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CAPITULOS
1. El Ministerio…………………………………………………………………………………………………………………………………4

2. El Llamamiento……………………………………………………………………………………………………………………………...5

3. Requisitos para el Ministerio…………………………………………………………………………………………………………6

4. Cosas que debe de mantener en mente un Ministro………………………………………………………………………8

5. El Pastor………………………………………………………………………………………………………………………………………..9

6. Visita Pastoral……………………………………………………………………………………………………………………………….10

7. Cambios Pastorales………………………………………………………………………………………………………………………11

8. Consejos Adicionales para Pastores……………………………………………………………………………………………..12

9. El Culto Pentecostal……………………………………………………………………………………………………………………..13

10. Ayudando alrededor del Altar………….…………………………………………………………………………………………..16

11. La Imposición de Manos……………………………………………………………………………………………………………..17

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INTRODUCCIÓN
Estamos viviendo en tiempos portentosos donde la iglesia se avecina a un periodo de
avivamiento y servicio espectacular a Dios. ¡Esta es la generación que precede la
segunda venida de Jesús! Hay algo en el aire que nos dice que estamos al borde de un
tiempo donde veremos miles de personas siendo alcanzadas por Dios; de milagros,
sanidades, prodigios, señales; de ver a miles recibiendo el Espíritu Santo en un solo
culto; de ver puertas abiertas como nunca antes en la historia; mientras que también
veremos oposición y luchas espirituales como nunca antes.

Pero para esa intervención última y final de Dios mientras todavía estamos en el tiempo,
se necesita un equipo de hombres y mujeres que sean instrumentos poderosos en las
manos de Dios. Dios está formando su equipo redentor, con el recogerá esa última y
grande cosecha de almas antes de bajar el telón del tiempo.

Ya hay muchos que sienten un palpitar diferente en su pecho; una añorar por algo
superior; una emoción, un aceleramiento interno; que los tiene con la sensación de que
Dios los está llamando y los quiere usar. Algunos están convencidos de que Dios tiene
algo especial para sus vidas, pero no saben cómo se pueden preparar, que es lo que
deben hacer.

Para ellos se ofrece la presente obra con la esperanza y la oración, de que a alguien le
sirva y pueda desarrollar mejor el "don" que Dios ha colocado en su
interior. Lógicamente no se puede dar todo en un tomo, porque sería mucho mayor que
el presente, pero, después de algunos años de experiencia, siento que aquí hay ciertos
"mínimos" que se necesitan.

¡Aprópiate de las promesas de Dios! ¡Se atrevido para Dios! ¡Lánzate en el Nombre de
Jesús y obtén triunfos para su honra y su
gloria!

Thomas W.Drost

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Capítulo 1
El MINISTERIO

El trabajo u oficio más solemne es el de "Ministro del Evangelio". Somos "embajadores


de Cristo" -2 Corintios 5:20. El impacto de esto debe conmovernos. No hay profesión o
carrera que sea más grande. Es la empresa más importante y duradera. Nunca se
sientan inferiores. La responsabilidad es tremenda, aún más que la de reyes y
presidentes, porque abre la entrada al Reino de Dios. El ministerio no es algo
meramente ideado por uno mismo, sino que debe ser llamado -Hebreos 5:4. La razón
misma sugiere que Dios como soberano escogerá a sus oficiales y enviará sus propios
embajadores. Uno debe estar seguro. En el Antiguo Testamento a ninguno se le permitía
presentarse a sí mismo como profeta, sin haber consecuencias graves -Deuteronomio
18:20. Y en el Nuevo Testamento siempre se habla de los ministros como designados por
Dios -Hechos. 20:28; Colosenses 4:17; Hechos. 13:2.

Es la profesión más noble, pero el honor no es tanto para el hombre, sino paro quien lo
llamó -1 Corintios 3:7; 1:30, 31. Antes de poder considerarse candidato al ministerio
hay ciertos requisitos.

"Llamados a ser Santos" -1 Corintios 1:2. Antes de ser ministro y mientras lo sea, lo
principal es ser santo. Santos se hacen, no nacen. Tu relación personal con Dios es de
importancia primordial, aún antes de un llamado al ministerio. Tener una verdadera
conversión es vital. Una falta en este sentido es fatal al ministro mismo y para las
personas que ponen sus almas bajo la dirección de un pastor espiritualmente ciego e
infiel.

Por esto, ni debe ser considerado si no ha cumplido con Hechos 2:38. Si para diácono
se exigía, ¡Cuánto más para el ministerio! Su relación personal con Dios es de vital
importancia, aun siendo ya un ministro -1 Corintios 9:27; Romanos 2:21.

O sea, ante todo debe ser un "cristiano" - pequeño Cristo. Una vida cristiana es el
testimonio más grande del nuevo nacimiento que cualquiera puede dar. Por esto
debemos considerar nuestra disciplina personal 2 Corintios 13:5. Es algo serio -
Filipenses 2:12,13; 1 Corintios 10:12,13. Lo mejor que puedes contar es tu propio
testimonio, Pablo así hacía. El ministerio es la manifestación de una vida, es el
derramamiento de experiencia. Para poder ayudar a otros tenemos que estar bien
nosotros -1 Corintios 1:7-9.

Lo que sí es importante saber es que: Dios no quiere "profesionales", sino


consagrados. Él no quiere "asalariados". -Juan. 10:12. Debemos ser ministros por
vocación y no como una carrera profesional.

El LLAMAMIENTO

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Un Llamado Definitivo
Para poder realmente ejercer el ministerio cristiano, es necesario un llamamiento
especial de Dios. El ministerio constituye un don especial de Dios a la Iglesia -Efesios
4:11,12.

Cada miembro tiene su función propia pero, obviamente solo unos cuantos miembros de
la Iglesia son llamados a predicar el Evangelio en público o ministrar a los santos. Todos
los hermanos deben dar a conocer el Evangelio por su testimonio, pero solamente
algunos pueden llegar a ser predicadores. ¡Pobre cuerpo si todo él fuera boca! Notemos
como Jesús llamó a los apóstoles -Marcos 3:13-16. No los llamó en forma casual o a
como diera lugar, sino que cuidadosamente los seleccionó de entre muchos
discípulos. Hoy él sigue haciendo lo mismo.

Ahora, en cuanto a este llamado, deben evitarse dos errores.

1. Que el llamamiento consiste en una mera preferencia por el trabajo del ministerio. No
basta que sienta deseos de hablar en público, sino que sea dotado por el Señor y luego
llamado a este servicio especial. Otros solo quieren ser el centro de atención. Recuerde
que no se quieren de meros profesionales.

