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Salud mental

infanto juvenil
Abordaje grupal
desde el Trabajo Social
COLECCIÓN CIENCIAS SOCIALES
NOVEDADES
La Cuestión Social y la Formación Profesional
en Trabajo Social en el Contexto de las Nuevas
Relaciones de Poder y la Diversidad Latinoamericana
Ma. Lorena Molina (Organizadora)
Estado, Ciudadanía y Política Social.
Estudio sobre los Sistemas de Jubilaciones y Pensiones
Sergio Fiscella
La Gente o el Capital.
Desarrollo Social y Economía del Trabajo
José Luis Coraggio
Gerencia Social. Un Análisis Crítico
desde el Trabajo Social
Freddy Esquivel Corella
El Trabajo Social y la Cuestión Social.
Crisis, Movimientos Sociales y Ciudadanía
Silvia Fernández Soto (coordinadora)
Búsquedas del Trabajo Social en Latinoamérica.
Urgencias, Propuestas y Posibilidades
Ana Ruiz (Coordinadora)
La Sociedad de Beneficencia.
Lo Oculto en la Bondad de una Época
Alejandra Facciuto
Mediación Comunitaria. Bases para Implementar
un Centro Municipal de Mediación Comunitaria
y de Resolución de Conflictos
Mirta Gómez Olivera
Trabajo Social Latinoamericano
A 40 Años de la Reconceptualización
Norberto Alayón (Organizador)
Salud Mental Infanto Juvenil
Abordaje Grupal desde el Trabajo Social
Adriana Casamayor - Cristina Marchesoni
ADRIANA CASAMAYOR
CRISTINA MARCHESONI

Salud mental
infanto juvenil
Abordaje grupal
desde el Trabajo Social

ESPACIO
EDITORIAL
Buenos Aires
Casamayor, Adriana
Salud mental infanto juvenil : abordaje grupal desde el
trabajo social /Adriana Casamayor y Cristina Marchesoni.
1a ed. - Buenos Aires : Espacio Editorial, 2005.
144 p. ; 20x14 cm. (Ciencias sociales)

ISBN 950-802-202-7

1. Trabajo Social. 2. Salud Mental-Niños y Adolescentes.


I. Marchesoni, Cristina. II. Título
CDD 362.708 3

ESPACIO
EDITORIAL
editora - distribuidora
importadora - exportadora
Simón Bolívar 547 - 3 o of. 1
(C1066AAK) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Tel. 4331-1945
E-Mail: espacioedit@ciudad.com.ar
www.espacioeditorial.com.ar

Diseño de tapa: Claudia Solari


Corrección: Ernesto Gutiérrez
Composición y armado tipográfico: Osmar Luis Bondoni
Coordinación y Producción Editorial: Osvaldo Dubini

La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea,


idéntica o modificada, escrita a máquina, por el sistema "multigraph",
mimeógrafo, impreso por fotocopia, fotoduplicación, etcétera, no autoriza-
da por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilización debe
ser previamente solicitada.
1a edición, 2005
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina LA FOTOCOPIA
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 MATA AL LIBRO
Y ES UN DELITO
© 2005 Espacio Editorial

ISBN: 950-802-202-7
LAS AUTORAS

Adriana Casamayor

Doctora en Servicio Social por la Universidad del Museo


Social Argentino.
Licenciada en Servicio Social por la Universidad de Bue-
nos Aires.
Profesora Adjunta en la Universidad del Museo Social Ar-
gentino y en la Universidad Argentina John F. Kennedy.
Especialidad en Servicio Social Psiquiátrico.
Especialidad en Terapia Familiar.
Jefa del Departamento de Servicio Social del Hospital
Infanto Juvenil Dra. Carolina Tobar García.
Miembro Fundador del Programa Cuidar Cuidando.
Miembro de AAPI (Asociación Argentina de Psiquiatría In-
fantil y Profesiones Afines.

Cristina Marchesoni

Licenciada en Servicio Social por la Universidad de Bue-


nos Aires.
Asistente Social por la Escuela Diocesana de Servicio
Social.
Doctoranda en Servicio Social.
Psicóloga Social.
Supervisora de Campo en diferentes universidades.
Miembro de IPA (Organización por el Derecho del Niño a
Jugar).
Jefa de Sección del Departamento de Servicio Social del
Hospital Dra. Tobar García.

5
A mi esposo, Juan, por su apoyo
incondicional, su aliento y entusiasmo
ante cada uno de mis emprendimien-
tos. Y porque en todos estos años me
hizo sentir que no hay límites para el
crecimiento.
A mi hija Paula y a mi mamá, quie-
nes con todo cariño me han acompa-
ñado en todo momento.
ADRIANA

A la memoria de mi padre.
A mi madre, eterna luchadora de la
vida.
A Pepe, mi esposo, por nuestro
amor y el apoyo incondicional que me
brinda en todos los órdenes de la vida.
A mis hijos Marianela y José Alber-
to por transmitirme sus alegrías, sus
transgresiones y sus aprendizajes.
A mi hermana Susana.
CRISTINA

6
Agradecimientos

A nuestras colegas del Tobar García, por su afán de su-


perarse, por su espíritu de lucha, por su esfuerzo cotidiano,
poniendo en juego capacitación, creatividad y compromiso
profesional: Alicia Barroso, María del Carmen Delbene, Laura
Hoogen, Nora Maggiore, Olga Ravelli, Laura Recabarra, Cris-
tina Rodríguez y Alicia Simón.
A los integrantes del Programa de Integración Socio-La-
boral para Adolescentes: Laura Pezzoli, Ana Hernández,
Fernanda Inchausti, Analía Barros y Marcelo Martínez, para
que nuestros sueños compartidos se hagan realidad.
A Andrea Sola.
A los/as profesionales del Programa Cuidar Cuidando: Ana
Papiermeister, Juan Vasen, Hugo Massei, Soledad Calveyra,
Vicente De Gemmis, Hugo DiBello, Rosa Marenzi, Vanesa
Brancatisano y Mariana Galli, por los proyectos compartidos
en el difícil marco de la interdisciplina.
A la Dra. Raquel Cheszes, por su apoyo, su estímulo y
su amistad a lo largo de estos años.
A los residentes, concurrentes, pasantes y alumnos inte-
resados en nuestra práctica cotidiana: gracias por plantear
sus dudas y sugerencias, con ellas nos motivan a replan-
tearnos y evaluar el accionar cotidiano.

7
Prólogo

Referirme a esta nueva producción en el campo del Tra-


bajo Social, me conecta con lo más profundo de mi sentir: el
orgullo de pertenecer a esta profesión, que día a día va
mostrando al mundo su capacidad de crecer, innovar, encon-
trar respuestas a las demandas emergentes, acompañar a
la población en sus necesidades, reflexionar críticamente
sobre la realidad y construir nuevas alternativas teóricas y
prácticas para su desempeño.
Las autoras, Adriana y Cristina, son parte de ese colecti-
vo profesional anónimo que despliega esas actividades en las
tan cuestionadas instituciones del Estado, en este caso, las
de Salud Mental, que se dedican a asistir, según el pensa-
miento vulgar, a "los locos". Temática compleja por las reso-
nancias que despierta, por los prejuicios en juego, por el
sufrimiento psíquico de los pacientes (en este caso, niños y
adolescentes) y por lo prolongado de los tratamientos que
debe asumir la familia.
¿Quiénes son los "locos"? ¿Los que están encerrados o
los que andan sueltos? O ¿estamos todos "locos" en un
mundo tan cuerdo? El tema de la enfermedad mental nos
interpela en la búsqueda de respuestas saludables, sociales,
culturales y hasta políticas, para la construcción de "otro
mundo posible", como lo plantea el Foro Social Mundial año
tras año. En realidad estamos hablando, por un lado, de si-
tuaciones de PODER hegemónico: el capitalismo como mun-
do globalizado; las políticas de salud inequitativas; el hospi-
tal como institución de disciplinamiento; los profesionales de
la salud con su saber y el modelo de "control social", y, en el
otro extremo, los excluidos, los "pobres", los enfermos, "los
locos".
Y, en la búsqueda de otro "mundo posible", algunos polí-
ticos, artistas, diplomáticos, trabajadores/as de distintos ám-
bitos, religiosos, profesionales de la salud y la educación, etc.,
llamados "progresistas", como las autoras de este material,

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SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

han intentado otras formas de intervenir para aliviar ese su-


frimiento psíquico.
Ellas, en esta producción, describen sus experiencias
profesionales de más de dos décadas, en el Hospital Tobar
García. Al principio investigaban formas, interviniendo más
intuitivamente, construyendo y deconstruyendo sus propias
intervenciones. Finalmente, acordaron una metodología
grupal como lo es el Taller, con técnicas participativas. Hoy
ias presentan con el objetivo de compartirlas con el colectivo
e incentivar a otros/as compañeros/as a desarrollarlas en su
tarea cotidiana. No sólo se han dedicado a actividades
¡ntrahospitalarias, sino que también han coordinado experien-
cias en el ámbito comunitario, sobre todo en prevención en
salud mental.
Los pilares en que se sostienen esas experiencias pasan
por la comprensión teórica de la "locura" y su desarrollo his-
tórico; el análisis crítico de la cuestión social; la concepción
del campo grupal, el rol profesional y la interdisciplina como
práctica interaccional.
Desempeñar el ejercicio profesional requiere de la pues-
ta en acto de un bagaje epistemológico, técnico e instrumental
acorde a la especificidad del campo. En este caso, el de la
salud mental. Para ello, el Trabajo Social necesita de un
modelo de intervención científico que integre el conocimien-
to de la problemática con un diagnóstico apropiado y la pla-
nificación de actividades como las que las autoras ponen en
juego. Pero, tratándose de situaciones familiares de largo
proceso hacia la salud, amerita un programa de seguimiento
específico, como ellas lo describen, con sus acciones positi-
vas y los obstáculos para su concreción.
Cristina y Adriana explicitan sus vivencias, sus reflexiones,
los sentimientos que las movilizaron al recopilar todos sus
trabajos, sin desconocer que las actividades por ellas desa-
rrolladas no son las únicas que se llevan a cabo en la insti-
tución; por el contrario, reconocen que algunas de sus cole-
gas también realizan experiencias similares, con resultados
favorables para la población atendida y sus familias.

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PROLOGO

Son para destacar las evaluaciones producidas por las fa-


milias (en general las madres) acerca de los aprendizajes
aprehendidos en cada una de las actividades grupales don-
de participaron activamente. Estas actividades fueron: grupos
recreativos, asambleas de pacientes, grupos de orientación
para padres en el área de adopción, el Programa Cuidar Cui-
dando —que fue objeto de un premio en una Jornada Muni-
cipal de Servicio Social—, la Juegoteca Hospitalaria y el ta-
ller con juegos para padres.
Entre esas evaluaciones, rescato algunas que pintan cla-
ramente los resultados alcanzados en las experiencias:

"Este grupo es el reflejo de lo que estamos viviendo afue-


ra, vos no podes pensar la cantidad de gente insegura... lo
que va a pasar, están echando gente, achicando los lugares
de trabajo... qué va a pasar con todo esto gratuito... Esta in-
quietud que tengo pasa porque las mujeres estamos compro-
metidas con todo lo que sucede; antes estábamos en un solo
lugar, el hogar, ahora participamos en otros espacios y la
mayoría acá somos mujeres."
"Seguro vamos a volver el año próximo, acá tenemos la
oportunidad de leer un libro, tener un espacio de fantasía; leer
un diario me deprime."
"Es un espacio que abre todas las posibilidades, encon-
trarse con lo que a uno le gusta; es un recreo."
"Acá encontrás palabras de aliento, se le pone el hombro
a la persona que recién llega; en casa no puedo hacer nada,
acá me motivo. Es como que uno va encontrando nuevos
caminos para vivir."
"Estoy contento de estar aquí, cuando entré a la casa sentí
que había buena onda. Yo soy transgresor. Me gusta cues-
tionar todo, pero cuando entré acá me sentí muy cómodo,
esta casa te entra por los poros. Me encanta presentar polé-
micas, es mi forma de ser."
"Quiero ver una lucecita, si no nos interrogamos, nos van
a seguir envolviendo, desde los lugares de poder."

11
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Antes de cerrar este prólogo, llamo a la reflexión a los


colegas para que dediquemos parte de nuestro tiempo pro-
fesional a investigar siempre la realidad como totalidad con-
creta y su dinámica, para debatir nuevas estrategias de in-
tervención, en el campo en el que nos toca trabajar, tendien-
do a dar las mejores respuestas a los sujetos que deman-
dan ayuda.
Las autoras que hoy presentan esta obra para su difusión,
de alguna manera, pertenecen a ese grupo de anónimos que
aportan su granito de arena para la construcción de un mun-
do mejor, pleno de derechos y paz para sus habitantes.

DORA GARCÍA

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Presentación

Esta obra se refiere al ejercicio profesional del Servicio


Social en Salud Mental Infanto Juvenil, implementado por
nosotras, las autoras, exclusivamente a través de abordajes
grupales.
La coincidencia entre ambas radica en la transmisión de
las experiencias llevadas a cabo, durante más de veinte años,
trabajando ininterrumpidamente en el Hospital Infanto Juve-
nil Dra. Carolina Tobar García, llevando la teoría al campo
práctico, y también teorizando lo que fuimos aprendiendo día
a día, con nuestros pacientes y sus familiares, formando parte
de diversos equipos interdisciplinarios.
Las acciones cotidianas, enmarcadas en diversos pro-
yectos, con fundamentos y objetivos delineados exclusiva-
mente desde el área del Trabajo Social, despertaban el in-
terés de alumnos y profesionales, que deseaban conocer los
detalles de los mismos, y comenzaban a pedirnos asesora-
miento y supervisión para el desarrollo de emprendimientos
similares, a implementar en otras instituciones y en otras cir-
cunstancias.
Llegamos entonces al compromiso mutuo de ordenar
papeles y recuerdos, y así comenzó a tomar cuerpo esta obra,
que refleja una tarea social profesional que tuvo como sus-
tento la investigación, la actualización y la supervisión.
Hemos dividido la presente obra en capítulos, con el si-
guiente contenido:
En el Capítulo I planteamos el Marco Teórico, sustentado
en nuestras concepciones respecto a la salud mental infanto
juvenil, y su directa relación con la Cuestión Social Contem-
poránea.
Comenzamos con un breve recorrido histórico sobre la
concepción de la locura y su correlato social, hasta situar-
nos en el Tobar García, institución que ha servido de base
para nuestra experiencia profesional.
Con relación al abordaje de la cuestión social contem-
13
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

poránea y su relación directa con la salud mental, nos pare-


ció importante destacar el rol del trabajador social, sus prin-
cipales intervenciones, en especial lo que se refiere a su in-
clusión en los equipos interdisciplinarios, con las ventajas y
dificultades que entraña.
A partir del Capítulo II, pasamos a referirnos a la signifi-
cación del campo grupal en Salud Mental Infanto Juvenil en
general, y el motivo de nuestra elección, para lo cual pasa-
mos a describir diferentes experiencias grupales, cuya pre-
sentación pensamos en orden cronológico, para facilitar la re-
lación con el momento histórico en el que cada una se imple-
mento, y constatar las modificaciones que pudimos introdu-
cir, a partir de la supervisión y evaluación sistemáticas.
Cabe aclarar que en esta obra consideramos exclusiva-
mente las experiencias desarrolladas personalmente por las
autoras. Con esto queremos significar que paralelamente han
coexistido proyectos, grupos, talleres, coordinados por otras
integrantes del equipo.
Hacia el final, en Anexos, presentamos un breve esque-
ma de los diferentes espacios no convencionales (como di-
mos en llamarlos), a modo de reconocimiento de la labor de
nuestras colegas. También incluimos cifras estadísticas de
prestaciones realizadas entre 1998 y 2004, que muestran el
incremento general de la demanda y la necesidad de abrir
espacios diferentes para atención de los/as pacientes y sus
grupos familiares.
El objetivo de este libro es dar a conocer un trabajo con
el cual nos hemos comprometido, y al que dedicamos gran
parte de nuestras vidas.
No se pretende mostrar un modelo acabado, lo que de-
seamos es compartir nuestras experiencias, esperando que
puedan actuar como disparadoras de nuevos proyectos, y
servir de estímulo a los que comienzan a transitar los cami-
nos de esta hermosa profesión.
Las Autoras

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Capítulo I
Reflexiones sobre
salud mental

ADRIANA CASAMAYOR

La locura a través del tiempo


Para poder analizar el tema de la salud mental desde un
abordaje social, debemos tener en cuenta el estudio de as-
pectos sociológicos, económicos, políticos y ecológicos; y
también el modo en que las enfermedades mentales han sido
conceptualizadas y estigmatizadas, a lo largo de la historia.
Todos pensamos que podemos diferenciar claramente lo
normal y lo anormal. Cuando no comprendemos ciertos ac-
tos, los rechazamos, solemos decir "está loco", y cualquiera
sea el ámbito en que esto ocurra, nos vamos separando, nos
mostramos indiferentes, y esa persona va quedando aisla-
da. Aquello que aparece como diferente en la sociedad, que
se aparta de las normas establecidas, se vive como un mis-
terio o como una amenaza, causa temor. El "loco" es el dife-
rente, el que desafía lo instituido. Esto responde a la necesi-
dad de la sociedad de establecer un equilibrio, y lo diferente
es considerado una disfunción social.
El concepto salud va ligado, desde el punto de vista
económico, al trabajo y la producción. El enfermo mental
es improductivo, y a la sociedad le interesan los miembros
útiles.
Este mal que afecta a la humanidad se presenta con
múltiples facetas: trastorno del pensamiento, divagación, fu-
ror, manía, pérdida de sentido, extravagancia, delirio, frene-
sí. Pero más allá de esto, siempre se consideró a la locura

15
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

como lo fuera de lugar, lo opuesto a la razón. Etimológica-


mente, loco deriva de locusr. fuera de lugar. Alienado provie-
ne del latín alienus, ajeno a sí mismo.
Intentaron explicar la locura desde la medicina, la psico-
logía, la filosofía, la historia, el arte, la magia... Jaques Lacan,
psicoanalista francés, dijo que "loco es alguien que ve, que
escucha y que cree en cosas, que los demás —los supues-
tos no locos— no ven, no escuchan y no creen".
Podemos analizar a la locura, desde la psiquiatría y des-
de lo social; a lo largo de la historia, las diferentes socieda-
des han mostrado diversas actitudes con respecto a los en-
fermos mentales:
1) Los ubicaron en un lugar social destacado, cuando los
relacionaron con la magia, con la hechicería.
2) Los separaron de la sociedad, intentando internarlos,
confinarlos.
3) Quisieron integrarlos en la sociedad, reinsertarlos (mo-
vimiento de la antipsiquiatría).
Siempre existió interés por conocer el motivo de la apari-
ción de la locura: algunos la explicaban como resultado de
una posesión diabólica o de humores (medicina hipocrática).
En algunos pueblos primitivos, era explicada como un casti-
go divino; en cambio, entre los árabes el loco era considera-
do un enfermo que podía ser tratado y volver a ocupar un
lugar en la sociedad. La existencia de tratamientos psiquiá-
tricos quedó asentada en el Código de Hammurabi, de la le-
gendaria Babilonia, el primer código jurídico, impreso en pie-
dra, donde figura el uso de opio y aceite de oliva para curar
a personas con desórdenes mentales.
Michel Foucault relata, en su historia de la locura, que
hasta el siglo XV los locos vivían de una manera errante,
expulsados de las ciudades a campos apartados, o confina-
dos a "la nave de los locos", junto con mendigos y otros seres
incurables y rechazados, y obligados a navegar a la deriva
por los ríos y canales.
En la Edad Media, la locura era considerada parte de los

16
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

vicios del alma humana; la magia y la brujería surgen como


modo de permitir al hombre desarrollar una teoría, para ex-
plicar la causa de enfermedades, desgracias, calamidades, y
buscar el método para enfrentarlos. Aparecen los conceptos
de posesión diabólica y locura intentando explicar algunos
comportamientos, y en el siglo XIII la Inquisición busca prote-
ger a la sociedad de desviaciones mágicas y demoníacas, que
se oponían a creencias religiosas sostenidas por la Iglesia.
La cacería de brujas se extendió por más de cuatro si-
glos, la Iglesia luchaba por mantener su poderío y el que no
creía pasaba al bando de los herejes y los perseguidos.
Durante este período, los sacerdotes y los médicos diferen-
ciaban las enfermedades naturales de las enfermedades dia-
bólicas.
En el Renacimiento los locos son separados de lo sobre-
natural; se relacionan con el aspecto de maldad de cada
hombre. Surgen obras de teatro, novelas o sátiras que fasci-
nan por el doble rostro de sus protagonistas y la manera fran-
ca de mostrar animalidad, desorden, riqueza, abuso de po-
der, sometimiento. Podemos nombrar Hamlet, Enrique IV, El
Rey Lear, en Shakespeare; y El Quijote, en Cervantes.
Es en esta época, pleno siglo XVII, que aparece la insti-
tución psiquiátrica para proteger a la sociedad de ese peli-
gro; en una Europa afectada por el desempleo, la disminu-
ción de los salarios, la escasez de moneda, las personas eran
encerradas no para recibir atención médica sino intentando
proteger a la sociedad y a las instituciones inmersas en ella.
Por esto, después de la Revolución Francesa, los individuos
asocíales, las prostitutas, los enfermos mentales y los delin-
cuentes eran recluidos en una misma institución. El estigma
común era que por ser diferentes debían ser marginados.
Es lo que se llamó "Primera Revolución Psiquiátrica", o
como dice Foucault, "el encierro a gran escala de los demen-
tes"1 . La creación de las grandes instituciones psiquiátricas

1
Foucault, Michel (1964), Historia de la locura en la época clásica, Fondo
de Cultura Económica, México.

17
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

produce el aislamiento y la marginación de la locura. Foucault


sostiene que la fundación en 1656 del Hospital General marcó
un cambio radical: a partir de allí, la institución se definió con
carácter de experta, revindicando para sí la propiedad de la
patología y la salud.
Esto se debe a una concepción que considera lo diferen-
te a lo instituido como disfuncional, y delega en los asilos y
hospitales la tarea de cuidar y recluir a la persona hasta que
se cure, y esto implica "que pueda ser útil a la sociedad". Pero
estas instituciones también significaron una forma de domi-
nación, un abuso de poder de algunos, que ordenaban la in-
ternación de un adversario político, un disidente, un opositor
al régimen. Las personas que ingresaban de esta manera,
permanecían allí olvidadas.
En el siglo XIX se dejó de lado la magia y la religión; la
locura entró en el campo del saber psiquiátrico. Emil
Kraepelin, creador de los términos demencia precoz y psico-
sis maníaco depresiva, fundador de la psiquiatría científica
del siglo XX, construyó una clasificación racional de las en-
fermedades mentales, pero coincidió con algunos de sus
antecesores en considerar al loco no como un sujeto, sino
como un objeto a observar.
La "Segunda Revolución Psiquiátrica" será la provocada
por Freud, con el descubrimiento del inconsciente y la acep-
tación de que hay causas desconocidas que motivan conduc-
tas en los hombres. El psicoanálisis nació para escuchar los
sufrimientos de los enfermos.
Entre 1955 y 1975, en la mayoría de los países donde
evolucionaban la psiquiatría y el psicoanálisis, surgió un
movimiento político de impugnación radical al saber psiquiá-
trico. En Gran Bretaña con Ronald Laing y David Cooper; en
Italia con Franco Basaglia; en los Estados Unidos con la
Escuela de Palo Alto de Gregory Bateson, la llamada anti-
psiquiatría apuntó a suprimir el asilo y eliminar la noción de
enfermedad mental como se entendía hasta ese momento.
Desde 1960, cuando se generalizó la farmacología en el
tratamiento de las enfermedades mentales, se tiende peli-

18
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

grasamente a reemplazar el encierro carcelario por un cha-


leco de fuerza químico. El tratamiento de la locura, a comien-
zos del siglo XXI, se asienta cada vez más en lo organicista.
A pesar de esto, distintas disciplinas (psiquiatría dinámica,
análisis existencial, psicoanálisis, etc.) siguen creyendo en el
poder de la palabra, y apuestan a la cura desde el lugar de
la escucha.
En Estados Unidos los pacientes psiquiátricos recibían
grandes dosis de medicación para estar sedados, y eran en-
viados a sus casas. La realidad mostró que faltó decisión po-
lítica y no llegaron a construirse las instituciones intermedias
comunitarias que hubieran sido necesarias al propiciar la
desinstitucionalización, especialmente para los pacientes
indigentes, que pasaron a engrosar las estadísticas de los sin
hogar que habitaban en calles y parques. En días muy fríos
de invierno, estos pacientes indigentes eran levantados de
las calles, junto con otros carenciados, y llevados a la cárcel
del condado para "protegerlos del frío y la intemperie". Ca-
miones con equipos interdisciplinarios (psiquiatra, asistente
social y enfermero/a) comenzaron a llevar a los enfermos
mentales a salas de emergencia psiquiátrica, volviendo poco
a poco a instaurarse las internaciones psiquiátricas como
modo de evitar las muertes por congelamiento en las calles.
Se comienza a hablar de los derechos de los enfermos men-
tales a un tratamiento y a estar internados con cierta liber-
tad, diferente a la libertad de morir en las calles.
En nuestro país, el psicoanálisis fue aceptado en los años
'60 como símbolo de modernidad. Se abrieron instituciones
intelectuales estatales y privadas, y en el ámbito universita-
rio se intensificó el interés por carreras nuevas como Socio-
logía y Psicología. Sin embargo, se presentaron cuestiona-
mientos desde el Estado y los sectores tradicionales de la
sociedad, y al arribar a los 70 se instaló un régimen que llevó
a despidos y persecución de muchos de los profesionales
del campo "psi", y el fin de las comunidades terapéuticas,
que habían comenzado a gestarse a partir de la democrati-
zación hospitalaria iniciada por Mauricio Goldemberg, en

19
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

1956, en el Hospital General Gregorio Fernandez Alfaro de


Lanús.2
La situación de reclusión de los enfermos mentales em-
pieza a cambiar a partir de 1960, cuando comienza la etapa
de desinstitucionalización. Esta postura sostiene que la na-
turaleza autoritaria y jerárquica de los hospitales de salud
mental colaboró en la creación de condiciones que se atri-
buían al paciente. Comenzaron a hablar de sus derechos, que
no habían sido contemplados hasta el momento.
Judi Chamberlin, que fue paciente psiquiátrica en seis
establecimientos diferentes durante un período de cinco
meses, describió el proceso en estos términos:
"Los hospitales mentales han sido denominados 'institu-
ciones totales', en los que hasta las decisiones más corrien-
tes como cuándo comer, hacer sus necesidades o irse a
dormir las toman otros. Una consecuencia natural de estar
sometido a un régimen de este tipo es el surgimiento de una
sensación de despersonalización. Los sentimientos de
despersonalización con frecuencia son considerados sínto-
mas primarios de enfermedad mental. Para completar el cir-
culo, los psiquiatras suelen atribuir los sentimientos de
despersonalización de sus pacientes a sus estados internos
y no a las condiciones que reinan en las instituciones men-
tales... No sólo se controla la vida de los pacientes, sino que
además se les dice constantemente que ese control es por
su propio bien, que ellos no están en condiciones de lograrlo
a causa de su enfermedad mental."
"Los pacientes llegan a ser incapaces de confiar en su
propio juicio, se vuelven indecisos, abiertamente sometidos
a la autoridad, y se asustan del mundo externo. El carácter
antiterapéutico de la internación de enfermos mentales ha
sido admitido desde hace mucho tiempo." 3

2
Plotkin, Mariano (2003), Freud en las pampas, Sudamericana, Buenos
Aires.
3
Chamberlein, Judi (1978), On our own: patient controlled alternativies
to the mental health system, McGraw Hill, N. York, pág. 6.

