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Andrés María Adroher Auroux

Universidad de Granada CEAB2

13. Metodología de registro:


el sistema SIRA.
Una propedéutica 1

Introducción lugar, y, mucho más importante, porque parten de princi-

S 1
egún el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la
palabra Sistema tiene cuatro acepciones:
m. Conjunto de reglas o principios sobre una materia racional-
pios y reglas distintos en cada caso, por lo que quedarían
flecos en ambos difícilmente compatibles, produciendo un
conocimiento desordenado y, sobre todo, no contrastado
mente enlazados entre sí. adecuadamente (cuarta acepción).
2 m. Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamen- Pero un sistema de registro, como ya dijo Michel Py
te contribuyen a determinado objeto. cuando presentaba por primera vez el SYSLAT (quizás el
3 m. Biol. Conjunto de órganos que intervienen en alguna de las sistema de registro arqueológico más completo actualmen-
principales funciones vegetativas. te funcional), no es un dogma ni un modelo (PY, 1994),
4 m. Ling. Conjunto estructurado de unidades relacionadas en- puesto que el dogma es, naturalmente, contrario a la cien-
tre sí que se definen por oposición; p. ej., la lengua o los distin- cia (por oposición a la razón), y un modelo es un sistema
tos componentes de la descripción lingüística. cerrado, donde no caben interpretaciones alternativas, y, en
Y efectivamente, para utilizar el S.I.R.A. (acrónimo de Siste- consecuencia, no puede evolucionar, convirtiéndose en ló-
ma Informatizado de Registro Arqueológico) es necesario gicamente funcionalista.
asumir una serie de reglas y principios asociados a una for- Por tanto, cuando presentamos S.I.R.A. mantenemos los
ma de hacer arqueología (primera acepción), ya que esos presupuestos de Py; ante todo no es dogmático, pues, como
principios, organizados y ordenados adecuadamente, con- decíamos anteriormente, cada uno de los principios y reglas
tribuyen a avanzar en el conocimiento de nuestro pasado en los que se basa están reflexionados racionalmente, y no es
como metodología arqueológica (segunda acepción); el un modelo, porque están sometidos de forma sistemática a
sistema está estructurado como suma de una serie de par- una continua crítica, lo que provoca que el mismo S.I.R.A. haya
tes, que son interdependientes entre sí, permitiendo que evolucionado en su forma de asumir las cosas, en su práctica
el sistema funcione, es decir, que sea comprensible y dé cotidiana, siendo, en consecuencia, un sistema abierto que per-
respuestas adecuadas a las preguntas pertinentes (tercera mite adaptarse a distintas necesidades según las presunciones
acepción), y existe en sí mismo, como cualquier realidad, teóricas y prácticas de uno o varios equipos de trabajo, siempre
por oposición al resto, es decir, que en ningún caso resulta y cuando se parta de la premisa fundamental de la coherencia
coherente científicamente utilizar dos sistemas de registro prepositiva, es decir, que los puntos de partida elegidos, y la me-
distintos al mismo tiempo, por no ser operativo, en primer todología asumida, estén metódicamente relacionadas entre sí.

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Fig. 1. Encuentro Protocolaria en el que diversos Grupos de Investigación que trabajan en
Andalucía analizaron los problemas de gestión del SIRA aplicados a diversos yacimientos. Fig. 2. La ventana de entrada al SIRA.

El S.I.R.A. tiene como base de trabajo el registro arqueo- Pero esos tesoros, que llamamos técnicamente “eviden-
lógico; a este respecto, definimos como tal el conjunto de cias”, desde la más pequeña a la mayor, son la base del arco
evidencias que de forma directa o indirecta permiten una que permitirá construir un puente entre lo actual y la idea
percepción contrastable y, en consecuencia, sin necesidad que tenemos del pasado.
