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‘Dos nie er RAG Rexras nd ederhas, De acedata dpues sla 270 de Cédigo Perl prin raids on pas enn prc de bed esse atic repedicn, igen, duibyano cmunnae cane doe a wos ob es, arin et Rule tag i de open 2am eigen Peden © Paciones Ala S.A, 2012 Ser For 1 28900" Can Malis Ep, Te 98 061 996 Fo 918 05038 vermalalcon ISB 978-14-460.2830-7 Dep gl M8202 rps co Ll. ane deh Immanuel Kant Sobre la paz perpetua Introduccién y traduecién Kimana Zulueta Falicher Bibliografia Se propone aqui una bibliografia relacivamence reciente, por supuestoincomplets, ue pudiera resularle de interés a lector. Esta estérelacionada por supuesto.con el ensayo Sobre 1a paz perpenua de Kant o directamentelidiando con éte. ARAMAYO, R. R., La pac.y el ideal cosmopolita de la Tus ‘raciin a propésito del bicentenario de Hacia la paz perpetua de Kant, Madrid, Tecnos, 1996, ARENDT, H., Lectures on Kants Political Philorophy. 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El autor del presente escrito se pone la siguiente condicién: que, dado que el politico teéri apoya en el prictico, este tiltimo desprecia al teérico con gran autocomplacencia como a un sabio de escue- a que, con sus ideas vactas, no conlleva peligro alguno al Estado, pues éste se debe basar en méximas deriva- das de la experiencia, y a quien se le puede permit lanzar sus once bolos a un tiempo, sin que el hombre de Estado, politico de mundo, se pueda preocupas, de- biendo éste incluso en el caso de conflicto con aquel, obrar consecuentemente, y no pretender ver peligro para el Estado en las opiniones aventuradas por aquél al azar y manifestadas piblicamente; a través de esta a Soe poe popu cléusula salvatoria, el'autor quiere saberse protegido, de la mejor de las maneras y expresamence, de toda interpre- «acid maliciosa Seccién primera Ja cual contiene los articulos preliminares hacia la paz. perpetua entre los Estados 1. «No debe considerarse vilido ningin tratado de paz que haya sido hecho con la reserva secreta que indica la posibilidad de una futura guerra.» Pues, en este caso, se trataria tinicamente de un ar- misticio, un aplazamiento de las hostilidades, no de la paz, que significa el cese de todas las hostilidades,y para 4a cual el encadenamiento del epiteto perperua es ya un pleonasmo sospechoso. Las causas existentes para una guerra futura, aunque quizés ahora atin desconocidas para los pactantes, se destruyen por completo en el tra- tado de paz, y esto a pesar de que pudieran haber sido investigados los documentos de archivo con penetrance perspicacia. La reserva (reservatio mentalis) de las anti- gas pretensiones, que atin deben ser pensadas, a las que ninguna de las partes hace mencin, porque ambas esti agotadas de proseguir con la guerra, relacionada con la mala intencién de aprovechar la primera buena oportu- “ Soe pe popu nidad con el fib de la guerra, pertenece a la casuistica jesuita y no corresponde a la dignidad de los regentes, de la misma manera que tampoco corresponde a la dig- nidad de un ministro la complacencia en las mismas deducciones, cuando se juzga el asunto tal como es en si misnno. Si, en cambio, se sitia el verdadero honor del Esta- do, segtin los conceptos ilustrados de la prudencia del Estado, en el constante ineremento del poder por cuse lesquiera medios, por supuesto aque! juicio parecerd es- colar y pedante. 2. «Ningsin Estado independiente (grande 0 pequefio, lo mismo da aqui) debe poder ser adquitido por otto Estado través de a herencia, el eueque, la compra o la donacién.» Pues un Estado no es (como acaso el suelo en el que se sina) una pertenencia (patrimoniion). Es una comu- rnidad de personas sobre la que ningtin otro, més que él mismo, puede mandar y disponer. Sin embargo, incor- pporar a éste como injerto en otto Estado, teniendo este tilkimo, como tronco que es, su propia raz, significa anular su existencia como persona moral y hacer de él tuna cosa, lo cual contradice, por tanto, la idea del con- trato originatio, sin el cual no es posible pensar ninggin derecho sobre un pueblo!, Todo el mundo conoce el pe- ligro que ha traido a Europa en los tiempos mas recientes cl prejuicio de este tipo de adquisicién, pues otras partes del mundo nunca lo han conocido: por ejemplo, que los ‘Seti prime s Estados también pueden contraer matrimonio entre ellos, en parte como una nueva forma de industria para con- vertirse en superiores sin necesidad del despliegue de fuerzas sino a través de pactos de familia, yen parte, tam- bign, para de esta manera aumentar sus propiedades te- rritoriales. También se debe contar con la cesién de tro- pas de un Estado a otro contra un enemigo no comin, pues en este caso los sibditos son utilzados y malgasta- dos arbitrariamente, como si fueran instrumentos mani- pulables. 3. «Los ejércitos permanentes (miles perpetuus) deben desaparecer totalmente con el tiempo. Pues amenazan constantemente a otros Estados con Ja guerra, con su disposicidn a aparecer siempre arma- dos con este fin; se inciean sin cesar a superarse mutua- ‘mente en el nimero de tropas armadas, y al ser més ‘opresiva la paz.que una guerra corta, por los costes deri- vadas de aquella se convierte en causa de guerras de agre- sién con el fin de deshacerse dela carga; ademas de esto, el ser tomados para mataro ser matados a cambio de un sueldo parece conllevar la utilizacién de los hombres como meras méquinas¢ instrumentos en manos de oto {1 Estado); este hecho no conjuga bien el derecho de la ‘humanidad en nuestra propia persona. Muy diferente es asegurar la proteccién propia y de la patria de ataqucs ‘externos a través del entrenamiento voluntario y perié- dco de los ciudadanos del Estado, diestrosen el tema de fas armas. Con la acumulacién de un tesoro ocurritia lo 46 Sabet pox peas mismo, pues se verfa confrontado a éste, visto por otros Estados como amenaza de guerra, y les obligaria a un ataque preventivo, si no fuera por la dificultad de inves- tigar la magnitud del mismo (pues de los tres poderes, el poder militar, cl poder de a alianza y el poder det dine- 1, el ltimo seria seguramente el instrumento de guerra sms seguro). 