20
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

Eduardo Menéndez sostiene en su obra4 que en América


Latina hay dos clases de grupos ideológicos: los que plan-
tean la existencia de la enfermedad mental, y los que la nie-
gan. Entre estos últimos se encuentran los profesionales que
no relacionan hambre y enfermedades mentales, y conside-
ran que éstas tienen un origen biológico, excluyendo así las
cuestiones de mayor incidencia; no plantean estrategias de
solución para los grupos necesitados; suelen discutir teóri-
camente las problemáticas sin arribar a conclusiones.
En una postura opuesta se ubican los profesionales que
establecen un orden de prioridades, utilizando datos estadís-
ticos, pero sostienen de acuerdo a esto que la enfermedad
mental no constituye un problema prioritario; a pesar de esto,
las instituciones reciben cada vez mayor cantidad de consul-
tas y con problemáticas más graves.
En ambas posturas se pierde el eje de lo que sucede en
realidad con la enfermedad mental, por desconocimiento del
contexto y de la incidencia de los problemas más graves en
los diferentes estratos sociales.
Si reconocemos que la enfermedad mental constituye un
problema en Latinoamérica, debemos basar nuestra afirma-
ción en un análisis de las situaciones grupales desde un
enfoque teórico y empírico. Si decimos que en la actualidad
hay más locura en la sociedad, podemos decir:
• que hay mayor cantidad de casos reales;
• que hay mayor cantidad de personas en tratamiento;
• que hay mayor cantidad de personas internadas / re-
cluidas.
Algunos autores dicen que el aumento de la enfermedad
mental obedece a una mayor precisión diagnóstica. Esta afir-
mación no es aceptada por otros, que sostienen que el au-
mento se debe a un mayor reconocimiento social, lo cual
depende de cada país en particular, de los recursos y posi-
4
Menéndez, Eduardo L. (1979), Cura y control: la apropiación de lo social
por la práctica psiquiátrica, Nueva Imagen, Argentina.

21
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

bilidades con que cuente en los niveles sociales, políticos y


económicos. Una tercera postura acepta que se ha produci-
do una modificación de la imagen social de la enfermedad
mental, y la situación que permite visualizar el fenómeno de
reconocimiento es el aumento de la demanda.
Este aumento puede deberse a:
a) el incremento de la población que reside en un área
determinada en estudio;
b) la concentración de los habitantes en poblaciones ur-
banas con menor tolerancia social debida al tipo de
vida podría coincidir con una mayor cantidad de casos
derivados a tratamiento;
c) el mejoramiento de la situación de las instituciones
(mejor trato a los internados, mejor alimentación, etc.),
que podría disminuir los temores y prejuicios, y favo-
recer las consultas;
d) el desarrollo de sistemas de seguridad social que cu-
bren este tipo de asistencia, que de lo contrario resul-
ta inaccesible para un gran sector de la población.
Se registra un aumento de enfermedades mentales entre
los trabajadores de la región latinoamericana, atribuible a las
presiones de las fábricas o empresas, los bajos salarios y alto
costo de vida, la necesidad de sostener dos o tres ocupacio-
nes para poder mantener al grupo familiar, el temor a la
pérdida del empleo, la privatización de las empresas, que
produce cambios en la planta, y la introducción de adelantos
tecnológicos que sustituyen mano de obra especializada.
Muchos de estos casos de enfermedad mental van acompa-
ñados de alcoholismo, adicciones y/o violencia, como expre-
sión de marginalidad.
En Inglaterra, en 1968, Ronald Laing propuso un cambio:
un sitio común para médicos y pacientes, diferente de una
internación, donde pudiesen intercambiar experiencias y
aprender unos de otros. Propició el trabajo comunitario, es-
cribió libros al respecto, y si bien logró trascender por su teoría
y cuestionamientos, la psiquiatría inglesa redujo el experimen-

22
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

to a una experiencia de un grupo marginal, y no se llevaron


a cabo cambios notorios en el funcionamiento y organización
de los servicios de los hospitales psiquiátricos.
En Italia, el líder fue Franco Basaglia, quien estuvo al fren-
te de un hospital psiquiátrico de 800 camas. Basaglia com-
partía el criterio de Laing. Su lucha comenzó en 1968, alián-
dose a los partidos políticos de izquierda, junto a los cuales
logró, en 1978, la promulgación de la Ley Basaglia, que or-
denaba la transformación de las instituciones psiquiátricas en
centros de salud mental comunitarios, además de llevar a
cabo un control estricto respecto de las internaciones psiquiá-
tricas involuntarias en guardias psiquiátricas de hospitales ge-
nerales. Esta ley produjo un cambio radical: los pacientes
dados de alta pasaban a vivir en la comunidad; pero ésta no
estaba preparada para recibirlos.

Instituciones de salud mental


En el campo de la salud mental, las instituciones encar-
gadas de brindar atención pueden, por sus características,
favorecer u obstaculizar la recuperación de los pacientes.
El hospital psiquiátrico sirve muchas veces para perpetuar
en los enfermos mentales la falta de adecuación social.5 Al
diagnosticar a un paciente, en muchas oportunidades no se
aclara lo que se conoce realmente, y lo que puede variar
en el futuro según el tratamiento, la reacción del paciente,
el apoyo de la familia y el entorno. La calidad del tratamien-
to es un factor esencial con respecto a los resultados ob-
tenidos.
Entre los años 1976-1983, las instituciones de salud men-
tal padecieron el autoritarismo que caracterizó a ese perío-
do: se prohibieron los tratamientos grupales, los proyectos
comunitarios, los espacios de reflexión; los trabajadores del
área fueron los más golpeados y reprimidos. Coincidente-
mente, durante esta etapa de nuestra historia predominó el
modelo asistencia! asilar.
5
Elizur, Joel - Minuchin, Salvador, Familias, terapia y sociedad, Gedisa.

23
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Con la llegada de la democracia, la situación comienza a


revertirse lentamente, y se incorporan acciones de salud
mental a las de salud general.
La salud mental es un aspecto social que debe ser abor-
dado desde las distintas dimensiones sociales (instituciones
culturales, educacionales, políticas, etc.); sólo con un esfuerzo
en común se pueden generar estrategias que permitan me-
jorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Se ha determinado que los servicios comunitarios para
atención de discapacitados mentales tienen grandes venta-
jas en relación con la atención en los hospitales; sin embar-
go, en Israel y en la mayoría de los países occidentales (ex-
cepto Italia) la mayor parte de los recursos para la salud
mental se vuelcan en centros de internación.6
Existe otro obstáculo para que se realice el cambio a una
atención comunitaria; para señalarlo hay que diferenciar los
dos modelos:
1) En el modelo hospitalario, se separa al enfermo del
resto de la sociedad, y se lo introduce en un tipo de
vida institucional con condiciones estrictamente deter-
minadas, con derechos y obligaciones diferentes para
profesionales y pacientes.
Las instituciones psiquiátricas se caracterizan por:
a) todas las actividades se desarrollan en el mismo
lugar;
b) cada actividad diaria se hace en compañía de otros
a quienes se da el mismo trato;
c) estas actividades están programadas desde una se-
rie de normas y planes, que vienen de la autoridad
y tienen que ver con el cumplimiento de los objeti-
vos propios de la institución;
d) a veces se exige poco trabajo, y los internos sufren
crisis de aburrimiento; no tienen el incentivo de
ganar dinero y gastarlo como quieran, las necesi-

6
Elizur, Joel - Minuchin, Salvador; Op. cit.

24
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

dades están organizadas por la institución, general-


mente con un sistema de premios y castigos;
e) la barrera institucional entre lo interno y lo externo
marca a veces la despersonalización que significa
la separación del mundo que se extiende por el
período de reclusión;
t) el paciente tiene un sentimiento de pérdida, de ex-
propiación, ya que no cuenta con elementos perso-
nales ni un lugar para guardarlos; no tiene un mo-
mento de privacidad.
2) En el modelo comunitario, quienes trabajan en la sa-
lud mental se desempeñan en el medio habitual de los
pacientes, sin fronteras ni separaciones. No se marca
una distancia para juzgar actitudes. Esto lleva a pen-
sar que para concretar este segundo modelo deben
introducirse cambios en cuanto a la formación, entre-
namiento y supervisión de los profesionales que inter-
vienen, así como también con respecto a la ideología
y postura personal que ellos sostienen.
"Ninguna forma de psicoterapia que no tenga el respaldo
de un programa exhaustivo de ayuda comunitaria tiene la
posibilidad de cubrir las necesidades del paciente y su fami-
lia. Va mucho más allá de lo que se ofrece habitúa/mente en
la clínica para pacientes externos, conectada con un hospi-
tal psiquiátrico, que tiene la función de hacer el seguimiento
y administrar la medicación a los pacientes dados de alta con
ía intención de prevenir las recaídas. Estos servicios tiene
poco o ningún contacto con la familia y/o personas significa-
tivas. Del mismo modo, va más allá de la terapia individual y
familiar que ofrecen la mayoría de los terapeutas en los cen-
tros de salud mental. La terapia familiar que no esté vincula-
da con un sistema de atención más amplio, en la mayoría
de los casos, está destinada al fracaso."7
Desde la sociedad contemporánea, el concepto de salud

Eíizur, Joel - Minuchin, Salvador, Op. cit.

25
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

mental suele relacionarse con el de adaptación social; tal vez


por esto se sanciona al inadaptado, sin tener en cuenta que
la locura no está solamente en el paciente, sino también en
el sistema de relaciones que lo rodea. La sociedad plantea
la necesidad de un orden, y desconfía de aquellos que lo po-
nen en peligro. Así, el "loco" es una amenaza, hay que en-
cerrarlo o marginarlo. Hay ciertos sectores (familia, Estado,
instituciones) que recurren al uso de la fuerza para mante-
ner un determinado equilibrio.
La enfermedad mental ya no puede pensarse como res-
ponsabilidad del enfermo; se presenta como una dolencia
humana, vinculada con cambios sociales, en cuanto a cau-
sas, manifestaciones clínicas y reacciones que provoca. Es
una denuncia de que algo está mal, no sólo en el sujeto que
la padece, sino también en todo lo que se relaciona con él,
y de lo que el paciente depende, porque no puede autova-
lerse. Por eso es imposible tratar a! paciente sin considerar
a su familia, con su historia y relaciones.
Ante cada enfermo mental surgen interrogantes, desde la
familia y desde cada uno de los que acompañamos el pro-
ceso de tratamiento. Estos interrogantes no se resuelven con
respuestas como "es un psicótico", "es epiléptico", "tiene
esquizofrenia"... Cada profesión tiene diferentes criterios de
salud-enfermedad que toman en cuenta lo personal, lo fami-
liar, el punto de vista médico y/o bioquímico, el entorno so-
cial y la relación con el mundo circundante.
"La locura es el resultado de un orden social que la crea,
la define como perturbación y regula los mecanismos que la
aislan y la perpetúan, creando en torno a ella instituciones que
le son funcionales y las modifica cuando dejan de serlo... El
sistema social necesita de la locura para su perpetuación; unos
pocos (los locos) justifican las conductas, costumbres, normas,
valores, etc. de muchos (los normales), éstos a su vez ponen
en marcha mecanismos de 'inclusión', generando formas para
asimilar la locura a las necesidades del conjunto."8
s Gramajo, Graciela, y otros (1998), La función social de la locura. Una
mirada desde el poder, Espacio Editorial, Buenos Aires.

26
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

Tradicionalmente se sostuvo que los pacientes presen-


tan síntomas, que estos síntomas son agrupables en cate-
gorías, y así se puede distinguir a sanos y enfermos. Sin
embargo, algunos autores sostienen que las características
que conducen al diagnóstico residen en las circunstancias de
los observadores y del medio circundante, más que en los
pacientes en s/'.9
Hay relatos de experiencias realizadas en grandes insti-
tuciones psiquiátricas de Estados Unidos, donde personas
normales, haciéndose pasar por enfermos mentales, se in-
ternaron a fin de experimentar cómo eran tratados aquéllos,
y tener una idea aproximada respecto a cómo podrían sen-
tirse estando recluidos. Reiteradamente comprobaron que los
miembros del personal de las instituciones, que están pre-
parados para tratar con pacientes, difícilmente reconocían a
los pseudopacientes; es decir, no detectaban a los sujetos
sanos como tales, estando en un medio enfermo.
Las personas ocupan su lugar en el mundo, donde son
consideradas normales, hasta que sucede algo que, más allá
de la gravedad del hecho en sí, provoca la intervención de
un vecino, y éste, por intolerancia o deseando ayudar, recu-
rre a la policía o a la Justicia. Éstos, para proteger a unos y
otros, gestionan la internación del "loco" en un establecimiento
psiquiátrico.
La locura genera temor, y socialmente se ejerce una pre-
sión que termina en la institucionalización del paciente. Esto,
en líneas generales, se cumple en adultos y en niños/as, con
el agravante de que los menores son conducidos, maneja-
dos, dominados por adultos, que en medio de sentimientos
de indiferencia, rechazo, discriminación, irrumpen de mane-
ra violenta, cambiando el mundo que rodea a los pequeños
desde ese momento y a futuro.
Se olvida de esta manera que las instituciones son parte
del contexto social. Los niños/as y adolescentes que pasan
por una internación psiquiátrica sin que ésta sea realmente

9
Gortfman, Erving (1972), Internados, Amorrortu, Buenos Aires.

27
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

necesaria por su cuadro patológico, aquellos que circulan por


las instituciones del sistema sin encontrar un lugar, pueden
quedar estigmatizados a partir de este hecho, y necesitar de
nuestra ayuda para reinsertarse socialmente.
Se debe actuar en las instituciones como un campo en
sí mismas, sin descuidar la función social que ellas deben
cumplir. Y se deben resguardar los derechos de los meno-
res, y orientar a los padres para que sepan velar y exigir por
ellos.
Las instituciones sociales son básicas en la organización
social, comunes en todas las sociedades, y tienen como
objetivo solucionar los problemas relativos a la vida en so-
ciedad.10 La locura incapacita e inhabilita ante la sociedad;
ésta reacciona y, para proteger a sus miembros, crea institu-
ciones para encerrar a los peligrosos, a los anormales.
En nuestro país la separación de los locos fue conside-
rada desde los orígenes de la medicina, y especialmente a
partir de las reformas de Rivadavia, cuando comienza a
ubicarse la locura y otras formas de ociosidad como desór-
denes públicos.
El hospital psiquiátrico, en muchos casos, en lugar de pro-
porcionar el mejor tratamiento sirve para perpetuar en los
enfermos mentales la falta de adecuación social. Al rotular a
los pacientes con diagnósticos que implican futuros inciertos
o problemas insuperables, el hospital vincula el pronóstico con
ese diagnóstico psiquiátrico (correcto o incorrecto) y no con
la calidad del tratamiento que pueda recibir y los cambios que
pueda realizar.
Según Bleger, "el ser humano encuentra en las institucio-
nes soporte y apoyo"... El mismo autor clasifica a las institu-
ciones de acuerdo a las relaciones que se establecen con
los miembros. Según cual sea la relación predominante, las
personas se manejarán con más o menos rigidez, con más
o menos flexibilidad, con más o menos afectividad.

10
Ander-Egg, Ezequiel (1995), Diccionario del Trabajo Social, Lumen,
Buenos Aires.

28
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

En las instituciones cerradas, el sistema avanza sobre el


sujeto, anulando los límites personales. La única alternativa
que tiene el internado es cumplir con los mandatos institu-
cionales, y éstos son iguales para todos, sin considerar
individualidades. Las normas provienen del nivel máximo, que
se ocupa también de controlar su cumplimiento por parte de
los niveles bajos. El sujeto sufre cambios en su identidad,
pues pasa de lo que fue en el pasado, a lo que debe ser para
no recibir castigo.
En una institución, cada uno "es algo" (jefe, director, tra-
bajador social, empleado, médico, paciente) y "hace algo" de
acuerdo a su rol. En las instituciones hay una distancia entre
lo que debe hacerse y lo que en realidad se hace; la mayo-
ría de los conflictos se producen entre el personal de los
diferentes niveles, por cuestiones relacionadas con el poder
y la jerarquía, que algunos pretenden imponer más allá del
marco institucional. Además, no siempre los que tienen más
poder son los más capaces, ni los que llegaron por recono-
cimiento a sus méritos y capacidades.
Por eso en muchas oportunidades las instituciones no se
muestran como la solución de algo, sino como laberintos de
trámites y papelerío, que parecen creados para poner obstá-
culos y decepcionar a los que acuden a ellas.
Las instituciones sociales que han tenido un papel más
relevante en la práctica de la violencia psiquiátrica son:
• La familia cuando pide la exclusión de uno de sus
miembros, y aprueba los mecanismos utilizados para
conseguirlo.
• El Estado cuando decide la internación involuntaria de
personas con padecimientos mentales.
• Los profesionales de la psiquiatría convencidos de que
la única solución del conflicto está en el encierro del
loco.
¿Cómo podemos explicar la tendencia general hacia la
internación de los enfermos mentales? Es una creencia po-
pular el sostener que el hospital es el instrumento más efec-

29
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

tivo para el diagnóstico y tratamiento de todas las enferme-


dades graves y complicadas. Por otro lado, durante cientos
de años la enfermedad mental ha sido considerada el más
misterioso de los trastornos humanos. De esta manera se
unen los conceptos dogmáticos acerca del enfermo mental
con la creencia arraigada de que necesita una institución
separada de la gente "normal".
Otro motivo para solicitar el encuadre hospitalario es la
necesidad que siente la familia del paciente mental crónico
de separarse del enfermo, de tomar distancia. Por lo general
la familia del paciente que vive en su casa, debe soportar la
carga de una atención permanente. Estas familias suelen
sentirse atrapadas, culpables, enojadas, con culpa, miedo,
enojo y frustración. Si no reciben apoyo, terminan aniquila-
dos. Si en el momento de crisis no tienen a quien recurrir,
comienzan a pensar que la única solución posible es inter-
nar al enfermo.
Por otro lado, la mayoría de las personas que solicitan
ayuda psiquiátrica viven esta situación con sentimientos de
humillación y vergüenza, en parte por la historia de mar-
ginalidad que han tenido estas problemáticas, y por la viven-
cia de estar en una situación de inferioridad para tomar de-
cisiones y enfrentar situaciones, lo que los lleva a entregar-
se a la decisión que tomen sus familiares.
De tomar la resolución de recurrir a una internación psi-
quiátrica, la institución se hace cargo del enfermo durante un
tiempo, hasta que, de acuerdo al criterio profesional, éste pue-
de reingresar a su medio habitual, y la familia ocupa nueva-
mente el entorno del paciente.
El trabajo y las investigaciones con las familias han per-
mitido cambiar el concepto de enfermedad mental como "una
anormalidad o desadaptación de un miembro determinado",
por la idea de "problemas en el sistema de intercambio fa-
miliar".
La locura denuncia que algo anda mal, y si eso no es
solamente algo propio del sujeto que la presenta, tiene que
ver con el marco humano y relacional. El paciente psiquiátri-

30
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

co es el portavoz del sistema que lo contiene; por esto, tra-


tar al paciente separado de su familia es tan inútil como ig-
norar el proceso histórico social que llevó a la situación de
consulta.
La familia del paciente se presenta fracturada entre los
sanos y el enfermo; acepta con mayor facilidad un diagnós-
tico de una enfermedad física, aunque el pronóstico sea gra-
ve, que el de una enfermedad mental, especialmente si no
pueden recibir explicaciones concretas de origen, causas y
consecuencias.
El compromiso y apoyo familiar depende a veces de la
edad y sexo del paciente. En el caso de los niños, la familia
se involucra más en el tratamiento que cuando el consultante
es adulto. Las colegas que trabajan con enfermos mentales
mayores marcan la diferencia en cuanto al sexo: los hombres
reciben más apoyo que las mujeres que permanecen inter-
nadas por largos períodos; la madre, la esposa o las herma-
nas, los visitan. Las mujeres, en cambio, es más frecuente
que queden abandonadas, o que reciban visitas muy espo-
rádicas.
Por todo esto, si la internación de un adulto abarca un
período prolongado, frecuentemente la familia se descom-
prime (al no tener el problema que para ellos significa el
enfermo conviviendo), y comienza a estabilizarse sin la pre-
sencia de uno de sus miembros; se acomoda al espacio físi-
co (por ej. desarmando la habitación que ocupaba el pacien-
te para darle otro uso), y resulta sumamente difícil lograr que
vuelvan a aceptarlo.
A las personas las agobia la ¡ncertidumbre. El no saber
cómo pueden enfrentar una dolencia es más difícil de su-
perar que la verdad expresada en términos sencillos. Cuan-
do un paciente y/o su familia reciben el diagnóstico de en-
fermedad mental, sufren un impacto muy fuerte, pero po-
demos a partir de allí orientarlos y acompañarlos en el tra-
tamiento, buscando juntos la mejor situación que sea posi-
ble conseguir.

31
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Trabajo Social y salud mental

El Trabajo Social debe movilizar los recursos personales


y grupales; para poder hacerlo, debe identificarse e invo-lu-
crarse con el proceso de defensa de los derechos sociales.
Cada profesional debe conocer el tipo de relación y las for-
mas de intervención, a fin de poder contar con los medios
necesarios para afrontar los conflictos que se susciten, y en
esos casos, tener un criterio profesional formado.
Los/as trabajadores/as sociales deben mantenerse en es-
trecho contacto con la familia durante el período de interna-
ción, para recabar información necesaria para ei equipo tra-
tante, para orientar y apoyar a unos y otros, y para resguar-
dar el lugar del paciente en la familia, evitando que se cierre
en sí misma, excluyendo de ese núcleo a quien debe regre-
sar al ser dado de alta de la institución psiquiátrica.
Desde nuestra profesión, tenemos la responsabilidad de
dar una respuesta válida al sufrimiento psíquico de las per-
sonas, a través del trabajo en la red social, conociendo los
distintos factores que confluyen en la determinación de esa
situación en la que deberemos operar, y relacionando lo glo-
bal con lo particular.
Al hablar de salud mental nos referimos a una serie de
aspectos en lo preventivo, educativo y cultural; un delicado
equilibrio que puede romperse y pasar así de la salud a la
enfermedad. El trabajador social como integrante indispen-
sable del equipo de salud mental, juega su importante papel
al profundizar en los aspectos sociales que intervienen en la
etiología multifactorial de las enfermedades psiquiátricas. La
estrecha relación que logra establecer con la familia, con los
compañeros de estudio o de trabajo del paciente, con todos
los que de alguna manera integran el mundo relacional, con-
tribuye decisivamente al enfoque integral del caso y a
optimizar su rehabilitación.
Es fundamental para nosotros, en cada intervención pro-
fesional, realizar un diagnóstico situacional que permita eva-
luar la interacción del paciente en los diversos contextos (fa-

32
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

milia, grupos de pares, grupo de estudio o de trabajo) y el


grado de retracción social al que su sintomatología lo con-
dujo.
Día a día, desde el respeto hacia ese "otro", sus derechos
y posibilidades, participamos en la construcción de nuevas
respuestas y realidades, basadas en la identidad y autono-
mía de las personas.
La salud y la enfermedad son tanto procesos como esta-
dos caracterizados por la complejidad; por consiguiente, es
muy difícil que puedan ser abordados unidisciplinariamente.
Esto es aún más serio cuando se trata de problemas en el
campo psíquico y psicopatológico; a partir de los problemas,
la colaboración interdisciplinaria produce un enriquecimiento
mutuo.
El ser humano definido como bio-psico-social precisa para
el abordaje de los problemas clínicos la interrelación fructífe-
ra de los campos físico, químico, biológico y antroposocial.
La interrelación supone: interacción, cooperación y circu-
laridad entre las disciplinas, sus métodos, técnicas e instru-
mentos; y formulación de cursos de acción. Cuando cada
disciplina está nítidamente identificada y estructurada, es el
momento de orientarse hacia la interdisciplina. La integración
se realiza a nivel del equipo de trabajo que a partir de gru-
pos heterogéneos aporta prácticas convergentes.

Interdisciplina
Para hablar de interdisciplina debemos considerar:11
• Trabajo en equipo: formación de actitudes cooperati-
vas en el grupo.
• Intencionalidad: la relación entre las disciplinas debe
ser provocada, no fortuita.
• Flexibilidad: apertura a la búsqueda de modelos, mé-

11
Stagnaro, Juan C. (2004), Vértex, Revista Argentina de Psiquiatría,
vol. XIV, N s 54.

33
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

todos, técnicas, etc., con reconocimiento de las diver-


gencias y de las posibilidades de diálogo.
• Cooperación recurrente: continuidad en la cooperación
para que se logre cohesión en el equipo.
• Reciprocidad: dada por la interacción entre las discipli-
nas que llevan al intercambio de técnicas, métodos, etc.
La interdisciplina es además esencial como factor para el
desarrollo del conocimiento. En un mundo puramente tecno-
lógico las finalidades pueden resultar ambiguas; es importante
en los abordajes reforzar los lazos entre las disciplinas
heterogéneas, entre las cuales podrían existir diferencias de
categoría. Por ej., los pacientes crónicos (especialmente
psiquiátricos) internados en instituciones, tienen contacto con
diversos profesionales y no profesionales, que participan sin
embargo en roles protagónicos (auxiliares de enfermería,
mucamas, personal de vigilancia, paramédicos, conductores
de ambulancia, etc.).
La interdisciplina12 es un medio para fomentar entre to-
dos los especialistas un diálogo íntimo que permita a todos
comprender las postulaciones de cada uno.
Los problemas que se presentan con más frecuencia en
el trabajo interdisciplinario son:
• ausencia de un lenguaje común entre las disciplinas;
• hipertecnicismo teórico, discursos indescifrables;
• oposición de saberes y enfrentamiento de poderes;
• ausencia de metodología adecuada para el trabajo en
equipo ante complejidades de salud o enfermedad en
padecimiento crónico;
• falta de metas acordadas en común que permitan una
coherencia de estrategias y tácticas terapéuticas;
• desconocimiento del rol y funciones de los integrantes
del equipo;
• ausencia de respeto y superposición de los lugares
profesionales;
12
Narváez, Rubén O. (1997), Interdisciplina y práctica profesional, Puma,
Buenos Aires.

34
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

• mensajes contradictorios y ambivalentes hacia el pa-


ciente. Esto produce desd€í el paciente construcción de
alianzas y/o coaliciones con miembros del equipo, lo
cual lleva a una fractura en el seno del mismo;
• desconfianza y falta de apoyo entre miembros del
equipo;
• ausencia de solidaridad interdisciplinaria;
• ausencia de liderazgo eficiente por parte de quien con-
duciría el eje del tratamiento (no poder escuchar, con-
sultar, y decidir) — dificultades en la toma de decisión
y en la gestión;
• comunicación insuficiente o inadecuada, la cual puede
generar una paralización en la estrategia terapéutica;
• ausencia de metodología evaluativa del equipo (eva-
luación de los objetivos);
• ausencia de supervisión externa del equipo.
Se plantea la necesidad de arribar a un lenguaje en co-
mún que lleve a la construcción de un paradigma comparti-
do, lo que permitirá que los códigos del equipo sean cohe-
rentes. Distintos autores de la UNESCO han trabajado so-
bre el principio de "unidad-diversidad", que involucra dos
movimientos simultáneos: por un lado se construye un códi-
go y lenguaje en común, y por otro se mantienen las singu-
laridades de cada disciplina. La armonía de un equipo surge
entonces por un acuerdo entre las diferencias y no por una
simple uniformidad.
El hipertecnicismo a veces es necesario, pero cuando
se halla dentro del campo de los propios especialistas. En
cambio, en el marco de un equipo interdisciplinario debe-
rían traducirse los principales conceptos a un código común.
Otra solución posible sería un dispositivo institucional de in-
tercambio teórico entre miembros del equipo (cursillos de
intercambio).
Hablamos de oposición de saberes y enfrentamiento de
poderes, cuando en realidad se debiera llegar a una com-
plementariedad de los mismos, dentro de un espíritu de con-
sulta que caracterice al equipo

35
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Con respecto a la ausencia de metodología adecuada


para el trabajo en equipo se plantea que:
a) exista una coordinación concensuada;
b) el coordinador haga respetar un orden para las po-
nencias evitando discusiones entre los miembros del
equipo;
c) se emitan libremente las opiniones, pero ex-
plicitando los fundamentos de las mismas; se favo-
rece así el diálogo y se evita la oposición sin funda-
mento.
El paciente tiene en general muchos temores y debe en-
contrar personas seguras, confiables, que puedan establecer
un vínculo que le brinde seguridad como para plantear sus
miedos y restablecer su confianza en sí mismo.
Cada uno de los integrantes del equipo debe poseer un
rol definido en el interjuego que se produce entre las distin-
tas disciplinas, y debe conocer y respetar el lugar del otro.
No debe transgredir las pautas establecidas a priori entre los
miembros del grupo; para esto deben darse un contacto y una
comunicación fluida, clara, hablar un mismo lenguaje, evitan-
do así la superposición de mensajes que producen de por sí
una mayor confusión entre ellos y el paciente.
No debemos olvidar que los pacientes que presentan un
cuadro de cronicidad complejo, tienden a disociar al equipo
tratante; por eso muchas veces las entrevistas se realizan en
equipo. Se debe trabajar en forma conjunta y cercana, dis-
cutiendo permanentemente la estrategia a seguir para evitar
fracturas. A veces las reuniones del equipo son muy exten-
sas; es preferible una discusión abierta y franca aunque los
temas a tratar sean delicados, ya que lo que no se habla se
transforma en un rumor, el rumor distorsiona el mensaje, y
lo que queda es algo que obstaculiza el tratamiento, y va a
producir una mala orientación y resolución; o sea, en sínte-
sis: perjudicar al paciente.

