AMARILLO:

El amarillo siempre ha sido el color de la felicidad por excelencia. Además este color capta
nuestra visión mejor que cualquier otro. Ayuda a impulsar la creatividad y la generación de
nuevas ideas.
También se asocia con optimismo, sabiduría, confianza y amistad.
BLANCO:
Al ser un color muy iluminado que contiene en partes iguales a todos los demás colores
actúa como el balance perfecto, por eso representa la perfección. También se le asocia con
la pureza, sencillez e integridad.