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No basta tener una gran idea de negocio gastronómico, para que sea un éxito, hacen
falta un cúmulo de piezas, para que cualquier emprendimiento se haga realidad y
mucho esfuerzo para que sea una victoria. La mano de obra, el local, el concepto
gastronómico, son parte integral de una propuesta de emprendimiento y claro, están
los equipos, maquinarias sin las cuales, cualquier idea revolucionaria, no pasará de
ser una utopía o una maravillosa ocurrencia sin pies sólidos. Ello es, por así decirlo,
la parte más complicada de la restauración e implica un gran desembolso de capital,
por lo que, en este sentido, hay que caminar de pies en punta y administrar como
león los recursos, para cubrir de manera efectiva todas las necesidades.
Dentro del plan de negocio, se deben establecer las necesidades, aunque hay ciertos
requisitos que se deben cumplir a rajatabla. Según ha demostrado la experiencia, hay
ciertos equipos obligatorios que se deben considerar y el primero es: El horno y la
estufa industrial, este debe ser el punto de partida y se deben adecuar al tamaño del
servicio y encajar en el espacio del local, sin interrumpir el flujo del trabajo y la circulación
del sitio debe girar en torno a estos, a esto se le unen las salamandras, planchas y otros
implementos de terminado.
En tercer lugar, y para concretar, están los refrigeradores, que al igual que la sillería y las
mesas, son definitivos en el término del presupuesto, ya cubiertas estas dentro del plan de
inversión, tan sólo hay que plantearse el sitio donde quieras comenzar a desarrollar tu
concepto gastronómico.