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La segunda persona que dejó huella en mi formación fue sin lugar a dudas la
profesora de didáctica de inglés del Instituto de Profesores Artigas. En primer lugar
la emoción era negativa. Nos “daba miedo”. Los rumores decían que era una
profesora muy exigente y muy dura a la hora de hacer una devolución de una visita
didáctica. “Ella te dice si no servís para esto y te manda a dedicarte a la cocina,
igual”, decían. Sin embargo resultó ser una gran referente de lo que había que hacer
para lograr que los estudiantes aprendieran inglés significativamente, y también de lo
que no había que hacer si uno quería tener un buen vínculo con personas que
dependen de nosotros, como por ejemplo los alumnos con respecto al profesor o los
profesores con respecto al director o supervisor. Ella visitaba nuestras clases y
escribía la devolución en dos columnas: fortalezas y debilidades, las que
encabezaba con un signo de más y otro de menos. No usaba rúbricas, no eran éstas
populares en ese entonces, pero lo que hacía era intrínsecamente formativo y
constructivo. Con el tiempo ella logró escribir más en la columna de fortalezas y eso
nos motivaba mucho porque veíamos lo que hacíamos bien y podíamos mejorar lo
que aún teníamos para mejorar. También nos sugería visitarnos entre compañeros y
nos invitaba a su práctica docente para verla trabajar con sus estudiantes.
“Entretejía” bastante la teoría con la práctica. Por otro lado, ella y otros docentes nos
“dictaban” la clase, nos decían cómo teníamos que planificar, qué clase querían
vernos dar, lo que nos obligaba a “adaptar” la práctica a la teoría y no nos impulsaba
mucho a crear nuevo conocimiento a partir de la práctica.
Vínculos y saberes
La impresión subjetiva que me deja la situación de los últimos dos meses y medio,
es que los vínculos que más se han reforzado son los de los docentes. La realidad
nos ha igualado, en el sentido que ninguna estructura anterior, ninguna institución
en la que nos formamos, ningún lineamiento de nuestros supervisores nos podía
haber preparado para lo que tenemos que enfrentar y resolver entre todos. Con
mayor o menor resistencia, nos hemos ido sumando al diálogo didáctico y al
intercambio de experiencias y frustraciones en las sucesivas reuniones virtuales.
Hemos perdido la paciencia y hemos recapacitado. Hemos querido imponer nuestra
experiencia y hemos dado “marcha atrás”. Y lo que es más importante, hemos
comenzado a escuchar la experiencia del otro y ver la realidad desde sus ojos. Y
casi sin darnos cuenta, de una forma implícita primero y más explícita después,
algunos de nosotros nos hemos convertido en guías del otro y viceversa.
En cuanto a los saberes dados y recibidos, muchos temas han emergido y re
emergido, y han sido puestos sobre la mesa, o en pantalla, para la consideración de
profesores con diferentes niveles de experiencia:
● avanzar o no en contenidos durante el receso sanitario
● evaluar y calificar
● generar y mantener vínculos
● utilizar un medio de comunicación u otro (por ejemplo, correo electrónico,
WhatsApp o Google Drive)
● utilizar un entorno virtual de aprendizaje u otro (por ejemplo, Crea o Google
Classroom)
Además de los temas arriba enumerados, surgen inevitablemente otros que estaban
subyacentes:
❖ cómo dar instrucciones
❖ cuán efectiva está siendo la comunicación docente-alumno y alumno-alumno
❖ aprender y enseñar cómo utilizar plataformas y otros recursos digitales
❖ cómo dar devolución a los estudiantes que se pueden conectar
❖ cómo alcanzar a los que no tienen conectividad, etc.
Para cerrar esta parte del trabajo comparto el enlace a un espacio que llamo
“Reflexiones de WhatsApp”.
Sin embargo, dejo ese diálogo un momento y llevo mi atención otra vez al concepto
de Frigerio, G. (2017) del pequeño gesto:
En los oficios del lazo, quizás importe considerar que el mínimo gesto podría
devenir un objeto transicional [...] Un gesto mínimo tiene potencialmente un
alcance conmovedor. El mínimo gesto es lo mínimo que podemos crear y
volver disponible, creando circunstancias, intentando, nuevamente, una vez
más, otra vez… (p.89)
Retomando el diálogo inicial entre Frigerio (2017) y Richards (2011), es el ser sea
éste el mentor o el novel quien oficiará de canal de comunicación entre teóricos de
distintos tiempos, prácticas ajenas y propias, construyendo su manera de hacer la
docencia.
Referencias:
Recuperado de
https://www.researchgate.net/publication/254765256_The_apprenticeship_of_
observation
Domínguez Borrás, J. (2017). La Neurociencia Afectiva Nos Enseña que la Emoción
https://campus.asociacioneducar.com/prg_archivo.cgi?wAccion=ver_archivo&
id_archivo=433227&id_curso=393&id_unidad=11668
Frigerio, G. y otros (2017). Trabajar en Instituciones. Los Oficios del Lazo. Buenos
Aires. Colección Ensayos y Experiencias. Noveduc.
Paul, M. (2004) Lo Que Acompañar Quiere Decir. Consejo de Formación en
Educación. Guía del Módulo II del Curso Formación de Referentes del
CFE para el acompañamiento a noveles educadores desde la institución
formadora (2020). Uruguay.
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Richards, J. & Farrell, T. (2011). Practice Teaching. A Reflective Approach. N
York, CUP.