2. Por otra parte algunos esperan alguna manifestación especial (sobrenatural), una voz
del cielo, una visión, un milagro, etc. El resultado es que algunos por falta de tales
manifestaciones no entran al ministerio y por ende no obedecen. Hay algunos que han
sido llamados especialmente: Samuel, Pablo y otros contemporáneos. Pero esto es algo
muy especial -Hechos 22:14. Este deber de predicar se ha de determinar en la misma
forma que otros deberes cristianos: como la regeneración (no tiene que haber
necesariamente una intervención especial de Dios). Ya Dios ha dado la orden en su
Palabra: Marcos 16:15. El llamado de Isaías. 6:1-4

¡El llamamiento es imprescindible! La Biblia advierte contra el que entra al ministerio sin
tener un llamamiento -Deuteronomio 18:20; Jeremías 23:21,30. Ezequiel 13:3. Los
problemas y desánimos con que se encontrará el ministro hacen que ese llamamiento sea
imperativo. Tal vez sea lo único que algún día le quede. Notemos la seguridad de Pablo.

¿Qué es un llamamiento?
Es una impresión fuerte, atestiguada interiormente por el Espíritu Santo que debe
predicar. Hay diversas opiniones de lo que constituye ser llamado por causa de las
diferentes experiencias y caracteres, pero también hay ciertas características:

1. Habrá un deseo ardiente de comunión más íntima con Dios. Los que verdaderamente
han sido llamados darán prueba en privado de ese fuego.

2. Habrá un deseo enérgico de hacer la obra -1 Timoteo 3:1. Debe haber deseo porque
no tendrá éxito sin ello. No debe ser solo un amor por declamar.

3. Habrá una convicción permanente del deber de predicar 1 Corintias 9:16. Hay que
tener los diferentes ministerios en mente.

4. Habrá una nueva evaluación y percepción del mundo. Las metas materiales
palidecen, lo espiritual cobra valor.

5. Habrá una pasión prevaleciente por las almas. Sin esto es inconcebible, porque trata
con almas. Se dará cuenta de lo perdido de la gente. Su llamado es en relación a otros.

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6. Promoverá la obra de Dios en general. Sigue Eclesiastés 9:10. Querrá ayudar en
todo. Muy a menudo han sido activos en la Iglesia local. Ya lo llama Dios a bendecir a
más.

7. Se mostrará fiel en lo poco -Lucas 16:10; Mateo 25:21. ¿Lo has sentido así?

Capítulo 3
REQUISITOS PARA El MINISTERIO

Hay una gran diferencia entre el ministerio y otras profesiones. El ministro tiene que ser
algo antes que pueda hacer algo. Su trabajo depende de su carácter personal. No es así
con otras profesiones. No es importante el carácter de un hombre para que sea un
buen: doctor, mecánico, carpintero. etc. Pero el ministro como persona, sobresale por
encima de su trabajo. Lo que hace, cómo vive, revela más que lo que hace o dice.

Como el ministro viva en la semana se notará el domingo. Es imposible separar el


ministerio de la persona. La honra o deshonra del hombre le dan color a su trabajo. Los
hombres buscan mejores métodos. Dios busca mejores hombres. El no unge planes,
sino hombres. Sus sermones solo duran una hora pero su vida predica toda la
semana. La gloria y eficiencia del evangelio depende de los hombres que lo proclaman.

Analicemos los requisitos que hallamos en la Biblia. Notaremos como enfatiza más lo que
la persona es, que lo que puede hacer.

En diferentes lugares de la Biblia podemos hallar cosas que son señaladas como
importantes en las vidas de aquellos que se dedican al ministerio. Los siguientes lugares
nos dan una lista bastante completa de lo requerido: 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9; 1
Corintios 4:2; 1 Pedro 5:1-3. De estos pasajes podemos sacar la siguiente lista de
requisitos:

1. Anhelarlo - Primero debe desear servirle al Señor como su ministro. Hay que recordar
que esto en el tiempo de Pablo podía significar tener que dar su vida.

2. Irreprensible - sin tacha, sin que se le pueda acusar.

3. Marido de una sola mujer - Hay que recordar que en ese tiempo era común la
poligamia. Sin embargo, esto se puede tomar como una recomendación que sea casado,
aunque no necesariamente algo que se debe o puede exigir.

4. Sobrio – serio, formal

5. Prudente – juicioso, sabio.

6. Decoroso - respetable, decente.

7. Hospedador - esto se hacía muy necesario en ese tiempo cuando a los cristianos los
perseguían, o sencillamente porque no habían mesones, hoteles u hospedajes como los
hay hoy.

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8. Apto para enseñar - esto se puede referir en cuanto a su: a) conocimiento, b)
experiencia, c) presentación -vocabulario, voz, apariencia. Y d) su reputación en relación
a otros.

9. No dado al vino - es mejor sencillamente ser abstemio. El vino en esos días era usado
comúnmente en los comidas, especialmente porque el vino no se contamina fácilmente
como agua u otra bebida. Hoy el vino o las bebidos alcohólicas tienen otro uso y sentido.

10. No pendenciero - no ser amigo de peleas, discusiones, argumentos, riñas,


contiendas, disputas. Que no sea rencoroso o pleitista.

11. No codicioso de ganancias deshonestas - desinteresado en cuanto al dinero.

12. Amable - bondadoso, llevadero.

13. Apacible - pacífico, agradable, sosegado, tranquilo.

14. No Avaro - ambicioso, mezquino, usurero, tacaño.

15. Que gobierne bien su casa - la casa es como una mini-iglesia donde debe demostrar
capacidad. Además, como la congregación tiene su ojo puesto en la familia, hay que ser
aún más estricto y tener el hogar más en orden que lo normal.

16. No un neófito - novato, principiante.

17. Que tenga buen testimonio de los de afuera - no solo los de adentro, sino "los de
afuera", eso es más difícil. Esto es necesario no solo para el respeto que tengan hacia el
ministro, sino hacia la Iglesia en general. Esto incluye ser fiscalmente responsable
también, no estar fiando o prestando sin devolver.

18. No soberbio - terco, orgulloso, altivo, arrogante.

19. No iracundo - mal genio, enojado. Efesios 4:30-32

20. Amante de lo bueno - no solo hacerlo porque es bueno sino amarlo. "Debemos amar
lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia"

21. Justo – exacto, cabal.

22. Santo - en vida Consagrado a Dios.

23. Dueño de sí mismo - disciplinado, auto-control.

24. Retenedor de la Palabra - apegarse al verdadero y mismo mensaje que se le enseñó.

25. Fiel - alguien en quien se puede depender, constante, perseverante, que llena sus
compromisos.

26. Siendo ejemplo - debe establecer la pauta, el reglón. La lista es larga, sin embargo,
hay otras cosas que se podrían añadir. Lo importante es que hay que reconocer que
para el ministerio Dios busca y quiere lo mejor.

Carencia de uno solo de estos requisitos, o lo que parezca una pequeña falta puede ser
de gran estorbo -Eclesiastés 10:1.

