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La conductividad térmica es una propiedad física que describe la capacidad de un material de transferir calor por
conducción, esto es, por contacto directo y sin intercambio de materia. Es una magnitud intensiva que no depende de la
cantidad de materia. La propiedad inversa es la resistividad térmica.
Según Singh y Heldman. (2009), las propiedades de interés en la congelación de alimentos, incluyen: punto
inicial de congelación, fracción de agua congelada (hielo), fracción de agua no congelable, densidad,
conductividad térmica y calor específico.
Como los alimentos son materiales compuestos, las propiedades termofísicas son claramente función de sus
componentes (Wang y Weller 2006).
Durante el proceso de congelación, el agua cambia gradualmente de la fase líquida a hielo sólido. Puesto que las
características termofísicas del hielo y del agua son absolutamente diferentes, las características termofísicas de
los alimentos congelados varían drásticamente cuando disminuye la temperatura.
Por lo tanto, la determinación y modelización de las propiedades térmicas de los alimentos en condiciones de
congelamiento requiere de un conocimiento explícito de la situación del agua en los alimentos.
Cleland y Valentas (1997), hacen referencia a tres alternativas para conocer las propiedades físicas y
térmicas de los alimentos, dentro de estas tenemos:
• El uso de datos de la literatura,
• La medición directa,
La difusividad térmica es la medida de su capacidad para conducir el calor. Su unidad típica es (m2/s).
La medición directa de la difusividad térmica es poco común. También existe un modelo genérico para predecir
directamente la difusividad térmica por debajo de un punto de congelación. La difusividad térmica aparente de un
alimento congelado se calcula generalmente a partir de valores conocidos como la conductividad térmica, densidad y
calor específico con la siguiente ecuación (Ec. 08). (Wang y Weller 2006).
Singh y Heldman. (2009) ponen de manifiesto la relación inversa que tiene la difusividad térmica de los alimentos con
la temperatura, ya que la difusividad térmica aparente aumenta gradualmente a medida que la temperatura disminuye por
debajo del punto inicial de congelación.
La densidad del hielo es menor que la densidad del agua; del mismo modo la densidad de un alimento congelado será
menor que el producto sin congelar. La figura 01 ilustra la influencia de la temperatura sobre la densidad.
El cambio gradual en la densidad se debe a la variación de la proporción de agua congelada en función de la
temperatura. La magnitud del cambio en la densidad es proporcional al contenido de agua del producto. (Singh y
Heldman 2009).
Fracción de hielo
Para predecir las características termo físicas de los alimentos congelados, que dependen fuertemente de la fracción del
hielo en el alimento, la fracción total del agua que se ha cristalizado debe ser determinada. Debajo del punto de
congelación inicial, la fracción total del agua que se ha cristalizado en un alimento es una función de la temperatura. En
general, los alimentos se componen mayoritariamente de agua, los sólidos disueltos, y los sólidos sin disolver. Durante el
congelamiento, como algo del agua líquida se cristaliza, los sólidos disueltos en el agua líquida restante cada vez más se
concentran, así va bajando la temperatura de congelación.