de demostración. Y efectivamente, esas evidencias, esos elementos que
Estas evidencias se relacionan directamente con las so- encontramos en las excavaciones son consecuencia de las
ciedades del pasado, son consecuencia directa de las distin- actividades realizadas en el pasado, pero su estado actual,
tas actividades de esos grupos humanos, si bien debemos su aspecto, y su posición, dependen fundamentalmente de
entender, como principio básico, que dichas evidencias no dos vectores: por un lado, el sentido dado a ese elemento
“son” el pasado en sí, es decir, no lo sustituyen, y, en todo dentro de la sociedad que lo utilizó (es lo que se conoce
caso, siempre deben ser interpretadas desde el presente, te- como contexto sistémico y que incluye su captación, su
niendo en cuenta que existen una serie de elementos que transformación, su uso y su posterior abandono) y por otro,
alteran el registro arqueológico, impidiendo en muchas las alteraciones producidas tras el abandono de ese objeto
ocasiones comprender los códigos que hubieran permitido (los procesos postdeposicionales, que agrupan todas aque-
interpretar el papel de la evidencia en su contexto cultural, llas acciones que alteran de una forma u otra el registro ar-
social o económico dentro del grupo humano que lo produ- queológico inmediatamente después de su formación, sean
jo, lo usó y lo desechó. tanto de origen natural como antrópico).
En definitiva, cuando nos acercamos a las evidencias
del pasado lo hacemos desde el presente, y aunque inten- Un poco de historia
tamos establecer las bases del funcionamiento de una so- La primera versión del S.I.R.A. nació como una simple copia
ciedad pasada, siempre tendremos la duda sobre el nivel de de SYSLAT, traducido al castellano y utilizando un progra-
veracidad de la hipótesis que hemos construido para com- ma de creación de base de datos como FileMaker Pro, pero,
prender ese pasado a través de los restos materiales que lo- con el paso del tiempo, ambos sistemas han ido tomando
calizamos y documentamos en las excavaciones y/o en las caminos divergentes, aunque no puede dudarse en ningún
prospecciones. Eso provoca en el público una idea de cierto momento de la relación filial existente entre ambos y que
“creativismo” por parte de los arqueólogos cuando nos acer- se percibe con claridad desde las primeras versiones de
camos a explicar la “historia” de nuestro yacimiento. Por ese S.I.R.A. hasta las más modernas, ya que algunos de los pun-
motivo, entre otros, creo que menos influyentes, sigue viva tos de partida de carácter conceptual están profundamente
en la memoria cultural actual que el arqueólogo no ha deja- ligados a los principios que propiciaron la creación y el de-
do de ser un simple “buscador de tesoros”. sarrollo de SYSLAT, donde, por cierto, participé desde sus

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orígenes embrionarios hasta que mi camino se separaba de la parte de metodología de la edición en formato papel de la
las investigaciones en La ttes allá por el año 2002. Memoria de dicho proyecto (Adroher et al., 2004).
La primera versión utilizada de forma sistemática data R.I.P. era, básicamente, un sistema independiente de
de 1991, cuando se tradujeron las fichas de registro de SYS- prospección, desarrollado con esquema muy semejante al
LAT al castellano para una excavación de urgencia realiza- S.I.R.A., pero con protocolos distintos teniendo en cuenta
da en el granadino barrio del Albaicín, concretamente en la las diferencias existentes entre la prospección y la excava-
calle Espino; esta versión tenía un desarrollo informático ción en cuanto a metodología de registro, documentación
sencillo y sin que fuera otra cosa que un conjunto de fichas de evidencias y elaboración de datos y analíticas.
sin relación estructural entre ellas. Estos dos sistemas, R.I.P. y S.I.R.A., nacieron de forma
En este sentido no puede decirse que existiese una independiente; se concebían como respuestas diferentes a
versión desarrollada en sentido estricto para nuestra zona necesidades distintas, pero, con el paso del tiempo observa-
hasta que, en 1998 se iniciara una de las excavaciones de mos que podríamos seguir manteniendo por mucho tiem-
urgencia en el Albaicín con mayor impacto científico, la po esta separación.
del Callejón del Gallo, ya que de la misma se editó una En el año 2004, se iniciaba un proyecto de investigación
publicación científica que presentaba por primera vez en concedido por la Dirección General de Bienes Culturales
Granada los resultados completos de la excavación, con de la Junta de Andalucía centrado en el conocimiento de
una introducción metodológica donde se explicitaban de la antigua ciudad ibérica y romana de Basti (Baza, Grana-
forma clara las bases que regularían el sistema de registro, da), tanto del propio asentamiento como de su territorio;
y, en consecuencia, puede decirse que es la primera vez obviamente, este proyecto se presentaba como un perfecto
que S.I.R.A. ve la luz como un sistema autónomo (López laboratorio para comprobar la versatilidad de S.I.R.A. y op-
et al., 2001). timizarlo como recurso de trabajo.