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Cabe repetir que, en el ministerio es de mayor importancia lo que es el ministro, que lo
que puede hacer. Si la vida de un ministro tiene manchas o él no anda rectamente
delante del mundo, no tendrá influencia y su predicación, aunque sea elocuente, no
tendrá valor para conmover las almas

Si su conciencia no es pura, su predicación no será ungida de Dios y sus palabras serán


como metal que resuena y címbalo que retiñe. Un predicador no puede predicar un
mensaje más fuerte que lo que él vive. Su vida ante el rebaño predica más fuerte que
todo lo que diga.

Un hombre no puede guiar al rebaño a cosas más profundas que las que él mismo ha
experimentado, ni alzarlo a alturas más altas que las que él haya subido. Jesús ya dijo:
Mateo 10:24. La Iglesia es el reflejo del pastor.

Capítulo 4
COSAS QUE DEBE MANTENER EN MENTE UN MINISTRO

1. Debe mantener la nobleza de su llamado como cosa primordial. Nunca debe ver al
ministerio como algo indigno o sin valor. No puede ser comparado con otras profesiones
porque es espiritual.

2. Debe mantener la estima de los demás, que siempre le tengan el respeto que merece
un ministro -1 Timoteo 4:12. Hay una estima popular que es el resultado de muchas
generaciones, cuídala. Debe dejar una buena impresión. Su regla debe ser: 1 Corintios
6:12. La gente exige más del ministro que de otros.

3. No debe olvidar que está para servir -Juan 10:11. Nuestro ejemplo es Jesús -Mateo
20:26-28. Que su posición no se le vaya a la cabeza - Romanos 12:3; Proverbios 20:12.

4. Debe usar su tiempo bien. Efesios 5:15,16. El ministro debe sentir que su profesión
demanda su todo.

5. Nunca debe medir su trabajo por lo que gana. La mayor recompensa será en la
gloria. Sin embargo, Jesús dijo: Mateo 19:27-29. Ahora Pablo dice: 1 Timoteo 5:18. En
cuanto a lo económico, normalmente recibe lo que merece (diezmos). Con solo diez que
diezmen tendrá el 100% de lo que ellos ganan, es el mejor sistema.

6. Debe estudiar mucho la Palabra 1 Timoteo 4:13-15. Nunca ha habido gran predicador
sin antes ser un gran estudiante. Debe amar la Palabra de Dios y llegar a conocerla
bien. Debe estudiar la Biblia hasta que ella llegue a ser una parte integral de él. 2
Timoteo 2:15.

7. No debe involucrarse, inmiscuirse (meterse) en los negocios de la vida. 2 Timoteo


2:4. Es una deshonra al ministro y a la Iglesia. No sea avaro. No hay mejor patrón o
amo que el Señor. 1 Timoteo 6:8; Hebreos 13:5,6; Lucas 9:62. Da mucho que pensar
cuando uno ve un ministro que no está satisfecho con lo que recibe como fruto de su
ministerio.

8. El ministro debe ser hombre de oración. Jesús ya dijo: "Sin mi nada podéis hacer"
Nuestra lucha es espiritual y de nada sirven armas carnales -Efesios 6:12; 2 Corintios
10:4,5. Uno se edifica a sí mismo por la oración -Judas 20. Hay muchos ejemplos en la

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Biblia y también contemporáneos de hombres que han estado horas diarias en oración y
han llegado a ser grandemente usados por Dios.

9. Debe tener interés en la humanidad. Una cosa es que sienta carga por su sermón, y
otra, que sienta carga por las almas. Su interés no debe ser tanto que sea un buen
Predicador, sino que alcance a las almas. El predicador que puede conmover a la
humanidad es el que ama a la humanidad. Debe estar en contacto con la gente y no
encerrado.

Capítulo 5
El PASTOR

El Señor Jesús usó como figura del pastorado a los hombres que son pastores de
ovejas. El mismo empieza llamándose "el buen pastor".

¿Qué es un pastor?
Un pastor es un alimentador. La palabra pastor quiere decir "alimentador" o uno que da
de comer. Es responsabilidad del pastor darles el alimento y agua. Las ovejas no toman
aguas turbulentas, sino que necesitan aguas calmadas, tranquilas. Por lo tanto hay que
crear un ambiente calmado para los creyentes.

La gran obra del pastor es enseñar, instruir y ser como un padre a la grey. Su
responsabilidad es asegurar que la iglesia sea sana y espiritual. Con esto ellos van
creciendo y desarrollándose en las cosas de Dios sin enfermarse, sin esto puede hasta
morir espiritualmente. En Efesios 4:11-16 el trabajo del pastor está claramente
definido. Si logra hacer esto la Iglesia crecerá.

El trabajo del pastor es principalmente dentro de la iglesia. "las ovejas son las que se
reproducen, no el pastor". Su primera obligación es apacentar (alimentar) las ovejas,
sino hace esto, él no es un pastor. Tal vez predico buenos mensajes evangelísticos, pero
si no alimenta las ovejas no es pastor. Predicadores hay muchos pero pastores pocos.

Muchos problemas, peleas, divisiones, carnalidad, frialdad, indiferencia, esterilidad,


fanatismos e intereses en falsas doctrinas son causados por una dieta insuficiente. En lo
natural los niños con hambre son de mal genio y pelean mucho. Además, quedan
susceptibles a muchas enfermedades. "Ovejas enfermas lo siguen a cualquiera" ¡Cuidado
con estar dándole leche "artificial" a los niños, se mueren con el estómago lleno, pero de
inanición (hambre)!

Es lógico que para poder alimentar a otros, el mismo tiene que estar y ser alimentado.
Un pastor debe ser un estudiante constante. Nunca ha habido un gran predicador sin
antes haber un gran estudiante. No puede dar a otros lo que no tiene. Necesita estudiar
la Palabra de Dios asiduamente: Juan 5:39. ¡Por lo tanto, lea, lea, lea y lea!

Si el pastor logra traer a la iglesia a una condición espiritual en Cristo apropiada, almas
nacerán naturalmente dentro de la familia, y el Señor añadirá a la Iglesia.

El pastor también es un velador. Hebreos 13:17 Antiguamente la entrada al corral no


tenía puerta, sino que el pastor de las ovejas se ponía de puerta. El pastor es un
vigilante espiritual. Debe saber reconocer cuando hay peligros, cuando hay
enfermedades, cuando quedan dañadas u ofendidas las ovejas, y saber cómo curarlas y

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protegerlas. La única defensa de las ovejas es el pastor. Solo el Pastor tiene derecho a
disciplinar.

El pastor debe amar la grey, y 1 Tesalonicenses 2:11. Como padre no solo amar, sino
también sacrificarse por ella. "El buen pastor su vida da por las ovejas" Juan 12:24. El
gran pastor murió por la grey, y este espíritu de sacrificio debe apoderarse del corazón
de cada pastor. Es el amor a la grey que nos estimula a sacrificarnos por ella. La gente
es más fácilmente alcanzada por los afectos que por el intelecto. Debe haber amor,
simpatía, entendimiento y paciencia.

