A través de una investigación realizada por la Alianza Mexicana contra el Fracking, en la cual se
accedió a información oficial, se constató que, pese a los compromisos del actual gobierno
expresados por el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, la explotación de gas y petróleo
en formaciones no convencionales a través de fracking sigue vigente y avanzando en territorio
mexicano. Este compromiso quedó establecido en el Punto 75 del Plan de Gobierno de la 4T, el cual
señala “no se usarán métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza y agoten
las vertientes de agua, como el fracking”. Desde entonces, en varias sesiones de “Las Mañaneras”,
el presidente ha reiterado su compromiso para detener esta práctica.
Desde que comenzó el gobierno de la 4T, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ha aprobado
seis Planes de Exploración en yacimientos no convencionales, los cuales permiten la perforación y
fracturación de pozos para extraer gas y petróleo. Cinco de estos planes le fueron aprobados a
Pemex Exploración y Producción (PEP) y uno más a Operadora de Campos DWF entre febrero y
noviembre de 2019. Además, se le autorizó a PEP un séptimo Plan de Exploración, esta vez en
yacimientos convencionales, que permite actividad no convencional. Cabe señalar que, pese a que
el presidente anunció el 26 de junio de 2019 que el Plan correspondiente a la Asignación de PEP
“AE-0387-2M Humapa” quedaría cancelado como una muestra del compromiso de su gobierno de
no avanzar con esta práctica, a noviembre de 2019 este Plan seguía vigente, lo que supone que
Pemex cuenta con los requisitos pertinentes para seguir avanzando con las actividades
contempladas en él.
En total, en estos planes se contempla la perforación y fracturación de entre seis y diez pozos (en el
escenario base y el escenario incremental, respectivamente) entre 2019 y 2021. Estos pozos se
suman a los tres pozos que, si bien fueron autorizados durante el sexenio anterior, han sido
operados durante el gobierno actual. En concreto, uno de ellos fue perforado y terminado en 2019
y dos más fueron terminados ese mismo año −Chaxán-EXP1, Pankiwi-EXP1 y Semillal EXP1−, lo que
indica que la actividad de fracturación hidráulica ha sido realizada durante la 4T, a través de PEP,
empresa productiva del Estado. Asimismo, al menos había tres pozos −Maxochitl-EXP1, Kaneni-EXP1
y Pankiwi-EXP1− que se encontraban produciendo gas y petróleo no convencional en 2019.
Ese mismo año, en el la comunidad del Tablón del municipio de Pantepec en Puebla, donde se sitúa
el pozo Pankiwi-EXP-1, hubo diversos daños a la salud de la población derivados de la actividad del
mismo, como constantes dolores de cabeza y náuseas debidos a los fuertes olores y vapores que
emanaban del pozo. Además, en la zona también ha habido daños a parcelas donde,
repentinamente y sin explicación alguna, ocurrieron fisuras en la tierra y vertidos de petróleo. La
población nunca fue informada sobre el uso de fracking en dicho pozo y solo lo pudieron corroborar
que así fue una vez que se obtuvo la información vía transparencia en el marco de la investigación
señalada.
Por otro lado, el gobierno ha seguido asignando y ejerciendo presupuesto público en proyectos de
inversión de Pemex Exploración y Producción que requieren el uso de fracking para explotar
hidrocarburos en formaciones no convencionales. Aunque estos proyectos −”Aceite y Gas en
Lutitas” y “Aceite Terciario del Golfo” − fueron creados en sexenios anteriores, ha habido una
continuidad en los mismos durante la presente administración. De esta manera, en 2019 se asignó
en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) un total de 6,603,959,696 pesos a los mismos,
mientras que en 2020 este presupuesto se aumentó a 10,837,382,324 pesos, lo que, en términos
reales, significó un incremento de 58.4%. En cuanto al presupuesto efectivamente gastado en 2019,
asciende a 5,318,771,761 pesos según la Cuenta Pública de ese año, mientras que a primer trimestre
de 2020 ya se han erogado 1,196,761,113 pesos, lo cual es una muestra irrefutable de que esta
actividad sigue siendo impulsada por el gobierno actual.
Por último, cabe señalar que toda la normatividad para la exploración y extracción de hidrocarburos
no convencionales creada en el marco de la Reforma Energética del sexenio anterior sigue vigente
y operativa en la actualidad. Esto incluye los “Lineamientos que regulan los Planes de Exploración y
de Desarrollo para la Extracción de hidrocarburos” y los “Lineamientos de perforación de pozos”,
ambos de la CNH, los cuales incluyen disposiciones para no convencionales y fracking. Asimismo,
los “Lineamientos en materia de seguridad industrial, seguridad operativa y protección al medio
ambiente para realizar actividades de exploración y extracción de hidrocarburos en yacimientos no
convencionales en tierra” de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Ambiente
(ASEA). Finalmente, los “Lineamientos para la protección y conservación de las aguas nacionales en
actividades de exploración y extracción de hidrocarburos en yacimientos no convencionales” de la
Comisión Nacional del Agua (Conagua). Lo cual implica que las empresas y las entidades públicas
implicadas en esta actividad siguen contando con un marco normativo que les permite realizarla.
Todo lo señalado muestra que es necesario que el gobierno y el Poder Legislativo tomen medidas
inmediatas para concretar los compromisos de la 4T en hechos que eviten que el fracking siga siendo
utilizado y, consecuentemente, proteger a la población, el ambiente y el clima de esta dañina técnica
cuyos daños no pueden ser evitados al ser inherentes a la misma, como se ha demostrado por su
uso en otros lugares. Por ello, urgimos a que se tomen medidas administrativas y legislativas que
prohíban el fracking en México, como lo demandan ya 88 mil personas a través de su firma, y como
lo han hecho responsablemente otros países y territorios del mundo, entre ellos: Francia, Bulgaria,
Luxemburgo, Italia, Alemania, Irlanda, Uruguay, la provincia de Entre Ríos en Argentina, el estado
de Victoria en Australia, la Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha en España, el Estado de
Paraná en Brasil, y varios estados y localidades dentro de Estados Unidos (Vermont, Nueva York,
Maryland, ciudad de Pittsburgh, condado de Monterey y territorios Chippewa y Cherokee).