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La alimentación es importante en cada etapa de la vida de una persona, ya que esta dependerá
tanto de la edad, como del género, y el estado físico y psicológico de cada ser humano, para partir
de ahí al diseño de una dieta adecuada para él.
Un talante importante en el primer año de vida de una persona, será su desarrollo biológico
proyectado de forma intrínseca en cuanto al crecimiento acelerado que se necesita. En esta
primera etapa es cuando los bebes consumen sus nutrientes específicos a través de la lactancia y
absolutamente nada más que eso. En esta etapa es de suma importancia tomar en cuenta el
proceso de ablactación al cual el niño está siendo participe, este proceso necesita especial
cuidado en la selección de alimentos proporcionados así como una calendarización adecuada de
sus alimentos y atención a posibles factores alérgenos a los que puede ser afectado.
Características similares, suceden en la edad preescolar y que abarca del 1ro al 6to año de
vida y en la cual es de suma importancia la correcta alimentación para el desarrollo psicológico y
cognoscitivo del niño, ya que de esto depende la formación adecuada con los hábitos alimenticios
que tendrá toda su vida. Los puntos especiales a cuidar en esta etapa son, la formación de
hábitos alimenticios de los prescolares, estos son impuestos muchas veces por factores externos
de geografía, tradición, religión o hasta nivel socioeconómico.
Se debe alcanzar un compromiso con el niño para que este aprenda a comer y balancear
su alimentación en cuanto a horarios establecidos, cantidades y uso de los utensilios adecuados,
esto se debe a que el niño comienza a comer fuera de casa.
La etapa de la adolescencia, permite marcar la brecha que separa la niñez de la adultez. Esta
provoca un crecimiento corporal y psicosocial acelerado y se verá reflejado en sus métodos de
alimentación, así como para canalizar las emociones, y la presión social influenciados también por
aspectos biológicos, psicológicos (familiares), y socioculturales.
La etapa adulta, repercute de distinta forma entre hombres y mujeres, ya que a pesar de
considerar el mantenimiento y productividad en cuanto al gasto de energía de cada individuo,
requiere de distintos puntos de atención en cada género. Por un lado el hombre consume la
mayor parte de su alergia calórica en trabajos físicos exigibles para el rumbo de su día a día en
cuanto a su trabajo y las actividades necesarias para mantenerse saludable y formar una familia.
En cuanto a la mujer su pérdida calórica se intensifica gracias a los procesos hormonales de los
que está siendo participe, desde muy temprana edad con la menstruación y después con el
embarazo, la lactancia y finalmente la menopausia. La mujer necesita un balance más específico
y alimentación más enfocada en cuanto a su etapa precisa de la vida y así prever insuficiencias
de ciertos nutrientes.
La etapa del anciano, se precisa por la disminución de alimentos ingeridos y esto se debe
más que nada a el estado emocional de los adultos mayores aunados a la falta de apetito por la
edad y la depresión que los envuelve al sentirse solitarios. Un hecho importante a enfocar es
darles la mayor atención a ellos en cuanto a sus dietas calóricas que sean las recomendables y
más importante aún atenderlos y estar al tanto de ellos para acompañarlos en sus comidas y
actividades.
Los factores dietéticos del envejecimiento, están relacionados con la intolerancia a los
carbohidratos o resistencia a la insulina. Existe un balance negativo de calcio, y como
consecuencia la osteoporosis. Generalmente hay un consumo elevado de sal, lo que aumenta la
presión arterial, y la frecuencia de padecimientos cardiovasculares en edad avanzada.