Debe verse como un padre de la grey. 1 Tesalonicenses 2:11. Como padre no solo ama
y consuela, sino que también tiene que disciplinar 1 Timoteo 5:20; 2 Timoteo 3:16. Que
la medicina no sea más fuerte que la enfermedad.

Es un verdadero reto llegar a ser un buen pastor, pero hay honra para el que lo logre. 1
Timoteo 5:17. Es galardonador pastorear.

Capítulo 6
VISITA PASTORAL

El pastor no es solo un predicador (con un ministerio solo del púlpito), sino que es
precisamente eso, un "pastor" que tiene un cuidado personal e individual de las
ovejas. Para esto se hacen necesarias las visitas pastorales. La Iglesia Primitiva lo
practicaba: Hechos 5:42; 20:20; Santiago 1:27 y Mateo 25:36.

Es en la visita al hogar donde el pastor llega a conocer a la grey y donde ellos sienten
confianza de abrirle el corazón y manifestarle sus inquietudes y necesidades. Allí se
engendra y estimula una confianza mutua entre el pastor y los creyentes.

Ahora, hay dos extremos que hay que evitar en cuanto a esto:

1. No visitar y mantener contacto personal lo suficiente.

2. Visitar demasiado. No hay que tomar el lugar del Espíritu Santo. Cuidado con mimar
o consentir demasiado.

Cabe decir que no hay que creer que es solo en el hogar del creyente donde se puede
tener un contacto personal. Muy a menudo unas palabras adecuadas, apropiadas al
saludar o despedirse en el culto pueden ir muy lejos. También debemos usar los Dones
del Espíritu.

En las visitas hay ciertas cosas o normas que hay que recordar:
1. Que las visitas sean sistemáticas. Es bueno mantener un registro. Puede organizar
un programa de visitación en la Iglesia. A veces al visitar a miembros que no parecen
tener problemas, uno descubre que si los tienen.

2. Sea breve. Unos 20 a 30 minutos es suficiente a no ser que surja algo que requiera
más tiempo. Visitas demasiado prolongadas dan lugar a chismes y conversaciones que no
edifican. No son visitas sociales ni de diversión, sino "visitas de médico".

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3. Debe mostrar interés personal en el individuo, tomando en cuento las características
de cada uno: trabajo, condición social, etc.

4. No debe mostrar parcialidad o favoritismo -1 Timoteo 5:21. Tampoco debe establecer


amistades demasiado personales, "Juntos pero no revueltos"

5. Hay algunos que necesitan mayor atención: nuevos, enfermos, con problemas,
etc. Sin embargo debe cuidar que no lleguen a tener al pastor como muleta.

6. No debe criticar a un creyente delante de otro, ni repetir lo que se le ha dicho en


confianza. El pastor debe procurar armonía entre los hermanos, y apagar calumnias y
escándalos. Divulgar lo que se le ha dicho en confianza es una falta de honor y respeto,
es una falta grave en un ministro.

7. Nunca visite señoras o señoritas solo. Llegue cuando esté el padre de familia, o ir
acompañado de otra persona. Use discreción de cuándo hacer las visitas, cuidado con
solo llegar a la hora de la comida.

Las visitas pastorales son importantes aún para el Pastor. Muy a menudo recoge cosas
que puede usar en enseñanzas o predicaciones, no solo negativas. Al visitar, tal vez
descubre cierta deficiencia en la dieta que él le está dando a la Iglesia, etc.

Capítulo 7
CAMBIOS PASTORALES

Un momento delicado en la vida del ministro y en la vida de una congregación es cuando


hay cambios pastorales. Como regla general se busca que estos cambios no sean
demasiado frecuentes. Cuanto más tiempo está un pastor en un lugar, más lo
conocen, y mejor conoce él a la grey. Si es un buen pastor entonces la congregación
crecerá en tamaño y madurez.

Sin embargo, hay veces que se hace necesario un cambio. Hay muchas razones porque
esto pueda ocurrir, algunas positivas, algunas negativas. Un cambio puede ser
beneficioso porque otro pastor puede dar otra clase de alimento. A veces un cambio le
da al mismo pastor ánimo nuevo e inspiración.

Hay muchos problemas que se pueden evitar cuando hay cambios, si cada pastor
siempre mantiene en mente el bien de la congregación y no está intentando hacerse una
reputación. Hay que usar mucha sabiduría y prudencia, respetando los sentimientos de
los hermanos.

Como regla general la congregación siente cariño por el pastor saliente, y se requiere de
un poco de tiempo para que se sientan igual con el pastor entrante. Si el pastor entrante
ama a la grey de Dios, respetará esto, Jesús ya dijo que: "al extraño no seguirán" Juan
10:5.

Cosas que se deben mantener en mente cuando hay cambios:

1. No debe rebelarse el pastor contra la decisión de sus superiores o de la Iglesia. Esto


nunca trae un beneficio. Tarde o temprano lo lamentará.

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2. El pastor entrante no debe empezar haciendo cambios demasiado pronto. Esto puede
causar que la congregación se rebele. Debe empezar dejando que por un tiempo las
cosas sigan más o menos igual. Luego, cuando ha ganado la confianza de los hermanos
podrá hacer lo que considere necesario.

3. El pastor saliente nunca debe poner a la congregación en contra del pastor


entrante. Ni tampoco debe el pastor entrante hablar mal del saliente - es una falta de
respeto. Todos los ministros se deben cubrir con honra unos a los otros.

4. El pastor saliente debe recordar que al salir sus responsabilidades y conexiones


terminan. Debe cortar toda relación con los miembros de esa congregación. Enséñeles a
mirar al nuevo pastor, "Has a los otros como quisieras que ellos te hagan".

5. El pastor saliente debe entregarle el rebaño completo al nuevo pastor. Ese último
culto dirá mucho de lo que hizo mientras estuvo en ese lugar.

Siempre debemos buscar que todo se haga para la gloria de Dios y no para nuestra
propia gloria. Entreguemos con valentía y honra la antorcha a otro para que la lleve más
lejos y se logre un mejor alcance.

Capítulo 8
CONSEJOS ADICIONALES PARA PASTORES

1. El ministro debe ser medido en todo lo que hace. Él no va al exceso en comer, dormir,
charlar, ni en ninguna otra costumbre o cosa que pueda dar libertad a la carne. 1
Corintios 9:27.

2. Hay que aprovechar bien el tiempo. Efesios 5:16. Al Levantase tarde por la mañana
no encuentra el mismo poder en oración como el que madruga. El caso de David: 2
Samuel 11:2.

