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LIC.

KARLA MARTINEZ
FARMACIA Y ETICA PROFESIONAL

ASIGNATURA: Ética y legislación Farmacéutica


UNIDAD II: Farmacia y ética profesional
CONTENIDOS: Ética de las profesiones
Ética del cuidado
Cuidar con calidad

OBJETIVO DE UNIDAD:
Analizar de forma positiva las responsabilidades del farmacéutico y la
importancia de la ética en el ejercicio de su profesión, identificando cuáles
son sus obligaciones y los derechos del paciente

ETICA PROFESIONAL
 DEFINICIÓN:
"Acerca de Ética profesional, se ha escrito varias definiciones, entre las cuales
tenemos: "Se define como parte de la filosofía que comprende al estudio de la
moral y de las obligaciones del hombre. Por su parte el adjetivo profesional,
gramaticalmente alude a lo perteneciente a una profesión"
Tenemos otra definición de Vaillarini, "La ética de una profesión es el conjunto de
normas, en términos de los cuales definimos como buenas o malas, una práctica y
relaciones profesionales. El bien se refiere aquí, a que la profesión constituye
una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad: la prestación de
un servicio"
Para nosotros, definimos a la ética profesional como una reflexión filosófica acerca
de la moralidad de acuerdo con el ejercicio profesional; es la rectitud moral de la
profesión. De otro nivel, se podría decir que es el examen de las posibilidades
morales que enfrenta el profesional en el desempeño de sus actividades.
CARACTERÍSTICAS:
Las características que hemos encontrado, según Chiquini Torres:
 "Es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un
conjunto de normas y razones que un sujeto a realizado y establecido como
una línea, directriz de su propia conducta.
 La ética es una rama o parte de la filosofía su campo de investigación es la
moral.
 Solo el hombre tiene sentido ético y conciencia moral.
 Fenómeno social que rige la vida del hombre."

OBJETIVOS:

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 "El objetivo de la ética en el terreno de la práctica profesional es


principalmente la aplicación de las normas morales, fundadas en la honradez,
la cortesía y el honor"
 NECESIDAD:
Todo profesional tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la
lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor. La
ética de una profesión es el conjunto de normas, en términos de los cuales como
buenas o malas, su práctica y relaciones profesionales"
IMPORTANCIA DE LA ÉTICA PROFESIONAL.
ORDEN ESPECULATIVO:
Analiza los principios fundamentales de la moral individual y social, y los pone de
relieve en el estudio de los deberes profesionales .trata de definir con claridad y
concisión la naturaleza de la profesión y las distintas relaciones con todos los
elementos humanos que sufren su influencia y la ejercen .Los jóvenes idealistas
,sanos , virtuosos que tuvieron una formación espiritual muchas veces llegan a
enfrenarse con la realidad de la vida y sufrir una decepción al tener la impresión
de que la moral es únicamente respetada en los libros ,por qué las leyes son
conculcadas descaradamente, sin que nadie se escandalice ni proteste . En más
de un caso se sabe por ejemplo que algunos jóvenes abogados para ganar un
juicio han tenido que sobornar al juez, porque no han visto otra alternativa más
operativa e inmediata.
ORDEN PRÁCTICO:
La importancia está determinada por las conveniencias y consecuencias que rigen
las relaciones entre profesionales y clientela. La mejor garantía del éxito la
constituye el leal y escrupuloso cumplimiento de los deberes .la clientela, por un
instinto defensivo, tiene horror de los autómatas que no tienen responsabilidad ni
amor al ejercicio consiente de la profesión .la función específica de la actividad
profesional consiste en establecer o restablecer el orden necesario al bien común.
Pero frecuentemente, el profesional se juzga dispensado de cualquier orden o
disciplina; como si la anarquía fuera un privilegio de capacitación universitaria.
¿POR QUÉ ES NECESARIA LA ÉTICA PROFESIONAL?
Aclaremos, de partida, que el comportamiento ético no es un asunto exclusivo de
los profesionales. Concierne, sin duda, a toda actuación humana; pero
compromete con mayor énfasis a quienes han tenido el privilegio de una formación
de nivel superior a costa de toda la sociedad que ha debido contribuir a ella y que
espera, justificadamente, una actuación correcta de quienes han disfrutado de esa
preferencia selectiva.

