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Antecedentes
La calidad de vida y el nivel cultural contribuyen a precisar la edad, por el lugar que se
ocupa en la sociedad.
En los siglos XVI y XVII la concepción del tiempo y la vida eran apreciativas más que
exactas: no habían cedulas de identidad; y los relojes estuvieron ausentes en Chile
durante todo el S.XVI.
El concepto de edad se aplicaba al hombre y a la tierra, de ahí Viejo y Nuevo Mundo.
Los conquistadores vivían en una concepción cristiana del tiempo, como una experiencia
interna del alma, en cualquier momento, el hombre debía estar preparado para morir y
encontrase con el Creador.
Hitos cronológicos
La datación de los hechos en los
documentos es escasa e imprecisa,
De ahí expresiones como “más
referida comúnmente a sucesos de
ha de 50 años”, “de veinte años
gran importancia civil o militar, o
a esta parte”, “la mayor parte
catástrofes, que son tomados como
del tiempo”, “nació 10 años
hitos cronológicos.
desde”.
La preocupación por “el paso del
tiempo” solo afloraba en tramites
mercantiles o en la preocupación
política.
Edades de vida
-Edad verde: es cuando el hombre va creciendo. Los calificativos más usados
comenzaban con “muchacho”, utilizados para niños de año y medio hasta
adolescentes de 12 a 14. Luego viene el término “mancebo” que equivale a soltero
menor de veinte años, todavía bajo tutela paterna. Otra expresión era “mozo”, y
esta se fue cargando de valoración militar, sin olvidar la connotación de inmadurez,
el “hacer mocedades o tonteras”.
Las Mujeres
Las calificaciones de edad estaban matizadas por el proceso biológico, especialmente
la fecundidad y la sobrevaloración de la maternidad y fidelidad conyugal.
Estudio
El estudio realizado confirma la idea de la correspondencia demográfica entre lo que
estaba ocurriendo en América con la sociedad europea contemporánea.
El estudio viene a señalar que más que la participación de la gente moza, fue decisiva
en la Conquista y Colonia, la presencia de un gran número de varones maduros, e
incluso de ancianos. Hombres que junto con fundar familias, ciudades y futuros
países, eran los que más tenían vivida la sociedad y la cultura de donde procedían,
modelo al cual dedican sus esfuerzos, extraordinariamente empeñados en el trabajo
de afirmar su dominio y el de su cultura española, sobre los indígenas y la naturaleza
del Nuevo Mundo.
La explicación de esta relación entre dignidades y edad madura, en una época donde
la expectativa de vida llegaban a 23 o 24 y la edad media de la población europea no
iba más allá de los 27, se encuentra en la valoración del hombre maduro dentro de la
sociedad tradicional. Dicha situación se afianzo en América por el proceso mismo de la
Conquista: sus enormes peligros y novedosas situaciones obligaban un gran
aprendizaje al conquistador. Surge un mecanismo de ascenso donde la vara justiciera
para conferir cargos y repartimientos debían ser la calidad y duración de los servicios.
Los ascensos bruscos eran escasos. En otros casos cuando se combina experiencia y
relaciones familiares, la carrera de honores se hace más rápida, aunque se mantienen
las mismas pautas.
Hombres de edad en posiciones de poder
-En la vejez existía una doble situaciones, por un lado era más indisimulable que
ahora, pero también por su significado de transmisión de valores, tenía a veces un
trato de preeminencia.
-Sociedad jerárquica y señorial, a ratos moderna, sabe apreciar al hombre viejo que
ha realizado hazañas o posee validaciones ante la autoridad, dándosele un trato
respetuoso.
-Los hombres de edad en cargos de responsabilidad son numerosos, dado su escaso
número relativo. Cuatro de los trece gobernadores que tuvo Chile en el siglo XVI fueron
mayores de 60 años, edad apreciada también para nombrar a los virreyes.
-Sin embargo, el uso común era descalificar a la persona por su larga edad o
escudarse tras ella para evadir responsabilidades.
Los viejos, que no tenían fortuna, familia o parientes poderosos, vivían una dura y
triste ancianidad, nadie los protegía y estaban a merced de injusticias que casi
siempre no podían corregir. También los viejos eran considerador un lastre en la
guerra.
Conclusiones
Se puede concluir que la sociedad de los siglos XVI y XVII, estaba caracterizada
por una percepción del tiempo distinta a la nuestra, sus elementos esenciales
eran la falta de precisión, la comparación con hechos remotos, la enorme
gravitación del pretérito y la visión cristiana.
Una sociedad patriarcal donde la mujer estaba segregada y subordinada, en que
la vida era frágil y breve, con edades muy diferenciadas: entre los 20 y los 40 se
extendía la juventud, la mejor etapa. La edad anterior era la infancia y
adolescencia, que no tenían fin en sí mismas y se las veía como años de
limitación. La vejez era la antesala de la muerte, donde muy pocos llegaban.