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Mientras me esperas.

¡Ya son 16 años y dejaste un gran vacío!

Cierto es, las horas y días se hacen largas,

ya no estás y en esta soledad vivo el hastío,

al creer que te veré y son mentiras amargas.

Te recuerdo, siempre inquieto como un río.

y aún siento un gran dolor que me embarga.

Evoco aquellos días de encuentro y sonrío…

¡Descansa en paz y no juegues tanto, hijo mío,

Que al tener el encuentro te quiero con brío!

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