3. Conviene tener cuidado en el trato con las del sexo opuesto. No se familiarice con
ellas. Guarde su distancia. A veces se enamoran de un ministro pero como regla
general es de su unción.

4. El ministro debe cuidar su apariencia física y siempre estar lo más presentable posible.
No necesita ropa costosa, pero si debe cuidar de la que tiene y tenerla en la mejor
condición posible. No olvidemos que el mundo ve lo exterior y juzga mucho por la
apariencia física. Por lo tanto debe estar aseado, afeitado, peinado, etc. Hay que
recordar que la ropa de trabajo del ministro es diferente y más costosa (trajes, camisas
blancas, corbatas, etc.).

Capítulo 9
El CULTO PENTECOSTAL

El culto Pentecostal es ese momento cuando se reúne la Iglesia para rendirle homenaje a
Dios, glorificándole, y para recibir enseñanzas para sí mismos. En el Antiguo Testamento
Dios había dado instrucciones para todo un sistema religioso de cómo debían acercarse a

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Dios en adoración y culto. Sin embargo en el Nuevo Testamento casi no hay indicaciones
en este sentido.

Dios más bien quiere que:

1. Notemos la tipología de esto en el Antiguo Testamento,

2. Seamos guiados por Su Espíritu,

3. Que sea una expresión genuina de nuestro corazón.

Algunos pasajes nos dan ciertos indicios de lo que debemos hacer cuando nos reunimos
como Iglesia: 1 Corintios 14:26; Colosenses 3:16; Hebreos 10:25; Efesios
5:19; Colosenses 2:9: Mateo 19:20.

Los cultos Pentecostales son diferentes de los demás porque no son formales, no tienen
una forma u orden prescrito. O sea que son semi-formales. No hay dos cultos
exactamente iguales cuando son dirigidos por, o llenos de la presencia de Dios. Todos
deben poder sentir la presencia de Dios en el culto. Cada ministro debe hacer lo posible
para ese fin. Para esto, debe ser sensible al Espíritu Santo. No debe caer en una rutina o
un rito.

No hay un orden bíblico de cómo tener el culto, pero si hay ciertas cosas que debemos
mantener en mente.

Orden de un culto:
1. Lo más importante de todo culto debe ser la predicación de la Palabra de Dios. Todo lo
que antecede debe preparar los corazones para el mensaje y todo lo que sigue debe ser
para segar o cosechar los resultados del mensaje.

2. Todo culto debe tener un objetivo y se debe intentar lograrlo.

3. Debe haber "fluidez". No es un "tiempo" para cada cosa, sino que haya
continuidad. Que las diferentes partes deben ir intercalando armoniosamente.

4. Todos los cultos de la semana deben ser planeados para proveer por las necesidades
de la Iglesia: enseñanza, evangelismo, oración, orar por los enfermos, y para recibir el
Espíritu Santo, testimonios, himnos especiales, jóvenes, señores, señoras, Escuela
Dominical, etc.

5. Conviene que un culto a la semana sea el "grande" (sábado o domingo) donde se hace
un esfuerzo especial, y se procura que estén todos los miembros de la Iglesia.

6. Si hay poca gente no sea demasiado formal, se ve ridículo. Actúe con naturalidad, ni
demasiados, ni pocos gestos.

7. Mire a la gente y no al techo o al piso.

8. Hable claro. Pronunciando bien cada palabra. "La educación se conoce al hablar".

9. Evite usar demasiado ciertas palabras repetitivas como "yo", aleluya, gloria a Dios.

10. Empiece el culto con puntualidad, y despida mientras hay bendición.

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11. Debe tomar cuidado a quiénes escoge para dirigir o presidir en el culto. Es bueno
una variedad. Deben ser hermanos positivos y entusiastas. Además, hermanos que
tienen un buen testimonio.

El culto Pentecostal básicamente se puede dividir en tres partes: (1) la apertura, (2) la
predicación, y (3) la terminación.

1. LA APERTURA. La apertura es el tiempo que es dedicado a la adoración. Las alabanzas


atraen la presencia de Dios -Salmos 22:3. No debemos equivocarnos pensando que
haciendo que la gente grite mecánicamente que eso es adorar. La adoración es muy
esencial. Debe procurar que participen todos, que no sean meros espectadores. Ahora,
esto se logra más por el ejemplo que ven en el púlpito que por estar exigiéndoles o
diciéndoles. Cuando los creyentes realmente adoran hay bendición.

Tal vez podríamos decir que en cuanto al tiempo, lo ideal es que el culto sea más o
menos mitad apertura y mitad predicación. Es bueno que la apertura sea corta y viva,
preparando el terreno para el mensaje. Es importantísimo que el que preside tenga la
mente del Señor y obedezca lo que el Espíritu quiere hacer y no trate de forzar el culto
según sus ideas o sentimientos puramente humanos.

Hay veces que la congregación no entra en un espíritu de adoración. En situaciones


como esas, de nada sirve querer despertar la congregación con exhortaciones o aún
regaños. Eso desanima más. El ejemplo que se ve en la plataforma vale más que
muchas palabras de exhortación. Por lo tanto, el que preside debe empezar a alabar
hasta sentir bendición.

Es bueno que el que dirige o preside sepa cuándo es tiempo oportuno para entregar el
culto al predicador. No se debe entregar el culto demasiado pronto, antes que haya un
espíritu de verdadera adoración no habrá libertad para la predicación.

Si alarga demasiado la apertura le roba tiempo al predicador y la gente se cansa.

Veamos algunos otros consejos prácticos acerca de la apertura:

a) La apertura puede abarcar las siguientes cosas: himnos congregacionales, coritos,


testimonios, himnos especiales, anuncios, lo ofrenda, etc.

b) Evite que esta parte del culto llegue a ritualizarse, o entrar en una rutina. Cánticos,
oraciones, testimonios, coritos, etc., no deben ser hechos mecánicamente.

c) Hay que saber la diferencia entre himnos y coritos. Himnos son los cánticos con
estrofas, mientras que coros o coritos no tienen estrofas.

d) Los Himnos son buenos, aunque los coritos son más versátiles. Siendo más cortos y
habiendo tanta variedad, se pueden adaptar más fácilmente al espíritu del culto.

e) Los anuncios que hayan deben ser dados antes de la predicación para que no sirva de
distracción después de la predicación. Es mejor que el culto termine con la predicación
en las mentes de los asistentes.

f) La ofrenda también se debe recoger antes de la predicación. Conviene organizar la


recogida de la ofrenda, especialmente en congregaciones grandes. La ofrenda tiene su
lugar en el culto y en nuestro servicio a Dios, pero no se debe sobre-enfatizar.