Tras la experiencia recogida en esa excavación, sola- Pero, dado que en dicho proyecto se unificaban espa-
mente faltaban dos pasos para que se convirtiera en la po- cio urbano y territorio, los dos sistemas creados hasta el
tente herramienta con la que podemos gestionar los datos momento, S.I.R.A. y R.I.P. estarían funcionando a pleno ren-
arqueológicos en la actualidad. dimiento en el interior del mismo, y respondiendo a nece-
Un primer paso consistía en permitir que no se encor- sidades que interaccionaban entre sí. Rápidamente caímos
setara en un simple sistema de registro que respondiera a en la cuenta que ambos campos estaban más relacionados
la excavación arqueológica, olvidando que las labores, tanto de lo que en un primer momento pensamos, por lo que, de
de campo como de laboratorio, son múltiples en el campo forma lógica y coherente, empezamos a valorar la posibili-
de la arqueología, e incluyen prospección superficial, estu- dad de integrar ambos sistemas en uno solo, que funciona-
dio de materiales, gestión de almacenes de materiales de ría en una u otra línea dependiendo de las necesidades que
museos y proyectos, etc. en cada caso fueran surgiendo.
Desde 1995, y tomando como base experiencias ante- De esta forma procedimos a unificar los registros de
riores, se empezó a sistematizar un programa semejante a excavación y de prospección, desapareciendo finalmente
S.I.R.A. pero especializado en la recogida y gestión de datos R.I.P. como sistema independiente, y convirtiéndose en un
de prospecciones arqueológicas de superficie. Este siste- módulo dentro del mismo sistema S.I.R.A.
ma nació en el seno de un proyecto de investigación sobre Pero, como consecuencia del desarrollo y el potencial
territorio que tuvo su desarrollo en Puebla de Don Fadri- de las distintas intervenciones en Basti y su territorio, y vista
que (Granada), entre 1995 y 2002. Dada la experiencia en la interacción con el Museo Municipal de Baza, empezamos
la creación de bases de datos desarrollamos en el seno de a desarrollar la creación de un centro de investigación, que
nuestro equipo un sistema que permitiera gestionar los ya- se ha ido convirtiendo con el paso del tiempo en el Centro
cimientos arqueológicos independientemente de su crono- de Estudios de Arqueología Bastetana (CEAB), el cual, al
logía, tipo o entidad. Nacía así un sistema de registro con el margen del papel de investigador y difusor del patrimonio
nombre de R.I.P., el Registro Informatizado de Prospección, de la s comarcas septentrionales de la provincia de Grana-
y cuyas bases fueron correspondientemente publicadas en da, se percibía como un gestor de ese patrimonio y empe-

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zando por gestionar los fondos de ese museo. De esta for-
ma, decidimos ampliar el registro a algo más complejo, ya
que se hacía necesario establecer más opciones de registro
como gestión de patrimonio, estudio de materiales y ges-
tión de fondos de museo.
Por último, teniendo en cuenta que una de las áreas
más conocidas en relación a Basti era su famosa necrópolis
ibérica de cerro del Santuario, donde hace ya casi 40 años
apareció la escultura sedente de la Dama de Baza, y que ese
era uno de los objetivos de las investigaciones del CEAB,
consideramos que era necesario gestionar igualmente el
registro de una necrópolis, registro que es notablemente Fig. 3. Entrada al módulo de excavación.
