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Contratos por terceros:

En razón del art. 1025 del C.C.Y.C, quien contrata a nombre de un tercero sólo lo obliga si
ejerce su representación. Quien carece de legitimación para actuar por un tercero no obliga a
éste, y el contrato celebrado será pasible de nulidad, quedando obligado a resarcir los daños y
perjuicios quien obra sin representación, o excediéndose de la oportunamente extendida. Si el
tercero a quien se pretendió obligar ratifica el contrato, esta ratificación, que puede ser
expresa o tácita, suple la falta de representación.
Este artículo viene a suplir los derogados artículos 1161 y 1162 del código de Vélez, superando
holgadamente la redacción de éstos últimos.

Contratos a cargo de terceros o promesa del hecho ajeno: El art. 1026 del C.C.Y.C establece
que quien promete el hecho de un tercero queda obligado a hacer lo razonablemente
necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea
aceptada, queda obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de negativa.
La obligación que recae sobre el promitente tiene distintos alcances, según éste se haya
obligado a procurar obtener la aceptación del contrato o se haya obligado a que el tercero
ejecute el contrato. En el primer caso cumple con el solo hecho de realizar lo razonablemente
necesario para que el tercero acepte la promesa (obligación de medios). En el segundo caso,
cumple solamente si el tercero acepta la promesa, y responde personalmente en caso de
negativa (obligación de resultado).
Según Lorenzetti, el viejo art. 1163 del código derogado no efectuaba una adecuada
caracterización de la figura de la promesa del hecho ajeno, ni una distinción sobre los modos
de concertación del pacto. Por el contrario, el nuevo código precisa la cuestión terminológica,
y se hace cargo de sus diferentes especies y efectos.

Estipulación a favor de terceros: Los artículo 1027 y 1028 regulan de modo suficiente la
estipulación a favor de terceros, en el marco de la teoría general del contrato.
El primer párrafo del art. 1027 establece que “si el contrato contiene una estipulación a favor
de un tercero beneficiario, determinado o determinable, el promitente le confiere los
derechos o facultades resultantes de lo que ha convenido con el estipulante”. De aquí se
entiende claramente que las partes del contrato son el promitente y el estipulante, este último
obligado frente al tercero beneficiario, en los términos del referido negocio.
Es importante detenerse en las consecuencias del contrato en relación al beneficio creado. En
este aspecto, el nuevo código se ocupa de las facultades con las que cuenta el estipulante,
disponiendo el segundo párrafo del art. 1028 que el estipulante puede: a)- Exigir al promitente
el cumplimiento de la prestación, sea a favor del tercero beneficiario aceptante, sea a su favor
si el tercero no la aceptó o el estipulante la revocó. b)- Resolver el contrato en caso de
incumplimiento, sin perjuicio de los derechos del tercero beneficiario.
El tercero, que debe estar determinado o ser determinable en el contrato, cuenta con un
derecho a su favor, que nace del acuerdo entre el estipulante y el promitente. Sin perjuicio de
ello, tiene la facultad de rechazar o aceptar la ventaja creada a su favor. El rechazo autoriza al
estipulante a reclamar la prestación que debía cumplirse al tercero, salvo pacto en contrario.
La aceptación, que no está sujeta a ninguna formalidad, debe ser recepticia, es decir, dirigida a
las partes. Luego de la aceptación, el beneficiario puede exigir, de manera directa, la ejecución
de la prestación prometida, para lo cual dispone de todos los medios legales para ello. Por otro
lado, el promitente puede oponer al tercero beneficiario las defensas derivadas del contrato
básico y las fundadas en otras relaciones con él.
El art. 1027 del código vigente mantiene la solución del código derogado (art. 504) en cuanto a
la facultad de revocación del beneficio por el estipulante. En este sentido, el mencionado
artículo establece que el estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la
aceptación del tercero beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente
si éste tiene interés en que sea mantenida.
Por último, el art. 1027 plantea que las facultades del beneficiario de aceptar la estipulación, y
de prevalecerse de ella luego de haberla aceptado, no se transmiten a sus herederos, excepto
que haya cláusula expresa que lo autorice. La estipulación es de interpretación restrictiva.

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