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La Sonata para piano n.º 2, Op.

35 de Frédéric Chopin 

Está escrita en la tonalidad de si bemol menor. Contiene una de las páginas más
famosas de su autor, la Marcha fúnebre, compuesta en 1837 como obra
independiente. En 1839 a la sonata se le incluyó ésta como un movimiento más. Fue
publicada en Leipzig en 1840.

Estructura
Esta sonata consta de cuatro movimientos:

 Grave - Doppio movimento. Tras una breve pero imponente introducción, se ofrece


el anhelante primer tema, que contrasta con el segundo, lírico y apasionado. Tras un
desarrollo libre en torno a los dos temas, nos encontramos con la originalidad de que,
en la recapitulación, el primero no aparece

 Scherzo. Aquí debería estar situado el tiempo lento, pero Chopin invierte los


términos, al igual que Beethoven en su Sonata op. 26. Escrita en mi bemol menor, es
una página fogosa y llena de ritmo. El precioso trío, più lento, expone una melodía
típicamente chopiniana. La sección final vuelve al arrebatador tempo primo, aunque
los últimos compases recobran el tema del trío.

 Marcha fúnebre. Lento. De estructura tripartita, esta famosa marcha es lúgubre,


emocionante y solemne, aunque la sección central supone un contraste de
consolación con su bella melodía, recuerdo sublimado de la persona fallecida. La
vuelta a la sección inicial completa esta impresionante página.

 Finale. Presto. Formidable pasaje en octavas y tresillos que va como una


exhalación, sin respiro alguno de comienzo a final. Se ha calificado de demoníaco,
pero no es más que un ramalazo de genialidad que dejó estupefactos a sus
contemporáneos por su atrevimiento y su radical originalidad.

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