distinto al que se plantearía para un hábitat, ya que tanto
las evidencias como la relación existente entre ellas es de- Tras un par de años de distintas experiencias, comu-
masiado particular para poder generalizarla respecto a una nicaciones a dos bandas con cada uno de los proyectos, y
excavación de un conjunto urbano más o menos complejo. observando que existían ciertos problemas en cuanto a
Nació así el último módulo, de forma que las últimas terminología y ordenación de los registros, optamos por
versiones del S.I.R.A. presentan ya hasta seis opciones de organizar una reunión donde incorporar a todos los equi-
trabajo, seis módulos distintos que responderían a las dis- pos que o bien habían trabajado ya con versiones anteriores
tintas necesidades que pudiera tener un investigador en un de SIRA, o bien deseaban hacerlo; de esa forma, el Ayunta-
momento dado. miento de Puebla de Don Fadrique nos invitó a desarrollar
La herramienta estaba ya construida, sólo faltaba pa- ese grupo de trabajo bajo su patrocinio, por lo que, efectiva-
sarla por la criba que suponía la crítica de un conjunto de mente, entre el 16 y el 18 de marzo de 2007, los equipos de
investigadores, así como por parte de un nutrido grupo de los proyectos de Carteia, Almedinilla, Acinipo, Isturgi y Basti
técnicos. fueron invitados a sentarse para discutir los pormenores de
En primer lugar, optamos por ceder nuestro producto lo que sería el futuro S.I.R.A. Solo faltó el grupo de Acinipo,
al mundo de la arqueología de salvamento, de urgencia o pero la discusión de esos tres días dio un ímpetu particular
de gestión, dependiendo cómo quiera denominarse a la al proyecto.
arqueología técnica. Desde esta perspectiva, distintos ar- A partir de ese momento se han ido perfeccionando
queólogos mostraron su interés en ver el alcance de la he- los distintos módulos, y esperamos que en breve se puedan
rramienta, de modo que en poco menos de dos años, más distribuir en formato kiosko, lo que garantizaría un mayor
de cien intervenciones arqueológicas de urgencia se rea- impacto en el mercado, ya que agilizaría ciertas gestiones
lizaron siguiendo los protocolos del S.I.R.A., en un ámbito específicas de cada equipo.
que acogía las provincias de Málaga, Córdoba, Jaén, Grana- Por otra parte ya hay un numeroso grupo de profesio-
da y Almería en Andalucía, y Murcia, Barcelona y Andorra nales que de una forma u otra se han interesado por este
fuera de la comunidad autónoma andaluza. producto, incluyendo zonas como Portugal, Andorra o
La primera criba la pasaba satisfactoriamente. Ahora Perú, y habiéndose utilizado en Italia y planteado su uso en
faltaba el gran paso, más científico; comprobar el alcance proyectos específicos en Túnez. La publicidad presentada
de S.I.R.A. en investigación pura. en la página del Centro de Estudios de Arqueología Basteta-
Para ello procedimos a invitar a varios proyectos vi- na (www.ceab.es) ha permitido que el sistema sea conocido
gentes a utilizar el sistema; de esta forma, las excavaciones más allá de los canales que de un producto no comercial
arqueológicas de cerro de la Cruz (Almedinilla, Córdoba), podría haber esperado, y en el cual existe un foro de dis-
Carteia (San Roque, Cádiz), Acinipo (Ronda, Málaga) e Is- cusión donde tanto usuarios como interesados en general
turgi (Los Villares de Andujar, Jaén) se apuntaron al proyec- pueden exponer sus dudas y consideraciones.
to piloto.

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La estructura
En principio S.I.R.A. es un sistema de bases de datos com-
pleja y entrelazada, bastante imbricada, y donde existen una
serie de bibliotecas de base utilizadas simultáneamente por
parte de los distintos módulos funcionales; se ha montado
sobre una estructura previa, FileMaker Pro, que a diferencia
de Access, opera tanto en entorno PC como MacIntosh, lo
que posibilita que se interactúe entre dos usuarios que tra-
bajen en cualquiera de los dos sistemas.