36
La cuestión social
y la salud mental
ADRIANA CASAMAYOR

Intentar reflexionar sobre la cuestión social, tal como se


plantea en la actualidad, lleva a considerar la crisis, el de-
rrumbe salarial, la pérdida del papel integrador desempeña-
do por el trabajo, el desempleo y sub-empleo, la exclusión,
la indigencia y la pobreza; y el terrible efecto que todo esto
produce sobre todo el grupo familiar y especialmente en los
jóvenes y adolescentes.
Siempre que se hablaba de pobres, nos referíamos a un
segmento o clase social, netamente definido, especialmente
en nuestro accionar profesional; gente de villa o barrios hu-
mildes, donde cotidianamente se planteaba: brusca pérdida
de trabajo, salario insuficiente para sostener un nivel de vida
digno, problemas de salud agravados por la problemática eco-
nómica, o también falta total de trabajo y crisis en lo indivi-
dual y familiar.
En la actualidad esto ha cambiado, se ha generaliza-
do, abarcando a otros grupos humanos que antes pertene-
cían a la llamada clase media o media alta.
El trabajo es más que el trabajo en sí, por lo que el no-
trabajo es más que el desempleo. La característica más per-
turbadora de la situación actual es la reaparición del perfil de
los "trabajadores sin trabajo", los que ocupan en la sociedad
el lugar de inútiles, de supernumerarios.
Cabría pensar en la necesidad de un cambio total en la
relación entre el hombre y el trabajo, y por lo tanto con el
mundo.
La población infanto juvenil se ve comprometida de una
manera creciente en una serie de hechos lamentables: de-
lincuencia, violencia social y doméstica, suicidios juveniles,
drogadicción, criminalidad, etc.

37
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

La familia, unidad de reproducción y producción dentro del


sistema social, ha modificado sus funciones y el número de
sus miembros a través del tiempo. Paralelamente, las nor-
mas culturales, sociales y religiosas que la sostenían fueron
perdiendo credibilidad y eficacia.
Proponemos la necesidad de participación de la familia
en los distintos estamentos, pero la realidad nos enfrenta con
familias que prácticamente no conviven, los casos privilegia-
dos en que los miembros tienen trabajo, éstos permanecen
fuera de la casa la mayor parte del día, soportando presio-
nes y temores a perder su nivel de ingresos, a ser despe-
didos, desplazados, reemplazados, sin derecho a réplica. Y
están los otros, los que han quedado afuera, que han per-
dido su fuente de ingresos, en una edad cronológica (pasa-
dos los treinta años) que ya es inadecuada para reingresar
al sistema productivo, con obligaciones y responsabilidades
respecto de un grupo familiar. Se amplió la brecha entre los
que más tienen y los que menos tienen, con un crecimiento
considerable de los más pobres.
Entre estos índices y la tasa de desempleo existe una
relación directamente proporcional: a mayor desempleo, ma-
yor nivel de indigencia y pobreza.
El Abate Messonnier a mediados del siglo pasado habló
de "la gangrena del pauperismo"; en ese momento la pobre-
za fue enfrentada frontalmente y se convirtió en la cuestión
social del siglo XIX, porque se consideró que abarcaba a la
sociedad toda y que de no ser encarada así podría producir-
se una desestabilización de la periferia al centro.
Hoy sucede lo mismo con la "exclusión", que no es una
ausencia de relación social, sino un conjunto de relaciones
sociales particulares con la sociedad como un todo. No hay
nadie que esté fuera de la sociedad, hay un conjunto de
posiciones cuyas relaciones con el centro son más o me-
nos laxas: ex trabajadores víctimas del desempleo prolon-
gado, jóvenes que no encuentran trabajo, poblaciones mal
consideradas, con mala vivienda y mala atención sanitaria,
etcétera.

38
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

Marginalidad, según Olmos13, es una condición social que


reúne las siguientes características:
• falta de participación en la vida política, económica y
social del país;
• desintegración social con respecto a las instituciones
familiares y/o sociales;
• globalidad que afecta todos los aspectos de la convi-
vencia social;
• radicalidad: ubicación en un círculo vicioso difícil de su-
perar; la interacción con el medio se vive como ame-
nazante;
• tendencia a la generalidad: va afectando a un alto por-
centaje de la población.
No hay un límite entre situaciones más o menos vulnera-
bles. Los excluidos suelen ser los que eran considerados
vulnerables hasta hace poco y traspusieron el límite entre
vulnerabilidad e integración: los trabajadores calificados pa-
san a ser precarios, los ejecutivos se convierten en
desempleados. El entorno social influye en la vulnerabilidad
de personas que presentan enfermedades mentales y en el
desarrollo de las mismas.
Los procesos de marginalización como consecuencia del
desempleo, los problemas económicos y sociales, van acom-
pañados por crisis de identidad en las sociedades modernas,
ruptura de redes sociales de pertenencia y pérdida de se-
guridad.
Olmos destaca las características psicosociales y cultura-
les de los marginales:
1. comienzan soportando la situación, pasan a aceptar-
la, y en un tercer tiempo, proyectan su actitud al gru-
po familiar;
2. manifiestan una tendencia al enf rentamiento, al choque,
que suele provocar conductas delictivas, lo que trae
aparejado el rechazo de la sociedad;
13
Olmos, Pedro, "Psicología del marginado", Revista N9 7, 2* edición,
Biblioteca del CLAEH, Montevideo, Uruguay.

39
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Cuando las personas se encuentran sumergidas en la


miseria, viviendo en la marginalidad, están sometidas a las
ansiedades propias de la supervivencia, por lo que no pue-
den alcanzar ciertos grados de concientización y comienzan
a manifestar violencia, que suele derivar en procesos de-
lincuenciales.14
Con el deterioro creciente de los más desamparados, cada
grupo de alto riesgo va tomando características cada vez más
extremas.
Los sujetos se acostumbran a manejarse individualmente
para sobrevivir; por esto, les resultará muy difícil responder
a una tarea grupal, aceptar y cumplir normas y/o disciplinas.
Los adolescentes y los jóvenes son los más castigados
por la crisis del empleo. Del total de desempleados, el 41,5%
tienen entre 15 y 24 años, según estimaciones oficiales. Esto
está vinculado con la tasa activa (personas entre 15 y 24 años
que se incorporaron al mercado laboral).
La red social de vínculos ligados al trabajo ha desapare-
cido para los jóvenes que no consiguen empleo; no pueden
abandonar la casa de sus padres, ni formar parejas estables.
Cerca del 25% de los jefes de familia están desocupados,
por lo que otros miembros del grupo familiar deben salir a
trabajar, fenómeno que se conoce como "efecto trabajador
adicional".
Las reacciones de quienes no tienen trabajo demuestran
que esta condición constituye una referencia importante no
sólo a nivel económico sino también a nivel psicológico, cul-
tural y simbólico.
Curiosamente, mientras el país soporta altas tasas de
desocupación, aumenta también el número de personas que
deben trabajar más de 45 horas por semana para llegar a fin
de mes (sobreocupados). El alza del número de sobre-ocu-
pados remite a la crisis de ingresos que impacta a los hoga-
res del Gran Buenos Aires, por lo cual normalmente el único
o principal receptor de ingresos se sobreocupa.
14
Flasché, Ángel (2003), Hacia una psicopatologia de la pobreza. Edi-
ciones Madres de Plaza de Mayo, Buenos Aires.

40
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

Por otro lado, al inicio de este capítulo hablé de la inci-


dencia de esta problemática en las familias que integran
nuestra sociedad; esto se comprueba en el mayor índice de
disolución familiar, acompañado de:
• disminución del poder de decisión del padre como jefe
de familia;
• aumento del poder de decisión de la mujer dentro y
fuera de la casa;
• aumento de la indefinición de las funciones familiares
(padre-madre);
• aumento de la ambigüedad de derechos y obligacio-
nes adscriptos a cada función.
La familia se encuentra en una etapa de profundos cam-
bios como institución, y en el aspecto socio-político y econó-
mico. Es la unidad privilegiada para el Trabajo Social, pues
en ella confluye todo lo que acontece en la sociedad.
Históricamente hablamos del binomio necesidad-recurso
como punto de partida de la acción social. La dura realidad
actual lleva a comprobar que la necesidad supera ampliamen-
te a la demanda, y que el sujeto pasa a ser objeto receptor;
con esto, perdemos el aspecto creativo, la posibilidad de una
relación horizontal donde cada uno interviene en los proce-
sos de transformación.
Para lograr un grado de bienestar es necesario contribuir
al mejoramiento de la calidad de vida; supone la satisfacción
de los requerimientos básicos, pero también una correcta
inserción en el contexto social y buena utilización del medio
ambiente.
Hay tres elementos interrelacionados e ¡nteractuantes:
• subsistencia: garantizada con el soporte de un trabajo
digno y bien remunerado que permita seguridad per-
sonal y social;
• socialización: sustentada en vida de relación, que com-
prende amistad, amor, autoestima, pertenencia a su lu-
gar, relación con la naturaleza y la cultura sin conflic-
tos ni ansiedades;

41
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

• autorrealización: entendida como posibilidad de crecer,


de desarrollarse en plenitud, tener un proyecto de vida,
sentirse protagonista en el devenir personal social.
Actualmente, en los distintos niveles de la vida cotidiana,
gran cantidad de personas se encuentran en riesgo. Los
problemas económicos, los sociales y los psicológicos se
entrecruzan. La posibilidad o la realidad del desempleo ge-
neran miedo, angustia y sensación de desamparo.
Coincidentemente se registra un aumento de la violen-
cia en el interior de la familia y en la sociedad. Las personas
intentan adaptarse a las nuevas situaciones que se les pre-
sentan, pero esto es aún más difícil cuando se va produciendo
un desapego progresivo de las redes sociales. Las personas
se sienten despojadas, aisladas, sin sostén.
"La crisis social no da lugar a ninguna forma de enferme-
dad mental particular sino que pone a prueba la vulnerabili-
dad de cada sujeto, obligándolo a confrontar exigencias de
elaboración insoportables, e incluso traumáticas, que pueden
desencadenar ciertas crisis psíquicas.'"15
Es distinto perder a no haber tenido nunca.
La clase baja aspiraba a ciertos logros materiales, ciertas
adquisiciones, pero sabía que otras estarían totalmente fue-
ra de su alcance. La vivienda propia podía ser una casilla o
una casa humilde de material, o una prefabricada en un te-
rreno propio comprado en cuotas, igual que los electrodomés-
ticos necesarios. El que sus hijos fueran a la escuela era de
por sí un logro, algo que ellos no habían podido hacer, y lo
pensaban como el instrumento que les permitiría salir de la
villa, tener su casa, no ser "sirvienta", "jornalero" o "changarín".
La mayoría de la clase media de nuestro país desciende
de inmigrantes que vinieron a luchar y trabajar para "hacer-
se la América", y priorizaron el estudio en la formación de sus
hijos.

15
Stagnaro, J. C. (2004), Vértex, Revista Argentina de Psiquiatría, Vol.
XIV, N8 54, Buenos Aires.

42
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

Nuestros antepasados sabían que con el esfuerzo conti-


nuado, tenaz, enraizado en lo cotidiano, podían obtener "lo-
gros", que sus hijos pertenecerían a un país grande y prós-
pero, y que los sacrificios para las nuevas generaciones se-
rían menores que para ellos.
En una primera etapa el trabajo se ligó con la alimenta-
ción (cultivo de la tierra, cuidado de los animales). Posterior-
mente, con la aparición de los primeros elementos de indus-
trialización, surgen nuevas formas de trabajo, no ligadas di-
rectamente con la producción de riqueza.
Estamos hablando de una verdadera cultura del trabajo,
que nos fue transmitida de manera tal que se unió indefecti-
blemente al sacrificio.
El tiempo, antes, se asociaba a la construcción, implica-
ba planes individuales y familiares, espera y proyectos; ac-
tualmente, en cambio, se relaciona con desgaste, decepción
y exclusión. Algunos argentinos se ven a sí mismos como
personas que trabajan demasiado y que no tienen suficiente
tiempo libre, muestran una añoranza pasiva de la tranquili-
dad, de los ideales de solidaridad y compromiso, de la segu-
ridad y de la protección social.
Se nos impone día a día la exclusión, la expulsión del
mercado laboral y del consumo, la privación de la salud y la
educación: esa es la forma más atroz de violencia social. A
la violencia de la exclusión se le responde con la desespera-
ción. Hay grupos que encuentran en la violencia el único
medio que los hace "visibles"; olvidados como están, con sus
posibilidades presentes y futuras clausuradas, se muestran
en medios masivos, pero a la par que reclaman un espacio
por la violencia, por esta misma son condenados a más ex-
clusión.
No hay solución para la violencia en una sociedad en
crisis. Sólo se puede superar (salvo casos extremos e irre-
versibles) uniendo las fuerzas personales y grupales para
proyectarse hacia un futuro más sano y coherente, basado
en existencias y logros reales, no sustitutos, regresiones o
huidas.

43
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Sería importante que todos los miembros de la sociedad


conservaran un vínculo estrecho con el trabajo socialmente
útil, y las prerrogativas relacionadas con él, ya que el trabajo
sigue siendo el fundamento principal de la ciudadanía, en
tanto ésta tiene una dimensión económica y una social. El
salario reconoce y remunera las actividades que son poten-
cialmente útiles para todos (ciudadanía económica) y el tra-
bajo representa para cada uno la participación en la socie-
dad productiva, sobre él se apoyan los derechos y deberes
sociales; las responsabilidades y el reconocimiento de los
límites y presiones sociales (ciudadanía social).
Desde nuestro lugar profesional es sumamente importan-
te redefinir la intervención en el marco de transformación de
las políticas sociales.
Corresponde al ámbito del Trabajo Social el movilizar los
recursos personales y grupales; para esto debe identificarse
en forma global con el proceso de defensa de los derechos
sociales y preservar en el sujeto su condición de persona.
Debe investigar sobre las demandas de los distintos secto-
res, y proponer acciones que contribuyan a la definición de
una política social específica. Es prioritario clarificar la rela-
ción entre demandas y recursos, que no siempre coinciden
con necesidades y recursos. Esta información, actualizada y
sistematizada, puede contribuir al desarrollo de las políticas
sociales.
El análisis de la estructura social y de los sujetos que la
conforman, tanto desde el punto de vista micro como desde
el macro, nos permitirá establecer una relación entre los pro-
cesos sociales y las prácticas sociales.
La realidad se construye en la interacción de los grupos
sociales, en la modalidad participativa. La formación de re-
des contribuye a solucionar problemas comunes que aque-
jan a una comunidad, a una institución, o a un grupo de
personas, en tanto se comprenda que el problema de una
persona es el del grupo atrapado en una serie de contradic-
ciones.
Para consolidar el efecto de red en el campo de la sa-

44
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

lud mental infanto juvenil, considero que debemos tener en


cuenta:
1. Ubicar el trabajo y la educación como organizadores
de la actividad social, a través de diferentes programas
debidamente supervisados.
2. Recuperar y/o sostener la autoestima de las familias
que participan en dichos programas.
3. Integrar a las personas en actividades que permitan
rescatarlos de la marginalidad y automarginalidad en
que se encuentran.
4. Establecer una vinculación con espacios propios de
nuestra profesión y de otras disciplinas, a fin de pro-
poner, compartir y capitalizar experiencias.
A fin de articular la teoría y la práctica, se transcribe a
continuación un trabajo personal, presentado en uno de los
ateneos generales intrahospitalarios, organizado por el De-
partamento de Docencia e Investigación del Tobar García, en
el ciclo 1999.

Los límites en la clínica: obstáculos,


interrupciones y fracasos
Cuando hablamos de "crisis" nos referimos por un lado
a la situación económico-social que nos afecta a los argen-
tinos desde hace unos años, que llevó a un cambio en la es-
tructura y relaciones familiares, hecho que se advierte en las
características de las familias que consultan; y por otro lado
a la crisis de sentidos que atraviesa toda la estructura de la
Acción Social, abarcando a los sujetos profesionales y a
aquellos sobre los que se interviene.
Dadas las características del Hospital Tobar García, el
Servicio Social participa en los equipos interdisciplinarios
desde el ingreso del paciente hasta su egreso, ya sea que
el menor regrese con su familia, o sea derivado a una ins-
titución acorde a sus características. El objetivo principal es
la reinserción social, tarea que no depende exclusivamente

45
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

de la trabajadora social, ni del equipo tratante, sino que


entran en juego los recursos necesarios en cada caso en
particular.
Los recursos tienen cada día una duración más efímera,
implican un agotamiento al corto plazo y una resignificación.
Los recursos destinados a un plan pueden agotarse sin po-
der reponerse. Es por esto que muchas veces se constru-
yen programas no por las necesidades sino por los recursos
con los que se cuenta.
Las circunstancias llevan a que los planes y programas
sean fragmentados y poco articulados; los recursos han cam-
biado de sentido y está en juego su credibilidad; deberían
apuntar a la igualdad de oportunidades, pero cada vez se
alejan más de la realidad.
Por otro lado, los recursos no resuelven las situaciones
sino que actúan como pequeños paliativos, circunstancia que
los asocia rápidamente con los mecanismos de superviven-
cia, tanto para el beneficiario, como para la institución o el
trabajador social que los administra.
Nuestra tarea cotidiana está inmersa en esta lucha; tiene
que ver con los pacientes, sus familias, sus necesidades y
posibilidades, y también con el conocimiento, actualización y
utilización de los recursos disponibles.
Cada caso es evaluado en equipo, y se deciden en forma
conjunta los pasos a seguir; a partir de ese momento comien-
za el trabajo interinstitucional: salud, educación, organizacio-
nes barriales, obras sociales, juzgados, hospitales de día,
clínicas psiquiátricas, son algunas de las instancias a las que
recurrimos, y con las que debemos negociar, para coincidir
en una derivación positiva para el paciente.
En este tramo de tratamiento, son muchas las dificultades
y obstáculos que hay que sortear; podemos tener una idea
aproximada comentando un caso clínico.
Sebastián llegó al hospital en 1993, cuando tenía 5 años.
Su familia estaba constituida por su papá, su mamá, una
hermana de 9 años y un hermanito de 3 años y medio.
El niño había asistido tres años al Jardín de Infantes del

46
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

Rocca (2 años al grupo de motrices y un año al grupo de


múltiples). Movía mal su brazo izquierdo, tenía la mano en
forma de garra; hiperactivo, reía constantemente.
Cuando iba a cumplir seis años, fue derivado al CENTES
(Centro Educacional para Niños/as con Trastornos Severos,
que depende del GCBA), y desde allí sugirieron una consul-
ta en nuestro hospital.
Diagnóstico: trastornos del habla y del lenguaje, en com-
binación con retardo en otras capacidades; retardo mixto del
desarrollo (OMS 315.5 - DSM III - Eje II - trastornos genera-
lizados del desarrollo).
El niño no obedecía consignas verbales, dibujaba fuera
de los límites de la hoja, desarmaba los juguetes con la mano
derecha y la boca, no utilizaba la mano izquierda. El juego
consistía para él en sacar de la bolsa los elementos y desar-
marlos sin ninguna variación. Repetía mecánicamente los
números contando hasta treinta, y el abecedario.
Iniciado el tratamiento, concurrió a terapia regularmente
una vez por semana, e ingresó al CENTES.
En noviembre de ese mismo año, la madre habló de pa-
sar a Sebastián a un colegio de doble jornada; comentó que
había concurrido a varias entrevistas en una escuela que re-
sultó ser para débiles mentales, por lo que no fue admitido.
Se trabajó con la madre respecto a esto: no se consideraba
terapéutico el pasaje a una escuela de doble jornada; pero
ante la insistencia de la madre y el apoyo del padre, que con-
sideraba que su esposa tendría más tiempo para ella y la or-
ganización familiar, se decidió trabajar en conjunto con
CENTES para una derivación.
En marzo de 1994, después de las vacaciones, la madre
volvió con el tema del cambio; era evidente que para ella era
más importante la enseñanza que el tratamiento. Después de
un tiempo, decidieron continuar en el hospital hasta fin de año,
mientras se tramitaba la derivación. Sebastián registró cam-
bios importantes: si bien siguió sin hablar, leía, escribía y
hacía trabajo corporal.
En diciembre del 94 se solicitó la intervención de Servicio

47
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Social para la búsqueda de un tratamiento de rehabilitación


para brazo y mano izquierda.
En 1995 el tratamiento continuó con algunos altibajos. El
padre se quedó sin trabajo, dormía todo el día, estaba depri-
mido. Las relaciones familiares eran tensas. Sebastián esta-
ba intranquilo en la casa y la escuela; el padre lo asociaba a
lo que le pasaba a él, a la situación laboral.
En el verano del 96 hablaron de radicarse en el Paraguay;
viajaron por tres meses, pero al fin regresaron: fracasó la
propuesta que les habían hecho, reiniciaron el tratamiento. A
fines de ese año, nuevamente apareció la posibilidad de
Paraguay, pero más como un deseo que no llegó a concre-
tarse.
En el año 97 la terapeuta sostuvo una entrevista con la
directora y maestras del CENTES, les comunicó que ella se
iba del hospital, y que sería un momento adecuado para que
Sebastián concretase un cambio a otra institución.
La familia pasaba una época mala; el padre se había
quedado nuevamente sin trabajo, la madre había salido a
trabajar como vendedora ambulante, con lo cual se modifi-
caron los horarios y costumbres familiares; esto incidió, por
ejemplo, en la posibilidad de llevar a Sebastián a la escuela
en los horarios acostumbrados. Todas las expectativas fami-
liares estaban depositadas en que el papá consiguiera un
trabajo estable. Por este tiempo, lo único estable era la es-
cuela, por eso las docentes dudaban acerca de la convenien-
cia de efectuar un cambio. Se le planteó esto a la terapeuta,
quien decidió hablar en el servicio para que otro profesional
sostuviera al paciente hasta que se produjera la salida.
Los padres fueron derivados a Servicio Social, ingresa-
ron en el Grupo de Padres y paralelamente se trabajó sobre
instituciones posibles. Coincidentemente, en el CENTES nom-
braron a una Trabajadora Social. Se fue conformando una
estrategia entre las dos instituciones y entre las dos trabaja-
doras sociales, afianzando la tarea y apoyando a esta mamá
que se mostraba capaz de tramitar y gestionar, pero sopor-
taba el desgaste y agotamiento de varios años de tratamien-

48
REFLEXIONES SOBRE SALUD MENTAL

to, agravados por toda la problemática social que los iba


desplazando hacia el lugar de los excluidos.
En enero del 98 se trabajó intensamente con colegas de
PAMI gestionando el subsidio que posibilitara el acceso a
alguna de las instituciones incluidas en los convenios. Una
de estas instituciones, XX, estuvo dispuesta a admitirlo. Cuan-
do las tramitaciones estaban casi completas, cayó el progra-
ma de subvenciones, y hubo que recomenzar la búsqueda
de instituciones posibles.
Al tiempo, la institución XX volvió a estar dentro del lista-
do de PAMI; la familia argumentó que allí no cubrirían la
escolaridad, que sería mucha la distancia de la escuela a la
institución... Sentían temor ante lo nuevo.
La madre logró cambios importantes en su autonomía
durante ese tiempo; continuó como vendedora ambulante,
teniendo un buen desenvolvimiento a nivel social. No respon-
día a las citaciones, acudía a destiempo, con lo que la salida
del paciente se trabó, se demoró. Desde la escuela, la tra-
bajadora social propuso acompañar a esta mamá en sus
gestiones, para agilizar algunas tramitaciones.
Se efectuó la derivación a la Escuela Especial Ns 17, y
después de varias gestiones institucionales, aceptaron admi-
tirlo para el año 99.
Cuando se concretó la derivación, ésta coincidió con el
alta hospitalaria.
A pesar de todos los obstáculos que fueron apareciendo
en el transcurso del tratamiento, en su mayoría producto de
la crisis que impactó sobre las personas y las instituciones,
desde un abordaje interdisciplinario y apoyándonos en una
red interinstitucional logramos e! objetivo que nos habíamos
propuesto desde el equipo.

49
Capítulo II

Significación del campo


grupal para el Trabajo Social

DIFERENTES ABORDAJES GRUPALES

CRISTINA MARCHESONI

Un largo recorrido tuvieron las múltiples prácticas de nues-


tro hacer profesional en ei campo de lo grupal; término muy
vapuleado y atravesado por los diferentes devenires históri-
cos que se vivenciaron en nuestro país, en especial durante
la década de los 70. Prácticas prohibidas en los marcos
institucionales públicos, pero que resurgieron con mayor fuer-
za a partir de la democracia.
Remontándonos a la etimología de la palabra grupo, ve-
mos que proviene del italiano groppo o gruppo, cuyo signifi-
cado fue nudo.
Los lingüistas suponen también que es derivado del ger-
mano Kruppo: masa redondeada significando la idea de cír-
culo.
Los artistas franceses lo usaron para su lenguaje cotidia-
no hacia la mitad del siglo XVII, pero es a partir del siglo XVIII
que se definiría como una reunión de personas.
El capítulo que se inicia presenta diversas experiencias
en el campo de lo grupal. Nuestro punto de partida toma como
sustento teórico a la Psicología Social del Dr. Pichon-Riviére,
que entiende "a la persona como emergente de una comple-
ja trama vincular social e histórica, como un ser de necesi-
dades que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que
lo determinan. Los vínculos que se construyen en interac-

51
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

clones significativas con los otros, se internalizan constituyen-


do la dimensión intrasubjetiva: las condiciones concretas de
existencia, los sistemas de representación social y ¡os vín-
culos inscriptos en el mundo interno, ejercen eficacia psíqui-
ca y orientan los modos de sentir, pensar y actuar: la subje-
tividad es entonces una construcción social. El rol se consti-
tuye por mecanismos de asunción y adjudicación que se lle-
van a cabo en el seno de una familia que a su vez forma parte
de una cultura que comparte valores e ideología" 16.
Para Enrique Pichon-Riviére la psicología se define como
social a partir de la concepción del sujeto, que emerge en
una trama de vínculos y relaciones sociales. Se despliega un
interjuego entre necesidad y satisfacción, base de toda ta-
rea que lo ubica como en su dimensión histórica y en su
cotidianeidad. La psicología social no es una psicología de
grupos sino una reflexión acerca del sujeto y su comporta-
miento.
El autor manifiesta "que el lugar fundante que tiene la
necesidad en el proceso interaccional apunta a determinar
cual es el lugar de esa necesidad y de las acciones destina-
das a satisfacerlas (objeto-tarea) en la constitución de la
estructura vincular y del grupo como sistema interaccional 17.
El grupo operativo, según la definición del autor, es 'Todo
conjunto de personas, ligadas por constantes de tiempo y
espacio y articuladas por su mutua representación interna,
que se propone en forma explícita o implícita una tarea que
constituye su finalidad" 18.
Se logró con los grupos operativos un modelo situacional
diferente a lo aprendido culturalmente, donde se tuvo por
objetivo el "aprender a pensar", cuestionando modelos insti-
tuidos.
Las diferentes experiencias grupales hospitalarias presen-

16
p. de Quiroga, Ana (1986), Enfoques y perspectivas en psicología
social, Ediciones Cinco, Buenos Aires.
17
Idem.
18
Idem.

52
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

taron obstáculos, conflictos superados por el grupo mismo a


medida que fueron apareciendo, centrados en la relación con
la tarea y en función de los objetivos propuestos.
Los grupos operativos adoptaron la modalidad particular
de grupos de reflexión y de orientación.
Estos grupos fundaron un espacio en donde los integran-
tes se descubrieron con sus capacidades y nuevas potencia-
lidades, pudiendo reflexionar respecto a diferentes cuestio-
nes personales.
Los grupos que funcionaron tuvieron siempre la inscrip-
ción institucional que se daba en el marco hospitalario.
Se consideró que "el llamado contexto, sea institucional
y/o social, es en rigor texto del grupo. Es decir, no hay rea-
lidad externa que produce mayor o menor efectos de influen-
cia sobre los acontecimientos grupales, sino que son parte
del propio texto grupa!, en sus diversas modalizaciones; son
por ende, fundante de cada grupo, más que escenografía,
drama grupal"19.
Los integrantes de las diferentes experiencias se asumie-
ron por medio del grupo como sujetos que pudieron superar
los obstáculos en su integración; lograr una mayor participa-
ción, más activa, y apropiarse de un nuevo proyecto de vida.

