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La E.S de Un Hogar
La E.S de Un Hogar
Narrador: Cuán hermoso es el sol al ponerse, hermoso también al salir, pero mucho más
bello y hermoso es el amor, cuyo don disfrutamos los hijos de Dios. Movidos por este
don, un grupo de jóvenes hacen un plan después del culto del sábado. Escuchémosles.
Tere: Creo que debemos ir a visitar a Verena pues ella no puede asistir hoy a
encontrarse, estaba enferma.
Martha: ¡Buena idea! Y después vamos a celebrar con ella la Escuela Sabática.
Rosita: ¡Oh, sí, se va a poner muy contenta! ¿A qué hora vamos a salir?
Nena: Creo que a las dos sería buena hora, pues así podemos estar a tiempo para el
ensayo del coro.
Martha: Bueno Nena, prepara una bienvenida para que tú y Esther la canten cuando
lleguemos. ¡Hasta ahorita!
Verena: ¡Buenas tardes! Pasen, pasen y siéntense. ¿Qué los trae por acá?
Martha: Pues te diré que decidimos venir para saber cómo sigues y al mismo tiempo
celebrar contigo la Escuela Sabática.
Martha: ¿Qué les parece si cantamos todos un himno? Busquemos el número 337.
Verena: Creo que no debemos continuar sin antes pedir la bendición de Dios, oremos de
rodillas.
Esther: Siempre nos es grato hacer un recuento de la reunión anterior. Del pasado
sábado podemos decir... (Cuenta el acta)
Nena: Verena, tú siempre nos traes buenos consejos para la Escuela Sabática. ¿Por qué
no nos hablas algo de mejoramiento en estos momentos?
Verena: Creo que no debe faltar una parte especial en nuestro programa.
Rosita: Ha llegado el tiempo del misionero y sin más demora te relataré el mismo que
dijimos esta mañana en la iglesia.
Martha: Ahora tendremos una oración y después pasaremos al comedor para repasar la
lección.
Verena: Estoy muy agradecida por el programa tan hermoso que me han traído. ¡Que el
Señor les bendiga siempre!