Por otra parte, FileMaker es un programa de creación de
bases de datos muy versátil e intuitivo, por lo que cualquier
usuario puede utilizarlo e incluso controlarlo con relativa
rapidez; además permite crear ventanas de distinto tipo, en Fig. 4. Estadísticas automatizadas de fragmentos de cerámica.
modo entrada de datos, búsqueda, consulta o impresión,
dependiendo de las necesidades del usuario. Los scripts o Una excavación arqueológica requiere de un método re-
guiones que permiten interactuar con la estructura interna flexionado, y no cualquier agujero en el suelo puede ni debe
de la base son fácilmente imbricables, y la gramática relati- ser considerada como tal; como diría el propio Sir Mortimer
vamente fácil, al menos para las acciones más sencillas. Wheeler, “... la excavación no debería ser, en efecto, una en-
S.I.R.A., así pues, se concibe como un sistema abierto, cuesta ciega de los vestigios escondidos en la tierra, sino
práctico, versátil y ágil de gestión de datos tanto de campo una estrategia claramente orientada por cuestiones explíci-
como de laboratorio. Pero, en ningún caso, al menos en el tas...”. En consecuencia, cualquier investigación arqueológi-
estadio actual de desarrollo, puede ser considerado como ca es, ante todo, un sistema de muestreo considerado desde
un verdadero sistema experto, ya que el entorno con el que el punto de vista de unos objetivos predeterminados.
se ha creado no permite que el programa pueda incorporar El primer objetivo de una excavación arqueológica es el
o desarrollar información adicional de forma automática, a conocimiento de la propia historia particular del yacimien-
excepción de algunos más o menos complejos análisis esta- to. Para conseguir este objetivo la herramienta que se debe
dísticos, pero la decisión final en cada caso, siempre es de- utilizar es la lectura estratigráfica, es decir, el estudio des-
pendiente del factor humano, que debe ser quien en última criptivo de los estratos, su aparición, composición natural y
instancia, priorice unos datos sobre otros, los analice y ex- cultural, sucesión y clasificación, con el objeto de ordenar-
traiga las interpretaciones que estime oportunas. Por tanto, los en una secuencia cronológica así como determinar la
y a diferencia de otros sistemas de registro, no defendemos génesis que los produjo y las alteraciones postdeposiciona-
que S.I.R.A. sea considerado ni siquiera, a semejanza de lo les que han sufrido a través de su caracterización química y
que sucede con los avances técnicos en el campo de la Geo- física actual.
grafía como un Sistema de Información Arqueológica, ya Por tanto, es el estrato en sí esa unidad indivisible de
que ésta es una pretensión que, por ahora, está muy lejos de una excavación arqueológica, el que concede al objeto
producirse, entre otras cosas porque consideramos que no (mueble o no) la contextualización vertical y horizontal ne-
debe ser ese el objetivo. cesaria para poder interpretar su propia microhistoria.
Y puesto que la explicación de la totalidad del sistema A partir de aquí surge el inevitable problema: ¿qué es
resulta altamente compleja y alargaría innecesariamente un estrato? La respuesta inicial parece fácil: cualquier capa
la extensión de este discurso, y, atendiendo además a que de tierra distinguible de otra por textura o color, y, que en
nos centramos en una publicación sobre las excavaciones consecuencia, se ha formado por un proceso genético dis-
del cerro de la Cruz de Almedinilla, consideramos oportu- tinto que los otros de los que se diferencia. Pero desde el
nos centrarnos de forma exclusiva, en el módulo de S.I.R.A. momento en que la tierra que hay a nuestro alrededor la
relacionado directamente con la excavación arqueológica y podemos analizar desde perspectivas muy distintas, el acer-
su gestión. camiento del investigador a esos “estratos” es, lógicamente

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distinto, dependiendo de las necesidades de cada disciplina
(geología, edafología, arqueología, etc.).
El primer campo de conocimiento que definió este
concepto fue la Geología, donde se considera como tal una
capa de roca de origen sedimentario, generalmente de es-
tructura tabular, que posee determinadas propiedades o
atributos que la distinguen de las capas adyacentes por pla-
nos de estratificación visibles.
Sin embargo, desde el ámbito de la edafología o pedolo-
gía (dependiendo de la escuela en la que nos encontremos,
anglosajona yo francesa) esta unidad de trabajo definida
como estrato se rediseña con otro nombre, horizonte eda-
fológico, entendido como tal cada una de las capas más o
menos paralelas entre sí y con respecto a la superficie, que Fig. 5. Parte de la ficha de Unidades Estratigráficas en el SIRA
se suceden en profundidad en el suelo, y que se diferencian
por su color, estructura, textura y caracteres químicos y bio- El primer caso viene definido por un concepto que es el
lógicos. de Unidad Mínima de Excavación (UME). Considerado por
Obviamente, la disciplina de la arqueología, al utilizar algunos autores como una simple estrategia de muestreo
una metodología distinta, y presentar otro objeto de estudio (botánico o sedimentológico principalmente) para otros ha
diferente a las dos anteriores disciplinas, aunque basándose pasado a ser un sistema de registro básico de campo.