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No olvidemos que -sin perjuicio de sus fundamentos religiosos, que conforman


otro nivel de conciencia- es un valor cultural, propio de la sociedad y el tiempo en
que se vive. Que la Universidad -principalmente agente receptor, generador y
transmisor de la cultura de un pueblo- ha inculcado o debido inculcar en los
estudiantes ese patrimonio valórico que todos compartimos. Y que, por lo mismo,
cada Facultad o Escuela universitaria no sólo debe enseñar cómo ejercer una
profesión, sino como ejercerla bien.
Cabría, en este punto, formular una crítica enérgica a la actitud que se viene
imponiendo en nuestras universidades, debido -tal vez- a su proliferación
excesiva. En lugar de impartir la formación ética con la jerarquía que ella merece,
Ética Profesional o está ausente del Programa de Estudios o sólo se ofrece como
ramo optativo, siendo excepcional que ella constituya un soporte de la educación
sistemática de un profesional.
Es verdad que la formación ética llega a veces por otros cauces; y que la mejor
enseñanza moral proviene del ejemplo del maestro y no del mero discurso. Pero
cada profesión afronta problemas conductuales específicos que difícilmente se
podrán resolver correctamente si no se les ha previsto y analizado en la etapa
formativa, Por eso mismo existen los Códigos de Ética de cada profesión, sin
perjuicios de los principios y normas de la Ética General.
Yo me pregunto - ¿con qué grado de confianza se le puede exigir a un profesional,
en el juramento de estilo, cumplir las reglas de su Código deontológico si ni
siquiera lo conoce?
Es ésta una grave responsabilidad que hoy pesa sobre las universidades chilenas
y que ellas debieran afrontar con prontitud.
PERFIL DEL PROFESIONAL QUE NESECITAMOS.
SABER SER:
* Tener conducta ética: veraz, justo, solidario, honesto, generoso.
* Actuar crítica, creadora, cooperadora y comprometidamente.
* Cultivar su autoestima.
* Fortalecer su identidad personal y profesional.
* Poseer valores y vivir en coherencia con ellos.
* Ser dinámico, ágil, emprendedor, optimista y empático.
SABER CONVIVIR:
* Practicar los valores sociales, religiosos y patrióticos.
* Brindar afecto, seguridad y confianza.

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* practicar y fomentar la responsabilidad, solidaridad, participación y equidad.


* Ser veraz, decir lo que se piensa, y honesto, hacer lo que se dice.
* Practicar relaciones humanas positivas.
* Practicar los valores éticos y morales: honradez, solidaridad, Responsabilidad,
respeto, etc.
SABER PENSAR:
* Dominar conceptos y teorías actualizadas de la profesión.
* Desarrollar hábitos de estudio y trabajo.
* Interesarse en la realización de nuevos aprendizajes.
SABER HACER:
* Realizar investigaciones en torno a quehaceres.
* Utilizar resultados de la investigación en la solución de problemas de la
comunidad, afines a la profesión.
* Manejar técnicas e instrumentos para obtener información de todo tipo de
fuentes, para procesarlas y utilizarla en el ejercicio de la profesión.
AUTOESTIMA Y ÉTICA PREFESIONAL.
La autoestima es la meta más alta del proceso educativo, se supone que el
profesional en su formación a logrado en niveles aceptables y como tal considera
que cada persona es y debe ser importante para los demás.
Todo profesiona , por el mismo hecho de serlo , debe tener una autoestima
elevada o esforzarse en elevarla comprendiendo que es el núcleo de la
personalidad ,permite la relación social saludable , ayuda a superar las dificultades
personales , permite aceptarse y aceptar a los demás, compromete su
responsabilidad y ayuda a sentirse competente y resolver problemas .
Quien actúa con ética profesional, obtiene mayor seguridad, confianza, amor y
autoestima. Se caracteriza por tener capacidad de empatía, es valiente y decidido,
tiene sentido de humor es honesto y sincero, es optimista, se preocupa por el
autodesarrollo personal y social, tiene don de gente, se interesa, con sinceridad y
comprensión, ayuda a los demás, acepta las criticas como instrumento de
aprendizaje.
AUTOESTIMA:
"Es la manera como cada persona se evalúa a si misma .Es el grado de
satisfacción consigo misma, la valoración que nos tenemos, la capacidad de

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amarnos y respetarnos a nosotros mismos". Permite enfrentar los DESAFIOS que


presenta nuestra existencia.

RASGOS CARACTERISTICOS DE LA PERSONA CON UN NIVEL


SATISFACTORIO DE AUTOESTIMA:
Se acepta así mismo como es percepción clara y eficiente de la realidad, mayor
apertura a la experiencia ,mayor integración ,cohesión y unidad ,mayor
espontaneidad ,expresividad y vitalidad .Un YO Real :Identidad firme ,autónoma y
con unicidad ,objetividad ,independencia y trascendencia del YO .
Recuperación de la creatividad, capacidad de fusión de l concreto y abstracto,
estructura de carácter democrático, gran capacidad para transmitir amor, posee
códigos morales sólidos, tiende a estar centrado en los problemas de los demás y
no solo en lo propios, expresa opiniones sin rigidez y es flexible a escuchar las de
otros sentidos del humor sin ser agresivo e hiriente.

