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 MATERIAL

 CONTACTO

Revisión periódica de
anclajes EN 795: guía
técnica
 228

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© Héctor del Campo/Vértice Vertical
Si alguna vez has tenido que hacer una revisión de anclajes sabrás que es una
tarea delicada que requiere un perfecto conocimiento de los dispositivos
inspeccionados y que lleva implícito un alto grado de responsabilidad.
Determinar con precisión que el anclaje que tienes entre manos ha sido instalado
siguiendo las indicaciones del fabricante, soporta las cargas mínimas exigidas o
cumple con la normativa y legislación de aplicación son sólo algunas de tus
obligaciones y responsabilidades.

Entre las dudas que suelen surgir a la hora de acometer una revisión destacan las
siguientes: ¿Quién puede realizar la revisión? ¿Con qué periodicidad debería
hacerse?¿Qué pasa si me encuentro con un anclaje sin marcado CE? ¿Es
obligatorio realizar un test de resistencia estática? ¿Qué documentación debería
entregar? ¿Priman las recomendaciones de la EN 795 sobre las instrucciones del
fabricante? Vayamos por partes.

Contenido [ocultar]
 1 Tipos de anclaje
o 1.1 Tipo A
o 1.2 Tipo B
o 1.3 Tipo C
o 1.4 Tipo D
o 1.5 Tipo E
 2 Evaluación de riesgos, instrucciones del fabricante, EN 795
 3 Persona competente
 4 Periodicidad
 5 Documentación según EN 795:2012
 6 Ensayos estáticos, ¿obligatorios?
 7 Procedimiento de revisión periódica de anclajes según EN 795:2012
 8 Conclusión

Tipos de anclaje
En primer lugar debemos saber que no todos los anclajes que podemos
encontrarnos en el día a día cumplen —ni tienen por qué cumplir— con la norma
EN 795. La orejeta amarilla soldada a la multiplicadora de una turbina eólica, el
tensor químico o el parabolt fijado al forjado de un edificio son sólo algunos
ejemplos de anclajes que se han quedado fuera del paraguas de la nueva versión
de la EN 795.
En efecto, una de las principales novedades de la EN 795:2012 es que sólo
aborda los dispositivos de anclaje que puedan ser desmontados de la estructura
—aunque sólo sea para su revisión— pudiéndose volver a colocar en el mismo
sitio. Esto no significa que los dispositivos de anclaje no se puedan soldar o fijar
permanentemente por otros medios, sino que éstos—denominados anclajes
estructurales— no pueden ser certificados bajo esta nueva norma.
Por supuesto, este hecho no implica que dichos anclajes no sean válidos para ser
utilizados en un sistema de protección contra caídas ya que los mismos están
regulados por el Reglamento Europeo de Productos de Construcción (UE)
305/2011.
En cualquier caso, dado que en muchos casos los dispositivos de anclaje EN 795
requieren anclajes estructurales para ser fijados, y que por tanto se revisa el
conjunto, se aplican aquí las recomendaciones de la norma EN 795:2012.
Ejemplo de anclaje estructural no conforme a EN 795:2012. Una vez instalado no
puede ser retirado de la estructura.
Son cinco los tipos de anclaje contemplados por la nueva norma:

Tipo A
Dispositivos de anclaje con uno o varios puntos de anclaje estacionarios y que
necesitan que los anclajes estructurales o elementos de fijación se fijen a la
estructura. No son EPI. No pueden llevar CE. Ejemplos: expansivo con chapa,
varilla roscada fijada con resina química + chapa , etc.

Tipo B
Dispositivos de anclaje con uno o varios puntos de anclaje estacionarios que no
necesitan que los anclajes estructurales o elementos de fijación se fijen a la
estructura. Son EPI. Deben llevar CE. Ejemplos: anillo de cinta, línea de vida
horizontal de cuerda o cinta, trípodes, etc.

Tipo C
Dispositivos de anclaje equipados con líneas de anclaje flexibles horizontales. No
son EPI. No pueden llevar CE. Son las líneas de vida horizontales de cable de
acero.

Tipo D
Dispositivos de anclaje equipados con líneas de anclaje rígidas horizontales. No
son EPI. No pueden llevar CE. Línea de vida horizontal de riel.

Tipo E
Dispositivos de anclaje para su uso en superficies horizontales, cuyo
funcionamiento depende únicamente de la masa y la fricción entre ésta y la
superficie (anclajes de peso muerto). Son EPI. Deben llevar CE.

