Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lee este fragmento, una y mil veces...de vez en cuando vuélvelo a leer:
Ajusta las exigencias: identifica cuáles son demasiado elevadas, haz una cosa después de la
otra, nunca te compares con lo que hacen los demás, abandona la ley del “todo o nada” y
confórmate con un buen porcentaje de logro en las cosas fundamentales. Clasifica,
jerarquiza y reagrupa las exigencias (ver “juego de las cajas”)
Asume menos responsabilidades: no puede ser que en todo seas el uno...; discute con tus
compañeros y subordinados lo que tú y ellos pueden hacer, así lo que hagan lo harán mejor;
evita, siempre que puedas, llevarte trabajo a casa y deja espacios libres en el hogar que no
sean de trabajo; reparte tareas entre los compañeros de forma equitativa, valorando lo que
cada uno puede y debe hacer, y siempre que puedas, utiliza un sistema de rotación entre
ellos para las tareas aburridas...; pide ayuda, no la impongas, y devuelve las pelotas que te
pasen, diciéndole a tus jefes lo que tienes, lo que podrás y no podrás hacer...
Se asertiva: aprende a decir NO a algunas cosas, por muy necesarias que parezcan; aprende
a decir: “no lo sé”, “no lo entiendo”, “no me interesa por ahora”, “no puedo hacerlo”...sin
abusar, deja espacios para otros SI; precisa en qué cosas eres tú quien tomará las decisiones
y en qué cosas pueden meterse los otros sin que te molesten; prepárate para las
consecuencias cuando emites un NO o un SI...y aprende a aceptar los NO de otros, sin
disgustarte...
Toma tus vacaciones: no las pospongas, haz pausas de vez en cuando en tu trabajo, y si
tuvieras que hablar en los descansos, trata que sea sobre temas positivos...
Cuando tengas muchas, pero muchas cosas que hacer, y te sientas desordenado y
angustiado, entonces y por un buen rato, no hagas nada...luego que te sientas mejor,
intentarás una planificación realista, para ello juega a “30 cosas que me gustaría hacer”, sin
pensar en el orden, y después, elige 5 cosas que desearías hacer más a menudo, entonces
prácticalas...aunque hagas también algunas otras...y cuando te sientas devorado por el
trabajo, cambia de actividad, da una vuelta, muévete...el trabajo seguirá allí cuando
vuelvas...
Dale una oportunidad a tus objetivos: tiempo para ser probados...evalúalos sin ser
demasiado ambicioso, ni demasiado modesto. Incluye en ellos el bienestar y no sólo el
sacrificio. Diferencia entre ideas y objetivos: no todas las ideas hay que ejecutarlas...ni
incluirlas en un plan de trabajo...
Pónle límites a la accesibilidad: que no te pasen llamadas cuando estás en algo importante,
pide que te llamen más tarde, atrévete a descolgar el teléfono y a decirle a alguien, de
buena forma, que no lo puedes recibir...y cuando estés atendiendo a alguien, termina con
él, antes de atender a otra persona...
Rompe las reglas de vez en cuando, pero no siempre...procura trabajar con orden y
sistematicidad, pero siempre introduciendo cambios y nuevas ideas...
Búscate una mascota, háblale, cuídala...es relajante...
Entabla contacto con la naturaleza: ver las flores, los árboles, los animales, el campo o la
playa, admirar la luna o las estrellas, sólo eso es gratificante...en función de tus intereses y
gustos...vivir en este mundo disfrutándolo un día más es vivir...
Revisa lo que comes y cómo lo haces...no te desprecies si de vez en cuando sigues algún
vicio o preferencia...bebe mucha agua, pónla accesible...evita estimulantes y valora bien
qué y cuánto deseas y puedes admitir...
Toma sólo psicofármacos cuando sea imprescindible...y deja de tomarlos cuando veas que
dependes de ellos para sentirte bien...
Incrementa tus relaciones con amigos y familiares, pero dáte un tiempo a veces para estar
sólo, descansar o hacer lo que quieras (escuchar música, darte un baño tibio, leer, mirar un
programa televisivo, o simplemente, holgazanear por un rato)
Trata de ayudar a otros a prevenir o recuperarse del estrés y del desgaste...eso te ayudará a
tí mucho más de lo que piensas...
1. Escribe tu propia lista de exigencias, si quieres clasifica entre las de la vida laboral y la
vida privada, corta y separa cada una con tijeras
2. Reflexiona sobre la lista. No importa que sea larga, mientras más larga mejor.
Comenta este ejercicio con otras personas.
3. Clasifica en cajas:
-Caja A: Exigencias y deseos que se pone uno mismo
-Caja B: Exigencias y deseos que se ponen otros
-Caja C: Exigencias y deseos imaginarios (no bien definidos)
4. Atrévete a rechazar algunas cosas, para las exigencias imaginarias puedes preguntar a
otros, es posible que ellos no te exijan tanto como tú crees (este puede ser un largo
proceso). Y entonces, reclasifica...
5. Toma otra caja: Caja D. Pon en ella las que te hacen sentir alegre, las que tienes ganas
de hacer, lo que te dá energía. Tendrás buen juicio, inteligencia, madurez, para no
poner demasiadas cosas en esta caja.
Debe haber cierto equilibrio entre lo que damos a los demás y lo que nos damos a
nosotros mismos.
6. Toma la Caja E, no tan divertida, pero necesaria. Pon aquellas cosas que odias, que no
quieres hacer más. Anda con cuidado y reflexiona: hay que hacer todo esto? Si es así,
cómo hacerlo de forma más fácil y divertida?
Sé honesto. Elige alguna para desechar. Atrévete a no hacerla y mira a ver qué pasa...
O sigue reflexionando sobre ello...
7. Ultima clasificación: Caja G. Pon en ella todas aquellas cosas en las que necesitas que
te ayuden, o que puedes pedirle a los demás que hagan. Atrévete a no ser competente.
No te querrán más porque lo hagas todo perfecto...