4, 6No debe emitirse deuda del Estado en relacién a los asuntos de politica exterior» ‘No es sospechosa la fuente de ayuda, que busca esta ayuda dentro o fuera del Estado, para el fomento de la economia nacional (la mejora de los caminos, nuevos asentamientos, a adquisicién de depésitos para los preo- cupantes afios en los que la cosecha sea pobre, etc). Sin embargo un sistema de crédito, como maquina antagé- nica entre las potencias, ¢s un poder monetatio peligro- s0, pues las deudas seguras —invencién altamente inge- niiosa de un pucblo comerciante en este siglo— pueden aumentar indefinidamente y siempre pueden ser objeto actual de reclamacién (porque seguramente no todos los acteedores reclamarén al mismo tiempo); pues es levar tun tesoro a la guerra que sobrepasa todos los tesoros de todos los otros Estados, y s6lo puede ser agotado por la inminente caida de las tasas (que es ampliamente retra- sada a causa de que éstos fomentan el comercio, me- dante su efecto retroactivo sobre la industria y la pro- piedad). Esta facilidad de levara cabo una guerra, unida ala inclinacién que tienen hacia ella los poseedores del Sect prime ° poder, que parece ser inherente a la nacuraleza humana, s un gran obsticulo para la paz perpetua; para impedie la guerra deberfa exist un articulo preliminar, porque la finalmente inevitable bancarrota del Estado implicaré en el desastte a otras Estados no endeudados, lo cual sig- nificarfa un perjuicio pablico para ests tltimos, En este al menos, estén justificados esos otros Estados a aliagse entre ellos contra un Estado tal, y sus pretensio- nes. 5. «Ningtin Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la Constitucién y el gobierno de otto Estado.» acs, ;qué le puede justificar con este fin? gAcaso el «scindalo que les proporcione a los sibditos de otro Es- tado? El escéndalo puede mayormence servir de adver- tencia, mediante el ejemplo de los grandes males que un pueblo conerae por la fata de leyes: y, de todas formas, ‘el mal ejemplo que una persona libre le proporciona 2 ‘otra no significa ningtin prejuicio (como scandalum ae- ‘cepturn). Sin embargo, de esta situacién no se podri deducir el caso de un Estado que se dividiera en dos par- ‘tesa consecuencia de desavenencias internas, cuyas partes representaran cada una un Estado particular, que hicicra valer su derecho sobre el todo; donde el que un tercer Estado preste ayuda a uno de los dos anteriores no se le podria imputar como intromisién en su Constitucién {pues en ese caso serfa tan s6lo anarquia). Mientras el resultado de esta lucha interna no se haya decidido, sin embargo, esta intromisién de poderes externos consti- a Sie ia expres tuirfa una violacién de los derechos de un pueblo inde- pendiente, que kucha s6lo contra su enfermedad interna; Y se constiturfa en un esedndalo propiamente dicho que pondria en peligro la autonomia de todas los Estados. 6. eNingtin Estado debe permitirse en tiempos de guerra hhostilidades que deban impedir a reciproca confianza en lt farura paz, como puede ser el contrato de assis (percuso- res), envenenadores(veneii), el quebrantamiento de la capi- sulacibn, ka indluccin a la rcion(perduelio), etcéera.» Son estratagemasfaltas de honos, pues aun en medio de una guerra debe existr alguna confianza en cl modo de pensar del enemigo, ya que de lo contratio no se podria, acordar la paz y la hostlidad acabarfa en una guerra de ‘exterminio (bellum internecinuom); ya que la gueztaes slo dl triste y necesario medio en el estado de naturaleza {donde no existe tribunal de justicia que pueda juzgar con a fuerza dela ley) de imponer su derecho por me- dio de la violencias donde ninguna de las dos partes pue- de ser declarada un enemigo ilegal (pucs esto ya presu- pondria una sencencia judicial), sino que se decide por la inclinacién del mismo (del mismo modo que ante un tuibunal divino) de qué lado esté el derecho; no puede concebitse, sin embargo, una guerra de castigo (bellum ‘punitioum) cove Estados (porque entre ellos no se da la relacién de superior y subordinado). De todo esto se sigue: que una guerra de exterminio, donde la desapari- ‘ign puede afectar a ambas partes al mismo tiempo y por tanto también a todo derecho, sélo permitira la paz Seid prime * perperua sobre el gran cementerio de la especie humana, Una guerra ral, incluido también el uso de los medios que Levan a ella, debe ser absolucamente prohibida. El que los citados medios, sin embargo, leven inevitablemente a cesta situacién se aclara a través de que aquellas artes in- fernales,en si mismas miserables, cuando se wtlizan no se mantienen por mucho tiempo dentro de los limites, de la guerra, como pasa por ejemplo en el uso de los cexpias (uti exploratoribus), que snicamence utilizan Ia falta de honor de los otras (que de todas formas no puc- de ser exterminada), ademés de traspasarse a la situa- cién de la paz, acabando por completo con la intencién. dela misma. ‘Aunque las leyes citadas objetivamente, es decir, en la intencién de los que detentan el poder, sean meras, leyes probibitivas (leges prohibitivae), algunas de ellas son de aquellas eyes extricta (legesstrictae) que no diferen- cian el contexto, que de inmediato obligan a la supte- sin (como los imeros 1,5, 6); otra, sin embargo (como los ntimeros 2, 3, 4), sin constituirse en cxcepciones ala ‘norma juridica, sino respetando la aplicacién de la mis- ‘ma, amplian (legeslatae) subjetivamente su comperencia a través de la consideraci6n de las circunstancias; ad- ‘quieren permiso para aplazar su ejecucién, sin perder de vista su propdsito, por ejemplo la restitucién a ciertos Estados de la libertad perdida tras la ley nuimero 2, sin permit su suspensién hasta el final de los tiempos (como so Saheb pes perpen solla prometer Augusto, ad calendas grace), lo cual sig- nificarfa su no restitucién, sino solamente el permiso al aplazamiento para que no ocutta de manera apresurada y en contra de la misma intencién. Pues la prohibicién ‘en este caso sélo afecta al modo de adguiscién, que no debe valer en lo sucesivo, y no ala posesién que, aunque ro tenga el titulo juridico necesario, en su tiempo (en el de la adquisicién putativa) fue considerada conforme al derecho segtin l opinién piblica de todos los Estados de entonces’ Notas © Un cin hereto no sun Estado que pueda ser