19
Bauleo, A. - Del Cuerto, A. - Fernández. A. (1990), Lo Grupal 2, Edi-
ciones Búsqueda, Buenos Aires.

53
Primeras experiencias
con grupos

ADRIANA CASAMAYOR

Mi ingreso al Hospital Tobar García, en los años setenta,


obedeció al cumplimiento de las prácticas pre-profesionales
de Servicio Social, como alumna universitaria.
Ese hecho me dio la posibilidad de vincularme con los
padres y familiares de los pacientes, que se agrupaban en
aquellos días en el llamado "Club de Padres", un espacio
convocante desde el Servicio Social y que funcionaba los
sábados por la tarde, donde se invitaba a distintos profesio-
nales para debatir sobre temas de interés para los padres,
se preparaban festivales musicales, y se organizaban salidas
y excursiones. Participé durante algunos años en dicho pro-
yecto, hasta que, después de un cambio en la Dirección de
la institución, se negó su continuidad.
Desde aquel momento, y a través del tiempo, me intere-
só profundamente el trabajo grupal tanto con los pacientes
como con sus familiares, por lo que en forma alternativa fui
participando, co-coordinando y desarrollando algunos proyec-
tos, con diferentes características, dentro y fuera de la insti-
tución hospitalaria, hasta llegar a la implementación del jue-
go como medio de facilitar la comunicación de estos padres
con sus hijos, tarea en la cual continúo en la actualidad.
Tres años después de aquella primera experiencia, sien-
do ya integrante de la planta profesional del hospital, presen-
tamos con una colega, la Lic. Nora Maggiore, varios proyec-
tos grupales, que si bien son lejanos en el tiempo, son válidos
para mostrar la postura profesional sostenida desde entonces.
Estos proyectos se originaron a partir de las inquietudes
de los pacientes internados y de las dos profesionales de Ser-
vicio Social involucradas.

54
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Dado que fueron dirigidos a los pacientes internados, vale


aclarar la situación institucional de los mismos:

• En aquel momento, un porcentaje alto de la población


internada no presentaba patología psiquiátrica aguda.
Esto se explica porque ante la falta de instituciones
adecuadas, los menores encontrados en la vía públi-
ca eran puestos a disposición del juzgado de turno,
desde donde se los derivaba al hospital "para estudio
y tratamiento".
• Relacionado con el punto anterior solía presentarse
otra dificultad, ya que una vez realizado el estudio,
el menor continuaba internado por motivos como:
1) no tener familia o, teniéndola, ésta no quisiera ha-
cerse cargo; 2) que Minoridad demorara el otor-
gar una vacante en alguna institución de esa depen-
dencia.

Desde los internados comenzamos a registrar una deman-


da continua de realizar actividades, de sentirse atendidos no
sólo como pacientes, sino como personas; la necesidad de
saber qué pasaba tanto dentro del hospital como fuera de él;
además, en el caso de los adolescentes, el pedido de que
se los escuchara, saber qué iba a pasar con ellos en el futu-
ro: se sentían inseguros y temerosos respecto de sus posi-
bilidades al egreso.
Comprobamos que los pacientes nos buscaban, como
nexo con la realidad externa, pedían mediación para que los
autorizaran a ver algún programa de televisión que les inte-
resaba, permiso para salir por unas horas del piso, y pregun-
taban ávidamente sobre determinados temas o acontecimien-
tos de conocimiento público.
A partir de esto, pensamos una forma de responder al pe-
dido formulado por los chicos desde nuestro rol profesional,
y así surgieron diferentes trabajos, según las necesidades de
los grupos.

55
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

GRUPO EDUCATIVO-RECREATIVO

Fundamentación
Grupo abierto que permitía la entrada y salida de sus
miembros según sus necesidades, y la incorporación de pa-
cientes nuevos en cualquier momento del proceso grupal, de-
rivados por sus respectivos terapeutas.
Objetivo general
Organización de un grupo educativo-recreativo para favo-
recer la socialización de los pacientes.
Objetivos específicos
• Esclarecer y orientar sobre aquellas situaciones con-
flictivas de difícil abordaje (adopción, sexualidad, dro-
gadicción, relaciones familiares, etc.).
• Crear un espacio donde a través de la recreación, el
paciente pudiera expresarse libremente, a partir de te-
mas generales, y donde pudiese intercambiar experien-
cias similares con los demás integrantes.
• Generar valores que elevaran la calidad de vida de los
miembros del grupo.
• Guiar un proceso de enseñanza-aprendizaje perma-
nente, favoreciendo la socialización de los miembros.
Características de los usuarios
Adolescentes pertenecientes al Servicio de Internación del
Tobar García, que se encontraran en condiciones de agru-
pa-bilidad y desearan participar. Con esto queremos decir que
se incluirían los que estuviesen en condiciones de llevar a
cabo actividades con grupo de pares, determinado esto por
cada terapeuta.
Implementación
a) Recursos humanos: grupo coordinado por dos profe-
sionales de Servicio Social, integrado con pacientes del
Servicio de Internación, con posibilidad de incluir pa-
cientes de otros servicios.
b) Recursos materiales: equipo de música, televisor, vi-

56
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

deo reproductor, grabadora, diarios, revistas, material


gráfico en general.
Desarrollo
I. Se realizó un primer encuentro con los pacientes a fin
de informar sobre la creación del grupo, día, hora y
lugar de reunión; esto dio la posibilidad de investigar
sobre sus intereses en cuanto a temas a tratar en el
mismo.
II. Una vez evaluado lo antedicho, las siguientes reunio-
nes fueron planificadas por las profesionales con mi-
ras a trabajar sobre aquellos temas que preocupaban
e interesaban a los pacientes.
Cronograma: el grupo funcionó de marzo a noviembre.
Frecuencia: las reuniones se realizaron una vez por se-
mana.
Evaluación
• Individual: el desempeño de cada paciente en el grupo.
• Grupal: en cuando a la dinámica grupal.
• Proceso grupal: sistematización de la información ten-
diente a suministrar retroalimentación en la forma de utilizar
los recursos, tratando básicamente de detectar y corregir, in-
terpretando los logros obtenidos en las diferentes etapas.

Con este modelo, funcionaron tres grupos durante tres


años consecutivos, la diferencia radicó en la demanda:
• 1º grupo: nucleaba pacientes mujeres, adolescentes
embarazadas y/o madres solteras.
• 2º grupo: pacientes con problemas de conducta con
los cuales se apuntó a la resocialización e inserción
social.
• 3º grupo: grupo mixto donde se presentó como preocu-
pación la problemática de las adicciones.
1 a GRUPO
En el Servicio de Internación, en ese momento, se encon-
traban varias adolescentes embarazadas y/o madres solte-

57
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

ras. En la etapa de pre-alta de estas pacientes, notamos que


diariamente pasaban por el Servicio Social a conversar de
varios temas, pero especialmente sobre embarazo, nacimien-
to y relaciones sexuales. Se les propuso reunimos en grupo,
invitando a otras chicas que estuvieran interesadas.
El grupo se conformó de la siguiente manera:
• Nancy: 16 años, embarazada, hija de madre soltera,
con graves problemas familiares e imposibilidad de re-
integrarse a su grupo de origen; continuaba internada
esperando su derivación a un hogar para madres sol-
teras.
• Alicia: 16 años, madre soltera, perdió a su hijo al na-
cer, tuvo un brote psicótico, estuvo internada en el Hos-
pital de Ushuaia, y de allí derivada a nuestro hospital,
estaba en la etapa de pre-alta esperando que se re-
solvieran algunas cuestiones judiciales para regresar
con su familia a su lugar de origen.
• Marisol: 15 años, embarazada, esperando una resolu-
ción judicial para concretar su derivación a un hogar
para madres solteras.
• Silvia: 17 años, madre soltera, derivada por un juzga-
do para tratamiento psicológico; su hija de pocos me-
ses estaba a cargo de su familia, quienes la visitaban
y le llevaban al bebé.
• Mabel: 14 años, internada por orden judicial a raíz de
fugas del hogar y problemas de conducta.
• Claudia: embarazada, rechazada por su madre, con
fugas reiteradas de la institución; termina viviendo con
su abuela, que se hace cargo de ella y del bebé.

CARACTERÍSTICAS DEL GRUPO: al convocar a las


adolescentes en situación de pre-alta, ingresaron voluntaria-
mente las que se mostraron interesadas por la temática. Se
trabajó en el grupo propiciando la creación de lazos de con-
fianza entre las integrantes. El grupo se disolvió al ser da-
das de alta las pacientes.

58
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

TEMAS TRATADOS: relaciones sexuales, cuidados y


métodos anticonceptivos, embarazo, parto y nacimiento, dis-
tintas formas de parto: costumbres de diferentes tribus y/o
países, concepciones, prejuicios en nuestro país; rol de la
familia, la escuela y las instituciones con respecto a la edu-
cación sexual.
Los temas se desarrollaron con ayuda de publicaciones
especializadas (lo que permitió ilustrar con fotos y dibujos
las explicaciones), videos y aportes de especialistas en el
tema.
Las adolescentes libremente preguntaban; al principio se
mostraban algo cohibidas, sobre todo aquellas que se incor-
poraron por interés pero que no estaban embarazadas ni eran
madres solteras. Poco a poco se fueron desinhibiendo, y fi-
nalizado el horario de la reunión conversaban entre ellas o
con alguna enfermera sobre lo tratado, cosa que no ocurría
al principio.

OBJETIVOS LOGRADOS:
• Las adolescentes pasaron a hablar con más libertad,
mayor conocimiento, sin tabúes, de temas que antes
sentían que eran avergonzantes y/o prohibidos.
• Las embarazadas, que antes parecían algo avergon-
zadas de su situación, pidieron ayuda para preparar
algunas prendas para el ajuar de los bebés por
nacer.
• Entendieron que los cuidados durante el embarazo
eran importantes; una de ellas reclamaba para que la
llevaran al control en la maternidad, si por algún pro-
blema institucional esto se retrasaba.
• Se rescata la importancia de haber tocado el tema
relativo a las formas de cuidado, ya que todas tenían
experiencia sobre relaciones sexuales, y la aparente
liberalidad con la que hablaban escondía un gran mie-
do a "ser como las otras, a quedar embarazadas, so-
las, rechazadas por sus familias".

59
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

SEGUIMIENTO: después de cumplidos los dos años de


la fecha de alta, efectuamos un seguimiento de los casos,
pudiendo relevar:
• Nancy continuaba alojada en el hogar para madres
solteras; había estudiado peluquería y conseguido un
trabajo en la zona, estaba de novia con idea de casar-
se, su novio aceptaba al niño y deseaba hacerse car-
go de él.
• Alicia regresó con su familia, fracasó en su integración
por falta de una estructura adecuada para sostenerla,
tuvo un nuevo brote, y fue enviada nuevamente a
Buenos Aires; habiendo ya cumplido para ese enton-
ces los 18 años, no pudo ser readmitida en el Tobar,
siendo derivada al Hospital Moyano.
• Marisol, derivada a un hogar para madres solteras, per-
maneció allí dos años con su hija, y estudió secreta-
riado; al morir su padrastro, ambas volvieron a la casa
materna; estaba trabajando en una oficina.
• Mabel, al ser dada de alta, se reintegró con su familia
y continuó sus estudios.
• Claudia abandonó al bebé en la casa de su abuela; no
tuvieron más noticias de ella.
22 GRUPO
Cine debate: experiencia con grupo de adolescentes del
Servicio de Internación, utilizando televisor y video re-
productor.
Alquilábamos películas previamente seleccionadas por las
coordinadoras, las proyectábamos, y posteriormente dirigía-
mos el debate.
Realizamos una selección previa, teniendo en cuenta:
1) los diagnósticos individuales; 2) la factibilidad de agrupar-
los e integrarlos al proyecto (para lo cual se consultó a cada
terapeuta y se trabajó en equipo con respecto a cada caso
en particular).
El grupo de pacientes quedó conformado por seis adoles-
centes con problemas de conducta; dos de las chicas eran

60
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

adoptadas, la primera con una historia llena de mentiras, la


segunda, después de sucesivos abandonos.
La selección de las películas se realizó considerando: la
edad de los adolescentes y sus problemáticas individuales,
que sirvieran de disparador al debate posterior, y que facili-
taran a cada uno su aporte, sin necesidad de mostrar total-
mente aquello personal que deseaban que permaneciera en
la privacidad.
Los adolescentes actuaban de "espejos" ayudando a los
demás a conocer su propia imagen. Compartían entre sí sus
experiencias y sentimientos, incluso los de vergüenza, cul-
pabilidad o degradación, sin perder el respeto por el otro; los
unía la problemática, se apoyaban mutuamente, y esto cola-
boraba al desarrollo de la individualidad.
La información se compartía en las reuniones de equipo,
con los profesionales tratantes y personal de enfermería.

32 GRUPO
El tema que interesó a la mayoría fue "Drogas". En ese
momento un porcentaje alto de la población del Servicio de
Internación estaba formado por chicos que habían atravesa-
do diferentes adicciones.
Pensamos en una combinación de charlas documentadas
con material de consulta, y otras con la participación de ex
pacientes de nuestro hospital, drogadictos en proceso de
rehabilitación, que pudiesen contar sus experiencias y res-
ponder las preguntas e inquietudes de los adolescentes.
Hicimos contacto con Mónica S., una ex paciente con la
cual desde Servicio Social habíamos realizado seguimiento
por un tiempo prolongado. Enterada del proyecto, se integró
espontáneamente y se ofreció a grabar un video de tipo tes-
timonial, a fin de que sirviera de aporte a otros pacientes del
hospital. En él relató su situación familiar, su llegada al hos-
pital, sentimientos en lo personal y como paciente, su situa-
ción de drogadependiente y los efectos de ello en su vida de
relación (violencia, homosexualidad, búsqueda compulsiva de
pareja con predominio sexual y falta de afectividad, abando-

61
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

no de sus hijos), su atención y experiencias en diferentes


lugares para adictos, donde logró revalorizarse como mujer
y madre, y donde asimiló todo lo que el hospital le había brin-
dado en su momento. A partir de ese punto, según comentó,
pudo superar sentimientos de odio o envidia, que prevalecían
antes del tratamiento y que la llevaron a empobrecer su vida
de relación.
La historia de Mónica tenía muchos puntos en común con
las historias de los integrantes del grupo: maltrato, abando-
no familiar, abuso, falta de límites, cuidados y continencia,
ingreso al submundo de las drogas, y a partir de allí, una
caída libre, reiteradas internaciones, y a cada paso, mayor
abandono afectivo.
El crudo testimonio de alguien cercano desde lo genera-
cional facilitó el abordaje de ciertos temas, y focalizar cada
uno hacia los objetivos personales individuales a que desea-
ban arribar a partir del alta del servicio de internación.

62
Asambleas generales
con pacientes de internación

ADRIANA CASAMAYOR

A partir del año 1988, en el Hospital Tobar García, comen-


zaron a desarrollarse semanalmente las Asambleas Genera-
les, con la presencia de los pacientes, los enfermeros y los
profesionales del Servicio de Internación (trabajadores socia-
les, médicos y psicólogos). Este espacio se sostuvo hasta que
se produjo un cambio de jefatura en el servicio mencionado,
dando paso a proyectos diferentes.
Recopilando las anotaciones, se constata que a pesar del
tiempo transcurrido, los problemas tratados son actuales:

• Quejas de los pacientes por la imposición de reglas, y


cuestionamiento acerca de su origen: ¿parten de En-
fermería o de la Dirección del hospital?
• Normas que los dividen en locos y no locos, enfermos
y sanos, de acuerdo a quien las da y quien está obli-
gado a cumplirlas. Hablan de la necesidad de estar
"cuidados", y que las normas deben estar para esto,
no ser impuestas porque sí, sino estar al servicio de
los pacientes.
• Piden un trato justo; al profundizar en esta palabra,
surge el tema "afecto"; muchos comentan que no tie-
nen familia, o que no van a poder volver a sus ca-
sas; quieren saber qué va a pasar con ellos al salir
del hospital.
• Los varones hablan de violencia (intra y extra-insti-
tucional), las mujeres hablan de amor, necesidad de
contención, de contacto físico, soledad, miedo a ia in-
ternación, miedo a la locura propia y de los demás.

63
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

• Afecto, cariño, acercan la figura de la madre. Mientras


que están internados, los más cercanos, los que los
cuidan, son los enfermeros; necesitan que ellos les
transmitan algo de ese orden; algunos internados se
sienten cuidados y protegidos. No todos coinciden,
surge el tema de "los malos".
• Los pacientes agrupados en buenos y malos, de acuer-
do a su conducta cotidiana. Reflexionan que los llama-
dos malos son los que no saben controlarse (¿no sa-
ben o no pueden?), por eso pelean, rompen vidrios, se
oponen a lo instituido. ¿Buscan que los quieran?; si es
así, no lo logran, los preferidos son los "buenos" que
no traen problemas. ¿Qué pasa con la institución?,
¿molestan los enfermos?, ¿se olvidan que ellos están
adentro justamente para solucionar sus problemas?
• Estos grupos, al decir de Enfermería, en realidad son:
los pacientes que corresponden o no a este hospital
por sus características y/o patologías; en el caso del
segundo grupo, sienten que no pueden ayudarlos.
• Vivencias respecto al tiempo de internación: es vivido
como encierro, tienen rejas como en una cárcel, eta-
pa de ocio que se opone a la libertad y la producción.
Se quejan de los terapeutas (que les dan poco tiem-
po), y de los enfermeros (están demasiado tiempo con
ellos).
La evaluación de estas Asambleas Generales permite
señalar varios aspectos positivos:
• Constituyen un punto de reunión, intercambio de ideas,
conocimiento mutuo, entre los asistentes.
• Permiten visualizar la interacción de los pacientes en-
tre sí, con enfermeros y profesionales, y el rol atribui-
do a cada uno de ellos (cómo son vistos por los inter-
nados).
• Facilitan el conocimiento del rol designado (el que cada
uno de los integrantes del equipo debe cumplir de
acuerdo a su especificidad).

64
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

• Los internados se apoyan entre sí, y manifiestan con


mayor libertad miedos, temores, desacuerdos que, es-
cuchados por todo el equipo en un mismo momento,
facilitan el abordaje y resolución de conflictos.
• Permiten reflexionar sobre ciertos entrecruzamientos
institucionales que inciden directamente en la situación
de los internados. Cabe reflexionar, en este punto, so-
bre algo que circulaba permanentemente en estas
asambleas.

Los pacientes hablaban reiteradamente del sufrimiento en


la institución pudiendo referirse a situaciones diferentes:

1. Al hecho institucional en sí: la internación de un me-


nor en un establecimiento destinado a la atención de
pacientes psiquiátricos es de por sí antinatural, espe-
cialmente si, como decía anteriormente, algunos de
esos menores no presentaban cuadros que justificasen
el encierro, más allá de una situación socio-familiar
problemática
2. Sufrimiento también podría incluir lo vivido en una ins-
titución especial, en una etapa vital determinada, en un
momento histórico: de esto también daban cuenta los
pacientes en sus relatos. La convivencia en un piso con
otros adolescentes sufrientes, el acatamiento de las
reglas institucionales, el temor al encierro, la indecisión
y el temor respecto a la salida.
3. En tercer lugar, ubicaremos el sufrimiento que tiene que
ver con lo que le sucedía a cada sujeto, que padecía
un cuadro diagnóstico específico y por el cual había
sido admitido en internación.

El sufrimiento está presente en las instituciones de salud


mental, de una manera asimétrica, desigual; se relaciona con
las exigencias que plantea a los internados y, por otro lado,
los beneficios que les otorga. El sufrimiento puede ser por
falta o por exceso de institución, por omisión o rigidez de

65
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

cuidados, por abandono, negligencia, o por dominación o


exceso de poder.
El prejuicio ante la enfermedad mental ha transformado
al hospital psiquiátrico en una institución marginada, a la que
la comunidad le da la espalda, y cuyos internados, por lo
general, no pueden volver a integrarse a sus familias.
Este prejuicio se fundamenta en los temores y resisten-
cias de la comunidad, la cual además considera al enfermo
mental como un elemento improductivo, y por lo tanto, una
carga económica.

66
Grupo con padres

CRISTINA MARCHESONI

Nuevos aires democráticos se instalaron en nuestro país,


fueron surgiendo nuevamente los dispositivos grupales que
enriquecieron las prácticas en salud mental durante la déca-
da de los setenta. La conformación del presente grupo fue la
continuación de esa rica experiencia.
Objetivo general: constituir un espacio de reflexión para
abordar diferentes problemáticas de la vida cotidiana de pa-
dres con un hijo atravesado por la enfermedad mental.
Desarrollo: este abordaje grupal se realizó en el servicio
de Hospital de Día, y contó con la co-coordinación de una
psicóloga y una trabajadora social.
Para la convocatoria se concurrió a las reuniones de los
diferentes sectores de Hospital de Día (sector niños y ado-
lescentes) para dar a conocer el espacio y el nuevo equi-
po y de esta forma derivar a los que integrarían estos en-
cuentros.
El criterio de admisión que predominó fue la participación
de la pareja de padres (hombre y mujer) y no sólo la mujer,
ya que consideramos que había en el servicio otro grupo de
estas características.
Desde la coordinación se marcó el encuadre, horario (una
vez por semana, y tiempo de duración de una hora y media),
lugar de reunión, ausencias (avisar el motivo), lapso de du-
ración: abril a julio con una evaluación grupal. Estas pautas
contaron con la anuencia de los padres.
En la primera reunión se hicieron presentes las siguien-
tes parejas: Lorenzo y Patricia (38 y 36 años); Fernando y
Ménica (34 y 32 años); Marta y Pepe (43 y 40 años); Pedro
y Graciela (28 y 26 años).

67
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Dos de los matrimonios habían participado en grupos


anteriores, y los otros dos era la primera vez que intervenían
en esta experiencia.
La primera reunión se centró en comentar la experiencia
del año anterior: qué les había aportado individualmente, y
las expectativas para este nuevo grupo.
Asistieron todos los padres y en forma puntual.
Los temas más importantes tratados fueron:
— Reflexión acerca de la enfermedad de los hijos.
— Relación matrimonial.
— Vínculos en la comunicación.
— Rol padre-madre.
— Relación con los hijos.
— Situaciones institucionales.
• Era un espacio donde se sentían apoyados por otros
padres que estaban pasando por la misma situación
(hijos con graves disturbios emocionales).
• Se hablaba de situaciones pasadas que provocaban
obstáculos en la dinámica grupal: temor que se tenía
a que los comentarios salieran del grupo, especialmen-
te cuando se hacía referencia a situaciones de mal
funcionamiento de la institución.
• La ntervención de algunos integrantes ocupaba mucho
espacio y no dejaba participar a otros.
• Roles de los miembros de la pareja: hombre-esposo-
padre; mujer-esposa-madre. Cómo cada uno actuaba
dentro de esos roles. Deseo de compartir más espa-
cio los hombres con los hijos.
• Espacio para poder conversar más sobre lo cotidiano
por ejemplo, problemas de trabajo.
Lorenzo decía: "Soy delegado en mi trabajo, prefiero
pocas palabras pero quiero decir lo que siento en este
lugar".
• Enfermedad de los hijos, poder asumirla, no negarla.
• Se valorizó el espacio grupal como lugar de crecimiento
personal a través de la participación.

68
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Patricia decía: "Antes no hablaba mucho, ahora sí, me


siento más segura".
• Traían experiencia grupal de otras instituciones.
Graciela decía: "En la otra institución fue frustrante,
debido a que en el grupo se negaba la situación de
los hijos, la enfermedad real (locura); terminé retirán-
dome".
• El espacio servía para poder escucharse y comunicar-
se, no sentirse tan solos ante la enfermedad de los
hijos. Decían: "Acá tenemos tiempo para hablar, tiem-
po para nosotros".
Desde el equipo se explícito la especificidad del rol de
las coordinadoras: la psicóloga realizaría las interpretaciones
correspondientes para cada caso, y el trabajador social se
ocuparía de la dinámica grupal y de realizar intervenciones
desde el campo social para poder resolver obstáculos en la
comunicación y los vínculos.
El grupo se integró luego con tres matrimonios más, sien-
do catorce el total de participantes.
Todos los matrimonios tenían su hijo en tratamiento en-
tre las edades comprendidas de seis a doce años.
En otra reunión surgió la palabra locura y la reacción de
la gente ante sus hijos; decían: "se corren, apartan el cuerpo
y la mirada".
Un padre acotó que es una reacción natural ante la
discapacidad, y se abordó el tema de la vergüenza.
"M.: Viajar en colectivo a veces es una aventura; por el
comportamiento que tienen nuestros hijos, la gente se pone
molesta, creen que es un maleducado; explicar a veces que
es un discapacitado, que está enfermo... parece que quedan
perdonados los que les falta una pierna o un brazo.
R: Salir con R, a veces me da vergüenza, nadie viene a
casa.
O.: Mi familia no acepta la enfermedad de P.
N.: Esto hace que uno esté encerrado, si salgo lo hago
con inseguridad, con miedo; otra cosa es que no tengo con

69
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

quién hablar. Antes trabajaba en una oficina, podía comuni-


carme con alguien, desahogarme.
R: No tenes a nadie que te pueda ayudar.
T.S.: ¿Vos se lo pediste?
R.: El ofrecimiento es sólo de boca.
T.S.: Inténtalo, a lo mejor no es como vos lo pre-
sentas.
R.: Después se asustan. No saben manejarlo.
T.S.: Pareciera que sólo la mamá puede con su hijo.
R: Yo he pedido ayuda a un familiar por unas horas, me
he hecho de un tiempo libre, para mí."
Se pudieron poner en escena los miedos ante los pares
contradictorios avances / retrocesos - dependencia / indepen-
dencia de sus hijos en los tratamientos:
"M.: No hay cambios, no veo modificación en su con-
ducta.
R: No sé, lleva tiempo.
L: Lo que pasa es que si el chico está mal, la madre
también.
R: Bueno, esto pasa porque uno quiere ser buena
madre
T.: Podemos escuchar lo que ellos no dicen o nos tratan
de comunicar de alguna forma.
R: Bueno, yo trato, pero por ejemplo cuando se baña, yo
termino lavándole la cabeza, me parece que le queda sucia."

Evaluación
Las positivas experiencias anteriores realizadas por otros
profesionales con los padres cuyos hijos recibían tratamiento
en Hospital de Día, nos llevó a formar este grupo, como así
también a observar la necesidad de que en el núcleo familiar
se produzcan cambios del modelo simbiótico madre-hijo.
Las conclusiones del trabajo fueron las siguientes:
Dificultad para respetar el tiempo en la evolución de
los tratamientos de sus hijos, que implicaba avances y re-
trocesos.

70
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

La madre se presentaba como referente de la vida de su


hijo; el padre quedaba excluido, fuera de esa relación.
La madre aparecía como la única que comprendía las
necesidades de su hijo durante el transcurso de la vida coti-
diana. Decían: "Damos la imagen como de un centinela que
cuida un tesoro".
Los integrantes del grupo se daban el espacio para re-
flexionar respecto de los avances y retrocesos de los hijos en
la vida diaria; se hacía hincapié en la importancia de la inclu-
sión de la figura paterna para la puesta de límites, y la dificul-
tad de las madres con relación a esto.
Las diferentes reuniones ponían en evidencia la necesi-
dad de delegar en otros el cuidado de sus hijos y poder
modificar roles muy rígidos.
Los padres tenían dos posturas: eran excluidos de la es-
cena o delegaban su rol a la madre; se mantenían ausentes,
negando la enfermedad del hijo, minimizando la gravedad de
la misma. Se notaba dificultad para asumir el rol paterno. El
marco grupal propiciaba a los hombres-padres afianzarse,
valorar y desempeñar ese rol.
Se abordó el tema de por qué se culpabilizaba a la ins-
titución hospitalaria y qué se depositaba en ella: "que se ha-
gan responsables otros de la discapacidad".
Algunos grupos familiares pudieron poner en escena di-
versas problemáticas: la falta de compromiso del padre en
los tratamientos, los obstáculos respecto a las indicaciones
del equipo tratante, las ausencias, el maltrato.
Producto de mandatos patriarcales arraigados en la so-
ciedad, se asignaba a las mujeres el rol de preservación del
matrimonio y la crianza de los hijos; generalmente eran ellas
las que planteaban los problemas emocionales importantes
de la familia. Los hombres se presentaban en el grupo en un
primer momento como imposibilitados de expresar sus sen-
timientos, con la desvinculación emocional correspondiente,
mientras que las mujeres presentaban dependencia tanto con
la vinculación emocional como con la falta de poder que las
acompañaba.

