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Solidaridad Don Bosco

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Manuela es una niña gitana que ya tiene 10 años, y no le gusta demasiado ir al co-
legio. Cada mañana, su madre la despertaba y ella volvía a hacerse la dormida para
evitar ir al colegio.

A la madre de Manuela, que se repitiera la misma historia todas las mañanas y sobre
todo esa desgana que tenía su hija para estudiar, le estaba empezando a preocupar.

Un buen día, a la vuelta del colegio, Manuela se encontró colgada en el salón una
bandera con una franja verde y otra roja con una inmensa rueda de carro en el
centro. Manuela que era muy curiosa corrió a buscar a su madre para preguntarle
por aquella bandera, pero rápidamente su madre, la descolgó tranquilamente de la
pared, la dobló y la guardó sin darle más explicaciones. Al día siguiente, la madre de
Manuela, volvió a colocar la bandera un poco antes de que su hija regresara del cole
y cuando ésta entró por la puerta volvió a correr detrás de su madre para preguntarle
qué significaba aquella bandera. Pero su madre, una vez más sin decirle nada a la
niña, la descolgó, la dobló con esmero y la guardó.

Durante varios días se estuvo repitiendo esta situación, y la madre nunca le daba
explicaciones a Manuela, hasta que un día la niña no pudo más con su curiosidad y
empezó a buscar en todos los libros de la casa alguna foto o dibujo de esa curiosa
bandera.

Día tras día fue rebuscando en los libros, leyendo y encontrando diferentes historias
que cada vez le entusiasmaban más, hasta que un día: ¡por fin! ¡por fin! ¡la encontré!
¡la encontré! ¡Yuuuupi!

Manuela había encontrado en un libro muy bonito un dibujo con la bandera que su
madre había estado colgando todos los días en la pared del salón. La madre al es-
cuchar esos gritos de alegría se imaginó lo ocurrido y la observó sin que ella se diera
cuenta. Manuela parecía muy interesada mientras leía en un libro una pequeña his-
toria que había junto al dibujo de la bandera con la Rueda de carro en el centro…

“Érase una vez un gran pueblo llamado Rom, donde las personas calés (gitanas)
hablaban el caló (lengua propia). Algunos dicen que nacieron en Egipto, otros que
vienen de Pakistán e India. Pero la verdad es un misterio, sobre todo porque la cultu-
ra gitana ha sido siempre ágrafa, que quiere decir que no ha conservado por escrito
sus tradiciones.

Lo cierto es que los abuelos de nuestros abuelos fueron perseguidos, y la comunidad


gitana fue huyendo recorriendo pueblos y países en carromatos tirados por animales.

Cuéntame otro cuento


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Por eso, la comunidad gitana es de origen nómada, que significa que estaban acos-
tumbrados a viajar mucho y a cambiar de casa constantemente".

Manuela estaba comprendiendo que el carro que aparecía en esa bandera, era el
mismo carro que utilizaban sus antepasados para viajar de un lado a otro. Un carro
que servía para buscarse la vida como vendedores ambulantes. Pero quería saber
más sobre su significado.

Manuela siguió leyendo diferentes historias de la comunidad gitana y fue compren-


diendo algunas de sus costumbres.

Y entre tantos libros, Manuela encontró también algunas cartas que su abuela le es-
cribió a su madre hace ya muchos años, antes de que naciera Manuela.

En una de estas cartas la abuela de Manuela le contaba a su madre que la rueda de


carro simbolizaba los deseos de libertad de circulación más allá de las fronteras es-
tablecidas, y que ese significado lo tenía que trasladar a su vida. A seguir estudiando,
a mejorar, a crecer para ser cada vez más libres. Y también leyó esto:

“Hija, he tenido que trabajar mucho para que fueras a la escuela. Siempre he
creído que mis 5 hijos debían aprender a leer y escribir. Pero no era fácil en
aquel tiempo, porque algunos familiares no estaban de acuerdo con que estu-
diáramos. Pero yo les respondía que mis hijas tenían que estudiar, para que
algún día, fueran personas que pudieran ayudar a su pueblo, a la comunidad
gitana”

A Manuela le sorprendió mucho que hubiera personas que no quisieran que las niñas
gitanas fueran al colegio, y que hasta hacía muy poquito tiempo las mujeres se casa-
ban y tenían hijos mucho más jóvenes que ahora. Y por eso, aún hoy, solo 2 de cada
100 personas gitanas como la madre de Manuela tenían carrera universitaria.
Ahora Manuela entendía porqué su madre ponía tanto empeño en levantarla cada
día para ir al colegio.

Desde aquel día, Manuela se levantó con alegría cada día para ir al colegio y estu-
diar, bueno, de vez en cuando para hacer reír a su madre se hacía la remolona y se
volvía a la cama para hacerse de nuevo la dormida. Pero lo importante es que había
comprendido muchas cosas a través de una aparentemente simple rueda de carro.
Y colorían colorado ¡el pueblo gitano a muchos lugares del mundo con su carro ha llegado!

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