heredado pot oto Estado, sno ques derecho a gabechar puede sr her. dado pr ota person ie. El Fxadoadguiere ns ur gober ‘antes no sel gobermante como tl (es deine que ya pose ou fino) el que adquiere wn Fsado 2 hecho de qe pueda exit pate dees prescriptivas gs precisa) ykeyes probs (les prob) lees pot “(es permis de rn pt, sa puesto en da hasta {hoa no sin more, Poss yen gener conten ura ex ‘cin pars unecesidad objev rite, mina que perma Coniene un fondamento pars exidad prt de eras 2 Sion. En et sentido, na ky perma contends a obligacion 2 una accén lo que nose Pade obliga + nade, fo cua se sbjeo de sey en ambos senios cies dor sified, sere tna contin. At ps I proibcin puesta ce ey pe ‘mista tata aqu so mode dels agin futur de un ere ‘ho (por ejemplo ves dea hernc, sin cmbag el levant tient deexaprobibicin, dein el pert, fede a poses sent, lca en In ssc dl derecho narra lc puede Sec primers st ain y todo coatinuar segin una ley permisva del derecho natal ‘como posetin honrada (passi putaia). aun a pesar de no estar ‘onforme al derecho, aunque una poresién purativa en el etd de ‘acuraleza, can pronto como sea econocida como test prohibi- da del mismo modo que un modo de adquiscién parecido en el cstado civil (una vez pasada la ransici); esta autorizacién de una posesin continuada no tenia lugar, si hubira ocucido en el e- ‘ado civil aquellaadquisicisn puraiv; pues en exe cato deberis ro), con latina diferencia de que la ey prohibitiva se consinaye ‘or miss, mientras que la permisva no entra en dicho derecho ‘como condicién retitva (como deberia se) sino que se eablece ‘como excepein, Faro quiere decir exo 0 aquelio ex probibidos ex ‘eepruando los nimeros 1, 2,3, ys indefinidamente, pues ls petmi- 108 llega ser ley eanutimenee, no sein principio alguno, sino se- [ln certos casos concreos; pues en caso contaro las condiciones ‘deberian haber sda inlaid en le formu de ely probit, me- cance a cual shaban conwertid en un ey permis, Pore, es de lamentar que se hays abandonado tan pronto a esolucion del problema, ingenioso pero iresueto, que apuneara el sefior conde ‘Windischgeits, ambiéasabio e igenioso, que apuntabajustamente «ita skim, Pues Is posbilidad de una formal tal (parecida as feermulas matemdticas) esa nica piedra de toque de une legislacion ‘que permanece consecuente, sn la cual el as cersum squid siendo slo un descohonrado, De otra manera sé tndemos eyes genes les (que son vida en general), pero n0 univerales (que general- mente valen), como parece demandar el concept de ly. i | k Seecién segunda que contiene los articulos definitivos ‘para la paz perpetua entre Estados El estado de paz entre hombres que viven juntos no es.un estado natural (tarus natural), sino més bien un estado de guerra, es decir, a pesar de no comprehender siempre un estado de las hostilidades, sf esla continua amenaza de las mismas: el estado de par. debe ser insta rado; pues la omisin de las hostilidades no significa atin garantfa de seguridad. y sin proporcionar ésta un vecino lotro (lo cual solo puede suceder en un contexto legal), puede el uno tratar al otro, a quien le haya exigido esta seguridad, como enemigo'. Notas " Comsinmente se prenupone que uno no le estas permitido sctuar hoslmente contra oto, slo en l caso de que este dkimo ya me haya leionade de hecho, y ete comportamiento es muy co- ‘ecto, cuande ambos viven cn el estado ciiblegl Pues a eave del echo de que ése haya encada en este estado, proporciona a aqudl 4 Soe pe perpen Ieacguriad neces rns de a upesiordad qu poste autor dad sobre ambos). Peo el home fl pcb) cal mo estado ‘tural me aecbatacas segriady meleons ysl afer Indo yen se nao, sng no evs activo ic) io dice ime pot fala dels des ead fs int) que sponte te amenazaconsanc part mi. y 7 le puedo obliga o ben 9 Estat conmigo en un ead connor gal o bie a marchase Ij de mi vecindsd El postal, enone que es fundamen os as ge gen on ms, he etn inflairecprocament nose ls otro deben pene gana Conscitcin ci oe Pero toda Consiicén jain ex por lo que respect as Peona esque nl uae "una Constcin eg el deh ci deloshombres en un blo Gis na 2) ene decode got dels Estados en elacin mutua Guests tne Consucin sgn el deechscrmapoli en ano @ que hombres y exador etn en una cela exema que les inlay morsament,y que deben scr vista come cadadanst dz un Esado genera de hombres compolan) Ed Sién 0 e abies, sno necenrn on telcn al ide de a be perpetua. Pes sl un de ellos en relacon de influence Fie sobre el ote atin sve ence cao naturel esata ascido al esado de gue, lias del cals precsamente intencién aga Prien ARTICULO DEFINITIVO HACIA LA PAZ PERPETUA La constitucién civil en cada Estado debe ser republicana La constieucién republicana es aquella constituida, 70, segin los principios de la libertad de los micm- bros de una comunidad (en cuanto personas); segundo, segiin los Fundamentos de la dependencia de toclos de tuna tinica legislacién comin (en cuanto 2 stibditos), y tercero, de conformidad con la ley de la igualdad de la smisma (en cuanto a ciudadanos) es la diniea, que surge dela idea del contrato originario, sobre el que todas las rnormas juridicas deben fundarse'~. Es pues en ella mis- ma, por lo que respecta al derecho, la que subyace a to- ds los tipos de Constitucién civil; y asi sélo resta la pre- gunta de si también es la nica que puede llevar a la paz erpetua. La Constitucién republicana, ademds de tener la pu- 1eza de su origen, de haber surgido de la fuente pura del concepto de derecho, tiene ain la perspectiva dela con- secuencia deseada, es decir, de la pax perpetua, cuya ra 6 Sabre por popes zn es la siguiente, Si (como no puede ser de otra forma en esta Constitucidn) se requiere el asentimiento de los ciudadanos para decidir si se debe llevar a cabo la guerra ©.no, no hay nada més natural que, ya que deben deci- dir todos los rormentos de la guerra que recaerin sobre los (como son combati ellos mismos, hacersc cargo de los costes de la guetra con su propio patrimonio, recons- truir miserablemente la desolacién que deja la guerra «ras desi, y, por tltimo, y para colmo de males, hacerse cargo de las deudas, que agrian la paz misma y que nun- ‘ea acabarin [por guerras proximas y siempre nuevas]), se piensen mucho si comenzar un