71
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

A través del proceso grupal, cuando en algunas circuns-


tancias se producía una modificación en los roles, algunas
mujeres saboteaban este cambio pues perdían un beneficio
secundario; ellas, madres abnegadas con un hijo discapacita-
do, no podían ceder su hijo a otro, no se permitían ocupar
otros espacios de crecimiento.
Por otro lado, las posibilidades sociales y económicas que
afectaban a las mujeres se revelaron como factores que in-
cidían en la forma de manejar las situaciones, agravada en
estos casos por la discapacidad del hijo; por ejemplo: una
mujer permanecía con su marido a pesar de tener serios con-
flictos de pareja, debido a que económicamente no encon-
traba otra opción.
Un paso importante de la participación grupal se explícito
cuando los integrantes pudieron empezar a hablar de cada
uno como persona, con sus necesidades. Las reuniones
grupales se constituyeron en un espacio importante donde
abordaban sus problemas, sus frustraciones, sus dificultades
en diferentes ámbitos, pero también sus proyectos.
Surgió también la necesidad de agruparse, de reunirse
fuera del marco hospitalario.
También se hablaba sobre el futuro de los hijos, y si los
demás hijos habían sentido desprotección o falta de atención
ante el hermano discapacitado, y sobre la responsabilidad de
los mismos ante la ausencia de los padres.
Se abordó la relación de pareja, no en forma directa, sino
tangencialmente, a través de los hijos,
La enfermedad del hijo se constituyó en una tabla
salvadora para evitar el enfrentamiento; muchas veces no
existía la defensa de la privacidad.
Varios de los integrantes manifestaron que habían reto-
mado la palabra, que se atrevían a hablar, que no se sen-
tían cohibidos. El espacio les había permitido hacer un ejer-
cicio de la expresión, y podían hacerlo también fuera del ám-
bito institucional hospitalario.
Este espacio los diferenciaba de sus hijos, pues como
éstos, muchos de ellos también habían perdido la palabra.

72
Grupo recreativo-social
con salida laboral

CRISTINA MARCHESONI
(Para Alicia Barroso
por el largo y rico camino transitado)

El presente trabajo resume una experiencia en el campo


de lo grupal que iniciamos junto a la licenciada Alicia Barro-
so cuando integrábamos el servicio de Hospital de Día del
Hospital Tobar García.
Durante el transcurso de diversas entrevistas sociales
informales y formales, las madres de los pacientes cuyos hijos
recibían tratamiento en el servicio todos los días, nos expre-
saban la necesidad de tener una actividad laboral para solu-
cionar su problemática económica. Se observó la cantidad de
horas transcurridas en los pasillos, esperando la finalización
de los diversos tratamientos de sus hijos. Por este diagnós-
tico se decidió comenzar un nuevo espacio grupal denomi-
nado: "grupo recreativo-social con salida laboral", siendo sus
objetivos:
—aprovechar las potencialidades individuales de cada
mujer en beneficio de todo el grupo;
—revalorizar a cada madre con su imagen como mujer;
—utilizar el espacio grupal como canal creativo y esparci-
miento individual de las madres.
Desarrollo: el grupo funcionaba de abril a diciembre, dos
veces por semana y tenía dos horas de duración.
La primera reunión comenzó con la participación de 13
mujeres, cuyas edades oscilaban entre los treinta y cincuen-
ta años, poseían estudios primarios completos, y la mayoría
no tenía actividad laboral fija.
Se realizó primero un juego de presentación con un ovillo
de lana. A través del cual, las mujeres se presentaban con

73
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

sus nombres, sus necesidades y se conformaba con el ovillo


una red comunicacional. Les explicitamos los objetivos del
grupo: no era un espacio terapéutico y la importancia de tra-
bajar con material de desecho, si el emprendimiento daba
algún tipo de ganancia sería para ellas.
Surgieron dos propuestas dentro del grupo:
—Confección tejida de ropa de bebé.
—Decoración de frascos.
En reuniones posteriores llevaron todo tipo de materiales
en desuso y comentaban la forma en que los habían conse-
guido; por ejemplo, Cristina pidió pinturas y pinceles para
decorar frascos en una librería que estaba en liquidación por
cierre, cercana a su domicilio, y obtuvo una buena respues-
ta a su pedido cuando explicó qué trabajos se realizarían con
esos elementos y dónde se llevarían a cabo.
A fin de junio se comenzó a proyectar una exposición de
los trabajos realizados y surgió la necesidad de colocar un
valor para vender lo producido, lo cual implicaba la moviliza-
ción de todas, mirando precios de distintos artículos simila-
res o iguales a los confeccionados en diferentes negocios;
se presentó así la oportunidad de retomar una actividad re-
legada: "salir al afuera".
Uno de los requisitos para poder participar en el grupo fue
la concurrencia de las madres, pero sin sus hijos.
A diario las mujeres se encargaban de divulgar los logros
del grupo a otras que se encontraban sentadas en los pasi-
llos de planta baja donde funcionaba el servicio.
Durante el transcurso de las reuniones, mientras se efec-
tuaban algunos trabajos surgían diversos temas de situacio-
nes diarias que eran compartidos por todas (dificultad con sus
hijos en los distintos medios de transporte cuando se trasla-
daban al hospital, discapacidad del hijo, diferentes cuestio-
nes familiares).
El año finalizó con una exposición en el hospital, con la
venta de diferentes artículos de excelente confección; parti-
ciparon todas las integrantes y tuvo gran concurrencia de
público.

74
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Finalizada esta primera etapa se desarrolló una evalua-


ción grupal a través de diferentes medios expresivos corpo-
rales y plásticos, permitiendo observar una activa participa-
ción de todas las integrantes, poniendo en juego otros as-
pectos de ellas: su cuerpo y su creatividad.
La participación en el grupo dio la oportunidad de poder
trabajar individualidades; es así que algunas mujeres comen-
zaron a realizar algunos cursos de formación en sus barrios,
de diferentes características, y luego ese aprendizaje era
transmitido y compartido en el grupo.
Se logró en una segunda etapa la venta de lo confeccio-
nado en negocios, empresas, ferias barriales, con buen rédi-
to económico.
Otro momento de crecimiento grupal comenzó cuando se
incluyó una artista plástica de reconocida trayectoria en la
confección de tapices artesanales con material en desuso y
el armado de diferentes muñecos muy creativos.
Se consideró que con este proyecto se contemplaría la
necesidad de ofrecer una forma más artística y con mayor
posibilidad de salida laboral.
Durante el transcurso del año se presentaron diferentes
obstáculos en el proceso; el grupo se sintió invadido por la
inclusión de la artista, lo que se manifestó en la resistencia
en la tarea, pero poco a poco las ansiedades se fueron re-
duciendo, se comenzó a sentir mucho placer con lo realiza-
do: un objeto diferente, tapices y muñecos artesanales, don-
de se puso en funcionamiento la creatividad.
Lo más importante lo constituyó la finalización de la ac-
tividad con la presentación de todo lo elaborado en "La Fe-
ria de las Naciones", evento que se realizó en el predio de
La Rural.
El grupo fue presentado en sociedad; tenían un espa-
cio grande afuera, donde se exponían los tapices con su
precio, junto a trabajos similares que otros grupos de mu-
jeres habían realizado en diferentes barrios de Capital y
provincia.
Algunas mujeres del grupo pudieron, en una segunda eta-

75
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

pa, ubicar en los barrios, en ferias artesanales y en otros


espacios sus tapices y muñecos de singular belleza.
En otro momento grupal se subscribe un convenio con
Educación No Formal del GCBA, donde participaba la profe-
sora de artesanía Sra. Cristina Caban.
El grupo se mostró muy movilizado con la incorporación
de esta profesional, pues puso en juego una multiplicidad
de técnicas nuevas y diversas, continuando de esta forma
con la exploración y crecimiento de cada una de las inte-
grantes.

Evaluación grupal de las participantes


Se transcribe una crónica de una evaluación realizada
como cierre del año, tomando como palabras claves logros
y obstáculos en la tarea.
Liliana: Este año tuve que salir a buscar trabajo por la
situación económica, ahora trabajo en una remisería. Me
costó salir, darme cuenta de que mi vida no terminaba en
Leonardo. En cuanto al grupo, lo importante es estar acom-
pañadas; valoro mucho este espacio.
Gloria: Este grupo es el reflejo de lo que estamos vivien-
do afuera, vos no podes pensar la cantidad de gente insegu-
ra, lo que va a pasar, están echando gente, achicando los
lugares de trabajo, qué va a pasar con todo esto gratuito. Esta
inquietud que tengo pasa porque las mujeres estamos com-
prometidas con todo lo que sucede, antes estábamos en un
solo lugar, el hogar, ahora participamos en otros espacios y
la mayoría acá somos mujeres.
Juana: A veces no trabajamos mucho, el problema de
afuera complicó todo. Me gusta venir acá a hablar, aunque
sea a tomar mate.
Gloria: Sí, seguro vamos a volver el año próximo, acá
tenemos la oportunidad de leer un libro, tener un espacio de
fantasía; leer un diario me deprime.
Liliana: Estoy leyendo un libro de autoestima, no me quie-
ro volver a casa, meterme en la covacha de nuevo.
Gloria: Quiero ver una lucecita, si no nos interroga-

76
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

mos, nos van a seguir envolviendo, desde los lugares de


poder.
María Rosa: Este año estuve más distante, complicado
el espacio, por problemas particulares de cada uno; hubie-
ra querido estar todo el año, no es que no tenía voluntad
sino que a otros no les interesaba que este espacio fuera
respetado.
Ramona: Estuve dos meses sin venir, yo me sentía bien,
acá estuve acompañada, no colaboré mucho con las
manualidades.
Rosa: Me gustó, al comienzo éramos muchas, al finalizar
somos menos, fue una experiencia buena, un lugar para mí,
conocí otro tipo de gente. Mi deseo es no desfallecer nunca,
llevar adelante el tratamiento de mi hijo; estos espacios a una
le dan más fuerza para seguir, en muchos casos no pudimos
terminar con la producción.
Marta: Acá hay muchas obligaciones de horario, reunio-
nes, etc., por eso esto me atrae, no es un lugar obligatorio.
Siempre espero en los pasillos, uno no sabe qué hacer, esto
nos sirve como válvula de escape, cuando uno está ten-
sionado este espacio nos ayuda. Hay solidaridad entre los
padres.
Silvia: Es un espacio que abre todas las posibilidades,
encontrarse con lo que a uno le gusta, es un recreo.
Inés: Acá encontrás palabras de aliento, se le pone el
hombro a la persona que recién llega; en casa no puedo
hacer nada, acá me motivo. Es como que uno va encontran-
do nuevos caminos para vivir.

Evaluación profesional
Durante varios años se fue desarrollando una línea de
trabajo con esta experiencia grupal, cuyo objetivo estuvo
centrado en dar respuesta a la necesidad laboral y de for-
mación de estas mujeres que acompañaban a un niño o
adolescente a tratamiento.
Se definió el grupo como operativo, pues quedó confor-
mado por un conjunto de personas, ligadas por constantes

77
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

de tiempo y espacio, articuladas por su mutua representación


interna, proponiéndose una tarea que las convocaba diaria-
mente, con su particular constitución: un grupo conformado
exclusivamente por mujeres.
También formó parte del marco conceptual lo denomina-
do Estudios de la Mujer, "corriente de pensamiento que plan-
tea una revisión crítica de los saberes instituidos respecto de
las mujeres e indaga el papel que tienen las representa-
ciones ideológicas en la construcción de la subjetividad fe-
menina".
El reflexionar que se iniciaba en cada reunión iba cues-
tionando creencias, pautas y actitudes relacionadas con el he-
cho de ser mujer y su lugar en la sociedad.
El tema subyacente estaba centrado en la condición fe-
menina que se reflejaba en múltiples aspectos de la vida
cotidiana, fue por eso que los diversos temas que se abor-
daban semanalmente estaban referidos a esa cotidianeidad,
espacio donde se desplegaban las diferentes ideologías en
las que se apoyaba la discriminación hacia la mujer, atrave-
sadas por la discapacidad y discriminación también de sus
hijos.
Un aspecto importante de estos grupos consistió en que
allí se cuestionaban aspectos de la condición femenina, se
desenmascaraba el mecanismo que ubicaba a hombres y
mujeres en determinados roles con funciones específicas, por
el cual lo cotidiano era transformado en natural.
Apareció en el grupo "el nosotras", abandonando su pre-
sentación inicial, "ser madre de" o "mujer de", pasaban a in-
cluirse en una historia con sus nombres, podían ser mujeres
con un proyecto de vida propio.
Las mujeres acudían al grupo por curiosidad, por no que-
darse solas esperando a sus hijos; durante el proceso grupal
lograron visualizar nuevas alternativas para sus vidas cotidia-
nas y desarrollaron nuevas actividades productivas.
Se desplegaban también contradicciones; por un lado, al-
gunas mujeres participaban activamente en la dinámica
grupal, y por otro lado les costaba que sus maridos las ayu-

78
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

darán en las tareas cotidianas o haciéndose cargo del cui-


dado de sus hijos. En otros casos sucedía que las participan-
tes percibían por primera vez la reaiidad en la que estaban
insertas, pudiendo reflexionar y compartir lo suyo con sus
pares. La mujer como centro de poder en el adentro y el
hombre en el afuera como proveedor del grupo familiar.
Desde la coordinación se señalaba que se negaba el
cuestionamiento a diversos temas, por ejemplo el uso del
dinero, para usufructuar los beneficios secundarios de una
situación de dependencia y una encubierta protección. Se
pudo, en otro momento grupal, abordar el tema y plantearse
que el delegar la toma de decisiones producía una situación
de comodidad, lo importante era pensar cómo cada una podía
aportar desde lo económico.
El proceso grupal que marcó el comienzo, estuvo atrave-
sado por múltiples obstáculos; fue la primera vez para mu-
chas de ellas en que podían satisfacer sus necesidades eco-
nómicas; pero escondían otras nunca explicitadas. Poco a
poco, por medio de la participación, se fue dando un cambio
significativo respecto de su comportamiento anterior; por
ejemplo, una mujer juntaba lo confeccionado en el grupo
durante la semana, lo ubicaba en la feria artesanal de su
barrio y se repartían el dinero.
El espacio grupal les permitió reflexionar respecto de la
situación que estaban atravesando y poder dirigir su nuevo
actuar con otro sentido. Muchas mujeres, luego de un deter-
minado tiempo podían confeccionar los distintos artículos en
sus hogares, revirtiendo lo que expresaban al principio de no
tener tiempo libre para realizar alguna actividad que las gra-
tificara.
Las diferentes capacitaciones sirvieron como un comple-
mento a la propia experiencia de cada una de las integran-
tes, posibilitando su crecimiento tanto individual como grupal.
Además significó ganar su propio dinero para cubrir sus ne-
cesidades.
Otro articulador de la tarea grupal lo constituyó el trabajar
con material descartable en los tapices, en la confección de

79
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

muñecas autóctonas y en diversos artículos. La técnica per-


mitió que las mujeres desplegaran sus posibilidades y crea-
tividad, reprocesando la materia y resignificándola para trans-
formarla en una imagen estética. El poder organizar los
materiales, promovía una respuesta interior muy importante
hacia lo externo, de este movimiento surgía un producto con
historia, con raíces, que tenía su acento en rescatar nuestra
cultura. Los tapices y muñecos confeccionados tenían el tin-
te de las diferentes regiones y el país de donde provenía cada
mujer.
El material descartable era lo no utilizado, lo dejado de
lado; la posibilidad de transformarlo agregaba un sentido
estético y un valor, colocar un precio al producto.
El origen de este valor era la propia persona que soste-
nía la obra, en ella residía su valor preventivo y terapéutico:
"construirse" a medida que se fabricaba el objeto.
El grupo también se constituyó en disparador para nue-
vas propuestas, como por ejemplo: reunirse a tomar un café
fuera del hospital, salir a pasear, abordar temas de interés, y
en algunas, retomar sus estudios secundarios o universitarios.
Desde la coordinación se consideró importante planificar
el trabajo para tener un hilo conductor entre los diferentes
temas que se planteaban y así poder desarrollar la sesión
de tal manera que facilitara la participación activa de todas
las integrantes a partir de su realidad.
Fue importante trabajar la motivación para que el grupo
planteara la realización de acciones concretas sobre lo apren-
dido en las diferentes capacitaciones, y de tal forma queda-
ra clara la utilidad de las mismas.
Se enriqueció el espacio grupal con la utilización de dife-
rentes medios expresivos corporales, dramáticos y plásticos,
acordes a cada momento del proceso.
Se caracterizó a la situación grupal como espacio para
desplegar la creatividad y el aprendizaje y para sostener el
surgimiento de deseos, de espacios personales de crecimien-
to, en oposición a la postergación de lo propio en función de
los otros.

80
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Este trabajo es un agradecimiento a todas esas mujeres


que han integrado los grupos con gran entusiasmo y com-
promiso, permitiendo que desde la coordinación continuemos
formulando nuevas preguntas y respuestas sobre la temáti-
ca de la mujer.
Supervisión
Las dos experiencias grupales estuvieron supervisadas por
la Lic. Arredondo, analista institucional, perteneciente al equi-
po H8, coordinado por el Dr. Fernando Ulloa.

81
Grupo de orientación para
padres del área de adopción

ADRIANA CASAMAYOR

El Equipo de Adopción del Hospital Tobar García, en los


primeros tiempos de su creación, dependía en forma directa
del Equipo de Terapia Familiar de Consultorios Externos.
Recibía a los grupos familiares con hijo/s adoptivo/s, que con-
sultaban por diferentes patologías (problemas de aprendiza-
je, de conducta, agresividad, fugas, etc.). Dicho equipo lle-
vaba unos años funcionando con una demanda creciente, te-
niendo a su cargo tratamientos individuales y familiares, cuan-
do la coordinadora20 me propuso —por ser Jefa del Dto. de
Servicio Social— incluir a una profesional de mi equipo en el
trabajo grupal con los padres adoptantes. Me interesó per-
sonalmente la propuesta, y decidí además incorporar a una
concurrente y dos pasantes residentes de Trabajo Social, para
prestar funciones en ese equipo, lo que permitió iniciar un
abordaje social de todos los casos.
Recibíamos por aquel entonces derivaciones de pacien-
tes y familias, provenientes de diferentes juzgados (naciona-
les y provinciales) y/o instituciones de menores, que no en-
cuadraban en el perfil de los pacientes atendidos en el equi-
po, por lo que decidimos llevar a cabo un trabajo directo y
personalizado, en los diferentes niveles. Confeccionarnos un
pequeño folleto, para entregarlo en el momento de la entre-
vista institucional, donde se explicaba el objetivo y modo de
funcionamiento del equipo, y donde figuraban los datos para
que pudiesen establecer contacto telefónico y/o derivar para
consulta y tratamiento.
Al planificar este espacio grupal, y de acuerdo a nuestra

20
Lic. Norma Krasnapolski.

82
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

experiencia clínica, se partió de la premisa de que la adop-


ción no es ni implica de por sí patología, que los padres
consultantes coincidían en sus problemáticas con las de otros
padres. Es decir: primero eran padres, luego adoptivos.
Por esto mismo se decidió convocar a un grupo de orien-
tación, y de surgir cosas más profundas relacionadas con
problemáticas personales, remitirlas al espacio de terapia
familiar. Se propuso trabajar sobre el plano de los afectos,
límites, roles, relaciones entre padres e hijos, temores, pre-
juicios, etc. con orientaciones y señalamientos concretos.
La selección de los posibles integrantes del grupo se efec-
tuó con la participación de todos los terapeutas, evaluando
posibilidad de agrupabilidad, motivo de consulta, situación
familiar, posibilidad de continuación del tratamiento individual
y/o familiar paralelamente al grupo. Por agrupabilidad se
quiere significar: que los mismos padres estuviesen dispues-
tos a incluirse en el espacio grupal.

PROYECTO de TRABAJO

Objetivo: organizar un Grupo de Orientación para Padres


Adoptivos consultantes en nuestro hospital, que estando en
condiciones de ser agrupados, fuesen derivados por los te-
rapeutas familiares, y que manifiesten deseos de participar
e integrarse.
Características del grupo: cerrado; por la temática a tra-
tar se consideró importante que fuera un grupo estable, don-
de los integrantes se conocieran entre sí, y establecieran vín-
culos de confianza.
Fundamentos
• crear un espacio donde los padres pudiesen intercam-
biar sus vivencias, plantear sus dudas y problemas;
• orientar sobre formas alternativas de afrontar conflicti-
vas familiares en vías a un esclarecimiento;
• motivar y favorecer el intercambio grupal, para dismi-
nuir ansiedades individuales.

83
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Implementación
• El grupo estuvo co-coordinado interdisciplinariamente
por una psicóloga y una trabajadora social.
• Se utilizó Cámara Gessell y el equipo de video, a fin
de facilitar la observación por parte de los otros profe-
sionales del equipo, y poder supervisar a posteríori la
tarea.
Ejecución: la selección de los padres adoptivos a incor-
porarse en el grupo se efectuó con participación de todos los
profesionales del equipo de adopción, en el transcurso de las
reuniones previas. Cada terapeuta familiar llevó la propues-
ta a la familia, y al ser aceptada, se concretó una entrevista
donde el terapeuta familiar ofició de nexo entre los padres
adoptivos y los coordinadores grupales.
Cronograma: el grupo funcionó de abril a diciembre.
Frecuencia: una reunión semanal, los días martes de
8.30 a 10 hs.
Evaluación - supervisión:
• semanal: a continuación del espacio grupal, con la
participación de los terapeutas familiares que desea-
ban participar;
• general: la primera al finalizar el receso de vacacio-
nes de invierno; la segunda, al cierre del grupo, a fin
de año.
CONFORMACIÓN del GRUPO:
Familia A

84
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Ramón, nacido en España, llegó a nuestro país a los 15


años, junto con su familia. Trabajó duramente toda su vida,
primero como empleado (lavacopas, mozo), hasta que llegó
a tener su propio negocio, un bar y cafetería. En el transcur-
so de la vida dedicada al trabajo, perdió a su familia de ori-
gen, y conoció en una reunión de una asociación de las que
agrupan a españoles y sus descendientes, a Claudia.
Ella también había tenido una vida de trabajo y exigen-
cias, con unos padres rígidos a los cuales cuidó hasta que
murieron.
Ambos coincidieron en sus orígenes, en sus formas de
vida, en sus ganas de compartir. Así, ya pasados los dos los
treinta años, decidieron casarse. Pasaron los años, la situa-
ción económica mejoró y se afianzó, pero perdieron por su
edad la oportunidad de ser padres biológicos. Entonces de-
cidieron adoptar un hijo, alguien a quien brindar lo que ha-
bían conseguido a lo largo de sus vidas.
Este deseo pudo concretarse cuando en un juzgado les
entregaron a tres niños, Carlos, Juan y Marta, hermanos bio-
lógicos entre sí, de 7, 10 y 11 años respectivamente.
Dos años después llegamos a la fecha en que la familia
consulta por los problemas de conducta y aprendizaje de
Carlos (9 años).
A lo largo de las entrevistas surge la repetición del mode-
lo paterno aprendido por Ramón. Se muestra severo, rígido,
presiona a los varones para que estudien, habla de que todo
se consigue con esfuerzo; casi no se ocupa de la niña, con-
sidera que Claudia es la indicada para guiarla.
Claudia, por su parte, siente pena por lo que estos niños
no han tenido: cariño, padres, un hogar, y los sobreprotege,
queriendo también nivelar las exigencias de Ramón, con el
resultado de no poder ponerles límites.
En el momento de la consulta, no saben cómo manejar-
se; si bien acuden por sugerencia de la maestra de Carlos,
reconocen que todos están mal. Los chicos se muestran re-
beldes, ellos no saben qué hacer: oscilan entre la rigidez de
Ramón y la permisividad de Claudia. Se remiten a su pasa-

85
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

do personal lejano y diferente de la realidad cotidiana. Sus


contemporáneos ya son abuelos; y así se sienten ellos, con
poca energía y con una mentalidad de otra época.

Familia B

Mónica, de ascendencia alemana, la mayor de varios


hermanos, ha tenido una educación rígida. Vivió con sus
padres hasta que nació su hermana, desde ese momento la
enviaron a la casa de unos tíos, quienes se encargaron de
su cuidado. Estudió enfermería, se casó muy joven, con un
hombre mayor que ella, que también descendía de alema-
nes. Tuvieron dos hijas; el marido falleció cuando las niñas
tenían 3 y 4 años respectivamente.
Ella tuvo que salir a trabajar, estaba la mayor parte del
día fuera de la casa; las hijas quedaban al cuidado de una
hermana de Mónica.
Roque era único hijo, tenía treinta años cuando murieron
sus padres, y en ese momento, encuentra papeles por los
que se entera que había sido adoptado. Había tenido una
infancia feliz, una buena relación con sus padres, especial-
mente con su papá, y dice que si bien se sorprendió al co-
nocer su origen no los cuestionó por no haberle dicho nada:
"habrán tenido sus motivos".
En el momento de la consulta, Mónica y Roque llevaban
varios años de casados, ella había dejado de trabajar, tenían
una buena situación económica, las hijas del primer matrimo-

86
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

nio ya estaban casadas. Decidieron adoptar; la ocasión se


presentó en la provincia de Corrientes: en un juzgado les
entregaron a dos hermanos biológicos, Ana (9 años) y Mar-
cos (7 años). Al poco tiempo, y a pedido de los niños, viaja-
ron a buscar a su hermana Carla (8 años), que estaba al
cuidado de una familia. Se hicieron cargo legalmente de los
tres e iniciaron los trámites de adopción.
Móníca y Roque coincidían en la dificultad de hacerse
cargo de un día para otro de niños de una cierta edad, con
un pasado y costumbres diferentes. Habían vivido en el cam-
po, en una vivienda precaria, pasando necesidades.
Al pasar de pareja a familia surgen grandes diferencias
entre ellos. Para Mónica, con hijas biológicas propias y con
su experiencia de vida anterior, ésta era la oportunidad de
dedicarse plenamente a los chicos, acompañarlos y guiarlos,
y así pasó del abandono que sufrieron las primeras, a la
sobreprotección que asfixiaba a los segundos. Para Roque,
éstos eran sus hijos, era su primera experiencia como pa-
dre, en la que ponía todo de sí.
Se producían choques entre la rígida educación de Mónica
y su desempeño con sus hijas biológicas en el pasado, y la
postura de Roque que siendo policía, había crecido al ampa-
ro de una institución verticalista y autoritaria. Cuando habla-
ba, él diferenciaba los hijos de ambos, y las hijas de Mónica.

Familia C

87
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Eduardo y Nélida llevaban casados diez años cuando


decidieron adoptar.
Eduardo trabajaba por su cuenta, tenía una fábrica de
juguetes didácticos de madera. Decía que siempre había sido
un vago, que no aceptaba límites, se iba a pescar o con la
bicicleta y no volvía en todo el día. Había abandonado sus
estudios y recién comenzó a ser un poco responsable cuan-
do conoció a Nélida, en un viaje en ómnibus a Entre Ríos,
donde ella tiene a su familia. Cuenta que no tuvo buena re-
lación con su padre, y que su madre sufría de fuertes dolo-
res de cabeza, por lo que se acostaba, y él aprovechaba para
irse de la casa. Tenía buenos recuerdos de un amigo de su
padre, que fue quien más lo orientó en la vida.
Nélida era ingeniera, trabajaba en relación de dependen-
cia, había crecido en un pueblo del interior, tuvo una infancia
y adolescencia buenas; siempre había sido muy pegada a su
familia; al casarse con Eduardo, él se incorporó. El matrimo-
nio los fusionó en gustos y actividades. Disfrutaron estando
juntos, primero en pareja y ahora en familia con sus hijos.
Habían llegado a la adopción de común acuerdo. En lo
cotidiano, compartían las tareas de la casa y las relativas a
los chicos, ambos adoptados siendo bebés.
Consultaban por Matías, quien después de la adopción de
Santiago empezó con celos, miedo a quedarse en el cole-
gio, comía compulsivamente, incluso se levantaba de noche
para buscar comida, y estaba con sobrepeso para su edad.