LA INTEGRIDAD:
La integridad moral puede definirse como una cualidad de la persona que la
faculta para tomar decisiones sobre su comportamiento por sí misma. Se predica
de todos los individuos en cuanto tales. Está muy relacionada con la concepción
del sujeto de sí mismo: sus comportamientos, creencias y forma de actuar
COSTUMBRE.
La costumbre son normas que crea una sociedad por su continuidad y que le dan
un hecho jurídico palpable y tienen como las leyes, consecuencias cuando son
violadas, el profesional no solamente debe regirse por su código de ética propio,
sino que debe irse hacia un marco de costumbre, entendiendo que no todo lo que
se viola está escrito, ni todo lo que la sociedad repudia lo contiene las leyes.
Un profesional conlleva consigo una serie de hábitos y costumbres que lo ha
adquirido durante toda su vida, no obstante a eso, no todo lo que uno realiza
cotidianamente es correcto ante la sociedad, por lo que un profesional tiene que
tener la capacidad moral e intelectual para poder diferenciar lo correcto e
incorrecto de su profesión, ya que ejemplos tales como: decir buenos días, tener
una sonrisa en la cara, ser solidario, ser buen compañero, son puntos que no
están especificados en un código y no por eso limitan al profesional a realizarlo.

2. ETICA DEL CUIDADO

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En la ética del cuidado, se realizan acciones encaminadas a dar respuesta a


necesidades básicas de una persona que no puede cubrirlas por sí sola. Y, en ese
proceso, tienen mucha importancia los detalles, las cosas pequeñas, los gestos
minúsculos que, en definitiva, son los que hacen amable la vida y la dotan de
sentido.

“Solo aquel que comprende que es incompleto, indigente y vulnerable es capaz de


cuidar”
Maite Pérez Echarri

Cuidar: “Poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo; asistir,


guardar, conservar; discurrir, pensar; mirar por la propia salud, darse buena vida;
vivir con advertencia respecto a algo”. Son las acepciones señaladas en el
diccionario de la Real Academia Española (RAE), que nos advierten de la
polisemia de este término de uso tan común en nuestra habla. Proviene del
término latín “cogitare” (pensar, prestar atención, asistir a alguien), de ahí que
coloquialmente suele entenderse como “atender con solicitud”. Es precisamente a
lo que nos dedicamos nosotros, a cuidar y, aunque nos pueda parecer un término
tan habitual, y sencillo, cuando se trata de cuidar a otra persona no es tarea fácil;
muchos pensadores, filósofos, médicos, psicólogos, … de antes y de ahora, han
dedicado muchos esfuerzos a reflexionar sobre lo que significa.

La responsabilidad del cuidado se deriva del respeto a la dignidad de las


personas; no podemos entender ningún proyecto social hoy en día que no tenga
como objeto principal el respeto a la dignidad que reconocemos hoy en todo ser
humano.

Fue Carol Gilligan, psicóloga estadounidense, la que en los años 80 sacó a la


palestra y profundizó en la ética del cuidado. Lo hizo criticando el modelo de
desarrollo moral propuesto por su maestro Lawrence Kohlberg y desde un enfoque
feminista. Kohlberg llegó a la conclusión de que las niñas, frente a los niños,
tenían dificultades para llegar a los niveles más elevados de desarrollo moral.
Gilligan, incluyendo niñas en sus investigaciones, concluyó que niños y niñas
tienen en realidad patrones diferentes de desarrollo moral y construyó un nuevo

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modelo de desarrollo moral que llamó “ética del cuidado o de la responsabilidad”,


asociándolo a las niñas, en contraste con el modelo masculino que llamó “ética de
los derechos o de la justicia”.

Desde el siglo XIX era el modelo ético mayoritario, que perseguía la justicia
imparcial e igualitaria basándose en los derechos universales y estando aplicado
al ámbito público. Sin embargo la ética del cuidado, explica Gilligan, tiene su
desarrollo en la esfera privada y su agente son las mujeres. Desde este punto de
vista los hombres tienden a poner el énfasis en los derechos y las normas,
mientras que las mujeres suelen entender los problemas morales como un
problema de relaciones que incluyen responsabilidad y cuidado. Las aportaciones
de Gilligan han tenido una gran repercusión, adquiriendo nuevo valor y relevancia
aquellas características tradicionalmente adjudicadas a las mujeres. Al poner el
acento en el ámbito privado, la ética del cuidado permite analizar las tensiones
existentes entre la esfera pública y privada.