juego tan tremendo; por el contrat, en una Consticucién donde el sibdio no es ciudadano, es decir, en una Constitucién que no cs republicana, la guerra es la cosa més sencilla del mun- do, porque el jefe de Estado no es un miembro del Esta- do, sino su propietario, y la guerra no le hace perder lo ‘mds minimo en sus banquetes, cacerias, palacios de te- creo, fiestas palaciegas, etc, decidiendo asi ir ala guerra ‘como una especie de juego sin causas signifcativas y de- jando con indifetencia, a razén del decoro, su justifica- ‘i6n al cuerpo diplomatico, siempre listo para estos me- nesteres. Para no confundi la Consticucién republicana (como sucede normalmente) con la Constieucién democrética, se debe insist en lo siguiente. Las formas de un Estado (civitas) pueden ser clasficadas por la diferencia entre las Seki gare a personas que poseen el poder supremo del Estado 0 por la forma de gobierno del pueblo que ejece su soberano, sea éste quien sea: a la primera se Ia llama en realidad forma de la soberania (forma imperii), y slo exes formas son posibles: aquélla donde una sola persona posee el poder gobernante, o bien algunas personas vinculadas centre sf, bien todas las que constituyen la sociedad civil ‘en su conjunto (autocracia, aristocracy democracid, po- der del principe, poder de la nobleza y poder del puc- blo). La segunda es la forma del gobierno (forma regims- nis) y concierne al modo basado en la Consticucién (el acto de la voluntad general, por la que la masa se con- vierte en pueblo), por el que el Estado hace uso de la plenitud de su poder: yes, en relacién con esto iltimo, 0 bien republicana, o bien despética. El republicanism es el principio de Estado de la separacién del poder ejecuti- vo (del Gobierno) del legslativos el despotismo es el ar- bitrario cumplimiento del Estado de lasleyes que €l mismo ha proporcionado, junto a una voluntad priblica toma- da por el regente como su voluntad privada. Bajo las tes formas de Estado es la democracia, en el verdadero senti- do de la palabra, necesariamente un despotisme, porque fundamenta un poder ejecutivo en el que deciden todos, aunque seaen contra de uno (que de esta manera noasien- te), es decir, odos, que a su vex.no son todos; lo cual ‘onstituye una contradiecién de la voluntad general con- sigo misma y con la libertad. Toda forma de gobietno que no sea representatives cn realidad una no forma, porque el Iegislador no puede seren tna y la misma persona al mismo tiempo ejecutor 2 Sab e pot ppeae de su voluntad (de la misma manera en la que lo univer- sal de la premisa principal de un silogismo no puede ser al mismo tiempo la subsuncidn de lo particular en la [premisa menor); y aunque las otras dos Constituciones de Estado son hasta este punto siempre defectuosas, pues proporcionan espacio a una tal forma de gobierno, es de todas formas posible que adopren una forma de gobier- rng en concordancia con el expirine de un sistema tepre- sentativo, como al menos decia Federico II: que dl era sélo el servidor primero del Estado?, lo cual es imposible en la Constitucién democratica, pues todo el mundo quiete ser soberano. De esta manera se puede decir que cuanto menor sea el personal del poder del Estado (el sadimero de los soberanos), tanto mayor seré la represen tacién de los mismos, tanto més concordard la consticu- «idm del Estado con la posibilidad del republicanismo, y puede tener la esperanza de, a través de reformas paulaci- nas, clevarse por fin hacia ella. Por esta raaén, llegar aesta Sinica Constitucién totalmente juridica es mas dificil en Ia aristocracia que en la monarqui,y en la democracia, sin embatgo, es imposible llegar de otra forma que no sea la revolucién violenta. Pero el pueblo tiene un mayor interés, sin comparacién, en el modo de gobierno? que cen la forma de Estado (al mismo tiempo que la mayor 0 ‘menor adecuacién a aque fin tiene mucha importancia también). A esta forma de gobierno conforme al concep- to de derecho, sin embargo, pertenece el sistema repre- sentativo, en el cual es posible una forma de gobierno ‘epublicana, sin la cual (sea cual sea la Consticucién) [el gobierno] sexfa despotico y violento. Ninguna de las an- Snead 2 tiguas, asi lamadas, republicas ha conocido est, y tuvie- ron que disolverse efectivamente en el despotismo, que bajo el poder supremo de uno solo es atin la forma més soportable de entre rodas. Notas "La bead uses (xteraa, por ano) no puede deine como el aces, ns del pormin de hc elo ques thc, sine comete injusiiahaca ni. Dae equsignien rate! Ls pond Ge una aso nts fe comera + ‘cs deca ningura inj: De manera quel expicson Pdi srla gun aber a posbidad dela seiner eave dels que ns comteinjricia Nose ometenjusila entra aie se haga Toque se ea) de echo ose ace Inj cdi: deo cals pee ques nade una ra {atoogiar Mucho ms epee xpi mi brad externa tdi) deena mar csp de oboe ng ley ‘em al qu ne haya pido dar mi contentment, De inom bread ten Guides) cain Ea cost Ye smote laine ne dada sgn al nadie pocieimpones comprowie dic, snsometene€ mim aa Fey purse mm, ebipdo asa er (No face le xpi ib dgun dl pincpt des dependecijrie, pus Ge yo Get indldo en‘ concept de Conc plies) La vate dees derehos innate, ncearament perteecem sae Imunidad einen, cs confomadsy clea po el plnipio des lcons ris dl hombre sno comers pees (Green alloo) alimsginrie tambien eg los isos funda fren: come cdadan de un mundo oprasnsbe, Pcs n fo fc concicne an libertad, 0 tengo obliga en resin a IDjsaivna ue slo puedo econcer a tavés dela mers re, tGloen clade gu hays pode at mi pops comesinene (pues eaves del derecho abet de propia adn pu 2 Sobre pa prea primeramenteccar un coneeto de fa volun diving). a lo fe eancierne l concept de la guldad en velaionlser mde Supremo del mundo, excepruand + Dos, que yo pies conc Bir an gran Bsn) no exe ninguna sda pot que yo, cum alieado mi deber en mi puso, como Eon ene sy, cbcdecira 2 debe, dole» age derecho » ordeal rab de ue fst princi de le iuadad (como de aia) no sone fla eacion con Dios que ete see inica en el que cod foncepo de deber Porlo que rept al derecho de ula de odes ls cndadanoe come sbaitos, depend cricamente dea rsp «pregunta ‘obrelapermiiviad de ls cena dla oblee ears eo {5s cl tango concetid pore! Estado (dean sbo ame ots) db precede mérito, ol ven As es cudene que, se ange ssevinclad al nacimenc, incense mero yt senen idm ala deseza en el argo ol leaden el misma) = sep de agut ademas ano como que sn meat algun, ele bee tel alg ee) ct vad genta dal pueblo nance acoraren um conta origina (ques dpi ipo de odes los derechos). Pacs un eben les neccsiantente Pra ocho dese hombre nb, En lo qu peta noble ‘de cargo como se pos nombra al ango de una mains Superony l ualhay que gane por us propos meres), tayo no cic adheid como propiedad la person sino al poe to yas ls igualad no seve vlea: pes, agus sbundone fag, deshace tambien den tngoy ssc al pula. P*SchanadoFecvemement laa: dominance con frecuencia hacen acompar allo del wero luni pe is cr del lata dna abe ype fame de aga), como adulaciones orcas 7 marane po ca ine paceeno ter fendameno, Es una mala supose que sql deban ens propiari de sen der se intm mucho mis humililoen sina, s ene enendien eval se debe presapone)y piensa que ha anid un eps que es demasiado gande para un hombre, e deci lo mda dion ge Dias ene ces de admins el euch de os hombre je i Sei npn 7 cecal cl preocpae por habe de gna manera ego Somat eres loo e Dios + flr do Pan ynaplona congenial anquc huss ysl comerid, de haber lea fame al cones Jenne denver dl amor iho de Pope, despues tiesdeegesencs sDejeondes ue dca gi ik gene rr ica rel mejor Seo ns como rein lie sel er oer tons “eine xpeson de Sci sb apa de on moran ye iteompet con an guns ic, sn egg a Fidncrcl ma odode gatano desis amcor Contato, css at anatase es; poe os em Sloe a hen gb a demereannadadl modo de oe foi ba germ ej qeun io un Maro Ao, ay tl gsc esr tn Don, pa ea in Ced ocnopoia pn un ben te de goin psu naecacén patal peso econo Fees terrane ptr dl sober ee soe como per haber dese SEGUNDO ARTICULO DEFINITIVO HACIA LA PAZ. PERPETUA El derecho de gentes debe fandarse cn un federalismo de escados libres 1Los pueblos, considerados como Estados, pueden ser juzgadlos como individuos independiences, que se perju- dican en su estado de naturaleza (es decis, independien- tes de las leyes externas) ya s6lo por su coexistencia, y donde cada cual por su propia seguridad puede y debe requerir al otro adherirse a una Constitucién parecida a la Constitucién civil, donde a cada uno se le pueda ase- gurar su derecho. Esto serfa una federacin de pueblos, {que 2 su vez no tiene por qué ser un Estado de pueblos ‘Ahi habria, sin embargo, una contradiccién: porque cual aquier Estado contiene la relacién de un superior (legis lador) con un inferior (que obedece, como el pueblo), mientras que muchos pueblos en un Estado sélo consti- tuyen un pueblo, fo cual contradice la hipétesis (pues debemos ponderar aqui la relacién entre los diferentes derechos de los puebles, haa el punto en que constituyen Estados diferentes y hasta el punto en que no se deber. Sobre pape fandir en un solo Estado). Aunque veamos con profun- do desprecio el apego de los salvajes a su libercad sin le- yes, prefiriendo pelearse sin cesar, en vez de somecerse a uuna obligacién legal, constituida por ellos mismos, por lo tanto prefiriendo eso a la estupenda libertad de los se- tes racionales,y lo consideremos como la brusquedad, la tosquedad y la degradaci6n animal de la humanidad, del mismo modo se deberia pensar que los pueblos civic lizados deberfan darse prisa en querer salir cuanto ances de un estado tan depravado pero, par el contrat, cada Estado sit su poder (pues poder de pueblo es una ex- presidn absurda) mds bien justamente en no estar some- tido a ninguna obligacién legal exterior, y el poder del jefe [cauillo lo constituye el hecho de que, sin ponerse en peligro a s{ mismo, tiene a muchos miles a sus érde- nes que se dejan sacrificar por algo que no les concierne en nada’s y la diferencia entre los salvajes europeos y los americanos consiste sobre todo en que algunos linajes de estos iltimos han sido basicamente aniquilados por sus enemigos, mientras que los primeros saben utilizar mejor a sus vencidos, pues en vez de aniquilarlos, at ‘mentan el atimero de sus sibditos y con ello el mimero de instrumentos para la expansién de las guerras "Teniendo en cuenta la maldad de la naturaleza huma- ina, que se muestra en las relaciones libres entre los pue- blos francamente (mientras que en el estado civil-legal queda velada por la coaccién del Gobierno), es de extra- fiar que la palabra derecho atin no haya podido ser expul- sada, por pedante, de la politica de guerra, y que ningyin Estado se haya atrevido todavia a manifestase publica- Seid mgd 6 mente a favor de esta iltima opinién; pues ain se cita a Hugo Grotius, Pufendorf, Vatel ya otros (un montén de suftientes alentadores), a pesar de que su cédigo, formu- lado filos6fica 0 diplométicamence, no tiene fuerza juri- dica en absoluto, ni la puede tener (pues los Estadas como tales no se sitian bajo una coaccidn exterior comin), como justfcacion de un ataque bélico, sin que haya ni un solo ejemplo de un Estado que haya abandonado su propésito a causa de las argumentaciones tan bien for- ‘muladas por hombres tan importantes. Este homenaje que cualquier Estado tributa al concepto de derecho (al menos retSricamente) demuestra que en el ser humano se encuentra una predisposicién moral més profunda, aunque momenténeamente dormida, por la que éste es pera dominar alguna vez el principio de lo malo (que no puede negar) y también espera esto mismo de los de- més; pues de lo contrario, a palabra derecho nunca serta pronunciada por aquellos Estados que quieren hacer la guerra, si no fuera para continuar con la broma, como cexplicaba aquel principe galo: «Es la ventaja que la natu- raleza le ha dado al mas fuerte sobre el més debil, el que este tiltimo deba obedecer al primero. Ya que la manera en que los Estados persiguen su derecho solamente puede ser en la guerra ~nunca en un proceso ante un tribunal externo-, sin embargo, el dere- cho no se decide a través de la guerra ni a través de su resultado favorable la victoria y aunque a través del ra- tado de paz: se pone fin ala guerra actual, no acaba con clestado de guerra (siempre presto a encontrar una nue~ va excusa para la guerra, a la que tampoco se puede de- 6 Sobre po perp clarar como injusta, porque