Familia D

88
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO CRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Gustavo y Liliana llevaban varios años de casados cuan-


do adoptaron a Hugo, quien tenía en ese momento pocos
días de vida.
Gustavo trabajaba en un taller, que cerró; entonces co-
menzó a manejar el taxi de un amigo. Liliana reabrió un ta-
ller de costura en su casa.
Consultaban por Hugo, derivados por la maestra del jar-
dín, que veía al niño demasiado pegado a su madre y con
dificultad para jugar y relacionarse con sus pares.
Gustavo y Liliana decían en las primeras entrevistas: "el
matrimonio y la familia son para toda la vida"; "juntos en las
buenas y en las malas"; "no hay que decir si uno está en la
mala, la gente se abre, sólo la familia ayuda".

DESARROLLO
Al agrupar a los padres se partió de ciertas premisas:
• Todos eran padres adoptivos.
• C y D eran de edad media, con dos y un hijo respec-
tivamente, adoptados desde bebés.
• A y B, algo mayores (especialmente A); cada matrimo-
nio con tres hijos, hermanos biológicos entre sí, adop-
tados de grandes y en forma simultánea.
Los temas trabajados en las reuniones fueron:
• Dificultad en la puesta de límites.
• Temor a los antecedentes familiares (herencia bio-
lógica).
• Sexualidad: cómo podían abordarla.
• Diferencias de criterios entre los miembros de las pa-
rejas que incidían en la educación de los hijos.
• Relaciones con sus respectivos padres.
• Tiempo de familia: cómo podían compartir juegos, obli-
gaciones y responsabilidades.
• Adopciones legales o ¡legales: silencios en cada fami-
lia, temores, fracasos, frustraciones.
• Qué implicaba ser padres adoptivos y qué implicaba
ser hijos adoptivos.

89
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

"El terapeuta en su naturaleza de nuevo nexo temporario


y sumamente significativo, se convierte en un primer elemento
modificador de la trama familiar" ... "se convierte en parte
integrante de la familia, así como ésta del equipo terapéuti-
co, en la medida en que tanto el uno como la otra, desapa-
recen como entidades aisladas, para reencontrarse en un
espacio y un tiempo diferentes: el sistema terapéutico, o bien
el tercer planeta."
Se utilizó siempre el mismo espacio terapéutico, se eligió
un consultorio bien equipado (Cámara Gessell - video), al-
fombrado, aislado de ruidos e interrupciones, con un mobi-
liario cómodo.
La Cámara Gessell permitió la observación directa por
parte de otros profesionales del equipo, y se grabaron en
video las reuniones, para poder supervisarlas a posteriori.
Si bien el grupo estuvo integrado por padres adoptivos,
se tomó en cuenta la familia tri-generacional: abuelos-hijos-
nietos.
Tanto Eduardo (familia C) como Claudia (familia A) tenían
dificultades para la puesta de límites, temían ser rígidos, se
cuestionaban permanentemente. Coincidentemente, habían
tenido abuelo / padre rígidos.
Mónica (familia B) y Ramón (familia A), que habían reci-
bido una educación rígida, se mostraban de la misma mane-
ra con su pareja y sus hijos, no podían replantearse ni acep-
tar críticas sobre esta conducta.
"La complejidad aumenta cuando se conectan las imáge-
nes e ideales —hacer de padre y de hijo— que cada uno ha
incorporado con mayor o menor intensidad dentro del propio
contexto familiar y cultural, y que llegan a asumir el valor de
verdaderos códigos de comportamiento."
Al tocar algunas de las reglas relaciónales de cada fami-
lia se produjo un aumento de la tensión interpersonal. Dife-
rencias de criterios y de formas de vida de cada matrimonio
se confrontaban (pareja que tenía dificultades en su relación
y sexualidad, con otra que disfrutaba de su tiempo e intimi-
dad). Esto era necesario para activar el proceso de cambio.

90
SIGNIFICACIÓN DEL CAMPO GRUPAL PARA EL TRABAJO SOCIAL

Hubo momentos de gran intimidad; Eduardo pudo hablar


de la etapa del proceso militar, de su hermano desapareci-
do, de su militancia política, y el temor que sintió cuando se
incluyó en el grupo y se enteró de que Roque era policía.
Esto requirió de un acercamiento y un alejamiento, para
que recuperasen algunos espacios y siguieran todos juntos.
"En un relato compartido por todos, en el que cada uno pue-
da encontrar una clave de lectura de sus propias experien-
cias cotidianas, del sentido de la vida, sintiéndose al mismo
tiempo parte integrante del grupo."
Eduardo, con un abuelo muy rígido, con un padre ausen-
te, podía elegir repetir cualquiera de los dos modelos. Se
apoyó en la esposa y el modelo de familia que ella había
tenido, y así se unieron ambos para estar con los hijos.
En el grupo, al decir de Andolfi, se dio el Tercer Planeta:
dimensión en la cual los padres se apoyaron entre sí. La dife-
rencia de edad entre Claudia y Ramón, coincidió con las "ga-
nas de padres" de Eduardo y Mónica, y les ayudó a vincularse.
El disfrutar o no la vida, la pareja, la sexualidad, permitió
abordar estas temáticas respecto de los hijos: cuándo hablar,
cuándo callar, qué modelo de padre/madre habían recibido,
qué padre/madre quería ser cada uno, familia como sinónimo
de afecto, hablar más de responsabilidades que de obligacio-
nes, puesta de los límites necesarios sin caer en la rigidez.

CONCLUSIONES
• La confrontación resultó positiva, aparecieron temas
que se hablaron en el grupo y otros en casa; esto fue
abrir una posibilidad.
• Ayudó a la relación con los hijos; si bien ellos no concu-
rrieron a las reuniones, estuvieron presentes, y sabían
que se hablaba de cosas que iban a ayudar a todos.
• Todos enfrentaron la adopción con un desconocimien-
to del rol de padres, similar al de los padres biológicos
en el momento del nacimiento. Pero coincidieron en que
sentían una gran responsabilidad, especialmente en los
casos de adopciones múltiples y de niños mayores.

91
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

• El hecho de haber compartido experiencias con otros


padres, disminuyó las tensiones: "no me pasa sólo a
mí". Ayudó a buscar criterios comunes en la pareja, sin
agredir y/o generar culpas.
• Aceptaron que las cosas cambiaban permanentemen-
te, que debían adaptarse a las diferencias que surgen
con el paso del tiempo y con el crecimiento; cambios
similares en familias biológicas y adoptivas.
• No toda familia adoptiva presenta problemáticas psi-
quiátricas y/o psicológicas; por tratarse de un hospital
especializado, sólo se trabajó con casos de adopción
que consultaron en dicha institución por problemas
relaciónales.
• Las familias adoptivas incluidas en la experiencia
grupal, presentaron diferentes problemáticas: dificultad
para asumirse como padres, dificultad para aceptar
el/los hijos adoptivos, problemas serios en la relación
de pareja, antecedentes no resueltos en la historia per-
sonal de uno o ambos padres adoptivos, etc.
• Algunos fracasos en la adopción podrían deberse a la
presión que ejercen las instituciones sobre los padres
adoptivos: por ej., para que se hagan cargo de herma-
nos biológicos en un mismo acto, apurándolos en la
toma de decisión aunque las edades de los niños, y/o
situación general, se encuentren fuera de lo previamen-
te estipulado por la pareja adoptante.
• Desde el lugar profesional se consideraron ampliamen-
te cumplidos los objetivos propuestos. Con posteriori-
dad, elaboramos una cartilla con las conclusiones, para
entregarla en los juzgados civiles y de familia, sugirién-
doles algunas modificaciones en los procedimientos
habituales, y ofreciéndonos como consultores, para
entrevistar a las familias que pudiesen derivarnos.

El equipo de Orientación para Padres Adoptivos continúa


funcionando en el Tobar García, dependiendo en la actuali-
dad del Servicio de Prevención y Acción Comunitaria.

92
Capítulo III
Programa de integración
socio-laboral para adolescentes

CRISTINA MARCHESONI

A partir de 1994 se inicia en el hospital una nueva expe-


riencia en el campo de la salud mental, a través del Progra-
ma de Integración Socio-Laboral para Adolescentes.
El motor de la idea parte de profesionales terapistas ocu-
pacionales del Departamento de Rehabilitación - Sección
Orientación y Entrenamiento Laboral, a cargo de Lic. Laura
Pezzoli, de amplia experiencia en el campo de la inserción
laboral; quienes convocan para participar al Departamento de
Servicio Social y al Servicio de Prevención y Acción Comu-
nitaria.
Así se constituyó en esta primera etapa un equipo
interdisciplinario conformado por terapistas ocupacionales,
trabajador social y psicólogo cuyo objetivo fue "constituir un
espacio extra-hospitalario que articule la salida del sistema
de salud mental y el ingreso al medio productivo de los ado-
lescentes que han sido asistidos en el Hospital Tobar García
en interacción con otros jóvenes de la comunidad y cuyas
condiciones de existencia los colocan en situación social de
vulnerabilidad" 21.
El Hospital Dra. Carolina Tobar García presta atención a
niños y adolescentes con trastornos psiquiátricos hasta los
18 años y asiste a aproximadamente 2.000 adolescentes
por año.

21
Pezzoli, Laura, Ateneo interno hospilatario, 2003.

93
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Los adolescentes que integraron inicialmente el programa


presentaban como cuadro patológico de base, intentos de
suicidio y conductas de alto riesgo hacia su persona.
Al incluirlos en una red de apoyo psico-socio-afectivo-la-
boral se pudo dar respuesta a tales comportamientos
autodestructivos alcanzados, una vez obtenido el egreso de
la institución.
La internación, de acuerdo a la evolución de cada patolo-
gía, es abordada por un equipo interdisciplinario integrado por:
psiquiatra, trabajador social, psicólogo, terapista ocupacional,
fonoaudiólogo, acompañante terapéutico, psicopedagoga, etc.
que se reúnen semanalmente para hablar desde los distin-
tos puntos de vista profesionales respecto de la evolución de
cada paciente
Es el objetivo de estos tratamientos la permanencia del
paciente internado el menor tiempo posible, logrando su es-
tabilidad y la continuidad del tratamiento en forma ambula-
toria, como así su rehabilitación e inserción social.
Se presenta un cuadro con los datos del total de pacien-
tes internados en el período 2004:

PACIENTES INTERNADOS AÑO 2004


VARONES MUJERES TOTAL
223 266 489
Fuente: Dpto. de Estadística, Hospital Tobar García.

Dadas las características de esta población vulnerable,


es importante acompañarlos en este proceso de adquisición
de autonomía y la creación de nuevas redes sociales, como
también favorecer la participación en ocupaciones de tiem-
po libre utilizando los recursos de la comunidad, junto a un
abordaje familiar y social para sostener los logros alcan-
zados.
El equipo interdisciplinario consideró que no es suficiente
un proceso de capacitación, sino que es necesario además

94
PROGRAMA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL PARA ADOLESCENTES

propiciar oportunidades para la integración social por medio


de la creación de los denominados emprendimientos socia-
les en salud.
El Programa de Integración Socio-Laboral para adolescen-
tes, se fundamenta en el intercambio de las experiencias
desarrolladas a partir de la estrategia de empresa social en
Trieste (Italia) y Río Negro (Argentina).
La estrategia de empresa social fue desarrollada en Italia
con el objetivo de crear oportunidades de trabajo en las cua-
les también las personas con trastornos psiquiátricos pudie-
ran producir bienes o servicios de calidad. Luego se exten-
dió su alcance, para posibilitar la integración al mercado la-
boral de todas las personas vulnerables.
En ella las personas son asociadas para todos los fines,
y se trata de desarrollar la capacidad emprendedora.
Se consideró a la estrategia de empresa social como una
modalidad adecuada para la salida laboral de estos jóvenes
que se encuentran en una doble situación de desventaja: por
ser adolescentes y por el estigma que significa haber recibi-
do asistencia en una institución psiquiátrica.
Desde la tarea concreta, la estrategia de empresa social
se implementa con la finalidad de:
• "Promocionar a las personas en el área sociolaboral a
través de una capacitación en tarea.
• Reactivar las capacidades ya existentes y desarrollar
las potencialidades en un proceso solidario de mutuo
sostén.
• Incentivar el desarrollo de la propia capacidad empren-
dedora
• Facilitar la apropiación del proceso con el objetivo fi-
nal de que la persona pueda desarrollarse en el mer-
cado laboral formal o informal."

Se detallan a continuación los objetivos, como así también


tres experiencias realizadas en la comunidad en los años
2000, 2001 y 2002 con las etapas del Programa.

95
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

AÑO 2000

1º ETAPA
Comienza en el Hospital Tobar García; la mayoría de los
adolescentes que se encuentran internados son derivados por
su terapeuta al Servicio de Rehabilitación - Sección Orienta-
ción y Entrenamiento Laboral, donde eligen según su prefe-
rencia entre los diferentes talleres pre-laborales en funciona-
miento: estampado y pintura de remeras, cocina, cuero, ar-
mado y confección de diferentes cajas, bijouterie, cerámica,
tarjetería, computación, periodismo con posterior armado de
una revista.
En una segunda instancia, el equipo interdisciplinario rea-
liza entrevistas con los adolescentes que se encuentran en
la etapa de egreso de su internación, para que opten si quie-
ren participar en el Programa; se les explican los alcances,
funcionamiento, responsabilidades, horarios y objetivos de los
emprendimientos, como así también la continuación con su
tratamiento psicológico/psiquiátrico ambulatorio.

23 ETAPA
Esta etapa extrahospitalaria comprende la capacitación
permanente en tarea a través de emprendimientos sociales
con la filosofía de empresa social, con el objetivo de que
los adolescentes desarrollen habilidades y adquieran hábi-
tos laborales. Durante el transcurso de 1999, se firmó un
convenio entre el Hospital y la Facultad de Veterinaria, para
poder realizar el emprendimiento de Huerta y Lumbricario,
en un espacio cedido en el predio universitario, a partir del
2000.
Participaron 30 adolescentes de 15 a 19 años; el horario
a cumplir era de 9 a 16 hs de lunes a viernes; comenzó en
abril y finalizó en diciembre del 2001.
Para el apoyo técnico, se realizó un convenio con la Es-
cuela agropecuaria Ns 1 de Zarate, concurriendo como do-
cente una ingeniera agrónoma junto a un grupo de jóvenes

96
PROGRAMA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL PARA ADOLESCENTES

alumnos que cursaban el último año. Los suministros para


realizar la tarea quedaron a cargo de la Facultad.
Se realizaron durante los primeros meses cursos de for-
mación; el principio de la capacitación fue aprender hacien-
do, produciendo en la huerta y en el lumbricario.
Entre los contenidos de formación y sociales se incluye-
ron el abordaje de temas de interés de los participantes: dro-
gas, música, discriminación, sexualidad; los mismos jóvenes
invitaron a diferentes personas para profundizar sobre ellos.
Después del almuerzo, se realizaba la reunión grupal con
todos los participantes (jóvenes, equipo técnico y profesio-
nales) para hablar respecto de las tareas, nuevos aprendi-
zajes dificultades en la convivencia, grado de responsabili-
dad, obstáculos y progresos.
En dichos espacios los adolescentes mencionaron dificul-
tades para armar el proyecto: desconocimiento de gestión
administrativa y comercialización, marketing, marco legal,
toma de decisiones, etc.
Ante la demanda se realizó un convenio con una espe-
cialista en Administración de Empresas de la Secretaría de
Industria del GCBA, que dictó con modalidad de taller
participativo un curso de "Desarrollo de la capacidad empre-
sarial", dando respuesta a las inquietudes presentadas.
La huerta empezó a producir, el lumbricario también ha-
bía que comercializarlo; entre todos se empezaron a delinear
estrategias, fueron momentos de tensión, competencia, soli-
daridad y aprendizaje, que llevaron su proceso.
Lo producido se pudo ubicar en el hospital y en negocios
del barrio donde los jóvenes habían hecho un estudio de
mercado, y las lombrices fueron adquiridas por un empren-
dimiento en la Facultad de Agronomía.
Poder ubicar en el circuito comercial el fruto de su trabajo
y ganar dinero permitió al grupo de adolescente continuar ar-
mando nuevos proyectos; esto fue de suma importancia si
consideramos la patología de base: la mayoría ingresa a tra-
tamiento e internación por intento de suicidio o ideación sui-
cida con conductas de riesgo.

97
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Dadas las características de esta población vulnerable,


resultó fundamental acompañarlos en el proceso de adquisi-
ción de autonomía y la creación de nuevas redes sociales.
Resultó importante el grupo humano que fueron consti-
tuyendo, se formaron subgrupos unidos por intereses, cer-
canías barriales, y sus vínculos se sostenían en especial en
el afuera.
Un subgrupo formado por siete de ellos, presentó el pro-
blema de que dos integrantes vivían en institutos de meno-
res, se dormían, llegaban tarde, a veces faltaban a la activi-
dad; decidieron los restantes levantarse más temprano y
pasarlos a buscar todos los días.
No hubo deserciones; algunos adolescentes retomaron
sus estudios, a nivel primario y secundario; si dejaban el
Programa era porque habían conseguido trabajo, o armado
un proyecto personal. Uno de ellos pudo formar su banda de
música, tocar en boliches o en la calle Florida; otros de los
chicos junto su familia empezaron un emprendimiento de
bijouterie; poco a poco cada uno pudo ir delineando su in-
clusión en algún espacio.
Durante esos dos años los participantes del Programa
contaron con becas de Promoción Social ($ 200 mensuales)
que resultaron muy importantes, en especial para el traslado
de los jóvenes que vivían en la provincia, y como un alicien-
te cuando aún no era productivo el emprendimiento.
Fue importante el curso de computación que ofreció la
Facultad, especialmente organizado para ellos; algunos no
habían tenido nunca oportunidad de sentarse delante de una
computadora.
Otro hecho como consolidación grupal y armado de re-
des se producía los fines de semana, cuando se reunían en
algún lado, iban al cine, se llamaban por teléfono, como así
en las vacaciones: algunos habían ahorrado y se pudieron ir
por primera vez, otros utilizaron el dinero para ir a trabajar
en la costa o visitar a un familiar.
Por otra parte, también resultó una experiencia positiva el
intercambio entre los jóvenes ex pacientes y los jóvenes de

98
PROGRAMA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL PARA ADOLESCENTES

la escuela agropecuaria, pues pudieron hablar de las inter-


naciones, de las situaciones familiares, y de que muchos de
los jóvenes sanos presentaban también problemáticas socia-
les y dificultades para armar un proyecto, sirviéndoles a to-
dos ese espacio.
Resultó ventajoso para este grupo integrar el empren-
dimiento, pues tuvieron la posibilidad de aprender a partici-
par, entrar en contacto con un proyecto, adquirir las prime-
ras herramientas para fortalecer sus habilidades y capacida-
des, lograr un incentivo económico con la ubicación de lo
producido, como así también reafirmar su autoestima y su
proceso de identidad.

AÑO 2001
Se realizó en el Centro Experimental de la Producción de
la Facultad de Arquitectura UBA, en el marco del programa
Nuevos Roles Laborales de la Secretaría de Industria del
GCBA, un curso de capacitación denominado: "Microempren-
dimientos de Tejas, Ecoladrillos y Cabreadas".
Los participantes fueron:
— adolescentes egresados de su internación hospitalaria;
— adolescentes de la institución "Cambio de Vía" (Hogar
para jóvenes);
— adolescentes en riesgo social derivados por la Secre-
taría de Industria.
El objetivo fue capacitar a jóvenes en aspectos técnicos,
de gestión y comercialización de nuevos materiales de bajo
costo, habilitándolos para la constitución de emprendimien-
tos productivos, como así también para desarrollar proyec-
tos de autoconstrucción.
Las intervenciones desde el Trabajo Social se concreta-
ron a través de tres encuentros grupales, debido a que se
detectaron al comienzo del curso de formación problemas en
la vinculación de los integrantes, debido a que el grupo se
encontraba integrado por distintas instituciones y por tal mo-
tivo se conformaban subgrupos, que imposibilitaban el cono-

99
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

cimiento de los miembros entre sí; en especial cuando debían


realizarse las prácticas de lo aprendido teóricamente.
Con tal fin se decidió convocar a todos los participantes,
incluso el equipo de salud y docentes, a reuniones grupales
semanales.
El objetivo que se formuló en un inicio apuntó a la inte-
gración y conformación de un grupo a través de la tarea. La
problemática que se vinculó y se compartió entre los miem-
bros estuvo relacionada con la marginalidad.
La marginalidad sentida desde una realidad distinta que
se vinculaba por un lado a aquellos integrantes que atrave-
saban desequilibrios emocionales como a otros integrantes
que sufrían la ausencia de una estructura familiar o eran ex-
cluidos sociales.
Se convocó a la reunión grupal, quedando establecida
para los días viernes.
La actividad programada se efectuó en base a tres mo-
mentos:
1) Presentación del equipo de Trabajo Social a cargo de
la coordinación.
2) Técnica denominada: "Construyamos entre todos". La
técnica fue planificada en dos etapas:
— Lluvia de ideas a través de la palabra-disparador:
GRUPO, permitiendo expresar todas aquellas ideas
con relación al mismo.
— Plastilina: cada integrante tenía una porción de
plastilina de diferentes colores. El coordinador ini-
ciaba la técnica dando a conocer la consigna: cada
integrante tenía que decir su nombre y una activi-
dad que le gustaba hacer fuera del taller. Luego
entregaba su porción a otro para ser unida y el otro
repetía la consigna. Concluida toda la ronda se
formaba una pelota.
3) Cierre: se comparaba lo expresado en la lluvia de
ideas, con el resultado de la técnica plastilina (la pelo-
ta), permitiendo que el grupo estableciera la relación.

100
PROGRAMA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL PARA ADOLESCENTES

Objetivos específicos:
1) Presentar al equipo de trabajadoras sociales en el
grupo.
2) Identificar la idea de grupo del mismo grupo.
3) Enfatizar el concepto de GRUPO como resultado del
aporte de cada individualidad.
El grupo había sido informado del inicio de los encuen-
tros de Trabajo Social, con lo cual se esperó a que llegaran
la totalidad de los integrantes para dar comienzo al mismo.
El inicio de la actividad se efectuó aproximadamente a las
10.30 hs, cuando el equipo de Trabajadoras Sociales comien-
za a ubicar las sillas de manera circular.
El primero en abrir el diálogo fue Leandro, quien mencio-
nó que "grupo es relaciones de personas", y luego lo hicie-
ron Lautaro, Pablo, Carlos... hasta completarlos integrantes.
Las palabras expresadas completaron el pizarrón, que-
dando conformado el siguiente esquema:

"energía, chusmear, relaciones de personas, coo-


perativismo, roles, infancia, estilo, hombres, fideli-
dad, política, puntos en común, hobbies, trabajo,
obstáculos, pelota de fútbol, afinidad, heterogéneo,
armonía, música, darse, reglas, pasarla bien, obje-
tivos, manos, habitat, compañerismo, salir a pasear,
mujeres"

En la segunda etapa de la técnica se comenzó a pasar la


porción de plastilina de uno a otro integrante diciendo cada
uno sus gustos. Llegado el momento de Marcelo, éste dijo
su nombre y comentó que no diría lo que le gustaba hacer,
porque no le gustaba hablar de su vida privada.
Finalizada la presentación individual de cada integrante se
colocó la pelota de plastilina en el medio del círculo, sobre
un banquito; los coordinadores preguntaban si encontraban
relación con lo escrito en el pizarrón y la pelota. El grupo
mencionaba que esto le permitió conocerse un poco más. Los

101
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

coordinadores expresaban que "la idea de la plastilina de


diferentes colores refleja que el grupo se conforma de dife-
rentes personas y que cada uno es un aporte distinto en el
mismo".
Se tomó el comentario de Marcelo como válido y se lo
incorporó al debate. Marcelo comentó que "para conocer a
alguien se debe comenzar preguntando sobre su infancia, y
que de esa manera uno conoce profundamente a otra per-
sona".
Los coordinadores respondieron que era cierto, pero que
el nombre y un hobbie eran un primer paso en este proceso,
a lo que respondió que a él le gusta leer.
Antes de finalizar se propone al grupo que aporten ideas
por medio de una cartelera que se colocará en el subsuelo,
dejando como propuesta el buscar un nombre para el grupo.
Las técnicas implementadas se programaron con el fin de
fomentar la participación desde la creación de un espacio de
reflexión y análisis de lo actuado y sucedido en el transcurso
de la semana en su trabajo diario y con la idea de que se
comiencen a conocerse desde el diálogo.
Se continuó durante el transcurso del año las reuniones
grupales, se reforzaron con dos talleres que tenían como
disparador palabras que se habían presentado como conflic-
tivas durante el transcurso de las semanas.
Los talleres tuvieron como disparador las palabras: Tra-
bajo, Logros y Obstáculos.
— TRABAJO: este concepto fue relacionado con el taller
anterior, y se expuso con el objetivo de identificar y re-
conocer el imaginario de trabajo que tenía el grupo, sus
valores, el ejercicio de roles, el compromiso con la ta-
rea, niveles desparejos del cumplimiento de la misma,
nuevas formas de organización.
— LOGROS - OBSTÁCULOS: este disparador proporcio-
nó que la demanda del grupo se hiciera explícita, en
tanto se percibió la necesidad de organización del tra-
bajo diario, pues a veces había escasez de materiales
para concretar la tarea. De los logros comentados se

102
PROGRAMA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL PARA ADOLESCENTES

mencionó la importante producción obtenida en las úl-


timas semanas. Los integrantes del grupo manifesta-
ron que se encontraban en una etapa en la que la tarea
diaria actuaba como factor de cohesión.
Al concluir el espacio de formación a fin de ese año, los
integrantes del grupo, autodenominados ECO-FUTURO, tu-
vieron la oportunidad, como cierre de la experiencia, de lle-
var a cabo la construcción de un local.

AÑO 2002
A partir de marzo de ese año, se articula con el Centro
de Integración Social "Casa Abasto" (organización barrial) y
el Programa, comenzar a desarrollar en forma conjunta con
jóvenes del barrio en situación de riesgo social, una capaci-
tación en tarea para constituir una empresa social de gastro-
nomía (cocina, pastelería y organización de eventos). Se
desarrolló en Anchorena 632, Capital.
Se iniciaron las actividades en el mes de abril con una
reunión de presentación con ambos subgrupos, el equipo
técnico y profesionales.
Se detallan algunos testimonios:
Marcelo (16 años): "Estoy contento de estar aquí, cuan-
do entré a la casa sentí que había buena onda. Yo soy trans-
gresor. Me gusta cuestionar todo, pero cuando entré acá me
sentí muy cómodo, esta casa te entra por los poros. Me
encanta presentar polémicas, es mi forma de ser".
Ana María (equipo técnico): "Yo soy la que les va a en-
señar cómo vender entrar en el mercado, y cómo hacemos
platita" (risas).
Alfredo (17 años): "Yo empecé en el Programa el año
pasado en ATE (Asociación Trabajadores del Estado); me mo-
vilizó mucho pertenecer y estar con los chicos, me tuve que
ir por problemas personales, pero este año me volvieron a
llamar, me interesó la propuesta, y estoy aquí para aprender
y colaborar; busco también un espacio para mi"'.

103
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Estela (18 años): "Soy la prima de Mario, lo acompaño y


participaré en el Programa; a Mario le cuesta levantarse tem-
prano, le cuesta levantarse en general, se cansa; pero aquí
estamos".
Mario (19 años): "Yo soy Mario, hice el CBO, con orien-
tación en cocina, pero eso hace 4 años, no me acuerdo
mucho".
David (16 años): "Yo soy David, soy psicólogo (risas), tra-
bajé en una panadería árabe, mi especialidad son las
rosquitas, tengo experiencia, también quiero integrarme en
el emprendimiento de música".
Julián (20 años): "Me llamo Julián, estoy sin trabajo, vivo
en pareja, tengo una nena, vivo en un hotel; hice un montón
de laburos, me gusta la gastronomía, ahora necesito ¡aburar
porque si no, no come mi familia y me echan del hotel".
Alejandro (20 años): "Soy Alejandro, viví siempre en el
Abasto, me interesa aprender, ganar dinero, tengo algo de
experiencia en gastronomía".