Para entender mejor lo que la nueva norma considera como dispositivo de anclaje
desmontable conviene repasar un par de definiciones:

Dispositivo de anclaje: elemento o serie de elementos o componentes que


incorporan uno o varios puntos de anclaje.
Punto de anclaje: elemento al que puede ser conectado un equipo de protección
individual tras la instalación del dispositivo de anclaje: por ejemplo una “chapa”.
Anclaje estructural: es el anclaje que queda fijo en la estructura: su función es o
bien servir de soporte a un dispositivo de anclaje (por ejemplo una varilla roscada
fijada mediante pasta química o un “parabolt” a los que se les coloca una chapa,
aquí sólo la chapa lleva norma 795.) o bien funcionar como dispositivo de anclaje
por sí mismo porque ya tiene un punto de anclaje (tensores tipo Petzl Batinox).
Elemento de fijación: es el elemento cuya función es servir de soporte a un
dispositivo de anclaje pero, al contrario que el anclaje estructural, sí puede ser
desmontado de la estructura. Por ejemplo, sería un elemento de fijación un
tornillo que atraviesa el ala de una viga y sobre el que podemos colocar una
chapa de anclaje. Aquí de nuevo sólo la chapa llevaría la norma 795.
[su_box title=”Cambios introducidos por EN 795:2012″ radius=”5″][su_table] ➔
Los dispositivos diseñados para ser usados por varios usuarios deben cumplir con
una Especificación Técnica, CEN/TS 16415

➔ La norma puntualiza que para evitar posibles errores de uso, los dispositivos
de anclaje diseñados para sistemas de retención deben ser testados para
condiciones de detención de caídas (anticaídas)

➔ Los anclajes fijados de manera permanente a la estructura son considerados


partes de ésta y por tanto quedan fuera del alcance de la norma. No obstante,
pueden ser testados según EN 795

➔ Los requisitos de resistencia estática pasan de 10 kN a 12 kN para dispositivos


metálicos y de 10 a 18 kN para dispositivos textiles

➔ Los terminales de cable cerrados con perrillos no son aceptados por la nueva
norma

➔ La nueva norma no tiene carácter retroactivo. Los sistemas certificados según


EN 795:1996 siguen siendo válidos

[/su_box]

Evaluación de riesgos,
instrucciones del
fabricante, EN 795
La revisión periódica de dispositivos de anclaje debe seguir siempre las
directrices establecidas en la evaluación de riesgos correspondiente teniendo en
cuenta las instrucciones del fabricante y las recomendaciones ofrecidas por la
norma EN 795:2012.

Tanto la periodicidad (anual, bianual, trimestral etc.), como la metodología


(ensayo funcional, de resistencia estática, etc.) o procedimiento quedan a la libre
elección del empresario (o del técnico competente delegado) siempre y cuando
éstos no entren en conflicto con las indicaciones suministradas por el fabricante
ni, por supuesto, con las disposiciones reglamentarias en materia de prevención
de riesgos laborales.

Respecto a las recomendaciones de la EN 795:2012, recalcar que sin ser de


obligada observación (la propia norma las define como “informativas”) suponen
una excelente guía y el referente normativo más específico disponible. Los
siguientes capítulos desarrollan las más relevantes.

Persona competente
De manera general, los equipos de trabajo y los equipos de protección individual
(en los que se enmarcan los dispositivos de anclaje de tipo A, C, D y B, E
respectivamente) deben ser revisados por lo que fabricantes, normativa y
legislación denominan “persona competente”.

EN
795:2012: “Los dispositivos de anclaje deberán ser instalados por personas o
empresas competentes”.
Aunque esta figura pueda parecer un tanto ambigua —y desde mi punto de vista
lo es— y deje lugar a muchas interpretaciones, viene respaldada tanto por el RD
1215/97 sobre equipos de trabajo como por la norma EN 365 sobre instrucciones
de uso, mantenimiento, revisión periódica, reparación, marcado y embalaje de
EPI:
RD 1215/97: “Las comprobaciones serán efectuadas por personal
competente (…)”.
EN 365: “Persona competente para la revisión periódica: Persona conocedora de
los requisitos existentes relativos a la revisión periódica, y de las
recomendaciones e instrucciones emitidas por el fabricante, aplicables al
componente, subsistema o sistema a comprobar”.
Ante la ambigüedad manifiesta de la definición, la misma norma aclara:

“Esta persona debería ser capaz de identificar y evaluar la importancia de los


defectos, debería iniciar la acción correctora a tomar y debería, por tanto, tener la
competencia y recursos necesarios para hacerlo”.

