Mandé reunir sus cabezas á maner a de coronas y forma r
guirnaldas con sus cadáveres. » En 745 escribe Tuklatabalasa r : « En - cerré al rey en su morad a y reuní delante de las puertas montone s de cadáveres. He destruido, devastado ó quemado todas sus ciudades. He dejado el país desierto, convirtiéndolo en colinas y montones de escombros. » En el siglo Vil, Sennaquerib dice : « Pasé como un huracán devastador. Los harneses y las arma s nadaban sobre la tierr a en la sangre de los enemigos como en un río. Amontoné á modo de trofeos los cadáveres de sus soldados y les corté las extremidades. A los que cogí vivos los mutilé y en castigo los privé de las manos. » — En un bajo relieve que representa la rendición de Susa al rey Asurbanipal están los asirios torturando á los jefe s de los vencidos : algunos de éstos tienen las orejas cortadas, á otros les han sacado los ojos ó les han arrancado la barba . Uno h a sido desollado vivo. Es evidente que esos reyes gustaban de los incendios, los suplicios y las matanzas.