Describe en “la decadencia de occidente” una “morfología de la historia”: cada civilización
sigue un curso de infancia, madurez, vejez y senilidad. En la primavera de las civilizaciones encontramos una cultura principalmente mitológica; en verano, el nacimiento de las filosofías abstractas; en el otoño, el desarrollo del iluminismo y de las ciencias; en el invierno, el materialismo, la moral utilitaria y el socialismo, árboles secos de un mundo helado.