Estos elementos, unidos expresan la lógica intima del movimiento y se incorporan dentro
del pentecostalismo de tal manera que se refuerzan unos a otros. La lógica característica
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de este vínculo puede verse al analizar los tres primeros nombres dados al movimiento:
Movimiento Pentecostal, La Fe Apostólica y Movimiento de la Lluvia Tardía.
Los pentecostales leen los relatos de Pentecostés en Hechos e insisten en que el modelo
general de recepción del Espíritu Santo por parte de la iglesia primitiva, especialmente
como en algún sentido está distanciada en el tiempo de la experiencia de Jesús que tenía
la iglesia, debe repetirse en la vida de cada creyente individual, al hacer esta afirmación,
el pentecostalismo se coloca en una larga tradición de una hermenéutica subjetivista.