Modelos complementarios

A pesar de las grandes diferencias que se observan en estos dos modelos,


deberíamos entenderlos como complementarios, integrando los elementos
abstractos y universales de la ética de la justicia, con la aportación de lo relacional
con responsabilidad de la ética del cuidado. El equilibrio entre ambas, propicia que
lo desterrado por la justicia del ámbito público (emociones, la voluntad, la
búsqueda de la felicidad o de la perfección de vida y crecimiento personal), sea
tenido en cuenta por la ética del cuidado, que lejos de concebir a los ciudadanos
como separados y autónomos, los contempla en sus interconexiones,
reconociendo la vulnerabilidad humana y las relaciones de interdependencia.

La ética del cuidado se sitúa en la tradición de la ética de las virtudes y de la


responsabilidad, humaniza la ética de la justicia, que también es irrenunciable
como mínimo exigible de dignidad humana. Parece, por tanto, que una ética del
cuidado necesitaría una ética de la justicia, tanto como la ética de la justicia
necesitaría la ética del cuidado. El cuidado en los contextos concretos, encierra el
peligro de la desigualdad y la discriminación, por lo que sin el punto de vista del
“otro generalizado” no se puede pensar en una justicia adecuada a la complejidad

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actual; sin embargo el “otro concreto” es un concepto crítico para limitar el


discurso universalista.

En esta ética práctica se realizan acciones encaminadas a dar respuesta a


necesidades básicas de una persona que por sí sola no puede hacer, y en este
proceso tienen mucha importancia los detalles, las cosas pequeñas, los gestos
minúsculos, que en definitiva, son los que hacen amable la vida y la dotan de
sentido. El cuidado aporta una dimensión humana de relación en la que el
concepto fundamental es la responsabilidad con las personas y no tanto la
preocupación por su discapacidad.

Técnica y sensibilidad

Ya hemos comentado que la ética del cuidar forma parte de la ética de las
virtudes, ya que la práctica del cuidar no se rige solamente por unos principios que
se aplican indistintamente, sino que requiere determinadas virtudes o excelencias
del carácter; el cuidar es un arte porque integra técnica y sensibilidad. Así el
sentido del cuidar tendría presente la “compasión”, entendida como hacer el bien,
facilitando que la persona sea lo más autónoma posible y transfiriéndole la
responsabilidad sin coaccionar, manteniéndose la propia persona en el centro de
la acción.

La virtud se entiende como una fuerza inclina a obrar de manera adecuada para
conseguir un fin. Los antiguos filósofos ya describieron las virtudes básicas que
llevan a la persona hacia la vida feliz. Llevándolo al terreno profesional,
numerosos autores han ofrecido propuestas concretas de las virtudes que el
profesional tiene que cultivar para realizar bien su arte. Algunas de estas virtudes
significativas para prestar un cuidado excelente podrían ser: respeto, amabilidad,
alegría, paciencia, comprensión, responsabilidad, escucha, confianza, empatía,
veracidad, confidencialidad, tolerancia, prudencia y humildad.

Por otro lado, en el arte de cuidar se pueden dar distintos tipos de relación:

 Indiferencia. No reconocerle como ser humano individual, único e


irrepetible. Solo es posible cuidar a otro ser humano en la superación de la
indiferencia.

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 Instrumentalidad. Utilizar a las personas como medios no como fin, atenta


contra la dignidad ética.
 Amor. La relación más importante en la ética del cuidado. Todos somos
sujetos activos y pasivos con capacidad y necesidad de amar.
 Orden. Cuanto mas insegura y vulnerable se siente una persona es en el
desorden. Cuidar es ayudarle a ordenar la realidad y su mundo por si
misma.
 Igualdad. A todas las personas se les debe la misma consideración y
respeto. Cuidar es tratar con justicia, no de modo homogéneo sino
personalizado.
 Honor. Reconocimiento del ser humano en relación con su entorno social.
Cuidar es mantener la consideración y el respeto de las personas en su
dimensión social.
 Seguridad. Mantener referencias necesarias para saber a qué atenerse.
Cuidar a una persona es darle información.
 Arraigo. Necesitamos realizarnos en un determinado contexto. Toda
persona tiende a arraigarse (echar raíces) a involucrarse en ese contexto.
Cuidar es acogerle en una morada, un espacio personal y propio.
 Privacidad, espacio y pertenencias. Espacio privado donde se puede ser tal
cual y protegerse de personas externas para expresar su identidad personal
sin complejos ni temores. Cuidar es velar por su privacidad.
 Libertad y responsabilidad. Ayudarle a ejercer su libertad, aunque sea en
una perspectiva de mínimos. Cuidar es corresponsabilizar a las personas
de sus actos y decisiones.