en las experiencias previas de ambas, redefine una vez más Esta nomenclatura, utilizada inicialmente en escalas de
este concepto, esta vez sí, considerándolo desde la perspec- sondeos (véase las campañas 1980-1982 de Teotihuacán) y
tiva básica del contexto, convirtiéndose, por tanto, en la uni- posteriormente utilizada para cuadros de carácter georrefe-
dad de trabajo de campo básica para el arqueólogo. rencial (cuadros UTM, el caso del proyecto de arqueología
En este sentido, la Unidad Estratigráfica se podría de- urbana de Granada) ha ido evolucionando hasta adquirir
finir como la parte más pequeña e indivisible de una se- una esencia más estratigráfica, considerada como identifi-
cuencia estratigráfica concreta, siendo el resultado de una catoria de la base del trabajo de campo, con un criterio que
acción antrópica y/o natural y que se concreta en el terreno no deja de ser cuanto menos sugestivo. La escuela de Gra-
a través de un cambio físico y/o químico del mismo. nada quizás es la que más ha trabajado sobre este concepto,
Habría que decir, llegados a este punto y tomando en y en ella basaremos su definición3.
consideración el transcurso de los distintos modelos de La UME (acrónimo de Unidad Mínima de Excavación)
trabajo desarrollados en la arqueología de campo entre los es una definición tridimensional de registro de materiales
siglos XX y XXI que existen distintos conceptos que pudie- arqueológicos; presenta un carácter artificial y su delimi-
ran ser considerados, hoy en día, sinónimos; nos referimos tación tridimensional depende de las características de los
a términos como sedimento, estrato o capa si bien es cier- depósitos arqueológicos y de la propia dinámica de la ex-
to que a lo largo del tiempo se han utilizado unos u otros cavación. Además, la UME permite una mayor precisión en
a partir de unas tradiciones u otras, y con significados que, la asignación de materiales a Unidades Estratigráficas sobre
obviamente, desde Wheeler hasta hoy han evolucionado todo cuando el posterior trabajo de laboratorio hace acon-
notablemente. sejable determinadas modificaciones en la interpretación
Volviendo de nuevo a la Unidad Estratigráfica, debe- general de la secuencia.
mos decir que dependiendo de la escuela, este elemento El principio de partida es el siguiente: aun cuando se
base del trabajo de excavación podría ser subdividido en trate de excavar un solo estrato de forma homogénea, en
otros menores, pero sin entidad interpretativa, o agruparse ocasiones éste pudiera estar seccionado por una serie de
en otros mayores, formando conjunto homofuncionales y factores (por ejemplo, un muro posterior que lo parte por
homocronológicos. la mitad) o incluso se sabe mezclado o mal aislado respecto

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cepto definido como nivel arqueológico, considerado como
un grupo de estratos con funcionalidad y/o cronología simi-
lar; a su vez, varios niveles se agruparían en un horizonte o
fase, considerado como conjunto de actividades que se for-
malizan en estratos y/o niveles sucesivos y que configuran
un momento entre dos cambios importantes sucesivos en
la historia del yacimiento arqueológico.
En otros sistemas como el SIAA, la nomenclatura cam-
bia, considerando que las distintas agrupaciones jerárqui-
cas de menor a mayor serían los siguientes; en primer lu-
gar, estructura, que consiste en un conjunto estructurado
de unidades estratigráficas que puede ser individualizado
y estudiado como tal; le sigue el complejo estructural enten-
Fig. 6. Imágenes de Ues del Cerro de la Cruz en SIRA. dido como todo espacio arqueológico organizado y delimi-
tado, en el que se integran estructuras y depósitos relacio-
del anterior o posterior, e incluso se excava con dos herra- nados con un patrón específico de actividades; por encima
mientas distintas en cada sector del desarrollo espacial del tendríamos el grupo estructural, es decir, un conjunto de
estrato. En todos los casos es más que posible que la mues- complejos estructurales conectados entre sí por sus simi-
tra de material que se extraiga no tenga la misma represen- lares relaciones espaciales o funcionales; el la cúspide nos
tatividad, aunque estemos hablando, en sentido estricto del encontramos con la zona estructural, donde se aúnan va-
mismo estrato. En consecuencia, la valoración que debe ha- rios grupos estructurales asociados por razones espaciales
cerse del material en cada caso es distinta; obviamente no o funcionales.