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g) El que dirige la apertura no debe estar predicando entre himno e himno, o coro y coro.

h) Debe anunciar repetidamente y con voz clara el número del himno que se va a cantar
o la cita bíblica que se va a leer, etc.

i) En cuanto a himnos o alabanzas especiales debe evitar tener demasiados. Que no se


convierta en un espectáculo, entreteniendo. Uno o dos cánticos especiales. Deben estar
listos y no estar afinando instrumentos o buscando el himno delante de la congregación.

j) Los testimonios deben ser cortos - no son predicaciones. Muchas palabras y relatos
largos matan el espíritu del culto. Se trata más bien de contar cosas que Dios ha hecho
en el día o en la semana.

k) Hay que exigir respeto, silencio y orden en los cultos. A veces una pausa de 5
segundos apagará el murmullo o hablar en la congregación.

l) Es mejor en la apertura, intercalar coritos, testimonios, especiales, etc. para así


mantener la atención de la congregación y no entrar en una rutina.

Busquemos ante todo que Dios sea glorificado en el culto y que las almas salgan siempre
con la impresión que tuvieron un gran encuentro con Dios.

2. LA PREDICACION. Aunque el tema de la predicación o el sermón es bastante amplio,


vamos a señalar unas pocas cosas aquí.

a) El sermón debe ser presentado en una manera sencilla. No debe tratar de ser
elocuente, teológico, ni literario. No habrá oportunidad para el Espíritu Santo si todas las
jotas y tildes están previstas de antemano - dependa del Señor. Lo que es crecido en el
cerebro no puede consolar al corazón.

b) El objeto de la predicación no es predicar un buen sermón, sino alcanzar las almas.

c) Para que un sermón sea inmortal no hay que hacerlo eterno.

d) Al predicar mantenga lo siguiente en mente: 1) sea ilustrativo, 2) sea breve, 3) sea


personal, y 4) sea sencillo.

e) Hay que saber cuándo tirar la red, hacer la redada.

f) Debemos incluir en nuestro ministerio: doctrina, precepto, historia, tipo, salmo,


proverbio, experiencia, amonestación, promesa, invitación, reprensión, evangelismo,
advertencia, etc.

g) Al preparar un mensaje, piense primero en un buen comienzo. Luego en un buen


final, y por último manténgalos lo más cerca el uno del otro.

3. LA TERMINACION. Esto es la invitación. Es aquí donde se notará el éxito o el fracaso


del mensaje y del culto. Es en la terminación donde se ven o se recogen los resultados
del culto.

a) El que termina el culto debe sentir la carga del mensaje y terminar en una manera
apropiado. Es mejor que lo termine el mismo que predicó.

b) No debemos tener muchas palabras después del sermón, sino hacer la invitación y
dejar que la gente ore.

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c) Hay que guardar la mayor reverencia y tener un ambiente de ternura y amor durante
la invitación. Notará que el enemigo intentará estorbar en la invitación más que en
cualquier otra parte del culto.

d) No deben haber anuncios, recogida de ofrenda, testimonios, etc. después de la


predicación e invitación. Se deben regresar a sus hogares con la predicación como
último en sus corazones, con el mensaje dando vuelta en sus mentes.

Capítulo 10
AYUDANDO ALREDEDOR DEL ALTAR

A) PASÁNDOLOS AL FRENTE. Siempre conviene invitar a las personas que pasen al frente
cuando tienen alguna necesidad y quieren oración. Esta es una práctica bíblica. Jesús
invitó al hombre de la mano seca que "se pusiera en medio" -Marcos 3:3. Y si ese
hombre no lo hubiera hecho, no habría recibido la bendición que Dios tenía para él.

Hoy en día es igual. Hay algo que afecta a la persona psicológicamente cuando deja su
lugar y pasa adelante. Además, es un acto de obediencia y sumisión a Dios y la
predicación de Su Palabra.

Hay tres razones por las que uno invita a las personas para que pasen adelante, o al
frente: (1) Por necesidades como puede ser sanidad, milagros, necesidades personales,
etc.; (2) Cuando necesitan arrepentirse; (3) Cuando necesitan recibir el Espíritu
Santo. En los tres casos, es bueno que al orar por ellos, que esto sea acompañado de la
imposición de manos.

Al orar por alguien que se está arrepintiendo conviene motivar a la persona a que se
exprese a Dios en sus propias palabras. Que le exprese a Dios libremente su sentimiento
y su deseo. La Biblia dice que "con la boca se hace confesión para salvación." Uno
puede orar por ellos, incluyendo en su oración lo que ellos deberían decir. Es bueno
animarlos a que levanten las manos al Señor.

Esto es bíblico, 1 Timoteo 29, aparte de que es señal de rendimiento y de querer recibir
algo "de arriba." Es importante procurar que las personas verdaderamente se
arrepientan, que no solo "hagan el mate." Si es necesario, es importante que ellos
expresen su sentimiento a Dios en palabras y también en lloro y congoja.

B) COMO ORAR Y AYUDARLE A LAS PERSONAS PARA QUE RECIBAN EL ESPIRITU SANTO
Hechos 1:46 "Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y
habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en
lenguas, y profetizaban". Vemos como a esta gente se le testificó, se le habló, se le
instruyó y luego siguieron un proceso donde fueron bautizados y recibieron el Espíritu
Santo.

Los Pentecostales enfatizamos tanto la fe y lo espiritual, que a veces llegamos al extremo


de creer que la gente debe aprender sola y saber las cosas solas. Esto no es
cierto. Debemos ayudarles, debemos enseñarles, debemos instruirles.

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La Biblia dice que "la fe viene por el oír y el oír de la Palabra de Dios". Frecuentemente
se espera que la gente sepa qué o cómo hacer para que reciban el Espíritu Santo. Pero
la Biblia dice: "¿Cómo sabrán si no hay quien les predique?" ¡O lo comunique! Romanos
10:14.

Para mayores resultados en que más personas reciban el bautismo del Espíritu Santo, y
que lo reciban con mayor facilidad, estimulando así su fe, damos las siguientes
sugerencias:

1) No necesariamente tenemos que "crear" un ambiente "encendido" o psicológicamente


elevado. Cuando hay verdadera fe sus resultados se verán, sea en un ambiente agitado o
calmado. No olvidemos que cuando recibieron el Espíritu Santo los discípulos en el Día
de Pentecostés, dice que "estaban sentados." Obviamente estaban algo
calmados. Aunque, al recibir el Espíritu Santo esto cambió, porque parecía como que
estaban ebrios.

2) Es bueno invitar a los que necesitan recibir el Espíritu Santo a que pasen adelante y
que formen una fila mirando hacia el predicador. En cuánto a la postura física, es mejor
que estén de pie, especialmente si hay varios. Esto facilita poder orar con
ellos. Además, es bueno que la persona esté mirando hacia arriba, con las manos en
alto, la Biblia dice que: "toda dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las
luces".

