Un activo intangible es definido por su propio nombre, es decir, no es
tangible, no puede ser percibido físicamente. El activo intangible es, por
tanto, de naturaleza inmaterial. Por ejemplo, el valor de una marca, que no puede ser medido de manera física.
Se tiene en cuenta en la contabilidad porque posee la capacidad de generar
beneficios económicos futuros que pueden ser controlados por la entidad económica.
En definitiva, son bienes de uso que se caracterizan por carecer de sustancia
física susceptible de valoración económica.
Clasificación de activos intangibles
Por lo general, se suele decir que los intangibles son activos identificables, de carácter no monetario y sin apariencia física. Sin embargo, pueden no serlo o tener otras muchas características. Por ello, los activos intangibles se clasifican en: Según su posibilidad de tener identidad propia
Identificables: marcas, derechos de autor, licencias de uso, etc.
No identificables: publicidad, gastos de organización, etc.
Según su forma de incorporación:
Adquiridos (intercambio con terceros): concesión, franquicia.
Desarrollados por la propia entidad: gastos de desarrollo.