se trata de estratos distintos, sino de un mismo estrato que En nuestro caso, la agrupación jerárquica presenta me-
ha sido excavado de forma diferencial, por lo que se preci- nos niveles; varias UEs se agrupan en acción, estructura y
sa a la hora de valorar la entidad, importancia e incluso la sector, definida la primera como un conjunto de unidades
cuantificación y valoración final del material, tener en cuen- estructurado voluntariamente; estructura sería la agrupa-
ta el sistema de excavación utilizado en cada caso. ción de acciones que constituyen un conjunto coherente; y
Por este motivo resulta muy práctico definir una uni- sector, como el ámbito espacial definido estructuralmente,
dad de trabajo inferior a la Unidad Estratigráfica, más real, como la habitación de una casa.
más práctica, y que tenga en cuenta los más que probables Pero lo que va a definir el sistema es la Unidad Estrati-
problemas que se encuentra alguien en un momento dado gráfica, único elemento que determinará sistemáticamente
a la hora de realizar un seguimiento completo a un estrato cualquier opción de registro; este concepto es independien-
determinado. te de cualquier otro, salvo de la partición espacial que se
De esta forma, y para evitar un cambio radical en el con- haya hecho del yacimiento, y que denominamos zona, sien-
cepto base del SIRA, se ha optado por mantener la nomen- do ésta la que determinará en cierto modo la numeración
clatura de UE (Unidad Estratigráfica), y plantear la posibili- dada a una UE.
dad de que dos estratos tengan exactamente el mismo valor, Una vez que se ha accedido a la ficha de campo, se crea
habiéndose diferenciado por múltiples motivos (incluso la un nuevo registro, donde lo único que debe conocerse a
excavación sucesiva en dos años consecutivos), y, para sol- priori es el número de la zona arqueológica donde se va a
ventar dicho problema, se crean las opciones de establecer trabajar; de esta forma el programa te recuerda el siguiente
que dos UEs son iguales o equivalentes, dependiendo de la número de UE disponible, ya que el número de la UE com-
circunstancia. porta dos grupos de cifras relacionados entre sí; los millares,
Por otra parte, como decíamos anteriormente los estra- decenas de millares y centenas de millares corresponden a
tos se pueden agrupar en entidades jerárquicas superiores; un número de zona (de 1 a 999), organizado como el equi-
así algunos arqueólogos agrupan varios estratos en un con- po de investigación estime oportuno; los tres últimos dígitos

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tructivos, podemos encontrarnos con que el resultados de
rellenar son sistema de ventanas desplegables, al final el or-
denador compone una frase perfectamente estructurada en
castellano correcto donde se describe con todo lujo de deta-
lles un elemento construido, como un muro; de esta forma,
dos personas distintas responderán de la misma forma ante
la misma evidencia.
No vamos a explicar aquí la base de datos y su proceso
de relleno; baste decir que en la mayor parte de los módu-
los existen opciones de consulta a bibliotecas externas de
materiales de todo tipo, donde se informa sobre tipología,
medidas, cuantificación, procedencia o cronología, visua-
Fig. 7. Las discusiones sobre el SIRA en Protocolaria fueron animadas y fructíferas. lizando en pantalla el correspondiente elemento, y que,
cuando el usuario selecciona de la biblioteca el que consi-
hacen referencia a un número de orden de esa UE dentro de dere oportuno, se rellenan automáticamente los campos de
la zona a la que corresponde, de modo que cada zona puede la ficha de registro que está introduciendo este usuario, sin
tener un máximo de 999 Unidades Estratigráficas. apenas hacer otra cosa que un leve clic sobre la imagen que
Y decimos que la UE es la espina dorsal del sistema por- considera más próxima al objeto que tiene en su mano.