en esta circunstancia cada ‘ual es juez de sus propios asuntos); con todo, sin em- bargo, no vale para los Estados, segtin el derecho de gen- 1s, lo que vale para el hombre en el estado sin ley, segtin cl derecho natural: edeber salir de esa situacién» (pues tienen ya inherentemente, como Estados, una Consti- rucién juridica y ya no estén sujetos 2 la coaccién de ‘otros para someteise a una Constitucién legal ampliada segiin sus propios conceptos juridicos); mientras tanto, Ia razén, desde el trono del maximo poder legislative moral, condena la guerra como una via juridica, y con- vierte, sin embargo, al estado de paz en un deber inme- diato, el cual no puede ser fundado o asegurado sin un pacto entre los pueblos: debe asi haber una federacién de un tipo especial a la que se pueda lamar la federacién de la paz: foedus pacificum), y que se diferenciarla del sratado de paz (pactum pacis) en que éste busca finalizar tuna guerra, mientras que aquél busea Fnalizar para siem- pre todas las guerras. Esta federacién no se propone la adquisicién de ninggin poder del Estado, sino simple- mente el mantenimiento y la consolidacin de la iber- iad de un Estado para si mismo y también la de otros Estados federados, sin que éstos deban por este motivo (como los hombres en el estado de naturaleza) someter- se a leyes puilicas y a su coaccién. Se puede uno imagi- nar la posibilidad de realizacin de esa idea de a federa- ién (Gealidad objetiva), que deberd extenderse poco a ‘poco sobre todos los Estados y guiarlos asa la pax per ppetua, Pues sila suerte dispone que un pueblo poderoso ¢ ilustrado, puede crear una reptiblica (que debe estar pice Seba spins o inclinada por su naturaleza hacia la pax perpetua), y ésta se puede constituir en el centro de la reunificacién fede- rativa para que otros Estados se unan a ella, asegurando ast el estado de libertad de los Estados segin la idea del derecho de gentes y extendiéndose cada ver ands a través de ulteiores enlaces de este tipo. Se puede comprender que un pueblo diga: «No debe hhaber entre nosotros ninguna guerra; pues queremos cons- ‘ituienos en un Estado, es decir, imponernos a nosotros rmismos un poder supremo legislativo,ejecutivo y judi- cial, que dirima paclficamence nuestras diferencias». Sin embargo, sieste Estado dice: «No debe haber guerra entre yo y los demés Estados, aunque no reconozco a ningéa poder supremo legislativo que asegure mi derecho y a quien yo asegure su derecho», no se puede comprender en absoluto sobre qué base quiero fundamentar la con- fianza sobre mi derecho, si no existe el sustituto dela fe deracidn de las sociedades civles,es decir, el federalismo libre, al que la r226n necesariamente tiene que vincular con el concepto del derecho de gentes, en el caso de que aquede ain algo que pensar sobre esto. En relacidn al derecho de gentes como un derecho para la guerra, no se puede en realidad pensar nada (por- que se supone que debe ser un derecho que no determi- nna la libertad de cada cual a través de leyes exteriores, limicativas, universalmente validas, sino que deter lo que es el derecho segiin méximas unilaterales del po- des), sino que se deberia entender lo siguiente: que a los seres humanos as intencionados les ocurre lo correcto cuando se aniquilan entre ellos y encuentran la paz.per- o Sub pas peas petua en la gran cumba, que oculta todos los horrores de Ia violencia junto con sus autores. Para los Estados con relaciones entre ellos no puede haber otra manera, egsin Ia rardn, de salir de la situacin sin ley, en exceso bélica, gue, de la misma manera que los seres humanos indivi dduales, entregando su libertad salvaje (sin ley), consin- tiendo con leyes piblicas coactivas, y construyendo (por supuesto siempre en modo creciente) un estado de pue- bios (civitar gentium), que finalmente abatcaria a todos fos pucblos de la tierra. Peto ellos, segiin su idea del dere- cho de gentes, no quieren esto en absoluto, es dec echa- zan in hypothesi lo que es correcto in thsi, de manera que su fortisima inclinacién hacia la injusticia y la enemistad tinicamente pueden ser retrasados, en. vez de por fa idea positiva de una repiiblica del mundo (si no debe perderse todo), por el sucedineo negative de una federacion vigen- te y en continua expansion que evite la guerra, si bien con el peligro continuo de su estallido (Furor impius in- ‘us ~ fremit horridus ore eruento, Virgilio) Notas © xa fue la respuesta qe un duque bla le dio al emperador suigo, quien con muy buena voantad queria eave na disputa Enacambos con un duel Un beret, que tiene eras, no sea tld hier candente dl carbén con sus propas mano. Tras eermino de una gues, con el adveimieno dela pas psiblemente ao sia impropio pars un pueblo convocar un dade Pentenca as le fests de Aci de Gracias Dante) invest B Cielo, enel nombre dl Exado, por dl perdin po el gan pes do, que el geno fumano ain 3 sente culpable de haber comes Tl Sei ge 7 do, al no querer seguit Consccucign legal alguna en relacién a 0x08 pclos, sno al preferic ular on orgulloparasuindependencia {er instramento basbaro de la guera (eon lo que quello que se bruce, er decir, el derecho de cada Estado, auncs es constiuido), Tas fests de Accién de Gracias ques celebran durante una guerra por una victoria ganada, los himnos que se canta al efor de las (rst (en bucn trees), contsstan en ao menor medida con lz ‘dea moral del padte de fos hombres: porque apare de la idiferen- ‘da con respecto a a forma en que los pueblos buscan su derecho fespectivo (que es bastante tris), introducen la aegis de haber scabico con muchos hombes o con su felicidad. ‘TERCER ARTICULO DEFINITIVO. HACIA LA PAZ PERPETUA El derecho cosmopolita debe limitarse a las condiciones, de la hospicalidad universal» Se trata aqui, como en los articulos anteriores, no de filantropfa, sino de derecho, y ahi la bospitalidad (Wirtbar- eit) significa el derecho de un extranjero de no sertrata- do con enemistad a su llegada a territorio fordneo. Este puede rechazar al extranjero, si esto puede suceder sin la ruina de aquél, pero mientras el extranjero esté en stu sitio pacificamente, no puede el otro comportarse hos- tilmente. No puede apelara un derecho del buéiped (para lo que seria necesario un contrato