Además de tener en cuenta aquellos factores que garanticen el buen cuidado del
destinatario, también hemos de tener en cuenta el cuidado del que cuida, ya que
en el proceso no pueden verse lesionados ni los derechos de uno ni del otro. Es
importante reconocer las dificultades que muestran los profesionales en su tarea
de cuidar para poder dar una respuesta adecuada a las mismas. Algunas de estas
pueden ser el esfuerzo físico, el desgaste emocional, la duración de los cuidados,
el escaso reconocimiento… Pero también es importante señalar que, aunque el
cuidar sea una actividad dura, también ofrece sus beneficios: la gratitud, la
compensación interior del deber cumplido, la evolución positiva de la persona
cuidada, el crecimiento de los propios valores, el aprendizaje vital

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3. CUIDAR CON CALIDAD


Definiciones de calidad:
Existen muchas definiciones para la calidad de los servicios de salud. Tantas, que
no existe un concepto único. Cada actor involucrado en el proceso de calidad
tendrá una idea distinta y cada uno de ellos pondrá mayor relevancia a los
conceptos que más valora.
Así, para el paciente -por ejemplo- características como la calidad y pronta
atención, las instalaciones del hospital o clínica, la reputación de los médicos, y la
imagen de la institución, son atributos que determinan un valor para la calidad.
Para el prestador de servicios de salud, sin desmerecer la importancia de lo
anterior, la valoración de la calidad se basa en los aspectos que podríamos
denominar científicos, técnicos y tecnológicos involucrados en el proceso, tales
como la experiencia de los profesionales y la tecnología disponible.
Para quien paga el servicio, la relación entre el costo de cualquier intervención y
su efectividad para evitar la enfermedad o para recuperar la salud, es la
característica que más valora.
Estos conceptos sirven para demostrar cómo la calidad en salud no depende de
una sola característica, sino de múltiples aspectos que se forman desde cada
punto de vista y son valorados de manera diferente según el rol que cumplen en el
proceso.
Por el lado de los entendidos en este rubro, como Avedis Donabedian de la
Universidad de Michigan, considerado padre de la calidad de la atención en salud,
define a la calidad en salud como: "el tipo de atención que se espera que va a
maximizar el bienestar del paciente, una vez tenido en cuenta el balance de
ganancias y pérdidas que se relacionan con todas las partes del proceso de
atención".
Para su análisis Donabedian propone tres puntos de vista diferentes según
quién la define: 

 Calidad absoluta: es aquella que establece el grado en que se ha


conseguido restaurar la salud del paciente, teniendo en cuenta el
componente científico-técnico. Este concepto se basa en el concepto de
salud-enfermedad, en el estado de la ciencia y la tecnología. Por lo tanto,
también es llamada calidad científica, técnica o profesional.
 Calidad individualizada: desde una perspectiva individual, es el usuario el
que define la calidad de la atención sanitaria, intervendrían sus expectativas
y valoración sobre los costos, los beneficios y los riesgos que existen. Este
enfoque obligaría al paciente a implicarse en la toma de decisiones a partir
de la información proporcionada por el profesional sanitario, es decir, exige
que sea el paciente quien decida sobre su proceso, el profesional informará
y el paciente y/o familia decidirá.

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 Calidad social: desde esta perspectiva habría que valorar el beneficio o la


utilidad netos para toda una población, el modo de distribución del beneficio
a toda la comunidad y procurar producir, al menor costo social, los bienes y
servicios más valorados por la sociedad. (Eficiencia: distribución del
beneficio a toda la población). 

Por su parte la Organización Mundial de Salud (OMS) define: "la calidad de la


asistencia sanitaria es asegurar que cada paciente reciba el conjunto de servicios
diagnósticos y terapéuticos más adecuado para conseguir una atención sanitaria
óptima, teniendo en cuenta todos los factores y los conocimientos del paciente y
del servicio médico, y lograr el mejor resultado con el mínimo riegos de efectos
iatrogénicos y la máxima satisfacción del paciente con el proceso".
En España, el Sistema Nacional de Salud, considera la definición de la Doctora
Palmer, la cual define la calidad como "la provisión de servicios accesibles y
equitativos con un nivel profesional excelente, optimizando los recursos y logrando
la adhesión y la satisfacción del usuario"

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