A estas alturas no vamos a tratar de convencerte sobre la necesidad de
incluir un poco de actividad física entre tus hábitos. O sí. Y es que puede que no tengas tiempo ir al gimnasio o que directamente no esté entre tus prioridades. Puede que no te guste correr o montar en bicicleta. Incluso es posible que detestes los burpees, las flexiones o hacer abdominales y que lo tuyo no sea una rutina de entrenamiento. Pero andar o caminar es algo que está al alcance de la mayoría. Y resulta que, según la Universidad de Harvard (EEUU), una de las instituciones académicas más prestigiosas del mundo, es uno de los mejores ejercicios para la salud, que podemos realizar fácilmente por espacio de 30-60 minutos al día y cumplir así las recomendaciones mínimas de la Organización Mundial de la Salud sobre actividad física. Ahora, una nueva investigación a cargo de investigadores del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA), ambas instuticiones estadounidenses, concluye que un mayor cantidad de pasos se asocia con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, y confirma que el número, pero no tanto la intensidad, tuvo una fuerte asociación con dicho riesgo.
"Si bien sabíamos que el ejercicio físico, y en particular camniar, es
bueno para la salud, no sabíamos cuántos pasos por día se deben completar para reducir el riesgo de mortalidad o si caminar a una intensidad más alta marca la diferencia", explica Pedro Saint-Maurice, primer autor del estudio. "Queríamos investigar esta cuestión para proporcionar nuevas ideas que pudieran ayudar a las personas a comprender mejor las implicaciones para la salud de la cantidad de pasos que obtienen de las diferentes puseras de actividad y aplicaciones telefónicas”, añade el experto. Los resultados del trabajo, publicados en el ‘Journal of the American Medical Association’, están basados en una novedad. Investigaciones previas sobre cantidad de pasos y mortalidad se realizaron principalmente con adultos mayores o entre personas con afecciones crónicas debilitantes. Este estudio se realizó a través del seguimiento de una muestra representativa de adultos estadounidenses mayores de 40 años, unos 4.800 participantes en total, que usaron acelerómetros entre 2003 y 2006. Luego, se controló la mortalidad hasta 2015 a través del Índice Nacional de Muertes.