3) Si hay otros Ministros presentes, conviene pedirles que se pongan, algunos detrás y
otros adelante del grupo para que estén listos a imponer manos y orar por los
"buscadores". En ese mismo momento conviene mencionarle a los "buscadores" que los
Ministros les van a imponer las manos para que luego no se asusten.

4) Sin ninguna música de fondo, sin que haya un ambiente artificialmente intensificado,
se debe proceder a instruir sobre qué es el Espíritu Santo, por qué lo necesitan, y cómo
lo van a recibir (que van a hablar en lenguas). Porque mucha gente ni sabe lo que
quieren o lo que deben recibir, luego se asustan cuando sienten la presencia de Dios y el
impulso de hablar en lenguas. Por ignorancia, no van a ceder al Espíritu Santo y lo
pueden perder. Recuerde que, ¡Dios no obliga Su Espíritu sobre nadie!

5) ¿Qué cosas se pueden decir?


a). Enfatizar la importancia de recibir el Espíritu Santo, ya que sin ello "no puede entrar
en el Reino de Dios". De ésta manera se dan cuenta que ¡lo tienen que recibir!

b). Señalar que el Espíritu Santo es para ellos y para todos.

c). Que se trata de Dios entrando a morar en la vida del individuo.

d). Que la promesa de la Palabra de Dios es que con solo pedir, solo tiene que esperar
recibirlo. Que ejerza fe, que le crea a Dios, que confíe en El.

6) Sugiero que se haga una oración, orando el predicador primero, y él solo, para que las
personas se concentren en recibir. Esa oración no solo debe ser dirigida a Dios, sino
seleccionar lo que dice para que también estimule la fe del oyente y el "buscador".

7) Cuando empiecen a orar, observe el grupo para ver quiénes están manifestando o
demostrando más fe. Al ver que alguno está cerca o próximo a recibir. Ore con esa
persona porque al recibirlo, estimulará la fe de otros y romperá ciertas barreras en el
mundo espiritual. Al recibirlo, búsquese otro que está próximo y ore con él, y así
sucesivamente.

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8) No debe empezar a orar simplemente con el primero que se encuentra o tiene más
cerca, tal vez hay otro que con poco estímulo, recibirá el Espíritu Santo. Ni tampoco se
debe dedicar a orar solo con una persona, No. Puede ser que esa persona es muy dura o
le falta fe, mientras que otro (tal vez al lado) con poca motivación recibirá el Espíritu
Santo y que por no orar con ellos se van sin recibirlo.

9) Recuerde que la imposición de manos no es para "impartir" el Espíritu Santo, porque


solo Dios lo puede dar. La imposición de manos sirve para estimular la fe del que busca.
Hechos 19:6.

10) Ahora, cómo impone las manos también es de importancia. No debe hacerlo con
tanta fuerza que casi están "enterrando" a la persona o sembrándola" en el
piso. Incluso, puede hacerle daño físico con eso u ofender al individuo y que deje de
buscar o concentrarse. Recuerde que ¡el poder es del Espíritu Santo y no el de su brazo o
músculos! Ni tampoco, debe ponerle las manos encima en alguna forma tan rara que da
en qué pensar. Solo en la cabeza o en los hombros. Hágalo con firmeza y naturalidad.
¡Hágalo con autoridad, poder y fe! ¡Esté convencido que esa persona lo va a recibir en
ese preciso momento!

11) No tengo temor. Actúe con fe y autoridad. ¡Crea! Convénzase de ver resultados.

12) Ore con la persona. Hay una diferencia entre orar "por" y orar "con". Al orar con la
persona le puede repetir en el oído promesas de la Palabra de Dios relacionadas a la
recibida del Espíritu Santo. ¡No hay cosa más poderosa que la misma Palabra! Ore lo
que esa persona debe orar.

13) ¡No le diga qué debe hablar o decir! O sea, ellos deben hablar en lenguas "según el
Espíritu" les dé que hablen y no según usted o yo le demos que hablen. ¡No falsifique la
obra del Espíritu Santo!

14) Cuando ve que está cerca, que ya está por hablar en lenguas, anímelo, motívelo a
que hable lo que siente en su corazón, lo que tiene en la punto de la lengua". Y cuando
empieza a hablar en lenguas, anímelo a que siga, a que se "embeba en Dios", que
ejercite lo que Dios le ha dado. Es bueno (aunque no bíblicamente necesario) que la
persona hable en lenguas algún "tiempito". La Biblia no dice cuánto pero le ayudará al
individuo cuando el Enemigo luego le quiera poner duda en su mente.

15) Trabaje con el grupo. No se concentre tanto con uno que se olvida de los demás.
Todos tienen la misma necesidad. Ayude al que está próximo a recibir y tiene más fe.

16) Luego, asegúrese que esa persona reconoce que ha recibido el Espíritu Santo. Sea,
en forma en masa (levantando la mano) o preguntándole personal y directamente. Es
una manera de dar testimonio de lo que Dios ha hecho. El diablo intenta arrebatarles la
victoria a los personas.

17) Si hablaron en lenguas, ¡recibieron el Espíritu Santo! Eso es lo que nos enseñó la
Biblia -Hechos 10:45,46. Sea firme en cuanto a esto. Ayude a esos "bebés" espirituales
para que se paren firmemente sobre la promesa de la Palabra de Dios y sobre lo que
Dios ha hecho. Sea un baluarte para esa gente.

Capítulo 11
LA IMPOSICIÓN DE MANOS

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¿Será bíblica la imposición de manos? Hay quienes están en contra de la imposición de
manos, consideran que solo en ciertas situaciones muy especiales y por porte de alguna
persona muy especial, es que se debe imponer las manos sobre alguien. Sin embargo,
antes de llegar a conclusiones sobre algo es necesario examinar la Palabra de Dios.

En el Antiguo Testamento no era común la imposición de manos, fue el Señor Jesucristo


el que la popularizó y convirtió la imposición de manos en algo normal para los
creyentes, la imposición de manos es una práctica común en el Nuevo Testamento.

Para cerciorarnos mejor de esto, tenemos que preguntarnos si Jesús y sus discípulos
practicaban la imposición de manos. Veamos lo que nos enseña la Biblia:

1) Jesús imponía las manos. Es de notar que Jesucristo a través de su Ministerio,


frecuentemente imponía las manos. Notemos algunos casos:

Observe la petición que le hizo Jairo a Jesús: "Mi hijo acaba de morir; mas ven y pon tus
manos sobre ella, y vivirá" Mateo 9:18. Es evidente que Jairo sabía que Jesús
comúnmente imponía las manos y por esto le pidió que viniera y lo hiciera con su hija
enferma para que sanara.

Lo mismo ocurrió en el caso de un sordomudo que sanó el Señor Jesús. "le trajeron un
sordo y tartamudo y le rogaron que le pusiera la mano encima" Marcos 7:32.

Jesús también sanó así a un ciego: "Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera
de la aldea, y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía
algo... luego le puso otro vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase, y fue
restablecido" Marcos 8:23.