especialmente bonda- doso, que le convietiera en huésped por un cierto tiem- po), sino a un derecho de visita, que les corsesponde a todos los seres humanos, de ofrecerse a la sociedad en. vireud del derecho de propiedad comin dela superficie de la tierra, sobre la que los hombres no se pueden ex- tender infinitamente al tratarse de una superficie esféri- ca, teniendo que soportarsefinalmente unos a otros, pero no teniendo nadie més derecho de estar en un lugar de n Sabet pec pps la tierra que cualquier otro. Las partes no habitables de esta superficie terrestre, el mar y el desieto, separan esta comunidad, pero de manera que el barco o el camello (barco del desierto) hacen posible un acercamiento mu- tuo aun en estas regiones abandonadas, y hacen posible Ia utilizacién del derecho de superficie que le corresponde a la eaza humana comunitariamente para una posible ‘comunicacidn, Es contraria al derecho natural la inhos- pitalidad de ls costas (por ejemplo, de las costas berbe- tiscas) al robar barcos en mates préximos, o al eslavizar alos marineros que legan a las mismas; también lo es la inhospitalidad de los desiertos (de los drabes bedui- nos), que consideran Ia proximidad a las tribus néma- das como un derecho a saquearlas; el derecho a a hospi- talidad, sin embargo, ¢s decir, la facultad de los extranjeros recién Ilegados, no se extiende més allé de las condicio- nes de posibilidad que lleven al intento de comunicacién [eo comercio} con los antiguos habitantes. De esta mane- ra, regiones del mundo distantes pueden relacionarse pacificamente; estas relaciones finalmente se convierten en legales y piblicas, pudiendo asi llevar al género hu- ‘mano cada ver mas cerca de una Constieucién cosmo- polita. Si se compara el comportamiento inbeipitalario de Jos Estados civilizados de nuestra parte del mundo, espe- cialmente de los comerciantes, produce espanto la in- justicia que demuestran en la vista de palses y pueblos textranjetos (lo cual equivale para ellos a una conguisa) ‘América, los paises negros, ls islas de las especias, ol Cabo, etc., fueron en su descubrimiento palses que no —— Sein gud os percenecfan a nadie; pues [estos comerciantes] no tentan para nada en cuenta sus habitantes. Llevaron 2 las In- dias orientales (Indostén) ropas excranjera, bajo la meca excusa del establecimiento de sucursales comerciales, in- troduciendo, sin embargo, la represién de los nativos, la incitacién a los diferentes Estados de llevar a cabo gue- rras extendidas, el hambre, la rebelién, la infidelidad y ‘como sca que siga la letania de todos los males que afli- gen al género humano. ‘China! y Japén (ipo), quienes habian tratado con huéspedes tales, han permitido sabiamente el acceso, pero no la entrada, de los mismos, y lo primero sélo a tun nico pueblo europeo, alos holandeses, alos que sin. embargo exclayen de la comunidad de los nativos como 4 prisioneras. Lo peor de todo esto (0 lo mejor, visto desde el punto de vista de un juez moral) es que no es- tn satisfechos con esta violencia, que todas esta socie- dades comerciales estin cercanas al cataclismo, que las islas del anticar, la sede de la esclavicud mds horrenda y fraguada, no traen ganancias reales de ningsin tipo, sino que sélo sirven como instrumento, y esto para un fin no muy loable, para la formacién de marineros de las locas de guetra y asf de nuevo para llevar a cabo guerras en. Europa; y todo esto para potencias que quieren sacar rédito a su pretendida devocién, y que quieren ser con- sideradas como las clegidas dentro de la ortodoxia, mien- «ras beben dela injusticia como si fuera agua. ‘Al haber Ilegado hasta el punto de que la violacién del derecho en un lugar particular se siente en todos los Jugares dela tierra, con la constitucién de una comuni- Berea renee zee eee ee 7% Sobel paper dad encre los pueblos de la tierra en continuo crecimien- to (mds amplia o mas estrecha), la idea de un derecho cosmopolita no es una representacidn fantasiosa y exa- ada del derecho, sino que es el complemento necesa- tio al cédigo no escrito del derecho del Estado como tam- bign del derecho de gentes, en el camino hacia el derecho puiblico internacional en si, y de esta manera hacia la ‘paz perpetua, en cuya aproximacién constante uno s6lo se puede halagar bajo esca misma condicién. Notas ° paca escribir el nombee de ete gran eino, con el que él mismo se ha nombeado (es decir, China, no Sine w oto ronido paecido), slo se puede consulta el Alphab. Tiber. de Georgi, pp. 651-654, tspecalmente la now bBo eealided no ene un nombre dexermi- nado con el que se llama sf mismo, sgin la observacion del prof Fincher, de Petersburg; el mas habitual ese de I palabra Kin, es decir, ‘or’ (el que for ibesanos expresin con Ser), por To que ot temperador es lamado Rey del Oro (del pais més espléndido del ‘undo), palabra que posblemente es pronunciada Chin ene im- petio mismo, pero que es pronunciada por ls misioneosialianos Fe causa dela ee gurl) como Kin. De aqui se infere que elas llamado por los romanos pais de los Sere era China, Sin embargo, la seda se levaba Europa através del Gran Tibet (posiblemente 3 caves del Pequot Tiber. siguiendo a través de Bujara por Psa) fo eval lleva 2 algunas observaciones sobre la antigiedad de un Es- tada sorpreadente en comparacién con el Indoscin en su enlsce on el Tibet, y a eaves de éste con Japén; mientras tanco, el nom- bee de Sin 0 Tehing, que la vecinos le quieren dasa exe pts, no Tlevaa nada. Quins pusier explicarse también la antiguisima, aun ‘que nunca bien conocida,relacién entre Europa y Tibet, de lo.que Sein ape * Hey habla cena nin gi de os hfe Kove Ona ne Ops) en mts Cs Ge ewe af aoe sets pate tpi Foro d Ase Tie orgs bonne que se Di oe re tn pueeanatocen fer Peo hid, 39, Walp pm ek toe pels pg one prone ad pura pred fei Cr lamas Ce p77 Een au Cr ule po ben el ropes gn sped di ur Sense rp SF tage. han Horm Semper "Spt cepa ase bam tens ‘ndn per De Cons sta dee le ato (Gis memes ue reese por eo Steen ar macs igus prop eae cen Ch tle ae mane su ale vos, Kour Ope ‘hei ld an edhe (Om) vai es) ‘Seal portland ome ec spem erat, ona) yada cor moa peg ane Menai poop en pen prelate “Sino Hontts Se con oun enon Pa inocu lg eye mien ded Tb ie frre eb ts yr ep