que, a diferencia de otros sistemas, S.I.R.A. te obliga a que Podemos imaginar la rapidez que se imprime en este
cualquier elemento relacionado con la UE presente el nú- caso al proceso de laboratorio.
mero de la misma, sean elemento muebles o inmuebles, la Quizás una de las bases más desarrolladas hoy en día
UE formará parte del apellido de esa pieza durante toda su sea el estudio cerámico, donde una vez completados los
vida; de modo que en un momento dado, si se ha de cono- datos de número de fragmentos, número mínimo de indivi-
cer la procedencia espacial de una pieza dada no es necesa- duos y número tipológico de individuos, el ordenador hace
rio tener el registro a mano de forma directa, traduciendo si el cálculo automático de porcentajes, pudiendo incluso
de tal a tal numeración se asocia a una UE o a otra, pues el agrupar en dicho cálculo un conjunto de unidades que nos
siglado de cualquier pieza incluirá el número de UE. puedan interesar en un momento dado, y entre cuyas me-
Esta es una de las grandes ventajas del sistema; con una dias se contempla la posibilidad de que el usuario perciba
memoria imprescindible y básica, es difícil que el material rápidamente, si existe algún problema en esas medias res-
se pierda. pecto a la frecuencia de medias del yacimiento para esa cro-
Buscando precisamente la versatilidad, otra de las ven- nología dada, incluyendo simplemente una valor de cálculo
tajas de S.I.R.A. es la casi inexistencia de códigos durante el denominado Coeficiente de Validación de Pearson, el cual,
registro de cualquier elemento, mueble o inmueble; la ma- en valores altos, indica la existencia de una irregularidad en
yor parte de los campos donde la posibles respuestas están el comportamiento de la media de un item determinado. De
más o menos delimitadas, se despliegan ventanas que te esta forma el usuario percibe ese problema y bien lo corrige
ofrecen la respuesta ya escrita, de modo que no se presentan o bien reconsidera la particularidad de esa unidad o ese con-
problemas como los errores tipográficos, que hacen perder junto de unidades respecto a la media general del yacimien-
tiempo y, a veces, hasta información. Además, de esta forma, to a partir de una particular función específica de la misma.
se impide que el usuario arrastre en la mesa de trabajo un En definitiva, S.I.R.A., aún en su formato más básico,
pesado y a veces excesivamente degradado conjunto de fo- permite gestionar adecuadamente tanto desde la perspecti-
tocopias donde expliquen el significado de cada uno de los va de la arqueológica técnica como de la arqueología cientí-
códigos que deben incluir en uno u otro campo del registro. fica, los distintos tipos de trabajos a los que un experto debe
Hasta tal punto se ha desarrollado este sistema que enfrentarse para el desarrollo adecuado de su profesión.
incluso, en algunas ocasiones, a base de rellenar una serie
de datos concretos sobre, por ejemplo, los sistemas cons-

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Bibliografía
1 Aunque no creo que exista el azar en sentido estricto, reconozco que hay cosas Adroher, A.M.; López´, A.; Caballero, A.; Salvador, J.A. (2004) ”Protocolos y
en la vida que parecen premonitorias; por eso, este trabajo lo quiero dedicar a mi sistema de registro”, en A.M. Adroher y A. López (dirs.): El territorio de las
sobrina nieta, a la arisca, dulce e inteligente Sira. altiplanicies granadinas entre la Prehistoria y la Edad Media. Arqueología
en Puebla de Don Fadrique (1995-2002), Sevilla, pp. 49-54.
2 aadroher@ceab.es
López, A.; Adroher, A.M.;Caballero, A. (2001) “Gestión y explotación de los
3 Esta información, así como todo lo relacionado con el SIAA (Sistema Informático datos”, en A.M. Adroher y A. López (eds.): Excavaciones arqueológicas en el
Andaluz de Arqueología) debemos agradecérselo a Gonzalo Aranda, uno de los Albaicín (Granada). I. El Callejón del Gallo, Granada, pp. 25-36.
mejores expertos en el mismo y que no informado hasta donde le hemos requerido
sobre su funcionamiento. Py, M. (2004) “Système d’information, de gestion et d’explotation de la
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del Ecomuseo del Río Caicena
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