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• Curso de Latín
Ya que tradicionalmente los himnos litúrgicos se han denominado por las palabras iniciales, esto suele
dar origen a confusiones, pues es frecuente encontrar textos con el mismo verso inicial pero con
distinto desarrollo. Esto ocurría porque en la Edad Media no existía el concepto de "propiedad
intelectual", sino que cualquiera se sentía autorizado a tomar partes de una obra ajena y modificarla o
usarlas en su propia construcción. Además entonces la Iglesia no ejercía un control absoluto sobre los
textos litúrgicos que se usaban en cada región, por lo cual había bastante margen para la diversidad. Por
lo general existe una relación "familiar" entre los distintos textos así generados, pero no necesariamente
una relación estrecha. Antes del Concilio de Trento (s. XVI) existía bastante diversidad incluso en las
liturgias sacramentales, pero a pesar de la gradual imposición de una liturgia oficial católica, siguió
existiendo amplia libertad en el campo de oraciones privadas y cantos, donde los autores tomaban
prestado y modificaban textos bíblicos, antífonas medievales, oraciones de los Padres de la Iglesia, etc.
Un ejemplo de esa evolución y transformación podemos verla en la antífona medieval : Parce, Domine,
parce populo tuo.
En primer lugar la antífona Parce, Domine aparece en los antifonarios medievales bajo la
forma:
Así lo encontramos en varios manuscritos medievales, como en el Man. Sang. 388 del s. XII
(Stifsbibliothek, Sankt Gallen, Suiza), el manuscrito A-KN 1013 de principios del s. XII
(Augustiner-Chorherrenstift - Bibliothek, en Klosterneuburg, Austria), o el Codex 611/89 de
principios del s. XIV (Stifsbibliothek, Einsiedeln, Suiza).
Así lo encontramos en el manuscrito GB-WC F.160 fechado hacia el a. 1230 (Music Library,
Worcester Cathedral, Inglaterra).
Hay que observar que en todos estos manuscritos antiguos la antífona Parce, Domine
generalmente aparece en el tiempo de Pascua y unas pocas veces en la fiesta de la
Exaltatio crucis.
Codex 611/89 de la Stifsbibliothek, Einsiedeln, Suiza.
En la primera línea vemos nuestra antífona seguida de: ego sicut vitis fructificavi (Ecl. 24, 17).
Otra variación, que fue popularizada por el motete de Jacob Obrecht (1457 - 1505), y que gracias a su
musicalización ha mantenido su popularidad hasta hoy entre los amantes de la música antigua, dice así:
Ese texto lo encontramos así en el Cancionero de Upsala, Ms. 76a, nº 30 de principios del s.
XVI (en la University Library of Uppsala, Suecia).
En muchos lugares se afirma resueltamente que esta antífona está sacada del texto bíblico
de Joel 2, 17: Inter vestibulum et altare plorabunt sacerdotes ministri Domini et dicent parce
Domine populo tuo et ne des hereditatem tuam in obprobrium. Pero es obvio que a lo mucho
podemos aceptarla como fuente de inspiración. Y aunque es verdad que en algunos textos
litúrgicos modernos se relaciona con ese pasaje bíblico, sin embargo en los textos
medievales lo más frecuente es hallarlo con textos del Apocalipsis (Ap. 5, 9) y Eclesiástico
(Ecl. 24, 17).
Un último desarrollo de esa antífona tuvo lugar hacia el s. XVIII, y es probable que su autor
sea Yves-Alexandre de Marbeuf (1734 - 1799), abad de Bec, obispo de Autun y arzobispo de
Lyon, exiliado durante la Revolución francesa, aunque las dos últimas estrofas están
tomadas de un himno cuaresmal atribuido a san Gregorio Magno (540 - 604), y y que
podemos encontrar completo en PL 78 de Migne.
Este himno, aunque no ha estado incluido en la liturgia oficial de la Iglesia católica, fue muy
popular hasta mitad del s. XX en el ámbito eclesiástico para ceremonias de tipo penitencial y,
por la referencia de las estrofas 3 y 4, en el tiempo de Cuaresma:
Parce Domine (1884). Fresco de Adolphe Willette "Pierrot", en el Musée Montmartre, París.
El artista usó el título de este himno en una obra que es una crítica de la sociedad de su tiempo.
En los siglos siguientes distintos autores retomaron la antífona original como tema para sus
composiciones, como en los s. XVII-XVIII, los italianos Menegali y Bartolomeo Cordans (con
la variante: et ne des hereditatem tuam in perditionem) y en el s. XX, Jules van Nuffel.
El texto es un himno del siglo VI o VII basado en los versículos bíblicos 2 Reyes 20:19 , 2 Crónicas 20:
12,15 y Salmos 72: 6–7..
Refrain:
Parce, Domine, parce populo tuo:
ne in aeternum irascaris nobis.