Spine wes ep con Chins es tts in qos ond do } Suplemento primero De la garantia de la paz perpetua Aguello que proporciona esta garantia no es nada ‘menos que la artista naturaleza (natura daedala rerum), en cuyo curso mecénico brilla claramente su intencio- nalidad: que sea posible que surja la concordia aun a través de la discordia entre las personas, incluso contra su voluntad; y por esta razén, es llamada destino, como causa obligada, desconocida para nosotros en los resul- tados producidos segin sus leyes, o bien providencia, en consideracién de su propésito en el curso del mundo, ‘como sabiducfa profunda de una causa superior, dirigi- dda hacia al propésito objetivo del género humano y que predetermina este curso del mundo!. Esta causa no la reconocemos en realidad por esos artifcios de la naturale- 2a, ni la deducimos, sino que (como en toda relacién en- tre la forma de las cosas y su propésito) sélo podemos y debemos figunirla, para formarnos un concepto de la po- sibilidad, segin la analogia con el arte humano; la rela- ci6n y concordancia de esta causa con el fin que la razén. nos prescribe directamente (el fin moral) es una idea que 78 Sibert s expansiva en su intencién teérica, en la préctica, sin embargo, es dogmética y esta fundada segtin su realidad {por ejemplo, con respecto al concepto del deber de la ‘paz perpetua, para utilizar el mecanismo de la nacurale- za con este fin). Traténdose aqui de tcoria solamente (y no de religién), el uso de Ta palabra nanuralesa es vam~ bién mas apropiado a los limites de la razén humana (al tener que quedarse dentro de los limites de la experiencia posible, con respecto ala relacién de las consecuencias a suis causas) y mas humilde que el término providencia, reconocible para nosotros, término con ef que tno se coloca temerariamente las alas de {caro para acercarse al secreto de su insondable intencién, ‘Antes de que determinemos con mayor precisién esta garantia, seré necesario investigar la circunstancia gue la navuraleza ha creado para las personas que actan sobre su gran escenario; esta circunstancia convierte a su vex en necesaria la proteccién de la paz; sin embargo, primeramente, a forma en que se ejecuta aquélla, La organizacién provisional de la naturaleza consiste ‘en que: 1) ha cuidado de que las personas puedan vivir en todos los lugares de la tierra; 2) por medio de fa guerra, haa Ilevado a las personas a todas partes, incluso a las més inhéspitas, para poblarlas; 3) cambién por medio de la guerra las ha levado a tener que situatse bajo condicio- nes mas o menos legales; es admirable que en los desier~ tos helados en el océano glacial aiin crezca el musgo que el reno rasca bajo la nieve, para ser él mismo el alimento ‘o también medio de transporte de os ostiakos y samoye- dos; o bien que los salados desiertos de arena atin cucn- Suplement piers » ten con el camello, que parece servir a su vez pata el viaje a su través, con esa finalidad de no dejarls inutili- 2ados. Sin embargo, con mayor claridad se destaca la - nalidad cuando uno percibe cSmo proporcionan alimen- to con su came y fuego con su grasa alos habicantes del lugar en las orillas del océano glacial, ademas de los ani- tls co pls fas ls sass balers. Pero lo que més admiracin despiertaes la prevsién por parte de la naturaera de a madera flocante. qu lea a ests lugares sin vegetacién (sin que uno pueda saber con cer- tidumbre de dénde viene), sin la que {sus habitantes} no podlan construr ni vehiculos ni armas, ni cabafas para su sesidencia; de manera que tienen estos pueblos bas- ‘ante que hacer en su guerra contra los animales, para vivir en paz entre sf, Lo que les ha llewado hasta ah no ha sido probablemente otra cosa que la guerra. Sin embar- 0, ol primer instrumento de guerra de entre todos los animales es el caballo, que el hombre aprendié a domar y a domesticar en los tiempos en que se poblé la tirra, {pues el elfance es de tiempos posteiores, de Estados ya cstablecidos en el lujo), asi como el ace de cultivar elas llamado cereal, ciettas clases de hierbas que ya no reco- zocemos en su propiedad original, tanto como la repro- duccién y el reinamiento de ciertos sipos de frtas me- diance el trasplante y la injerta (quizd en Europa sélo ‘existan de dos clases, la manzana y la pera silvestrs) que sélo podria darse en la circunstancia de Estados ya esta- blecidos, donde se daba la garanefa de la propiedad del terreno, después de que los seres humanos, antes en li bertad sin leyes,estuvieran impregnados por la vida de la ry Sire pops acd |a pesca y el pastoreo, hasta que legs la agricul ta; habiendo descubierto ahora la say el hier, quiza los primeros artfculos mas buscados del comercio de ma- Fhualidades de los dstintos pucblos, que tajo consigo una relacién pacifca enttecs0s mismos pueblos, ¢ incluso con aguéllos ms alejados. ‘Mientras que la nacuraleza ha procurado que los se- res humanos puedan vivir en todas las partes de la tierra, también ha querido, de manera despérica, que vinwn en todas partes; esto a pesar de que, en contra de su dispo- sici6n, ¥ esto incluso sin que este deber también presu- pusiera el concepto de obligacién que la vinculara a una fey moral, ha elegido la guerra como medio para llegar a su fin, Vemos pueblos que en Ia unidad de su lengua hacen reconocible la unidad de su linaje, como los samo- yedlos ante al ocfano glacial por una parce, y un pueblo 4e lengua similae por otra parte, 2 200 milla de distan- ‘Ga, en las montafas de Altai; entre ambos se abrié paso ‘otro pueblo, cl mongol, pueblo a caballo y por tanto fquerrero, que de esta manera ha empujado a aquella parte de laestirpe a las més inhspitas y alejadas partes Freladas de la tierra, a las que con certeza no se habrian expandido por su propia voluntad?. De la misma mane- ra, los finlandeses, llamados lapones, cn a parte més seprentrional de Europa, tan alejados de los hiingaros, pero emparentados por su lengua, se encuentran separa Hos por pueblos godos ysirmatos que han penetrado en festastirras; y qué ot¥a cosa podria haber llevado a los tsquimales (quis avencureros europeos muy antiguos, tuna estirpe totalmente diferenciada de todas las ameti- Sept primer a

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