Jesucristo imponía las manos sobre muchos en la misma ocasión. "Al ponerse el sol,
todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo
las manos sobre cada uno de ellos, los sonaba" Lucas 4:40.

Jesús sanó a una mujer que llevaba muchos años encorvada: "y puso las manos sobre
ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios" Lucas 13:13.

Jesús también sanó al leproso tocándolo con su mano (Mateo 8:3). La suegra de Pedro
fue sanada cuando Jesús la tocó con su mano (Mateo 8:15).

Notemos lo que dice cuando Jesús visitó la ciudad de Nazaret "Y no pudo hacer allí
ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos"
Marcos 6:5. Obviamente el Señor Jesús sintió necesario imponer las manos para
estimular la fe de los necesitados, puesto que estaba muy bajo.

Jesús no solo imponía las manos en casos de sanidad, sino que también bendecía a los
niños así: "y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía"
Marcos 10:16. Mateo 19:13 nos dice que las personas le pidieron a Jesús que les
impusiera las manos a sus niños. ¿Por qué? Ellos notaron que Jesús lo hacía
frecuentemente y que había bendición cuando El imponía las manos sobre alguien. Este
ejemplo es muy importante porque nos señala que Jesús imponía las manos, no solo
para sanidad, sino también para impartir alguna bendición.

Jesús sanaba tanto imponiendo las manos que la gente decía que "estos milagros que
por sus manos son hechos" Marcos 6:2. O sea, que llegaron a decir que eran sus manos

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las que hacían los milagros, aunque sabemos que era el poder de Dios el que hacía los
milagros.

Ahora, notamos que Jesús no solamente practicaba mucho la imposición de manos, sino
que antes de ascender le ordenó a la Iglesia que lo practicara: "tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño... sobre los enfermos pondrán
las manos y sanarán" Marcos 16,18. ¡Ese es un mandato de Jesucristo a su Iglesia! Ese
mandato no es solo para Ministros sino para "todo aquel que cree"

2) La Iglesia Primitiva también practicaba la Imposición de manos. Nos sorprendería si


no halláramos a los discípulos practicando lo que vieron hacer a Jesús. Sin embargo,
ellos no solo imponían las manos para orar por los enfermos, sino que también lo
hicieron: (1) para los que necesitaban recibir el Espíritu Santo; y (2) para comisionar
personas al Ministerio.

a) Sanidades imponiendo las manos. Pedro tomó al paralítico de la mano cuando lo sanó
(Hechos 3:7). Así como se dijo de Jesús, también de los Apóstoles dijeron que: "Por la
mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo" Hechos 5:12;
(también en Hechos 14:3 y 19:11) Saulo fue sanado por la imposición de manos de
Ananías: "Fue entonces Ananías y entró en la casa y poniendo sobre él las manos, dijo.
Hermano Saulo" Hechos 9:17. Pedro resucitó a Dorcas tomándola de la mano (Hechos
9:41). También en Hechos 28:8 dice "Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama,
enfermo de fiebre y de disentería, y entró Pablo a verle y después de haber orado, le
impuso las manos, y le sanó".

Tal vez cabe señalar que cuando se trata de reprender o echar fuera un demonio o
espíritu inmundo, no tenemos ningún ejemplo bíblico de que Jesús o los Apóstoles lo
hicieran imponiendo las manos. Ellos solo usaban la palabra de autoridad cuando
echaban fuera un demonio. Incluso, puede ser peligroso imponerle las manos a un
endemoniado, le está dando permiso que lo golpee o le haga violencia. El poder para
echarlo fuera está en el Nombre de Jesús y no en la fuerza física humana.

b) Oración para que recibieran el Espíritu Santo imponiendo las manos: De Pedro y Juan
en Samaria dice: "Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo" Hechos
8:17. Esto asombró tanto a Simón, el mago, que él también quiso esa capacidad
(Hechos 8:19). Los discípulos en Éfeso también recibieron el Espíritu Santo con la
imposición de manos de Pablo "Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos
el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban" Hechos 19:6. Es evidente que
esa era una práctica común.

c) Comisionaban para el ministerio por la imposición de manos: Los diáconos eran


comisionados con la imposición de manos "A los cuales presentaban ante los apóstoles,
quienes, orando, les impusieron las manos" Hechos 6:6. Saulo y Bernabé también
fueron comisionados al Ministerio por la imposición de las manos. (Hechos 13:3). A
Timoteo se le impartió un Don (Ministerial) por la imposición de las manos (1 Timoteo
4:14). Esta era una doctrina conocida en la Iglesia Primitiva (Hebreos 6:1,2).

Pero viendo todos estos pasajes, ¿a qué se refería Pablo en 1 Timoteo 5:22? "No
impongas con ligereza los manos a ninguno". No puede ser que Pablo estaba
refiriéndose al tipo de imposición de manos del que hemos visto tantos ejemplos, puesto
que él mismo lo practicaba. Tampoco creemos que Pablo hubiera dado una instrucción
que estaría en directa oposición a lo que Jesús había mandado en Marcos 17:18.

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Creer que Pablo estaba diciendo que no impusieron las manos, basándose solo en un
pasaje después de ver todo la evidencia bíblica al contrario, es imprudente e
improcedente.

Al leer el contexto, notamos que Pablo está refiriéndose o que no debe comisionar
rápidamente para el Ministerio a cualquier persona. Note que del versículo 17 en
adelante está hablando acerca de los ancianos (no tanto en vejez, sino en capacidad y
responsabilidad en la Obra del Señor). En versículo 17 menciona que hay que honrar a
los ancianos (ministros); versículo 18 habla de que no se debe detener el sostén de los
ancianos (ministros); versículo 19 que no hay que permitir acusaciones así no más contra
los ancianos (ministros); versículo 20 que si un anciano (ministro) falla, entonces hay
que reprenderlo públicamente; versículo 21 Pablo juramenta a Timoteo a que haga todas
las cosas que le está instruyendo; versículo 22 que no comisione ancianos o Ministros
demasiado rápidamente. La misma expresión "con ligereza" debe señalar que no está
hablando de la imposición de manos normal sobre enfermos y necesitados. No cabe en
ese contexto.

En el capítulo anterior (4:14) es dónde Pablo le recuerda a Timoteo que había recibido un
Don Ministerial con la imposición de manos del presbiterio (los ancianos).

Lo que aquí le está instruyendo Pablo a Timoteo es qué no debemos comisionar personas
livianamente o demasiado rápidamente al Ministerio. Es algo que requiere seriedad y un
análisis adecuado de la persona. Pero sí debemos cumplir con lo que mandó. Jesús
impone las manos para comunicar e impartir bendición, para estimular la fe del que
necesita algo de Dios y así poderlo recibir. ¡La imposición de manos es bíblica!

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