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Leer en tiempos del COVID

Adriana Cervantes Soto

¡Buenas tardes compañeros de la Maestría en tecnología para la educación!, me complace estar


en este espacio para compartir con ustedes mis inquietudes sobre la actual situación que
enfrentamos en el mundo entero y particularmente en nuestro país por la pandemia del COVID 19.
Todos la estamos padeciendo, no en el mismo grado; algunos ya han enfermado, otras personas
conocen o tienen alguien querido convalecientes o en el hospital. La vida nos cambió de un
momento a otro, pero saben una cosa, estamos vivos y necesitamos ir adaptándonos.

En este momento las casas son nuestro refugio, las cuatro paredes no son sinónimo de encierro
cuando podemos ser libre a través de la lectura, la lectura puede ayudarnos a cambiar ese
pesimismo que sentimos, podemos viajar con la imaginación y aprender un sinfín más. Para
Montesquieu, “el estudio ha sido para mí el principal remedio contra las preocupaciones de la
vida; no habiendo tenido nunca un disgusto que no me haya pasado después de una hora de
lectura”, ¡hagámosle caso, estudiemos… hay que leer! Tenemos el tiempo, hay que estar
dispuestos a ser mejores estudiantes, hay que aprender a pensar y aprender a aprender para
poder cuando, este confinamiento terminé ayudar a resolver los problemas que identifiquemos.
Tomemos al pie de la letra las palabras del grande del siglo de oro español Miguel de Cervantes
cuando decía que: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, pero de qué sirve
el saber mucho, ser curiosos, estar informados para tomar mejores decisiones; ser más creativos
para tener más y mejores ideas para resolver problemas.

Leer nos ayuda ejercitar el cerebro, a memorizar mejor, recordar. También el meterse en una
historia o personaje nos libera, nos ayuda a identificar nuestras emociones; el hojear un libro nos
mantiene ocupado, entretenidos y en estos momentos de angustia colectiva, que mejor que estar
un poco distraídos para desconectarnos de la realidad caótica.

No les pido que se aíslen más al contrario, compartan lo que leen: libros, los artículos, las noticias;
hagan comentarios en casa con sus familiares, a través de sus redes sociales con sus amigos,
contactos o conocidos, hagamos comunidad. Impulsemos a otros a leer seamos como del
escritor Felipe Garrido gran promotor de la lectura, que dice que un buen lector se hace, no nace.

Ser lector significa haber convertido la lectura en una actividad de todos los días, “una manera de
aprender, pensar y crecer, de profundizar en la comprensión del mundo y de la vida”. Coincido con
el maestro Garrido cuando dice que “vale la pena que cada uno de nosotros se ponga a prueba
leyendo poesía: Leer un poema al día no hace daño, es una dosis tolerable”, asegura el autor de
obras como Para leerte mejor: mecanismos de lectura y de la formación de lectores, Cómo leer
(mejor) en voz alta: guía para contagiar la afición a leer, La patria en verso, El Quijote para jóvenes,
o El buen lector se hace, no nace.

Reitero que también se aprende cuando leemos un texto escolar un poema, un cuento, porque al
leerlo lo interiorizamos y lo asimilamos nuestro cerebro acoda ideas y nos ayuda a organizar
nuestra realidad de nueva cuenta retomo a Felipe Garrido quien asevera que lo más importante
de la lectura es que tratemos de construir la comprensión del texto… La educación comienza en la
esfera de las operaciones básicas de comunicación y de expresión.

¡Compañeros, vamos a leer!

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