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Formar una familia, ver a los tuyos crecer felices y apoyarles en sus decisiones es uno de los

cometidos más reconfortantes y especiales a los que se puede enfrentar cualquier persona.

No se trata de hacer todo por ellos, sino de darles las herramientas que necesitan para tener una
vida más plena. Está claro que hay muchísimos tipos de familias y cada una, en función del estilo
de vida de sus miembros, tiene unas necesidades.

Partimos de una premisa, la familia es considerada como la unidad básica de la sociedad. Desde
este punto de partida, se delimitan las funciones de la familia que suponen una especificación de
lo que entendemos por el cuidado y que primordialmente son: crianza y socialización de los hijos,
y asistencia a todos los miembros de la familia con necesidades especiales como en el caso de
enfermedad, discapacidad y edad avanzada.

En el caso de las madres se reafirma su rol decisivo en las familias como fuente de cohesión social
e integración y se añade que en la actualidad también juegan la función de ser sustento para la
familia, se recuerda la necesidad de equidad con los padres en la corresponsabilidad para trabajar
en los hogares.

Todos los seres humanos nacen en el seno de una familia. Llegan a los brazos de una persona que,
para la mayoría, es la madre. La especie humana al nacer es la más indefensa de todas, por lo que
se hace inevitable, que desde los primeros instantes de la vida ya existan seres, que
emocionalmente se van a volver muy significativos e importantes, surgiendo así los vínculos
familiares.

La familia entonces, tienen un valor de refugio afectivo y de aprendizaje social; es la primera y más
importante de las escuelas, en ella se nace, en ella se disfruta y en ella se descubre lo hermoso de
sentir, que gracias a ella alguien siempre te espera, que tu llegada representa alegría, que amas y
eres amado. Si algo hace feliz o infeliz a los seres humanos son sus relaciones familiares. Cuando
todo va bien con la familia, las personas se alegran, cuando hay problemas de salud o pérdidas en
la familia, se producen grandes depresiones o decepciones. La familia constituye la institución
base de la sociedad, el medio natural para el desarrollo de sus miembros y un fenómeno universal,
por ello es conveniente, en este sentido, propiciar que se manifiesten relaciones familiares
armoniosas, lo que contribuirá al establecimiento de la salud general y bucal entre sus miembros.

Para que la interacción entre los miembros de una familia sea la mejor posible es necesario que el
sistema familiar sea capaz, de unido como grupo, enfrentar las crisis, expresar los afectos, como
permitir el crecimiento individual de sus miembros y producir el intercambio o interacción
constante entre ellos, respetándose la autonomía y el espacio del otro. La comunicación deberá
ser clara y directa, las funciones de sus miembros estarán bien establecidas, así como sus
responsabilidades y predominará la flexibilidad del sistema.

Cuidado o económica: la familia debe ser capaz de satisfacer las necesidades básicas y de salud de
todos sus miembros, entiéndase estas necesidades como techo, alimento, vestido, atención
médica, creando hábitos adecuados de higiene, que repercutirán a favor de su salud.
Afecto: la familia deberá cubrir las necesidades afectivas de sus miembros porque la respuesta
afectiva de un individuo a otro provee la recompensa básica de la vida familiar, está llamada a
aportar el afecto que necesita cada uno de sus miembros, generando confianza, seguridad, apoyo
y afecto que necesita todo ser humano para su sano crecimiento y desenvolvimiento en sociedad.

Reproducción: la debe garantizar la perpetuidad de la especie, dotando a la sociedad de los


nuevos miembros que esta necesita para su desarrollo.

Una familia es como un campamento base en la montaña»

Para el experto de Familias Inteligentes, «una familia es como un campamento base en la


montaña. Si aporta seguridad, si transmite apoyo, respeto y confianza, favorece la conducta de
exploración de lo que hay alrededor, alimentando la motivación para el encuentro con la realidad.
Los niños y niñas necesitan de un buen campamento base para crecer, para madurar, para
desarrollarse rodeado de felicidad y responsabilidad, para salir a descubrir el mundo, ese mundo
que va a ser muy diferente, que está siendo diferente, al que los padres y madres conocemos».

Cuáles son los retos de la familia?: «Preparar a los hijos e hijas para subir a la montaña
gestionando de forma inteligente los riesgos; buscar apoyos y huir de la autosuficiencia, dando la
bienvenida a la corresponsabilidad educativa; respetar el ritmo de crecimiento (de subida a la
montaña) de cada hijo e hija; entrenar un repertorio de habilidades que les ayuden a adaptarse y
afrontar los cambios e incertidumbres que inevitablemente van a aparecer en su travesía;
mantener el campamento base en buen estado, para ofertar seguridad y estabilidad a nuestros
hijos e hijas…

La parentalidad positiva en la familia debe cumplir dos grandes funciones: por un lado el apoyo
(cuidado, afecto, protección, amor, disponibilidad) y por otro el control (autoridad empática,
establecimiento de límites, fomento de la autonomía)».

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