Está en la página 1de 2

El mal de las costumbres de los maniqueos replanteada en San Agustín.

Como establecen los maniqueos el mal es lo contrario a su naturaleza. Sin embargo, tal afirmación
recae de argumento ya que ninguna naturaleza es mala. Como afirman los maniqueos al decir que
el mal es una naturaleza o sustancia, esto es invalido, porque lo que es contrario a la naturaleza se
opone a ella y tiende a su destrucción, tiende hacer que lo que es ya no sea ya, por el contrario, el
mal es aquello que ataca a la esencia de un ser, lo que tiende hacer que ya no exista ya. Pero la
esencia mas no la sustancia.

El mal no es sustancia, sino esencia. Por eso no podemos decir que la causa del ser, de todo lo que
existe, sea causa del no ser, es decir del mal. No es así, ya que el autor de las naturalezas y
sustancias solo creo aquellas, no creo un mal, volvemos a plantear que el mal no es sustancia, solo
es una esencia que se formula en ausencia de bien.

Entonces si sabemos que el mal daña, no nos apartemos del bien, hay que reflexionar y
examinarse y ser sinceros, por lo tanto, buscar la verdad, pero no con el fin de combatirla, sino con
la buena intención de descubrirla.

El mal será quien prive de algún bien a lo que daña, pero sino priva de algún bien, no hay mal
alguno.

El reino de la luz tiene una naturaleza simple, toda igual en perfección, hay una consecuencia
contradictoria a este sistema de la luz que es las tinieblas, tal contradicción es inevitable ya que el
bien es inaccesible a todo daño.

El mal es una mera carencia de bien en todo sentido.

El bien lejos de ser una esencia, es una privación e implica por tanto una naturaleza a la que se
puede dañar. Esta naturaleza no es el sumo mal, al que no se causa daño con la privación de algún
bien, ni el sumo bien, puesto que puede ser despojada de algo y si es buena no lo es por esencia,
sino por participación Tampoco es buena por naturaleza, porque decir creada es decir que tiene
de otro toda su bondad ya que Dios es único bien y todo lo que ha creado es bueno, pero no como
él.

El mal también es corrupción, pero esta no es nada en sí misma, no es una sustancia, sino existe
una sustancia a la que afecta.

Las substancias creadas son corruptibles, la única sustancia es incorruptible y la corrupción, que es
el sumo mal no puede ser corruptible por que no es una sustancia.
El tiempo en San Agustín.

A Dios se considera como autor del tiempo. Ya que no precede a los tiempos, Él mismo es y sus
años no mueren. En otras palabras, los Años de Dios son un día y su día no es un cada día, sino un
hoy porque su hoy no cede el paso al mañana ni sucede al día de ayer. El hoy de Dios es la
eternidad. El hizo todos los tiempos y él era antes de todos los tiempos; ni hubo tiempo en que no
hubiese tiempo. El mismo tiempo es obra tuya.

Existen tiempo debido a que hay un tiempo pasado; hay tiempo futuro porque sucede algo; y por
el hecho de que existe algo hay un tiempo presente. Por lo tanto, el tiempo no es eternidad, ya
que este cambia, por lo tanto, el tiempo presente para ser tiempo, es necesario que pase a ser
pretérito.

Se puede decir que hay tres tipos de tiempo que de alguna manera existen en el alma: presente de
lo pasado (memoria), presente de lo presente (visión) y presente de lo futuro (expectación).

Al tiempo pretérito y futuro lo podemos llamar corto o largo ya que en el caso del pretérito es
largo cuando hablamos de este hace muchos años atrás y corto cuando decimos que fue hace días
atrás. Lo mismo en el futuro, en tiempo largo, cuando se dice que habrá un evento dentro de
muchos años y corto cuando se dice que otro evento será dentro de pocos días. Pero tales
afirmaciones carecen de valor, ya que lo pretérito ya no es y lo futuro no es. Entonces no podemos
hablar de es largo, sino en el caso pretérito fue largo y en el futuro será largo.

Dentro del tiempo hay algo que se puede concebir como indivisible en partes, así sea por tan
pequeñísimo que sea, a este momento es el que debe ser llamado presente, el cual vuela tan
rápido del futuro y al pasado y no se detiene. Entonces se puede dividir en dos partes: Pretérito y
futuro y el presente no tiene ningún espacio.

El tiempo no puede ser medido ni en pretérito y futuro, ya que no se mide algo que no existe, solo
lo podemos hacer en cuenta que pasa.

El tiempo pretérito o futuro existen, pero no en pasado porque ya no son, ni tampoco en futuro
porque aún no son, se las considera existente en tiempo presente.

También podría gustarte