Se formaron dos grupos: uno que funcionaba por la ma-


ñana, de 9 a14 hs, y otro de 18.30 a 21 hs, de lunes a
viernes.
Cada grupo estaba integrado por 15 jóvenes, el equipo
técnico (profesor de gastronomía, Lie. en Administración de
Empresas) y equipo de salud.
El primer mes fue de aprendizaje, y a partir de ese mo-
mento se comenzó a comercializar lo producido; durante el
primer tiempo se realizó un relevamiento del barrio para ubi-
car los productos y hacer propaganda con folletos del
emprendimiento.
El día jueves, en un horario intermedio, se juntaban los
dos subgrupos para continuar formándose en lo que es una
empresa social, despejar dudas, proponer nuevas instancias,
abordar problemas de convivencia, de comunicación, puesta
de límites, organización mediante reglas consensuadas.
Se contó nuevamente con becas de formación de $200,
de la Dirección de Juventud.

104
PROGRAMA DE INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL PARA ADOLESCENTES

Al mes comenzaron los pedidos en pequeña escala para


luego ir creciendo; la formación estuvo centrada en la elabo-
ración de empanadas, tartas, comidas sencillas, panadería y
pastelería.
Se detallan testimonios del proceso:

Esteban: "Invité a un vecino que venga al empren-


dimiento, el pibe se droga de los 11 años, tuvo varios inten-
tos de suicidio, le dije que acá estamos juntos, aprendemos,
nos divertimos, la pasamos bien, que como está va a termi-
nar en una sala acolchada, así no tiene futuro".
Liliana: "Lo importante es trabajar en forma cooperativa,
todos tenemos errores, todos aprendemos, tenemos que te-
nernos paciencia pues cada uno tiene su tiempo".
Ale: "Este es un grupo que entona, donde uno carga
pilas".
Jessica: "Quisiera que cuando alguien falte avise, Mario
está faltando mucho, tenemos que llamarlo; venir acá le hizo
bien, antes no hablaba, ahora se ríe, sus padres le sabotean
este lugar; otro ejemplo es Jacqueline, antes no quería salir
de su casa, ahora viene contenta".
Juan: (Coloca un cartel en la cocina que dice: Una per-
sona prolija es una persona feliz.) "Quiero que lo lean todos,
así dejamos lo que usamos en orden y limpio, pues algunos
no lo hacen".
Silvia: "A ver si nos entendemos, acá no es que los hom-
bres trabajan en la cocina y las mujeres lavamos, ahí está el
organigrama que todos debemos respetar".
Alejandro: "El dinero del evento debe ser repartido de
acuerdo a la participación de cada uno, hubo gente que lle-
gó tarde, que se fue más temprano, que estuvo pero no hizo
todo lo que le correspondía; hablemos entre todos sobre esta
cuestión".
Damián: (Internado por descompensación psicótica en el
Hospital Borda, varios compañeros lo visitan junto al equipo
profesional.) "Lo que me importa es que pueda seguir en
Casa Abasto, que me traigan alfajores de chocolate o mejor

105
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

el pan que hacen los chicos; me voy a poner pronto bien para
estar de nuevo con ustedes".
El equipo de profesionales se relaciona con la Secretaría
de Redes del GCBA, interesados en el Programa con moda-
lidad de empresa social, y contratan al emprendimiento para
diferentes eventos en el Centro Cultural San Martín en dife-
rentes oportunidades; también lo hace FLACSO, el Foro
Social, la Facultad de Medicina y otras organizaciones.
Para finales de año, un particular, conocedor del empren-
dimiento, contrató a la empresa para una fiesta de 15 años,
para 120 invitados.
Durante dos años los jóvenes integran el emprendimiento;
en ese lapso el equipo técnico y profesional los orienta para
que puedan ir armando su propio proyecto, ya sea con una
modalidad individual, familiar o asociándose entre ellos.
Durante el transcurso del 2003, se continúa con los even-
tos, los pedidos particulares y con la apertura en Casa Abasto
de un bar.
Las experiencias mencionadas contaron con la presencia
de los familiares de los jóvenes; se hicieron para fin de año
reuniones mostrando lo realizado, en los respectivos espa-
cios.
Desde la intervención del Trabajo Social se pone de ma-
nifiesto que se puede modificar el modelo de abordaje sólo
asistencial para sustituirlo por un modelo de salud mental
comunitario que se orienta a la reinserción socio-laboral del
paciente, a través del dispositivo de emprendimientos socia-
les, la valoración de los aspectos sanos del paciente, la
interdisciplina y un abordaje familiar que comprometa a la
familia en el proceso de inserción social.

106
Programa Cuidar Cuidando

ADRIANA CASAMAYOR

La propuesta de tener al Jardín Zoológico como espacio


prestado, nos convocó a profesionales de distintas discipli-
nas, que coincidíamos en el análisis del fracaso a partir del
alta. Rescatamos con esfuerzo objetivos comunes para en-
carar un proyecto interdisciplinario: capacitación/entrenamien-
to laboral y resocialización.
La experiencia a relatar se inició en el año 90, con la
participación de niños/as y adolescentes atendidos en los
distintos servicios intrahospitalarios y/o alumnos en los
CENTES N9 1 y 2, acompañados por un equipo interdis-
ciplinario conformado por trabajadoras sociales, terapistas
ocupacionales, médicos psicoanalistas y personal del Zoo de
la Ciudad de Buenos Aires.
Todos coincidimos en la importancia de fomentar los há-
bitos de independencia, autoabastecimiento, responsabilidad,
cumplimiento de tareas, etc., en los adolescentes, pero al
delimitar las tareas propias de cada disciplina consideramos
el trabajo con las familias propio del campo del Servicio
Social, ya que cada grupo referente debía estar preparado
para aceptar, fomentar y valorizar los cambios que fuesen
logrando sus hijos.
Necesitábamos contar con una estructura interna; esto nos
llevó a diagramar áreas, lo que permitió una distribución de
responsabilidades según las diferentes disciplinas:
• Coordinación general: a cargo de la Lie. Ana Papier-
meister, profesional designada por el director del
Hospital.
• Área Clínica: responsabilidad de los médicos psiquia-
tras/psicoanalistas, quienes se ocupan de la evolución
clínica, necesidad y/o efectos de la medicación, e
interconsultas con terapeutas.

107
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

• Área de Terapia Ocupacional: se ocupa de la eva-


luación de los chicos en el momento del ingreso y del
egreso, para medir sus capacidades y potencialidades
y determinar el tipo de tarea que pueden llegar a rea-
lizar, y los acompañan durante todo el proceso.
• Área Social: establece un contacto directo con cada
familia y confecciona una Historia Social. Se invita a
los padres a sumarse a las reuniones grupales. Se
realiza un seguimiento de cada caso, estableciendo
contacto con la escuela, obra social, defensoría, CGP
u otra institución, en cada caso particular.
• Área de Facilitadores Comunitarios: integrada por
quienes egresan del curso que anualmente se dicta en
el marco del programa, en el cual se los prepara para
acompañar a cada uno de los chicos, observando sus
logros y dificultades, para volcar la información poste-
riormente en la reunión de equipo, y elaborar estrate-
gias en conjunto. Están coordinados y supervisados
desde el Programa.

La práctica marca diferencias entre trabajar en el Hospi-


tal y trabajar en el Zoo; decidimos, al comienzo, convocar a
los padres sólo en situaciones puntuales, con la intención de
preservar el lugar de los chicos y lograr desde la familia una
mirada que tuviese en cuenta los logros y no los fracasos del
hijo con dificultades.
Una vez evaluado el paciente, e incluido en el programa,
se llevaba a cabo una entrevista social a fin de enterar a los
padres sobre el funcionamiento general del mismo (horarios,
normas a cumplir, etc.). Después de un período de concu-
rrencia de tres o cuatro meses, se citaba a los familiares para
una segunda entrevista, para conocer su opinión con respecto
a cambios que pudieran haberse presentado, y evaluar la si-
tuación. Al fin del año calendario, en una fecha establecida
con anticipación, se citaba a todos los padres y se realizaba
un taller compartiendo la evaluación y las experiencias indi-
viduales.

108
PROGRAMA CUIDAR CUIDANDO

El programa fue creciendo y enriqueciéndose, con la co-


laboración de profesionales que rotaron ad honorem por ese
espacio, con el aporte de supervisores convocados por el
equipo, y con opiniones de los estudiantes de diversas disci-
plinas, que tomaban conocimiento de nuestra propuesta en
presentaciones en cátedras universitarias, congresos y me-
dios de comunicación masivos, lugares a los que fuimos in-
vitados los integrantes.
Desde el Servicio Social este programa se pensó como
instancia intermedia o espacio de transición entre el hospital
y la sociedad, entre el adentro y el afuera, entre la institu-
ción y la familia u hogar donde le toque vivir a cada joven.
Nuestros objetivos se basan en permitir al paciente:
• Adquirir responsabilidades y poder desempeñarlas.
• Romper el aislamiento para permitirle conectarse con
el otro y con su realidad.
• Ser solidario, aprender a compartir, dar y recibir afecto.
• Tener hábitos independientes para poder autovalerse.
• Reconocer sus limitaciones y potencialidades.
• Ingresar en el sistema productivo para ser útil a la
sociedad y a sí mismo.
• Aceptar y respetar normas.
Con respecto a las familias:
• Recuperar la autoestima de sus miembros, a partir de
la incorporación del miembro marcado como enfermo
en lugares de salud.
• Lograr que acompañen al paciente en el proceso de
desmarginalización propuesto.
El Zoo es el afuera, un puente entre el hospital y la so-
ciedad.
Trabajamos individual y grupalmente sobre las relaciones
vinculares ya que las consideramos el mejor sostén del pa-
ciente.
En la actualidad, dentro del programa, conviven tres pro-
yectos, que se desarrollan diferentes días de la semana:

109
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

• Lunes: por ser este un día en el cual el Zoo permane-


ce cerrado al público, nos ha permitido convocar a los
chicos que presentan patologías más graves; la activi-
dad se centraliza en el juego.
• Jueves: los participantes tienen patologías graves, pero
pueden realizar pequeñas jornadas de aprendizaje en
áreas específicas, en compañía de un facilitador comu-
nitario.
• Miércoles y viernes concurren los chicos más esta-
bilizados; ofician de aprendices de cuidador, y el obje-
tivo se centra en el entrenamiento laboral y la rein-
serción social.

Una familia con un hijo discapacitado funciona, en gene-


ral, como una familia discapacitada, con una tendencia al
aislamiento emocional. Este se da cuando los padres no
cuentan con nadie para compartir sus preocupaciones y pro-
blemas, se sienten juzgados por los demás, e indefensos ante
la sociedad, que suele tener actitudes de desprecio y mar-
ginación hacia los discapacitados.
Todas las familias atraviesan una crisis general ante la
discapacidad de un hijo, que les provoca desorganización y
angustia. Dependerá de cada una en particular, y del modo
en que procese la situación, la resolución que alcancen y los
recursos que pongan en juego.
Frecuentemente los padres no quieren o no pueden escu-
char cuando se les da esta noticia, se bloquean, se niegan
como defensa. Algunos refieren que la discapacidad del hijo
les resultó "el fin de todo"... "les partió la vida". Otros mani-
fiestan que a partir de ese momento "todo y todos cambiaron".
Aceptar la discapacidad del hijo es acabar con todos los
sueños e ilusiones que estaban depositados en él, es sentir-
se defraudados por aquel que no se ajusta al modelo nor-
mal, y al mismo tiempo tener una sensación de fracaso per-
sonal, sentimientos de desvalorización y frustración.
En algunos casos surge el rechazo por ese hijo diferente,
algo que no pueden expresar pero que se manifiesta en

110
PROGRAMA CUIDAR CUIDANDO

conductas evitativas, o acciones de sobre exigencia y/o agre-


sión. También aparece la culpa; se combinan culpas propias
y ajenas, se alternan con momentos de bronca por lo que les
ha tocado vivir, y la sensación de estar sufriendo un castigo,
una injusticia que cayó sobre ellos.
En ocasiones hay un sentimiento que estos padres tar-
dan en verbalizar, aparece como escondido, y es el deseo
de liberarse del hijo discapacitado; lo muestran en la búsque-
da de una institución donde depositarlo (porque va a estar
mucho mejor que en casa...), y así seguir todos con la vida
normal... o con la fantasía de buscar otro hijo que reempla-
ce a ese.
Los padres de un chico discapacitado se sienten padres
diferentes de los demás, y ante miradas o comentarios de la
gente, que no comprende ciertas situaciones, reaccionan al-
gunas veces preocupados y otras con vergüenza; esto los jus-
tifica para aislarse socialmente, apareciendo paulatinamente
sentimientos de soledad, abandono, inseguridad e impotencia.
El Área Social aborda a las familias desde la inserción del
miembro marcado como enfermo en un sistema productivo y
jerarquizado.
Nuestra intención es evaluar los cambios del sistema fa-
miliar y operar en posibles resistencias que pueden surgir
cuando el emergente familiar funciona como sano y es inclu-
so capaz de ganar su propio dinero. Integramos a las fami-
lias, con la intención de evaluar los cambios, interesarlos en
\a actividad, proponerles acompañar a sus hijos en este
aprendizaje. Convocamos a padres que nunca quisieron ir a
un hospital psiquiátrico, pero sí eligieron ir al Zoo, porque ese
es un ámbito de trabajo, de normalidad, un lugar para la in-
fancia, como lo es la escuela, las plazas, y no de encierro
de los hospicios.
Al hospital la familia concurre por un problema serio de
salud de uno de los integrantes, y acepta o acata todo lo que
se le impone (días, horarios de tratamiento, de visita, etc.)
por temor a quedar fuera del sistema, al cual le costó tanto
acceder.

111
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

El espacio del Zoo se asocia con la recreación, es parte


del circuito social que recorren todos los chicos, un lugar
aceptado sin prejuicios ni marcas, al cual las familias acce-
den con la posibilidad de recuperar algunas expectativas re-
lacionadas con el marco social, el trabajo (aprendizaje-pro-
ducción-realización personal) y el lugar de personas en cuan-
to a sujetos de derecho.
Algunas familias coinciden en presentarse como "centra-
das en el niño". Según Guerin y Gordon, son familias que se
presentan clínicamente con un niño sintomático. El síntoma
puede ser un problema físico, psíquico o emocional, pero
involucra una disfunción del sistema familiar a través del
miembro más vulnerable, el sintomático.
Nuestra intervención abarca el conocer e interpretar los
diferentes problemas familiares, y a partir de allí, orientar,
sugerir, acompañar a las familias en la búsqueda de solu-
ciones.
En ocasiones se puede utilizar la inducción directa para
lograr la transformación de situaciones cotidianas, ya que
puede suceder que no atinen a solucionar las crisis que atra-
viesan, por su complejidad o por el agobio.
La acción profesional se desarrolla a través de prácti-
cas propias y aplicación de nuevos conocimientos, a los que
se accede a partir de la permanente investigación y actua-
lización.
Partimos por lo tanto de la aceptación de la discapacidad,
para trabajar sobre el resto de las capacidades de ese gru-
po familiar. Es común encontrar una situación de eclipse
diagnóstica, donde el diagnóstico de psicosis eclipsa el res-
to de las capacidades. Por momentos no se sabe si se eva-
lúa al paciente o a todos los que lo rodean, y allí es donde
realizamos nuestra intermediación.
El funcionamiento familiar está directamente relacionado
con la resiliencia de ese grupo humano, es decir, aquellas
capacidades que les permiten adoptar conductas vitales po-
sitivas a pesar de las circunstancias adversas. Las bases de
la resiliencia son tanto constitucionales como ambientales, y

112
PROGRAMA CUIDAR CUIDANDO

el grado en que este comportamiento se manifiesta está


sujeto a la edad, el contexto y otras variables. Apunta a
mejorar la calidad de vida a partir de los propios significados,
del modo de percibir y enfrentar la realidad.
A medida que la situación social del país se fue com-
plejizando, en estos últimos años, se hizo más necesario el
trabajo con las familias del programa, a las que encontrába-
mos desintegradas por la situación económica causada por
la crisis general.
Teniendo en cuenta que muchas de estas familias, antes
de incorporarse al Programa Cuidar Cuidando, ya habían
tenido un espacio de terapia familiar, habían participado en
grupos de padres, o también, y en el peor de los casos,
habían recorrido varias instituciones del ámbito de la salud o
la educación buscando un diagnóstico y un tratamiento para
sus hijos, antes de llegar a nosotros, pensé en convocarlos
a un espacio que les resultara gratificante, y con esto, ga-
rantizar su continuidad en el mismo.
La reunión familiar se programó en el mismo día y hora-
rio de concurrencia de los menores al programa; así, mien-
tras los chicos cumplían con las tareas asignadas, se lleva-
ba a cabo el encuentro con los padres.
De esta manera, desde hace cuatro años a la fecha, se
realiza una reunión los días lunes y otra los jueves; el eje
central se relaciona con lo lúdico, lo creativo; las coordina-
doras propician la participación, comunicación y libre ex-
presión.
A cada encuentro se llevan juegos y técnicas motivadoras,
incitando a los padres para que ocupen el lugar de coordina-
ción y programación. La consigna para ellos es que deben
llevar y dejar algo en cada encuentro: un chiste, un pensa-
miento, un cuento corto, una palabra de aliento.
Los padres fueron incluyéndose en el espacio, apropián-
dose de él, abriendo una posibilidad en lo personal de rela-
cionarse, vincularse con otros, por ellos mismos, más allá de
sus hijos.
Los resultados pudieron evaluarse al finalizar las activida-

113
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

des. En diciembre del 2003, los grupos de padres organiza-


ron por primera vez la fiesta de fin de año, con ayuda de las
coordinadoras grupales. Tradicionalmente se trata de un fes-
tejo al cual se invita a las autoridades del Zoo, del Tobar
García, de las escuelas a las que concurren los chicos, los
familiares de éstos, sus terapeutas, los facilitadores e inte-
grantes del Programa y los cuidadores del Zoo que trabajan
por propia elección con ellos; y se entregan certificados como
constancia del año cumplido.
En esta oportunidad, además de esto, pensaron en músi-
ca, baile y canto para compartir entre todos; y cada invitado
recibió un pequeño souvenir artesanal, realizado en el trans-
curso de las reuniones de lunes y jueves.

114
Capítulo IV
Juegotecas: un instrumento
de inclusión social

DIFERENTES TEORÍAS DE JUEGO

CRISTINA MARCHESONI

En la Declaración de los Derechos del Niño (Asamblea


General de la ONU), el Principio 7- dice: "El niño tiene dere-
cho a una educación que debe ser gratuita y obligatoria, por
lo menos en los niveles elementales. Debe beneficiarse con
una educación que contribuya para su cultura general, desa-
rrollar sus facultades, su juicio personal y su sentido de res-
ponsabilidad moral y social y de convertirse en un miembro
útil de la sociedad.
"El interés superior del niño debe ser la guía de aquellos
que tienen la responsabilidad de su educación y de su orien-
tación; esta responsabilidad incumbe prioritariamente a los
padres.
"El niño debe tener todas las posibilidades de entregarse
a los juegos y a las actividades recreativas, que deben ser
orientadas para sus fines por la educación; la sociedad y los
poderes públicos deben esforzarse para favorecer el gozo de
este derecho."
Johan Huizinga, con su libro Homo Ludens, da un marco
académico y de importancia al estudio del juego como fenó-
meno cultural pues constituye una función humana tan esen-
cial como el trabajo.
Huizinga propone: 'Todo juego es antes que nada una
actividad libre. Actividad que transcurre dentro de sí misma
y se practica en razón de la satisfacción que produce su mis-

115
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

ma práctica. Así es, por lo menos, como se nos presenta el


juego en primera instancia: como un intermezzo en la vida
cotidiana, como ocupación en tiempo de recreo y para recreo.
Pero, ya en esta propiedad de diversión regularmente recu-
rrente, se convierte en acompañamiento, complemento, par-
te de la vida misma en general.
"Adorna la vida, la completa y es en este sentido impres-
cindible para la persona como función biológica y para la
comunidad, por el sentido que encierra, por su significación,
por su valor expresivo y por las conexiones espirituales y
sociales que crea; en una palabra, como función social."
El juego es uno de los principales motores del desarrollo
del niño, se constituye en la primera actividad, es la forma de
relacionarse con el mundo que lo rodea, aprende jugando.
Una serie de autores han estudiado la importancia del
juego en la infancia; la autora Chalva Amomonachvili funda-
menta el valor que tiene el juego diciendo: "El deseo y la
voluntad apasionada de libertad se expresan en el niño en
todos los aspectos de la vida cotidiana, pero principalmente
en este tipo particular de actividad que es el juego. Todo el
mundo sabe cuánto les gusta a los niños jugar y cómo se
identifican con el juego. Esa es una razón de existir y se
entregan a él sin reservas y olvidando todo lo demás, cosa
que a los adultos les resulta difícil comprender"22.
La autora considera que el juego otorga al individuo dife-
rentes clases de reglas, las que a su vez van dando un sig-
nificado a las transacciones con el medio ambiente. Las ac-
ciones senso-motoras brindan al niño las capacidades nece-
sarias para aprender las reglas de conducta específicas.
Además, éstas comienzan a prepararlo para el aprendizaje
futuro sobre las reglas de conducta en equipo, tanto de co-
operación como de competición.
El juego provee oportunidades de vencer dificultades,
desarrolla destrezas, sensación de efectividad y sentido de
competencia.

22 Amonachvili, Ch. (1991), "El correo de la UNESCO".

116
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

Uno de los aspectos más relevantes de las aportaciones


de Piaget hace referencia a la concepción del aprendizaje
como un proceso de asimilación y acomodación que le per-
mite al niño potenciar su conocimiento y participar de su vida
cotidiana. Su teoría de juego se basa en la importancia del
juego para el desarrollo de la inteligencia; es así que el jue-
go se constituye en una forma de asimilación, y la imitación,
manera en que el niño se vincula con su mundo, es una for-
ma de acomodación.
Con respecto a la teoría de Winnicott, el autor manifiesta
que el juego es lo más serio que un niño puede aprender,
utiliza el concepto de "objeto transitorio" y dice: "El juego pue-
de considerarse como un objeto transitorio, ya que es un
dominio de vivencias neutras que se encuentran fuera tanto
del niño como del adulto".
El autor agrega: "Esta actividad es universal y está re-
lacionada con la salud, ya que el jugar favorece el desa-
rrollo y con ello la salud: conduce a perfeccionar las rela-
ciones grupales: puede ser una manera de comunicarse
dentro de la psicoterapia, y además permite el mejoramiento
de la comunicación de la persona consigo misma y con los
demás".
La autora Marta Glanzer marca en su libro los aportes de
Roger Caillois, quien considera al juego como una actividad:
"Libre: a la cual el jugador no puede ser obligado sin que
el juego pierda inmediatamente su naturaleza de diversión
atrayente y alegre.
Separada: circunscripta en límites de espacio y tiempo
precisos, fijados de antemano.
Incierta: cuyo proceso no puede ser predeterminado y su
resultado, conocido previamente, dado que un cierto espa-
cio necesario a la invención es forzosamente dejado a la
iniciativa del jugador.
Improductiva: no crea ni bienes, ni riquezas.
Reglada: sumisa a convenciones que suspenden las le-
yes ordinarias para atenerse sólo momentáneamente a las
reglas del juego, que son las únicas que cuentan.

117
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Ficticia: acompañada de una conciencia específica de


realidad segunda o franca irrealidad con respecto a la vida
corriente."
En la década de los 70 el autor Secadas, para una mejor
comprensión de la actividad lúdica, organiza en seis grupos
las definiciones que diversos autores ofrecieron con respec-
to al juego:
Inmadurez
Gratuidad
Habilidad
Expansión
Rivalidad comedida
Moratoria
• Inmadurez: quedan agrupados bajo este concepto las
definiciones de juego como potenciador de diversas
habilidades; así como, cuando el adulto juega, recuer-
da emociones agradables de su jugar en la niñez, de
la misma manera, los niños repiten los juegos en los
cuales han sentido emociones agradables.
• Gratuidad: incluye las definiciones que expresan que
la actividad lúdica no exige una gran atención, sino que
es una actividad espontánea. Otro aspecto relevante
lo constituye su carácter ficticio, que aparece en el jue-
go simbólico en especial.
• Habilidad: engloba a las definiciones que conciben el
juego como potenciador del desarrollo de la inteligen-
cia y de la personalidad. Hace referencia a los auto-
res que destacan la importancia de la imitación como
factor esencial en el juego.
• Expansión: este término hace hincapié en aquellas
definiciones como excedente de energía, como expre-
sión y autoafirmación, como exploración del mundo que
rodea al joven y experimentación o ensayo de distin-
tas situaciones a las que posteriormente tendrá que en-
frentarse.
• Rivalidad comedida: se refiere a las reglas que se

118
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

imponen en los juegos que expresan la competencia


y la comunicación social. A través de la competencia
se canalizaría la agresividad, y las reglas ponen los lí-
mites y sirven para la práctica de la socialización.
• Moratoria o demora: estas definiciones incluyen a la
relajación, evasión, catarsis, compensación, equilibrio,
recompensa, frustración y la atenuación del instinto.
El niño expresa por medio del juego sus temores,
dudas, deseos y estados afectivos conscientes o in-
conscientes que no puede comunicar al adulto. El
juego también sería un descanso para una situación
frustrante.
Diversos autores han abordado la temática del juego po-
niendo el eje en diferentes cuestiones que han enriquecido
las cuestiones del jugar.

119
La juegoteca hospitalaria
CRISTINA MARCHESONI

Definimos las juegotecas como espacios educativos don-


de los niños pueden manifestarse, conocerse e instruirse en
un ambiente de expresión creativa; donde se despliegan una
multiplicidad de ocasiones para el aprendizaje espontáneo
y diversas formas de socialización junto a compañeros de
juego.
Es importante resaltar que las juegotecas no deben ser
consideradas sólo como un espacio para los niños, sino como
un espacio del ser humano independiente de su edad.
Los juegotecas son:
• Espacios que favorecen y facilitan el juego.
• Espacios que estimulan la libertad y ofrecen libertad y
seguridad para la acción.
• Espacios socializadores entre las diferentes edades y ca-
pacidades.
• Espacios generadores de igualdad de oportunidades
lúdicas.
• Espacios emisores de valores humanos.
• Espacios placenteros, alegres, sorpresivos, divertidos.
• Espacios que afianzan el vínculo de los niños con sus
familias.
En la Declaración IPA (Organización Internacional que
defiende los Derechos del Niño a Jugar) en conjunción con
el Art. 31 de la Convención de los Derechos del Niño (adop-
tada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20
de noviembre de 1989), se "establece que el niño tiene de-
recho al tiempo libre, al juego y a participar en actividades
culturales y artísticas. Proveer a todos los niños, en especial
a aquellos con necesidades especiales, de acceso a diver-
sos ambientes, juguetes y materiales para jugar mediante pro-
gramas comunitarios tales como grupos de juego preescola-
res, juegotecas y móviles de juego.

120
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

"El niño debe tener todas las posibilidades de entregarse


a los juegos y a las actividades recreativas que deben ser
orientadas para sus fines por la educación; la sociedad y los
poderes públicos deben esforzarse para favorecer el gozo de
este derecho."
Desde nuestro trabajo cotidiano se observó la falta de
espacios recreativos para adolescentes internados en el
hospital, en especial por la tarde; se consideró que sería
importante armar un espacio de juego.
Se inició la juegoteca hospitalaria con el convenio con la
institución LEKOTEK, dedicada al juego para niños con ne-
cesidades especiales y sus familias, que capacitó y supervi-
só la experiencia.
El equipo estaba formado por dos trabajadoras sociales,
una médica y dos profesionales de LEKOTEK.
Los objetivos fueron:
• Constituir la actividad en un centro de reunión para los
niños que en su mayoría presentaban dificultades de
integración social y que necesitaban un espacio que
favoreciera el establecimiento de vínculos satisfactorios.
• Habilitar un espacio específico de juego en condicio-
nes adecuadas para ser utilizado por los chicos, con
la presencia de adultos como facilitadores de la activi-
dad, permitiendo el disfrute del juego por el juego.
La coordinadora de actividades del Servicio de Internación
nos derivaba a los jóvenes, entonces los profesionales del
equipo mantenían entrevistas donde les explicábamos lo que
era una juegoteca y los invitábamos a participar. Este espacio
no era obligatorio, ellos decidían si querían o no concurrir.
La juegoteca funcionaba tres veces a la semana por es-
pacio de dos horas; 60 jóvenes concurrieron el primer año.
Al comienzo había entre los chicos desconcierto, distan-
cia; estas conductas las atribuimos al inicio de una nueva
actividad, con personas que recién conocían y por el uso de
materiales de juegos nuevos con consignas particulares.
Luego comenzó a darse un evidente proceso de integra-

121
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

ción a la actividad de juego; los chicos reconocían el lugar


destinado a la juegoteca como propio y especial, funcionado
en un consultorio del tercer piso que había sido acondicio-
nado para tal fin; esto trajo comentarios como "este es el lu-
gar más lindo del hospital". Al principio jugaban en forma in-
dividual pero luego pudieron formar pequeños subgrupos, e
incluso terminar una actividad en conjunto. No se presenta-
ron situaciones de agresividad.
Se observó en algunos chicos frustración frente a juegos
nuevos, los miraban y no se atrevían a experimentarlos sin
nuestra ayuda; luego fueron desarrollando la posibilidad de
elegir un juego.
Algunos chicos expresaron miedo en este nuevo espacio,
decían: "Dame la mano", "No te vayas", "Yo no jugué nunca".
Los adolescentes más grandes se conectaron con diferen-
tes juegos de mesa, con preferencia por los más tradiciona-
les y reglados, como las damas, el ajedrez, la oca y otros.
A partir de la demanda de los chicos para ir a jugar al
parque al aire libre se realizaron dos encuentros al aire libre,
con juegos de mesa y recreación, donde participaron los
padres.
Este espacio continuó afianzándose con el tiempo. Debi-
do a la internación de niños pequeños (de 4 a 10 años) y a
la apertura de una sala en el tercer piso para este grupo, la
juegoteca se destina para ellos.
Durante este tiempo pasaron muchos niños por la
juegoteca y se fue variando en la forma de juego. Lo que se
rescató es que hubo una demanda muy importante hacia el
facilitador de juego. La práctica cotidiana nos enseñó que
debe permanecer en el juego con un solo niño, y cuando se
juega en pequeños grupos debe haber un número igual de
niños y facilitadores de juego.
Es así que se siguieron generalmente los siguientes
pasos:

• 2 facilitadores de juego - 2 niños (Juego par - indivi-


dual).