“Una persona competente puede necesitar ser formada por el fabricante o su


representante autorizado sobre determinados EPI u otros equipos (…)” (por
ejemplo en el caso de líneas de vida, trípodes etc.).

La norma EN 795 por su parte es algo más ambigua a este respecto. La versión
del 96 no daba pautas específicas sobre las revisiones periódicas aunque sí
mencionaba la necesaria participación de un “ingeniero cualificado” para
asegurar la viabilidad de las instalaciones y la necesidad de que “el instalador”
(sin concretar su grado de formación o de conocimientos) realizara ensayos de
resistencia estática en determinadas instalaciones.

En cuanto a la versión de 2012, sólo menciona que “se debe verificar de manera
apropiada la instalación del dispositivo”, sin concretar nada más sobre la figura
del técnico que lleva a cabo la revisión.

En cualquier caso, de la consulta de estos referentes normativos y legislativos


podemos concluir que una persona competente para llevar a cabo una revisión
periódica de dispositivos de anclaje es aquélla que posee los conocimientos y la
formación necesarios para detectar posibles defectos de un dispositivo, conocer
en profundidad las recomendaciones e instrucciones del fabricante del anclaje en
cuestión y disponer de los recursos necesarios para aportar las medidas
correctoras pertinentes.

Periodicidad
Se suele considerar un año como el tiempo máximo que debe transcurrir entre
dos revisiones periódicas. Aclarar aquí que esta periodicidad “aceptada” de 12
meses no viene concretada en ningún punto de la legislación actual sino que se
fundamenta en el criterio común elegido por la mayoría de los fabricantes de
dispositivos de anclajes.

Anclaje terminal de una línea de anclaje flexible horizontal EN 795 C © Héctor
del Campo
Donde sí encontramos recomendaciones concretas sobre esta periodicidad es en
la norma EN 365 citada anteriormente. Esta norma, aplicable a los dispositivos
de anclaje considerados EPI (los de tipo B y E), exige que el fabricante entregue
al usuario unas instrucciones que, entre otros aspectos, incluyan una “advertencia
para recalcar la necesidad de las revisiones periódicas regulares, así
como una recomendación relativa a la frecuencia de las revisiones periódicas,
teniendo en cuenta factores como legislación, tipo de equipo, frecuencia de uso y
condiciones ambientales. La recomendación debe incluir una declaración relativa
a que la frecuencia de la revisión periódica debe ser al menos cada 12 meses”.

En cuanto a los dispositivos de anclaje de tipos A, C y D, la mayoría de


fabricantes recomienda revisiones cada 12 meses aunque la evaluación de riesgos
puede establecer intervalos más cortos si fuera necesario (ambientes corrosivos,
salinos, etc.).

Documentación según EN
795:2012
Si vamos a revisar anclajes instalados por terceros, es de vital importancia
solicitar la documentación entregada tras la instalación. Ésta supone la prueba
documental de que el anclaje ha sido instalado correctamente y constituye la base
sobre la que se apoyarán las sucesivas revisiones. Según la norma EN 795:2012,
esta documentación debería incluir, al menos, la siguiente información:

 Dirección y ubicación exacta de la instalación


 Datos de la empresa instaladora
 Nombre de la persona responsable de la instalación
 Información del dispositivo de anclaje (marca, modelo, tipo…)
 Información de la fijación o del anclaje estructural (marca, modelo, par de
apriete, carga de trabajo…)
 Plano de la instalación (por ejemplo del tejado o cubierta, con ubicación
exacta de los anclajes)
La empresa instaladora también debería entregar un informe técnico firmado en
el que certifica, entre otros, que el anclaje ha sido instalado siguiendo las
instrucciones del fabricante, que ha sido instalado en el substrato adecuado, que
se ha seguido en todo momento las directrices del plano de instalación, etc.

También debería acompañarse de documentación gráfica, especialmente si las


fijaciones/anclajes estructurales (parabolt, resina química, tornillo, etc.) o el
sustrato no son visibles tras la instalación.

