucristo, sino de Dios en el Antiguo Testamento,
sin dejar de manifiesto su distinción de personas. Tiene connotación trinitaria.
Parusía: Es la segunda venida de Cristo como juez universal.
Designio: Propósito, intención o plan para realizar algo.
Revelación: Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a
partir de sus obras. Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de
ningún modo alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina.
La revelación es la decisión libre de Dios de dar a conocer al hombre su designio
establecido desde la eternidad en Cristo
Dogma: Son verdades contenidas en la Revelación divina definidas por el Magisterio de la
Iglesia con la autoridad de Cristo de forma que obligan al pueblo cristiano a una adhesión
irrevocable de fe.
Existe un vínculo orgánico entre nuestra vida espiritual y los dogmas. Los dogmas son
luces que iluminan el camino de nuestra fe y lo hacen seguro. De modo inverso, si nuestra
vida es recta, nuestra inteligencia y nuestro corazón estarán abiertos para acoger la luz de
los dogmas de la fe (cf. Jn 8,31-32).
Herejía: Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una
verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma.
Exégesis: Explicación o interpretación de algo, generalmente de la obra de un autor o de
un texto concreto, especialmente bíblico.
Hermenéutica: Técnica o método de interpretación de textos.
Concupiscencia: Es la inclinación al mal que tenemos como fruto del pecado original. A
veces es traducida por “codicia”.
Adopción divina: En el bautismo, los que no éramos hijos como era el “Hijo Único de
Dios”, por mediación de Cristo, y por nacer del Espíritu, y por voluntad del Padre,
recibimos la condición de hijos y los derechos subsiguientes, como el poder llamar a Dios
“Padre” o ser “coherederos con Cristo”.
Dignidad humana: Es el respeto que se le debe a una persona por ser persona. Se deriva
de su ser imagen y semejanza de Dios. Es inherente a la persona, le es dada por Dios
mismo, como parte de su propia naturaleza.
Virtud: Son disposiciones habituales a hacer el bien.
Vicio: Son disposiciones habituales a hacer el mal.
Reparación: Es la compensación por una ofensa, aunque esta haya sido perdonada. En
Cristo se haya la multitud de las satisfacciones infinitas.
Indulgencia: Es la remisión de las penas temporales de los pecados ya perdonados.
Expiación: Es la acción por la cual se lleva a cabo la reconciliación. Antes eran víctimas
animales, ahora Cristo mismo es la victima de expiación por nuestros pecados.
Justificación: La justificación es el proceso mediante el cuál, la gracia de Dios y el poder
del Espíritu Santo actúan en el hombre que tiene su fe puesta en Jesucristo como Hijo de
Dios, Señor y Salvador, para librarlo del pecado, hacerlo acoger la justicia de Dios y para
ayudarlo a cumplir su voluntad. Dios hace al creyente justo.
Mérito: El término “mérito” designa en general la retribución debida por parte de una
comunidad o una sociedad a la acción de uno de sus miembros, considerada como obra
buena u obra mala, digna de recompensa o de sanción. El mérito corresponde a la virtud
de la justicia conforme al principio de igualdad que la rige.
Substancia: La Iglesia utiliza el término "substancia" (traducido a veces también por
"esencia" o por "naturaleza") para designar el ser divino en su unidad
Hipóstasis: La Iglesia utiliza el término "persona" o "hipóstasis" para designar al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo en su distinción real entre sí; el término "relación" para designar el
hecho de que su distinción reside en la referencia de cada uno a los otros.
Liturgia: el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo en la que, mediante signos
sensibles, se significa y se realiza, según el modo propio de cada uno, la santificación del
hombre y, así, el Cuerpo místico de Cristo, esto es, la Cabeza y sus miembros, ejerce el
culto público integral. Por ello, toda celebración litúrgica, como obra de Cristo sacerdote y
de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el
mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia»
Mistagogia: Es una catequesis litúrgica que pretende introducir en el Misterio de Cristo,
pasando de lo visible a lo invisible, del signo a l significado, de los sacramentos al Misterio.
Signo: Son gestos, palabras y actitudes cuyo significado es un efecto visible o invisible y
sobrenatural obrado por el Espíritu Santo.
Símbolo: Es la representación de otra realidad, una referencia, un recuerdo de otra
verdad a la que se alude.
Epíclesis: Es el signo sacramental que consiste en la imposición de manos y en la
invocación del Espíritu Santo o el poder de la bendición de Dios sobre una persona o una
materia sacramental.
Materia: Es el signo utilizado en un sacramento.
Forma: Es la fórmula que lo acompaña, que manifiesta y especifica el signo, realizando así
el sacramento.
Ascesis o ascética: Ascetismo, según su sentido literal, significa pulimento, refinamiento o
suavizamiento. Los griegos utilizaban esa palabra para indicar el ejercicio realizado por los
atletas para desarrollar las fuerzas dormidas en el cuerpo y entrenar a éste para que
alcanzase su belleza natural. El fin que se perseguía con la realización de estos ejercicios
gimnásticos era la obtención de la corona de laureles que se otorgaba al vencedor en los
juegos públicos.
Tienes dos movimientos: Despojarse del hombre viejo y revestirse del hombre nuevo. Esta
fundado en la gracia de Dios y su fin es la unión con Dios.
El ascetismo corporal no tiene un valor absoluto sino sólo relativo. Santo Tomás lo llama
“medio para el fin”, que debe ser usado con prudencia. San Buenaventura dice que las
austeridades corporales “preparan, fomentan y preservan la perfección”
Ha sido enseñanza perenne de los escritores ascéticos católicos que la perfección cristiana
consiste en el amor. Bastan pocos testimonios de ello. Escribiendo a los corintios,
Clemente Romano dice (Ep. I Cor., XLIX, 1): “Fue el amor lo que hizo perfectos a los
elegidos; sin amor nada es aceptable a Dios”.
Sin embargo, aunque la perfección consiste esencialmente en el amor, es igualmente
cierto que no cualquier grado de amor es suficiente para constituir la perfección moral. La
perfección ética de los cristianos consiste en la perfección del amor, que exige tal
disposición “que podamos actuar rápida y expeditamente aunque haya muchos
obstáculos en nuestro camino” (Mutz, "Christl. Ascetik", 2a. ed., Paderborn, 1909). Pero
esta disposición del alma presupone que las pasiones han sido domadas. Ello es resultado
de una lucha trabajosa, en la que las virtudes morales, aceradas por el amor, rechazan y
apagan los hábitos y las inclinaciones malas, substituyéndolas con buenas inclinaciones y
hábitos.
Mística: En términos generales y de acuerdo con la doctrina de los Padres y Doctores de la
Iglesia, el proceso de crecimiento espiritual en santidad y unión con Dios en oración, se
desarrollan en conjunto. Comenzando por la prácticas más simples y humanas, la persona
es trasformada, supernaturalizada, en su vida exterior ante el hombre y en su vida interior
ante Dios. Este progreso se puede resumir como vaciarse del yo y llenarse de Dios, o dejar
atrás el hombre viejo (Adán) y tomar el hombre nuevo (Cristo) o simplemente asemejarse
a Cristo. Ello implica esfuerzo por parte del cristiano, pero mayormente la iniciativa y la
gracia de Dios para elevar a la persona a lo alto de la santidad a la que todos estamos
llamados, mas no todos logramos alcanzar.

También podría gustarte