122
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

• A la vez siguiente los facilitadores de juego cambian


de niño (Juego par - individual).
• Juego en grupo entre facilitadores y niños.
• Juego espontáneo grupal entre los niños.

Se presentará a continuación el desarrollo de una reunión


en la juegoteca, entre dos facilitadores de juego y dos niños:
Carlos y Juan Manuel.
"Se propuso como juego pintar con tempera y usando
otros elementos afiches que estaban en el suelo, todos jun-
tos, para decorar el lugar, pero Carlos ni bien ingresó a la
sala se negó rotundamente a pintar.
Hablamos sobre la ausencia de Alexis (que había integra-
do el grupo en varias reuniones), quien fue dado de alta y
era el compañero de juego y amigo de Carlos. Se notó re-
gresión en la conducta de juego de éste y en su forma de
relacionarse; se manejaba de la misma manera que en los
primeros momentos. Necesitó la presencia del facilitador de
juego en todo momento; se mostró molesto ante el contacto
del otro compañero cuando me decía o mostraba algo.
Eligió como juego la computadora portátil y pequeña, pero
la abandonó rápidamente porque ya lo aburría, luego como
segundo juego prefirió uno de construcción, para lanzar
bolitas por diferentes canales; escondía las bolitas en su
bolsillo, buscando mi complicidad para quedárselas; pero ante
mi negativa, se reía y devolvía las partes del juego; todo el
tiempo puso en juego los límites.
Luego, como último juego, nos vinculamos por interme-
dio de dos peluches, él utilizó una foca y yo un perro. Juga-
mos a que se conocían, se olían, miraban el cuerpo del otro,
para que pudieran jugar juntos. Fue un momento de mucho
placer pues Carlos no paraba de reírse, fue la primera vez
que pudo armar un juego de estas características.
Juan Manuel ingresó a la sala de juego llorando, pues le
habían quitado su muñeco en el piso. Marcela (facilitadora
de juego) le propuso pintar el mural y enseguida aceptó; se
mostraba contento al realizar la actividad y en todo momen-

123
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

to expresaba que él era muy bueno en pintura, permanecien-


do un largo tiempo en la actividad; la característica de Juan
era la inconstancia en el juego. Luego pidió otro, no le inte-
resó y solicitó un juego que le gustó, le dimos el juego de la
pesca, lo puso en funcionamiento, agarró una cañitas para
sacar los pescaditos, pero le costó mucho hacerlo; resolvió
el problema dejando la caña a un lado y comenzando a pes-
car con sus dedos. Junto con Marcela, más tarde seleccionó
otros juegos; agradecía que compartiéramos los juegos pues
nadie hacía esto con él.
Resultó difícil poner fin a la actividad, por consiguiente
cerramos el espacio con música, momento del que pudimos
participar los cuatro."
Evaluación
El rol de los profesionales que participaron de la juegoteca
fue intervenir como facilitadores de juego; no se interpretaba
la conducta de los chicos, era el lugar del jugar.
A lo que se apuntó en estos encuentros, fue a favorecer
la comunicación entre los chicos, ya que por la patología que
presentaban la misma se veía dificultada.
En un principio los jóvenes necesitaban la presencia del
adulto, luego comenzó a darse un proceso de integración con
sus pares.
La propuesta de trabajo fue grupal, pero las respuestas
muchas veces en esta actividad, fue individual; muchos no
pudieron integrarse debido a su historia de vida, patología,
medicación, u otros factores.
En cuanto a la experiencia con los niños pequeños en la
juegoteca, se debió reducir el número de participantes, no más
de tres, junto a tres facilitadores de juego, pues existía una
necesidad muy importante: se lograba desarrollar el juego si
se contaba con la presencia del adulto. Se consideró que era
debido a la patología que presentaban por procesos sucesivos
de abandono de la familia, abuso sexual, violencia familiar.
Debido a que no se contaba con un lugar exclusivo para
la juegoteca, la misma se armaba y desarmaba en cada

124
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

encuentro; entre todos sacábamos los juegos, se colocaban


los almohadones y la alfombra.
Los mismos chicos cerraban la puerta de la sala, marcan-
do un inicio de autonomía, de apropiarse del lugar, de entrar
a un lugar para ellos.
Los terapeutas preguntaban informalmente por las conduc-
tas de sus pacientes en la juegoteca, y en más de una opor-
tunidad comentaban que después de realizar esta actividad
los chicos presentaban una mejor disposición en la terapia.
Se presentó la situación de que algunos chicos tenían
dificultad para dejar el espacio de juego cuando se les daba
el egreso de la institución, y solicitaban a sus padres vol-
ver a concurrir; esto hablaba en muchos casos de los es-
casos espacios de inserción que les ofrecía la sociedad en
el afuera.
Los procesos de juego, cuyos objetivos estuvieron cen-
trados en proveer de un espacio de expresión y disfrute, pu-
dieron ayudar a lograr internaciones más breves y se convir-
tieron en una actividad beneficiosa que les permitió compen-
sar los efectos de la hospitalización, al ofrecerles los medios
para expresarse y comunicarse.

JUGAR LIBREMENTE
* Actividades motrices
* Juegos y juguetes
RECUPERAR Y
EXPRESARNOS REINVENTAR
* Artes plásticas * Artes narrativas y
* Artes teatrales folklóricas
* Artes musicales LUDOTECAS * Juegos tradicionales
Ser y compartir
a través de

EXPLORAR
* Actividades ENSAYAR Y
sensoriales EXPERIMENTAR
CREAR
* Contacto con * Conceptos científicos
* Talleres de
la naturaleza construcción y
transformación CURSO OE FORMACIÓN IPA
Prof. BEATRIZ CABA

125
Talleres de juego con padres

ADRIANA CASAMAYOR

Después de varios años de trabajar con padres de niños


atendidos en el Hospital Infanto Juvenil, la directora del
CENTES Ne 1 (Centro Educativo para Niños/as con Trastor-
nos Severos) me convocó para desarrollar un proyecto con
los familiares de los menores que asistían a dicha escuela...
Este Centro depende del Gobierno de la Ciudad de Bue-
nos Aires, funciona en un terreno lindante con el Hospital
Tobar García, teniendo un acceso desde la calle y otro a tra-
vés del jardín lateral de nuestro hospital, para facilitar el
pasaje de los niños que reciben tratamiento y escolaridad.
En la épooa a la cual me estoy refiriendo, me encontraba
en lo personal interesada en la temática del juego; había
realizado algunos seminarios, seleccionado bibliografía y
participado con Cristina Marchesoni y otras profesionales en
la organización y dictado de un curso de "Formación para
Líderes Lúdicos", desde el hospital en cuestión, abierto a
profesionales y estudiantes del último año de la carrera. Para
la instrumentación de la parte práctica de dicho curso, arma-
mos una juegoteca intrahospitalaria, donde trabajábamos con
los pacientes, pero aún no habíamos llevado este recurso a
las familias.
Ante la posibilidad de abrir un espacio de trabajo social
con padres, pensé en convocarlos desde lo lúdico. Busqué
antecedentes y me contacté con instituciones que tenían
juegotecas, que facilitaban juegos y juguetes a los padres; y
con otras que armaban talleres de juego con padres e hijos,
pero en general se trataba de pacientes con síndrome de
Down, o con discapacidades motoras y sensoriales. No ha-
bía antecedentes de un trabajo con familiares de niños/as y
jóvenes con cuadros psicopatológicos graves.

126
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

Me dediqué a la implementación de talleres de juego para


padres y familiares de chicos escolarizados en el CENTES
N9 1 y atendidos en el Tobar García.
Esta tarea me conduciría más tarde a un trabajo de in-
vestigación, con el objeto de corroborar si el juego podría ser
un facilitador en la reconstrucción de las relaciones familia-
res, contribuyendo a la comunicación y la resocialización.
Con dicha investigación culminé mi tesis doctoral que lle-
vó por título: "El juego: facilitador de las relaciones en fa-
milias con hijos autistas" (Universidad del Museo Social
Argentino, diciembre 2002, Doctorado en Servicio Social).
Desde hace cuatro años continúo mi trabajo de coordina-
ción grupal con padres que pertenecen al Programa Cuidar
Cuidando. A fin de no ser repetitiva, pues dicha experiencia
se relata en un capítulo anterior, se presentarán a continua-
ción las conclusiones generales, elaboradas a partir de la in-
vestigación mencionada y de las diferentes evaluaciones de
espacios grupales que coordiné personalmente, trabajando
en todos los casos con padres y/o familiares de chicos/as y
adolescentes, en tratamiento psicológico y/o psiquiátrico en
diversos hospitales públicos, también con un eje lúdico y con
los objetivos anteriormente citados.

Conclusiones del trabajo social con grupos de padres,


de menores en tratamiento psicológico/psiquiátrico,
implementando técnicas lúdicas

• La familia es la caja de resonancia de las situaciones


que trae aparejada la discapacidad de uno de los inte-
grantes (aceptación de la discapacidad, mecanismos
para enfrentarla, recursos disponibles, desarrollo de la
vida cotidiana, inserción en los distintos espacios so-
ciales, etc.).
• Estos grupos familiares son familias en riesgo; hay pro-
babilidades de que aparezcan trastornos psicológicos
individuales y vinculares, que no derivan necesariamen-
te de la discapacidad de uno de sus miembros sino

127
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

de los obstáculos que tienen como grupo para afron-


tar las circunstancias que aquélla trae aparejada.
Las familias que nos ocupan atraviesan períodos de
crisis durante los cuales se ha comprobado que el jue-
go es una actividad que facilita y posibilita la interven-
ción desde el Trabajo Social, permitiendo la puesta en
"juego" de la teoría profesional para potenciar los as-
pectos sanos de los individuos.
A partir de la aceptación del diagnóstico de autismo,
se produce un quiebre familiar a nivel de vínculos y
relaciones; ciertas conductas quedan fuera de lo coti-
diano, y entre ellas está el juego. Los padres no jue-
gan con ese niño ni con los otros, quedan bloqueados
y aislados.
La investigación ha demostrado que mediante el jue-
go pueden generarse nuevos recursos y capacidades
para responder creativamente a las situaciones que de-
ben sobrellevar. También permite capacitar a las fami-
lias para la utilización de los recursos disponibles.
El juego favorece la comunicación y el desarrollo de
los miembros del grupo, aún más en aquellos grupos
familiares donde hay algún miembro con necesidades
especiales.
Al jugar se intenta trabajar en relación a la construc-
ción de un espacio propio, dentro de un grupo distinto
de los demás.
La experiencia realizada ha mostrado que el juego po-
sibilita el abordaje de situaciones que entorpecen la
vida familiar e inciden ocasionando trastornos individua-
les y en los vínculos de los integrantes del sistema fa-
miliar.
Los padres desempeñan un lugar importante en rela-
ción con sus hijos y el juego, y de acuerdo a su parti-
cipación al respecto, pueden determinar que el juego
sea sumamente gratificante para los chicos, a lo largo
de sus vidas, incluida la etapa de juegos adultos.
Otro tanto sucede con los abuelos/as, que muestran

128
JUEGOTECAS: UN INSTRUMENTO DE INCLUSIÓN SOCIAL

en general mayor predisposición para incluirse en las


técnicas sugeridas, menor grado de autoexigencia y de
temor al ridículo que los padres.
Facilitar el juego es favorecer lo creativo. La capacidad
creativa existe en todo individuo; podría pensarse que
se relaciona con el arte, pero aparece en cada una de
las actividades cotidianas que despliega el ser humano.
El juego ayuda al esclarecimiento familiar, al desem-
peño de roles y funciones. Al jugar, las personas ejer-
citan y ponen en marcha procesos que pueden repe-
tir luego fuera del grupo, y que favorecen la conten-
ción y la interacción.
Posibilita cambios en la autoestima, en el cumplimien-
to de reglas, en el modo de vinculación con los demás;
esto puede verse claramente en el trabajo con grupos
de familiares.
Permite afianzar el vínculo conyugal, compartiendo las
situaciones con un enfoque diferente; enseña a pedir
colaboración, a contar con el otro.
Ayuda al fortalecimiento de cada integrante de la pa-
reja a fin de facilitar proyectos en común, más allá del
hijo con dificultades.
En los juegos compartidos, el compañero se vuelve una
parte de uno mismo, y se aprende a colocarse en el
lugar del otro.
Es un medio eficaz para disminuir la angustia, la
culpabilización, los sentimientos negativos y de ver-
güenza de cada uno de los padres.
Potencia en los padres el reconocimiento de las rea-
les capacidades de sus hijos, para no esperar ni exigir
más allá de lo posible.
La participación en el grupo permitió rescatar la impor-
tancia de la comunicación, más allá del vínculo fami-
liar o afectivo, como modo de facilitar las relaciones
humanas en general, y les permitió vivenciar una ma-
nera diferente de abordar los problemas, tendiendo a
su solución, con la ayuda de otros.

129
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

• El desarrollo circular de las temáticas, con la partici-


pación de todos los presentes, permitió correr el eje de
lo "sintomático", detectando a veces problemas de fon-
do, ocultos atrás de lo manifiesto.
• Fomenta el cambio de cada uno, para que se aproxi-
me a ser una persona mejor, con contactos reales,
creativos y afectuosos consigo mismo y con los demás.

La implementación de técnicas lúdicas con familias de


chicos especiales, permite activar la búsqueda de soluciones
y expandir las redes sociales, ampliando los contactos
interpersonales.
A cada encuentro se llevan juegos y técnicas motivadoras,
incitando a los padres para que ocupen el lugar de coordina-
ción y programación. Como ya hemos dicho, la consigna para
ellos es que deben llevar y dejar algo en cada encuentro: un
chiste, un pensamiento, un cuento corto, una palabra de aliento.
Los padres fueron incluyéndose en el espacio, apropián-
dose de él, abriendo una posibilidad en lo personal de rela-
cionarse, vincularse con otros, por ellos mismos, más allá de
sus hijos.
Los resultados pudieron evaluarse al finalizar las activida-
des. En diciembre del 2003, los grupos de padres organiza-
ron por primera vez la fiesta de fin de año, con ayuda de las
coordinadoras grupales. Tradicionalmente se trata de un fes-
tejo al cual se invita a: las autoridades del Zoo, del Tobar
García, de las escuelas a las que concurren los chicos, los
familiares de éstos, sus terapeutas, los facilitadores e inte-
grantes del Programa y los cuidadores del Zoo que trabajan
por propia elección con ellos.
A partir de ese momento, los padres de los aprendices
de miércoles y viernes, comenzaron a solicitar su inclusión
en un grupo semanal, pedido que permitió ampliar en el
2004 el Área Social, con la incorporación de dos profesio-
nales de planta con experiencia en coordinación de grupos
(Lic. Alicia Barroso y Alicia Simón), y la rotación de pasan-
tes universitarios.

130
Consideraciones finales

Las experiencias recogidas durante más de veinte años


de nuestra vida profesional, nos permiten afirmar que la sa-
lud mental implica recorrer un campo complejo en lo que
respecta a las problemáticas presentadas cotidianamente por
los actores sociales, con el impacto agregado de la situación
social e institucional que les sirven de marco.
La crisis social, por sí misma, implica desestructuración,
con un sostenido crecimiento de la inseguridad, y da pie a
situaciones desconcertantes en los diferentes órdenes de la
vida, agravadas en la mayoría de las familias consultantes
por la enfermedad mental de su hijo/a.
Los integrantes de los diversos espacios grupales, coor-
dinados a través del tiempo y a los cuales se hizo referencia
en esta obra, fueron tanto los niños/as y adolescentes aten-
didos en la institución de referencia, como sus padres y/o
familiares cercanos.
El objetivo de los diferentes proyectos ha sido acompa-
ñar a las familias consultantes, en el difícil tránsito por una
institución con las características de la que mencionamos, y
orientarlos hacia una salida, con la mejor calidad de vida, que
según las circunstancias personales y sociales fuera posible
alcanzar.
En las instituciones de salud mental donde hoy nos toca
intervenir, el Trabajo Social debe dar respuesta a las nuevas
demandas que llevan a nuevos desafíos teóricos y meto-
dológicos, para la reconstrucción del deteriorado tejido social,
produciendo dispositivos que eviten la fragmentación y la
vulnerabilidad a que se ve expuesta la población que se asiste
en el hospital público.
Es un desafío cotidiano, desde el trabajo en los equipos
interdisciplinarios, preservar los derechos de las familias con
las que trabajamos, tratar de cumplir los objetivos de mane-

131
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

ra efectiva, y defender nuestro espacio profesional a través


de métodos y técnicas propios.
Como decíamos al inicio del libro, nuestro deseo es com-
partir nuestro trabajo, esperando que los que accedan a él
se sientan motivados para llevar a cabo sus propias expe-
riencias en el campo grupal.
Cuando nos embarcamos en esta aventura de recopilar
nuestros trabajos, no pensamos en los sentimientos y emo-
ciones que surgirían en nosotras a medida que fuéramos
avanzando. Llegamos hasta acá, y ahora nos cuesta despe-
dirnos, poner un punto. Por esto, dejamos un espacio abier-
to de comunicación e intercambio, para comentarios, apor-
tes, consultas.
Esperamos que este escrito sirva de puente entre uste-
des y nosotras.

CRISTINA Y ADFNANA

adricasam@hotmail.com
cmarchesoni@ciudad.com.ar

132
Anexo

PRINCIPALES MOTIVOS DE INTERNACIÓN


HOSPITAL TOBAR GARCÍA - 1998 / 2004

MOTIVOS DE INTERNACIÓN TOTAL DE


PACIENTES

ESQUIZOFRENIA Y OTROS TRASTORNOS PSICOTICOS 746

SUICIDIO (INTENTO / IDEACIÓN) 458

EXCITACIÓN PSICOMOTRIZ 278

TRASTORNOS DEL ESTADO DE ANIMO (DEPRESIÓN) 199

RETRASO MENTAL 32

ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO 22

PROBLEMAS POR ABUSO / NEGLIGENCIA 25

COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL / FUGAS 269

PROBLEMAS DE RELACIÓN 142

TRASTORNOS RELACIONADOS CON SUSTANCIAS 230

TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN 11

TRASTORNOS DE LA ANSIEDAD 29

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD 27

TRASTORNOS DEL. SUEÑO 16

TOTAL 2484

133
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

PACIENTES INTERNADOS
HOSPITAL TOBAR GARCÍA - 1998/2004

1 —AÑO 1998 PACIENTES 333


2 — AÑO 1999 PACIENTES 322
3 — AÑO 2000 PACIENTES 336
4 — AÑO 2001 PACIENTES 326
5 — AÑO 2002 PACIENTES 329
6 — A Ñ O 2003 PACIENTES 349
7 — AÑO 2004 PACIENTES 489

134
ANEXO

PRESTACIONES ESTADÍSTICAS del


DEPARTAMENTO DE SERVICIO SOCIAL
HOSPITAL TOBAR GARCÍA - 1998/2004

CANTIDAD DE CANTIDAD DE
AÑO PRESTACIONES PRESTACIONES
INDIVIDUALES GRUPALES
1998 12.611 3.310
1999 15.977 3.412
2000 25.328 3.500

2001 27.939 3.520


2002 37.473 2.319
2003 45.280 4.252
2004 53.670 5.430

ACTIVIDADES DEL DEPARTAMENTO


DE SERVICIO SOCIAL

ACTIVIDADES ASISTENCIALES: atención a pacien-


tes y familiares ■ trabajo en equipo interdisciplinario a par-
tir de la inserción de las trabajadoras sociales en los servi-
cios de:

• Consultorios Externos
• Hospital de Día Matutino
• Hospital de Día Vespertino
• Servicio de Internación
• Servicio de Prevención y Acción Comunitaria

135
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

INTERVENCIONES A TRAVÉS DE:

• Entrevistas sociales.
• Tratamiento familiar social.
• Visitas de evaluación de contexto.
• Derivación y orientación.
• Programación, planes y proyectos.
• Talleres con pacientes y/o familiares.
• Coordinación de grupos sociales.
• Participación en redes institucionales, y/o comunitarias.
• Investigación.
• Docencia.

INTERVENCIONES NO CONVENCIONALES

ESPACIOS GRUPALES FAMILIARES


Pensados para la orientación, contención y reflexión, des-
de la metodología propia del Trabajo Social, con el objetivo
de acompañar en el proceso de tratamiento a los integran-
tes del grupo familiar.
Existen varias propuestas simultáneas:
Grupo de Familiares de Internación: orientación y conten-
ción ante el hecho concreto de la internación de un hijo/a en
un hospital psiquiátrico.
Grupo de Familiares Hospital de Día Vespertino: espacio
diferente de reflexión y contención donde el intercambio pro-
voca integración y trabajo, en forma conjunta con los trata-
mientos.
Grupo de Recepción Hospital de Día Matutino: convoca a
los que inician el recorrido terapéutico, para posibilitarles la
reflexión acerca del funcionamiento de la institución.
Grupo Operativo de pre-alta Hospital de Día Matutino:
espacio para los familiares de niños y adolescentes que tran-
sitan su último año de tratamiento en este servicio. Se traba-
ja con respecto al tan temido momento del alta.

136
ANEXO

TALLER DE RADIO
Prensa, locución, audiencia, para pacientes internados
que habiendo pasado por el taller puedan incorporarse al pro-
grama radial que se emite desde el Hospital, conectándose
con la realidad actual y preparándose para su reinserción
social.

JUEGOTECA
Espacio físicamente preparado para convocar a niños y/
o adultos a desarrollar actividades lúdicas, con el objetivo de
colaborar en la transformación de situaciones personales y/
o familiares y en la superación de los conflictos.

TALLER DE CUENTOS
La magia de los cuentos llega tanto a los chicos como a
sus padres, que pueden transmitir la experiencia al resto de
su familia. Para facilitarles la tarea, no sólo acceden a los
libros en el espacio del taller, sino que además pueden lle-
varlos a su casa y compartirlos.

137
Glosario

ALIENADO: etimológicamente significa extraño, diferen-


te; suele utilizarse el término como sinónimo de enfermo
mental.
CONCIENTIZAR: en Trabajo Social se refiere a hacer
tomar conciencia del valor y la dignidad del hombre, a fin de
emprender acciones liberadoras.
CONVOCATORIA: llamado o citación a una o varias per-
sonas para que se presenten en un lugar, día y hora deter-
minados.
DEFICIENCIA: pérdida o anormalidad de una estructura
o función anatómica, fisiológica o psicológica.
DEPENDENCIA: situación de subordinación o inferioridad
jerárquica.
DESVALIDO: persona desamparada que carece de pro-
tección y/o ayuda en forma transitoria o permanente.
DISCAPACIDAD: restricción o ausencia de la capacidad
de realizar ciertas acciones normales para un ser humano,
como resultado de una deficiencia.
DISCRIMINAR: dar un trato de inferioridad en base a pre-
juicios respecto a la raza, religión, ideas, sexo, condición fí-
sica, mental, etc.
EMPRESA SOCIAL: la empresa social es una estrategia
de transformación de los aparatos administrativos y organi-
zativos de la asistencia que se propone invertir en los recur-
sos materiales y humanos que se han depositado en ella,
comenzando por los destinatarios de la asistencia misma.
Amplía, por lo tanto, los espacios de acción del mercado y
las posibilidades de emprendimiento, trabajo e intercambio
social.
GRUPO DE REFLEXIÓN: los grupos de reflexión son una
modalidad de los grupos operativos que hace hincapié en el
aspecto más importante de la actividad propuesta: la necesi-
dad de indagar.

139
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

INTEGRACIÓN SOCIO-LABORAL: implica la posibilidad


de que una persona participe activamente en el proceso de
producción económica en la sociedad. Recuperando o adqui-
riendo el rol social de trabajador y creando redes sociales más
amplias, interactuando con su grupo familiar y en espacios
educativos, culturales, deportivos y eventos sociales, de
acuerdo con lo esperado según la etapa del ciclo vital por la
que atraviesa, en el marco de su cultura.
MARGINADO: individuo que ha quedado separado de un
determinado sector de convivencia social.
MEDIOS EXPRESIVOS: son una propuesta para, a tra-
vés de talleres, practicar diferentes técnicas. También es ta-
ller, el estilo de la actividad que busca la creatividad y la ex-
presión. La propuesta de una tarea y los instrumentos que
proporcionan, colores, pinceles, papeles, dibujo, collage, mo-
vimiento corporal, teatro, títeres, etc.
MINUSVALIA: situación de desventaja en que se encuen-
tra una persona a causa de una deficiencia o discapacidad.
REINSERCION SOCIAL: proceso por el cual se intenta
hacer volver a una persona al medio social del cual estuvo
marginada. Este término se utiliza frecuentemente con rela-
ción a enfermos mentales y reclusos en cárceles.
PERTINENTE: que es adecuado para aplicarse y resol-
ver una situación determinada.
SOCIO-TERAPIA: acción sobre el medio social o cultural
con intenciones terapéuticas, tendiendo por lo general a la
reinserción y readaptación social.

140
Bibliografía

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SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

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143
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

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49. Winnicott, D. (1982), Realidad y juego, Gedisa, Buenos
Aires.

144
Indice

Prólogo 9

Presentación 13

CAPÍTULO I
Reflexiones sobre salud mental:
Adriana Casamayor 15
La locura a través del tiempo 15
Instituciones de salud mental 23
Trabajo Social y salud mental 32
Interdisciplina 33
La cuestión social y la salud mental:
Adriana Casamayor 37
Los límites de la clínica: obstáculos,
interrupciones y fracasos 45

CAPÍTULO II
Significación del campo grupal 51
Diferentes abordajes grupales: 51
Primeras experiencias con grupos:
Adriana Casamayor 54
Asambleas generales con pacientes de
internación: A. Casamayor 63
Grupo con padres: Cristina Marchesoni 67
Grupo recreativo-social con salida laboral:
C. Marchesoni 73
Grupo de orientación para padres del área de
adopción: Adriana Casamayor 82

CAPÍTULO III
Programa de integración socio-laboral
para adolescentes: Cristina Marchesoni 93
Programa Cuidar Cuidando: Adriana Casamayor ... 107

145
SALUD MENTAL INFANTO JUVENIL

Capítulo IV
Juegotecas: un instrumento de inclusión social
Diferentes teorías de juego: Cristina Marchesoni 115
La juegoteca hospitalaria: Cristina Marchesoni 120
Talleres de juego con padres: Adriana Casamayor.... 126

Consideraciones finales 131

Anexo 133
Motivos de internación, Hospital Tobar García,
1998-2004 133
Pacientes internados por año, 1998-2004 134
Prestaciones estadísticas del Departamento de
Servicio Social 135
Actividades del Departamento de Servicio Social. 135

Glosario 139

Bibliografía 141

146
Este libro se terminó de imprimir en
ARTES GRÁFICAS en mayo del 2005
Pcia. de Buenos Aires-Argentina-Tel.: 15-4086-4059

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