Por último, todo dispositivo de anclaje cuyo uso previsto sea integrarse en un
sistema de protección contra caídas debe ir marcado con un pictograma o similar
que indique claramente que el dispositivo está destinado a ser utilizado
exclusivamente con un EPI de protección contra caídas. De este modo evitamos
sorpresas cuando nos encontramos con anclajes instalados en cubiertas de los que
desconocemos su uso previsto (yo he visto de todo).
Ensayos estáticos,
¿obligatorios?

Ensayo de resistencia estática según EN 795:1996 © Héctor del Campo/Vértice


Vertical
La necesidad o no de realizar un ensayo estático es uno de los puntos que más
confusión suele generar a la hora de encarar una revisión periódica. Esto se debe
en parte a que la anterior versión de la norma EN 795 (1996) ofrecía pautas
concretas relativas a la instalación (que no a la revisión periódica, ojo) que en
muchos casos fueron extrapoladas al proceso de inspección.

Por ejemplo, en el caso de los anclajes de clase A (tipo A en la nueva versión)


recomendaba que la instalación fuera verificada mediante cálculo por un
ingeniero cualificado si se instalaba en madera o acero.

En el caso de que el anclaje fuera instalado sobre otros materiales (por ejemplo
hormigón), su recomendación era que el instalador “verificara la adecuación de
los materiales realizando un ensayo sobre una muestra del material considerado”.
Incluso daba unas pautas concretas sobre cómo realizar el ensayo estático:
tracción axial sobre el anclaje estructural (que no sobre el punto de anclaje) de 5
kN durante 15 segundos.

La nueva versión de la norma (2012) sí que ofrece pautas específicas, no sólo


para la instalación sino para la revisión. La sorpresa es que si bien éstas son muy
completas y concretas, apenas si menciona la necesidad de realizar ensayos
(funcionales, estáticos, dinámicos, etc.) y deja esta posibilidad a criterio del
fabricante.

Las únicas referencias a la realización de ensayos las encontramos en el capítulo


que aborda la información que debe proporcionar el fabricante sobre la
instalación de su producto: “La instalación debería ser verificada adecuadamente
mediante cálculo o ensayo” y del esquema de revisión que propone (orientativo,
ver más abajo) en el que recomienda la realización de un ensayo en casos
concretos.

Procedimiento de revisión
periódica de anclajes según
EN 795:2012
Para terminar, os dejo el ejemplo de procedimiento de revisión que propone la
última versión de la norma. Destacar que el documento hace especial hincapié en
la importancia de contar con la documentación relativa a la instalación a la hora
de acometer una revisión. Si ésta es inexistente y además se desconoce el
fabricante no recomienda someter el dispositivo de anclaje a ensayo sino
desecharlo directamente y sustituirlo por uno nuevo.

Si no se dispone de documentación pero el fabricante está identificado,


recomienda realizar ensayo únicamente si el elemento de fijación (desmontable
de la estructura) o el anclaje estructural (no desmontable) no son visibles (se
encuentran ocultos o no son accesibles), siempre y cuando esta posibilidad esté
contemplada o no esté expresamente contraindicada por el fabricante. En caso de
duda deberemos siempre consultar con el fabricante.

Si las fijaciones sí son visibles, la evaluación puede llevarse a cabo de acuerdo a


las normas técnicas de construcción en relación con las especificaciones de carga
del fabricante, tipo de fijación y estructura del montaje.
Finalmente, en el caso más favorable de disponer de la documentación y de tener
al fabricante identificado, la recomendación es realizar una inspección visual
(corrosión, fisuras, deformación, etc.).

Por supuesto, la norma ofrece este esquema únicamente a título informativo y,


siempre que no entre en conflicto con las instrucciones del fabricante, el
empresario es libre de incluir en su evaluación de riesgos un diseño de
procedimiento de revisión periódica distinto que incluya, por ejemplo, ensayos
estáticos sistemáticos (especialmente cuando se revisan anclajes de terceros por
primera vez).

Conclusión
Los dispositivos de anclaje deberían ser revisados al menos anualmente por
personal competente. Corresponde al empresario establecer dicho procedimiento
según sean (entre otros) las características de cada dispositivo de anclaje e
instalación resultado de la preceptiva evaluación de riesgos así como de las
instrucciones suministradas por el fabricante para llevar a cabo dicha revisión
periódica. La nueva versión de la norma EN 795 ofrece pautas actualizadas sobre
el proceso de revisión, pone el foco en la importancia de disponer de la
documentación entregada tras la primera instalación y deja la necesidad de
realizar ensayos de resistencia estática a criterio del fabricante.

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